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APARATO RESPIRATORIO

INTRODUCCIÓN

El aparato respiratorio es un conjunto de estructuras muy diversas que tiene como


finalidad común el llevar a cabo la compleja tarea de la respiración, entendiendo
por respiración todos aquellos pasos necesarios para conseguir que el oxígeno
atmosférico consiga penetrar hasta la última de las células del organismo, y al
mismo tiempo eliminar de este el anhídrido carbónico (CO2) resultante del proceso
respiratorio, al realizar un ejercicio constante se mejora este proceso y se oxigena
el organismo dando un mejor estímulo y respuesta.

Cientos de millones de personas sufren cada día las consecuencias de una


enfermedad respiratoria crónica (ERC). Según estimaciones recientes de la OMS
(2004), actualmente hay unos 235 millones de personas que padecen asma, 64
millones que sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y muchos
millones de personas más que sufren rinitis alérgica y otras ERC que a menudo no
llegan a diagnosticarse.

En Bolivia, el incremento de las enfermedades respiratorias se debe a múltiples


razones, fundamentalmente a factores como: la polución atmosférica, debido a la
constante emisión de productos contaminantes que han surgido como
consecuencia de la explotación industrial; el consumo de tabaco, considerado el
primer causante de enfermedades del aparato respiratorio, desde el cáncer de
pulmón hasta obstrucciones pulmonares crónicas; el auge de enfermedades
infecciosas: la aparición de nuevas enfermedades como el SARS (Síndrome
Respiratorio Agudo Severo), así mismo, el rebrote de enfermedades infecciosas
que se creían erradicadas es otra de las causas que ha supuesto el aumento de
enfermedades del aparato respiratorio.

En el presente trabajo mencionaremos algunos puntos muy importantes del cuidad


del sistema respiratorio y así poder prevenir enfermedades que afecten el buen
funcionamiento del tórax y los pulmones.
OBJETIVOS

Determinar la importancia del estudio del aparato respiratorio y su función en


todos los componentes del cuerpo humano y así prevenir enfermedades

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

El estudio de la respiración viene desde tiempos muy antiguos cuando comenzó a


surgir la medicina como estudio para prevenir las diferentes enfermedades del
cuerpo humano.

En primer lugar se debe señalar que la respiración es un proceso involuntario y


automático, en que se extrae el oxígeno del aire inspirado y se expulsa los gases
de desechos con el aire espirado. Para que el intercambio gaseoso ocurra se
produce la mecánica respiratoria, que comprende una serie de movimientos que
se producen en el tórax, tanto en la caja torácica como en los pulmones,
destinados a permitir la entrada y salida del aire, involucrando a la inspiración y la
espiración. La respiración tranquila o normal, se consigue mediante el movimiento
hacia abajo y hacia arriba del diafragma para alargar o acortar la cavidad torácica.
Es importante destacar que los cambios volumétricos de la caja torácica se
producen por la actividad de los músculos respiratorios. Después de una
espiración tranquila, no forzada, la caja torácica se encuentra en posición de
reposo.

La inspiración aumenta su volumen, gracias a la contracción de los diversos


músculos respiratorios, y es, por lo tanto, un proceso activo.

La espiración se debe a la relajación de los músculos inspiratorios y la elasticidad


tanto del tejido pulmonar como la de las diferentes estructuras de la caja torácica.
La espiración tranquila es, por lo tanto, un movimiento pasivo, y sólo en
condiciones especiales requiere la contracción de los músculos llamados
espiratorios.
MATERIALES Y MÉTODOS

1. Administración de oxígeno

Recursos materiales

• Toma central de oxígeno o bombona con manómetro de presión.


Caudalímetro y humidificador con agua destilada estéril.
• Con mascarilla: mascarilla con alargadera, vaselina y gasas.
• Con gafas nasales: gafas nasales, alargadera y gasas.
• Con sonda nasal: sonda, lubricante hidrosoluble, alargadera,
 esparadrapo, gasas, guantes desechables.
• Con tienda: tienda, sistema inductor de oxígeno.
2. Ventilo-terapia

En estos casos, el respirador realizará la función que en condiciones normales


llevan a cabo la caja torácica y el diafragma de forma mecánica y espontánea.
Puede estar indicada en pacientes con patología específicamente pulmonar
(enfisema pulmonar, insuficiencia respiratoria grave, etc.) o cuando la función
respiratoria se encuentra comprometida, como en una situación de parada
cardiorrespiratoria, o en intervenciones quirúrgicas, durante la anestesia general.

La ventilación artificial puede ser:

• Manual (con ambú): se realiza aplicando la mascarilla del ambú sobre boca-
nariz del paciente e insuflando aire al apretar el balón con ambas manos.
Se utiliza para cortos espacios de tiempo, generalmente en situaciones de
urgencias.
• Automática: se realiza con respiradores.

Tipos de respiradores o ventiladores

Los respiradores son aparatos que suplen o ayudan para que se lleve a cabo el
proceso de la respiración y que, además, permiten controlar otras variables
respiratorias (curvas de presión, de flujo), el consumo de oxígeno y de anhídrido
carbónico, y la determinación del gasto energético. Disponen de un sistema de
alarmas que permiten un manejo seguro.

3. Respiradores de presión o manométricos

En ellos el único parámetro que se puede regular es la presión de insuflación, que


se prefija en el aparato y que corresponde al volumen de aire insuflado. Una vez
alcanzada la presión deseada, el tiempo de inspiración se interrumpe, lo que
permite la espiración espontánea gracias a la elasticidad del pulmón.

Se utilizan sobre todo en aerosol-terapia (no requieren intubar al paciente), en


postoperatorios (cortos periodos de tiempo) y con fines reeducativos. Son muy
cómodos y fáciles de manejar, pero requieren una atenta vigilancia.

4. Respiradores de volumen o volumétricos

En ellos se pueden regular la frecuencia respiratoria por minuto, el volumen


corriente, el porcentaje de oxígeno, la relación inspiración/espiración y los
controles espiratorios.

Suelen ser, en general, aparatos más potentes que los anteriores, más precisos y
más utilizados (véase la Figura 8.25). Cuentan con panel de mandos y alarmas
ópticas y acústicas. Requieren intubación. Se usan en tratamientos largos.

5. Respiradores que actúan por ciclos de tiempo

Funcionan regulando todos los tiempos del ciclo respiratorio: inspiración, pausa y
espiración. Son similares a los respiradores volumétricos. Con cualquiera de los
ventiladores puede conseguirse una ventilación asistida, controlada, intermitente a
demanda, etc.
RESULTADOS DEL ESTUDIO

La respiración es tan necesaria para vivir que se hace automáticamente. Cada día,
respiramos aproximadamente 20.000 veces, y para cuando tengamos 70 años
habremos aspirado al menos 600 millones de veces.1

Descripción básica de la respiración

La respiración no podría producirse sin la ayuda del sistema respiratorio, que


incluye nariz, garganta, laringe, tráquea y pulmones.

En la parte superior del sistema respiratorio, los orificios nasales (también


denominados narinas) toman el aire, llevándolo a la nariz, donde el mismo se
entibia y humidifica. Los pequeños vellos, denominados cilios, protegen los
conductos nasales y otras partes del tracto respiratorio, filtrando el polvo y otras
partículas que entran a la nariz a través del aire que respiramos.

El aire también puede inhalarse por la boca. Estas dos aberturas de la vía
respiratoria (la cavidad nasal y la boca) se unen en la faringe, o garganta, en la
parte posterior de la nariz y la boca. La faringe es parte del sistema digestivo y del
sistema respiratorio porque transporta tanto alimento como aire. En la base de la
faringe, este conducto se divide en dos, uno para el alimento (el esófago, que llega
hasta el estómago) y el otro para el aire. La epiglotis, una pequeña lengüeta de
tejido, cubre el conducto del aire cuando tragamos, evitando que la comida y el
líquido penetren en los pulmones.

La laringe, o caja de la voz, es la parte superior del conducto del aire. Este
pequeño tubo contiene un par de cuerdas vocales que vibran para producir
sonidos.

La tráquea se extiende hacia abajo desde la base de la laringe. Parte de ella lo


hace por el cuello y parte, por la cavidad torácica. Las paredes de la tráquea están
reforzadas con rígidos anillos cartilaginosos que la mantienen abierta. La tráquea

1
Revisado por: Steven Dowshen, MD
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también está revestida de cilios, que eliminan los fluidos y las partículas extrañas
que hay en la vía respiratoria para que no entren en los pulmones.

En su extremo inferior, la tráquea se divide a izquierda y derecha en conductos de


aire denominados bronquios, que están conectados a los pulmones. En el interior
de los pulmones, los bronquios se ramifican en bronquios más pequeños e incluso
en conductos más pequeños denominados bronquiolos. Los bronquiolos terminan
en minúsculas bolsas de aire denominadas alvéolos, donde tiene lugar el
intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Cada pulmón alberga alrededor de
unos 300 ó 400 millones de alvéolos.

Los pulmones también contienen tejidos elásticos que les permiten inflarse y
desinflarse sin perder la forma, y están cubiertos de una membrana denominada
pleura. Esta red de alvéolos, bronquiolos y bronquios se conoce como árbol
bronquial.

La cavidad torácica, o tórax, es una caja hermética que alberga el árbol bronquial,
los pulmones, el corazón y otras estructuras. Las costillas y los músculos anexos
forman la parte superior y los costados del tórax; la parte inferior está formada por
un músculo de gran tamaño denominado diafragma. Las paredes torácicas forman
una caja protectora alrededor de los pulmones y otros contenidos de la cavidad
torácica.

El diafragma, que separa el pecho del abdomen, juega un papel muy importante
en la respiración. Se mueve hacia abajo cuando inhalamos, aumentando la
capacidad de la cavidad torácica cuando tomamos aire por la nariz y la boca.
Cuando exhalamos, el diafragma se mueve hacia arriba, lo que hace que la
cavidad torácica reduzca su tamaño y los gases de los pulmones suban y salgan
por la nariz y la boca.

La respiración - Aunque no podemos verlo, el aire que respiramos está


compuesto de varios gases. El oxígeno es el más importante para vivir porque las
células del cuerpo lo necesitan para obtener energía y crecer. Sin oxígeno, las
células morirían.
El dióxido de carbono es el gas residual que se genera al combinar el carbón y el
oxígeno durante los procesos corporales de producción de energía. Los pulmones
y el sistema respiratorio permiten que el oxígeno del aire penetre en el cuerpo, al
mismo tiempo que permiten que el cuerpo elimine el dióxido de carbono.

La respiración es el conjunto de acontecimientos que tiene como resultado el


intercambio de oxígeno procedente del medio ambiente y del dióxido de carbono
procedente de las células del cuerpo. El proceso por el cual entra aire en los
pulmones se denomina inspiración, o inhalación, y el proceso de expulsión del
mismo se denomina espiración, o exhalación.

El aire se inhala por la boca o la nariz. Los cilios que recubren la nariz y otras
partes del tracto respiratorio superior se mueven hacia atrás o adelante,
empujando las sustancias extrañas que ingresan con el aire (como el polvo) hacia
la faringe o hacia las fosas nasales, por donde se expelen. La faringe deja pasar
las sustancias extrañas hasta el estómago para que el cuerpo las elimine. Cuando
se inhala aire, las mucosas nasales y bucales lo calientan y humedecen antes de
que entre en los pulmones.

Inhalación

Cuando inhalamos, el diafragma se mueve hacia abajo y los músculos de las


costillas mueven las costillas hacia arriba y afuera. De este modo, aumenta el
volumen de la cavidad torácica. La presión del aire en la cavidad torácica y los
pulmones se reduce y, puesto que el gas circula desde arriba hacia abajo, el aire
procedente del medio ambiente penetra por la nariz o la boca y fluye hasta los
pulmones.

Exhalación

Durante la exhalación, el diafragma se mueve hacia arriba y los músculos de la


pared torácica se relajan, provocando que se estreche la cavidad torácica. La
presión del aire en los pulmones aumenta, por lo que el aire sube y sale del
sistema respiratorio por la nariz y la boca.
Cada varios segundos, cuando inhalamos, el aire llena gran parte de los millones
de alvéolos. En un proceso denominado difusión, el oxígeno se desplaza de los
alvéolos a la sangre a través de los capilares (pequeños vasos sanguíneos) que
recubren las paredes alveolares. Una vez en la sangre, una molécula de los
glóbulos rojos denominada hemoglobina recoge el oxígeno. Esta sangre rica en
oxígeno vuelve al corazón, que la bombea por medio de las arterias hasta los
tejidos que necesitan oxígeno.

En los pequeños capilares de los tejidos corporales, el oxígeno se libera de la


hemoglobina y se introduce en las células. El dióxido de carbono, que se produce
durante el proceso de difusión, sale de estas células y se introduce en los
capilares, donde la mayor parte se disuelve en el plasma sanguíneo. La sangre
rica en dióxido de carbono regresa al corazón por las venas. El corazón bombea
esta sangre hacia los pulmones, donde el dióxido de carbono entra en los alvéolos
para después ser exhalado.
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

Actividad
Elección del tema
y elaboración de
la introducción
Recolección de
datos
bibliográficos
Interpretación de
los resultados
Resumen de las
conclusiones y
recomendaciones
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
ANEXOS

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