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Autor:
Revisión y aportes:
Claudia Hernández
Rigoberto Bonilla
Gerardo Morales
Apoyo en campo:
Luis Borja
Fotos:
b) Objetivos específicos:
Ante ello, se realizó primero una visita a la zona para conversar con algunas de
las familias que han participado de la experiencia, esto permitió primero ubicar
en el terreno las condiciones en las que ésta se desarrolla. En ese momento se
establecieron algunas ideas para organizar una guía de entrevistas a desarrollar
con el resto de personas que compartirían sus testimonios, y es de esta serie de
conversaciones que surge el énfasis a describir en este documento.
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TERRITORIOS DONDE SE UBICA LA EXPERIENCIA
Cuadro Nº 1
Cuadro Nº 2
1
Para ambos municipios hemos tomado de referencia a Lardé y Larín (2000) y; PNUD (2009)
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II. AGRICULTURA EN EL SALVADOR: TENENCIA DE TIERRA Y
FORMAS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLAS
“Desde que nací me he relacionado con la agricultura, ese ha sido mi pasar, eso
me enseñó mi papá. Entonces me inicié como el año de 1985, como con 10 años
empecé a trabajar. En ese tiempo nos infundían con la agricultura convencional,
que es a la que hay aplicarle su dosificación (de químicos) para todo, para que
pueda rendir; me acuerdo que como en el (año de mil novecientos) 87 mi papá
se metió a un crédito que todavía funcionaba el IRA (Instituto Regulador de
Abastecimientos). En el crédito le dieron todo el implemento para que él pudiera
cultivar, desde semilla, fertilizante, insecticida y pesticida, y yo me acuerdo
que todo eso él no lo aprovechó. De allí para acá me empecé a involucrar con
todo lo que tiene que ver con la agricultura” –Fidel Ramos-.
En todo este período, El Salvador fue gobernado por “una élite que expropiaba
y concentraba las tierras y coaccionaba a los trabajadores, y dominado por
regímenes autoritarios normalmente insensibles a las presiones o a las
necesidades populares que funcionaban dentro de un ‘cascarón’ de liberalismo
constitucional”. (Lauria-Santiago, 2003, p. 35). Son los tiempos de dominio de la
oligarquía agroexportadora de la mano con dictaduras militares que se sucedían
por golpes o por elecciones fraudulentas. Esto fue consolidando una clase
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terrateniente basada en la concentración de tierras dedicadas a la producción
dirigida a satisfacer la demanda externa en detrimento de la producción para
el consumo local. Garantizándolo a través de la férrea mano de las dictaduras
militares que si inician en 1930 y que se extendería hasta finales de los años
setenta y que perduraría en los años ochenta marcado por el período de guerra.
Las principales tierras, las de mayor vocación agrícola quedaron en manos de los
sectores dominantes; mientras que las laderas o tierras marginales se apartaron
para la pequeña producción campesina. Sin embargo, para lograr esto, las grandes
extensiones agrícolas, habrían de necesitar ciertos métodos para “modernizar” la
agricultura y así satisfacer las demandas del mercado mundial como una manera
de desarrollar un tipo de agricultura acorde al modelo capitalista de producción.
A lo largo de todo ese siglo, algunos cambios se van generando, más por obligación
que por necesidad. Son los tiempos de las revoluciones verdes, que entran de
lleno en la periferia para hacer uso de las sobras de la Segunda Guerra Mundial,
principalmente, el uso intensivo de maquinaria y de agrotóxicos; los equipos
utilizados para la guerra fueron reorientados para la producción de alimentos.
Cambian así, de manera radical, las formas de producción eminentemente
campesinas por un sistema de producción capitalista en la agricultura.
“Yo recuerdo que cuando empezaron a traer una semilla H501, solo los
agricultores que tenían más posibilidad de dinero lo hicieron (de empezar a
usarla). Los que no tenían posibilidades económicas de comprar el fertilizante
fueron a pedir créditos en el banco; pero cada año iba más cara la semilla y el
2
Para no recargar mucho el texto, en adelante, cuando citemos algún testimonio brindado por
los participantes en el Taller de Reflexión crítica, solo colocaremos entre paréntesis la palabra
“Testimonio”, el cual hará referencia a dicho taller. N de A
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abono, pero la gente estaba aficionada a lo que producía y no hacia números
de lo que gastaba y entonces ya estábamos metidos en la agricultura química”.
(Testimonio en taller de reflexión ).
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Un mayor análisis de este proceso, puede verse en FUNPROCOOP, 2002.
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producción nacional con impuestos a las importaciones, pero luego de esto la
agricultura quedó en manos de poderosas empresas del agronegocio. Se abrieron
las aduanas, lo que llevó a una mayor importación de alimentos que colocó los
productos importados a precios más favorables de los que se producían en el
país. Lo cual dejó de hacer rentable a la agricultura.
Puesto que para los sectores dominantes se volvía más rentable importar que
producir; la producción local fue cediendo a la entrada de insumos y alimentos
provenientes del exterior. Derivado de ello, las políticas impulsadas por los
consecuentes gobiernos del partido ARENA posibilitaron un desajuste en la
economía; muestra de ello es que entre los años de 1990 al 2002, las exportaciones
agrícolas disminuyeron de $349 millones a $188 millones, mientras que las
importaciones aumentaron de $215 millones a $407 millones, es decir que solo
en los primeros doce años de gobierno neoliberal las exportaciones agrícolas se
redujeron en un 46%, mientras que las importaciones en ese sector aumentaron
en un 89%. Esto antes de que se firmara el TLC con Estados Unidos, que agudizó
esta situación.
Pese a todos los intentos, tanto de la Reforma Agraria en los años ochenta y
el PTT luego de los Acuerdos de Paz, y a que hubo un porcentaje considerable
de descentralización en la propiedad de la tierra, esto no significó un cambio
en las formas de producción agrícola, puesto que se continuó con la lógica de
producción de monocultivos. La utilización de químicos, semillas mejoradas y
mecanización, seguirían siendo los métodos principales para producir, además
de que seguiría siendo orientada a la satisfacción de la demanda externa y no a la
satisfacción de las necesidades internas. La Reforma Agraria por su ineficiente
implementación, llevó a un proceso gradual de reversión que conllevó al antiguo
sistema de propiedad de la tierra.
Aunado a esta situación, durante toda la década de los años noventa, periodo de
gobiernos del partido ARENA, se redujeron los gastos del gobierno destinados
a las instituciones que apoyan al sector agropecuario; solo del año 1990 en que
se destinaba un 5.2% del gasto total, al 2002, este gasto se redujo al 1.2%. La
agricultura tendría cada vez menos importancia a menos que se volviera rentable
en el marco internacional.
Tendencias en la agricultura
Ésta necesidad por salir del déficit comercial, lo que se presenta es una situación
contradictoria. Como aquí no se producen la mayoría de insumos, mucho menos
las maquinarias, requiere de mayores niveles de importación. Entonces la
balanza comercial seguiría siendo desfavorable para el país.
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III. SOBERANÍA ALIMENTARIA Y AGRICULTURA SOSTENIBLE
Solar familiar en
Jujutla, Ahuachapán.
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Cuadro Nº 3
Producción agroecológica
Veamos en el siguiente cuadro, cuales deberían ser los principios que orientan
la agricultura sostenible.
Cuadro Nº 4
18
Desde el punto de vista de las familias, la agricultura sostenible es entendida
como una forma de producir la tierra de manera respetuosa. Es un compromiso
por cuidar la naturaleza, la vida toda. Una agricultura que posibilita perpetuar y
sostener la vida, no solo de la familia que produce sino de la comunidad entera.
Además de que producir de esta manera, es una experiencia económicamente
viable, si se coloca en contraposición de la agricultura convencional (química)
la Agricultura Sostenible permite garantizar el sustento diario con alimentos
sanos.
Parcela familiar
con prácticas de
conservación y
diversificación en
Jujutla, Ahuachapán.
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IV. COMO UNA SEMILLA QUE SE ESPARCE
“Cuando yo me crié, fíjese que mis abuelos me contaban que ellos no usaban
químicos, sino que sólo sembraban y lo que hacían era solo mantenerlo
limpio, solo con cuma” –Cándido Hernández-.
Viajar a la zona suroccidente del país desde San Salvador es bastante ilustrativo,
por el camino se pueden apreciar las aún extensas plantaciones de caña a lo
largo de toda la carretera y uno que otro “ingenio” para la producción de azúcar,
evidencia del modelo de producción predominante en el país; no obstante, al
llegar al municipio de Guaymango llama la atención las pequeñas parcelas con
producción de maíz y frijol en las laderas que estampan en el paisaje, es en ese
tipo de terrenos donde muchos campesinos producen sus alimentos, con los que
sobreviven la mayor parte del año.
Si bien todo esto fue de suma importancia, trabajar de esta manera generó cierta
dependencia en los “beneficiarios” por la ayuda material, tal como lo describe
Alfredo Umaña, uno de los facilitadores de la institución que trabajan en la zona
desde aquella época: “trabajar de esa manera se consideró una etapa de mucha
inversión pero con pocos resultados”. Los proyectos funcionaban sólo si había
inversión de parte de la institución, pero con poco o nulo empoderamiento de
las familias “beneficiarias”.
Como lo mencionamos, el inicio del trabajo con cada participante pasa por la
transformación de la “parcela humana”. Respecto a esto, Luis Funes, responsable
del área de formación nos aclara que la “parcela o finca humana”, es una figura que
“lo trabajó don Elías Sánchez, agricultor y promotor de la Agricultura Sostenible
en Honduras, y él plantea claramente que cuando la gente logra transformar
su pensamiento y visión en ese momento genera nuevos sentimientos, y eso
te lleva a una acción. Creemos –continúa- que el principal cambio debe de
hacerse cognoscitivo, pero también emocional, pero quizá más en el campo de
la promoción humana (…) y allí la emoción ocupa el primer lugar, porque eso te
lleva a una nueva práctica, como en la educación popular que revisas tu práctica
para recrear tu futuro”.
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Cuadro Nº 5
Los EAC son un grupo de personas voluntarias, por comunidad, elegidas por los
grupos de productores y productoras, para que se conviertan en el enlace directo
entre el SJD y la comunidad y, de alguna manera sean el equipo facilitador y
animador –como su nombre lo dice- del proceso en sus comunidades y caseríos.
“Los hombres y las mujeres necesitamos sentir el corazón del otro en nuestro
corazón, y la gente para sentirse motivada necesita mucho ánimo. Los
campesinos ya no necesitan lástima, sino inspiración. Los problemas del campo,
no se resuelven con paquetes agrícolas, necesitan darse cuenta de cómo en este
mundo tiene posibilidades, destrezas y habilidades. Entonces inspirados en eso,
hemos planteado que no les llamamos promotor, sino más bien necesitamos
que la gente se anime entre ella. Entonces estos equipos de animadores están
compuestos por hombres y mujeres que sienten con las ganas de animar a
los demás desde su experiencia y desde su propia práctica. En estos equipos
todos/as tienen la categoría de animador/a. Se forma un grupo, unos van
despuntando, pero eso no nos corresponde a nosotros (como SJD), pero ellos
deciden quienes son los referentes de la comunidad. Lo único que necesita ese
animador/a es creer en sí mismo, no importa si puede leer, escribir o su género
o su edad. Nosotros no queremos hacer lo que el CENTA, u otras ONG hacen.
Ellos hacen cosas agrícolas y tienen gente buena en el tema técnico y trabajan
en el campo, pero no trabajan el crecimiento personal ni la formación política,
eso hace que no motiven o animen a los demás vecinos”.
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En la memoria de algunos de los ahora animadores se puede describir mejor
el acercamiento inicial entre la institución y la población que sustentan esta
reconversión de la metodología, de una transferencista a una con mayor
participación de la comunidad: “llegaron los del SJD y empiezan a reflexionar con
nosotros sobre cómo recuperar la producción campesina y proponer algunas
técnicas para la recuperación del suelo, de la semilla y de la biodiversidad”
(Testimonio).
“Yo empecé en una reunión en la unidad de salud, ahí nos capacitaban (en
Agricultura Sostenible), pero no decían cómo hacerlo; luego vino un técnico y
me invitaron ir a escuchar las reuniones; como sembrar hortalizas utilizando
abono orgánico, como preparar la tierra para la siembra, así comencé a
sembrar en guacales matas de chile, tomate, cilantro y pepino debajo de los
árboles y seguí reuniéndome. Sentí más ánimo por que también venían con
la siembra de hortalizas y eso me gusta a mí, por que uno ya no gasta en
comprar esas cosas y lo que nosotros cosechamos es orgánico sin químicos”
-Ángela Aguirre-.
“Ya tenemos 2 años, mi hermano me dijo que una organización jesuita estaba
organizando gente y así comencé con ellos. Y ellos venían con el mejoramiento
de la tierra, como ponerle barreras vivas, maíz criollo, frijol, pepino y todo eso
y nos decían que no tiráramos casi químicos. Ellos nos daban demostraciones
y eso nos pareció. Nos demostraban como cultivar con lo orgánico. Como
a nosotros nos gusta eso, allí nos empezamos a involucrar”. –José Antonio
Chávez-.
“En Jujutla eran comunidades nuevas (con las cuales no se había trabajado
antes), se tuvo que hacer un trabajo de hormiga porque teníamos dificultades,
porque había intervención de otras instituciones como el CENTA, que promueve
siempre la agricultura pero muy distinto a nuestro proyecto. Entonces costó
entrar, pero se inició con asambleas de promoción con grupos comunitarios y
los trabajos de intercambio con otras comunidades de Guaymango para que
se motivaran, también se hicieron visitas familiares para ganar confianza”
expresa Beatriz Vicente, facilitadora asignada en la zona de Jujutla.
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Diferencias entre el trabajo del SJD con otras organizaciones
Se llama “La Milpa”, porque como la milpa (el cual es todo un sistema de
producción que integra diversos cultivos y técnicas en el mismo espacio), la
escuela campesina le apuesta a que se vaya desarrollando un proceso de formación
desde la Agricultura Sostenible (integrando distintas experiencias de agricultura
campesina en un mismo espacio); porque más que ser un instrumento para
la transferencia de tecnología es un espacio donde se generan una práctica de
reflexión desde la gente, con la gente y para la gente.
El punto de partida son las “relaciones fundamentales para la vida” (su relación
consigo mismo y con los demás, desde su manera de entender la realidad dentro
de un contexto condicionado), para que las personas tengan la capacidad de
mirarse a sí mismas y transformarse, y cambiar sus actitudes bajo el presupuesto
que esto no es estático sino que es dialéctico.
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Es de notar, que el proceso de formación y acompañamiento, presenta principios
claros en base a una apuesta concreta en el campo de la producción; sin embargo
cada productor, cada familia, cada proceso tiene su propia particularidad,
motivación, dinámica; es así que el intercambio, el diálogo, es el método mas
acertado en esta experiencia, porque se van compartiendo saberes, experiencias
y “cada quien agarra lo que le sirve”.
escuela_campesina-3.JPG
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Mujeres productoras de Vida: transformación en las relaciones de
género
Es por ello que en 2011 se abrió una mayor participación de las mujeres en los
procesos de agricultura sostenible, además de esto, en 2012 se desarrollan –con
mayor énfasis- las capacitaciones de género, lo cual posibilita que más mujeres
se organicen en los grupos de ahorro y préstamo, “los grupos de mujeres trabajan
en ahorro y crédito, huertos caseros y elaboración de productos como jabón”;
además que se involucran en el trabajo de conservación de suelos, recuperación
e intercambios de semillas criollas, estanques de tilapias. En cualquier aspecto
de la experiencia, las mujeres están presentes participando.
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Cómo viven la experiencia algunas de las mujeres participantes
“La tarea de nosotras es tener aves de corral, también nos enseñan a que
tengamos huertos, en ellos tenemos ayote, tomate, chile. Nosotros estamos en
cosas del hogar y los hombres van a la parcela. También el SJD nos enseñó a
vacunar por grupitos, nos daban la vacuna para las aves de corral, pero íbamos
por grupito casa por casa vacunando los animales. También trajeron vacunas
para los tuncos también” –Concepción Vásquez-.
“Yo también siembro y siembro cualquier cosa, siembro frijol de milpa, de vara
de matocho, cuando a él no le queda tiempo, yo ando buscando allí semillas de
cualquier cosa, porque me gusta tener de cualquier cosa porque a mí no me gusta
andar comprando mis cosas, teniendo donde tenerlas uno es mejor sembrarlas”
–María Iris Ramírez-.
“Si creo que hay espacio para nosotras, para participar; una da su opinión
pero en algunos casos quizás por el machismo no la aceptan, hasta que ellos se
equivocan lo aceptan y el hecho que uno sea mujer no significa que no tengamos
nuestro conocimiento, si es posible un poquito mas avanzado que el hombre y
además yo me siento capaz de trabajar y tener la alimentación de mis hijos, no
depender de un hombre, en el grupo participan más mujeres que hombres por
que ellos trabajan pero esto avanzaría si los 2 participaran y así estar consientes
del trabajo que hay que hacer; así tuviera mas impacto” -María Santos-.
“Esa es una de las ganancias que tenemos como familia, este trabajo ella lo
promueve también en la parte organizativa de mujeres y ella también sabe lo de
la agricultura sostenible, si yo me voy para la parcela ella se queda en el huerto,
vienen los niños ellos también siembran sus plantas, por ejemplo la niña mía
vendió 150 bolsas de pilones para hacer el huerto, ella se benefició por el trabajo,
en la granja de los cerdos ellos también se meten a darles de comer.” –Fidel
Ramos-.
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“Labrar la tierra para sustentarnos” Agricultura Sostenible en la
propia parcela
“Tengo caña, plátano, guineo, piña, milpa y le siembro frijol de castilla, tilapias
y loroco, en el huerto casero tengo tomate, chile verde, ejote, rábano y repollo y
para cultivar todo esto utilizamos abono bocachi; que va revuelto con gallinaza
y estiércol de vaca; es buenísimo porque hasta en la milpa lo utilizamos” –José
Antonio Anaya-.
Don Cándido nos ilustra su concepción de AS: “La agricultura sostenible uno va
poniendo de su parte, de su propio interés. En la convencional allí es de invertir
gastos que al final uno trabaja solo para el que le da el crédito. En cambio, con
el maíz criollo es más sostenible, nos reduce más gastos. Aunque no tengo un
cálculo de cuanto gasto, pero sí creo que nos reduce gastos como en un 50%,
porque la semilla criolla es mas agradecida, aunque siempre hay que terciarle
el químico, pero se le reduce una gran cantidad, porque en un tiempo tuvimos
que comprar gallinaza, le revolvimos dos arrobas a un quintal de gallinaza
o una arroba, solo compramos un saco de sulfato. A eso súmele que la tierra
ahora ya es mía, aunque no la alquilaba, pero no tenía un documento que me
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dijera que fuera mía, pero hoy sí”.
En ese mismo sentido, don Manuel García aún mas categórico se expresa así:
“yo entiendo que la AS es para ir sobreviviendo, que con esto no vamos a tener
un gran negocio, es para ir mejorando la vida de uno; es decir para tener que
comer pues”.
Toda esta confianza por los beneficios que les genera la experiencia no significa
que sea vista de manera ideal. Frente a las ventajas de producir de manera sana
y cada vez más sostenible, aún existen algunas dificultades, principalmente
en cuanto a la utilización de algunos insumos y más aún en cuanto a las
necesidades de comercialización de ciertos excedentes. “Cuando hay excedentes,
se comercializan entre los miembros de la comunidad o en caso de necesidades
mayores se lo venden a agencias, pero ellos ponen el precio porque dicen que
dependen de cómo esté en la capital” declara Anum Martínez; en tanto que
María Ramírez matiza un poco: “Vendemos el maíz, maicillo, frijol, cuando
sembramos bastante lo vendemos y de allí compramos las demás cosas que
faltan, y se las vendemos a la gente de la comunidad, a la agencia no, solo
vendemos el frijol, maíz, maicillo”.
Tabla 1
Valga aclarar que el gobierno utiliza criterios a partir del aporte de la producción
al mercado (agronegocios) para definir al campesino. Una de esas categorías es la
de campesino pobre, (325,000) que subsiste pero suple el 70% de los granos del
mercado, quienes además alimentan al sector urbano (empleados, subempleados
y “ejército de reserva”). Una producción que por su situación desfavorable
frente a los productos importados de países que subsidian su producción (por lo
que ingresan a precios más bajos) y frente a un estado de abandono a políticas
públicas genera un círculo de exclusión y pobreza de estos sectores.
Argumento éste último que se utiliza para que sean estos campesinos objeto de
incentivos a través de los paquetes agrícolas, que en esencia lo que provocan
es perpetuar la dependencia a los insumos químicos, ya sea a través de
financiamientos, créditos, regalías y para seguirlos expoliando a través de la
subordinación de estos al agronegocio.
Sin embargo, aunque los campesinos posean menos tierra, producen mayor
cantidad de alimentos, pues es esa su vocación, frente a la gran industria agrícola
cuya vocación es producir materias primas exportables para obtener ganancias
sobre el hambre de la población. Por tanto, son dos modelos totalmente
opuestos, pese a todos los intentos que pretenden optar por una vía intermedia.
La producción campesina es la que conserva y sustenta la vida.
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Los BVC: centros para conservar la semilla
Para el SJD (2010, p. 20), los BVC son: “una estrategia de participación
comunitaria que busca ir generando expresiones reales de soberanía y
seguridad alimentaria, y participación democrática sobre los recursos para la
producción, la alimentación y generación de ingresos económicos”.
Este tipo de estrategias posibilita que cada vez más agricultores tengan
posibilidades de iniciar con la siembra de semilla criolla, e ir independizándose
del uso de semillas híbridas. Pero también, es una oportunidad para establecer
relaciones de intercambio entre los mismos miembros de la comunidad, bajo
sus propios acuerdos y establecer un vínculo de confianza entre ellos y acercarse
a un proceso inicial de organización campesina.
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El buen maíz
En mi parcela con maíz criollo, se ven las grandes mazorcas; aunque este maíz
también es bien delicado, porque me pasó como dos años que me lo tiraban al
suelo, (el viento) todo me lo botaba y la gente me decía: ‘mire si ese maíz lo bota
siempre’. (Pero) fíjese que una vez fuimos a una capacitación a la Majada, y se
vino una “gran culebrina”, la milpa de mi hijo era del maíz santa rosa y estaba
empezando a engrosar el “jilote”, el mío estaba entrando en elote, entonces se
lo dejó tendidito todo, y él me dijo: ‘mire fíjese que perdí la manzana’. No la
ha perdido-le dije yo-. Entonces cuando llegó el tiempo de la dobla, le dije que
pelara el elote para que viera, y mire el maíz como que no lo había botado. Esta
es una ventaja del maíz criollo y no como ese maíz pintado que dan. Y sabe que
este maíz criollo si se cae se va con tierra y el otro (el maíz híbrido) si se cae se
va quebrado.
Y así una sobrina que quería maíz y yo le di, como acá viene la gente a traer a
veces. Pero lo que afecta es el maíz químico, si la gente tiene eso cuesta que lo
dejen. Mire ese maíz pintado quebrado se va todo y allí se pierde la cosecha.
-Manuel García-
“Antes, teníamos la costumbre de que nos dieran todo, esperamos a que nos
regalen paquetes y nos cuesta un poco salir de esa dinámica” afirma uno de
los protagonistas. Esta afirmación rescata la necesidad del trabajo organizativo.
Cuando la gente siente que es un regalo, no logra apreciar la importancia del
trabajo en la organización.
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de que participe un técnico de la institución, son los mismos animadores y
animadoras comunitarias quienes promueven la agricultura sostenible con los
demás miembros de las comunidades.
Obstáculos
“Las dificultades que yo veo es que hay muchos programas que involucran
las semillas mejoradas, entonces la gente cuesta que se involucre en estos de
semilla criolla” –Concepción Vásquez-
De esta manera lo que se promueve es que las personas sigan usando insumos
químicos; sigan utilizando sus pocos recursos para la obtención de préstamos
cada vez más difíciles de pagar, lo cual hace insostenible la experiencia puesto
que terminan cediendo sus parcelas o emigrando a las ciudades.
5
Aunque este elemento es importante, una de las limitantes de este trabajo ha sido la imposibilidad
de sustentar con datos, las mejorías en términos de nutrición y autosuficiencia en las familias
involucradas en la experiencia. N de A.
39
El otro elemento que obstaculiza el trabajo es el hecho que Guaymango
particularmente es uno de los municipios considerados en pobreza extrema
severa, situación que hace que muchas ONG establecieran su trabajo en este
sitio; sin embargo, la dificultad estriba en que a una misma persona le llegan 10 ó
15 mensajes diferentes y por lo tanto intenta experimentar con cada uno de ellos;
así se reduce las posibilidades de participación, puesto que una misma persona
pueda estar participando de tres o cinco procesos totalmente distintos, gente
que está en todo pero concretizando poco. La gran cantidad de ONG dificulta
la participación, pues algunas personas participan de varios procesos a la vez,
además de limitar su tiempo, genera confusiones en la perspectiva que se busca.
40
V. LOS APRENDIZAJES DE LA EXPERIENCIA
“Esto lo hemos hecho para beneficio propio y para enseñar a otras personas,
para economizar, para alimentar a nuestras familias. Hemos aprendido a
hacer huertos caseros, sembrar maíz criollo, sembrar estanques de tilapias,
frijol abono, hacer abono orgánico, abono foliar, herbicida orgánico”
(Testimonio).
El SJD ha tenido que cambiar de metodología para hacer mas efectivo su aporte
a las comunidades, la recreación de ella ha abierto un mayor protagonismo de
las comunidades donde realizan su trabajo.
42
Ahí me decidí hacerlo
“Que no se va a gastar la plata en otros lados, sino que uno ya puede hacer los
venenos aunque no son iguales que el químico, porque el natural es más despacio
que mata y a veces se vuelve a aparecer. Pero hay que acostumbrarse.
Aun hay mucho que trabajar en términos económicos, pues es notorio que aun
valorizando la práctica y los resultados visibles en las parcelas, sigue siendo
deficiente el manejo de una estructura de costos que demuestre cuantitativamente
los avances en esta experiencia. Se siguen contabilizando los costos solo por el
dinero gastado en insumos y no por los costos reales de producción, que incluyen
entre otras cosas, la fuerza de trabajo familiar. Algunos lo intentan como es
el caso de Fidel Ramos: “Yo he aprendido a hacer mis análisis de costos de
43
producción, porque yo ahora ya puedo hacer mis análisis y como enseñárselos
a las demás familias, yo por ejemplo yo trabajo con 28 familias, yo les digo
que apunten todo lo que se ocupa en la parcela, investigamos los precios, si la
familia consume 6 sacos de fórmula, le decimos que compre solo 3 que con eso
saca 2 manzanas de maíz criollo. Le hacemos dos cuadros de los gastos de las
dos agriculturas y allí que vea él con que se queda”.
Por lo tanto, el hecho de que no toda la gente lo haga igual, no significa que las
personas no se estén apropiando de la propuesta, a veces se repite una técnica,
otras veces se experimenta, pero se van adaptando a las condiciones propias,
así hasta que se van encontrando los beneficios, materiales y simbólicos, a
las familias y a la comunidad. La agroecología y la agricultura sostenible son
principios y prácticas contra la homogeneización de la agricultura. No hay un
solo método, un solo camino, una misma fotografía para todas las parcelas.
Cada una es singular, lo que se comparten son –reiteramos- los principios y no
las recetas.
45
VI. RETOS Y RECOMENDACIONES
“Mucha gente se convenció cuando vio mi producción”
Esto requiere de un tipo de organización que eche andar la propuesta, es por ello
que es necesario y hasta ineludible, abrir pauta para una organización campesina
de base, autónoma a las instituciones, que no sea una extensión de las ONG, sino
el justo derecho de las familias campesinas a organizarse que garantice la lucha
por sus legítimos intereses. Pues a pesar de la buena voluntad que se expresa
desde la institución, nos parece que falta una estructura orgánica con identidad
propia. Para ello nos basamos bajo el supuesto del SJD en la cual la organización
comunitaria es la base para hacer sostenible en el tiempo los procesos que se
desarrollan.
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Para reforzar una propuesta desde las comunidades es importante mantener
relaciones con instituciones que refuercen con elementos técnicos el camino a
seguir, por ello es necesario mantener una línea de investigación que demuestre
los beneficios de la agricultura sostenible en la región y su aporte a la alimentación
de la población. Así como la de impulsar una línea de estudios sobre tenencia y
propiedad de la tierra en la zona y buscar alternativas y/o políticas para que esta
pase a manos de campesinos que carecen de ella.
Desde la misma experiencia, es notorio que las familias campesinas son más
abiertas a asumir la AS en base a “testimonios evidentes”, es por ello que las
modalidades de intercambio debería de mantenerse y ser más constantes,
por lo que los procesos formativos podrían tomar siempre en cuenta este tipo
de acciones que construyen y fortalecen la incorporación de más personas al
proceso. En relación a esto, una recomendación a los responsables de los proceso
de formación y de asistencia técnica es la de establecer espacios de intercambio
bajo la premisa fundamental que la educación es una construcción colectiva de
conocimientos y a su vez, es la aplicación práctica de los aprendizajes extraídos.
“El espacio siempre está, pero a veces no existe la voluntad o el interés de las
personas; si todos nos entusiasmáramos y tuviéramos un objetivo de todos
trabajar y no depender de los agroservicios sería diferente la cosa, porque
cuando a uno le cuesta algo más lo estima”
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DOCUMENTOS CONSULTADOS
VIDEO
“Cosechas Amargas”. 2005. Producción de Alba Films y Alba Sur, con guión
de Félix Zurita y Ernest Cañada. Nicaragua.
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ANEXOS
Campesinas y campesinos
No. Nombre Comunidad
1. Alonso Rodrigo García Los Puentecitos
2. Ángela Aguirre Cantón Ixtapagan
3. Anum Martínez Monroy Caserío Los Martínez
4. Cándido Hernández Comunidad Los Mata
5. Carlos Alfredo Vásquez Los Puentecitos
6. Carlos León Comunidad Cashagua
7. Concepción Vásquez de García San Andrés
8. Fidel Ramos González Cantón Los Puentecitos
9. Florentino Barrientos Torres Cantón Ixtapagan
10. Gerarda Sánchez Guardado Los Méndez
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