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También, hace tres décadas, las técnicas de construcción y sobre todo los

reglamentos para las nuevas edificaciones eran muy diferentes a las que
tenemos hoy. "Actualmente tenemos mayor entendimiento de la geofísica del
suelo y cómo se comporta un sismo. A partir del temblor del 85 se tuvieron que
corregir las normas técnicas complementarias del Reglamento de Obras del
Distrito Federal",

NORMAS MÁS ESTRICTAS

Dos años después del terremoto, en 1987, se publicó un nuevo Reglamento de


Construcción que incluía normas de emergencia y mecanismos de control más
rigurosos para la supervisión de las obras.

"A raíz del sismo se hizo más estricto el cálculo para los edificios; las fuerzas y
cargas se incrementaron considerablemente, ya no era lo mismo un edificio de
antes del 85 a después del 85",

En 1997 se volvió a actualizar el reglamento en el cual se especifican por


primera vez los tres tipos de suelo de la Ciudad de México para establecer la
resistencia y las características bajo las cuales un edificio debe ser construido
para resistir un temblor.

La zona 1 o de lomas, que es la parte alta del Valle de México, la zona 2 que es
la franja que divide a la zona 1 de la 3 con características de ambos suelos, y la
zona 3 o del lago, con un suelo mucho más blando debido a que es donde se
encontraba Lago de Texcoco y el Lago de Xochimilco; y en 2004, la zona 3 se
subdivide en a, b, c y d.

La construcción y sus materiales no tenían en ese momento (85) toda la


investigación que hay actualmente. Ahora no sólo se revisa constantemente
cuán resistente es el concreto, sino también se han desarrollado sistemas
hidráulicos para colocar en los edificios a manera de amortiguar los
movimientos telúricos, e incluso, sistemas que contrarrestan casi por completo
el movimiento, al funcionar como especie de balanza.

Hoy, un edificio puede resistir un sismo de 8.1 grados o más porque los
edificios ya se piensan con una sobre resistencia, dependiendo del tipo de
suelo y uso que se le va a dar, explicó el ingeniero Navarro.
"Los edificios aquí en México están diseñados con la filosofía de aceptar
grietas o muros dañados, pero que no llegue al colapse", comentó el doctor
Berrón.

HECHO 3. NEGLIGENCIA CONSTRUCTIVA

ANÁLISIS
El terremoto revela falta de rigor en la aplicación de normas de construcción en
Ciudad de México, presentada el 25 de septiembre de 2017, se obtuvo la
siguiente información correspondiente:

La razón podría estar relacionada más con cómo fue el terremoto en sí y, a


diferencia de lo que muchos piensan, menos con los códigos de construcción
adoptados durante los últimos treinta años.

En un estudio liderado por Reinoso a partir de 150 edificios construidos


después de 2004, la última gran reforma a la regulación de construcciones, se
halló en que muchos no cumplían con los estándares oficiales. En varios casos,
los edificios revisados ni siquiera tenían el papeleo suficiente de planos y otros
factores como para revisar por completo el cumplimiento.

De acuerdo con el estudio de Reinoso y otros, el 71 por ciento de los edificios


que sí pudieron ser revisados no cumplían por completo con las normas
técnicas oficiales, mientras que el 36 por ciento ni siquiera cumplió con un
estándar menor.

“Y a la industria de la construcción se le ha ido la mano. Le dan más


importancia a los acabados y a que se vea bonito a que haya un buen diseño
de la estructura”, añadió Reinoso en entrevista telefónica.

INTERPRETACIÓN
Aunque las regulaciones de construcción de la capital mexicana son
consideradas de las mejores del mundo, hay fallas en el cumplimiento, de
acuerdo con académicos, oficiales e inspectores de obra.

Así que, como sucede con tantas cosas en México: el problema no es la ley,
sino cómo se acata. Ya sea por falta de voluntad política, la corrupción presente
en tantos sectores o la disfunción burocrática, una de las amenazas más
mortíferas para el país no ha sido apropiadamente atendida.

Hasta el momento no se tienen indicios de que las fuerzas de diseño (i.e. los
criterios de resistencia estructural) actualmente vigentes en el reglamento de
construcción de la Ciudad de México se hayan excedido durante el sismo del
19 de septiembre de 2017. Por lo tanto, los edificios construidos en los últimos
años no deberían haber sufrido daños.

Sin embargo, en el caso de estructuras comunes, el Reglamento de


Construcciones de la ciudad no exige que las edificaciones antiguas sean
reforzadas para resistir las fuerzas especificadas en las normas emitidas
después de su fecha de construcción. Es posible, entonces, que en el caso de
edificaciones antiguas sí se hayan excedido las fuerzas de diseño con las que
fueron proyectadas.

Independientemente de lo anterior, se sabe que existe un grave problema


por falta de cumplimiento de las normas especificadas en el reglamento vigente
de construcción, documentado en proyectos de investigación realizados en la
UNAM. En consecuencia, los daños observados se explican mejor con la falta
de observancia de las normas, más que por posibles deficiencias en el
Reglamento de Construcción actual.

Debido a la modificación que se les hicieron a las normas la tragedia fue menor
en comparación a la de 1985, sin embargo, dice que los edificios que se
cayeron

Otro punto muy importante a destacar es la corrupción existente en nuestro


país, ya que aquí existen demasiados intereses que son una de las amenazas
más mortíferas para el país y que no ha sido apropiadamente atendida.
APÉNDICE 3. MODIFICACIONES QUE SE LE HICIERON AL REGLAMENTO
DEPSUES DE LOS SISMOS

Las ocho normas que integran al Reglamento de Construcciones serán


modificadas, además, a fin de mejorar las condiciones de seguridad en las
edificaciones que se realizan en la ciudad.

Sergio Alcocer, integrante del Comité Asesor de Seguridad Estructural de la


Ciudad de México, explicó que las ocho normas vigentes tienen que ver con el
diseño de las construcciones (carga gravitacional, viento y sismo); cuatro más
sobre los materiales (concreto, acero; mampostería y madera) y una más sobre
cimentaciones.

Indicó que la revisión de estas se tiene un avance del 95% y se espera que
estén listas en dos semanas; en el caso de la norma referente a sismos, en
este se están considerando las afectaciones que dejo el sismo del 19 de
septiembre.

Sergio Alcocer informo que la novena norma (entregada al Gobierno de la


Ciudad de México el 18 de septiembre, un día antes del sismo de 7.1 de
intensidad), establece la necesidad de revisar los proyectos de construcción de
edificaciones completas, como es el caso de aquellas con excavaciones
prof8undas para su cimentación, que son muy altos o cuentan con
estacionamientos en plantas bajas.

Indicó que esto implicará que se tengan dos niveles de revisión de seguridad
estructural y que al final derivará en un dictamen que será entregado al Instituto
de Seguridad de las Construcciones. “Varios de los que se pide que se revise
coinciden con los que colapsen”, señaló.

La décima norma se refiere a la construcción, precisó que en este caso


especifica que se puede rehabilitar cualquier edificio para ser de nuevo
habitable siempre y cuando no haya perdido su geometría en cimentación y
columnas.

Ante ello, el integrante del Comité Asesor de Seguridad Estructural de la


Ciudad de México, dijo que se ha pedido al jefe de Gobierno, Miguel Ángel
Mancera, no iniciar con las rehabilitaciones de edificios dañados por el sismo
en tanto no se tenga lista esta nueva norma.

Este Comité se integró tras el sismo de 1985, en el participan 16 expertos en


ingeniería estructural y académicos, su labor se centra en la revisión de las
normas de construcción.

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