6. ¿Qué papel cumple el sodio en la osmolaridad plasmática y en la tonicidad de las
soluciones corporales? Las alteraciones de la Osmolalidad suelen señalar alteraciones del Na (hipo o hipernatremias), con sus consecuencias principales de hiperhidratación celular en el primer caso, o deshidratación intracelular en el segundo, al ser el Sodio un ión fundamentalmente extracelular. Deshidratación isotónica (sodio sérico 130-150 mEq/L): se produce cuando se pierden sodio y agua en proporciones isotónicas. La causa más frecuente es la pérdida de líquido por el aparato gastrointestinal, pero también se puede producir por pérdidas renales, pérdidas insensibles a través de la piel o por el tracto respiratorio, que no son reemplazadas. Se caracteriza por un valor normal sodio sérico. Mientras la concentración de sodio en plasma sea normal, no habrá redistribución de agua que salga o entre al compartimento celular. El resultado será una depleción de volumen que activará los receptores de volumen efectivo circulante. En algunos casos se estimulará la liberación de ADH promoviendo la retención de agua, dando lugar a hiponatremia si el sodio no es reemplazado en la misma medida. Deshidratación hipertónica (sodio sérico > 150 mEq/L): esta clase de deshidratación es frecuente y se observa en cualquier caso en el que haya pérdida de agua en exceso respecto a la de sodio. Suele producirse en casos de ausencia de hidratación oral o por aporte de líquidos deficiente por vía parenteral. El sodio aumenta su concentración en el espacio extracelular, sin que pueda ser compensado por transferencia de sodio al interior de la célula. Se produce una salida neta de moléculas de agua desde las células al espacio extracelular, hasta conseguir la isotonicidad entre ambos compartimentos, aunque con valores más altos que al inicio. Se estimulará la secreción de ADH para disminuir la excreción de agua. Deshidratación hipotónica (sodio sérico < 130 mEq/L): ocurre cuando la pérdida de sodio excede la de agua. Es muy frecuente en la insuficiencia renal crónica o cuando las pérdidas de líquidos isotónicos se reponen con agua y con ninguna o escasa sal. En la ausencia de estas circunstancias se debe casi siempre a la imposibilidad para suprimir la ADH (ej. estados en los que hay disminución del volumen circulante o síndromes de inadecuada secreción de ADH). Disminuye la concentración de sodio en el plasma y por lo tanto la osmolaridad efectiva del líquido extracelular, lo que da lugar a paso de agua desde hacia el interior celular. Este paso de agua al espacio intracelular magnifica la pérdida de volumen extracelular. Estrictamente, cuando se habla de deshidratación, nos referimos a pérdida de agua que da lugar a elevación de la concentración del sodio plasmático, con la consiguiente movilización de agua del espacio intracelular al extracelular, produciéndose un déficit de agua a nivel intracelular. La población anciana es especialmente susceptible a la misma. Causas comunes de deshidratación en esta población incluyen estados confusionales y toda circunstancia que haga difícil la ingesta de agua, muchas veces en relación a una movilidad reducida. Además, la población anciana tiene menor sensación de sed y mayor porcentaje de masa grasa, que contiene menor porcentaje de agua que el tejido muscular. Asimismo, y debido a que el sistema renal tiene menos capacidad de eliminar agua, pueden desarrollar estados de hiperhidratación con mayor facilidad. La deshidratación puede ser leve, moderada o grave dependiendo de la cantidad de líquido corporal que se haya perdido o que no se haya repuesto. Cuando es grave, la deshidratación es una emergencia potencialmente mortal.