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UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS


Doctrinas económicas I
Laura Sofía Castaño Sierra
Antropología
La “Uberización” del trabajo desde una perspectiva marxista
Karl Marx fue un gran filósofo y economista, cuyas obras alteraron el curso de las disciplinas
sociales, económicas y científicas de su época, su vida como pensador tuvo una influencia
enorme en el curso de la historia. Una de sus más grandes obras es ‘El capital’ publicado en
1867, es un tratado de critica de la economía política de su época; no solo ha sido leída como
tratado económico sino también como una obra de filosofía y tratado político sobre las
diversas relaciones de dominación y lucha entre clases. En El capital, Marx escribe sobre
diferentes dimensiones de la vida del hombre en función de su esencia económica; para el
desarrollo de este texto, quiero retomar su teoría del valor y su noción de trabajo centrándome
en los primeros capítulos de El capital, articulando sus teorías con el tema del fenómeno de
uberización de la economía moderna y la implicación de las transformaciones tecnológicas
en los sectores laborales.
En el primer lugar, es importante tener clara la noción de trabajo en Marx, definida como la
actividad en la que el hombre transforma su realidad para la satisfacción de sus necesidades
físicas y sociales, en este punto, es importante precisar que la noción de trabajo en Marx no
se limita a su dimensión puramente económica sino que trasciende de ella hasta convertirse
prácticamente en una categoría antropológica: Marx caracteriza al los humanos como seres
dotados de un “principio de movimiento” principio determinante en su impulso de creación
para la transformación de su realidad; el hombre es un ser activo y el trabajo es la expresión
de sus capacidades físicas y mentales, es el lugar donde el hombre se desarrolla y perfecciona
(es decir, donde debería desarrollarse y perfeccionarse). La idea de Marx es que el trabajo no
debería estar limitado a la producción de mercancías sino que debería ser un fin en sí mismo
para la realización personal y que pueda ser disfrutado.
A partir de esta concepción del trabajo humano, que supone que este debe ser un escenario
de realización personal y parte de la vida ideal, no es extraño comprender que el tema central
de la filosofía marxista sea: la transformación de trabajo sin ningún sentido, enajenado y
como mero medio, en un trabajo enriquecedor y sobre todo libre. Es importante resaltar que
Marx otorga gran importancia al trabajo para caracterizar la naturaleza humana: escribe que
podemos hacer distinción del hombre y los animales por la conciencia por la religión o por
cualquier cosa, pero el hombre mismo se diferencia de los animales desde el momento en
que es capaz de producir sus medios de vida a través del uso de sus facultades corporales y
mentales; el hombre al producir sus medios de vida produce indirectamente su propia vida
material. (Marx y Engels, 1968)
Así mismo, escribió que el trabajo es, en primer lugar, un proceso entre la naturaleza y el
hombre, proceso en el cual éste realiza, regula y controla mediante sus acciones su
intercambio de materia con la naturaleza. En este proceso, el hombre pone en acción las
fuerzas naturales que componen su biología, sus brazos, piernas, cabeza, manos… para
asimilar de forma útil para su propia existencia las materias que la naturaleza puede brindar;
así, también actúa a la par sobre la naturaleza exterior a el para transformarla. (Marx, 1867)
Teniendo clara la noción de trabajo en Marx, podemos hablar de su teoría del valor, pues lo
uno va ligado a lo otro; en el capítulo primero de El capital, titulado ‘La mercancía’, el autor
nos enseña desde su perspectiva, que es un objeto que en lugar de ser consumido por el
productor, es destinado al cambio o a la venta. Pasando por las nociones de valor de uso y
valor de cambio, donde respectivamente la utilidad de una cosa que depende de sus
cualidades naturales y aparece en su uso o consumo, hace de ella un valor de uso; mientras
que la proporción variable en que las mercancías de especie diferente se cambien entre sí,
constituye su valor de cambio. Como valores de uso las mercancías, son primeramente, de
cualidad distinta; pero como valores de cambio, solo pueden ser diferentes en cantidad.
Siendo así, si se excluyen las propiedades naturales –valor de uso de las mercancías–, solo
les queda la cualidad de ser productos del trabajo. (Deville, 1934). Más adelante
retomaremos las nociones de valor de uso y de cambio.
Las mercancías son valores en tanto que en ellas se ha acumulado trabajo, y son las
materialización de ese trabajo. La substancia del valor es el trabajo y la medida de la cantidad
de valor es respectivamente la cantidad de trabajo que a su vez se mide por la duración, es
decir, por el tiempo de trabajo. Ahora bien, es necesario tener claro que el tiempo de trabajo
que determina el valor de un producto es el tiempo socialmente necesario para su producción.
En este sentido empezamos a hablar directamente del valor de las mercancías entendiendo
como principal fuente de aquel, el trabajo. (Deville, 1934).
El trabajo humano, sin importar la época, tiene como fin la satisfacción de las necesidades
de los ínvidos, necesidades que no solo comprenden las fisiológicas, sino también las
necesidades sociales. Para comprender las implicaciones de dichas necesidades en el trabajo
y viceversa, lo primero que se debe tener en cuenta es el valor de uso pues Marx define la
mercancía precisamente como valor de uso así: la mercancía es un elemento apto para la
satisfacción de necesidades humanas, cualquiera que estas sean –aquí es irrelevante si se trata
de necesidades fisiológicas como comer o de necesidades fantásticas–, la satisfacción de las
necesidades constituye el valor de las mercancías. “No existe ningún valor (valor de cambio)
sin valor de uso (satisfacción de necesidades), pero pueden existir valores de uso (bienes) sin
valor (valor de cambio), si bien satisfacen necesidades (según su definición).” (Heller, 1978,
p. 21).
Con respecto a lo anterior, se puede decir que un valor de uso solo tiene valor cuando se le
acumula cierta cantidad de trabajo humano; a continuación ofreceré un ejemplo: el agua que
nace de un páramo, aunque es útil para suplir muchas necesidades humanas, carece de valor;
pero si por medio de cataros o mangueras se la transporta a una vivienda, inmediatamente
adquiere valor porque para hacerla llegar hasta allí se ha gastado cierta cantidad de fuerza
humana. Una cosa puede ser útil y también producto del trabajo sin ser mercancía; todo el
que con su producto satisface sus necesidades propias, se limita a crear un valor de uso por
su propia cuenta. Para producir mercancías hay que producir también valores de uso con la
idea de entregarlos para el consumo a través del cambio.
Marx planteó sus postulados como un análisis de las características y problemáticas del
sistema capitalista, otorgando una alternativa a él, pero el auge de la globalización y a su vez
del capitalismo, no permitió la implementación de dichas alternativas sino que tomó mucha
fuerza y se estableció como el sistema económico mundial hasta nuestros días. El sistema
capitalista, es un monstruo que ha atravesado todas las dimensiones de la vida humana desde
su nacimiento; en la actualidad, representa muchos problemas de desigualdad, pobreza,
precarización de la vida, entre otras cosas; además de que se ha convertido en un sistema que
genera demasiadas necesidades para los seres humanos pero no suficientes formas de
suplirlas.
En este vaivén de la vida económica de los seres humanos –y no solo ahora, sino en la
historia del capitalismo–, han existido relaciones de dominación en el trabajo, originadas
desde el momento en el que los dueños del capital se apropiaron de los medios de producción,
es decir de las herramientas para la creación de mercancías que satisfacen necesidades,
haciendo que los trabajadores tengan que laborar para ellos a partir del acceso a los medios
de producción y esperando un salario que les permitirá comprar mercancías para la
satisfacción de sus necesidades.
Lo anterior nos lleva a establecer dentro de este texto, la noción de fuerza de trabajo,
propuesta por Marx. Para él, lo que un trabajador ofrece a su empleador (dueño de los medios
de producción) no solo es el trabajo, sino lo que vende es su fuerza de trabajo que consiste
en el conjunto de las capacidades del ser humano para trabajar, capacidades corpóreas y
mentales; pero en el sistema capitalista, el trabajador se convierte en mercancía al ser algo
que se compra y se vende en el mercado; al ser mercancía, quien decide sobre él es el
capitalista que es tanto dueño del trabajador, como dueño de los resultados del trabajador.
Refiriéndose a la actividad de trabajar, Marx plantea que lo que vende el trabajador al
capitalista es su fuerza de trabajo que es un valor de uso; por definición como ya lo
mencionamos, el valor de uso satisface necesidades: la necesidad de la producción de la
plusvalía y así la necesidad de la valorización del capital. Ahora bien, si consideramos la
génesis histórica de la producción de plusvalía, llegamos a una concepción muy similar que
corresponde a la división del trabajo; el desarrollo de la división del trabajo y de la
productividad crea la riqueza y la multiplicidad de las necesidades, pero aquellas necesidades
son distribuidas a su vez en el lugar que ocupan en la división del trabajo. En la
contemporaneidad, las necesidades del capitalismo empezaron sutilmente a mostrarse más
importantes que las necesidades del trabajador que vende su fuerza de trabajo, lo que
representó una reducción de las necesidades del hombre a necesidades económicas
solamente. (Heller, 1978)
Los planteamientos de Marx han servido como bases para muchas otras teorías y formas de
comprensión de la economía, incluso muchas décadas después de su muerte; el capitalismo
no se ha apagado y a pesar de haber presentado muchas crisis a lo largo de la historia, parece
ser inevitable e invencible; en nuestros días, he podido evidenciar la forma en que el sistema
económico actual ha influenciado las políticas públicas de los países y a su vez, ha
establecido brechas de desigualdad y dominio. El sistema permite que las personas ricas sean
cada vez más ricas y que los pobres tengan muchas dificultades para acceder a formas dignas
de vida y así mismo de trabajo; además de que la globalización y el auge de las nuevas
tecnologías ha permitido la creación de nuevos empleos en plataformas digitales, es decir
que el empleado ya no solo se reconoce a sí mismo de forma física sino que tiene una nueva
identidad desde las plataformas tecnológicas.
En otras épocas, como la de Marx por ejemplo, era imposible imaginar que por medio de un
aparato electrónico desde casa, se podía pedir a domicilio una gran variedad de productos del
mercado o incluso, pedir transporte puerta a puerta sin tener que esforzarse por detener un
taxi o caminar hasta el transporte público –como en nuestros días–. El sistema económico
supone ciertos beneficios cuando se es empleado, pues además de contar con un salario digno
–que se establece en cada territorio– y que es fijo, lo que aporta seguridad y tranquilidad a la
hora de afrontar los pagos básicos para subsistir, se cuenta con estabilidad, comodidad,
vacaciones pagas, bajas por enfermedad pagas, además de una red de trabajo en grupo que te
fortalece y te ayuda a mejorar tus capacidades (o al menos así se supone que debe ser).
La modernidad entonces supone una nueva forma de empleo que ha sido muy controversial
pero que cada día toma más fuerza alrededor del mundo, y lo nombraremos aquí como
uberización, fenómeno que se ha hecho cada vez más frecuentes en los países de América
Latina, ya no se trata de un fenómeno exclusivo de los países desarrollados. Es importante
reconocer los factores que impulsan el avance de la economía de plataforma: la alta
incidencia en la informalidad, la precariedad laboral que caracteriza a los países de esta
región, la inseguridad jurídica y la desprotección que alcanza a millones de trabajadores son
algunos que hacen parte del contexto.
Esta forma de trabajo se vende de manera muy amable, a diferencia de los empleos
convencionales, los trabajadores de plataforma no cumplen un horario establecido, son sus
propios jefes, no rinden cuentas, manejan su tiempo y su dinero, etc.; en el plano jurídico, la
uberización de la economía representa una vida de escape frente a marcos normativos
restrictivos que tiene implicaciones en las obligaciones en materia de seguridad social. En el
plano organizativo, las plataformas ‘delivery’ (reparto o entrega) tienen como función final:
colocar bienes, servicios, fondos e información directo ene le lugar de consumo, es decir,
directamente en las manos de los clientes; estos sistemas, unen a las dos partes del mercado
(cumpliendo la función de puente): al productor de los tipos de mercancía mencionadas y a
los clientes que las consumen. (García, 2018)
Todo lo que he escrito parece ser bueno porque se podría pensar que el sistema está tan
evolucionado tecnológicamente que nos permite acceder al mercado de estos bienes de forma
fácil y rápida, y lo único que se necesita es tener conexión a internet, pero como usuarios de
los servicios delivery, no vemos la otra cara de la moneda y es importante mencionarlo aquí
porque considero que es donde estos servicios no son realmente tan buenos como los pintan,
así que veamos cómo funciona esto.
La primera germinación de automatización de la industria en los inicios de los años 60
prometía el crecimiento económico y el aumento del empleo, pero a pesar de ello se observa
una perdida masiva de empleos y una intensificación de las políticas de flexibilización
laboral. Hoy, en los tiempos de los dinámicos avances tecnológicos industriales, la llamada
“uberización del mercado del trabajo” ya es un hecho y continúa en tendencia mundial, la
digitalización de los vínculos en todas las dimensiones. Estas nuevas formas de vinculación
laboral, atravesada por una lógica de libre competencia y poca preocupación por los
organismos trabajadores, ayudan al nacimiento de la precarización y explotación colectiva.
Esto es evidente desde que comenzaron los servicios de Uber, sin embargo el fenómeno se
extiende a las empresas delivery de comida y de oferta de servicios, donde es muy poco
importante la profesión de quienes los realizan.
“La forma aparentemente colaborativa, donde supuestamente las partes se ponen de acuerdo
con los valores, métodos y condiciones para la realización de la compra y venta de servicios,
significa la eliminación de los intermediarios entre quien consume y la empresa –en este caso
las plataformas digitales– utilizando la mano de obra como simple accesorio para la
realización de la transacción. No hay vínculo, obligaciones o seguridad que garantice a la
persona que está realizando este trabajo un mínimo de respaldo.” (Virginia, 2018)

Como ya lo mencioné, las plataformas digitales se venden a sí mismas de forma agradable,


además de dar una falsa idea de que quienes ofrecen su fuerza de trabajo (los empleados)
están siendo beneficiados con las tecnologías desarrolladas para cualquier persona. La idea
de convertirse en su propio jefe arrastra una cantidad significativa de personas desempleadas
que se rigen bajo la lógica de reorganización donde coexisten proveedores y consumidores
dispuestos a una negociación sin límites.
Además de lo anterior, este fenómeno es cómplice de la destrucción de los derechos laborales
y sociales (parte del modelo neoliberal), y de la transferencia de los costos y riesgos que el
trabajo implica al propio empleado; esta es la idea capitalista de que las necesidades de las
poblaciones son un obstáculo para la reproducción. (Virginia, 2018). Esta perdida de los
derechos del trabajo como lo conocemos hasta ahora es consecuencia de la flexibilidad
laboral, que esta compuesta por un conjunto que a simple vista favorecen los derechos de los
trabajadores en materia de los contratos laborales y libertad de contratación. Lo que se podría
resumir a grandes rasgos como la no regulación del mercado laboral. Esta forma de
flexibilización laboral de alguna u otra manera conducen inevitablemente a la precarización
del trabajo y de la vida misma. (WorkMeter, 2013)
Entendemos aquí como precariedad o precarización laboral, a la situación en la que viven
miles de personas trabajadoras que por motivos diversos soportan procesos que acarrean
inseguridad, incertidumbre y falta de garantías en las condiciones de trabajo, pero mucho
más allá de lo considerado como normal. La precariedad laboral que por naturaleza es un
gran problema para la vida moderna, tiene especial incidencia cuando los ingresos
económicos generados gracias al trabajo no son suficientes para cubrir las necesidades
básicas; en las sociedades desarrolladas, las necesidades a satisfacer no se limitan a aquellas
relacionadas con la supervivencia biológica sino que incluyen las necesidades socialmente
determinadas como el ocio, la comunicación, cultura, cuidados personales, afectos, etc.
Las altas tasas de desempleo hacen que los sistemas económicos de plataforma crezcan
puesto que para ingresar a ese trabajo no se hace ningún filtro de admisión, quien disponga
del tiempo puede emprender un trabajo independiente prestando algún servicio en
plataforma. Una gran cantidad de personas ya no aspiran a tener empleos con condiciones
laborales dignas, el sistema capitalista ha ido enseñando a la gente a acomodarse a lo que hay
en la medida en que se asegure su existencia.
Para concluir, fenómenos como la precariedad laboral, los puedo relacionar directamente con
la noción de trabajo en Marx, donde el hombre aprende a estar dominado y se vive tanto
tiempo bajo ese yugo que las personas se desprenden de su criterio propio convirtiéndose en
seres fáciles de manipular por el sistema, seres adoctrinados con mentalidad de subalternos.
Además de esto, el trabajo ha perdido su valor, la mercancía fuerza de trabajo se compra muy
barata, por eso es que cada día aumenta la mano de obra con pagos de a centavo, ya ni siquiera
el trabajador mismo reconoce el valor de su fuerza de trabajo sino que la pone en un mercado
donde se pretende comprar a precio de huevo porque entre el capitalista menos pague por la
mano de obra más va a ganar, las empresas que utilizan los sistemas de economía de
plataforma pagan menos por altas ganancias, se libran de pagar un sueldo fijo, prestaciones,
vacaciones incapacidades, seguros contra accidentes o enfermedad, en fin, se quitan de los
hombros un gran peso gracias a la necesidad que tienen las personas de recibir un ingreso;
estas plataformas están tan alejadas de sus empleados que ni siquiera se conocen en persona,
como ya lo expliqué, las personas que acceden como empleados no tienen que ir a un proceso
de selección y menos por la firma de un contrato porque estas nuevas tecnologías buscan a
través de la flexibilidad laborar, suprimir los contratos laborales.
Si Marx pudiera ver el mundo en el que vivimos hoy en día tal vez quedaría desconcertado
al conocer cómo los mismos trabajadores se limitan en sus empleos sin luchar por
condiciones de vida dignas, la que siempre soñó como utopía de un mundo perfecto, de todas
formas, yo considero que estos problemas del fenómeno de uberización son consecuencia de
la mala administración política de los gobiernos de los países tercermundistas, cuando las
personas ven que no es posible acceder trabajos gracias a los altibajos de la economía, optan
por trabajos precarios que los expone a muchos tipos de peligro y les hace vender su fuerza
de trabajo baratísima, sin pensar en lo importante que es la fuera de trabajo tanto para la
generación de mercancías como para la distribución de las mismas.
También puedo concluir que el sistema capitalista permite el fetichismo de la mercancía que
se evidencia ampliamente en las plataformas delivery, en tanto que representa una idea falsa
de las relaciones entre los productores; para Marx, las mercancías aparentan tener una
voluntad independiente –fantasmagórica– de sus productores, esto se refiere a la ocultación
de la explotación de que son objeto los obreros detrás de las mercancías; el resultado de este
fetichismo es la apariencia de una relación directa entre cosas y no entre personas. (Marx,
1867)
Cuando una persona pide un domicilio o algún servicio delivery solo espera desde su casa
que la entrega llegue, sin conocer las condiciones a las que se enfrenta el repartidor; por
ejemplo, un empleado de la plataforma Rappi debe tomar el pedido, comprarlo y llevarlo a
donde le piden en menos de 35 minutos o de lo contrario no recibirá paga sino que el pedido
será gratis, llevar esos domicilios se convierte en todo un reto y más que las personas que
laboran en esta plataforma se movilizan en bicicleta, así que sin importar las inclemencias
del clima, el tráfico que haya, e incluso los ladrones a los que tenga que esquivar, el empleado
debe atender la solicitud de un cliente y entregar efectividad. (video) De esa forma se
evidencia el fetichismo de la mercancía en esta dinámica social y económica, pues reitero
que la persona que pidió el servicio a domicilio solo le importa que llegue a tiempo sin pensar
en las complicaciones que puede tener el repartidor en el camino.
Finalmente puedo decir que el capitalismo y muchas de sus dinámicas se han fortalecido
sobre manera, dinámicas que Marx quería erradicar de la sociedad pero que son más fuertes
que cualquier postulado y filosofía por más influyente que esta sea. Además de que estos
fenómenos no van a cambiar, puedo decir que seguirán aumentando porque el sistema
económico global del capitalismo es absolutamente inevitable, o por lo menos hasta ahora
no ha habido nada que pueda moverlo de su lugar.

Bibliografía y referencias
Marx, K. y Engels, F. (1968). La ideología alemana. Quinta edición. Ediciones pueblos
unidos, Montevideo.
Marx, K. (1867). El Capital. Tomo I. Librodot. Recuperado de:
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/CAPTOM1.pdf
Deville, G. (1934). Carlos Marx: El Capital. Editorial Claridad. Buenos Aires.
Heller, A. (1978). Teoría de las necesidades en Marx. Ediciones Península. Barcelona.
Torredebabel. (s.f.). Filosofía Contemporánea: Marx. Recuperado de: https://www.e-
torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Marx/Marx-
Trabajo.htm
García, G. (2018). Uberización del empleo: todas las claves para entenderla. Recuperado
de: https://www.sage.com/es-es/blog/uberizacion-del-empleo-todas-las-claves-para-
entenderla/
Virginia, P. (2018). Uberización del trabajo, precarización de la vida. Recuperado de:
https://latinta.com.ar/2018/11/uberizacion-del-trabajo-precarizacion-de-la-vida/
WorkMeter. (2013). ¿Qué es la flexibilidad laboral? Recuperado de:
https://es.workmeter.com/blog/bid/276948/qu-es-la-flexibilidad-laboral
Mundo TKM (27 de febrero de 2019). Flexibilización Laboral | OÍN MORTALES.
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=gDiSsRjAZZw
Diccionario en línea de sinónimos y antónimos. Consultado en:
http://www.wordreference.com/sinonimos

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