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El papel de lo femenino en Numancia de Cervantes

Materia: Siglos de Oro II

Alumna: Karen Reséndiz Altamirano

Profesor: Marco Antonio Molina


Antecedentes: el renacimiento europeo y el renacimiento español.

En El Renacimiento la cultura grecolatina es de gran relevancia; se lleva a cabo una

reelaboración de los cánones artísticos a partir de la visión de dichas culturas al

considerarlas antepasados gloriosos a los que se buscaba recuperar. De ahí que la

obra de Numancia sea particularmente relevante y representativa de este período.

El renacimiento como tal, además de una resignificación del hombre dentro de una

cosmovisión (que se fue modificando paulatinamente con el paso de los siglos hasta

volverse algo completamente distinta a la medieval), marcó una profunda añoranza

por un pasado anterior a lo medieval, por la recuperación de grandes imperios así

como el honor y gloria de estos. El Renacimiento es como un reencuentro con el

pasado y un intento por generar algo más grande. Emular a los imperios en pro de

volver a la grandeza.

En este sentido el tema de Cervantes es muy pertinente y va de acuerdo con las

necesidades y tendencias de la época. La Numancia retrata un episodio histórico de

la gloria Hispana al mismo tiempo que retoma la cultura romana. Es un texto que

habla tanto de la gloria latina como del honor hispano.

Contexto del autor y la obra: Cervantes y La Numancia.

unus per omnes, pro patria mori

Cervantes es el gran autor hispánico desde hace siglos, su lugar no está a discusión

en ninguna polémica, sin embargo cabe mencionar que su sueño fue ser El gran
poeta y ello sólo lo habría conseguido en el teatro, de ahí sus incursiones en el

género.

“Se dice que los poemas escritos a Dulcinea son de los más bellos conocidos de la

época, pero en los tiempos de cervantes (S. XVI), en España, el mejor teatro se

escribía en verso. Así, cuando un escritor se consagraba en el teatro, se convertía

en El poeta” (Ruvalcaba, 2015: 7).

El género literario por excelencia a lo largo de este periodo fue sin lugar a dudas el

teatro, Lope de Vega, “disfrutaba de la popularidad de la que ahora disfrutan

algunos artistas de cine. Claro, debido a la falta de globalización, la fama no solía

llegar a China con tanta facilidad, pero la comparación sirve para entender las

aspiraciones de Cervantes”. (Ruvalcaba, 2015:8), teniendo en mente esto, no es de

extrañar que un gran novelista quisiera también ese éxito desmedido en el género

de moda. Cervantes quería ser también el mejor dramaturgo.

Los Entremeses los escribió ya bajo la sombra de Lope de Vega, por lo que son

obras trabajadas de una forma menos libre por parte del autor, en ese momento él

ya se encontraba compitiendo de alguna forma con Lope de Vega “El monstruo de

la naturaleza”.

Sin embargo, la obra de la que trataremos aquí es previa a la competencia con Lope

de Vega, por tanto, Numancia tiene varios rasgos experimentales genuinos.

Incluso La Numancia, que fue de sus primeras obras, propone nuevos

elementos en el teatro, [...] incluso consigue una concepción propia y

muy moderna de la tragedia (González Maestro, 2000: 169).

Cervantes no sólo innovó en la narrativa con su novela El Quijote de la mancha,

sino que en el teatro marcó profundas rupturas o al menos comenzaba a hacerlo al


inicio de su obra teatral, antes de quedar algo opacado por Lope. Tras este

enfrentamiento Cervantes se ve obligado de alguna forma a “producir” un teatro más

fácil de consumir, no por ello malo en absoluto pero sí menos experimental.

La Numancia muestra como Cervantes experimentaba con gran acierto ciertas

pautas de una nueva forma de teatro, por ejemplo la manera en que maneja la

tragedia y a los personajes que pueblan la obra.

Uno de los elementos más llamativos de esta obra es cómo el

sufrimiento recae en los pobladores de Numancia y no en el general

romano, Escipión, a pesar de ser él quien comete el error trágico. Esta

condición humilde y completamente inocente de los numantinos los

enaltece enormemente. Antes de esta obra, no hay tragedias que

traten de seres tan humildes (González Maestro, 2000: 157).

Por tanto Numancia es una obra de alguna manera disruptiva y en su grandeza

abarca muchos vértices desde los cuales puede ser abordada. Rompe con los

cánones de lo que era la tragedia hasta ese momento; retoma la cultura romana

como un gran antecedente al mismo tiempo que la enfrenta con la cultura hispana:

en dicho choque de fuerzas ambas culturas ganan de cierta forma; por último

destaca una forma de honor que comienza a ser exaltada en este periodo pero que

tendrá su apogeo total durante el romanticismo.

Finalmente, además de su estructura y su temática, se vuelve una obra disruptiva

por el papel que las mujeres y el honor del pueblo expresan.


Las mujeres renacentistas

El papel de las mujeres en el Renacimiento era secundario, pues las mujeres

constituían parte del patrimonio familiar, es decir no eran individuos con voluntad

propia ni con libertad de acción, si no que estaban sujetas a su familia y a los

designios de esta. Como en la Edad Media, el concepto de honra era fundamental

para la mujer española renacentista. Lo anterior conlleva conceptos como moral,

honra, pecado, deber ser. De ahí que existieran manuales como el de La perfecta

casada en los cuales se habla del correcto comportamiento de las mujeres en la

sociedad. (Ramos Palomo, 2003).

La figura de lo femenino en el pueblo de Numancia y sus implicaciones

Antetodo es indispensable mencionar que las mujeres que son retratadas en la

Numancia son mujeres distintas a las existentes en el renacimiento como tal dado

que refieren a un episodio histórico. En el apartado anterior ahondamos un poco

sobre el papel femenino que era aún muy apegado al hogar y sin completo peso de

sus opiniones en la construcción social. Sin embargo es muy interesante que

Cervantes retome un episodio histórico en el cual las mujeres juegan un papel

fundamental, pues no sólo son motivadoras de las acciones masculinas sino que

sobre ellas recae la decisión final del pueblo de Numancia. En el siguiente apartado

es donde comienza a vislumbrarse el peso de las mujeres en el pueblo.

CARAVINO: ​Con este parecer yo me acomodo.

Morir quiero rompiendo el fuerte muro


y deshacello por mi mano todo; mas tiéneme

una cosa mal seguro: que si nuestras mujeres saben esto,

de que no haremos nada os aseguro.

Cuando otra vez tuvimos presupuesto de

huírnos y dejallas, cada uno fïado en su caballo

y vuelo presto, ellas, que el trato a ellas

importuno supieron, al momento nos robaron

los frenos, sin dejarnos sólo uno. Entonces el huír

nos estorbaron, y ansí lo harán agora fácilmente,

si las lágrimas muestran que mostraron.

MARANDRO:​ Nuestro designio a todas es patente;

todas lo saben ya, y no queda alguna que no se queje

de ello amargamente, y dicen que, en la buena

o ruín fortuna, quieren en vida o muerte acompañarnos,

aunque su compañia es importuna. (Cervantes, ​1547-1616: 24)

En el apartado anterior, Marandro hace mención del valor de las mujeres quienes

los acompañarán en la buena o ruin fortuna a pesar de no ser de total ayuda. En la

cita siguiente las mujeres de Numancia muestran un carácter fuerte que ante la

desgracia que se avecina les reclaman a los hombres no haberlas hecho partícipes

y dejarlas a su suerte.

MUJER 1:​ Veislas aquí do vienen a rogaros no las dejéis

en tantos embarazos. Aunque seáis de acero,


han de ablandaros. Los tiernos hijos vuestros

en los brazos las tristes traen. [...]

siempre mostramos ser mujeres

vuestras, y vosotros también nuestros maridos.

¿Por qué en las ocasiones tan siniestras que

el cielo airado agora nos ofrece, nos dais de

aquel amor tan cortas muestras? ​(Cervantes, ​1547-1616:

25).

Lo anterior es una muestra clarísima del carácter de la mujer Celtíbera así como el

diálogo que viene a continuación, pues es a partir de él que ambas partes, tanto

hombres como mujeres quedan en el entendido de que la muerte es un mejor

destino que quedar en manos del enemigo. si bien Teógenes ya lo había elucubrado

hay cierta duda en él, tan así que Caravino en respuesta menciona que las mujeres

no deben enterarse del plan, pues si bien, los hombres planean morir en batalla, no

han resuelto aún dar muerte al pueblo entero hasta que las mujeres comunican su

decisión:

Hemos sabido, y claro se parece, que en las

romanas manos arrojaros queréis, pues su rigor

menos empiece, que no la hambre de que veis

cercaros, de cuyas flacas manos desabridas

por imposible tengo el escaparos.

Peleando queréis dejar las vidas, y dejarnos

también desamparadas, a deshonras y a muertes


ofrecidas. Nuestro cuello ofreced a las espadas

vuestras primero, que es mejor partido que vernos

de enemigos deshonradas. Yo tengo en mi

intención instituído que, si puedo, haré cuanto

en mí fuere por morir do muriere mi marido.

Esto mismo hará la que quisiere mostrar que no

los miedos de la muerte estorban de querer a quien

bien quiere, en buena o en mala, dulce, alegre suerte.

(Cervantes, ​1547-1616: 25).

En el texto anterior, diálogo de una numantina a Teógenes, en dos ocasiones se

menciona el temor de las mujeres numantinas a ser deshonradas por el enemigo. Y

en la ideología mostrada es peor ser deshonrada por un extranjero, enemigo de su

pueblo, que la muerte. Así lo hacen saber a los hombres y piden morir donde

murieren sus maridos. La frase que usa es contundente al mismo tiempo que bella

“Esto mismo hará la que quisiere mostrar que no los miedos de la muerte estorban”.

(Cervantes, ​1547-1616: 25). O sea, la mujer hace un llamado y es casi una forma de

burla a quien la muerte asuste, pues el miedo a esta es meramente un estorbo. El

diálogo recuerda a otro episodio histórico relacionado con las mujeres celtíberas;

quienes hacen uso de este recurso retador como señalamiento a quienes no están

actuando de una forma honorable según los cánones de su cultura.

Uno de los datos más importantes nos lo ofrece Salustio cuando nos

cuenta que, en una ciudad indeterminada, el Senado había

recomendado prudencia en cuanto a la guerra. Las madres, al conocer


el veredicto, comenzaron a relatar las hazañas de los héroes del

pasado mientras se burlaban de los hombres encomendándoles las

tareas femeninas mientras ellas tomaban parte en la guerra. Además

de mostrar el carácter aguerrido y valiente de estas mujeres, este

hecho también nos habla de la importancia de la transmisión del

pasado y sus valores​, cuya mantención quedaba a cargo no de las

mujeres, sino específicamente de ​las madres​. La salvaguardia de la

ideología guerrera, una base fundamental en la sociedad celtibérica,

pertenecía por tanto a un sector femenino. (Díaz, 2016).

Cabe recordar que la obra de Cervantes no es un texto histórico como tal, pues no

maneja una forma de consciencia histórica, requisito indispensable según Lukacs

“no sólo la psicología de los personajes sino también las costumbres descritas

responden por completo a la época del novelista” (Lukacs, 1966, pp.15); si bien no

puede compararse una novela histórica con una obra de teatro histórica pues

responden a estructuras distintas, sí puede hablarse de los requisitos para

considerar un texto literario como obra histórica, y la obra de cervantes no los

cumple, porque de inicio ni siquiera pretende serlo, pero es importante hacer

mención de esto ya que el texto sin quererlo o quizá sin buscarlo sí retrata la

cosmovisión femenina celtíbera y es un precedente respecto a ciertos cambios que

se desencadenaron posteriores al Renacimiento.

Las mujeres Numantinas no son un mero espectador ni sujetos pasivos, sino que se

convierten en verdaderas heroínas del pueblo y ante su firme decisión es que

cambian el curso de la acción en el texto.


Quienes sí participan en el acontecer de la obra son las mujeres

numantinas, las cuales se diferencian del coro griego justo por su

intervención en el curso de la fábula, lo que las dignifica como

personajes y las eleva al nivel del heroísmo (González Maestro, 2000:

183-184).

Esta dignificación de lo femenino como tal, no se muestra en otras obras de la

época con tanta claridad y con tanta firmeza. No es sólo el canon de lo que era la

tragedia lo que rompe Cervantes con la obra de Numancia, sino también, las

concepciones hasta ese momento aceptadas sobre lo femenino.

“El discurso de las mujeres de Numancia desmiente y desmitifica la

secular visión masculina del heroísmo épico y trágico, a la vez que

exige la presencia de la mujer en la expresión dignificante del dolor y

el sufrimiento del ser humano. Las numantinas no pretenden llorar,

desde la supervivencia humillada, y a manos del enemigo, cual

Andrómaca o Hécuba, la muerte de sus varones.” (González Maestro,

2002: 6).

Cabe destacar que lo femenino en la obra de Numancia tiene tanto o más peso que

el de los hombres, pues si bien ellos son quienes actúan directamente y quienes

desarrollan la acción, son ellas quienes a través de su firmeza y decisión cambian

por completo el curso de la acción, son ellas quienes determinan el futuro tanto

trágico como honroso de Numancia.


La voz de la mujer está dotada en la Numancia de atributos corales y

funcionales. El hombre no está solo en la tragedia numantina, y no

decide en soledad el curso de los hechos. La voz de sus esposas

cambia razonablemente el desarrollo de la acción. En el teatro de

Cervantes la palabra de la mujer parece más importante en la

evolución de la fábula que la influencia del destino con todos sus

hados. (González Maestro, 2002: 7).

Por último cabe destacar al personaje de Lira, el único personaje femenino quien

tiene una historia propia paralela al cerco de Numancia.

Lira podría encarnar la figura de la dama necesitada de ayuda sin embargo ella no

se muestra pasiva y se rehúsa a que su amado se entregue a un suicidio seguro,

reniega de su matrimonio ante el cerco y es un agente activo. “El amor de Lira de

ningún modo acobarda a su amado, sino que todo lo contrario.” (Ryjik, 2006: 14).

Las Numantinas como mujeres Celtíberas no se amedrentan ante el conflicto aún a

pesar de que el hambre las está matando al igual que a los demás habitantes, y es

este valor y abnegación por el honor de su pueblo lo que permite que los hombres

tomen la decisión final respecto al pueblo.

Su abnegación a favor del bien colectivo la convierte en una figura

más que digna de la hazaña que le dedica Marandro. Lo mismo se

puede decir de las otras mujeres numantinas, incluyendo a la mujer de

Teógenes, la cual ex- presa un valor y determinación envidiables

incluso quizá por su propio mari- do, quien, como hemos visto, dilata el

momento de su propia muerte. (​Ryjik, 2006: 15).


Conclusiones

En toda la obra tras el eterno choque entre entes masculinos obsesionados, no por

ganar, sino por demostrar superioridad moral unos contra otros, son las mujeres

quienes logran darle la gloria y el honor eterno a su pueblo.

“Así pues, si los hombres se dejan cegar por sus impulsos en una absurda obsesión

por el aspecto más superficial de la acción (la representación / las apariencias), las

mujeres consiguen redirigirlos hacia el buen camino al ponderar racionalmente las

implicaciones y las consecuencias de sus decisiones”. (​Ryjik, 2006: 14)

Dentro de este esquema, el papel de lo femenino en la obra de cervantes es

disruptivo, rompe no sólo con la época sino con las estructuras en el teatro. Rompe

con el deber ser de una mujer renacentista al mismo tiempo que rompe con el deber

ser de lo que es una tragedia. Si bien retoma a Roma como una de las figuras

centrales, y con ello cumple con los cánones del renacimiento, lo hace de tal forma

que recalca la gloria de España y con ello marca una tercera ruptura en su obra. Es

pues, La Numancia una obra que rompe con muchos esquemas y se adelanta a los

cambios y revoluciones que recolocaron el papel de lo femenino casi dos siglos

después.
Bibliografía

1.​Cervantes Saavedra, M. (1547-1616) Teatro. Madrid: Turner, [1993]

2. González Maestro, J. (2000) La Escena imaginaria. Poética del teatro de Miguel

de Cervantes Saavedra. Iberoamericana: Frankfurt am Main: Vervuert. Madrid.

3. Díaz Aguirre, L. (2016) La mujer Celtíbera Hispana. Celtica Hispánica.

Recuperado de http://www.celticahispana.com/la-mujer-celtibera/ el 30 de mayo de

2018.

3. González Maestro, J. (2002) ​La Numancia cervantina. Hacia una poética moderna

de la experiencia trágica. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

4. Ramos Palomo, M. (2003). Historia de las mujeres, saber de las mujeres: la

interpretación de las fuentes en el marco de la tradición feminista. ​Feminismo/S​, (1),

19-32. ​http://dx.doi.org/10.14198/fem.2003.1.03

5. Ryjik, V (2006). Mujer, alegoría e imperio en el drama de Miguel de Cervantes El

cerco de Numancia. Anales Cervantinos Vol. XXXVIII. España.

6. Ruvalcaba, J. (2015) Adaptación de La Numancia de Miguel de Cervantes

Saavedra. México: UNAM.

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