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como fuentes documentales de la historia.
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nos sorprenda saber que fueron un truco y que ello
siempre nos decepcione”. El rechazo a la manipulación y
al montaje ha cambiado a lo largo de la historia de
la fotografía con una evolución en la que cada vez el
espectador, tremendamente sensible a la cualidad de
transparencia de la imagen, tiene una mayor oposición si
se desarrolla en clave de engaño. Sin embargo, no hay la
misma actitud en otras situaciones. Los espectadores
podemos ser cómplices al aceptar con credulidad los pies
de foto que recogen datos falsos como una fecha
diferente o un lugar distinto: “todas las fotografías esperan
su explicación o falsificación según el pie [...] Altérese el
pie y la muerte de los niños puede usarse una y otra vez”.
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La revision sobre la autenticidad incorpora conceptos
interculturales, con interpretaciones desde distintas
posiciones: “Para un judío israelí, la fotografía de un niño
destrozado en el atentado de la pizzería Sbarro en el
centro de Jerusalén, es en primer lugar la fotografía de un
niño judío que ha sido asesinado por un kamikaze
palestino. Para un palestino, la fotografía de un niño
destrozado por la bala de un tanque en Gaza es sobre
todo la fotografía de un niño palestino que ha sido
asesinado por la artillería israelí. Para los militantes, la
identidad lo es todo”.
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comunes de significación y desencadenan reflexiones y
sentimientos predecibles”.
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inclusión de marcos que rigen lo imperceptible, que
ejercen una función delimitadora, que enfocan una
imagen a condición de que quede excluida cierta
porción del campo visual. La imagen así representada
significa su admisibilidad en el ámbito de la
representabilidad, lo que, a su vez, significa la función
delimitadora del marco, al tiempo que, o precisamente
porque, no lo representa. En otras palabras, la
imagen, que se supone que es portadora de la
realidad, aparta, de hecho, la realidad de la
percepción.
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Desarrollo de dos cuestiones: qué es una vida y cuáles
son las vidas que merecen ser lloradas, cuya
posibilidad –la de ser llorada- es el presupuesto para
que toda vida importe. Reconocer que ciertas vidas son
dignas de ser lloradas, por haber sido dañadas o perdidas,
implica que el marco produce vida bajo determinados
términos y que, por fuera de esas operaciones de poder,
no es posible referir ni ser. Las preguntas anteriores
mantienen relación -que la misma autora explicita- con su
trabajo publicado bajo el título Vida Precaria (2004). La
precariedad indica la característica de finitud propia de
cada vida, y en consecuencia, la necesidad de
dependencia de otros –elegidos o no, conocidos o
anónimos- que genera las condiciones sociales y
económicas para que cada sujeto persista y prospere (a
esto último Butler denomina precaridad). Por tanto,
ontología y significación social se encuentran entrelazadas
completamente, de modo tal que, para que un cuerpo “sea”
debe encontrarse formado por modelos de carácter social
(ya sean normas u organizaciones sociales y políticas, así
como también las exigencias de sociabilidad -como
lenguaje, trabajo, deseo-). La precaridad antes
mencionada es una característica de condición
políticamente inducida de la precariedad, en la cual incluso
el estado-nación genera violencia contra sectores sociales
cuyas vidas están expuestas al propio estado.
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favorecería un análisis sobre qué hacer para producir una
serie más igualitaria de condiciones de reconocibilidad.
Para ello, la autora establece una distinción entre
reconocimiento, aprehensión e inteligibilidad. Algunas
vidas se reconocen -en sentido hegeliano- como tales,
mientras otras se aprehenden, en tanto se registran sin
pleno reconocimiento –mientras que quedan fuera de este
término aquellas que siquiera pueden aprehenderse-. La
aprehensión, si bien es posibilitada por las normas, no
limita completamente; y ello facilita considerar aquello que
no sea reconocido –es decir, posibilita una crítica de las
normas-. Inteligibles son todos aquellos esquemas
históricos generales que establecen ámbitos de lo
cognoscible. Así es como llega a la siguiente afirmación
en la página 21 de la introducción “…una vida tiene que
ser inteligible como vida, tiene que conformarse a ciertas
concepciones de lo que es la vida, para poder resultar
reconocible.”
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Unidos con Irak y Afganistán. Butler nombra como
periodismo incorporado a aquel que acepta informar sólo
desde la perspectiva establecida por autoridades
gubernamentales y militares, y que sostuvo que mostrar las
fotos de tortura de Abu Ghraib, era “poco americano”.
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de Estados Unidos. Tanto en las fotos de torturas que
se han expuesto en internet, como en los poemas de
Guantánamo que lograron salir de la cárcel, la autora
reconoce una filtración. Por este término comprende
algo que perturba lo enmarcado y que se encuentra
fuera del mismo: se ubica en otro tiempo y espacio,
generando repulsión, admiración, o escándalo. De este
modo, toda filtración posibilita, tanto que cierta
realidad sea puesta en tela de juicio, como analizar los
medios instrumentalizadores que llevaron a cabo esa
realidad. Si bien no desconoce que la fotografía tiene
una función representacional y referencial, Butler
reafirma la importancia sobre preguntarse qué realidad
representa y qué otras funciones tiene. La
necesariedad de las pruebas fotográficas para los
casos de crímenes de guerra no sólo produce una
matriz interpretativa de aquello que está fotografiado,
sino también la manera de enmarcarlo, las palabras
que describen lo mostrado, el lugar del fotógrafo. Pone
como ejemplo las reproducciones de las torturas de
Ghraib, donde el fotógrafo se encuentra en medio de
una escena que se ejecuta para ser fotografiada. Del
mismo modo, el torturador sabe que las fotografías
potencian la vergüenza del torturado, cuya cultura
prohíbe el ejercer actos masturbatorios y
homosexuales, a los que es sometido. La violencia de
estos actos equipara la homosexualidad con lo
agresivo, que la autora reconoce como la homofobia
propia de los ejércitos estadounidenses. ¿Cuál es la
relación entre la cámara y una respuesta ética? La
fotografía posee un pathos de interpretación y afección
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para con las vidas dignas de ser lloradas y esta
relación es la que debe ser pensada.
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El objetivo de enmarcar el marco debe conducir, como lo
indica el cuarto ensayo, a ampliar los conceptos
normativos de ciudadanía y de un nuevo vocabulario con
el cual captar las nuevas relaciones sociales y culturales
de nuestro tiempo. La autora reconoce que, como sucede
con el multiculturalismo y el liberalismo, los marcos
pueden dar por supuesto un tipo de sujeto que no
corresponda al modo de vida del tiempo presente. Este
problema procede de la dimensión normativa de los
mismos y es una forma de no-pensamiento que no
permite disponer de la vida política de la mejor manera
para que se pueda producir mayor reconocimiento y
representación.
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En el quinto capítulo, Butler plantea la relación entre la
pretensión de la no violencia como postulado ético con la
aprehensión de la precariedad de cada vida. La no
violencia parece convocar a todos los seres humanos.
Pero, ¿contra qué y contra quién se solicita? Considerar
la precariedad implica el conocimiento del daño sufrido
por todo sujeto -al conformarse en tanto tal- y su
dañabilidad. Por este segundo término considera el
presente y el futuro de todo sujeto en relación con él
mismo y con los otros, puesto que los vínculos son
siempre sociales. Si la formación del sujeto implica la
violencia, la propuesta por la no violencia es aun más
apremiante. La formación normativa del sujeto es un
proceso reiterable, no determinante. Por tanto, la no
violencia reconoce la existencia de un vínculo social que
se deriva de la aprehensión de la igualdad en medio de la
precariedad. Para ello Butler considera necesario romper
los esquemas culturales diferenciales y reconocer al tú de
la práctica ética. Es, entonces, una lucha social y política
para hacer que la rabia sea algo articulado y eficaz. Al
preguntarse por el afecto que consigue producir el marco,
la autora se cuestiona cuál sería la relación entre este
afecto y un juicio y práctica ético-política. La pregunta no
es menor: toda vida precaria implica su degeneración y
finitud, pero ello no establece cuál sería el tipo de
destrucción éticamente relevante.
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Las fotografías realizadas por civiles, soldados y
mercenarios en la prisión de Abu Ghraib horrorizaron a
gran parte del mundo cuando fueron difundidas y
publicadas por vez primera en la primavera de 2004.
Yo también me sentí consternado pero, como
historiador del arte, mi indignación vino acompañada
de un shock producido por cierto reconocimiento: a
pesar de que estas brutales imágenes de una prisión
en el Irak ocupado no son obras de arte (de hecho,
estaban destinadas a ser vistas solamente por un
puñado de personas), sin embargo, evocaban de
forma insistente valiosas esculturas y pinturas de un
pasado lejano. Los prisioneros en Abu Ghraib estaban
expuestos en la misma postura subordinada con la
que se representó a los guerreros derrotados en las
esculturas griegas helenísticas; los desnudos presos
de la “guerra global contra el terror” estaban
posicionados (como en untableau vivant) del mismo
modo que los esclavos amarrados de Miguel Ángel;
los cuerpos angustiados evocaban a los santos
martirizados de las iglesias barrocas. En resumen, los
musulmanes de nuestra época parecían haber sido
transportados –encapuchados y encadenados– al
marmóreo altar de Pérgamo en Berlín, a las
colecciones del Louvre en París o al crucero de la
Basílica de San Pedro en Roma. La semejanza era
involuntaria o ¿podría existir un vínculo entre estas
formas tan distantes temporal y culturalmente?
¿Existía quizás un imaginario visual común
subyacente a estos diversos objetos e imágenes?
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“La provocativa propuesta de Stephen F. Eisenman en
torno a la omnipresencia de las imágenes de
agresión, dominación y sometimiento en el arte
occidental es tan inquietante como oportuna (…) nos
recuerda que lo que llamamos ‘cultura’ está tan
marcado por la evidencia de la crueldad y la
brutalidad como la historia de la guerra en sí misma.
Su libro es una demostración ejemplar de la
inseparabilidad de lo estético y lo político.”
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Ante el dolor de los demas (Susan Sontang)
La guerra...
Hace referencia a las reflexiones valientes e importunas que publica Wolf en un libro
titulado Tres Guineas en el año de 1938
Atentados 11-S
La conciencia del sufrimiento es lo que se ha acumulado como resultado de un selecto
conjunto de guerras sucedidas en otras partes, de las cuales se dice que una parte
puede ser cierta y otra construida; por la forma en que lo registran ante las cámara.
La Guerra Civil española (1936-1939) fue la primera guerra atestiguada («cubierta») en
sentido moderno. La guerra que Estados Unidos libró en Vietnam, fue la primera que
atestiguaron día tras día las cámaras de televisión, introdujo la teleintimidad de la
muerte y la destrucción en el frente interno.
Soldado republicano al que Robert Capa «dispara» con su cámara justo en el momento
en que es blanco de una bala enemiga.
¿Ficción o realidad?
Las imágenes de guerra circulan ante nuestros ojos provocando una serie de
reacciones que Susan Sontag plantea: ¿cómo las interiorizamos?, ¿qué valor tienen?,
¿cuál es su función? y ¿cuál es el límite de representar la realidad?
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Una imagen… más que mil palabras
Nuestra percepción puede ser distinta dependiendo del grado de implicación que
tengamos con las escenas. Mientras que en algunos la exhibición repetida del dolor
anestesia la percepción, para la mayoría resultan escenas atroces y difíciles de mirar.
La saturación a la que nos someten los medios visuales es un fenómeno del siglo XX.
CAPITULO 3.
EL SUFRIMIENTO.
Se considera o son dignas representaciones del sufrimiento aquellas resultado de la ira
humana o divina.
El dragón devora a los compañeros del Cadmo 1588
Les miséres et les malheurs de la guerre- Las miserias y desgracias de la muerte
Los desastres de la guerra- Goya
Edmund Gosse- Father and Son
El valle de la sombra de la muerte- Fenton
Guerra de Gardner.
La guarida de un francotirador rebelde gettysburg
Captar una muerte cuando está ocurriendo y embalsamarla para siempre es algo que
sólo pueden hacer las cámaras.
CAPITULO 4.
Autenticidad de lo mostrado en las fotos por ejemplo:
Febrero de 1968 Eddie Adams hizo del jefe de la policía nacional de Vietnam del Sur,
general brigadier Nguyen Ngoc Loan, que dispara a un sospechoso del Vietcong en
una calle de Saigón. Durante la época de Vietnam la fotografía bélica se convirtió, por
norma, en una crítica de la guerra.
CONSECUENCIAS:
la censura —la especie más extendida, la autocensura, así como la impuesta por los
militares pero esto siempre ha contado con un amplio e influyente conjunto de
defensores.
- Las políticas sobre lo que el público ha de ver y no ver todavía se están
determinando. Los productores de noticiarios y los directores de periódicos y
revistas toman todos los días decisiones que fortalecen el vacilante consenso
sobre los límites de lo que debe saber el público.
- «el buen gusto»:un criterio siempre represivo cuando lo invocan las
instituciones.
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- Derechos de los parientes. Defiende fotografías de los dolientes al ver sus
familiares muertos por ende suprimirlas seria un derecho.
ARGUMENTOS:
Trata la guerra como la norma, mientras que la paz es la excepción.
• Leonardo Da Vinci, por ejemplo, insistía en pintar las batallas en todo su horror,
procurando que los paisajes sangrientos resultaran bellos.
• Lo mismo sucede con las fotografías de catástrofes y ruinas, pues la fotografías
pueden atribuir una imagen bella aunque la realidad sea bien distinta.
CAPITULO 5.
El fotógrafo Sebastiáo Salgado, por ejemplo, ha sido acusado de publicar imágenes
espectaculares de hermosa composición:
Los fotógrafos fueron acusados por jugar con los sentimientos de las personas tales
como: • Compasión • Piedad • Indignación
“Las fotografías objetivan: convierten un hecho o una persona en algo que puede ser
poseído y son un género de alquimia, por cuanto se las valora como relato transparente
de la realidad.”
Sontag se refiere a la memoria de cada uno como individuo, nace y muere con la
persona.
CAPITULO 6.
¿LAS OBSERVAMOS?
¿POR QUÉ RAZONES LO HACEMOS?
¿QUÉ NACE O RENACE EN NOSOTROS?
LAS FOTOGRAFÍAS VUELVEN LOS HECHOS REALES
POR QUÉ MEDIOS SE VEN ESTAS FOTOGRAFÍAS?
LA SATURACIÓN DEL TELEVIDENTE.
Capitulos 8 y 9.
Sufrimiento a causa de la perversidad humana.
- Seres humanos capaces de infligir a otros en crueldades horripilantes y directas.
- Las Imágenes dicen: Esto es lo que los seres humanos se atreven hacer y quizá se
ofrezcan a hacer, con entusiasmo, convencidos de que están en lo justo….
- Atribuye valor a la memoria y no suficiente a la reflexión.
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- Hacer la paz es olvidar: para la reconciliación es necesario que la memoria sea
defectuosa y limitada.
- La frustración de no hacer algo relativo con lo que muestras las imágenes: Indecente
contemplarlas o indecente difundirlas
- Apartarse de la agresividad del mundo es lo que nos permite la observación y la
atención electiva
Parece un acto de explotación mirar fotografías del dolor de otras personas, pero según
Susan tienen un peso distinto según desde donde lo observes. Como, una galería de
arte contemporáneo, en el catálogo de un museo, en el televisor, en un libro etc…
También tiene como referente entre las imágenes antibélicas individuales la fotografía
de Jeff Wall en 1992. Wall nunca ha estado en Afganistán. La emboscada es un suceso
ficticio en una guerra salvaje que había estado muy presente en las noticias. Las
figuras de la obra visionaria de Wall son “realistas” pero desde luego no lo es la
imagen.
- Todo aquel que no ha vivido nada semejante a lo padecido por ellos no entiende el
dolor tan profundo. No podemos imaginar lo espantos, lo aterradora que es la guerra y
como es que se convierte en realidad.
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Susan Sontag
Autora y directora
Activista pacifista y para los Derechos Humanos
Textos a que se refiere Butler:
Sobre la fotografía (1977)
Ante el dolor de los demás (2003)
Temas Principales
I. La perspectiva
¿Cómo el periodismo incorporado afecta en la perspectiva de quienes consumen el
material fotográfico de guerra?
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¿Cómo podemos relacionarnos al sufrimiento de los demás, y qué papel tiene la
fotografía y la representación?
III. La interpretación
La interpretación es la forma en la que entendemos las cosas que nos presentan como
una película, un texto o una fotografía. cómo nos afecta lo que está viendo
Perspectiva
Periodismo Incorporado:
Se lo conoce y populariza con la invasión de Irak (marzo 2003)
"Acuerdo por el que los periodistas aceptaban informar sólo desde la perspectiva
establecida por los militares y las autoridades gubernamentales" (Butler, 2010)
Interés de las autoridades estatales por regular los modos visuales de la participación
en la guerra. Construcción de las fotografías sugiere que todos los elementos se
involucran activamente en la construcción de la perspectiva, validando un punto de
vista.
Ilustración del poder orquestado del Estado en cuanto a ratificar lo que se va a llamar
realidad, lo que se va a percibir como existente. Las fotografías plasman las verdades
en un momento disociado, suministrando improntas fragmentadas de realidad.
Fotografías deben actuar sobre quienes las miran de tal manera que ejerzan un influjo
directo en el tipo de juicios que estos formulan después sobre el mundo.
Fotografías retratan, representan y transmiten afectos.
Capacidad de impactar
Apelar al sentido de obligación moral
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Pregunta central: "¿Que vidas son dignas de duelo?" (109)
"Pensamos en lo humano como un valor y una morfología que pueden ser asignados,
retirados, agrandados, personificados, degradados y negados, elevados y afirmados"
(112).
La Interpretación
Sontag -> "la fotografía no puede ofrecer una interpretación, de que necesitamos pies
de fotos, y análisis escritos que complementen la imagen discreta y puntual.
Butler -> "no sólo quien hace la fotografía y/o quien la mira interpretan de manera
activa y deliberada, sino que la fotografía misma se convierte en una escena
estructurada de interpretación"
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