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Juárez Mastranzo Arely 1 G

El hombre en busca de sentido.

El hombre a lo largo de toda la historia de la humanidad, siempre se ha cuestionado el

porqué de su existencia, pero sobretodo la razón por la que existe, en palabras más sencillas

el sentido de su existencia. Esa última pregunta es la más nos inquieta y abruma por no poder

encontrar las posibles respuestas de esta interrogante.

Por años el hombre se ha sentido intrigado por saber más de existencia, por ello

muchos de ellos tuvieron la osadía de ver más allá. Gracias a ello se dio el origen de la

filosofía. Fueron muy poco los hombres que se interesaron por saber más, por saber el origen

de la tierra, de los astros, del universo, pero sobretodo de la especie humana. Grandes

filósofos como Tales de Mileto, Platón, Aristóteles, Rene Descartes, solo por mencionar

algunos. Los cuales plantearon ideas de la existencia de la humanidad.

Dejando a un lado la filosofía y adentrándonos un poco a la psicología; Viktor Frankl

escritor de “el hombre en busca del sentido”. Fue un neurólogo y psiquíatra austriaco,

sobreviviente del holocausto y fundador de la logoterapia. El cual nos narra en su ejemplar

su vivencia dentro de un campo de concentración, así como la introducción a la logoterapia y

el estudio del comportamiento humano en condiciones extremas.

Existen muchos otros ejemplares que nos narran la historia de personas que fueron

recluidas a los campos de concentración, pero Viktor Frankl escribió su libro basándose más

en la psicología y dejando a un lado las experiencias personales.

El prisionero n° 119.104 nos narra su vivencia en el campo de concentración, que

durante años sufrimiento, sintió que su propio ser significaba una existencia desnuda. Él lo

había perdido todo; su hogar, trabajo, esposa e incluso el hijo que están esperando. Durante el

holocausto padeció de hambre y frio, de maltrato y brutalidades e incluso estuvo muchas

veces estuvo a punto de morir.


Pero ¿Cómo fue que sobrevivió a tales condiciones a comparación de los otros

reclusos? Muchas veces hemos sentido que nos derrumbamos y nos dejamos hundir por

problemas muy pequeños o insignificantes, sentimos que ya no podemos más e incluso (en

algunos casos) se busca la salida más fácil como el suicidio.

Si más personas pudieran leer este ejemplar se darían cuenta de que realmente sus

problemas son muy insignificantes comparados con lo que tuvo que pasar Viktor Frankl. Pero

algo que hizo el a comparación de los otros recluidos en el campo de concentración fue darle

sentido un sentido a su vida, esa vida que probablemente no duraría mucho por tales

condiciones extremas en las que él y los otros recluidos se encontraban.

El problema de muchas personas sea cual sea en la situación en la que se encuentren

es que las personas buscan el sentido de su vida, pero la verdadera clave o razón es vivir una

vida con sentido. Nos aferramos a encontrar ese supuesto sentido sin darnos cuenta del

tiempo que hemos perdido al hacerlo, cuando lo único que debemos hacer es el disfrutar cada

día como si fuera el ultimo, disfrutar a las personas que amamos y queremos.

Así como como el prisionero n° 119.104, debemos darle un propósito a nuestra vida,

una causa por cual debemos luchar y seguir a delante, a pesar de la situación en la que nos

encontremos, seamos valientes ante cualquier adversidad.

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