Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Al día de hoy en Nueva Zelanda, Alemania y este año en Japón se aprobó la reducción de horas
en la semana laboral pero el sueldo no se vería afectado por una reducción. Muchos estudios
prueban han demostrado que esta opción es una de las más efectivas para aumentar producción y
lo que esto conlleva sin la reducción de su número de empleados.
Al respecto con las opiniones estas se encuentran divididas, esto por los ideales de los dueños de
las empresas ya que estos no comparten la idea de que “los empleados trabajen una menor
cantidad de horas a la semana” por lo contrario unos creen que la economía cambiaria si las horas
de trabajo aumentaran y el tiempo libre de los empleados se redujera a solo un día, con la finalidad
de aprovechar al máximo a un empleado.
La economía global basada en la alta tecnología va más allá de los trabajadores en masa. La
economía formal del futuro requerirá cada vez una menor cantidad de trabajadores necesarios
para la producción de bienes y servicios. El valor de mercado de la mano de obra disminuye y
seguirá haciéndolo. Actualmente las empresas trasnacionales y el gobierno controlan el mercado
internacional, para muchas personas sería difícil imaginar una sociedad en la que el mercado y el
gobierno jugasen un papel menos importante en los asuntos cotidianos. En este capitulo tocan un
tema que en México no se ve con mucho impacto como en países de primer mundo, el
voluntariado.
Los fundamentos para una tercera fuerza solida esta basada en la comunidad. En este tercer
sector existe un ambiente en el que existe un vinculo comunitario, el tercer sector ya se ha abierto
paso en la sociedad. Las actividades de la comunidad abarcan una amplia gama, desde los
servicios sociales a la asistencia técnica sanitaria, la educación e investigación, artes, religión.
El tercer sector el que tradicionalmente ha jugado un papel destacado como mediador entre la
economía formal y de gobierno, asumiendo tareas y realizando servicios que los otros dos son
incapaces o no desean realizar y a menudo actúan como defensores de grupos y organizaciones
cuyos intereses fueron ignorados por las fuerzas del mercado o rechazados en los consejos de
gobierno.
El servicio a la comunidad es una forma revolucionaria con respecto a los sistemas tradicionales de
trabajo. A diferencia de la esclavitud, servidumbre y del trabajo sujeto a retribución.
Las organizaciones basadas en la comunidad actuarán cada vez más como árbitros y defensores
del pueblo frente a las fuerzas mayores del gobierno y el mercado, como defensores y agentes a
favor de reformas políticas y sociales. Las organizaciones del tercer sector asumirán
probablemente la tarea de proporcionar cada vez más servicios, a raíz de los recortes de ayudas
gubernamentales y asistencia a personas y vecindarios con necesidades.
El gobierno jugará, con toda probabilidad, un papel muy distinto en la emergente era de las nuevas
tecnologías, menos ligado a los intereses económicos y comerciales y en la línea de la economía
social. Mediante la creación de una nueva unión entre el gobierno y el tercer sector, cuya finalidad
sea la de reconstruir la economía social, se podrá ayudar a restaurar el sentimiento cívico en
cualquier sociedad. La reducción del papel del gobierno en la economía formal y su cambio hacia
actividades que aumenten el bienestar y la prosperidad del tercer sector puede que cambie la
naturaleza de los planteamientos políticos.
Finalmente, muchos críticos liberales del voluntarismo asocian el tercer sector con una forma
protectora de elitismo. Argumentan que la caridad denigra a sus víctimas, convirtiéndolas en objeto
de compasión en lugar de personas con valor por sí mismas, con derechos inalienables, que
merecen una ayuda. Los programas gubernamentales, por contra, tienen su punto de partida en
que los ciudadanos necesitados tienen derecho a los servicios, no como consecuencia de un acto
de caridad sino por la responsabilidad del gobierno como garante del bienestar general.
En la actualidad, cada vez más pensadores progresistas prestan más atención al sector de
voluntarios. Empiezan a darse cuenta de que es la única alternativa viable para que las personas
puedan empezar a trabajar ahora que el papel de la economía de mercado, como generador de
puestos de trabajo, es cada vez menor y que el papel desempeñado por el gobierno como garante
de la última oportunidad también disminuye.
Con unos beneficios que se supone que crecerán espectacularmente en los próximos años, a partir
de la creciente globalización de los mercados y la automatización de la producción y los servicios,
las empresas internacionales deberían ser estimuladas a participar con una contribución mayor de
sus ganancias, ayudando de este modo a reconstruir y sostener las diferentes comunidades con
las que negocian alrededor del mundo. La preparación para la reducción en el trabajo formal
masivo en la economía de mercado
requerirá una reestructuración fundamental del tipo de participación del ser humano en la
sociedad. Mediante la creación de sueldos fantasma para los millones de americanos que dedican
buena parte de su tiempo a las actividades del voluntariado en la economía social, así como
mediante la garantía de un salario social para algunos millones de desempleados y pobres del país
que están dispuestos a trabajar en el tercer sector, podemos empezar a preparar el terreno para
una transición a largo plazo del trabajo formal en la economía de mercado al trabajo cívico en la
economía social.
El tercer sector juega un papel social cada vez más importante en las naciones de todo el mundo.
La gente crea nuevas instituciones tanto a nivel local como nacional, para poder cubrir las
necesidades que no están garantizadas por la economía de mercado o por el sector público.
Como consecuencia de la caída de los partidos comunistas en la Europa Central y del Este, el
tercer sector se ha convertido en el detonante de las nuevas ideas y reformas, así como en
elemento de liderazgo político.
Las organizaciones de mujeres también han proliferado en Asia en la última década. En Indonesia
y en Corea, los clubes de madres ayudan a las mujeres a desarrollar sistemas de planificación
familiar efectivos. En Bangladesh, miembros de una asociación nacional de mujeres abogados han
viajado a más de 68.000 pueblos, informando a las mujeres sobre sus derechos legales básicos y
suministrando asistencia legal a aquellas mujeres víctimas de malos tratos por parte de sus
esposos o del propio gobierno.
De igual manera en México están surgiendo y reforzándose organizaciones que apoyen a las
mujeres en diferentes aspectos, sin embargo nuevamente por diferentes puntos de vista el
gobierno no da un apoyo suficiente a estas organizaciones o simplemente hacen caso omiso a las
peticiones y los gobernantes toman decisiones que afectan a este grupo de personas, dejándolas
en una situación precaria.