Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
COMO FRONTERA
Reflexiones sobre la experiencia escolar
de jóvenes de sectores populares
Silvia Duschatzky
Paidós
Buenos Aires • Barcelona • México
ÍNDICE
1 9 edición, 1999
Introducción 11
La reproducrion total o parcial de este libro, en cualquier forma que
sea, idéntica o modificada, escrita a máquina, por el sistema
"multigraph", mimeógrafo, impreso por fotocopia, fotoduplicación,
etc., no autorizada por los editores, viola derechos reservados.
Cualquier utilización debe ser previamente solicitada. 1. La relación simbólica entre la escuela y los jóvenes
de sectores populares 15
(O 1999 de todas las ediciones 15
1.Sobre los mitos fundacionales de la educación
Editorial Paidós SAICF
2. Una perspectiva simbólica sobre la escuela 20
Defensa 599, Buenos Aires
e-mail: paidolit@internet.siscotel.com 3. ¿Quiénes son los jóvenes de sectores populares? 23
Ediciones Paidós Ibérica SA
Mariano Cubí, 92, Barcelona
Editorial Paidós Mexicana SA 29
2. El escenario cotidiano de los jóvenes
Rubén Darío 118, México DF
1.El barrio como unidad de sentido 29
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 2. Fotografía de dos barrios periféricos 33
Impreso en la Argentina. Printed in Argentina 3. Solidaridades y rivalidades 38
In general, las narraciones sobre las instituciones sociales suelen del mismo grupo poblacional en términos de posición social y condiciones
silenciar las voces de quienes las transitan. Sus ocupantes, sin embargo, de vida, sus trayectorias escolares y simbolizaciones educativas no son
trazan trayectorias de intereses y significados que no están necesariamen- iguales. Por otro lado, tampoco los estilos de gestión institucional parecen
y determinados en el sistema en el que se desarrollan. Pero pretender una 1 condicionar plenamente las valoraciones construidas. En ambos casos
tarea de interpretación significativa exige abandonar la idea del conoci- estaríamos frente a la relatividad de la determinación estructural, ya se
miento como entidad unitaria y trascendente que pretende duplicar lo real trate de la adscripción social o de la adscripción institucional.
o recitarlo para adoptar un pensamiento contaminado, contingente, El problema, entonces, es desentrañar el valor simbólico, el "plus" de
provisorio. sentido que se sobreimprime en el acto de apropiación de lo que la
La pregunta motivadora es, en efecto, por la escuela, pero por la sociedad pone a nuestra disposición. Lo que importa es qué hacen los
escuela vivida, transitada, "burlada" por grupos de jóvenes que viven jóvenes con lo que tienen ahí, en este caso con la escuela, entendiendo que
marcados por la adversidad cotidiana. Más que la búsqueda de generali- la cuestión de la subjetividad se constituye en la tensión entre las
dades o la verificación de hipótesis sobre la institución educativa, importa determinaciones y la presión por desbordarlas en alguna dirección.
indagar los significados que para los jóvenes tiene su paso por la escuela. El texto que presentamos es el resultado de una investigación
Se trata entonces de reconstruir los vínculos entre los jóvenes y la etnográfica llevada a cabo durante el año 1997 en dos escuelas medias
escuela ya no a partir deai rialWde los programas escoises, las reglas, públicas situadas en González Catán, Partido de La Matanza, Provincia
los comportamientos docentes, los organigramas, etcétera, sino de estu- de Buenos Aires.
diar la manera en que los alumnos construyen su experiencia escolar. En el marco de un universo formado por jóvenes que viven e&
Aunque la subjetividad de un grupo de actores sociales sea el objeto contextos de pobreza, procuramos abordar dos instituciones con estilos
principal de este estudio, no se trata de disociarla de un conjunto de condi- de gestión marcadamente distintos, dado que nos preguntábamos hasta
ciones sociales de producción no elegidas por los sujetos ni manipulables dónde el sesgo institucional influía en las valoraciones construidas. En un
'totalmente a su voluntad. Dar cuenta de los sentidos que los jóvenes cons- caso se trató de una escuela de trama abierta a la comunidad y gestión
truyen alrededor de la escuela no supone pensar que lo hagan independien- participativa, y en el otro de una escuela de gestión fuertemente centra-
temente de los materiales significantes que tienen a su disposición. Los lizada, muy pegada a la normativa y de signos excluyentes.
chicos no eligen ni sus culturas familiares, ni los barrios en los que les toca El "hallazgo" más elocuente radica en el fenómeno de interpelación 2 de
atravesar su niñez y su adolescencia, ni la cultura escolar que los recibe: los la escuela, con independencia de las tramas institucionales configuradas.
conocimientos, las metodologías de enseñanza, los docentes, los criterios
de evaluación escapan a su decisión.
1. Para este trabajo se realizaron entrevistas a jóvenes que cursan 4° y 5°año,
,
- Por lo tanto, abordar las significaciones de los actores acerca de su procedentes de sectores socialmente desfavorecidos. La mayoría de ellos no trabaja y una
experiencia institucional no supone replicar literalmente lo que dicen. El pequeña proporción (10 %) lo hace durante los fines de semana en los puestos del Mercado
objeto de estudio no es igual al estudio sobre el objeto. La cuestión de los Central o en actividades de albañilería. Las mujeres se ocupan del cuidado de los
sentidos sobre la escuela no está en la transparencia del discurso que un hermanos y del mantenimiento del hogar. El 80 % de los padres completó estudios
primarios y el 20 % cuenta con nivel primario incompleto. El trabajo central de las madres
grupo de jóvenes formula sino en la construcción interpretativa que supone es el empleo doméstico, y un sector considerable no trabaja. Entre los padres los trabajos
inscribir lo dicho en un contexto más amplio de significación. Cuando los más frecuentes son changas de plomería, albañilería, construcción. Una minoría se
jóvenes idealizan a la escuela o la impugnan no quiere decir que la escuela desempeña como operarios y empleados municipales.
sea una maravilla o, por el contrario, merezca nuestro rechazo. Lo que 2 La interpelación nombra a una operación discursiva mediante la cual se propone un
modelo de identificación a los sujetos sociales. No se trata de un acto expresamente
suscita interés acerca de esas representaciones es que no se derivan exclu-
intencional sino de un proceso por el cual un sujeto de deseo y de demanda se siente
sivamente de la condición socioeconómica de los sujetos: aún tratándose vinculado a un discurso (institución, práctica, etcétera) particular.
14 LA ESCUELA COMO FRONTERA
la industria o la formación ciudadana, el proyecto de transformación de experiencias específicos. Junto a la familia la institución educativa
social inspirado en la Ilustración constituyó el pilar fundacional de los es el lugar por excelencia que hace posible la reproducción cultural.
sistemas educativos modernos. Bourdieu examina el sistema de enseñanza y revela la falacia de
La Ilustración, como bien sabemos, abraza la utopía del progreso considerarlo como el lugar de inte ración v misión de un saber
indefinido a partir de las bondades de la ciencia y la tecnología. No sólo socialmente neut or econtrario, afirm—a—qiiéTré—~x-es—el—lugar
todo ser humano era educable sino que la educación era capaz de producir privilegiado de consagración de la cultura legítima. Contrariamente a la
los cambios globales que la sociedad requería. La escuela en última idea que afirma que la relación pedagógica se limita a la transmisión de un
instancia se erigía como la promotora de la emancipación humana, saber universal, Bourdieu insiste en el hecho de que toda acción pedagó-
entendida como la emancipación de la razón de las creencias particularistas gica es al mismo tiempo imposición de una cultura arbitraria. ¿Por qué
y sobrenaturales. El acceso al conocimiento provisto por la institución arbitraria? Porque pretende imponer con carácter universal aquellos con-
educativa resultaba ser la llave para alcanzar las posibilidades del progre- tenidos y valores que en realidad representan a intereses particulares, los
so, de la libertad y la igualdad. de las clases dominantes de la sociedad.
Ahora bien, la esperanza de la escuela integradora e "igualitaria" Bourdieu va a sostener que si bien los sistemas educacionales anun-
comienza a resquebrajarse en el marco de un devenir histórico que revela cian que difunden un tipo de cultura universal, no es novedad que los
la falacia de la ecuación —educación igual a progreso global— y de la diferentes sistemas, en épocas y formaciones sociales particulares, trans-
irrupción de investigaciones sociales que ponen de manifiesto el carácter miten versiones culturales selectivas que guardan una relación de nece-
segmentador del sistema educativo. sidad con las relaciones sociales dominantes:
La utopía del progreso indefinido y de una educación que hiciera
posible una historia siempre hacia "Lo Mejor" comienza a erosionarse en La selección de significaciones que define objetivamente la cultura de un
un contexto histórico en el que tienen lugar hechos como el Holocausto, grupo o una clase como sistema simbólico es arbitraria porque la estructura
y las funciones de esta cultura no pueden ser deducidas de ningún princi-
sucedidos en pleno auge del desarrollo científico tecnológico, así como la
pio universal, físico, biológico o espiritual puesto que ninguna clase de
proliferación de las injusticias sociales y el crecimiento de la pobreza. relación interna las une a la naturaleza de las cosas o a la naturaleza humana
Asimismo durante las décadas del '60 y '70 comienzan a aparecer (1977: 57).
estudios socioeducativos que revelan el carácter reproductor del sistema
educativo. Desde una perspectiva crítica Bourdieu y Passeron (1977), Ciertamente, si analizamos la cultura escolar en su desarrollo histórico
Baudelot y Establet (1974) y Althusser (1984) ponen de manifiesto la podremos advertir la existencia de una variedad de indicadores que
existencia de una tecnología discursiva tendiente a legitimar las desigual- revelan los efectos de verdad de las operaciones discursivas de la escuela.
dades imperantes en la sociedad capitalista. Tanto los criierios únicos de validez para distinguir los conocimientos
Burdieu considera que un sistema social particular se reproduce no verdaderos de los falsos, o para jerarquizar los saberes elaborados por
sólo porque se garantizan las condiciones económicas de producción, que encima de los del sentido común, así como también los estilos
hacen posible que una estructura se conserve, sino que a ello contribuyen estandarizados de evaluación, consideradas las medidas objetivas del
un conjunto de prácticas educativas tendientes a modelar los esquemas de rendimiento escolar, o la supremacía del texto escolar por encima de otros
percepción y comportamientos de los sujetos. Por lo tanto, para interiorizar formatos culturales, sin olvidar el lugar que se le asigna a las disciplinas
una "exterioridad" desigual será necesario que cada grupo de la sociedad curriculares como soporte excluyente de los conocimientos escolares,
reciba aquellos valores y saberes que sean confirmatorios de las posicio- son reveladores :del autoritarismo de los significad4 En términos de
nes sociales iniciales. Bourdieu, "la vidlencia Simbólica" no radica en el carácter de verdad de
Estos aprendizajes, no siempre explícitos, son provistos en ámbitos los contenidos que impone sino en las modalidades de sentido que
18 LA ESCUELA COMO FRONTERA La relación simbólica entre la escuela y los jóvenes de sectores populares 19
vehiculizan. Lo que perdure como aprendizaje probablemente no sean las geneización— desde el otro es denostado en tanto la supuesta integración no
informaciones puntuales pero sí la idea de jerarquía cultural, la idea de > es otra cosa que violencia simbólica y desigualdad educativa.
que un punto de vista predomina como el mejor y que el criterio de A pesar de las disputas epistemológicas, las corrientes crítico-
autoridad radica en la institución oficial. reproductivistas no escapan de una tendencia funcionalistal ya que
La acción pedagógica, nos dice Bourdieu, contribuye a ocultar el consideran que los resultados educativos de fracaso y segmentación
carácter arbitrario de la cultura que impone en la medida que se instala constituyen en realidad las razones ocultas de los sistemas educativos, el
como la cultura legítima. El sistema escolar ejerce de este modo una éthos de una función, orientada a reproducir las desigualdades sociales.
violencia simbólica, es decir la inculcación de la arbitrariedad cultural y Tanto para el pensamiento "civilizatorio" como para las corrientes
la imposición del habitus —esquemas de percepción internalizados-
conforme al orden de las clases sociales. j
f
críticas, el discurso escolar dominante apuntaba a la formación de sujetos
universales, léase en esto una reivindicación por la igualación de dere-
Al respecto, los autores de La reproducción sostienen que "uno de los chos o un proceso de dilución de plurales identidades culturales.
efectos menos visibles de la escolaridad obligatoria consiste en el hecho Ahora bien, si los interrogantes que nos formulamos sobre la escuela
de que consigue arrancar de las clases dominadas un reconocimiento del se orientan a capturar las diferencias semánticas que construyen los
saber y del saber hacer legítimos [...] lo que trae consigo la desvaloriza- distintos sectores sociales que asisten a ella, ni el optimismo pedagógico
ción del saber y del saber hacer que ellas en efecto dominan" (Bourdieu ni las visiones crítico-reproductivistas nos ofrecen caminos fértiles de
y Passeron, 1977: 22). La función de la escuela para estas corrientes no interpretación.
apunta entonces, como lo creían las corrientes tradicionales, a la integra- ¿Cómo entender, fuera del impulso deductivista, que mientras algunos
ción social sino a la reproducción de un orden desigual. grupos juveniles impugnan el lugar de enunciación educativa de la
Si bien este pensamiento se levanta contra la "ilusión" proclamada por institución, otros continúen merodeándola una vez que egresan, en una
las corrientes optimistas herederas del horizonte iluminista y desnatura- suerte de apego a ese referente? ¿Cómo explicar que mientras ciertos
liza de este modo el imaginario igualitario de la educación, participa de grupos sólo viven el malestar de la institución, otros expresen que "la
[Una lógica similar de construcción. Tanto las perspectivas "optimistas" escuela es algo más que el director que tenés enfrente"? ¿Cómo describir
como las reproductivistas suponen que las identidades de los sujetos se la distancia entre quienes transgreden los ritos escolares y quienes los
constituyen desde únicos referentes de sentido. Aun si le conferimos a cumplen voluntariamente como el caso de grupos de adolescentes que sin
Bourdieu el valor de haber otorgado una importancia crucial a las tramas mediar reglamentación alguna exponen con orgullo el guardapolvo?
de sentido, a los bienes simbólicos y a la dominación simbólica en las ¿Cómo explicar, por último, que las diferencias entre culturas
relaciones de clase operando de este modo una cierta ruptura con las institucionales no afecte necesariamente la valoración que los jóvenes
versiones de corte economicistas, la noción de clase social continua tienen sobre su experiencia escolar?
siendo, desde su perspectiva, el referente constitutivo de los sujetos y de Seguramente muchos podrán aventurar explicaciones que sitúen las
los conflictos sociales. En este marco la escuela actúa consolidando representaciones encontradas en los términos del éxito de la acción
posiciones originarias y reforzando, por cierto, la segmentación social. socializadora o de la eficacia de la violencia simbólica. Desde un polo
Desde el discurso "integrador-igualitario", la escuela sería la respon-
sable central de la constitución de los sujetos sociales. Gracias a la acción
educativa el niño y el joven accederían a la cultura, entendida como el 1. La visión funcionalista de la cultura insiste sobre el principio de que en todo, cada
costumbre, cada objeto material, cada idea y cada creencia cumple una función vital, tiene
germen civilizatorio y el núcleo posibilitador de la construcción de una tarea a realizar, representa una parte indispensable en el seno de una totalidad. Véase
ciudadanía. Cornelius Castoriadis: La institución imaginaria de la sociedad, Barcelona, Tusquets,
Lo que desde un polo es reivindicado —la integración como horno- 1983, vol.l.
20 LA ESCUELA COMO FRONTERA
La relación simbólica entre la escuela y los jóvenes de sectores populares 21
podrá decirse que quienes valoran la escuela son la prueba fehaciente de do para enseñar, aprender y socializarse. Esta construcción de sentido no
que la violencia simbólica fue posible. El éxito de esta imposición es caprichosa sino que como vimos anteriormente responde a condiciones
radicaría en la imposibilidad por parte de los alumnos de darse cuenta de sociohistóricas de producción.
que los valores aprendidos no hacen otra cosa que impugnar las diferen- No obstante, la construcción de significados lejos de congelarse
l -cias culturales. La cultura escolar, lejos de reconocer las historias,
admite la entrada de una pluralidad de sentidos. Por lo tanto, los
tradiciones, creencias, estilos de vida propios de los sectores populares,
simbolismos institucionales no son una expresión neutra o adecuada de
los clasificaría como cultura degradada, subcultura o en el mejor de los
una funcionalidad subyacente. La escuela como todo significante no está
casos legitimaría su uso en los límites de lo privado. Por el contrario, sometida por completo al contenido que se supone expresa. Si bien el
desde las ,versiones funcionalistas clásicas se argumentará que la valora- simbolismo no es totalmente libre sino que se aferra a lo histórico,
ción de los jóvenes es la muestra de la función integradora que la escuela tampoco está anclado a un sentido homogéneo._
ha realizado. ! El recorrido por los siguientes capítulos nos enfrentará a una escuela
Aun reivindicando el carácter democratizador que implicó la expan- que es más que la escuela en los términos convencionales. Sin embargo,
sión de los sistemas educativos, debemos atribuirle a las perspectivas decir que hay escuelas y no escuela, no aclara demasiado. Cuando aquí
críticas la virtud de haber puesto de manifiesto la "otra cara", la de la hablamos de escuelas, de la escuela en plural, no nos referimos a
exclusión de_ _ una parte de la población, no siempre física aunque sí diferencias visibles en algunas de sus marcas instituidas: currículos,
simbólica. 'No obstante consideramos que atender sólo a las funciones arquitecturas edilicias, procedencias sociales de sus alumnos, modos de
prescriptas para las instituciones, clausura un abanico de significaciones evaluación o diversos estilos de enseñanza. Las escuelas a las qué
construidas por quienes las transitan. Es por eso que decidimos ir en busca aludimos son las escuelas vividas, subjetivizadas, no por personas con-
1 de los 'deslizámiebtos de sentido, de ese "plus" de significación. sideradas individualmente sino por grupos sociales inscriptos en particu-
lares condiciones de existencia. Entonces, más que indagar los modos en
que la escuela realiza su papel integrador o diferenciador, más que
2. UNA PERSPECTIVA SIMBÓLICA detectar las maneras en que las tecnologías de poder operan en los
SOBRE LA ESCUELA discursos educativos pretendemos capturar los "usos" simbólicos que se
producen al interior de un sistema controlado y prescriptivo. Nuestra
Comencemos por dirimir el campo de lo simbólico. Cuando hablamos mirada pone entre paréntesis la función de la escuela para detenerse en la
de lo simbólico nos referimos a los procesos culturales mediante los experiencia educativa.
cuales se asocian a ciertos significantes unos significados particulares. No pretendemos sugerir que las significaciones que los jóvenes
Geertz (1987) entiende por símbolo cualquier cosa (objeto, acto, gesto, atribuyen a la escuela son invenciones absolutas. Como dice Castoriadis
palabra, etcétera) que sirva como vehículo de una concepción. Símbolo es (1983), en cada proceso de simbolización el sujeto no inaugura nuevas
cualquier cosa que, en ausencia de una presencia fáctica, es usado para significaciones sino que opera sobre sentidos anteriores. Pero así como
no se trata de pura novedad tampoco de mera repetición, de una circularidad
disponer significativamente los sucesos entre los que viven los hombres
de sentidos que se reproduce sin fisuras a través de los tiempos y las
a fin de orientar su experiencia. Así, para referirnos públicamente a la
generaciones. Los sujetos construyen significados refuncionalizando los
escuela no necesitamos estar frente al objeto escuela, todos entenderemos
heredados e incorporando nuevos elementos,;
de qué estamos hablando al nombrarla y esto porque a ella se ligan un
En términos de las instituciones educativas la simbolización que en
conjunto de significados socialmente sancionados. La escuela no es
cada época o contexto realicen los sujetos se edificará sobre los mitos
pasible de cualquier significación sino que representa el lugar privilegia- fundacionales, pero no se agotará en ellos. Los contextos de inscripción
LA ESCUELA COMO FRONTERA La relación simbólica entre la escuela y los jóvenes de sectores populares
23
sociocultural de los diferentes grupos, las marcas epocales y las experien-
3. ¿QUIÉNES
cias subjetivas crearán nuevos escenarios de sentido. SON LOS JÓVENES DE SECTORES POPULARES?
No necesariamente será la escuela para el ascenso social o para la
Si
formación de las elites y de la ciudadanía en los términos modernos, pero los límites de nuestro universo de indagación son los jóvenes
de
algo del orden de la integración social que estaba en la base de los pilares sectores populares, parece pertinente comenzar acercando una descrip-
fundacionales seguirá funcionando como territorio de expectativas. ción sobre lo popular. ¿De qué hablamos cuando decimos "sectores
populares"?
Como todo simbolismo, cada construcción de sentido supone un
componente imaginario, algo del orden de la invención, un deslizamiento, Señalemos en principio que la noción de clases populares o sectores
un desplazamiento en el que unos símbolos ya disponibles están investidos quiebra la idea de un pueblo monolítico, instalando dos procesos intrin-
con otras significaciones no idénticas a las "normales", a las legitimadas. cados: la desigualdad en la apropiación de bienes materiales y simbóli-
Por lo tanto, deja de tener vigencia la imagen de una identidad escolar de cos, y el conflicto como territorio de disputa en la construcción de
sentidos.
tipo esencialista que permanece a pesar de los cambios, como lo suponían
las visiones del sujeto universal. El pensamiento economicista sobre los sectores populares adjudicó a
(Desde una perspectiva simbólica la escuela no será la misma en todas la posición de los sujetos en el proceso productivo el principio constitu-
las épocas, ni para todos los sujetos ni para los mismos sujetos en distintos yente de la identidad. Si bien este dato no es menor para evaluar el lugar
períodos. La posibilidad de constituirse en núcleo de sentido radicará en que ocupan los sujetos en la pirámide social deja sin considerar la
su capacidad de interpelación, en su capacidad de nombrar a los categoría de experiencia que no desconoce la posición social pero que la
interlocutores, de tal manera que se perciban reconocidos como sujetos de exime de una función causal en la dinámica de los procesos socioculturales.
enunciación. La escuela entonces podrá erigirse en el "horizonte de lo Acercarnos a lo popular sólo desde el dato económico (trabaja, no
posible"2 a partir de articular todo un campo de deseos, aspiraciones e trabaja, trabaja como empleado, asalariado, obrero, cuentapropista)
intereses. im-
plica una aproximación parcial. Podremos decir algo sobre las condicio-
nes materiales de vida de quienes
La capacidad de interpelación de la escuela entre los jóvenes de participan de esta categoría, de los tipos
sectores populares debe ser concebida como un terreno frágil, como una de inserción en el sistema formal del trabajo, de las posibilidades de
contingencia inscripta en un tejido social profundamente fisurado. Los consumo. No obstante, habrá un resto difícil de capturar, ese que habla del
núcleos de sentido que reviste la relación entre los jóvenes y la escuela se mundo de las significaciones y que se mueve por debajo de la realidad
más real, de
construyen allí donde parecen advertirse los dislocamientos discursivos, la más dura presencia de las cosas, y por encima de ella.
las fisuras que atraviesan la vida cotidiana de grupos juveniles que viven Preguntas del tipo: ¿Cómo es vivida la falta de horizontes? ¿Qué estrate-
(-én contextos de pobreza. Si la escuela se erige como núcleo de sentido es gias se ponen en juego? ¿Qué sucede en el universo de las creencias, de los
porque opera como campo de posibilidad, como sutura de profundos ritos y costumbres, de los vínculos sociales, del clima que envuelve la vida
,quiebres de la vida social. En los próximos capítulos avanzaremos en esta cotidiana, de la relación con los otros? ¿Qué valores encierra la relación
cuestión, sin embargo deseamos adelantarnos señalando que la escuela intergeneracional? ¿Qué lugar ocupa la oralidad en la trama comunicativa?
como campo de posibilidad desborda las intenciones o prescripciones Todas estas son cuestiones que desbordan la pura objetividad.
educativas y se sitúa en el terreno de la experiencia educativa, del uso que El debate sobre las culturas juveniles no es ajeno a las
perspectivas que
de ella hacen los sujetos. enfatizan la clase social como núcleo estructurante. Hall y Jefferson
(1983), representantes de la tradición marxista en Inglaterra, señalan que
2. Véase Bronislaw Baczko: Los imaginarios sociales. Memorias y esperanzas colecti- no son la edad ni la escolarización las que definen las identidades
vas, Buenos Aires, Nueva Visión, 1991. juveniles sino la clase social. Para estos
pueden interpietarse autores las culturas juveniles .'
como intentos de afrontar las contradicciones que
24 LA ESCUELA COMO FRONTERA La relación simbólica entre la escuela y los jóvenes de sectores populares 25
permanecen irresueltas en la cultura parental, en una suerte de elaboracio- el fracaso escolar. Al querer dar cuenta de los malos resultados en el
nes simbólicas de las identidades de clase. aprendizaje de los alumnos provenientes de sectores populares, se proce-
Sin embargo, las transformaciones operadas en las formas de repro- día a identificar las desventajas que sufrían. El punto de vista que
ducción socioeconómica y en las condiciones de producción, circulación prevaleció fue que los chicos y los jóvenes presentaban un déficit cultural
y apropiación de la cultura trastocan las fronteras tradicionales de clase dada la pobreza del medio ambiente en el que vivían. La teoría del déficit
social e impiden, en consecuencia, la correspondencia mecánica entre sugiere la idea de privación verbal y autoriza expresiones tales como "son
culturas juveniles y clase social. incapaces de construir argumentos, no saben formar conceptos ni comu-
Si bien es cierto que los jóvenes de sectores populares viven su nicar pensamientos lógicos, tienen períodos cortos de atención, no se
condición generacional de modo diferencial por estar sometidos a restric- comportan como seres civilizados".
ciones materiales y culturales, y se vinculan empáticamente con aquellos Ahora bien, la operación de reposicionar a los sectores populares a
que comparten trayectorias semejantes (oportunidades laborales, itinera- partir de reconocerles productividad cultural no debe conducirnos a un
rios educativos, problemas urbanísticos, aislamiento social), construyen nuevo equívoco, el de desconocer o relativizar los efectos de vivir en una
estilos culturales propios a partir de una apropiación singular de lengua- relación social desigual. Así como no podemos computar todas las
jes, artefactos y espacios. diferencias culturales como faltas, defectos, imposibilidades, tampoco
Por lo tanto, apelar a la "necesidad", producto de las privaciones podemos sostener la ilusión de que el sentido de las prácticas populares
materiales, como el único referente para pensar a los sectores populares se realiza en la felicidad de la autosuficiencia simbólica.
en general y a los jóvenes en particular, parece insuficiente. Si sólo La cuestión de lo popular merece ser pensada en términos de una
caracterizáramos a los sectores populares desde la carencia de bienes tensión. Cenan» dicen
materiales y simbólicos, no podríamos pensar su universo cultural más
que desde el déficit. Como están privados de un conjunto de elementos, Le pasan cosas esenciales a una cultura popular como consecuencia de estar
estarían privados de todo tipo de productividad simbólica. Como no hay restringida a funcionar como cultura dominada, como cultura de la denega-
opción, sólo reproducirían en el nivel cultural lo que viven en el plano ción, sub-cultura o contracultura. La sociología debe ocuparse de ello, pero
económico. algo olvidaría si no fuera capaz de hacer la hipótesis interpretativa de que una
cultura popular es también capaz de productividad simbólica. Nada en la
[Si la diferencia sólo es pensada como carencia, las prácticas de estos
teoría del simbolismo social impide la hipótesis de que el inconsciente de las
sectores pasarían a describirse en relación jerárquica respecto de los relaclones sociales es tan productor de sentido como la conciencia (1991: 77).
significados, prácticas y placeres de los poderosos. La distancia construi-
da entre "ellos" y "nosotros" operaría como clave para distinguir entre Por lo tan t , entrar en la dimensión de epal r implica deshacerse
una cultura que puede separarse de las condiciones sociales y económicas de la comodida cionismo de clase que nos empuja a
de cada día y aquella que no puede hacerlo. Desde esta perspectiva los adjetivaciones idealistas o degradantes. Salvada la interferencia de la
sectores populares no participarían del beneficio de ser jóvenes ya que univocidad, pensamos que capturar semánticamente el universo de lo
esta condición quedaría reservada a los sectores medios y altos, o sus popular supone penetrar en una trama compleja de signos que no operan
atributos juveniles quedarían presos de estigmas tales como "los por yuxtaposición ni determinación mecánica. Lo popular se perfila'
borrachos", "los drogados" y "los violentos", producto de visiones entonces como una práctica de sentido anclada en un escenario de
miserabilistas, aquellas que sólo perciben lo popular como lo degradado, desigualdad y disputa._
lo primitivo, lo más próximo a un estado de naturaleza proclive entonces Las identidades juveniles de los sectores populares se construyen en
a convertirse en el nido de las conductas antisociales. una relación particular con el territorio y los consumos globales. La v a
íEn el terreno escolar, la idea de privación fue utilizada para explicar cotidiana marcada por el peso de lo local, las iones cara, la
La relación simbólica entre la escuela y los jóvenes de sectores populares 27
26 LA ESCUELA COMO FRONTERA
dilución de lo privado, la laxitud de las fronteras tradicionales de familia escapa a cualquier generalidad. Por ejemplo, ¿qué datos de los siguientes
no son meros datos contextuales, sino que dan forma a las simbolizaciones tomaríamos como señal de sentido?: ¿que en 1996 el 48,1 % de los
juveniles. No obstante, aquí también se perciben rupturas y diferencias adolescentes pobres de Capital y Gran Buenos Aires había abandonado la
culturales. institución educativa o que el 42 % de los jóvenes entre 14 y 17 años
EL ESCENARIO COTIDIANO
DE LOS JÓVENES
Aun en la escuela más cerrada, no logra diluirse la familiaridad del "Acá hay mucha pobreza, pero nunca me voy a ir, yo nací acá y a mí
contacto interpersonal, el estilo doméstico de la comunicación y la me gusta vivir acá, en mi cuadra todos nos llevamos bien", dice Marisel,
presencia de lo privado en el clima institucional. 20 años.
A su vez, las rupturas de las que nos ocuparemos en el próximo "En el barrio la mano con la droga es muy pesada, además pasa de
capítulo, remiten a las diferencias entre ambas esferas, o más bien al todo. Hay dos bandas que sabemos que mataron gente y la policía no hace
contraste simbólico entre lo propio y lo ajeno. Al tiempo que la escuela se nada. Tal vez levanta tres pibes que sólo venían caminando y a los que
constituye con las marcas del lugar también rompe con algunas de ellas. tiene que investigar... nada", cuenta Gabriela.
Comencemos por introducirnos en el barrio que, amén del valor que El barrio se dibuja como "lugar antropológico" (Augé, 1994), como
tiene como materialidad concreta, es una buena metáfora para pensar la esa construcción concreta y simbólica que no podría por sí sola dar cuenta
escuela desde su inscripción territorializada. de las vicisitudes y complejidades de la vida social pero que se constituye
Estudios socioculturales recientes (García Canclini, 1992; Ortiz, 1996) en principio de sentido para los que la habitan.
nos alertan sobre una contemporaneidad marcada por el borramiento de El barrio como espacio de identificación no excluye la coexistencia de
las fronteras territoriales. Sin embargo, el dispositivo espacial no se ha elementos distintivos y singulares, pero es la vida en el lugar común lo
esfumado por completo. En aquellos enclaves que no han sido permeados que lo convierte en referente de identidad. La idea que sus habitantes se
con fuerza por la mundialización de la cultura, el territorio funda, reúne formen del lugar puede ser parcial y mitificada. Los relatos sobre el barrio
y une, y en este sentido aún expresa la identidad de algunos grupos. A lo guardan muchas veces una imagen idealizada y otra de rechazo. Sin
largo de este capítulo intentaremos mostrar el lugar que ocupa el barrio embargo, el barrio está allí proponiendo e imponiendo puntos de referen-
como anclaje de identidad para los jóvenes. cia que no remiten a la armonía, ni a la felicidad pero que son constitutivos
El barrio constituye para estos jóvenes un anclaje de identidad. No son de identidad. El barrio define para sus habitantes un conjunto de posibi-
lidades y limitaciones cuyo contenido es a la vez espacial y social. Por un
señas físicas las que marcan su naturaleza sino experiencias cargadas de
lado la realidad material del hábitat constituye el límite de lo que se puede
intensidad afectiva. Así, el almacén puede ser pensado como metáfora de
o no realizar. A su vez, el hecho de que el barrio funcione para sus
familiaridad, el fútbol o el potrero como lugar de pertenencia; los
habitantes como receptáculo principal de la vida social, nos habla de una
"drogados y borrachos" como un estigma juvenil y signo de resquebra-
autorreferencialidad obligada por las dificultades de transitar por otros
jamiento de ese viejo sentimiento comunitario y la escuela como espacio circuitos que refuerza esa asignación de sentido con la que se lo inviste.
de alta depositación comunitaria. El peso simbólico del barrio se asocia además con su historicidad,
"El barrio es el lugar donde se aprenden las cosas buenasy malas de puesta de manifiesto en la apropiación que las nuevas generaciones hacen
la sociedad, es el hábitat natural de vida Es el potrero, son las de sus procesos fundacionales. Los jóvenes se incluyen en las narraciones
chicas, los honestos y garroneros, los asesínos, drogados y borrachos, el históricas del barrio haciendo propias experiencias vividas por las gene-
almacenero y el kiosquero, los amigos y el primer amor", relatan Raúl y raciones anteriores. Hablar del barrio es actualizar simultáneamente las
Freddy, alumnos de 5° año. tradiciones comunitarias y familiares. En los relatos del barrio se infiltran
"Para mí no es lo mismo un barrio que otro, cada barrio tiene lo suyo, recuerdos biográficos personales haciendo del lugar un sitio indiferenciado
tengo todos los negocios, la panadería está ahí nomás y todos nos entre lo público y lo privado. La cuestión a destacar en esta indiferenciación
conocemos", comenta Jorge. es que la historia barrial y las biografías particulares se funden en una
"El barrio para nosotros son un montón de cosas: zanja, escondidas, única narración, haciendo del lugar una morada de la memoria individual
vecinos, niñez, amor, asados, fútbol, tortas fritas, mate, grasa, recuerdos, y colectiva.
barritas [...]. No sé, amo a este barrio de porquería",dice Ana. En apariencia no resulta verosímil una descripción de este tipo en el
32 LA ESCUELA COMO FRONTERA t, El escenario cotidiano de los jóvenes
33
contexto de las profecías globalizadoras. Al respecto, Renato Ortiz - 2. FOTOGRAFÍA DE DOS BARRIOS PERIFÉRICOS
señala:
Nos ocuparemos a continuación de describir indicios sustantivos de la
La movilidad interplanetaria se tomó una realidad, que transforma las prác-vida cotidiana en dos barrios del Gran Buenos Aires.' Los barrios
ticas y relaciones sociales [...]. Basta mirar el ambiente que nos rodea,
estudiados se hallan ubicados a 31 y 36 km de la Capital Federal. Ocupan
poblado por objetos característicos de una civilización que se desterritorializó.
una extensión de 130 hectáreas aproximadamente y la población en cada
Luz eléctrica, ómnibus, aviones, televisores, computadoras, cines, shoppings,
avenidas, aeropuertos, fax, expresan la materialización de la técnica comouno de ellos ronda los 12.000 habitantes. Pertenecen a la localidad de
determinante ecológico. Estamos penetrados por la modernidad-mundo, ella González Catán, considerada una de las zonas de mayor concentración
nos acompaña a todos lados (1996: 72). de población del Partido de La Matanza y una de las que registra los
mayores índices de pobreza del conurbano bonaerense.
Es indiscutible la penetración de un discurso a escala mundial que La conformación de estos barrios no se realizó según los cánones de
revela la configuración de nuevos escenarios de sentido marcados por la la planificación urbana sino que resultó de un trazado artesanal de calles.
desterritorialización. No obstante, resulta necesario introducir una distinl En esta marca originaria, que da cuenta de un proceso fundacional ajeno
ción entre la mundialización como realidad material y la mundialización a la modernización, se inscriben las notas de su desarrollo actual. La
como horizonte de expectativas. No hay dudas de que la globalización se mayoría de sus calles son de barro a excepción de la principal que
ha introducido en diversos sectores de la sociedad pero no es un detalle desemboca en la ruta, cuyo asfalto fue conseguido' en los últimos años
gracias a los reclamos comunitarios. Ninguno de los barrios posee red
menor el grado diferencial de su presencia y el impacto desigual en la
construcción de las prácticas cotidianas. No es igual la vida en los centros cloacal ni desagües pluviales, tampoco gas natural. Ambos barrios están
urbanos que en las zonas marginales, no es lo mismo contar con plurales alejados de los centros de salud y sólo uno de ellos cuenta con una precaria
son equiva- salita de primeros auxilios.
ofertas culturales que disponer de restrinai :
lentes las oportunidades de interac ogica en el conjunto de la t Cada barrio tiene una escuela primaria y una secundaria que fue
población, no da-igu-a sistir mediáticamente al mundo que recorrer construida a partir del esfuerzo comunitario, dicho esto en términos
efectivamente otros espacios y geografías, no da lo mismo operar con económicos, desde la mano de obra hasta las gestiones legales realizadas.
Además de la escuela, la parroquia y una fundación religiosa que recibe
Internet que haber oído de su existencia y, por último, no es equivalente
fuertes donaciones provenientes de sectores de poder (Fundación Padre
estar incluido en el mercado de trabajo formal que 'encontrarse en el
Mario), son las únicas instituciones reconocidas por la comunidad.
margen de la competitividad laboral.
La zona no tiene clubes, canchas de fútbol, bares, mucho menos cines
Asimismo el deseo por participar de los cánones de integración que I o teatros. El único cine cercano, que estaba ubicado en el corazón de
rigen a las sociedades contemporáneas no implica necesariamente un Catán, fue cerrado para construir un shopping. Los comercios existentes
borramiento de viejos anclajes materiales y simbólicos. sólo cubren las necesidades básicas de alimentación, y se registran
En nuestro universo de indagación, la historia del barrio y la trama de residuos de una comercialización arcaica: carros tirados a caballos
socialidad se entretejen constituyendo pilares de sentido en la vida de los
jóvenes.
yor concentración de hogares en
situación de pobreza de todo el país. Casi un 20 % del total de hogares y el 24 % de la
se encuentra por eajode l a línea de pobreza. La desocupación superaba en
1995 el 29 % de la PEA (Poación
bl Económicamente Activa), siendo el grupo de jóvenes
LA ESCUELA COMO FRONTERA El escenario cotidiano de los jóvenes 35
34
ofreciendo gallinas (vivas) y huevos más baratos y casas particulares que dos líneas de colectivos. Dorrego, el barrio lindero, no existía. Todo era
comercializan distintos productos que se anuncian mediante carteles monte, vacas y caballos. Teníamos una quema que nos costó mucho
caseros como el que dice: "Vendo plantas y zapatos de ocasión". La sacar. Todo lo hicimos a pulmón, recién en el '85 se cumplió nuestro
mayoría de los habitantes de estos barrios posee televisión, pero no todos sueño de tener una escuela secundaria", recuerda Rosa, testigo de la
cable, y los beneficiados consumen mayoritariamente partidos de fútbol. historia del barrio y alma mater de la cooperadora del colegio secundario
"Por acá no todos tienen cable y los que se enganchan lo hacen por el del barrio.
fútbol, la gente dice que en los demás canales no tenés nada para ver", Dos aspectos saltan a la vista cuando indagamos los procesos que
explica Mariela, una joven de 21 años actualmente estudiante de Comu- dieron origen a estos barrios. Por un lado, una lógica de construcción
nicación. análoga a las primeras formaciones barriales en la ciudad de Buenos
La radio constituye en estos ámbitos el objeto cultural de mayor Aires a principios de siglo. Y por el otro, la dilución de las fronteras
consumo y funciona como un articulador social. Las radios, siempre generacionales en las representaciones sociales: tanto jóvenes como
abiertas y "mirando" hacia afuera, tejen un lazo de interacción entre los adultos destacan el carácter comunitario como pilar fundacional.
vecinos. Es interesante destacar que los relatos recogidos guardan similitud con
La diversidad de ofertas culturales de los centros urbanos no se
las marcas que caracterizaron la constitución de los primeros barrios. Al
reproducen en estos contextos. Casi no se observan locales con videojuegos respecto, Scobie señala:
y el único existente permanece vacío durante parte importante del día, a
diferencia de las esquinas con metegol que reúnen chicos a toda hora. En los años de prosperidad económica (1905-1912) la adquisición de un
"En el barrio hay un local con videojuegos, pero lo van a sacar para pequeño lote estaba al alcance de un obrero especializado [...]. Luego
poner un pool. El pool es diferente a la máquina donde basta que haya uno trabajaban con dedicación domingos y feriados para construir una casa,
para poder jugar", agrega Mariela. siempre se corría el riesgo de perder todo si el pago no podía efectuarse (1977:
Es excepcional encontrar alguna familia que disponga de una 229).
computadora —"el que tiene una computadora es un bicho raro"—, ni son ;
objetsprnlacitvdomeral.L"ibt - Actualmente, muchos vecinos destacan el esfuerzo realizado para la
liza el intercambio entre consumidor y vendedor, y el fiado hace posible compra de lotes.
el pequeño consumo diario. "Nosotros vivimos acá con mis padres, empezamos hace unos diez
Los barrios que describimos tienen casi cuarenta años de existencia y años a pagar un lote en La Foresta pero perdimos todo porque no
la mayoría de sus habitantes puede dar testimonio de los procesos :7 pudimos seguir pagando", nos cuenta una vecina del barrio.
fundacionales, ya sea porque han participado de su creación o porque son Según Scobie, a principios de siglo
familiares de los primeros pobladores. Una suerte de corrientes coloniza-1
doras les fueron dando el perfil, las primeras familias pobladoras corres- [...] los suburbios de la ciudad ofrecían viviendas para los menos afortuna-
ponden a esas corrientes migratorias de la década del '40 que provenían dos, se hallaban lejos del transporte y ocupaban construcciones bajas en
tierras marginales [...] pantanos, lagunas, charcos de agua estancada y
del interior del país. Hacia los arios '78/'79, se produce otro movimiento
depósitos de basura reforzados por un rosario de fábricas, talleres industriales
migratorio, resultante de la política de erradicación de villas de la que no tienen cómo deshacerse de sus residuos insalubres sin perjudicar la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, que tuvo vigencia durante higiene pública (1977: 231).
la dictadura militar.
"Cuando llegué al barrio, hace casi cuarenta años, no teníamos luz, Esta fotografía bien podría retratar la realidad actual de algunas zonas
había seis o siete casas. Teníamos faroles o velas y sólo contábamos con del conurbano bonaerense. Basurales, pantanos de aguas estancadas y
36 LA ESCUELA COMO FRONTERA El escenario cotidiano de los jóvenes
37
animales de todo tipo configuran el hábitat cotidiano de los barrios palos utilizados para la alineación de las ruedas de los camiones pero que
analizados.
hoy se venden a coches particulares como instrumentos de seguridad
"Hasta hace poco, aquí a la vuelta estaba la quema de la basura, los personal.
pibes cirujeaban y revisaban la basura, el barrio estaba cubierto de
En el seno de esta vida cotidiana se construyen valores, saberes,
humo", comentan vecinos del lugar.
lenguajes, normas de comportamiento. Pero cabe destacar que las cultu-
El barrio como materialidad toma forma gracias a la acción de los - ras barriales no son bloques homogéneos, sino que están atravesadas por
sujetos. No se trata, como en los ámbitos de mayor urbanización, de
valores encontrados. La trama barrial expone componentes culturales
territorios que están allí y la gente va ocupando, sino de un proceso de "dominantes, residuales y emergentes". 2
gestación de carácter comunitario.
Lo "dominante", siguiendo a Williams difiere de aquellos procesos de
"Laburábamos sábados y domingos para juntar plata para edificar la principio de siglo. Estos barrios son el resultado del empobrecimiento y
escuela. Antes era de chapa y barro y cuando llovía había descargas
la marginalidad. Más que marcar la conformación incipiente de los
eléctricas. La mayoría de la gente de la comunidad colaboraba" ,cuentan procesos de urbanización, son la cara adversa del gran desarrollo urbano
Rosa y Julio. y la globalización. Lejos de representar un horizonte de integración como
"Hay gente que no se olvida que para que trajeran la luz y el gas y el que definía históricamente al imaginario de los sectores obreros, estos
pusieran un teléfono público hubo que pelear muchísimo. Yo me acuerdo barrios contemporáneos son el reverso de la competitividad y los signos
que hasta hace poco tenía que ir con mi mamá hasta la ruta para tomar patéticos de la marginalidad.
un colectivo. Por todo se peleó, ahora hay más escuelas, más iglesias"
Lo "residual" está en las huellas de un tejido social comunitario y lo
comenta Gabriela, estudiante de 5° ario.
"emergente" podemos encontrarlo en la construcción de nuevas signifi-
"Entre todos los de mi cuadra pusimos los focos, arreglamos la calle, caciones y valores conformados alrededor de ciertas instituciones socia-
llamamos a la municipalidad", agrega Marisel, estudiante de Ciencias
les como la escuela. Lo "emergente" tal como lo describe Williams debe
Económicas y egresada de una de las escuelas secundarias de la zona. leerse en el contexto de lo dominante. Por lo tanto, estas nuevas signifi-
A diferencia de otros enclaves barriales en los que la escuela tiene una caciones que remiten a la simbolización de la experiencia educativa
existencia independiente de quienes acceden a ella, en estos barrios la deben ser interpretadas en el marco de la fragmentación y deterioro de la
escuela resulta de la construcción colectiva, siendo•además una institu- vida social de los sectores populares.
ción de alta depositación simbólica tener una escuela prestigia al barrio. Lo "emergente" no viene a señalar necesariamente la irrupción de
"Para el barrio es importante tener una escuela, es un adelanto, si hay
movimientos alternativos en términos políticos o socioculturales sino la
escuela estamos más adelantados."
entrada de nuevas "fronteras" de significación, allí donde lo "residual"
Lo mismo sucede con la sala de primeros auxilios, las mejoras comienza a perder eficacia simbólica y lo "dominante" afecta negativa-
sanitarias, de iluminación, transporte y comunicación telefónica. mente la vida de los sujetos.
Cada vez más, la vida cotidiana de los habitantes del barrio se Estos barrios, considerados el lado oscuro de la modernidad, son un
despliega en las fronteras del territorio. Los hombres ya no salen del lugar
para ir a sus trabajos, porque la desocupación los empuja a buscar
estrategias de supervivencia en los límites zonales. Las changas de
2. Raymond Williams señala que en toda cultura hay elementos residuales, dominan-
albañilería, plomería, construcción, se concentran progresivamente en las tes y emergentes. Los elementos residuales provienen de otras formaciones culturales del
proximidades. La ruta se presenta como el nuevo escenario de supervi- pasado, pero son elementos activos en el presente. Los elementos dominantes son los
vencia, en ella pueden verse improvisadas parrillas que ofrecen tortillas típicos representantes de su época y de los sectores culturalmente dominantes, y los
paraguayas, chicos limpiando vidrios y jóvenes ofreciendo los antiguos emergentes son los innovadores, los que irrumpen, los nuevos valores. Véase Marxismo
y literatura, Barcelona, Península, 1980.
LA ESCUELA COMO FRONTERA El escenario cotidiano de los jóvenes
38 39
producto de la pobreza y la marginalidad. Las redes solidarias, que boleto porque tienen que llevar a su hijo al médico", cuenta Rosa
permeaban el tejido comunitario, van perdiendo centralidad para dar paso respecto de la población que atiende la escuela primaria del barrio.
("0a lógicas rivales de interacción, que encuentran en la violencia su forma "Casi todos están desocupados, los pocos que se mantienen en el
ramática de expresión. La escuela, en este escenario, comienz , . • • i= frigorífico ganan $10 por semana", comenta uno de los miembros de la
..—
larse como una frontera de • istincio , r o un espacio simbólico que si cooperadora de la escuela de La Foresta y más adelante agrega: "La
bien no repara todos las brechas existentes introduce nuevas representa- mayoría de la gente trabajaba antes en el frigorífico y en la industria
ciones sobre lo social. No se trata de la realización de la naturaleza textil de San Justo pero desde que cerraron, todos empezaron a trabajar
esencial de la escuela, del cumplimiento de una función inscripta en sus por cuenta propia, en realidad empezaron a rebuscárselas con lo que
orígenes, sino de la emergencia de un espacio simbólico que da lugar a la sea: trabajos de electricidad, albañilería, plomería, lo que venga".
irrupción de nuevos horizontes de sentido.
Laescuela en estos contextos parece ser la institución de la frontera.3
Más allá de las dstncones
ii i que genera entre los que asisten y no asisten Solidaridades
a ella, está allí poniendo en contraste, en conflicto, lógicas dispares de
representación de lo social: mientras la violencia como corporización de La desnutrición infantil es la secuela de la desocupación que más
los conflictos crece como el modo predominante de interacción social en golpea la fibra sensible de la comunidad. A diferencia de la drogadicción,
el barrio, el espacio escolar expresa la posibilidad de simbolizar. La que empuja a la conformación de guetos juveniles y a la discriminación
escuela, significante de la palabra (aun cargada de connotaciones de interna, el problema de la nutrición infantil despierta en la comunidad
control y-disciplinamiento), instala otros modos de procesamiento de la -sobre todo en las mujeres- la necesidad de construir redes de
experiencia. Ambas lógicas, la de las rivalidades violentas y la de la contención.
simbolización, conviven en el mismo territorio disputando lugares de Lejos de los escenarios marcadamente globalizados que posicionan a
legitimación. la mujer en territorios de competitividad, aquí la mujer es interpelada
desde el lugar de lo doméstico. Todas las formas asociativas existentes,
las espontáneas, las impulsadas por asociaciones religiosas y las genera-
3. SOLIDARIDADES Y RIVALIDADES das por las esferas de gobierno, se asientan sobre el protagonismo de la
mujer. Pero no de la mujer de la modernidad tardía que irrumpe en la
El barrio se presenta como una configuración compleja de solidarida- escena pública mediante formas racionales de participación en el mundo
des y rivalidades. La construcción conjunta de casas, escuelas y redes
comunitarias para resolver cuestiones corno el asfalto, la alimentación
1y económico y político sino de la mujer tradicional, sostén afectivo del
núcleo familiar. Las mujeres en estos contextos son articuladoras princi-
infantil o la protección colectiva de las razias policiales hacia los jóvenes, pales del tejido social, ellas distribuyen la leche y los cereales, dan de
conviven con rivalidades ancladas en la proliferación de una violencia comer en las escuelas y organizan los comedores infantiles.
social que tiene sus raíces en un sistema socioeconómico de exclusión. Ellas son también las que salen a defender a sus hijos de las frecuentes
La desocupación es el problema central de sus habitantes. intervenciones policiales y las que nuclean a los pibes del barrio.
"Los chicos vienen a la escuela a comer con sus hermanitos, más de "Los sábados por aquí tenemos las razias, la cana carga a los pibes
una vez los padres llegan llorando y pidiendo que les prestemos para el en un colectivo y se los lleva. La primera que los ve, va corriendo a las
casas de las otrasy así nos juntamos como treinta y los sacamos", dice
Dora la mamá de Cristian, conocido en el barrio como el "jefe de una
3. En los capítulos siguientes profundizaremos la idea de "frontera" desde donde
pensamos la escuela en los contextos analizados.
banda". "A mi casa", continúa su relato, "la bautizaron el centro de
LA ESCUELA COMO FRONTERA
40 El escenario cotidiano de los jóvenes
41
rehabilitación. Aquí venían siempre los amigos de Cristian, que son un
Los indicios de un clima del "sentir en común" se juegan además en
montón y se quedaban toda la tarde charlando conmigo y mirando la tele.
una serie de ritos que revelan la productividad simbólica, la actividad de
Mientras estaban aquí, nadie se drogaba."
significación cultural y producción de sentido de los sectores populares:
La lógica de lo doméstico imprime la participación de las mujeres en
las festividades religiosas o las culturales dan cuenta de una matriz
la escuela. En general ellas son convocadas para apoyar tareas de asisten-
popular que reivindica la tradición y la fiesta pública.
cia, específicamente vinculadas al orden alimenticio, configurándose un
"En este barrio hay gente de distintas comunidades: paraguayos,
imaginario local que sanciona lugares cristalizados de inclusión social.
bolivianos y de diversas provincias. Todos los años hacemos la fiesta de
De este modo, la escuela, que podría funcionar corno un escenario de
la tradición y no falta nadie, ni jóvenes, ni adultos. Se hace un stand de
participación ciudadana de las mujeres del barrio mediante la promoción
cada provincia y país, vienen comparsas, conjuntos musicales, comemos
de foros de discusión de los asuntos educativos, restringe la capacidad de chipá y tortas fritas", relata Mariela, una joven egresada de la escuela
demanda institucional de las mujeres y refuerza componentes media. "En Semana Santa se hace una peregrinación a Oro Verde y ahí
identificatorios de exclusión de la vida pública. se unen todos", cuenta a su turno Marisel.
Las mujeres aparecen entonces como el lugar residual de una red
La circulación de ritos o costumbres permite reactivar sucesivamente
solidaria que caracterizaba a un estilo espontáneo de interacción social.
un sentir en común y una ligazón colectiva. La costumbre —ejemplo típico
No obstante, el valor de la reciprocidad aún permea el imaginario de la
de la vida social—, según Simmel (1974), configura la vida de los grupos
vida en el barrio, como si el acto de nombrar una tradición de ayuda mutua
al igual que lo haría un sistema de creencias y expectativas. Se trata de un
restituyera en parte el tejido comunitario.
código que limita y delimita la manera de estar con los demás. De este
"Vivir en La Foresta es bueno, te conocen todos. En mi cuadra todos
modo, tanto las radios emitiendo cumbias con sus parlantes hacia el
nos ayudamos; si hay un accidente, el que tiene auto lleva a los acciden-
exterior, como las festividades colectivas y los vecinos acompañando las
tados al hospital mientras otros se ofrecen a cuidar a los chicos. En un
ceremonias funerarias o colaborando en el rellenado de los techos,
velorio todos se turnan para quedarse en vela toda la noche, no falta
constituyen ese residuo de usos comunes que si bien ya no configuran
nadie. Si alguien está rellenando un techo viene los vecinos a ayudar."
centralmente a la identidad barrial opera como espectro de un imaginario
Algunos estudios sociohistóricos sobre los vínculos comunitarios en
colectivo, como territorio simbólico de reconocimiento y pertenencia.
los sectores populares destacan que la ayuda mutua es el modo posible de
El perfil barrial vinculado a las redes subterráneas de ligazón social
hacer frente a las penurias cotidianas: está fuertemente inscripto en la cultura juvenil. El grupo de pares cumple
Lila vida es dura para los pobres, el dinero es duro de ganar y por lo tanto los un rol altamente significativo entre los jóvenes ya que funciona como
que viven cerca deben prestarse mutua ayuda y asistencia (Poulat, 1977: 58). soporte socio-afectivo. Pero las notas de esta socialidad —entendida como
las maneras que caracterizan el estar con los otros— difieren según se trate
Si bien es cierto que la ayuda mutua se inscribe en condiciones de las bandas (a las que referiremos luego) o de los grupos de jóvenes que
cotidianas de adversidad, no es menos cierto que en el flujo de estas se nuclean en otros escenarios, como por ejemplo la escuela. Las carac-
prestaciones se van tejiendo procesos de reciprocidad desinteresados y terísticas de las redes juveniles en estos barrios poco tienen que ver con
vínculos empáticos que favorecen la constitución de un imaginario la categoría de tribu acuñada por Maffesoli (1990).
colectivo. La metáfora de la "tribu" le ha permitido a Maffesoli y a otros autores4
Podemos entonces sugerir que estas redes no son sólo estratégicas,
también forman parte de esa necesidad de estar con el otro y de la 4. Véase Pere-Oriol Costa y José Manuel Pérez Tornero: Tribus urbanas, Bar-
búsqueda de márgenes de seguridad basados en la confianza recíproca. celona, Paidós, 1996; y Caries Feixa: De jóvenes, bandas y tribus, Barcelona,
Ariel, 1998.
42
LA ESCUELA COMO FRONTERA
El escenario cotidiano de los jóvenes