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ROMANOS 1.

1-7
PROPÓSITO:
Entender que hemos sido llamados por Dios para que
anunciemos el evangelio de Jesucristo a todas las personas para que
ellos también sean parte de la familia amada de Dios y para que
vivamos en santidad.
BOSQUEJO
I Principios del Llamado de Dios (1:1)
A Reconocer que somos sus siervos
B Reconocer que somos sus emisarios
C El Señor nos ha apartado
D Nuestra misión es anunciar el evangelio
II El evangelio que debemos anunciar (1:2-4)
A El que fue prometido desde la antigüedad
B Las buenas noticias acerca de Jesucristo
C Jesucristo es el Hijo de Dios quien resucitó con Poder
III Lo que somos es por su gracia (1:5)
A Las bendiciones espirituales y las físicas
B Los privilegios y las responsabilidades
IV ¿Cómo debemos responder como Iglesia? (1:6-7)
A Conviviendo con unidad y humildad
B Viviendo en Santidad
C Compartiendo el amor de Dios
El llamado y la misión del Cristiano
Introducción
En nuestra vida pasamos por diferentes etapas donde vamos
alcanzando méritos, reconocimientos, títulos, honores y muchas
otras cosas y recursos materiales. El que estudia obtiene un grado
de instrucción, un título que lo acredita para ejercer una profesión,
y aquellos que no entran a una universidad pero se preparan para
un oficio logran dedicarse a un trabajo que le ayuda a sostenerse
económicamente. Pero en las cosas del Señor, estas cosas carecen
de valor si no son puestas al servicio en su obra. Con las
bendiciones que el Padre nos ha dado, podemos ser útiles en la
extensión y proclamación del evangelio. Pero cuando el Señor nos
llama es necesario poseer ciertas características y conocer ciertos
principios que nos ayudarán a enfocarnos en la misión que nos ha
dado.

I Principios del Llamado de Dios (1:1)


El llamado de Dios para nosotros incluye 4 principios importantes
que debemos tomar en cuenta.
A Reconocer que somos sus siervos
Primero está el que debemos ser siervos, esclavos voluntarios
(doulos) de nuestro SEÑOR JESUCRISTO, escrito en
mayúsculas porque es fundamental que él sea nuestro Señor,
y nosotros sus siervos quienes debemos cumplir total
obediencia.
B Reconocer que somos sus emisarios
Segundo, hemos recibido una comisión, la cual es la de ser
testigos fieles de lo que Él ha hecho en nuestras vidas.
C El Señor nos ha apartado
Tercero, es que el Señor nos ha apartado, nos ha separado del
resto, nos ha hecho sus sacerdotes, con un llamado santo y
especial.
La palabra separado nos habla de que hemos sido asignados
para una tarea con límites específicos.
La santidad incluye el apartarse de las cosas del mundo para
dedicarse al servicio a Dios.
También es un juego de palabras, ya que la palabra fariseo y
apartado tienen la misma raíz, y así como Pablo primero se
apartó como Fariseo para obedecer a la ley, ahora está
apartado para obedecer al Señor.
D Nuestra misión es anunciar el evangelio
Cuarto, hemos sido apartados para anunciar el evangelio, las
buenas noticias que tiene Dios para nosotros.

II El evangelio que debemos anunciar (1:2-4)


A El que fue prometido desde la antigüedad
Este evangelio ya había sido anunciado desde tiempos
antiguos por Dios a través de los profetas y escritores de la
antigüedad.
Lo escribió Moisés acerca de la promesa hecha por Dios a
Adán y a Abraham (Génesis 3:15, 22:18)
Lo anunció Isaías acerca del nacimiento del Mesías (Isaías
9:6)
Lo registró Lucas hablando acerca de su muerte y
resurrección (Lucas 24:44).
B Las buenas noticias acerca de Jesucristo
Y es que de eso consta el mensaje del Evangelio, que Dios
envió a su Hijo Jesucristo a la tierra, que sería un descendiente
de Adán, de Abraham, y de David en la carne (2 Timoteo 2:8;
Apocalipsis 5:5; 22:16)
Demostrado como Hijo de Dios en su bautismo, en la
transfiguración y en su resurrección (Mateo 3:17; 17:5;
27:54)
Aunque ya lo era desde antes de la creación de todas las cosas
(Colosenses 1:15-17)
Nació de una virgen que concibió del Espíritu Santo, estuvo
en la tierra viviendo como hombre, se despojó de su lugar al
lado del Padre, para vivir como nosotros.
C Jesucristo es el Hijo de Dios quien resucitó con Poder
Murió en la cruz pagando el precio por el pecado de la
humanidad
Resucitó con Poder (Marcos 16:6,9; Juan 20:9, 21:14)
Para que los que creamos confiadamente en Él tengamos vida
eterna, una esperanza de ser como Él es.
Es decir, que Dios se hizo como nosotros para darnos la
esperanza de que seamos como Él.

III Lo que somos es por su gracia (1:5)


A Las bendiciones espirituales y las físicas
En este pasaje introductorio de la carta de Pablo a los
Romanos nos enseña que todo lo que hemos recibido de parte
de Dios es por su gracia. ¿Y qué es lo que hemos recibido?,

Pues, la salvación, el ser declarados justos, reconciliándonos


con Dios, quitando el pecado que nos separaba de Dios, todas
las bendiciones sean espirituales o físicas son por su gracia.

Lo que antes éramos ha sido cambiado por lo que ahora


somos, y eso es por la infinita gracia de Dios.
B Los privilegios y las responsabilidades
El llamado especial a servir en su obra también es por su
gracia, y así como es un privilegio también incluye
responsabilidades.
Muchos se quedan en los privilegios, y lo demandan ante
Dios, y lo reclaman de parte de los hombres, pero no se
acuerdan de cumplir las responsabilidades delegadas por el
Señor.
La responsabilidad mayor es el de cumplir la misión de
proclamar su evangelio en todo lugar, para que también otros
tengan la oportunidad de obedecer a la fe y a la causa de
Jesucristo. (Romanos 16:26; Filipenses 2:2; Hebreos 11:8).

IV ¿Cómo debemos responder como Iglesia? (1:6-7)


A Conviviendo con humildad y unidad
Hemos sido llamados y escogidos por Dios para ser de Cristo,
para pertenecer al grupo de los que aman a Cristo, como un
solo pueblo, coexistiendo en unidad y humildad, en un solo
cuerpo, en mismo Espíritu, con un mismo Señor, y un solo
Padre. (Romanos 8:28; 9:24; Efesios 4:1-6, 1 Pedro 2:21).

B Viviendo en Santidad
Así como los creyentes en Roma, somos amados de Dios,
llamados a ser santos (1 Tesalonicenses 4:3-7)

C Compartiendo el amor de Dios


Por lo tanto debemos compartir el amor de Dios para con los
demás (2 Tesalonicenses 1:3), y dejar que la gracia y la paz
de parte de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo estén con
nosotros.
Conclusión
Para servir al Señor de manera eficaz debemos estar
enfocados que somos sus siervos y Él es nuestro Señor, que nos ha
apartado para una misión que es la de proclamar el evangelio acerca
de Jesucristo que fue prometido desde los tiempos antiguos, que
nació de una virgen, se hizo hombre como nosotros para que
nosotros los que obedecemos a la fe en Él seamos como Él es, con
la esperanza de que si vivimos para Él seremos resucitados por Él.
Esto nos recuerda que todo lo que somos o tenemos es por su
gracia, que así como nos otorga privilegios también incluye
responsabilidades como la de proclamar el evangelio con nuestra
voz, pero también con nuestro ejemplo al vivir con humildad y
unidad, en santidad y practicando el amor de Dios que hay en
nosotros compartiendo el bien para con el prójimo.

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