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DIRECCIÓN DE POSGRADO
PRESENTAN:
CATEDRÁTICO:
Las prácticas que durante muchas décadas dieron vida al sistema de justicia penal,
fueron reemplazadas de manera gradual por un sistema basado en nuevas reglas y
los principios del modelo acusatorio oral. Este sistema entró en vigor el 18 de junio
de 2008, de manera paulatina, en algunos estados del país.
En primer lugar debemos establecer lo que debe entenderse por juez de vigilancia
penitenciaria, en este tenor, entiéndase por Juez de Vigilancia Penitenciaria aquella
autoridad judicial que tiene como facultades la modificación y extinción de las penas,
así como la vigilancia en el régimen y trato penitenciario, que para el éxito de sus
funciones, puede actuar oficiosa e inquisitivamente para fiscalizar a la autoridad
penitenciaria.
El juez de ejecución penal, tal como lo instaura la Ley Nacional de Ejecución Penal
(LNEP), es una institución que no tiene comparación con ninguna otra figura en el
mundo por las consideraciones que veremos a continuación. La figura del juez de
ejecución penal surge en México con la finalidad de ejecutar lo juzgado por el mismo
poder que impuso la sentencia y así tener el control de esa ejecución; sin embargo,
en nuestro país la ejecución penal no se limita a la ejecución de la sentencia.
Esto ya no va a poder seguir siendo así, ya que lo general será que todo sea por
instancia de parte, aunque sí existen casos en los que se actuará de oficio, pero
estos supuestos son muy específicos, como en el caso urgente del artículo 115 de
la LNEP.
De igual forma, las visitas que los jueces de ejecución hacían a las cárceles del país
para fiscalizar a la autoridad penitenciaria y, en caso de alguna anomalía, iniciaran
controversias de oficio, ya no podrán continuar, pues el juez es una autoridad
imparcial que no tiene interés propio en el asunto, ya que el órgano jurisdiccional es
quien manifiesta o decide los planteamientos y consecuencias de la acción procesal
planteados por las partes.
También hay que mencionar que la LNEP tiene varios problemas de operatividad,
ya que no especifica cómo debe actuar del juez en algunos casos, lo cual puede
desembocar en diferentes formas de proceder, lo que causaría una incertidumbre
para las partes.
Por estas razones, el juez de ejecución debe ser una autoridad especializada y con
una estructura específica, además, deben contar con conocimientos en materia
procesal penal acusatoria, en derecho penal y en derechos humanos de las
personas privadas de libertad, así como en materia de Derecho Constitucional y de
ejecución penal, pues la herramienta principal del éste no es la calculadora, sino la
Constitución.
Como se ha abordado en los dos apartados anteriores, una de las diferencias entre
el juez de vigilancia penitenciaria y el juez de ejecución es que el primero se basa
en modelos de tratamiento de reeducación o readaptación, y el segundo, en un
proceso de reinserción para que los impactos de la prisión no sean tales que
impidan, a una personar, continuar con su proyecto de vida en sociedad.
Desde 1917 hasta antes de la reforma constitucional de 2008 (en materia penal) y
2011 (derechos humanos) se aludía a la Federación y a los Estados como los entes
que organizaban el sistema penal, refiriéndose también a las cárceles, lo cual dio
lugar a que hubiera diversos sistemas penitenciarios, uno por cada Estado más el
de la Federación; aunque encontramos referencia en Brasil desde 1924.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
LEGISGRAFÍA
- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
- Ley Nacional de Ejecución Penal.
- Código Nacional de Procedimientos Penales.