Sie sind auf Seite 1von 11

MICROORGANISMOS ANTAGONISTAS

JHON J. MUÑOZ
LIZETH CRISTINA BUITRON
DANIEL MUÑOZ OMEN

UNIVERSIDAD DEL CAUCA


FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
PROGRAMA DE INGENIERIA AGROPECUARIA
POPAYAN 2019
INTRODUCCIÓN

Existe un grupo importante de hongos y bacterias que presentan efectos


antagónicos con otros microrganismos esta acción puede ser aprovechada como
una forma de control biológico de patógenos vegetales. Entre los microorganismos
más importantes se encuentran las bacterias de los géneros F u s a r i u m,
Pseudomonas y Bacillus y hongos de los géneros Gliocladium y Trichoderma. Este
último es el más utilizado para el control de un grupo importante de patógenos del
suelo. El efecto principal de Trichoderma es por hiperparasitismo, aunque algunas
especies y cepas pueden producir metabolitos bioactivos que incrementan su
acción. Además algunos aislamientos controlan nematodos. En el mundo biológico
existe una interacción continua entre los patógenos potenciales y sus antagonistas,
de forma tal que estos últimos contribuyen a que en la mayoría de los casos no se
desarrolle la enfermedad. En condiciones naturales los microorganismos están en
un equilibrio dinámico en la superficie de las plantas.

Los hongos antagonistas resultan importantes para el control biológico de los


fitopatógenos. En este sentido, las especies del género Trichoderma se destacan
entre las más utilizadas para el biocontrol de patógenos fúngicos del suelo. Estas
especies presentan diferentes modos o mecanismos de acción que le permiten el
control de los fitopatógenos. Entre estos mecanismos se encuentran: competencia
por el sustrato, micoparasitismo, antibiosis, desactivación de enzimas del patógeno,
resistencia inducida, entre otros. Mientras mayor sea la probabilidad de que un
aislamiento de Trichoderma, manifieste varios modos de acción; más eficiente y
duradero será el control sobre el patógeno, aspectos que no poseen los plaguicidas
químicos. En el artículo, los autores se proponen realizar una compilación sobre los
modos de acción de Trichoderma frente a los patógenos.
Trichoderma como controlador biológico

Desde los primeros estudios en esta temática y hasta el presente, entre las especies
más ampliamente estudiadas y aplicadas como control biológico, se encuentran las
del género Trichoderma, debido a su eficaz control, capacidad reproductiva,
plasticidad ecológica, efecto estimulante sobre los cultivos y recientemente se
detectó su acción como inductor de resistencia sistémica en la planta a diferentes
patógenos (5,6).Trichoderma Rifai como un controlador biológico y antagonista
natural de fitopatógenos muestra una amplia gama de hospedantes y dentro de ellos
están los hongos fitopatógenos de importancia, tales como: Fusarium oxysporum f.
sp. Cubense (E.F. Smith) Snyd. y Hans, Fusarium roseum Link, Botrytis cinérea
Pers, Rhizoctonia solani Kühn, Sclerotium rolfsii Sacc. Sclerotinia spp., Pythium spp.
Phytophthora spp., Alternaria spp., entre otros.

Aspectos generales de Trichoderma

Las especies pertenecientes al género Trichoderma se caracterizan por ser hongos


saprófitos, que sobreviven en suelos con diferentes cantidades de materia orgánica,
los cuales son capaces de descomponerla y en determinadas condiciones pueden
ser anaerobios facultativos, lo que les permite mostrar una mayor plasticidad
ecológica. Las especies de Trichoderma se encuentran presentes en todas las
latitudes, desde las zonas polares hasta la ecuatorial. Esta distribución tan amplia y
su plasticidad ecológica están estrechamente relacionadas con la alta capacidad
enzimática que poseen para degradar sustratos, un metabolismo versátil y
resistencia a inhibidores microbianos. No obstante, se han realizado pocos estudios
acerca de la sobrevivencia, establecimiento y proliferación de este antagonista en
la rizosfera dela planta .El género Trichoderma es un excelente modelo para ser
estudiado debido a su fácil aislamiento y cultivo, rápido desarrollo en varios
sustratos y por su condición de controlador biológico de una amplia gama de
fitopatógenos. Trichoderma se ubica taxonómicamente en:

Reino: Fungi.
División: Mycota
Subdivisión: Eumycota
Clase: Hyphomycetes.
Orden: Moniliales.
Familia: Moniliaceae.
Género: Trichoderma
Mecanismos de acción de la Trichoderma

En la acción biocontroladora de Trichoderma se han descrito diferentes mecanismos


de acción que regulan el desarrollo de los hongos fitopatógenos dianas. Entre estos,
los principales son la competencia por espacio y nutrientes, el micoparasitismo y la
antibiosis, los que tienen una acción directa frente al hongo fitopatógeno. Estos
mecanismos se ven favorecidos por la habilidad de los aislamientos de Trichoderma
para colonizar la rizosfera de las plantas. Otros autores han sugerido distintos
mecanismos responsables de su actividad biocontroladora, que incluyen, además
de los mencionados, la secreción de enzimas y la producción de compuestos
inhibidores.

Competencia
La competencia constituye un mecanismo de antagonismo muy importante. Se
define como el comportamiento desigual de dos o más organismos ante un mismo
requerimiento (sustrato, nutrientes), siempre y cuando la utilización de este por uno
de los organismos reduzca la cantidad o espacio disponible para los demás. Este
tipo de antagonismo se ve favorecido por las características del agente control
biológico como plasticidad ecológica, velocidad de crecimiento y desarrollo, y por
otro lado por factores externos como tipo de suelo, pH, temperatura, humedad, entre
otros. La presencia de forma natural de Trichoderma en diferentes suelos (agrícolas,
forestales, en barbechos),se considera una evidencia de la plasticidad ecológica de
este hongo y de su habilidad como excelente competidor por espacio y recursos
nutricionales, aunque la competencia depende de la especie, Wardle et al..
Trichoderma está biológicamente adaptado para una colonización agresiva de los
sustratos y en condiciones adversas para sobrevivir, fundamentalmente, en forma
de clamidosporas. La alta velocidad de crecimiento, abundante esporulación y la
amplia gama de sustratos sobre los que puede crecer, debido a la riqueza de
enzimas que posee, hacen que sea muy eficiente como saprófito y aún más como
agente de control biológico. La competencia por nutrientes puede ser por nitrógeno,
carbohidratos no estructurales (azúcares y polisacáridos como almidón, celulosa,
quitina, laminarina, y pectinas, entre otros) y micro elementos. Esta forma de
competencia en los suelos o sustratos ricos en nutrientes no tiene importancia
desde el punto de vista práctico. Por ello, cuando se emplea fertilización completa
o existe exceso de algunos de los componentes de los fertilizantes e inclusive en
suelos con alto contenido de materia orgánica, este tipo de antagonismo es poco
eficaz. La competencia por sustrato o espacio depende de si el mismo está libre de
patógenos (sustrato estéril) o si hay una micobiota natural. En el primer caso, la
velocidad de crecimiento del antagonista no determina la colonización efectiva de
los nichos, sino la aplicación uniforme del mismo en todo el sustrato. Sin embargo,
en el segundo caso la velocidad de crecimiento, conjuntamente con otros de los
mecanismos de acción del antagonista, es determinante en el biocontrol del
patógeno y colonización del sustrato.
Micoparasitismo
El micoparasitismo es definido como una simbiosis antagónica entre organismos,
en el que generalmente están implicadas enzimas extracelulares tales como
quitinasas, celulasas, y que se corresponden con la composición y estructura de las
paredes celulares de los hongos parasitados. Las especies de Trichoderma durante
el proceso de micoparasitismo crecen quimiotrópicamente hacia el hospedante, se
adhieren a las hifas del mismo, se enrollan en ellas frecuentemente y las penetran
en ocasiones. La degradación de las paredes celular del hospedante se observa en
los estados tardíos del proceso parasítico, que conlleva al debilitamiento casi total
del fitopatógeno.

Antibiosis
La antibiosis es la acción directa de antibióticos o metabolitos tóxicos producidos
por un microorganismo sobre otro sensible a estos. Algunos autores opinan que la
antibiosis no debe ser el principal mecanismo de acción de un antagonista, ya que
existe el riesgo de aparición de cepas del patógeno resistentes al antibiótico. En la
práctica uno de los antecedentes ha sido el caso de la aparición de cepas de
Agrobacterium tumesfaciens Smith y Townsend resistentes al Agrosin 84, un
antibiótico producido por una cepa de Agrobacterium radiobacter Beijerinck .Muchas
cepas de Trichoderma producen metabolitos secundarios volátiles y no volátiles,
algunos de los cuales inhiben el desarrollo de otros microorganismos con los que
no hacen contacto físico. Tales sustancias inhibidoras son consideradas
“antibióticos”.
Al inicio se estimó que la actividad inhibidora de aislamientos de Trichoderma sobre
otros hongos se debía solo a compuestos no volátiles. Dennis y Webster, fueron los
pioneros en esta temática, con la realización de los trabajos más completos acerca
de la función de los antibióticos producidos por hongos del género Trichoderma
sobre patógenos de las plantas. Ellos relacionaron la actividad antibiótica de
Trichoderma spp. con compuestos no volátiles, entre los que se encontraban uno
identificado como trichodermina y otros metabolitos peptídicos. En investigaciones
posteriores se determinó que Trichoderma sp. produce dos antibióticos más:
gliotoxina y viridina.

Los hongos micoparasíticos fueron clasificados en dos grandes grupos:

 Biotróficos: aquellos que mantienen una relación de equilibrio con el


hospedero.
 Necrotróficos: llamados también destructivos.
Las enzimas son un componente de gran importancia en el micoparasitismo. Los
mecanismos involucrados en este fenómeno poseen enzimas denominadas
constitutivas que forman parte de su morfología y metabolismo. Existen otras que
son reguladoras en el micoparasitismo. Estas degradan la pared celular del
hospedero.
Entomopatógenos

El término entomopatógeno se refiere al microorganismo que es capaz de causar


una enfermedad al insecto plaga, conduciéndolo a su muerte después de un corto
período de incubación. Hoy en día se conocen pocas especies de estos
microorganismos, aunque muchos de ellos atacan a una gran variedad de insectos
plaga que afectan a los cultivos.

Bacterias

Dentro del grupo de bacterias, las del género Bacillus son las más empleadas para
el control de los insectos plaga. Las principales especies de este género, utilizadas
con mayor frecuencia en los programas de manejo integrado, son Bacillus
thuringiensis, B. popilliae, B. sphaericus y B. moritai. Las bacterias atacan al insecto
en su etapa larvaria y de acuerdo a sus hábitos y su grado de infecciones en
potenciales, facultativas y obligatorias.

Hongos

Los hongos son los principales organismos causantes de enfermedades en los


insectos. Algunos de estos hongos son considerados patógenos obligados como los
del género Entomophthora; pero también existen los facultativos. El ataque de los
hongos entomopatógenos se asocia a una gran cantidad de insectos, los cuales son
infectados preferentemente en los estadios inmaduros (ninfa o larva). La
especificidad con la que atacan a los insectos plaga es bastante variable, ya que
algunos tienen un amplio rango de hospederos, mientras que otros están
restringidos a una especie de insecto. Entre los principales géneros de hongos
entomopatógenos que se utilizan en la agricultura se encuentra
Beauveria, Metarhizium, Paecilomyces, Verticillium y Trichoderma.

Nematodos

Aunque existen muchas especies parásitas de nematodos, las cuales causan daños
a los cultivos, también existen otras que son benéficas. Los ne8matodos parásitos
de insectos penetran al hospedero a través de la cutícula o por aberturas naturales
(boca, ano, espiráculos) para depositar bacterias patogénicas del género
Xenorhabdus que provoquen su posterior muerte. También los nematodos pueden
utilizar aminoácidos del hospedero, evitando la síntesis de proteínas que utiliza el
patógeno para llevar a cabo la muda o reproducción.

Protozoarios

Son microorganismos que de forma directa o en asociación con algún virus matan
cantidades significativas de insectos. Existen aproximadamente 1,200 especies de
protozoarios que causan enfermedades en los insectos, dentro de estas
encontramos a Lambornella clarki, Mattesia trogodermae, Trogoderma ssp.,
Malamoeba locustae, Nosema pyrausta, Nosema locustae y Vairimorpha necatrix.
Sin embargo, no son considerados prioridad como agentes patógenos en el control
biológico de plagas, ya que requieren mucho tiempo para matar al hospedero. Los
protozoarios que muestran baja virulencia generalmente viven en el intestino del
insecto y causan tan sólo diarrea, mientras que los que tienen una alta virulencia
atacan frecuentemente el cuerpo graso del insecto.

Virus

Los virus que causan enfermedades a insectos plaga son sumamente importantes
en programas de control biológico, dada la infección que provocan y lo especifico
que actúan. Las familias más utilizadas para el control de plagas son Baculoviridae,
Reoviridae, Poxviridae y Polydnaviridae. Al igual que las bacterias y otros
entomopatógenos, los virus deben ser ingeridos para causar una enfermedad y
posteriormente la muerte de los insectos plaga. De acuerdo al tipo de virus se ven
afectados sitios específicos dentro del insecto, causando pérdida de apetito, cuerpo
flácido, movimiento hacia la parte superior de la planta, posiciones colgantes,
y fluido que escapa del tegumento.

Resistencia Inducida

La resistencia inducida tiene como base la activación de los mecanismos de defensa


natural de las plantas antes de la llegada de un patógeno. Este tipo de resistencia
en plantas es el equivalente a la "inmunización o vacunación" de los seres humanos
contra enfermedades, pero difiere de ella en que el estado inducido no es específico
contra un solo patógeno sino que puede ocasionar un incremento general en la
resistencia de la planta a varios tipos de patógenos. Además, dicha resistencia rara
vez evita la aparición de la enfermedad y más bien reduce su severidad. En
comparación con el control químico tradicional, la resistencia inducida por agentes
bióticos o abióticos no tiene efectos inmediatos drásticos sobre la reducción de la
enfermedad pero si tiene un efecto mucho más duradero. La reacción de resistencia
comienza muy pronto después de la aplicación del agente inductor y los beneficios
duran, en general, entre tres semanas y dos meses, aunque existen reportes de
duración de la resistencia hasta por seis meses. El fenómeno de la resistencia
inducida se describe frecuentemente como resistencia sistérnica adquirida (SAR por
sus siglas en inglés). El término "sistémico" se refiere a que la protección no se
confma a las partes tratadas de la planta sino que se extiende a otras partes y,
frecuentemente, a órganos de la planta en pleno desarrollo. Sin embargo, se ha
visto que la resistencia inducida no es siempre del tipo sistémico sino que se puede
presentar localizada aunque ésta ha sido poco estudiada.
BIBLIOGRAFIA

(1) Guédez Clemencia, Cañizález Luis, Castillo Carmen, Olivar Rafael.


Efecto antagónico de Trichoderma harzianum sobre algunos hongos
patógenos pos cosecha de la fresa (Fragaria spp). Rev. Soc. Ven.
Microbiol. [Internet]. 2013 Jun [citado 2019 Mayo 14] ; 29( 1 ): 34-38.
Disponible en:
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-
25562009000100007&lng=es.

(2) Infante Danay, Martínez B, González Noyma, Reyes Yusimy.


MECANISMOS DE ACCIÓN DE Trichoderma FRENTE A HONGOS
FITOPATÓGENOS. Rev. Protección Veg. [Internet]. 2014 Abr
[citado 2019 Mayo 14] ; 24( 1 ): 14-21. Disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1010-
27522009000100002&lng=es

(3) https://www.intagri.com/articulos/fitosanidad/los-entomopatogenos-control-
biologico-de-plagas

Das könnte Ihnen auch gefallen