Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
-“Promover el uso del castellano entre indios, establecer escuelas y pagar a los
maestros con fondos comunales eran proposiciones incluidas en la Ordenanza de
Intendentes de 1786 que se habían venido desarrollando en Nueva España
durante los dos siglos anteriores”. (p. 153)
- “A mediados del siglo XVI se plantearon iniciativas para enseñar a los indios
la lengua castellana” siempre ligadas a la enseñanza de la doctrina cristiana.
Tomás López de Medel, oidor de Guatemala, señaló su importancia como medio
para la hispanización de los indígenas, sin embargo la justificación meramente
religiosa continuó teniendo mayor fuerza, por lo menos hasta finales del siglo XVII
cuando el rey señaló que la lengua castellana “tanto conviene para el fin de la
mayor inteligencia de la fe cristiana como para la sociedad y comunicación con los
españoles” (p. 153-156).
- No es sino hasta 1770 que Carlos III, influenciado por el arzobispo Francisco
Antonio de Lorenzana, promulga una cédula real [Medida considerada en la fuente
primaria]donde se estipula que los indios pueden ser obligados a instruirse en el
castellano, buscando después “conseguir el que se extingan los diferentes idiomas
de que se usan… y solo se hable el castellano”, contrastando totalmente con las
políticas de Fernando Vi tendientes a tolerar el uso de lenguas nativas, logrando
así inconformar al cabildo y de los representantes religiosos, quienes lanzaron
duras críticas a las políticas de Carlos III y Lorenzana. (p. 176-181)
- “El afán del conquistador guiado por los mitos y narraciones fantásticas, la
búsqueda de la aventura y el encuentro de tierras desconocidas, lo llevó hasta la
península de Baja California… Se emprendió pues la conquista de la California,
pero los hombres encargados de ella… fueron doblegados durante casi 200 años
por esta tierra…” (p. 33)
- “Durante este siglo [XVI] continuaron las expediciones a la península [con]
el propósito de establecer en la California colonias españolas; sin embargo
tuvieron pocos resultados… fue a finales del siglo cuando el gobierno español se
percata que las expediciones constituidas por soldados no tenían el resultado
esperado, por lo cual decidió encomendarle esta tarea a la compañía de Jesús…”
(p. 38)… “Fue así como Carlos II ordenó que se emprendan nuevos intentos de
colonización; comisionó entonces la obra de evangelizar a la Compañía de Jesús,
a quienes faculta para colonizar, gobernar civil y eclesiásticamente las tierras que
pudieran descubrir, con cargo a los fondos que pudieran ellos mismos obtener”. (p.
40)
- “Aunque los neófitos aceptaron de buena gana esta forma de vida [¿?],
hubo siempre a lo largo de esta labor de los jesuitas muchos indígenas
inconformes y renuentes a cambiar sus antiguas costumbres; a causa de ello se
desarrollaron varias rebeliones… de estas manifestaciones hubo una en 1734, que
realmente puso en peligro toda labor misional. Se desarrolló una rebelión que
abarcó todas las misiones del sur…”
Este texto escrito por Rosa Elba Rodríguez Tomp se distingue de los dos
anteriores por el enfoque un poco más antropológico que le da a su estudio,
muchos más afín a nuestros intereses. En términos generales aborda las
implicaciones culturales que tuvo el encuentro de los californianos con los
españoles. Aunque en toda su investigación hay elementos que nos resultan
útiles, prestaremos especial atención a los capítulos 2, 3 y 4, donde desarrolla
más concretamente las consecuencias del encuentro.
- “En los relatos históricos que a la fecha se conservan sobre los cazadores-
recolectores bajacalifornianos se hace patente la paulatina transformación de los
usos y costumbres autóctonos, en la medida en que los conquistadores van
ocupando el espacio e imponiendo su cultura, hasta su casi desaparición del
territorio peninsular” (p. 47-48)
- Hacia inicios del siglo XVIII “los nativos manifestaban [según crónicas y
testimonios] satisfacción por la llegada a sus parajes de aquellos conspicuos
personajes, lo cual contribuía a crear en los misioneros la idea de que la conquista
espiritual era a todas luces viable” (p. 135)
- “La diferencia entre las costumbres y forma de vida que los misioneros
venían a imponer a la Antigua California y las que habían compartido sus
habitantes… era tan grande que los mismos evangelizadores… no podían menos
que reconocer que su labor era titánica” (p. 155-156)
- Aun durante las últimas décadas del siglo XVIII los indígenas siguieron
mostrando “comportamientos reprobables a los ojos de los españoles” y brotes de
rebeldía. Rodríguez Tomp encuentra que esto puede relacionarse con que “los
rasgos culturales propios de los cazadores recolectores no podían perderse en
tanto no fueran sustituidos por otros que operaran adecuadamente… Es
comprensible, por tanto, el constante reparo que ponen los nativos en aprender y
valerse de los nuevos elementos culturales cuando se daban cuenta de lo poco
eficaces que se volvía fuera del ambiente artificial introducido por sus maestros…”
(p. 158-159)
- “Lo más frecuente y grave desde el punto de vista del código misional
eran las quejas por la reincidencia de los indígenas en las ceremonias, fiestas y
otras actividades propias de su cultura ancestral” (p. 173)
- “Hacia finales del siglo XVIII parecía evidente que las congregaciones de
indios en la región central de la península estaban viendo sus últimos días”