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A m o d o d e m a n i f i e s t o
Diez tesis en favor de la piratería
de bienes culturales
inglés / english
alemán / deutsch
francés / français
checo / čeština

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Diez tesis en favor de las descargas libres (piratería)
de bienes culturales en Internet
de Enrique G. Gallegos, 2015

La Rueda Cartonera, 2015


laruedacartonera@gmail.com
laruedacartonera.blogspot.mx
A cargo de la edición
Sergio Fong

Diseño editorial:
Marco Antonio Gabriel
edicioneselviaje@gmail.com

Impreso y hecho en
Guanatos, Xalisco, Mégico

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A m o d o d e m a n i f i e s t o
Diez tesis en favor de la piratería
de bienes culturales
inglés / english
alemán / deutsch
francés / français
checo / čeština

Enrique G. Gallegos

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Indice

Diez tesis en favor de las descargas libres (piratería)


de bienes culturales en Internet
9
Ten theses in favor of free download of cultural
goods (piracy) on the Internet.
Traducción de Gunnar Wolf
15
Zehn Argumente für das kostenlose Herunterladen
(Piraterie) kultureller Güter im Internet.
Tradución de Jania Kudaibergen
21
Dix thèses en faveur des téléchargements libres
(piraterie) des biens culturels dans Internet.
Traducción de Sheila Hermelinda Hernández Álvarez
27
Deset tezí ve prospéch volného stahování knih a
kulturních statku z internetu.
Traducción de Dita Aguilera G., Julie Marešová y
Mar n Micka
33

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Diez tesis en favor de las descargas
libres (piratería) de bienes culturales
en Internet

1. El legado histórico

Quienes cri can y promueven la persecución


de la piratería y las libres descargas de obras
culturales de Internet, argumentan violación
de los derechos patrimoniales; parten del
supuesto que una obra cultural se produce a
par r de un vacío histórico, como si primero
hubiera nada y luego surgiera algo. Nada
más falaz: todo producto cultural ene sus
antecedentes y gracias a éstos genera parte de
sus mejores impulsos y contramovimientos.

ǀ 9
2. Apertura al futuro
Los seres humanos están proyectados al
futuro. Como han explorado las principales
filoso as del siglo XX, uno de los rasgos
singulares del hombre es la posibilidad de
pensar e imaginar el futuro. Los productos de
la cultura son los mejores medios para pensar
y proyectar la sociedad, la polí ca, el amor,
la esperanza, las necesidades, los fracasos...
Una canción, un poema, un ensayo, pueden
desencadenar mundos imaginarios con un
potencial transforma vo. Privar de esto a
la humanidad con el argumento del daño
patrimonial es mu lar la naturaleza temporal
del hombre.

3. Reconocimiento del presente


Las obras culturales generan momentos de
reflexión, crí ca y placer; pueden desencadenar
acciones de compromiso, de solidaridad y de
indignación frente a las injus cias. Si toda obra
cultural se adscribe de alguna manera a una
tradición histórica y si los productos culturales
son necesarios para imaginar otros mundos
posibles y nos abren el futuro, no menos
cierto es que también posibilitan reconocer
nuestro presente al hacernos más sensibles
a las ideas, sensaciones y emociones de los
otros. Sin cultura no hay presente ni presencia
de los otros.

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4. Divulgar el patrimonio cultural
Si la cultura es patrimonio de la humanidad,
entonces se le debe difundir por todos los
medios posibles. Pero no sólo difundir, sino
también buscar que el mayor número de
personas acceda efec vamente a ella. En
un mundo potencialmente interconectado,
Internet es el medio más adecuado para
ello (a pesar de sus limitaciones). Por tanto,
penalizar las descargas libres significa evitar
su divulgación y restringir el acceso a aquellos
grupos que no cuentan con suficientes
recursos económicos.

5. Preservar el patrimonio cultural


Si aceptamos que las obras culturales son
un legado de la humanidad, entonces es
necesario hacer todas las acciones necesarias
para preservarlos. Pero preservar la cultura no
se reduce a guardar sus productos en museos,
galerías o cajones incontaminados; significa,
más bien, resguardarlo en la memoria colec va
y en el flujo de las constantes interpretaciones
y apropiaciones. Dicho de otra manera, la
genuina forma de preservar la cultura es
permi r un acceso universal a los bienes
culturales. Por ello, sostener que las copias y
las descargas libres de libros, música, videos,
etcétera, en internet son dañinas, resulta un
argumento incompa ble con la obligación de
preservar el patrimonio cultural.

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6. No son mercancías
Los productos culturales son manifestaciones
materiales y espirituales del hombre,
son concreciones de su historicidad; son,
además, expresiones de emociones, ideas y
proyecciones de otras vidas y otros mundos. Por
ello, no pueden equipararse con mercancías
ni insertarse en la lógica patrimonialista. El
mercado podrá querer engañar tasando en tal
precio un cuadro de Orozco o subastando un
manuscrito de Baudelaire, pero jamás podrá
aprehender su verdadero significado como
obra cultural. Y no es que la cultura no sea
valorable, sino que sus criterios de es mación
no obedecen a las reglas del mercado, sino a
las de lo imponderable e ilimitado.

7. La desproporción en los precios


Suponiendo que se acepte la posibilidad de
que los intermediarios cobren por los servicios
que prestan, el valor de un libro, disco o
película nunca debería exceder el jornal de un
día de salario de un obrero o empleado. Pero
esta elección sólo será una opción más dentro
de la efec va posibilidad de que las personas
opten por descargar o copiar libremente el
bien cultural. La decisión final de a cuál medio
acudir debe ser una resolución soberana de la
persona interesada en la cultura.

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8. El principio del mayor beneficio
Aun cuando las copias y descargas libres en
Internet pudieran generar un daño patrimonial
a terceros, el beneficio cultural que se ob ene
con ello siempre será mayor en la medida en
que se cumple con intensidad con el principio
de fomentar, divulgar y acceder al patrimonio
cultural de la humanidad. Pensar de otra
forma es privilegiar a los pocos por encima de
los muchos.

9. Los verdaderos males son otros


El homicidio, la trata de mujeres, el tráfico de
niños, la pobreza y la miseria son los verdaderos
males que aquejan a la humanidad. Según la
ONU, en 2010 hubo 468 mil homicidios en el
mundo; se es ma que 3 mil 500 millones de
personas viven en la pobreza; en su informe de
2009 la ONU localizó más de 2 mil 400 víc mas
de la trata de personas secuestradas como
esclavas sexuales; en algunas zonas de África,
30 por ciento de los niños sufre desnutrición
aguda y seis personas (entre niños y adultos)
mueren de hambre al día. Por ello, resulta un
discurso tramposo y encubridor pretender que
la libre descarga o copia de bienes culturales
es un mal.

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10. Contra el intermediario-comerciante
La cultura no necesita de intermediarios que
reducen los bienes culturales a mercancías. La
cultura es demasiado importante para dejarla
en manos de los comerciantes que equiparan
simplistamente los bienes culturales con los
gansitos. Un intermediario de esta naturaleza
nunca comprenderá la diferencia entre una
obra de arte y un rastrillo desechable. Lo que
el mundo necesita es mayor apoyo de los
gobiernos de todos los países para los ar stas,
creadores y poetas, así como instaurar las
condiciones para la absoluta libertad en la
movilidad de los bienes culturales.

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Ten theses in favor of free download
of cultural goods (piracy)
on the Internet1

1. Historical legacy

Cri cists who promote the persecu on


of piracy and free downloads of cultural
works from the Internet argue that the
patrimonial rights have been wronged;
they start off supposing that a cultural
work is formed from a historical void, as if
there was a “nothing” to begin with, and
then a “something” appeared. Nothing
more fallacious: All cultural products has
its precedents, and thanks to these it
generates part of its best forces.

1 Traducción de Gunnar Wolf.

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2. Opening towards the future
Human beings are projected into the future. As
the main philosophies of the 20th century have
explored, one of the singular characteris cs of
mankind is the ability to think and imagine the
future. Products of culture are the best ways to
think and project society, poli cs, love, hope,
needs, failures… A song, a poem, an essay, can
trigger imaginary worlds with a transforma ve
poten al. To deny this to humanity with
“patrimonial damage” as an argument is to
mu late man’s temporal nature.

3. Recognition of the present


Cultural works generate moments of reflec on,
cri cism and pleasure; they can trigger ac ons
demanding commitment, solidarity and strong
indigna on against injus ce. If every cultural
work is adscribed in some way to a historic
tradi on, and if cultural products are necessary
to imagine other possible worlds and open our
future, it’s not less true that they also allow us
to recognize our present by making us more
sensi ve to others’ ideas, sensa ons and
emo ons. Without culture, there is no present
nor others’ presence.

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4. Divulgation of the cultural heritage
If culture is “heritage of mankind”, it should
be also spread by any possible way. But not
just spread, but ac vely sought for the biggest
number of people to be able to effec vely have
access to it. In a poten ally interconnected
world, Internet is the most adequate world for
it (despite its limita ons). Therefore, penalizing
free downloads means avoiding spreading it
and restric ng access to those groups who
don’t have enough economic resources.

5. Preserving cultural heritage


If we agree that cultural works are heritage of
mankind, we need to take every ac on needed
to preserve them. But preserving culture
does not only mean keeping the products
in museums, galleries or never-polluted
drawers; it rather means to keep them in the
collec ve memory and in the flow of constant
interpreta ons and appropria ons. Said in
other words, the genuine way to preserve
culture is to allow universal access to cultural
goods. That’s why, holding that free copies and
downloads of books, music, videos, etc. over
the Internet are harmful, is an incompa ble
argument with the obliga on to preserve
cultural heritage.

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6. They are not goods
Cultural works are material and spiritual
manifesta ons of mankind, concre ons of
its historicity; they are, also, expressions of
emo ons, ideas and projec ons of other lives
and other worlds. That’s why they cannot be
equated to goods or inserted in patrimonialist
logic. The market might want to cheat by
giving a certain price to a pain ng by Orozco
or auc oning a Baudelaire manuscript, but
it will never be able to apprehend their true
meaning as cultural works. And it’s not that
culture is not valuable, but that its es ma on
criteria do not follow the rules of market, but
those of the imponderable and unlimited.

7. Price disproportion
Assuming we accept the possibility that
intermediaries charge for the services they
perform, the value of a book, record or movie
should never exceed the daily wage of a
worker or employee. But this elec on would
only be one more op on within the effec ve
possibility that people opt to download
or freely copy the cultural work. The final
decision as to which media to go to should be a
sovereign resolu on of the culture-interested
person.

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8. The principle of the most benefit
Even when copies and free downloads over
Internet could generate a patrimonial “wrong”
to third par es, the cultural benefit obtained
by it will always be greater in as much that it
carries out intensely the principle to foster,
spread and access the cultural heritage of
mankind. To think otherwise is to privilege the
few over the many.

9. The real evil is elsewhere


Murder, women- and children-trade, poverty
and misery are the real evils that ache mankind.
According to the United Na ons, in 2010 there
were 468 thousand murders in the world; the
es ma on is that 3500 million people live in
poverty; in their 2009 inform, the UN found
over 2400 vic ms of “people trade”, kidnapped
as sex slaves; in some regions in Africa, close to
30% of children suffer acute malnutri on and
six people (between children and adults) die
every day from hunger. That’s why pretending
that free download of cultural works is an evil
is clearly a tricky and decep ve speech

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10. Against the intermediary-salesman
Culture does not need intermediaries that
reduce cultural works to goods. Culture is
too important to leave it in the hands of
salespeople that simplistly equate cultural
goods with cakes. An intermediary of this kind
will never understand the difference between
a work of art and a disposable razor blade.
What the world needs is more support from
the government from every country to ar sts,
creators and poets, as well as ensuring the
condi ons for the absolute mobility freedom
for cultural works.

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Zehn Argumente für das kostenlose
Herunterladen (Piraterie) kultureller
Güter im Internet2

1. Das historische Erbe


Diejenigen, welche die Piraterie und das
kostenlose Herunterladen kultureller Werke
im Internet kri sieren und die Strafverfolgung
dieser befürworten, argumen eren mit der
Verletzung des Urheberrechts; sie gehen von
der Annahme aus, dass ein kulturelles Werk
von einem historischen Vakuum aus produziert
wird, als wenn es zuvor nichts gegeben habe
und später etwas entstanden sei. Nichts
trügerischer als das: jedes kulturelle Produkt
hat seine Vorgänger, dank derer es einen Teil
seiner besten Impulse erzeugt.

2 Tradución de Jania Kudaibergen.

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2. Öffnung zur Zukunft hin
Die Menschen sind auf die Zukun
hin ausgerichtet. Wie die wich gsten
philosophischen Strömungen des 20.
Jahrhunderts erforscht haben, gehört die
Fähigkeit, sich die Zukun vorstellen zu
können, zu den einzigar gen Eigenscha en
des Menschen. Kulturprodukte sind die besten
Medien, um sich ein Bild von Gesellscha ,
Poli k, Liebe, Hoffnung, Bedürfnissen und
Misserfolgen zu machen. Ein Lied, ein Gedicht,
ein Essay können Vorstellungswelten mit
einem transforma ven Potenzial auslösen.
Der Menschheit dies mit dem Argument der
Urheberrechtsverletzung zu entziehen, gleicht
einer Verstümmelung der vergänglichen Natur
des Menschen.

3. Anerkennung der Gegenwart


Kulturelle Werke ermöglichen Momente der
Reflexion, der Kri k und des Genusses; sie
können von Engagement, Solidarität und
Empörung geprägte Handlungen angesichts
von Ungerech gkeiten auslösen.
Wenn jedes kulturelle Werk auf gewisse
Weise einer historischen Tradi on
zugeschrieben wird, und wenn sich die
kulturellen Produkte als notwendig
erweisen, um sich andere mögliche
Welten vorstellen zu können und uns die
Zukun zu eröffnen, ist es nicht weniger

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wahr, dass sie es uns auch ermöglichen,
unsere Gegenwart anzuerkennen, indem
sie uns für die Ideen, Empfindungen und
Emo onen der Anderen sensibler machen.
Ohne Kultur sind weder die Gegenwart,
noch die Anderen präsent.
4. Das Kulturerbe verbreiten
Wenn die Kultur das Erbe der Menschheit
ist, muss sie dementsprechend über alle
möglichen Medien verbreitet werden. Doch
man muss sie nicht nur verbreiten, sondern
auch gewährleisten, dass die größtmögliche
Personenzahl Zugang zu ihr hat. In einer
Welt mit dem Potenzial, sich untereinander
zu verbinden, ist das Internet (trotz seiner
Begrenzungen) das am besten geeignete
Medium dafür. Deswegen bedeutet die
Bestrafung kostenloser Downloads, die
Verbreitung von Kultur zu verhindern und
jenen Gruppen den Zugang vorzuenthalten,
die nicht über die nö gen finanziellen Mi el
verfügen.

5. Das Kulturerbe erhalten


Wenn wir akzep eren, dass kulturelle
Werke zum Erbe der Menschheit gehören,
muss man dementsprechend alle nö gen
Handlungen vollziehen, um sie zu erhalten.
Die Kultur zu erhalten beschränkt sich jedoch
nicht auf die Verwahrung ihrer Produkte in
Museen, Galerien oder in unverschmutzten

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Kästen, sondern bedeutet vielmehr, diese
im kollek ven Gedächtnis und im Fluss
konstanter Interpreta onen und Aneignungen
zu bewahren. Anders ausgedrückt: die wahre
Art, die Kultur zu bewahren besteht darin,
einen allgemeinen Zugang zu den Kulturgütern
zu erlauben. Aus diesem Grunde erweist
sich das Argument, die Vervielfäl gung und
kostenfreien Downloads von Büchern, Musik,
Videos, etc. seien schädlich, als unvereinbar
mit der Pflicht, das Kulturerbe zu erhalten.

6. Kulturprodukte sind keine Ware


Sie sind materielle und geis ge Äußerungen
des Menschen, Konkre sierungen seiner
Historizität; sie sind außerdem Ausdruck
von Emo onen, Ideen, Abbilder anderer
Leben und Welten. Deswegen können sie
weder mit Waren gleichgestellt, noch in die
patrimonialis sche Logik eingefügt werden.
Der Markt will vielleicht betrügen, indem er
für ein Gemälde von Orozco einen bes mmten
Preis festlegt oder ein Manuskript von
Baudelaire versteigert, doch niemals wird er
deren wahre Bedeutung als kulturelles Werk
auffassen können. Denn es ist nicht so, dass
die Kultur nicht wertvoll wäre – vielmehr
folgen ihre Kriterien der Wertschätzung nicht
den Regeln des Marktes, sondern denen des
Unschätzbaren und des Unbegrenzten.

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7. Das Missverhältnis der Preise
Wenn wir davon ausgehen, dass die Bezahlung der
Zwischenhändler für ihre Dienste akzep ert wird,
dür e der Wert eines Buches, einer CD oder eines
Films niemals den Tageslohn eines Arbeiters oder
Angestellten übersteigen. Doch diese Wahl ist nur
eine weitere Op on innerhalb der tatsächlichen
Möglichkeit, sich dafür zu entscheiden, ein
Kulturgut kostenlos herunterzuladen oder zu
vervielfäl gen. Die letztliche Entscheidung, auf
welches Medium zurückgegriffen wird, muss
ein selbstständiger Entschluss der an Kultur
interessierten Person sein.

8. Das Prinzip des größten Nutzens


Selbst wenn das Kopieren und kostenlose
Herunterladen aus dem Internet gegenüber
Dri en einen Vermögensschaden auslösen
könnte, wird der daraus gewonnene kulturelle
Nutzen immer von größerem Ausmaß sein,
insofern das Prinzip strikt eingehalten wird,
das kulturelle Erbe zu fördern, zu verbreiten
und den Zugang zu diesem zu gewährleisten.
Darüber anders zu denken bedeutet, wenige
Menschen über Viele zu privilegieren.

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9. Das wahre Übel liegt woanders
Mord, Frauen- und Kinderhandel, Armut und
Elend sind die wahren Übel, die die Menschheit
bedrücken. Laut UNO hat es im Jahr 2010 468.000
Morde auf der Welt gegeben; es wird geschätzt,
dass 3,5 Milliarden Menschen in Armut leben. In
ihrem Jahresbericht 2009 hat die UNO mehr als
2400 Opfer des Menschenhandels ausgemacht,
die als sexuelle Sklaven verschleppt wurden; in
einigen Gebieten Afrikas leiden 30% der Kinder an
akuter Unterernährung und 6 Menschen (Kinder
und Erwachsene) erleiden täglich den Hungertod.
Aus diesem Grunde ist es ein betrügerischer
und heuchlerischer Vorwand zu behaupten, das
kostenlose Herunterladen kultureller Güter sei
ein Übel.

10. Gegen den Zwischenhändler


Die Kultur braucht keine Zwischenhändler, welche
die kulturellen Güter zu Waren reduzieren. Die
Kultur ist viel zu wich g, um sie den Händlern
zu überlassen, welche die kulturellen Güter
grob vereinfachend mit Gänsen gleichsetzen.
Ein Zwischenhändler solcher Natur wird niemals
den Unterschied zwischen einem Kunstwerk
und einem Einwegrasierer verstehen. Was die
Welt braucht, ist eine größere Unterstützung
der Regierungen aller Länder für die Künstler,
Schöpfer und Poeten, sowie das Schaffen der
Bedingungen für die absolute Freiheit des
Verkehrs kultureller Güter.

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Dix thèses en faveur des
téléchargements libres (piraterie)3
des biens culturels dans Internet

1. Le patrimoine historique
Ceux qui cri quent et promeuvent
la persécu on de la piraterie et les
téléchargements libres d’oeuvres culturelles
d’Internet, ils argumentent une viola on
des droits patrimoniaux; ils partent de la
supposi on qu’une œuvre culturelle se produit
à par r d’un vide historique, comme si d’abord
il n’y avait rien et tout de suite il surgissait
quelque chose. Plus rien fallacieux: tout
produit culturel a ses antécédents et grâce à
ceux-ci les œuvres culturelles génèrent une
par e de ses meilleures impulsions.

3 Traducción de Sheila Hermelinda Hernández


Álvarez.

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2. Une ouverture à l’avenir
Les êtres humains sont projetés à l’avenir.
L’un des traits singuliers de l’homme est la
possibilité de penser et d’imaginer l’avenir,
selon des explora ons de philosophies
principales du XXe siècle. Les produits de
la culture sont les meilleurs moyens pour
penser et pour projeter la société, la poli que,
l’amour, l’espérance, les nécessités, les échecs
Une chanson, un poème, un essai, peuvent
déchaîner des mondes imaginaires avec un
poten el transforma onnel. Priver de cela à
l’humanité auprès de l’argument du dommage
patrimonial est de mu ler la nature temporelle
de l’homme.

3. Une reconnaissance du présent


Les oeuvres culturelles génèrent des
moments de réflexion, de cri que et de
plaisir; elles peuvent déclencher des ac ons
d’engagement, de solidarité et d’indigna on
en face des injus ces. Si toute œuvre culturelle
est assignée d'une manière à une tradi on
historique et si les produits culturels sont
nécessaires pour imaginer d'autres mondes
possibles et elles nous ouvrent l'avenir, pas
moins certain c'est qu'elles perme ent aussi
reconnaître notre présent après être devenus
plus sensibles aux idées, les sensa ons et les
émo ons des autres. Sans culture il n'y a pas
de présent et de présence des autres.

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4. Divulguer le patrimoine culturel
Si la culture est patrimoine de l’humanité,
alors il faut le répandre par tous les médias
possibles. Mais non seulement répandre, mais
aussi chercher que le plus grand nombre de
personnes accèdent effec vement à elle. Dans
un monde poten ellement interconnecté,
Internet est le milieu le plus approprié à cela
(malgré ses limita ons). C’est pourquoi, pénaliser
les téléchargements libres signifie éviter sa
divulga on et restreindre l’accès à ces groupes
qui ne disposent pas d’assez de ressources
économiques.

5. Préserver le patrimoine culturel


Si nous acceptons que les œuvres culturelles
sont un legs de l’humanité, donc il est nécessaire
de faire toutes les ac ons nécessaires pour les
préserver. Néanmoins préserver la culture ne se
réduit pas à garder ses produits dans des musées,
des galeries, ou des caisses non contaminées;
ça signifie, plutôt, le défendre dans la mémoire
collec ve et dans le flux des interpréta ons
constantes et d'appropria ons. En d'autres
termes, la forme authen que de préserver la
culture est de perme re un accès universel aux
biens culturels. Par cela, soutenir que les copies et
les téléchargements libres de livres, de musique,
de vidéos, etc., dans Internet sont nuisibles, un
argument incompa ble résulte avec l'obliga on
de préserver le patrimoine culturel.

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6. Ce ne sont pas des marchandises
Les produits culturels sont manifesta ons
matérielles es spirituelles de l'homme, ce sont
des concré ons de son historicité; ce sont, de
plus, des expressions d'émo ons, des idées
et des projec ons d'autres vies et d'autres
mondes. En conséquent, ils ne peuvent pas être
comparés avec marchandises non plus s’insérer
dans la logique patrimoniale. Le marché pourra
vouloir tromper en taxant dans tel prix un
tableau d’Orozco ou en vendant aux enchères un
manuscrit de Baudelaire, mais il ne pourra jamais
appréhender son vrai signifié comme œuvre
culturelle. Et ce n’est pas que la culture n’est
pas évaluable, mais ses critères d’es ma on
n’obéissent pas aux règles du marché, mais
plutôt aux règles de l’impondérable et illimité.

7. La déproportion dans les prix


En supposant qu'on accepte la possibilité de
que les intermédiaires touchent par les services
qu'ils prêtent, la valeur d'un livre, d'un disque ou
un film ne devrait jamais excéder la journée d'un
jour de salaire d'un ouvrier ou un employé. Mais
ce e élec on sera seulement encore une op on
à l’intérieur de la possibilité effec ve de ce que
les personnes choisissent de télécharger ou de
librement copier le bien culturel. La décision
finale d’à quel milieu arriver doit être une
résolu on souveraine de la personne intéressée
à la culture.

30 ǀ
8. Le principe du plus grand bénéfice
Même si les copies et les téléchargements
libres dans Internet pouvaient générer un
a einte au patrimoine de troisièmes, le
bénéfice culturel qui serait obtenu de cela
sera toujours plus grand dans la mesure dans
laquelle ça s'accomplit avec intensité avec
le principe de promouvoir, de divulguer et
d'accéder au patrimoine culturel de l'humanité.
Penser à l’autre forme est privilégier certains
au-dessus de beaucoup de gens.

9. Les vrais malheurs sont autres


L’homicide, la traite de femmes et des enfants,
la pauvreté et la misère sont les vrais malheurs
qui peinent à l’humanité. Selon l'ONU, en 2010
il y a eu 468 mille homicides dans le monde; on
es me que 3 mille 500 millions de personnes
vivent dans la pauvreté; dans son rapport de
2009 a trouvé plus de 2 mille 400 vic mes de
la traite de personnes séquestrées comme
esclaves sexuelles; dans quelques zones de
l'Afrique 30 pour cent des enfants souffrent
de dénutri on aiguë et six personnes (entre
enfants et des adultes) meurent de faim par
jour. Voilà pourquoi il est désormais qu'un
discours tricheur et receleur résulte prétendre
à ce que le téléchargement libre de biens
culturels soit un malheur.

ǀ 31
10. Contre l’intermédiaire-commerçant
La culture n’a pas besoin des intermédiaires
qui réduisent les biens culturels aux
marchandises. La culture est trop importante
pour la laisser aux mains des commerçants
qui sous-comparent les biens culturels avec
les gansitos (pain sucré commercialisé). Un
intermédiaire de ce e nature ne comprendra
jamais la différence entre une œuvre d'art et
un rasoir jetable. Ce dont le monde a besoin
c'est de plus grand appui des gouvernements
de tous les pays pour les ar stes, les créateurs
et les poètes, ainsi qu'instaurer les condi ons
pour la liberté absolue dans la mobilité des
biens culturels.

32 ǀ
Deset tezí ve prospéch volného
stahování4 knih a kulturních statku z
internetu

1. Historický odkaz
Ti, kdo kri zují pirátské stahování knih a
kulturních děl z internetu a prosazují jeho
pos h, argumentu-jí porušením majetkového
práva. Vvycházejí z pfedpokladu, že kulturní
počin vzniká na základé jakéhosi historického
prázdna - jako by nejprve nebylo „nic” a
najednou se objevilo „néco”. Velmi klamná
teze - každé kulturní dílo má své pfedchüdce a
díky nim vytvá část svých nejlepších impulzü.

4 Traducción de Dita Aguilera G., Julie Marešová y


Mar n Micka.

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2. Otevfení se budouenosti
Lidské bytos jsou naprogramová-ny na
budouenost. Dle hlavních flozofckých smérü
dvacátého stole je jedním z jedinečných rysü
človéka jeho možnost myslet na budouenost
a pfedstavovat si ji. Kulturní počiny jsou
nejlepší-mi pros edky, které máme k projekci
společnos , poli ky, lásky, nadéje, po eb,
neúspéchü... Píseň, báseñ nebo esej mohou
roz-poutat imaginární svéty a mají potenciál
pfetváfet. Okrást o toto lidstvo s argumentem
„majetkové újmy“ znamená mrzačit podsta-tu
človéka.

3. Poznání přítomnosti
Kulturní díla plodí momenty refexe, kri ky
a požitku, mohou vyvolat pocity závazku,
solidarity nebo rozhofčení tvá v tváf
nespravedlnostem. Pokud se všechna kulturní
díla néjakým zpüsobem dají pfipsat historické
tradici a pokud jsou kulturní počiny po ebné
k tomu, abychom si mohli pfedstavovat další
možnos , a k otevírání budouenos , pla m
víc, že nám umožñují poznat naši p tomnost
m, že nás činí citli-véjšími k myšlenkám,
pocitüm a citüm ostatních. Bez kultury není
p tomnost ani účast ostatních.

34 ǀ
4. Šífení kulturního dédictví
Pokud je kultura „dédictvím lid-stva“, je
nutné šíf it ji všemi možnými zpüsoby. Nejen
šíf it, ale také usilovat o to, aby se k ní s
konečnou platnos dostalo co nejvíce lidí. V
potencionálné propojeném svété je k tomu
internet (i píes svá omezení) nejadekvátnéjší.
Proto trestat stahování zdarma znamená
omezovat šífení kultury a p stup pro ty, kdo
nemají do-statečné fnanení zdroje.

5. Zachování kulturního dédictví


Pfipus me-li, že kulturní díla jsou dédictvím
lidstva, je eba učinit vše po ebné k jejich
zachování. Zachovat kulturu ale neznamená
zav t její výplody do muzeí, galerií nebo
nekontaminovaných pouzder, jde spíše o
zachování kultury v kolek vní pamé a v
proudu nepfetržitých interpretací a určování.
Řečeno jinými slovy, ryzím zpüsobem
zachování kultury je povolit k jejím plodüm
univerzální p stup. Proto trvat na tom, že kopie
a zdarma stažené knihy, hudba, videa, atd. jsou
špatné, pfedstavuje argument neslučitelný s
povinnos zachovávat kulturní dédictví.

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6. Nejde o zboží
Kulturní díla jsou materiálním a duchovním
vyjádfením človéka, jsou uskutečnéním
jeho historičnos , navíc jsou vyjádfením
emocí, myšlenek a projekcí jiných životü
a své-tü. Proto se nemohou srovnávat se
zbožím ani nemohou být na-roubovány
na logiku majetkového vlastnictví. Trh nás
müže zmást m, že odhadne cenu Orozcova
obrazu nebo vydraží Baudelairüv rukopis, ale
nikdy nedokáže pos hnout jejich skutečný
význam coby kulturního díla. Nejde o to, že
by se kultura nedala ohodno t, jde o to, že
kritéria jejího ocenéní nepodléhají pravidlüm
trhu, ale pravidlüm všeho nepos žitelného a
neomezeného.

7. Disproporce cen
Pfedpokládáme-li, že by byla pfijata možnost,
aby zpros edkovatelé dostávali zaplaceno
za své služby, kniha, deska nebo flm by svou
cenou nikdy nemély pfesáhnout denní mzdu
délníka nebo zaméstnance. Tato volba je
nieméné jen jednou z dalších možnos v
rámei efek vní možnos , že by lidé zvolili
volné stahování kulturních statkü. Konečné
rozhodnu , k jakému zpüsobu se uchýlit, musí
být svrchovaným fešením každé osoby se
zájmem o kulturu.

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8. Princip nejvétší prospésnosti
I kdyby kopie a volné stahování z internetu
mohly pfivodit majetkovou „újmu“ e m
osobám, kulturní prospéšnost takového
počínání bude vždy vétší, jelikož je intenzivné
naplñován princip podpory, šífení a pfiblížení
kulturního dédictví lidstvu. Kdo smýšlí jinak,
dává menšiné privilegia, kterým se netésí
vétšina.

9. Skutečné zlo leží jinde


Vraždy, zneužívání žen, obehod s dét-mi,
chudoba a bída jsou skutečná zla sužující
lidstvo. Podle OSN bylo v roce 2010 na svété
spácháno 468 síc vražd, odhaduje se, že i a
půl miliardy lidí žije v chudobé, ve zprávé OSN
za rok 2009 se uvádí 2400 obé „obchodu
s lidmi“ za účelem sexuálního otroc-tví, v
nékterých částech Afriky trpí 30 % dé vážnou
podvyzivou a denné zahyne hlady šest osob
(dé i dospélých). Proto označovat volné
stahování kulturních statkü za zlo pfedstavuje
nepoc vý a pravdu zakrývající projev.

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10. Proti zprostfedkovateli-ob-
chodníkovi
Kultura nepo e-buje zpros edkovatelé,
kte kulturní statky redukují na pouhé zboží.
Kultura je p liš düležitá na to, abychom ji
nechali v rukou obchodníkü, kte umélecká
díla jednoduše ovésí cenovkami, jako by
šlo o koláče. Takový zpros edkovatel nikdy
nepochopí rozdíl mezi uméleckým dílem
a hfebenem na jedno použi . To, co svét
po ebuje, je vétší vládní podpora pro umélee,
tvürce a básníky v jednotlivých zemích, stejné
jako nastolení naprosté svobody v pohybu
uméleckých děl.

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Diez tesis en favor de las descargas libres
(piratería) de bienes culturales en Internet
de Enrique G. Gallegos
se terminó de imprimir
en marzo de 2015
en Guanatos, Xalisco, Mégico
Tiraje 100 ejemplares

Libro número ___________________

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