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Introducción
que he tenido que realizar, para la clase de filosofía social, las opciones a investigar no
despertaban ningún interés y, mucho menos, el deseo de iniciar a trabajar en ello. Lo único, y
bueno, es que no me gusta dejar los cosas al último, así que hubo llegado el momento donde
decidí que, sobre algo, tenía que empezar a investigar. Y, así, fue como llegue a leer sobre la
revolución bolchevique, con la intención de descubrir la influencia del marxismo. Y vaya que ha
sido toda una aventura, muy interesante, aquellas cosas que he podido descubrir. Además, que
manual de filosofía social, me había dejado con la idea de que esta no solo se dedica a analizar,
determinar su sentido y valor… (pág. 8). Al hacer está investigación me ha parecido la puesta en
práctica de estas palabras. Y ¿qué fue lo que pasó? No hice una “mera lectura”, somera, de la
estos han sido los elementos que he tomado para poder hablar de ella.
En los primeros meses del año 1917 reinaba todavía en Rusia la dinastía de los Romanov.
Ocho meses después estaban ya en el timón los bolcheviques, un partido ignorado por casi todo
el mundo a principios de año y cuyos jefes, en el momento mismo de subir al poder, se hallaban
aún acusados de alta traición. El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la
Estado, sea monárquico o democrático, está por encima de la nación; pero en los momentos
decisivos, cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas, éstas rompen las
barreras que las separan de la palestra política, derriban a sus representantes tradicionales y, con
su intervención, crean un punto de partida para el nuevo régimen. Las masas no van a la
revolución con un plan preconcebido de la sociedad nueva, sino con un sentimiento claro de la
imposibilidad de seguir soportando la sociedad vieja. Sólo el sector dirigente de cada clase tiene
un programa político que necesita todavía ser sometido a la prueba de los acontecimientos y a la
En esta guerra, era la clase media quien se dispone a derrocar la dinastía de los Romanov, bajo el
mando de Lenin. Él ve los inauditos horrores y calamidades de esta guerra interminable hacen
luces la revolución proletaria internacional (Lenin, 1917). Y se encarga que la sociedad perciba
los objetivos que se desprenden de la crisis social en que las masas se orientan de un modo activo
Rusia estaba bajo el poder del autócrata (sistema de gobierno que concentra el poder), como ya
se ha dicho, bajo la dinastía Romanov. Pero, más importante, era un país inmenso, poblado de
americanizado (Broué, 1962). Rusia tenía gran avance industrial, pero se había quedado
rezagado en la estructura política, la cual estaba dejando de responder a las necesidades de los
tiempos. Grandes fincas de la nobleza y las comunidades campesinas coexistían con los
inteligencia abierta a todas las corrientes del pensamiento (ibíd., pág. 16). Cabe mencionar que,
sistemas políticos y, en cierto sentido, económicos. Pero, eran precisamente los campesinos,
analfabetas, que eran influenciados por sacerdotes y que estaban sumidos en un oscurantismo. Lo
único que tenía sentido, si así se puede llamar, era la búsqueda por la supervivencia, pues desde
hace siglos se vivía al borde del hambre y sumido en una resignación supersticiosa (Broué,
sumando a las ideas de una población que exigía encontrar cambios en aquellos que ostentaban
el poder.
Así fue como se encontraba la sociedad rusa, una nación con una agricultura que podía estar al
nivel de los países avanzados o podría sobrepasarlos; esto conlleva a una estructura burguesa,
con concentración industrial que entre las altas esferas capitalistas y las masas del pueblo no
hubiese sitio para una jerarquía de capas intermedias (Trotsky, 1933). Esta fue la sociedad que
se transformó a lo largo de los siglos, debido a sus condiciones de vida, las relaciones sociales
queriendo romper con las cadenas del pasado. Era la incapacidad de acción política ante los
proletariados y la clase campesina. La burguesía no podía arrastrar a los obreros, a otras luchas,
cuando estos se enfrentaban con ella cada día. La misma incapacidad demostraba para atraerse a
los campesinos, atada como estaba a los terratenientes por una red de intereses comunes y
retraso de la revolución rusa no era tan sólo, como se ve, un problema de cronología, sino que
Eventos decisivos fueron la guerra ruso-japonesa, donde el zarismo fue perdiendo fuerza y con
fuerza decisiva, a una nueva clase, hija de los grandes centros industriales y equipada con una nueva
organización y nuevos métodos de lucha. La ley del desarrollo social combinado se nos presenta
medieval, a la vuelta de pocos meses lleva al poder al proletariado acaudillado por el partido
comunista.
Es así como la revolución de los bolcheviques se insertó en la sociedad rusa. Pero está
revolución tiene mayores componentes ideológicos que de hechos. Puesto que existía una
oligarquía financiera controlada por unas cuantas familias. Lo que lleva a que no existe una
verdadera burguesía rusa, sino una oligarquía que integra a la vez a capitalistas y propietarios.
Estos tenían poca conexión con la aristocracia campesina. Estos sectores privilegiados eran
apartados de la decisión política por la autocracia (Broué, 1962); lo cual no les permitía aspirar
clase campesina. De esta manera se logra ver cómo, en un futuro, las diversas manifestaciones
que existen pretenden contrarrestar todo sistema, que, hasta el momento, no respondía a las
la autocracia zarista ejerce una verdadera tutela sobre la vida económica y social del país,
justificando sus métodos de coerción con una ideología paternalista basada en la gracia de Dios
Así se va fraguando el movimiento liberal que, solo, tenía un programa político de limitación del
demócratas… etc. Sin embargo, la misma evolución que contribuye a modernizar las tesis
populistas, sirve al propio tiempo para fortalecer la oposición de sus adversarios en el seno del
revolución contra El Capital de Carlos Marx. Pues este era, en Rusia, el libro de los burgueses
más que el de los proletarios. Era la demostración crítica de la necesidad ineluctable de que en
Rusia se formase una burguesía, se iniciase una era capitalista, se instaurase una civilización de
tipo occidental, antes de que el proletariado pudiera siquiera pensar en su insurrección, en sus
reivindicaciones de clase, en su revolución. Los hechos han superado las ideologías. Los hechos
han reventado los esquemas críticos según los cuales la historia de Rusia hubiera debido
desarrollarse según los cánones del materialismo histórico. Los bolcheviques reniegan de Carlos
Marx al afirmar, con el testimonio de la acción desarrollada, de las conquistas obtenidas, que los
cánones del materialismo histórico no son tan férreos como se pudiera pensar y se ha pensado.
El marxismo se extiende por toda Rusia en la época del desarrollo de la gran industria y del
crecimiento del proletariado. Su más importante exponente será Jorge Pléjanov, antiguo populista
que, en 1881 y con el nombre de “La emancipación del trabajo”, funda el primer grupo marxista
Este pensamiento sitúa siempre como máximo factor de la historia, no los hecho económicos en
bruto, sino el hombre, la sociedad de los hombres, de los hombres que se acercan unos a otros,
que se entienden entre sí, que desarrollan a través de estos contactos (civilidad) una voluntad
social, colectiva, y comprenden los hechos económicos, los juzgan y los condicionan a su
voluntad, hasta que esta deviene el motor de la economía, plasmadora de la realidad objetiva, que
vive, se mueve y adquiere carácter de material telúrico en ebullición, canalizable allí donde a la
voluntad place, como a ella place. Normalmente las dos clases del mundo capitalista crean la
historia a través de la lucha de clases cada vez más intensa. El proletariado siente su miseria
actual, se halla en continuo estado de desazón y presiona sobre la burguesía para mejorar sus
hacer más útil la producción para que sea posible satisfacer sus necesidades más urgentes. Se
trata de una apresurada carrera hacia lo mejor, que acelera el ritmo de la producción, que
caen muchos y hace más apremiante el deseo de los que quedan. La masa se halla siempre en
ebullición, y de caos-pueblo se convierte cada vez más en orden en el pensamiento, se hace cada
vez más consciente de su propia potencia, de su propia capacidad para asumir la responsabilidad
En toda sociedad existen clases antagónicas, y la clase privada de poder aspira inevitablemente a
hacer variar en su favor, en mayor o menor grado, los derroteros del Estado. Sin embargo, esto no
significa que en la sociedad coexistan necesariamente dos o más poderes. El carácter del régimen
político se halla informado directamente por la actitud de las clases oprimidas frente a la clase
dominante. El poder único, condición necesaria para la estabilidad de todo el régimen, subsiste
mientras la clase dominante consigue imponer a toda la sociedad, como únicas posibles, sus formas
Más en Rusia ha servido para sacudir las voluntades. Estas con los sufrimientos de los años
socialista, puesto que se habían puesto al pueblo en contacto con las experiencias de los otros
proletariados. La prédica socialista hace vivir en un instante la historia del proletariado, su lucha
contra el capitalismo, la prolongada serie de esfuerzos que tuvo que hacer para emanciparse
idealmente de los vínculos de servilismo que le hacían abyecto, para devenir conciencia nueva,
testimonio actual de un mundo futuro. La prédica socialista ha creado la voluntad social del
pueblo ruso.
Es aquí donde Lenin va forjando su pensamiento, su ideología y donde van ebulliciendo sus más
íntimos deseos. El sentido de la vida de Lenin es la revolución socialista (Arismendi, 1970) y las
diversas acciones que realiza pretenden responder a ello, entregado a este servicio funda “el
partido de los bolcheviques”. Se dedica a realizar una lectura de las situaciones que suceden en
su sociedad, como dice Arismendi (pág. 6) analiza el desarrollo del capitalismo, estudia filosofía
capitalismo, estudia a Hegel para rescatar la dialéctica y hacer de ella su espada con el
Todo esto va confluyendo con el trabajo de Pléjanov quien traducía y difundía las obras de Marx
y Engels, para dar inicio a la lucha ideológica contra los populistas, quienes tenían sus bases en
la economía y las sociedades rusas de un desarrollo original y privilegiado. Según Broué de esta
“marxistas legales” apoyarán en la práctica. Por su parte, siguiendo a Broué, los social-
la actitud de la revolución socialista del proletariado ante el Estado adquiere, así, no solo una
importancia política práctica, sino la importancia más candente como cuestión de explicar a las
masas qué deberán hacer para liberarse, en un porvenir inmediato, del yugo del capital (Lenin,
1917). El pueblo ruso ha recorrido estas magníficas experiencias con el pensamiento, aunque se
trate del pensamiento de una minoría. Se hace valer de estas ideologías para afirmarse y, así,
colocarse en un nivel, superior, de producción ante el mundo capitalista. Estos cambios se van
logrando cuando el proletariado ruso, educado en sentido socialista, empezará su historia desde
el estadio máximo de producción a que ha llegado porque teniendo que empezar, o hará a partir
producción o la madurez económica que, según Marx, es condición del colectivismo. En esta
historia se puede ver como los revolucionarios crearán ellos mismos las condiciones necesarias
Las críticas que los socialistas han hecho y harán al sistema burgués, para evidenciar las
imperfecciones, el dispendio de riquezas, servirán a los revolucionarios para hacerlo mejor, para
evitar esos dispendios, para no caer en aquellas deficiencias. Será, en principio, el colectivismo
de la miseria, del sufrimiento. Pero las mismas condiciones de miseria y sufrimiento serían
heredadas por un régimen burgués. Según Broué esto es lo que hace: los social-demócratas rusos
deben aportar un esfuerzo inmenso para satisfacer las necesidades del proletariado que está
los círculos obreros y a los grupos socialdemócratas dispersos por todos los rincones de Rusia
en un solo partido obrero social-demócrata (pág. 23). Es ante esta situación que, viendo
Ante esta postura ¿Cuáles son los rasgos o características que se toman de la propuesta de Marx
para que el lector pueda formarse por su cuenta una noción del conjunto de las ideas de los
fundadores del socialismo científico y del desarrollo de estas ideas, así como también para probar
documentalmente y patentizar con toda claridad la tergiversación de estas ideas por el "kautskismo"
hoy imperante. Comienza por la obra de Engels: "El origen de la familia, de la propiedad privada
y del Estado"; "El Estado —dice Engels, resumiendo su análisis histórico— no es, en modo alguno,
un Poder impuesto desde fuera a la sociedad; ni es tampoco 'la realidad de la idea moral', 'la
imagen y la realidad de la razón', como afirma Hegel. El Estado es, más bien, un producto de la
sociedad al llegar a una determinada fase de desarrollo; es la confesión de que esta sociedad se ha
Según Marx, el Estado no podría ni surgir ni mantenerse si fuese posible la conciliación de las
clases; éste es un órgano de dominación de clase, de opresión entre una clase por otra.
armada. Este Poder público especial hácese necesario porque desde la división de
población ... Este Poder público existe en todo Estado; no está formado solamente
por hombres armados, sino también por aditamentos materiales, las cárceles y las
Esto dio pasó a la noción de “fuerza” que es asociada con el Estado, pero que brota de la
sociedad. Pero no hay que olvidar que en toda sociedad existen clases antagónicas, y la clase
privada de poder aspira inevitablemente a hacer variar en su favor, en mayor o menor grado, los
derroteros del Estado. Sin embargo, esto no significa que en la sociedad coexistan
necesariamente dos o más poderes. El carácter del régimen político se halla informado
directamente por la actitud de las clases oprimidas frente a la clase dominante. El poder único,
condición necesaria para la estabilidad de todo el régimen, subsiste mientras la clase dominante
consigue imponer a toda la sociedad, como únicas posibles, sus formas económicas y políticas.
Y, así, surge el movimiento obrero ruso, de una tardío desarrollo del capitalismo, que no
muchos años después que el de Europa occidental (Broué, 1962). Es en este ambiente social
donde se convergen las diversas ideas y luchas; es aquí donde diversos personajes se hacen
presentes y alzan la voz por aquellos que han vivido en la desgracia a la que su patria les ha
condenado. De entre ellos surgen los primeros marxistas, que como ya se dijo tienen otra postura
frente al “primer marxismo”, que buscan la liberación del trabajo y se unen a otros grupos como
“la liga de Emancipación de la Clase Obrera”, en donde se podrá situar al joven Illich Ulianov,
El marxismo aparece en el mundo actual, no sólo como una concepción política y una opción
ideológica, sino también como una visión del mundo, una filosofía totalitaria que pretende ser
indiscutible se va imponiendo por la acción de los poderes públicos utilizando todo género de
coacciones, incluyendo el terror y el descrédito, la mofa y la deshonra para sus detractores o sus
críticos. Desgraciadamente no se nota por el momento que esta marea invasora tenga aspecto de
entrar en una fose de reflujo; por esto parece urgente que en los lugares donde no impera esta
coacción o terror ideológico, se multipliquen lo más posible estudios críticos sobre el marxismo,
estudios que permitirán forjar armas para el combate de las ideas, ahora más importante que
nunca. Por esto, se ve con satisfacción la aparición de varias publicaciones críticas sobre los
aspectos científicos del marxismo. Este es ante todo una actitud dogmática, hace uso de factores
de sentir tomando como base unos principios fijos que constituyen sus dogmas. No puede ser de
otro modo, pues toda actitud que aspira a tener cierto fundamento filosófico sólo puede adoptar
dos posiciones diferentes: el escepticismo que renuncia a conocer la verdad en ningún dominio y
por lo tanto debe suspender sus juicios indefinidamente y el dogmatismo que admite que
podemos conocer la verdad por lo menos en algunos casos. Si se abandona la primera posición
dogmática y se plantea en seguida la cuestión siguiente: ¿por qué medio podemos llegar a
racionalismo. Otra cuestión que se plantea se refiere al objeto de nuestro conocimiento, a las
cosas que nos son asequibles. El idealismo admite que la mente humana sólo puede conocer sus
propias ideas mientras que el realismo sostiene que podemos conocer ciertas verdades referentes
a lo que existe fuera de nosotros. El marxismo está de acuerdo con este planteo epistemológico,
aunque incluye dentro del idealismo ciertas doctrinas que en realidad no pertenecen a esta
posición filosófica. Adopta una posición realista-empirista de acuerdo con el sentido común y
con el método normal empleado por los hombres de ciencia. En este aspecto la filosofía marxista
coincide con la filosofía de Aristóteles y Santo Tomás, o sea con la philosophia peremnis. Esta
coincidencia no es uno de los factores menos importantes de su éxito entre los hombres de
pensamiento marxista, principios y tesis clásicas conocidos desde hace muchos siglos. Toda
dogmática tiene una base filosófica y expresa un conjunto de verdades de base sobre las cuales se
edifica la doctrina; la dogmática marxista está predestinada a la muerte como lo están todos los
sistemas filosóficos exclusivistas y definitivos que se basan únicamente en una visión humana
y parcial de la realidad. El estudio de esta demuestra que su visión del mundo está fuertemente
atacada por el vicio de parcialidad. Y, aun así, esta es la base de la postura de Lenin.
Marx no fue un sabio de gabinete y el mismo Lenin escribió “sin teoría revolucionaria no hay
Marx y Engels, aun cuando los grandes oráculos, como Kautsky —seguidos por sinuosos
maniobreros como Trotsky— proclamasen a la filosofía asunto privado, o les pareciera absurdo
academismo —a las lumbreras de la II Internacional— esa manía de los bolcheviques de debatir sin
tregua los temas teóricos e ideológicos, de defender la pureza teórica del partido del proletariado.
(Arismendi, 1970)
acólitos de la necesidad de mejorar la situación de los obreros, ni tampoco urdir conjuraciones, sino
organizar la lucha de clases del proletariado y dirigir esta lucha, que tiene por objetivo final la
Lenin va a cumplir esa tarea. Y ha sido la misma historia social que se va visto reflejada en lo
que propone Marx y los deseos, especialmente de Lenin, que impulsaron estas ideas en los
diversos grupos en que se movió, hasta el punto donde tomo el control-poder. Pero esta historia
no concluye ahí, sino, parecería, que va tomando impulso puesto que llegarán los problemas por
Conclusiones
Hasta este punto he querido terminar este trabajo. Sin duda se podrán encontrar diversos
materiales para poder seguir ahondando en el tema. Considero que algunas líneas aquí planteadas
coinciden en los diversos materiales que pude investigar. Además, el terminar en este punto, la
historia “no termina”, los procesos históricos no son cerrados y se siguen viviendo algunas
situaciones, que en el fondo son pensamientos arraigados por la cultura. Bien dicen que quien no
conoce su historia está condenado a repetirla; bueno esto hace que se pueda voltear y conocer o
analizar el pasado para poder actuar en el presente. Sin duda las personas somos difíciles para
ideologías, en muchas ocasiones, no siguen alejando, en vez de ser puente entre personas y
naciones.
¿Qué nos pasa? Dice Trotski que el pensamiento humano y, sobre todo, a veces, el de los
revolucionarios, es por naturaleza conservador (pág. 93). ¡Eso nos pasa! Dejamos de
los intereses. Y lo peor en estas situaciones, es que buscamos medidas determinantes, rígidas,
cerradas. Porque en todo lo que pude leer al respecto, no encontré una respuesta que ayudara a
un “bien común”. Las personas no somos iguales, no se les puede tratar de la misma manera; con
esto no hago referencia a la dignidad, donde si hay igualdad; en realidad pienso en “historia”,
procesos, deseos… sin duda, en algunas cosas podemos congeniar, en otras ceder, pero me
De ahí la manera como terminaba el desarrollo de este trabajo y vendrán nuevas sublevaciones,
que todo esto sea algo dinámico, habla de la misma dinamicidad de la persona y, por ende, de la
sociedad. Esto se puede conocer a lo largo de la historia y se podrá proyectar hacia un futuro.
Me parece que la filosofía social, todavía, tiene mucho trabajo que realizar en su campo. Aún
puede hacer y dar propuestas de cambio, de análisis, que permita poder confrontar al hombre con
su misma realidad (pasado, presente, futuro). Aún tiene que escucharse su voz y poder decir
Al final me ha gusto poder leer sobre el tema y poder ampliar ciertos conocimientos. De igual
manera hacer una lectura que implicaba un análisis de “cambios de ideología”, porque, en el
fondo, eso fue lo que sucedió y lo que sigue pasando en nuestros días.
Bibliografía
Documentales:
TP 2. (12 noviembre 2017). La Revolución Rusa. Recuperado el 6 mayo 2019, de youtube Sitio
web: https://www.youtube.com/watch?v=cJJgs-vSs4s