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¿Cuál debe ser el

salario de un pastor?
¿Cuánto debe ganar un pastor? Muchos se preguntan si es bíblico
que el pastor tenga un salario o si hay provecho alguno en ello. A
menudo, debido a abusos que se han dado en este respecto, surgen
ideas o concepciones equivocadas. Hay mucho mal entendido,
muchas dudas, muchas opiniones y debates. Sin embargo, como
siempre, la fuente de la verdad está en las Escrituras. Debemos
acudir a la Palabra de Dios para tener luz y claridad.

¿Es pecaminoso que el pastor gane un salario de la


iglesia?

Supongo que la pregunta surge del gran problema que vemos hoy
en día de los falsos maestros que predican la prosperidad, y se
hacen ricos comerciando la Biblia. Dios aborrece esto. El pastor no
debe ser codicioso de ganancias deshonestas, 1 Tim 3, ni tomar la
piedad como fuente de ganancia, 1 Tim 6. Y creo que esto hace que
ciertos hermanos vayan al otro extremo y dicen que es pecaminoso
que el pastor reciba un salario. Pero a mí, me parece que hacerse
rico y recibir un salario honesto son cosas muy diferentes.

Sin embargo, como siempre cuando tenemos una pregunta, en vez


de dar opiniones, la primera idea que debe venir a nuestras
mentes es: Qué dice las Escrituras. Qué dice Dios. Y creo que el
pasaje que más claramente habla del tema se encuentra en 1 Cor
9. En 1 Cor 9:13–14 Pablo dice: “¿No sabéis que los que trabajan
en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al
altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que
anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.”

Es muy claro. Dios ordenó que los que trabajan en el evangelio,


deben recibir ayuda financiera. Y sabemos que se trata de un
salario material porque dice dos versículos antes, vs. 11: “Si
nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si
segáremos de vosotros lo material?”

Entonces, mi respuesta a la pregunta sería que no. En base a 1 Cor


9, no es pecaminoso que el pastor reciba un salario. Obvio, habrá
pastores laicos que deciden no hacerlo por diversas razones. Pablo
mismo se privó de este derecho, teniendo un llamado único en
establecer el fundamento de la iglesia. Pero Pablo nos dijo que la
instrucción divina es que la iglesia ayude a sus pastores… De
hecho, pienso que uno de los factores que debilita la iglesia
hispana en particular, es que muchas iglesias no pagan a sus
pastores, y esto no les es provechoso.

¿Por qué podría ser provechoso que la iglesia pague a su


pastor?

Pablo dice en 1 Tim 5:17–18 “Los ancianos que gobiernan bien,


sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que
trabajan en predicar y enseñar. 18Pues la Escritura dice: No
pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su
salario.” Entonces, pagamos a los pastores, en particular los que
enseñan, para que puedan hacerlo bien. Esto nos conviene. Esto
nos es provechoso.

Si el pastor tiene que buscar un trabajo secular, e invierte 40 o 50


horas a la semana en esto, ¿cuánto tiempo le queda para orar por
la grey? ¿Cuánto tiempo le queda para aconsejar, y visitar
enfermos, cuánto tiempo tiene para estudiar el texto bíblico y
preparar el sermón, para así alimentar al rebaño? No tanto.

Otro pasaje que nos habla de este principio, aunque el contexto es


muy diferente, es Heb 13:17. Dice: “Obedeced a vuestros pastores,
y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso.” El punto es esto, si
el pastor se queja de la forma que la iglesia le trata… pues va a orar
por la grey, pero con oraciones imprecatorias, en vez de disfrutar
orar por su congregación, como debe de ser.
Debo hacer una aclaración. Cuando hablo de recibir un salario, no
estoy hablando de tener un coche del año, y casa nueva y todo en
exceso. Sin embargo, sí hablo de tener algo honesto.

¿Cuánto debe ganar el pastor, o mejor aún, cuando es


que se llega a comerciar la Palabra de Dios?

Me viene a la mente las palabras de Proverbios: “No me des


pobreza ni riquezas.” Entonces, debemos evitar estos extremos. Es
imposible, sin embargo, decir una cantidad, porque rico y pobre
son términos muy subjetivos. Pagar renta en Los Ángeles y pagar
renta en San Salvador son cosas muy distintas. Por eso, creo que el
mejor consejo sería que el pastor reciba un salario que concuerda
con el salario promedio de la congregación. Digo esto en base a la
comparación que Pablo mismo hizo en 1 Cor 9. Los levitas vivían
como el resto del pueblo.

Entonces, el pastor no tiene que tomar un voto de pobreza. Ya


vimos que esto no aprovecha. Pero si se hace rico por medio de las
ofrendas de los hermanos, esto es pecaminoso y serio. El que hace
esto es un falso maestro no calificado para el ministerio.

2 Cor 2:17, “Pues no somos como muchos, que medran falsificando


(comerciando) la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como
de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.” Es decir,
no cobramos a la gente por escuchar el evangelio. Predicamos, y si
de corazón alguien da una ofrenda, esa ofrenda se usa para
sostener al ministerio.

En resumen, creo que hacemos bien en evitar los extremos. El rico


y el mendigo por igual, sólo piensan en el dinero, y esto fomenta la
avaricia. Nuestra oración debe de ser: “Mantenme del pan
necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es
Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi
Dios” (Pr. 30.8–9).

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