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Páguese a usted primero: el nuevo enfoque de


las finanzas personales
Nicolás Litvinoff SEGUIR

MEDIO: Estudinero

La clave para no poner en riesgo las finanzas es esforzarse en ahorrar

22 de septiembre de 2015 • 01:20

E n el término finanzas personales encontramos la palabra "personas", lo cual


indica que toda persona que vive en sociedad e interactúa con sus semejantes practica
esta disciplina. En "finanzas patrimoniales" hallamos la palabra patrimonio, que hace
alusión a los recursos financieros que son propiedad de una persona y que generan,
además, algún tipo de flujos de ingresos (esto último forma parte de una nueva visión de
las finanzas, más información aquí).

Siguiendo este razonamiento, cada interacción que involucre dinero de manera directa o
indirecta pertenece al universo de las finanzas personales, desde pasar la tarjeta por el
molinete del subte a la mañana cuando salimos rumbo al trabajo hasta lo que elegimos
de cenar a la noche antes de acostarnos. De lo dicho se desprende que las finanzas
personales están presentes de manera recurrente en nuestra cotidianidad, mientras que
las finanzas patrimoniales sólo "aparecen" unas pocas veces al mes, o incluso al año,
cuando se toman decisiones de inversión que involucran el patrimonio de una persona.

Pero que exista esta diferencia entre ambas no quiere decir que las mismas no estén
intrínsecamente relacionadas: salvo que hayamos recibido una herencia o ganado la
lotería, es imposible "pasar" a las finanzas patrimoniales sin haber aprendido a manejar
antes las finanzas personales. Y aún en el caso de haber tenido padres millonarios o de
haber tenido la suerte de acertar la boleta ganadora del Quini, el desconocimiento de las
finanzas personales puede poner en riesgo rápidamente a las finanzas patrimoniales,
deglutiendo los recursos (patrimonio) que la misma ofrece en post de mantener a flote
la economía doméstica y cotidiana.

Veremos a continuación un enfoque moderno de las finanzas personales que brinda


mayores chances en cuanto a la generación de patrimonio, necesario para dar el paso
superador que estamos analizando.
Luego, estudiaremos algunas claves de las finanzas patrimoniales con el fin de estar
preparados para cuando llegue el ansiado momento de involucrar el patrimonio creado
en la búsqueda de la tranquilidad financiera.

Págase a usted primero: el nuevo enfoque de las


finanzas personales
Según esta nueva división entre finanzas personales y finanzas patrimoniales, la IN deja
de pertenecer al universo de las finanzas personales para pasar al de las patrimoniales,
dejándonos solamente 3 variables para analizar: I, G y A, que a la vez interactúan entre
sí.

En las finanzas clásicas se plantea la siguiente ecuación:

A= I – G (Ahorro es igual a ingreso menos gasto).


Esta es la ecuación que de manera consciente o inconsciente tenemos grabada a fuego
en la cabeza: podemos ahorrar lo que nos quede del ingreso luego de los gastos.

Recibimos nuestro sueldo o ingreso todos los meses, cumplimos con los gastos que
tengamos y lo que sobra (si es que sobra algo) lo ahorramos. Pero al mismo tiempo, si G
es mayor a I (es decir, el gasto es mayor al ingreso) entonces A (ahorro) será negativo.
¿Qué quiere decir que A sea negativo? Simple: que necesitamos echar mano a ahorros
para poder cumplir con nuestros gastos o que, en caso de no poseer los mismos, nos
estamos endeudando.

Pero sin complicarnos demasiado y siguiendo siempre las reglas más simple de las
matemáticas, las variables que forman parte de una identidad o ecuación como la
presentada pueden pasar de una lado al otro del signo igual siempre y cuando cambien
su condición de positivo a negativo o viceversa al hacerlo. En dicha identidad, A es
positivo, al igual que I, mientras que G es negativo (porque está precedida del signo
menos).

Sabiendo esta sencilla regla, vamos a realizar una simple operación que consiste en
despejar dos de las variables, es decir, pasarlas de un lado a otro cambiando a su vez el
signo: A, que está en la izquierda y con signo positivo, pasará a la derecha con signo
negativo, y G que está en la izquierda con signo negativo pasará a la derecha con signo
positivo. La ecuación queda entonces de la siguiente forma:

G= I – A (Gasto es igual a ingreso menos ahorro).


1) A mayor rentabilidad esperada, mayor riesgo:
¿Qué implicancia tiene esta modificación realizada? Ahora el gasto (G) deja de ser una
variable activa para pasar a transformarse en una variable pasiva o dependiente, y lo
contrario ocurre con el ahorro (A).

Resumiendo: el gasto está ahora subordinado a lo que queda luego de haber separado
una parte del ingreso para el ahorro. Nos estamos pagando primero a nosotros (al
ahorrar) para recién luego de ello cancelar pagos con terceros asumiendo el gasto
mensual. Ese ahorro que ahora existirá mes a mes formará la base del patrimonio, que
dará nacimiento a las finanzas patrimoniales.

¿De cuánto tendrá que ser ese ahorro? Se recomienda al menos el 10% del ingreso, pero
el no poder llegar a ese porcentual no será excusa suficiente para transformarlo en cero:
cualquier ahorro positivo, aunque sea del 2% del ingreso, también sirve y es deseable
para lo que viene.

Las Finanzas Patrimoniales: dos claves fundamentales


a tener en cuenta
Para que se entienda mejor: el ahorro es simplemente los pesos que ahora separamos,
como primera operación, todos los meses una vez recibido el ingreso. Pero ese ahorro
debe convertirse rápidamente en inversión y más aún en un país como el nuestro, en
donde en caso contrario la inflación irá mermando rápidamente su poder adquisitivo.

Las opciones de inversión son amplias y variadas, y así como analizamos antes la
ecuación de las finanzas personales, en las finanzas patrimoniales existen dos claves
fundamentales a tener en cuenta:

Los flujos de fondos que provendrán de la inversión del patrimonio se encuentran ahora
en un futuro incierto, y por ello cuando hablamos de rendimientos tenemos que hablar
de "rendimiento esperado". No existe en finanzas ningún patrimonio que nos ofrezca
flujos futuros de fondos que sean 100% ciertos; siempre algún riesgo existirá.

El axioma inquebrantable que existe en las finanzas patrimoniales tiene que ver con que
a mayor rentabilidad esperada, mayor será el riesgo, lo que traducido quiere decir que
mientras más alta sea la tasa o monto de rendimiento prometido, mayor riesgo estará
asumiendo el inversor.

2) Conflicto de interés:
Aquí es cuando entra en juego la codicia, que es una emoción que nos puede estimular a
tomar mayor riesgo del que deberíamos cegados por la tentación de ganar dinero fácil y
rápido: si ello sucede nuestro patrimonio podrá evaporarse rápidamente, de un día para
el otro.

Un buen consejo para reducir el riesgo es diversificar entre


distintas inversiones que tengan una baja correlación entre
. sí.

Un buen consejo para reducir el riesgo es diversificar entre distintas inversiones que
tengan una baja correlación entre sí.

Pero debemos tener en claro que no se trata de eliminar el riesgo, que siempre existe
aún cuando no hacemos nada (y, en nuestro país, se incrementa incluso ante la
pasividad financiera), sino de aprender a convivir y manejar el mismo.

Cuando generemos un patrimonio, la segunda tentación más fuerte (luego de la codicia)


será entregarle el mismo a un tercero para que lo maneje, lo cuál sería un grave error.

El conflicto de interés que emerge aquí tiene que ver con que el ejecutivo de cuenta o
asesor financiero que elijamos tendrá como objetivo incrementar sus propios ingresos,
que estará en función de los productos del banco que nos pueda vender, mientras que el
nuestro será incrementar el patrimonio y los flujos provenientes del mismo gracias a la
inversión que habremos de realizar.

Por consiguiente, no nos queda otra que involucrarnos en este juego asumiendo la
responsabilidad en cuanto a la toma de decisiones, yendo de a poco y ganando
experiencia en el camino.

La actitud de "embarrarse" las manos en este proceso de transformar el ahorro en


inversión bajo las premisas de las finanzas patrimoniales pude desembocar en un
premio mayor: el de la verdadera libertad financiera.
Conclusión
Mientras menos cultura financiera tenga la mayoría, mayor será la ganancia
exponencial de una minoría, y en ese sentido trasunta que pueden existir ciertos
intereses del establisment para mantener las cosas como están. En esta cosmovisión
reinante, la puerta de acceso al camino que debemos transitar para pasar de las finanzas
personales a las finanzas patrimoniales está al alcance de todos nosotros, pero oculto
bajo un manto de niebla y señales contradictorias.

Los argumentos aquí expuestos tienen como fin guiar al lector al acceso de ese camino y
equiparlo con un "GPS" para que pueda transitar esta senda con mayor seguridad.

Por: Nicolás Litvinoff

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