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Estrategias del Enemigo


en los Últimos Tiempos
Nuestra Misión
Llamados a traer el poder sobrenatural de Dios a esta generación.

Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos


Guillermo Maldonado
Primera Edición: Enero 2019
ISBN: 978-1-59272-862-6
Todos los derechos están reservados por el Ministerio Internacional
El Rey Jesús / ERJ Publicaciones
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Director del Proyecto: Andrés Brizuela


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Diseño de Portada: Danielle Cruz-Nieri
Categoría: Crecimiento Espiritual
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Tel: 305.382.3171 - Fax: 305.382.3178
Impreso en los Estados Unidos de América
Contenido

Introducción 5

1. Las distracciones en los últimos tiempos 9

2. Las desilusiones en los últimos tiempos 33

3. La crítica en los últimos tiempos 53

4. Las traiciones en los últimos tiempos 65

5. Las tentaciones en los últimos tiempos 75

6 . Las persecuciones en los últimos tiempos 97

7. Las acusaciones en los últimos tiempos 111

Acerca del Autor 127


Introducción

Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de mu-


chos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste
será salvo. —Mateo 24:12-13

U n día, sentados a las faldas del monte de los Olivos,


Jesús les dio a conocer a Sus discípulos algunas de las
señales más importantes de los últimos tiempos y cada una
de ellas se están cumpliendo. La segunda venida de Cristo se
acerca. El enemigo sabe que el evangelio del reino está siendo
predicado a todos los confines de la tierra; conoce que el día
de su juicio está próximo, por eso anda enfurecido, buscando
detener el avance de los hijos de Dios en la tierra.

El diablo no puede conocer sus pensamientos, pero sí tie-


ne paciencia para estudiarlo y darse cuenta de cuál es su área
débil; y por allí ataca. Son siete las principales estrategias que
utiliza: las distracciones, desilusiones, tentaciones, persecucio-
nes, acusaciones, traiciones y la crítica. Todas buscan desgastar
la vida espiritual, emocional y física de los cristianos.

Uno de los propósitos de este libro, gracias a la importan-


te revelación que el Señor me ha dado, es abrirle los ojos para
que aprenda a percibir los planes del enemigo en los últimos

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

tiempos; que deje de culpar a la gente por lo que le ocurre; que


no se desanime y, al contrario, cobre ánimo para reprender,
atar y echar fuera al diablo que actúa escondido tras un cuerpo
humano. Usted aprenderá a hacer frente a esas siete estrategias
diabólicas que, básicamente funcionan en la gente inmadura y
en quienes carecen de discernimiento espiritual.

Una de las estrategias más usadas es la distracción, que


aparentemente es algo muy sencillo, pero tiene el objetivo
de interponerse en nuestras vidas para desenfocarnos y ha-
cernos perder nuestro destino, llamado o propósito de Dios.
Ocurre lo mismo con las desilusiones, que vienen en forma
de dardos de fuego que el enemigo lanza en el momento de
mayor vulnerabilidad y lo llevan a la depresión, debilitan su
fe y lo conducen a la angustia y al luto. Las críticas, en cam-
bio, son la compañía silenciosa de todo gran hombre o mujer
de Dios. Así que, si usted quiere ocupar puestos de liderazgo
en la iglesia o fuera de ella, debe estar preparado para recibir
críticas y no permitir que ellas lo detengan.

Las traiciones se cuentan entre las armas diabólicas más


terribles, pues están diseñadas para pararlo en seco. En este
libro, dedico un capítulo completo a hablar acerca de esta es-
trategia que proviene del mismo infierno. También hablo de
las tentaciones, que tienen su origen en los deseos corruptos
del ser humano, y con facilidad lo llevan a desobedecer a Dios.
El enemigo siempre tendrá una tentación hecha a la medida
suya, para lanzarla en el momento preciso, y el blanco será su
área más vulnerable. Igualmente, las acusaciones vienen para
destruir su reputación y testimonio. Así que, si usted quiere

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Introducción

caminar en las bendiciones visibles de Dios debe estar atento


porque la persecución y la acusación vendrán.

La pregunta clave es, ¿cómo volver a enfocarnos, en medio


de las distracciones, desilusiones, tentaciones, persecuciones,
acusaciones, traiciones y la crítica que nos asedian a diario?
Tenemos que aprender a reenfocarnos, a fin de no perder las
promesas de Dios. Recuerde que un asunto temporal no pue-
de estar por encima de uno eterno. A veces, cuando el enemi-
go no puede distraer a alguien con la escasez, lo distrae con
la abundancia. Por eso, un sinnúmero de personas se distrae
con el trabajo o el negocio; por lo mismo, la iglesia debe per-
manecer enfocada en la segunda venida de Cristo, porque ésa
es la intención original de todo lo que hacemos.

Nada en su vida cambiará hasta que usted fije su mente


en Dios. Una mentalidad establecida en Él atraerá favor, gra-
cia, oportunidad y destino. Sin importar lo que esté pasando,
Dios le ha dado las herramientas y el poder para vencer. No
permita que las estrategias que el enemigo usa lo detengan.
Usted está llamado a ir por encima y más allá de ellas. ¿Có-
mo? Lea este libro y entréguele sus cargas a Cristo. Vuelva al
primer amor por Dios y persevere hasta el fin. ¡Declare las
promesas de Dios sobre su vida y reciba Su libertad, Su ben-
dición y Su expansión!

Guillermo Maldonado
Ministerio Internacional El Rey Jesús

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Las distracciones en
los últimos tiempos

E n más de una oportunidad le habrá pasado que cuan-


do está más enfocado, más comprometido, más en fue-
go por Dios; cuando está a punto de recibir una recompensa,
de alcanzar una meta, de lograr un propósito, de llegar a un
destino u obtener un rompimiento… ¡De repente…! Algo
ocurre que lo frena, que evita que logre lo que tanto anhela.
Quizá le ha pasado que una pequeña distracción imprevista
le desbarata, en un instante, todo aquello que le tomó mucho
tiempo construir. Aunque parezcan simples casualidades,
como cristianos debemos estar apercibidos de que son estra-
tegias del enemigo. Precisamente, la distracción es el arma
que con mayor frecuencia usa el diablo contra el pueblo de
Dios. El maligno lucha con todas sus fuerzas para distraer-
nos, a fin de truncar nuestro propósito divino, impedir que
tengamos acceso a la revelación y al poder sobrenatural de
Dios, y evitar que nos equipemos espiritualmente para los
últimos tiempos.

Muchos en la iglesia han caído en la trampa de la distrac-


ción; por eso no salen a predicar el evangelio del reino ni a
anunciar la segunda venida de Cristo. Están distraídos; han

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

perdido la convicción de quiénes son en Cristo, de su llama-


do, propósito, asignación y metas. Han caído en la trampa
favorita del enemigo. Satanás está haciendo todo lo posible
por retrasar la segunda venida de Cristo, porque sabe que en-
tonces, su tiempo habrá terminado, su juicio será completado
y vendrá su condenación final (vea Apocalipsis 20:10).

La distracción es la herramienta principal del


enemigo en el tiempo final.

El enemigo usa las distracciones para desgastarnos y ha-


cer que abandonemos el “campo de batalla”. Esa estrategia
la repite una y otra vez, porque sabe que los seres humanos
tendemos a rendirnos fácilmente ante una situación pro-
longada o repetitiva. Por el contrario, si usted persevera y
no se deja vencer, el adversario terminará rindiéndose. Es
importante saber que él siempre usará algo que a usted lo
atraiga o le resulte tentador; porque la clave de la distracción
es sacar provecho de una debilidad suya. Por eso, la distrac-
ción lo mueve y lo desenfoca fácilmente, porque está hecha
a su medida.

Una distracción es todo aquello que aparece para desviar


nuestra atención del destino, meta, llamado y propósito que
Dios tiene para nosotros. Es una estrategia del enemigo para
que siempre estemos dando vueltas en el mismo lugar. Las
distracciones suelen aparecer en forma de personas, cosas,
lugares, nuevas metas, problemas y hasta aparentes bendicio-
nes. No todo lo que parece ser bueno es bueno para usted. Lo

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Las distracciones en los últimos tiempos

realmente bueno para nosotros es aquello que contribuye al


avance y cumplimiento de nuestro propósito. No siempre es
fácil identificar lo que nos está distrayendo, así que debemos
estar alertas, permanecer enfocados en la meta y saber que
estamos haciendo la perfecta voluntad de Dios.

Propósito de las distracciones

Como hemos visto, toda distracción tiene el propósito de


evitar que una meta sea alcanzada, que una promesa de Dios
sea recibida o que un destino sea cumplido. A mayor esca-
la, las distracciones siempre vendrán para que los cristianos
no cumplamos el propósito de Dios en la tierra. Es verdad
que el enemigo es un especialista en distraernos; pero, por
muy tentadoras que parezcan sus ofertas, nosotros tenemos
la capacidad sobrenatural de resistir. Si quitamos la vista de
nuestra meta, aunque solo sea un segundo, corremos el riego
de dar pasos en falso y perder el objetivo.

Sabemos que a Dios nada lo distrae. Por eso, el escritor


de la carta a la iglesia en Filipo decía: “estando persuadido de
esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfec-
cionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Jesucristo
recibió la revelación de Su propósito en la tierra, y se mantuvo
enfocado de principio a fin, porque sabía que si no lo hacía no
podría cumplir la voluntad del Padre.

Consecuencias de las distracciones

Como resultado de apartar o desviar nuestra vista de la meta


y fijarla en las distracciones, vienen numerosas consecuencias.

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Entre otras podemos mencionar las siguientes:


● Perdemos el enfoque
● Retrasamos el progreso
● Nos volvemos improductivos
● Nuestras fuerzas se disipan
● Impiden que nos comprometamos
● No nos permiten alcanzar lo que nos ha sido prometido
● Nos aleja de cumplir nuestro propósito y llamado
● Nos lleva a vivir como vagabundos; y sabemos que un
vagabundo es alguien que ha perdido su lugar en Dios
y, por lo tanto, vive en el desierto.

Las distracciones funcionan en la gente


inmadura y en aquellos que carecen de
discernimiento espiritual.

Cómo reenfocarse

En medio de las distracciones que nos asedian a diario,


tenemos que aprender a reenfocarnos, a fin de no perder las
promesas de Dios. Solo así podremos cumplir nuestro propó-
sito en la vida, lograr nuestras metas y ser productivos. Antes
de pasar a dar algunos consejos acerca de cómo reenfocar-
nos, quiero establecer qué es y qué produce el enfoque.

El enfoque es algo interno que nos lleva a dirigir la aten-


ción y el interés hacia un determinado asunto. Podemos defi-
nirlo como el pensamiento que hace que el objeto de nuestro

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Las distracciones en los últimos tiempos

enfoque sea más real. El enfoque es un imán que atrae todo


aquello en lo que usted fija su mente; atrae gente, lugares y
cosas que contribuyen a que se cumpla lo que estamos enfo-
cando. Cuando está distraído no atrae nada; su vida carece de
resultados, no avanza ni produce nada nuevo.

La ley de la atracción es un principio sobrenatural cuyo


origen es Dios, por eso Romanos 12:2 nos insta a tener la
mente de Cristo. Usted nunca atraerá algo sin tener un enfo-
que claro; quiere decir que, si su enfoque está anclado en lo
negativo, habrá una “atracción fatal”. Con la mente de Cristo
atraeremos la voluntad del Padre; de lo contrario atraeremos
cosas que no proceden de Él. ¿Solo está atrayendo cosas nega-
tivas o desgracias a su vida? ¿Está atrayendo lo que no quiere
o lo que menos le gusta? Si es así, su mente no está enfocada
en las cosas de Dios, sino en algo malo. Por ejemplo, si al-
guien piensa que no merece un buen trabajo, lo que atraerá
serán malos empleos, con poca paga, malos jefes, sin oportu-
nidad de crecimiento, etcétera.

Lo realidad que vive dentro determinará la


realidad que se ve por fuera.

Cuando alguien no está consciente que el Espíritu Santo


vive en su interior, lo exterior se vuelve más real que lo que
está dentro; y lo externo, por lo general, es negativo. Cuando
está consciente que Él está dentro de usted, lo exterior no será
lo real y siempre estará sujeto. Ejemplo: cuando el médico le
diagnostica a alguien que tiene una enfermedad incurable; si

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

esa persona está consciente que el Espíritu Santo vive en su


interior, esa realidad de enfermedad fácilmente será superada
por la verdad suprema, según la cual, Jesús en la cruz llevó
todas nuestras enfermedades y dolencias, y por Su llaga fui-
mos sanados.

El enfoque produce los siguientes efectos:


● Determina nuestra manera de pensar y fija nuestra
mente
● Determina nuestra realidad
● Determina nuestra dirección en la vida y, por lo tanto,
nuestro futuro
● Determina lo que hablamos a diario
● Determina qué ocupa y preocupa nuestra mente la
mayor parte del tiempo
● Revela lo que somos por dentro y determina cómo
seremos por fuera

Ahora, ¿cómo nos reenfocamos? ¿Cómo nos damos cuenta


que algo nos está distrayendo? ¿Cómo hacemos para no dis-
traernos con asuntos, personas o lugares que parecen impor-
tantes y demandan nuestra urgente atención? Veamos ciertos
consejos bíblicos que nos empoderan para vencer las distrac-
ciones y quitarles la fuerza que ejercen sobre nuestra atención:

1. Discernir las distracciones

Si somos capaces de percibir las distracciones del ene-


migo, también nos daremos cuenta que, cuando llega una
distracción, es señal de que estamos a punto de alcanzar un

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Las distracciones en los últimos tiempos

rompimiento o lograr una meta. ¿Qué persona o situación


lo está distrayendo de su propósito? Jesús nos advirtió: “Mi-
rad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no
se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de es-
ta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día” (Lucas
21:34). Al diablo le gusta enviar distracciones para cargarnos,
afanarnos y desenfocarnos.

Cuando una persona no tiene una convicción


fuerte en su espíritu, fácilmente se distrae.

En medio de la adversidad, lo único que nos sostiene es la


convicción que Dios nos ha dado para perseverar en una pro-
mesa, meta, propósito o destino; eso nos ayuda a percibir toda
distracción. La gente que se distrae fácilmente no tiene —o ha
perdido— la convicción de quién es, y cuál es su asignación
en la tierra. Cuando esto ocurre, se convierte en gente de do-
ble ánimo. La Biblia enseña: “No piense, pues, quien tal haga,
que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es
inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:7-8). En cambio,
cuando usted permanece enfocado, no está abierto a cualquier
cosa. Esa es la razón por la cual no puede estar disponible para
cierta gente, porque no forma parte de su enfoque.

Si quiere estar seguro que sabe discernir las distracciones


del enemigo, debe permanecer velando y orando. Eso lo hace
sensible a la voz y a la presencia de Dios, al mundo espiritual y
a todo lo que sucede en él. Si estamos en comunión continua
con el Padre, Su Espíritu nos advertirá de cualquier ataque o
distracción que el enemigo esté enviando a nuestra vida. Jesús

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

supo discernir las distracciones que el enemigo le ponía delan-


te porque estaba en comunión permanente con el Padre. Un
claro ejemplo lo vemos cuando Pedro intentó disuadirlo para
que no cumpliera Su propósito. “Entonces Pedro, tomándolo
aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión
de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndo-
se, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en
las de los hombres” (Mateo 16:22-23).

Jesús aprendió a discernir y deshacer las estrategias del


enemigo en la tierra. “Por tanto, nosotros también, teniendo
en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos
de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con pa-
ciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se
sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:1-2). Cuando
la Biblia habla de “el gozo puesto delante de él” se refiere a Su
enfoque en la meta, a la convicción que tenía del propósito
por el cual el Padre lo había enviado a la tierra. Por eso, en
la hora más dura de Su vida, orando en Getsemaní, dijo: “…
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi
voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Jesús no esperó estar
frente a la cruz para decidirse. Él se entregó voluntariamente
a sus captores para cumplir la voluntad del Padre. Así, duran-
te el tiempo que pasó entre Su apresamiento y Su crucifixión,
nada pudo distraerlo de Su meta, por duro que pareciera el
camino. Él sabía a lo que iba y nada ni nadie iba a evitar que
cumpliera Su propósito.

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Las distracciones en los últimos tiempos

Así, en ese estado mental de convicción y enfoque, Jesús


miró la cruz y no quitó la vista de ella. Nada hizo que Él
mirara por encima de la cruz, ni que fuera atrapado por las
distracciones que el enemigo le puso —falsas acusaciones, la
traición de uno de sus discípulos, la posibilidad de usar Su
poder para bajarse de la cruz, etcétera—. De igual manera,
el diablo siempre pondrá delante de usted algo pequeño que
se encargará de agrandarlo. Aunque no lo crea, el enemi-
go es un experto magnificando cosas insignificantes. Las
distracciones pueden tomar la forma de una mentira a la
que usted es atraído, pero también puede ser parte de una
verdad que se conoce justo cuando está llegando a la línea
final. El propósito es desviarlo para que no llegue a la meta.
A veces la oposición es tan feroz que debemos permanecer
alertas para no perder de vista la meta. Mi recomendación
es que no vea las circunstancias, sino la victoria que Dios
le prometió. Jesús vio en la cruz la salvación, y se mantuvo
ajeno a toda distracción.

2. Reenfocarse en la intención original

Las distracciones, por lo general, desvían nuestra


atención hacia cosas que, aunque parezcan relevantes, no
están relacionadas con la intención original de Dios. Ex-
pliquemos esto con un ejemplo. Todo músico recibe su don
del Padre celestial con el propósito de que le adore; sin
embargo, un día, un músico recibe una oferta para tocar
en la banda del cantante más famoso del momento. Esto,
aparentemente es algo bueno y parece una oportunidad
de crecimiento profesional. La pregunta es, ¿Tiene que ver

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

con el propósito de Dios? ¿Lo acerca más a su destino o


lo desvía? Aquello que es la voluntad de Dios trae paz y
bendición al corazón y a su vida. Lo que lo desvía de Su
voluntad, por bueno que aparente ser, trae aflicción, con-
flicto, estrés, y termina conduciéndolo a un callejón sin
salida donde se pierde de vista el destino. Otro ejemplo
simple es cuando nos dejamos distraer por la apariencia fí-
sica de una persona. Mucha gente se dedica tanto a cuidar
su estado físico que éste se convierte en una prioridad, por
encima del propósito que Dios tiene para su vida. Tener un
buen estado físico es importante, pero no puede distraer-
nos de la intención original de Dios. “Porque el ejercicio
corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo
aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la
venidera” (1 Timoteo 4:8).

Un asunto temporal no puede estar por


encima de uno eterno.

Muchas veces, cuando el enemigo no puede distraer a


alguien con la escasez, lo distrae con la abundancia. Por
eso, sinnúmero de personas se distraen con el trabajo. Co-
nozco cristianos que cuando no tenían nada, servían a Dios
con fervor y devoción, diezmaban y ofrendaban de lo po-
co que tenían con alegría y fe. Pero una vez que Dios los
bendijo económicamente, dejaron de diezmar, de servir,
se desenfocaron de Dios y de la intención original. Aho-
ra, el enemigo los mantiene distraídos con una montaña
de trabajo.

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Las distracciones en los últimos tiempos

La iglesia debe permanecer enfocada en la


segunda venida de Cristo, porque esa es la
intención original de todo lo que hacemos.

Como iglesia hay una intención original que no debemos


perder de vista. Esa intención original es la segunda venida
de Cristo, la cual alinea el resto de nuestras prioridades y
nos protege de caer en distracciones. En este tiempo, todas
las asignaciones que vienen de Dios están relacionadas con el
retorno del Mesías en gloria y majestad. Si lo que lo mantiene
enfocado no contribuye a preparar el camino para esa venida,
probablemente está siendo distraído.

Para no caer en la trampa de la distracción, necesitamos


conocer la intención original de Dios para cada uno de no-
sotros; de esa manera, si algo llegara a distraernos, podemos
reenfocarnos rápidamente. No obstante, para conocer Su
intención original, primero necesitamos tener clara nuestra
identidad y tener revelación de la paternidad de Dios. ¿Quié-
nes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Quiénes somos para
nuestro Padre celestial? ¿Quiénes somos en Él? ¿Cuál es nues-
tra asignación? ¿Estamos llamados a ser un pastor, apóstol,
profeta, maestro o evangelista? ¿O quizá un hombre o una
mujer de Dios que influencie el mundo de los negocios, la
política, la moda, la educación, la ciencia y las artes?

Hay un gran propósito para su vida del cual no puede dis-


traerse. Necesita reenfocarse en la intención original con la guía
y el consejo del Espíritu Santo. “Y de igual manera el Espíritu

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Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como


conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26).

3. Establecer o fijar una “manera de pensar”

Cuando está enfocado, el objetivo no puede


esconderse de usted.

¿Qué es una “manera de pensar”? Podemos definirla dicien-


do que es la forma como la mente piensa de continuo. Una ma-
nera de pensar es producida por una mente fija, determinada o
establecida, que ya no busca opciones ni tiene que elegir entre
otras posibilidades. Se establece a través de patrones que se van
fijando en la mente y la van definiendo hacia una sola opción.
Cuando el Espíritu Santo nos revela el propósito de Dios, cuan-
do nos afirma en nuestra identidad en Él y nos muestra los dones
que nos ha dado para cumplir ese propósito, nuestra mente se
define, se establece y se enfoca en el destino divino. Solo enton-
ces comenzamos a producir frutos que permanecen.

La manera de pensar establece el enfoque. Una mente en-


focada no está abierta a cualquier cosa; tiene un espectro redu-
cido. Esa es la razón por la que no podemos abrirnos a cierta
gente, porque no están dentro de nuestro enfoque. No significa
que carecemos del amor de Dios, o que despreciamos a ciertas
personas, sino que estamos determinados y no podemos hacer
más de lo que Dios nos ha mandado. Muchos creen que, por-
que son pastores deben hacerlo todo; y si no lo hacen no tienen
el amor de Dios o no aman a la gente. ¡Eso no es así!

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Las distracciones en los últimos tiempos

Lo cierto es que cada uno de nosotros forma parte del


cuerpo de Cristo, y está llamado a cumplir una función única
y diferente. Realizar cosas que no fuimos llamados a hacer,
significa distraernos y abandonar lo que sí debemos hacer.
Al diablo le gusta enviarnos distracciones de ese tipo. Mu-
chas veces son cosas que hay que hacer con urgencia; incluso
hay algunas que el cuerpo de Cristo está llamado a cumplir.
Sin embargo, no todo debemos hacerlo nosotros, porque ter-
minaremos agotados, distraídos y frustrados. Es verdad que
hay mucho que hacer en la iglesia; pero no todo nos compete.
Esto no le da licencia para dejar de hacer lo que fue llamado a
hacer, ni para abandonar lo que es prioritario.

Cuando una persona no tiene una fuerte


convicción, no es fiel a su enfoque.

Los apóstoles de la iglesia primitiva mostraron un ejem-


plo de enfoque cuando comenzaron a organizar la con-
gregación en Jerusalén. “En aquellos días, como creciera el
número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos
contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desa-
tendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convo-
caron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo
que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las
mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete
varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de
sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros
persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra”
(Hechos 6:1-4).

21
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

En esos días la iglesia crecía exponencialmente y cada vez


había más trabajo que realizar y más gente que atender. Pero
los primeros apóstoles tenían muy clara su tarea y eso evitó
que perdieran su enfoque, que era persistir en la oración y en
el ministerio de la Palabra. Ellos estaban llamados a mante-
nerse buscando la presencia de Dios y a enseñar a los nuevos
convertidos la Palabra. Otros podían encargarse de atender
las mesas y velar por las necesidades físicas de la gente.

Así como ellos, yo también tengo muy clara mi tarea de


buscar la presencia de Dios, enseñar la Palabra revelada y lle-
var el poder sobrenatural de Dios a esta generación. Por eso,
el Señor me permite entrenar a un liderazgo para establecer el
reino y cuidar a la gente. Con ese fin he entrenado pastores,
evangelistas, profetas y maestros de la Palabra; y ellos a su vez
entrenan ancianos, diáconos, mentores y líderes. Todos res-
ponden ante mí por sus asignaciones y se aseguran que nada
pueda distraerlos de sus responsabilidades principales.

La unción que fluye sobre mí está


determinada por el trabajo que hago. Si no
permaneciera fiel a mi enfoque, esa unción
disminuiría.

Como apóstol, no puedo pasar mucho tiempo atendiendo


los detalles del ministerio, ni dando consejería a los miem-
bros de la congregación. Y no es que nunca lo haya hecho;
lo hice por muchos años, pero llegó el momento en que tuve
que delegar esas tareas para enfocarme en cosas mayores. Mi
enfoque ahora es la visión global, el movimiento global del

22
Las distracciones en los últimos tiempos

ministerio, a fin de alcanzar e impactar mayor cantidad de


gente con el evangelio del reino.

Lo anterior lo aprendí de Jesús. Él no alimentó a los cin-


co mil que lo seguían. Su trabajo fue bendecir el alimento,
hacer el milagro, pero los discípulos tenían la tarea de ser-
vir a la gente. Para lograr esto, cada día fijo mi mente y me
mantengo enfocado en lo que me corresponde hacer. Cuando
usted tiene una manera de pensar fija, está predeterminado
o preparado; quiere decir que tiene una solución en mente
antes que alguna situación surja. Si no está preparado, apenas
si tiene tiempo para reaccionar. Al tomar la decisión de ser
como Cristo en cada área de su vida, no reaccionará, sino que
responderá dentro del propósito, porque nada lo tomará por
sorpresa, con la guardia baja. Mucho de lo que hoy hago fue
predeterminado o prefijado en mi mente; no me tomó por
sorpresa, porque ya estaba preparado.

Le doy otro ejemplo. Cuando alguien me hiere, yo ya es-


toy predeterminado a perdonar; de lo contrario, las ofensas
permanecerían en mí. Cuando Dios me pide dar algo, yo es-
toy predeterminado a entregarlo. Con esto quiero decir que
no es algo accidental. Nada es un accidente cuando previa-
mente lo hemos planeado. Mi próxima pregunta para usted
es, ¿en qué áreas siente que su mente está fija y en qué áreas
considera que le falta enfocarse más?

Debemos estar predeterminados a ser como


Cristo en todas las áreas de nuestra vida.

23
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Nada en su vida cambiará hasta que usted fije su mente.


Lo anterior aplica tanto para lo bueno como para lo malo.
Esto determina que una mentalidad sea positiva o negativa.
Si su mente se fija en lo bueno, atraerá lo bueno; pero si se fija
en lo malo, eso mismo atraerá. Así que, si quiere cambiar un
área de su vida, primero necesita cambiar su mentalidad. La
diferencia entre la gente rica y la gente pobre no es el dinero,
sino su mentalidad. Por eso hay gente tan pobre, que lo úni-
co que tiene es dinero, pero su mentalidad es de limitación,
escasez y acaparamiento; ellos, sin duda, son odres viejos. En
cambio, hay otros con mentalidad de progreso, crecimiento e
innovación, que, aunque en el momento no tienen los recur-
sos, saben cómo conseguirlos. Ellos son odres nuevos, porque
siempre están dispuestos a expandirse, a ir por más, a romper
los moldes y salirse de lo convencional.

Todo el que fije su mente en prosperar, prosperará, por-


que Dios puso en el ser humano la capacidad de reproducir
lo mismo que hay en el cielo. Mire el ejemplo de David, el
pequeño pastor de ovejas que llegó a ser rey de Israel. Por su
pequeña estatura nadie creía en él, ni siquiera sus hermanos
ni su padre, pero él tenía una mentalidad de victoria y con-
quista; no veía la derrota como algo posible. Ese muchacho
tenía su mente fija en que, si Dios estaba con él, tenía asegu-
rada la victoria. Cuando la mente de David se estableció, él
se predeterminó y atrajo al gigante Goliat, a quien derrotó de
manera no convencional, con una honda y una piedra. Esa
victoria lo sacó de detrás de las ovejas a marchar al frente del
ejército israelí y posteriormente a ocupar el trono de Israel.

24
Las distracciones en los últimos tiempos

Como él, usted también atrae oportunidades, gente y desti-


no, porque está predeterminado para lo bueno. ¿En qué está
establecida su mente? ¿Qué tipo de gente está atrayendo? Ase-
gúrese de estar predeterminado a atraer aquello que lo llevará
a cumplir la voluntad de Dios.

Una mentalidad establecida en Dios atraerá


favor, gracia, oportunidad y destino.

Mi consejo final para usted en este capítulo es que fije su


mente en el cielo. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, bus-
cad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra
de Dios” (Colosenses 3:1). Si usted fija su mente en el cielo,
nada tendrá suficiente fuerza ni habrá engaño alguno que
pueda distraerlo. Jesús hacía todo lo que veía hacer al Padre
porque Su enfoque estaba puesto en Él. Nuestro enfoque tie-
ne que ser el mismo de Cristo.

ACTIVACIÓN

Si este capítulo refleja su actual estado espiritual y emo-


cional, lo invito a hacer la siguiente oración conmigo para
reenfocarse y alinearse con la intención original de Dios:

“Amado Padre celestial, vengo delante de Tu presencia


reconociendo que he perdido el enfoque de lo importante y
me he dejado distraer por el enemigo. He perdido de vista mi
llamado, propósito y destino. He perdido de vista Tu presen-
cia y Tu poder que me da la victoria en la vida. Me he vuelto

25
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

improductivo; he perdido mis fuerzas y me veo deambulan-


do en el desierto, sin dirección en la vida. Me arrepiento de
todo corazón. Te pido que me perdones y me devuelvas el
gozo de Tu salvación. Necesito Tu gracia para buscarte más
en oración. Necesito la presencia de Tu Espíritu Santo en
mí para discernir las distracciones que el enemigo trae a mi
vida. Me comprometo a reenfocarme en Ti, en Tu propósito,
en las metas que me he fijado. Hoy fijo mi mirada en Ti,
fijo mi mente en Tu Palabra y en Tus promesas para lograr
rompimiento en las áreas de mi vida donde el enemigo ganó
terreno a causa de mi pérdida de enfoque. A partir de hoy,
y con la ayuda de Tu Santo Espíritu, permaneceré enfoca-
do en la intención original del Padre, buscando las cosas
de arriba, velando y orando para que la segunda venida de
Cristo sea en gloria y majestad. Todo esto lo declaro, ¡en el
nombre de Jesús! ¡Amén!”

TESTIMONIOS

Enfocada en Dios en medio de una terrible enfermedad

Una mujer de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), llegó a


nuestro ministerio, luego de haber visto nuestro programa de
TV en su país. Ella nos compartió este poderoso testimonio.

“Mi nombre es Lelesego, y soy de Dubái (Emiratos


Árabes Unidos). Yo fui guiada al Ministerio El Rey Jesús por
el Espíritu Santo. Recuerdo que estaba en mi casa mirando
un programa de TV donde el apóstol Maldonado predica-
ba, y el Espíritu de Dios me habló. Las dos primeras prédicas

26
Las distracciones en los últimos tiempos

tuvieron un fuerte impacto en mí y el Espíritu Santo me ha-


bló acerca de CAP.1 Tramité visa y pasaporte y viajé. Ya en la
conferencia, recibí una impartición poderosa de Dios. Sentí
Su presencia y la convicción de la Palabra. ¡No podía dejar
de llorar! Él depositó en mí algo que cambiaría mi vida para
siempre. En ese tiempo, sin yo saberlo, estaba albergando en
mi cuerpo una enfermedad mortal. Al poco tiempo, me di
cuenta que uno de mis senos se veía más grande que el otro.
Esto para mí significaba cáncer. Las estadísticas me llenaban
de miedo, porque 8 de 10 personas en mi familia habían sido
diagnosticadas con alguna forma de cáncer. Fui al médico y,
efectivamente, era cáncer de seno, grado 4. Era tan severo que
la piel de mi seno ya comenzaba a deteriorarse. Sin embar-
go, yo seguía tan impactada por lo que Dios había hecho en
mí durante CAP, que no quería distraerme ni desenfocarme.
Recuerdo que oí al enemigo susurrarme que moriría como
otros en mi familia. No negaré que eso me desanimó, pero
no dejé de creer en mi milagro. Oré y puse mi fe en Dios
y Su poder para sanarme. Sabía que Él me había permitido
llegar a la conferencia para darme poder para pelear por mi
salud. A los dos días de buscar al Señor, ¡el bulto en mi seno
desapareció! Ese milagro no solo impactó mi vida, sino tam-
bién a las enfermeras y médicos en el hospital. Ellos testifican
que en los años que llevan allí no habían visto un milagro
semejante. Poco después, comencé a caminar en señales, mi-
lagros y maravillas, y comencé un ministerio en el hospital.

1
La Conferencia Apostólica y Profética (CAP) es organizada anualmente por el
Ministerio Internacional El Rey Jesús, y reúne durante tres días en Miami, más
de 18,000 personas de más de 70 países.

27
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Si me hubiera quedado con la mentalidad de derrota nunca


hubiera alcanzado mi rompimiento. Yo no perdí el enfoque
y me mantuve arraigada en Dios y Su Palabra. Uno de los
testimonios del ministerio en el hospital fue el de una señora
que iba a tener una cirugía a causa de un tumor cerebral. Yo
oré por ella un par de veces; cuando volví a visitarla, le habían
dado de alta. ¡Dios la había sanado y ya estaba de vuelta en
casa con sus hijos! En otra ocasión, oré por un hombre en
estado de coma. Dos días después salió del coma y abando-
nó el hospital completamente sano. He podido experimentar
el poder sobrenatural de Dios en mi vida y en la de otros a
mi alrededor. Hoy en día, enfermeras y médicos me llaman
para orar por los pacientes de alto riesgo o en condiciones
terminales y Dios obra Su perfecta voluntad en ellos. Cada
día le doy gracias a Él por mantenerme enfocada, a pesar de
las circunstancias. Si hubiera perdido la fe en Él, tal vez se-
guiría lidiando con el cáncer o estaría muerta. Agradezco la
impartición que recibí del Ministerio El Rey Jesús, y le doy
¡toda la gloria a Cristo!”

Enfocado en Dios para dejar la mala vida

“Mi nombre es Yoasis y vivo en Miami, Florida (Esta-


dos Unidos). Puedo decir que el enemigo atacó mi vida desde
el inicio, porque estando aún en el vientre de mi madre, el
cordón umbilical se enrolló alrededor de mi cuerpo y la falta
de oxígeno me causó daños cerebrales. A medida que crecía
pude ver las consecuencias; por ejemplo, no podía memori-
zar información, incluso tenía dificultad con ciertas palabras.

28
Las distracciones en los últimos tiempos

Eso me causó muchos problemas de aprendizaje, tanto que no


llegué a terminar la escuela. Tuve que crecer sin padre porque
él murió joven, cuando yo apenas era un niño, y eso me hizo
sentir desalentado. Mi vida era un caos. Recuerdo que sentía
tanto dolor por dentro que solo quería hacerles daño a otros.
Nadie sabía lo que yo pasaba y lo enojado que me sentía. Pe-
leaba con cualquiera que me faltara el respeto. Con apenas
doce años, me metí en las drogas, me involucré en pandillas y
comencé a robar casas, autos y muchas cosas más. Incluso, a
esa edad me inicié sexualmente. En la escuela secundaria co-
nocí el boxeo y sentí que finalmente era bueno en algo. Llegué
a competir como amateur y gané varias competencias, inclu-
yendo el ‘Golden Gloves’ por el estado de Florida. Sin embar-
go, un problema en mis piernas me sacó de la competencia.
El boxeo era lo único en lo que destacaba y ahora también lo
había perdido. Muchos de mis amigos progresaban, mientras
mi vida seguía estancada. ¡Era un fracaso! Con el tiempo mis
piernas mejoraron, al punto que pude volver a entrenar. Pero
justo en ese tiempo tuve un accidente automovilístico. ¡No
lo podía creer! Cada vez que parecía que encontraba un pro-
pósito, chocaba con una pared que me detenía. Comencé a
tener pensamientos suicidas, a frecuentar ‘stripclubs’ y volví a
consumir toda clase de drogas. El vacío era enorme. Mi padre
murió a los veinte años y yo me preguntaba si mi vida termi-
naría igual. Mi madre era la única que oraba por mí, pero yo
quería estar lejos de ella. Para mi familia yo era la oveja negra.
Me volví muy agresivo con ella; abusaba, verbal y físicamente
de mi madre, mi hermana y mi hermano. Nada me detenía.
Mi ira y enojo escalaban a niveles cada vez peores. Me hundía

29
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

en el pecado y me volvía más agresivo, lidiando siempre con


el rechazo, el odio y la depresión. Debido a mis peleas calle-
jeras tenía fama de ser peligroso. Nada calmaba mi sed de
encontrar un propósito. A los veinte años me arrestaron por
robo y supe que algo tenía que cambiar. Me soltaron y volví
a lo mismo, pero comencé a buscar respuestas. En esos días,
un muchacho vino a hablar de Jesús a mi trabajo y me guió a
hacer la oración de salvación. Yo estaba drogado y borracho
en ese instante, pero Dios hizo algo allí; sentí que un enor-
me peso se levantaba de mis hombros, entonces decidí ir a
la iglesia con mi madre. Durante el servicio llegué a pensar
que el predicador estaba hablando específicamente de mí,
por todas las cosas que decía. Cuando hicieron el llamado
para recibir al Señor y bautizarse, yo corrí al frente. Apenas
me bautizaron, sentí el amor de Dios y que mis pecados eran
perdonados. Por primera vez en mi vida, supe que era libre
y entendí el plan de Dios para mí. Dejé de fumar, dejé las
drogas y las relaciones sexuales ocasionales. Comencé a orar
y a buscar a Dios con todo mi corazón. Sin embargo, cuando
apenas empezaba a crecer y a encontrar mi propósito, me vi
lidiando con las tentaciones. El enemigo intentó distraerme y
desenfocarme de Dios, y yo caí en la trampa. Volví a la pro-
miscuidad y contraje una enfermedad de transmisión sexual.
Profundamente arrepentido, le pedí a Dios que me perdona-
ra. El Señor me redimió y me mostró Su amor; sanando mis
heridas, tratando con mi corazón. Unas semanas después,
volví al médico y las pruebas dieron negativo. ¡Estaba sano!
A partir de allí, nunca más volví atrás. Dios restauró la re-
lación con mi familia y me prosperó. Antes no era capaz de

30
Las distracciones en los últimos tiempos

hablar en público, ahora, enseño y oro en la Casa de Paz.2


Con el tiempo he ido creciendo en la intimidad con el Padre,
en santidad y en mi propósito. En las horas de tentación, me
he mantenido firme gracias al poder del Espíritu Santo. Lue-
go de cinco años de espera, conocí a una mujer temerosa de
Dios a quien cuido y amo. Llevamos dos años de casados y ya
compramos nuestra casa; ahora tenemos planes de iniciar un
negocio propio. Puedo decir que estoy cosechando las recom-
pensas de haberme mantenido enfocado en el propósito de
Dios. Estoy muy agradecido con nuestro Padre celestial por
Su bondad y amor con que me rescató y me salvó”.

2
Grupos que se reúnen semanalmente en las casas para orar y recibir ense-
ñanzas de la palabra de Dios.

31
2
Las desilusiones en
los últimos tiempos

A unque sea una vez, todos hemos sido víctimas de


desilusiones en la vida. Por eso, las desilusiones están
en la lista de estrategias más frecuentes que el enemigo usa
para desviar a los cristianos de su destino y propósito. No
les ocurre a pocos; al contrario, podríamos decir que forman
parte de la vida cotidiana de hombres, mujeres, adultos, jóve-
nes y niños, en todas las latitudes de la tierra. Cualquiera se
desilusiona; no obstante, no podemos permitir que eso afecte
nuestro espíritu, porque corremos el riesgo de conformarnos
a una nueva circunstancia que nos conducirá al desánimo y
la depresión. Superar la desilusión demanda madurez emo-
cional y espiritual, de ahí que, el propósito de este capítulo
sea ofrecer claves para salir victoriosos de las desilusiones que
se puedan presentar.

Qué es la desilusión
La desilusión es el desengaño, decepción e impresión
emocional que se experimenta cuando algo no responde a las
expectativas que nos habíamos creado. Es el estado de infe-
licidad producto del fracaso, la traición de una persona de
confianza, una meta no alcanzada o un anhelo demorado. Es,

33
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

en fin, un sentimiento de pérdida de esperanza por algo que


esperábamos que sucediera y no pasó. Nos desilusionamos
cuando algo o alguien no nos satisface; cuando estábamos a
punto de lograr algo, y a último momento lo perdemos por-
que se lo dan a otro.

La desilusión es la esperanza postergada, que


nos hace perder la paz por falta de realización
personal.

Cuando una esperanza o expectativa no se cumple, la


gente se envenena mental, emocional, espiritual y físicamen-
te, porque “la esperanza que se demora es tormento del co-
razón; pero árbol de vida es el deseo cumplido” (Proverbios
13:12). Cuando sus sueños, visiones, oraciones, promesas y
profecías se demoran en llegar, su corazón se enferma; y eso,
tarde o temprano, repercute en su cuerpo en forma de dolen-
cias. No quiero decir que si tiene una desilusión se va a enfer-
mar de inmediato, pero si no la resuelve, se va acumulando y
en algún momento el estado de su corazón se reflejará en su
cuerpo y emociones.

Los cristianos inmaduros no saben lidiar con


las desilusiones de la vida.

A veces, cuando no sabemos lidiar con las desilusiones,


tratamos de negarlas o cubrirlas. Lamentablemente, eso no
las resuelve; es como esconder la basura bajo la alfombra y
pretender que nadie la ve. Otras veces, ni siquiera podemos

34
Las desilusiones en los últimos tiempos

explicarlas, porque no siempre están relacionadas con algo


malo que otro haya hecho, sino con expectativas que noso-
tros mismos nos trazamos, las cuales no logramos alcanzar.
Usualmente no tenemos una respuesta a eso, ni forma de evi-
tarlas. ¡Simplemente suceden!

Yo me he sentido desilusionado por gente, cosas y cir-


cunstancias; me he sentido traicionado; he sentido que las
expectativas que tenía con alguien o algo, o los planes que
había trazado no se cumplieron. Como todos, tuve que ma-
durar y aprender a lidiar con la desilusión para evitar que
me paralice. Hace muchos años, decidí no quedarme estacio-
nado en la desilusión. Desde entonces, voy a la presencia de
Dios y le entrego todas esas decepciones. Miro a Cristo que
fue desilusionado, negado y traicionado por quienes amaba;
me libero y sigo adelante.

Todos hemos sido desilusionados, pero


también nosotros hemos desilusionado a los
demás.

El enemigo tomará ventaja de la situación que usted esté


atravesando para envenenar su mente con dardos de fuego,
con pensamientos que lo lleven a desilusionarse. Personal-
mente, he tenido grandes pérdidas y decepciones en la vida,
y me he sentido vulnerable, mental, emocional y físicamente.
En esos momentos, lo único que me ha sostenido ha sido la
palabra de Dios. Por ejemplo, cuando leo Efesios 6:16, que
dice: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis

35
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

apagar todos los dardos de fuego del maligno”, recuerdo que


debo declarar la Palabra y fortalecer mi fe.

El diablo le enviará pensamientos a su mente para que


dude de lo que Dios ha dicho. Si está atravesando por una
situación como esta, pregúntese: ¿Qué está diciendo Dios
en el ahora? ¿Qué mensaje me traen los dardos de fuego del
maligno? ¿Qué reporte creeré, el de Dios o el del diablo? ¡Yo
he aprendido a no cuestionar a Dios! Por eso, cada vez que
una desilusión golpea mi corazón, solo pienso en Su bondad.
De una cosa estoy seguro, y es que Él es bueno. Si algo no se
cumple, si aún no ha sucedido o si algo sale mal, no es cul-
pa de Dios sino mía, del enemigo o quizá forma parte de las
aflicciones que tenemos que vivir en la tierra; porque Dios es
bueno. “Por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará
más ninguna de mis palabras, sino que la palabra que yo hable
se cumplirá, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 12:28).

Un asunto no resuelto envenenará su corazón


y se convertirá en una mentalidad desde la
cual calificará todo lo demás.

Propósito de las desilusiones

El enemigo siempre traerá desilusiones a nuestra vida con


el claro propósito de desgastar nuestras fuerzas y robarnos la
fe. Satanás sabe que sin ella no podremos caminar en lo so-
brenatural; apenas si podremos hacerlo en lo natural. Las des-
ilusiones tienen como propósito llevarnos al estancamiento

36
Las desilusiones en los últimos tiempos

espiritual y apartarnos de Dios. Además, cuando vivimos


desilusionados, no podemos cumplir el propósito original de
Dios y nos volvemos irrelevantes en el reino.

La desilusión es una de las estrategias que el


enemigo usa para desgastarnos, porque sabe
que su final está cerca.

Consecuencias de las desilusiones


● Las desilusiones causan desánimo
● Abren la puerta a la depresión, la tristeza y el dolor
● Matan nuestras expectativas y apagan la fe
● Enferman el corazón, el alma y el cuerpo.

El ciclo de la desilusión

Para comenzar, definamos un ciclo como el conjunto


de eventos que siguen un mismo patrón o secuencia y que
se repiten cada cierto tiempo. De acuerdo con esta defi-
nición, ¿ha vivido usted algún tipo de circunstancias que
se repite cada cierto tiempo? ¿Ha notado que siguen un
mismo patrón? Si esto le ha ocurrido o le está sucediendo,
es porque está en medio de un ciclo. Toda circunstancia,
situación problemática o mal acontecimiento tiene un ci-
clo, y ese ciclo tiene un punto de inicio, pero también un
punto final.

En la vida hay muchos eventos o comportamientos cícli-


cos. Algunos son iniciados por la obediencia y la guía divina.

37
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Otros, en cambio, comienzan con el pecado, la desobedien-


cia y la rebeldía, en la mayoría de los casos como consecuen-
cia de haber cedido a los deseos de la carne. Cuando esto
sucede, debemos esperar que el ciclo termine o que Dios
obre para interrumpirlo y nos dé una segunda oportunidad
si nos arrepentimos. Sin embargo, hay otro tipo de ciclos en
los que Dios simplemente le permite al enemigo actuar en
contra nuestra, a fin de formar nuestro carácter, aumentar-
nos la fe o enseñarnos algo. En casos como esos, lo único que
podemos hacer es perseverar en la fe, sabiendo que Jesús nos
dará la victoria.

Toda circunstancia o problema tiene fecha de


expiración.

Cada ciclo requiere una medida de fe, sobre todo si se


trata de circunstancias adversas. Cuando vencemos, Dios nos
da un mayor nivel de fe. “…Hermanos míos, tened por sumo
gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la
prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la pacien-
cia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin
que os falte cosa alguna” (Santiago 2:1-4).

El ciclo de toda desilusión incluye desánimo,


tristeza, dolor, depresión y muerte.

Ningún estado depresivo viene por sí solo. Toda depresión


tiene su origen en una desilusión, que lo lleva al desánimo

38
Las desilusiones en los últimos tiempos

como producto de la tristeza y dolor que se prolongan en el


tiempo y atraen al espíritu de muerte. Como dije antes, las
desilusiones prácticamente forman parte de la vida de cual-
quier persona, de ahí que sea preciso tener un plan de contin-
gencia para cuando comience ese ciclo.

Qué es la depresión

La depresión es un síndrome caracterizado por una


tristeza profunda, abatimiento y disminución de las fun-
ciones síquicas. Cuando llegamos a ese punto, el enemigo
nos encierra en un callejón sin salida, ya que abandonamos
la fe y la esperanza, al considerar que no tenemos nada que
buscar en el futuro. Es una muerte mental, la cual es pre-
rrequisito para la muerte física. A partir de ese momento,
la persona pasa a tener una mentalidad dura y rígida; se
vuelve como si fuera de concreto y se predispone para la
autodestrucción.

Cuando alguien se deprime, su mente queda fija en el pa-


sado y se siente incapaz de vivir el “aquí y ahora”, que es el
eterno presente, el mismo tiempo en que percibimos el mover
de Dios. En el futuro viven las expectativas; allí no hay de-
cepciones, porque ese tiempo aún no lo estamos viviendo. En
cambio, las desilusiones están ancladas al pasado, que es el
lugar donde la mente deprimida permanece estacionada. Por
eso, la estrategia de las desilusiones es una de las más usadas
por el enemigo en los tiempos finales, porque su objetivo es
robarnos la esperanza, matarnos la fe y destruir nuestro pro-
pósito en Dios (vea Juan 10:10).

39
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

La depresión es un yugo del enemigo para


encerrarnos en la desesperanza.

La depresión se alimenta de ambientes y empuja a las perso-


nas a cambiar su mentalidad, de optimismo a pesimismo. Fá-
cilmente caen en un ciclo de conformidad y se acomodan a las
circunstancias, problemas, depresiones y falta de renovación.
Quienes viven en depresión se estancan, viven paralizados y se
niegan a cambiar. En el ciclo de la desilusión, las personas pa-
san del desánimo a una depresión profunda y permanente que
los convierte en suicidas potenciales. Si usted reconoce que está
en depresión, abandone ahora mismo esos lugares y ambientes,
y corte con el ciclo de la conformidad, porque su vida está en
serio peligro.

La base de la fe es la expectativa. Cuando


la depresión toca una vida, acaba con sus
expectativas y apaga su fe.

Cuando alguien está deprimido, abre puertas para que entren


enfermedades, dolencias, opresiones demoniacas, etcétera. No
podemos bajar la guardia en ningún instante porque, apenas lo
hacemos, el enemigo ataca. Los demonios saben cuándo usted
está velando y orando y cuándo no; por eso, atacan en el momen-
to de mayor debilidad espiritual. Debemos velar en todo tiempo
conforme a la Palabra, “derribando argumentos y toda altivez que
se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5).

40
Las desilusiones en los últimos tiempos

La Biblia nos muestra el caso del profeta Elías, un hom-


bre de Dios que realizó la proeza de derrotar a cuatrocientos
cincuenta profetas de Baal que estaban bajo el mando de
Jezabel, la esposa de Acab, rey del norte de Israel. Ella, fu-
riosa por la matanza de sus profetas, amenazó de muerte a
Elías. “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y
se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta
ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis
padres” (1 Reyes 19:4). Todo comenzó con una desilusión,
pensando que él era el único profeta que quedaba en Israel,
cosa que no era verdad (vea 1 Reyes 18:4). Pero se amedrentó
de tal manera que cayó en estado depresivo, a tal punto que
lo único que quería era morirse.

¿Por qué un hombre con semejante unción y poder se


deprimió, justo después de una victoria tan contundente?
Es evidente que algo lo desilusionó. Quizá el hecho de que,
a pesar de la aplastante victoria, su enemiga principal —Je-
zabel— seguía siendo reina y estaba empeñada en acabar
con él. Sin embargo, más allá de la causa de su desilusión,
podemos concluir que si el hombre que oró a Dios para que
cayera fuego del cielo (vea 1 Reyes 18:37-38) y luego oró por
lluvia (v.42-46) y en ambos casos Dios le respondió… Si
Elías pasó por esto, entonces cualquiera de nosotros tam-
bién puede sentirse desilusionado, triste, frustrado y hasta
querer morirse. Después de eso, Elías nunca más volvió a
ser el poderoso profeta que antes era, porque se quedó es-
tancado en la desilusión y eso lo llevó a la depresión. Así
acabó su ministerio.

41
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

La depresión es un punto de entrada para los


demonios.

Claves para salir de las desilusiones

La desilusión no es un estado en el que debamos perma-


necer. Por encina de que tengamos buenas razones para sen-
tirnos así, debemos levantarnos, sacudirnos y liberarnos de
ella. No podemos conformarnos porque, de hacerlo, perdere-
mos nuestro propósito y nos volveremos irrelevantes. Si éste
es su estado, debe sacudirse de todo espíritu de desilusión.
Estos son algunos consejos que lo invito a seguir:

1. Identificar la causa de su desilusión

¿Está desilusionado? ¿Está decepcionado de la gente, de


ciertas cosas, lugares o circunstancias adversas? ¿Ha perdido
un trabajo, una relación importante para usted, o la posibi-
lidad de estudiar y tener una carrera profesional? ¿Se ha sen-
tido decepcionado de su esposo, de su esposa, de sus hijos o
de sus padres? ¿Lo han desilusionado en la iglesia, sus líderes,
sus pastores o los hermanos?

Hay expresiones típicas que nos llevan a reconocer cuando


alguien está desilusionado. Por ejemplo, con frecuencia co-
menta, “ya no puedo más”, “estoy a punto de dejarlo todo”, “ya
no puedo continuar”, “hasta aquí llegué”, “estoy al final de mis
días”, y muchas otras. Por lo mismo, es importante identificar
las causas de las desilusiones, porque así podemos entregarle a
Dios esas situaciones y ser sanos.

42
Las desilusiones en los últimos tiempos

2. Reconocer la expectativa errada y arrepentirse


Algunas personas se casan abrigando falsas expectati-
vas acerca de lo que en realidad es el matrimonio; por eso,
a medio camino se decepcionan y terminan en divorcio. A
veces esperamos que la esposa o el esposo nos hagan felices,
llenen el vacío de nuestro corazón y, cuando eso no ocurre,
nos desilusionamos. Esa es una falsa expectativa, porque es
imposible que un hombre o mujer llene ese vacío que solo
Dios puede llenar. Otros llegan con falsas expectativas a la
iglesia, y cuando ven que sus expectativas no se cumplen,
se ofenden, se sienten heridos y dejan de congregarse. Eso
termina alejándolos de Dios. Igualmente, en la iglesia hay
gente que espera que el pastor se dedique exclusivamente
a ellos. Quieren depender del hombre, cuando en realidad
están llamados a depender de Dios. Ponen tanta expectativa
en el hombre, sin saber que solo Dios los puede llenar.

Debemos saber discernir si nuestras


expectativas son realistas o no.

Asimismo, hay gente que se decepciona de Dios. Lo cul-


pan y acusan de todo lo que no marcha bien en sus vidas.
Según ellos, pese a haber hecho de todo, no han recibido la
respuesta que esperaban; por eso están decepcionados. Y es
que cuando la decepción penetra nuestras defensas espiritua-
les, no siempre asumimos la responsabilidad de nuestras ac-
ciones y solemos culpar a Dios de lo que nos sucede. Por eso
es importante recordar a cada instante que Dios es bueno. Si
algo no sale bien, no es Su culpa, no fue Su equivocación, no

43
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

es que Él tenga que cambiar. ¡No! ¡Somos nosotros quienes


debemos cambiar! Por eso debemos arrepentirnos, alinear-
nos con Él y cerrarle la puerta al enemigo.

Es crucial aprender a lidiar con las desilusiones o asun-


tos de la vida cristiana. Sin embargo, si una decepción lle-
gara a instalarse en nuestro corazón, la mejor manera de
resolverla es arrepintiéndonos delante de Dios por haber
abrigado alguna expectativa errada. Tenemos que arrepen-
tirnos por haberle dado lugar al enemigo y haber permiti-
do que los “dardos de fuego del maligno” lleguen a nuestra
mente. Recuerde que el diablo no hace el trabajo solo; cada
vez que una de sus estrategias funciona, es porque noso-
tros hemos abierto puertas y le hemos permitido entrar a
nuestra vida.

3. Establecerse en la bondad de Dios

Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siem-


pre es su misericordia. —Salmos 118:1

Las veces que he pasado por desilusiones en mi vida, que


me he visto enfrentado a alguna pérdida, crisis, decepción o
desánimo, me he rehusado a acusar a Dios y a cuestionarlo.
Sé que nuestro Padre celestial es perfecto y nada malo hay en
Él. Solo pienso en las veces que Él ha sido bueno conmigo, en
las veces que me salvó, que me rescató de las manos de mis
adversarios y me libró de las balas enemigas. Él me sanó de
una enfermedad en el hígado, me protegió en lugares peli-
grosos, y tantas otras veces me ha mostrado Su fidelidad, Su
misericordia, pero sobre todo Su bondad.

44
Las desilusiones en los últimos tiempos

Por eso y muchas otras cosas que me faltarían páginas


para agradecerle, me rehúso a permanecer en un estado de
desilusión. Lo seguiré sirviendo hasta el último de mis días.
No puedo culparlo ni acusarlo, porque eso me alejaría más de
Él y me hundiría más en la decepción. Reconozco que el pro-
blema jamás está de Su lado. Él es bueno, y por eso lo adoro,
lo amo y le sirvo con todo mi corazón.

Cómo podría culpar a Dios, si lo único que me


ha hecho es bien.

4. Liberarse de todo espíritu demoniaco

Siguiendo con mi propio testimonio puedo decir que, por


el hecho de haber vivido todas esas decepciones, a mi vida
entraron espíritus de depresión, tristeza, dolor, desánimo y
muerte, queriéndome hacer caer en ese ciclo destructivo. Lo
que hice fue someterme a Dios, resistir al diablo y no aceptar
más sus engaños, hasta que terminó huyendo de mí (vea San-
tiago 4:7). Me sumergí en la sangre de Cristo y me liberé de
todo espíritu demoniaco. Por eso, con conocimiento de causa
puedo ahora decirle que, si está atravesando situaciones simi-
lares, no ceda más terreno al enemigo. Renuncie a todos esos
espíritus y ordéneles que se vayan de su vida, ¡ahora mismo,
en el nombre poderoso de Jesús, el Hijo de Dios!

ACTIVACIÓN

Hay sueños, visiones, oraciones y profecías que se cum-


plirán en esta temporada. Vienen de Dios y están en usted.

45
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Este es el tiempo de cumplimiento de todas las cosas. La Pa-


labra de Dios está en su corazón y lo prepara para las cir-
cunstancias inesperadas de la vida. No deje que el dolor, la
pérdida ni las desilusiones ocupen en su corazón el lugar
que le corresponde a la Palabra. No puede renunciar a esos
sueños, visiones, profecías y promesas. Mientras se cumplen,
siga creyendo en la bondad de Dios y alábelo, porque Él ha
sido bueno con usted.

Hay tanto por qué vivir y muy poco por qué


desanimarse.

Si ha permitido que las desilusiones le roben la fe, si ha


perdido la paz, si ha tenido expectativas irreales o algo que
no resultó como esperaba; si ha seguido con el ciclo de la des-
ilusión y hoy se encuentra en depresión, yo le animo a cor-
tar ese ciclo abriéndole la puerta para que, entre el Espíritu
Santo, sane su corazón y libere su alma de las opresiones del
enemigo.

Haga la siguiente oración conmigo y deje que la unción


del Espíritu de Dios pudra todo yugo de opresión, depresión
y desesperanza:

“Padre celestial, Tú que tienes el poder para borrar


todo dolor, tristeza y depresión, hoy vengo delante de Ti
reconociendo que he entretenido y aceptado malos pensa-
mientos. Esos dardos de fuego que el enemigo envió a mi
mente tuvieron efecto porque yo los permití. Por eso, hoy
me arrepiento y te pido perdón también por los momentos

46
Las desilusiones en los últimos tiempos

en que me sentí desilusionado de Ti, ya que la falta está


sobre mí; nunca sobre Ti. Reconozco Tu bondad y te alabo
porque eres bueno y Tu misericordia es para siempre. Me
aferro a esa misericordia y paciencia con que me amas,
me esperas y me guías a restaurar mi alma, mi corazón,
mi cuerpo, mi potencial y mi propósito. Me sumerjo en la
sangre de Cristo y renuncio, en el nombre de Jesús, a todo
espíritu de tristeza, dolor, desánimo, soledad, depresión y
muerte. Me declaro libre de todo plan del enemigo para
destruir mi vida, propósito y destino. No me dejo vencer
por las desilusiones, sino que me preparo para perdonar
toda ofensa, traición y decepción que venga a mi vida. Re-
sisto al enemigo y corro a la cruz de Cristo, sabiendo que
¡en Jesús soy más que vencedor! ¡Amén!”

TESTIMONIOS

De la desilusión a la depresión, y de allí a la salvación

El siguiente es el testimonio de Laura Sanjuro, una mu-


jer que forma parte de nuestro ministerio en Miami, Estados
Unidos. Las decepciones en su vida la habían llevado a una
profunda depresión y ella ya veía el suicidio como la única
salida. Pero Dios llegó a tiempo para salvarla:
“Recuerdo que mi familia practicaba la Santería y hacía
ceremonias espirituales todo el tiempo; así que yo crecí pensan-
do que eso estaba bien. Durante mi adolescencia sufrí abuso, y
a lo largo de mi vida tuve relaciones abusivas. Creyendo que la
única manera de tratar mi condición eran las drogas, empecé a

47
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

consumir cocaína, aunque solo fuera para poder salir de la ca-


ma. Comencé a tener muchos cambios de humor y luché con la
depresión por tanto tiempo, según puedo recordar. Eso me llevó
a pensar en quitarme la vida; de hecho, lo intenté tres veces sin
éxito. Yo sentía que estaba muerta; no sabía qué hacer y el dolor
me consumía. Por más de diez años, usé más de una decena de
pastillas al día.

Mi hermana era la única que me entendía porque Su


propio hijo se había suicidado por depresión. Ella creía en
Dios y me guió a recibir a Cristo en mi corazón. Comencé a
conocer de Dios en una iglesia bautista; pero seguía lidian-
do con la depresión. Durante una crisis traté de provocarme
una sobredosis con pastillas antidepresivas. Después de esa
recaída, volví a rendir mi vida a Dios. Oraba para que Él
no me dejara caer en los mismos patrones destructivos. En
medio de esa lucha, mi confianza estaba puesta en Dios. Mi
hermana se aseguró de que recibiera cuidados profesionales;
así que visité cuanto psicólogo me recomendaron, pero ca-
da día estaba peor. Tuve otra recaída y un nuevo intento de
suicidio; y aunque no sabía mucho de Dios, sabía que Él me
amaba y me sostenía. Mi condición empeoró al punto que ya
no quería salir de la cama ni bañarme. Entonces, mi herma-
na me llevó a rastras al hospital donde empezaron a tratarme
con pastillas para la depresión y la bipolaridad. En 2017 vine
al Ministerio El Rey Jesús, y cuando el apóstol llamó a las
personas con depresión para orar por ellas, pasé adelante y
pude sentir la unidad de la iglesia orando por mí. Dios no
solo restauró mi vida y mi salud, también me dio identidad
a través de Su amor.

48
Las desilusiones en los últimos tiempos

Yo nunca había sentido el amor de Dios, pero al fin lo


conocí a través del Espíritu Santo. Después de recibir la im-
partición del liderazgo de la casa, finalmente puedo decir que
soy libre. Hoy tengo mi propio negocio. ¡Dios ha sido bueno
conmigo! No puedo esperar a ver lo que me depara el futuro;
tengo expectativas de bien. Llevo cuatro años de libertad y
Dios nunca me ha decepcionado. En medio de mis desilu-
siones, pude verlo en todo. Él nunca se rindió conmigo. ¡Ha
sido tan fiel! Hoy soy una nueva persona gracias a Él. Ahora
camino en mi propósito y ayudo a liberar a otros de la depre-
sión. Dios restauró cada una de mis relaciones: con mis hijos,
con mi familia y con Él. ¡Gracias Abba por lo que has hecho
en mi vida! No estaría viva si no fuera por Tu infinito amor”.

La depresión en el ministerio

“Soy el pastor Elías Luccas, de Brasil. Años atrás, yo


estaba en una situación muy mala, en todos los sentidos: eco-
nómica, familiar, ministerial y físicamente. Mi iglesia estaba
muerta, mis prédicas eran aburridas, tenía muy pocos miem-
bros y yo sentía que no estaba haciendo nada. La verdad es
que no sabía cómo levantar mi congregación. Me sentía muy
enfermo. Era una situación tan estresante para mí que caí en
una depresión muy fuerte y así viví más de tres años.

Un día, sintiéndome muy estresado y desesperado, empe-


cé a buscar ayuda contra la depresión en internet. En medio
de todo, encontré el anuncio de una conferencia en Brasil en
la que el apóstol Guillermo Maldonado iba a participar. En
ese momento, oí la voz de Dios animándome a ir a ese evento,

49
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

a ver al apóstol. Yo no sabía quién era él, solo sabía que Dios
me había dicho que fuera y que no cerrara los ojos, que estu-
viera atento a todo lo que iba a pasar allí. Pero no tenía dinero
para ir y faltaban apenas cuarenta días. Me sentía enfermo,
deprimido, muy estresado y sin dinero. Sin embargo, antes
de los cuarenta días, Dios me proveyó todo el dinero y me
sanó físicamente. Dejé de sentirme enfermo y deprimido. Fue
como si Dios me hubiese inyectado una dosis de energía y
esperanza para ir a esa conferencia.
Cuando llegué, el grupo de adoración New Wine estaba
tocando y, por primera vez en mi vida, vi la gloria de Dios.
¡Su presencia se derramó en ese lugar y ocurrieron grandes
milagros! Ahí Dios me mostró lo que Él puede hacer, y me
dijo: ‘Elías, así quiero usarte a ti’. A partir de ese momento,
Dios me transformó por completo y mi ministerio cambió
radicalmente. Aprendí lo que es el movimiento sobrenatural;
pero, sobre todo, aprendí a descansar en Dios. Cuando viajé a
conocer el Ministerio El Rey Jesús, Dios me liberó del estrés y
la depresión. Me enseñó a dejarle todo el trabajo a Él. Aprendí
a dejar al Espíritu Santo moverse libremente; aprendí que Él
es quien sana, quien libera y quien provee. Eso quitó un gran
peso de mi espalda y me dio descanso. Ya no me siento estre-
sado, ni preocupado; hago mi trabajo como hombre y trato
de servir a Dios siendo un excelente pastor, pero dejando que
Dios sea Dios, y que me use para sanar a los enfermos. Desde
que sigo la visión de El Rey Jesús, mi ministerio ha experi-
mentado un crecimiento que lo ha llevado de 120 miembros a
más de 2000, y ahora tenemos una iglesia más grande. Le doy
gracias al apóstol Guillermo Maldonado y a la profeta Ana

50
Las desilusiones en los últimos tiempos

Maldonado, por enseñarme a caminar en lo sobrenatural y


a darle libertad al Espíritu Santo. Le doy gracias a Dios por-
que me quitó de encima toda carga de enfermedad, estrés y
depresión que me estaba matando. ¡Todo honor y toda Gloria
sean para Cristo Jesús! ¡Amén!”

51
3
La crítica en los
últimos tiempos

A lo largo de la historia podemos comprobar que,


nada grande o significativo se ha logrado sin haber
recibido críticas. La gente a menudo rechaza lo nuevo, lo dife-
rente, lo que no entiende o le causa incomodidad; y comienza
a criticarlo. Así ocurre en todas las áreas del quehacer huma-
no; en la ciencia, los deportes, la sociedad en general, y cla-
ro, también sucede dentro de la iglesia. Desde Génesis hasta
Apocalipsis, la Biblia nos muestra el mismo patrón, donde
cada hombre que hizo la voluntad y el propósito de Dios tuvo
que afrontar la crítica. Lo mismo sucede hoy. Cada hombre
y mujer que quiere caminar en lo sobrenatural, y hacer gran-
des obras para Dios es criticado. Por lo mismo, si usted no
está dispuesto a recibir fuertes críticas, ni intente hacer nada
para Dios.

La crítica es la compañera silenciosa del


hombre de Dios.

Muchos creyentes y líderes con frecuencia dejan el minis-


terio, la iglesia, el llamado y el trabajo en el reino, porque le

53
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

tienen miedo a la crítica o porque, habiendo sido criticados,


no quieren seguir enfrentándose a eso. Cuando yo comencé
a ministrar liberación fui muy criticado por otras iglesias de
mi ciudad; luego, cuando defendí el ministerio de la mujer en
la iglesia, también fui criticado; cuando comencé a predicar
e impartir la paternidad espiritual, la crítica fue tremenda
contra mí. Cuestionaban mis intenciones al convertirme en
padre espiritual para los creyentes de mi congregación. Y
cuando extendí esa paternidad a tantos pastores alrededor del
mundo, la crítica se incrementó. Esto ha sido una constante
en mi ministerio. Si me hubiera detenido ante la crítica, no
hubiera logrado todo lo que Dios me ha asignado a establecer
en la tierra, en mi generación.

Cada verdad que Dios me ha llamado a restaurar en


la iglesia de Cristo, como la paternidad, lo sobrenatural,
la prosperidad financiera, la adoración y los milagros en
general, me ha costado ser muy criticado, porque muchos
creyentes no entienden la verdad en su estado original. Para
entender una verdad divina, primero hay que experimen-
tarla y, luego, recibir su revelación. Solo así, alguien puede
recibirla. De lo contrario, la rechaza y la censura, porque
no la entiende. Yo he tenido que pagar el precio de la crítica
para que otros puedan recibir una verdad. Hoy, hay miles
prosperados, recibiendo los beneficios y bendiciones de esas
verdades, porque yo acepté el riesgo de ser criticado. Entre
los beneficiados hay muchos que antes me criticaban, pero
luego de recibir esa verdad se convirtieron en parte de los
que ahora me defienden.

54
La crítica en los últimos tiempos

Qué es la crítica

Criticar es hablar mal o en contra de lo que otra persona


está haciendo o dejando de hacer, de lo que dice, de lo que en-
seña, de sus intenciones y motivos. Todos podemos tener una
opinión, pero la crítica es un pensamiento expresado en pa-
labras y acciones, que trabaja activamente contra aquello que
se quiere atacar. La Biblia la llama murmuración. La crítica
es una obra de la carne; no es algo que provenga de Dios ni
que tenga justificación bíblica (vea Filipenses 2:14). La crítica
puede abrir la puerta a un espíritu demoniaco que contami-
na, no solo a quien critica, sino a quienes lo oyen. En la iglesia
también hay personas carnales que, en cuanto ven algo que
no entienden o no les cae bien, comienzan a criticar, a mur-
murar contra el liderazgo, contra los hermanos, produciendo
mal ambiente y división. En la iglesia, la crítica podemos re-
lacionarla a un hombre carnal y natural, que habla mal o en
contra de un hombre espiritual. Esto se debe a que ambos
viven en mundos diferentes, porque “…el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él
son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente” (1 Corintios 2:14).

La crítica es la marca que distingue a quien


está haciendo algo sobrenatural.

Cuando hacemos la obra del Señor, siempre vamos a te-


ner la crítica de los creyentes carnales que no entienden las
cosas espirituales, porque no tienen discernimiento. Cuando

55
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

estamos en la voluntad de Dios, la crítica de la gente nos mues-


tra que su punto de vista es natural. En el Antiguo Testamen-
to, en los libros de Esdras y Nehemías, vemos la historia de
los judíos que habían vuelto del exilio a reconstruir el templo
en Jerusalén. Los judíos que estaban al norte de Israel, que
habían quedado después de que muchos habían sido llevados
cautivos, no entendían que Dios mismo era quien había co-
menzado la restauración de Su pueblo y de Su adoración; por
eso criticaban e intimidaban a los que habían venido de lejos,
enviados por Dios, para la reconstrucción del templo. Ellos
no estaban bien (Nehemías 1:3), pero aun así criticaban (Ne-
hemías 4:1-3). Esto hizo que muchos de los que reparaban los
muros se debilitaran ante la crítica y la oposición, y dejaran
de construir.

La crítica es la prueba número uno de la


madurez de un líder; si usted no está maduro,
la crítica lo paralizará y lo destruirá.

El líder inmaduro no sabe cuál es su identidad en Dios;


todavía es muy emocional. La alabanza y la crítica lo mueven
y no puede mantenerse firme en la voluntad de Dios; no tiene
una relación madura con el Espíritu Santo y tampoco discier-
ne los ataques del enemigo. Por eso se enoja y se ofende con la
gente. Cuando lo critican, se entristece, se enoja, se avergüen-
za y abandona la obra para no seguir siendo criticado.

En el caso de la reconstrucción del templo de Jerusalén,


la crítica retrasó la obra, muchos se desanimaron y dejaron

56
La crítica en los últimos tiempos

de trabajar. Pero Zorobabel, Nehemías y Esdras, hombres de


Dios maduros y seguros de la voluntad del Señor, lideraron al
pueblo hasta la reconstrucción total del templo y la restaura-
ción de la adoración a Jehová, el Dios de Israel. No se dejaron
detener por la crítica, sino que perseveraron en lo que Dios
les había encomendado.

Una de las señales de madurez en el liderazgo


es que somos capaces de manejar la crítica.

Cuál es el propósito de la crítica

Algo que debemos tener muy claro quienes servimos a


Dios en el tiempo previo a la segunda venida de Cristo, es que
la crítica es una de las estrategias del enemigo en los últimos
tiempos. Si no tenemos esto presente, no podremos lidiar co-
rrectamente con ella. El propósito principal de la crítica es
robarnos la fe, paralizarnos, detenernos y evitar que hagamos
algo para Dios. Si usted no hace nada para Dios, si no hace
nada por ganar gente para Cristo, para que sean libres, sanos
y transformados, nadie lo va a criticar. Se requiere que haga
algo para que la crítica venga a su vida.

El diablo usará a la gente para criticarlo


cuando usted esté haciendo algo diferente.

Hay gente que el diablo incita para criticar a los hijos de


Dios y ellos ni siquiera se dan cuenta que están siendo usados.
Otros critican simplemente porque son carnales. No conocen

57
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

a Dios ni al hombre de Dios; así que solo hablan porque ellos


mismos no son capaces de discernir el mundo espiritual. Us-
ted no le preste su boca al diablo para criticar a los hombres
y mujeres de Dios que están haciendo algo para extender el
reino.

En ocasiones, la crítica comienza en nuestra propia casa,


iglesia o nación. Las personas más cercanas, en las que más
confiamos, que se supone que están llevando la carga con
nosotros y que saben que estamos haciendo la voluntad de
Dios, a veces se suman a las críticas por no estar de acuerdo
con algo en particular. Esto le sucedió a Moisés con sus her-
manos. “María y Aarón hablaron contra Moisés… porque él
había tomado mujer cusita. Y dijeron: ¿Solamente por Moisés
ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y
lo oyó Jehová… Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí
que María estaba leprosa como la nieve...” (Números 12:1-2,
10). Dios no mira con agrado la crítica contra los líderes que
Él ha elegido.

La iglesia está dejando de ser un organismo espiritual y


se está volviendo cada vez más carnal, natural y emocional.
Pero Dios es todopoderoso y no dejará que Su plan se detenga
por causa de quienes no entienden y critican. En los tiempos
finales veremos levantarse una iglesia complaciente, adapta-
da a quien no quiere compromiso; una iglesia emocional y sin
poder espiritual, que lucha contra lo sobrenatural o simple-
mente ignora el poder de Dios. Las críticas de quienes no en-
tienden las cosas del Espíritu han hecho retroceder a muchos
hombres y mujeres, quienes prefieren dejar de manifestar el

58
La crítica en los últimos tiempos

poder sobrenatural de Dios por medio de milagros, señales y


maravillas, antes de exponerse a ser criticados.

Yo elijo ser criticado por hacer algo, que ser


ignorado por no hacer nada.

Cómo lidiar con la crítica

La solución es simple, aunque no siempre sencilla. Si


usted quiere permanecer en la voluntad de Dios no puede
prestar atención a quienes lo critican, ni dejarse guiar por sus
opiniones. Lo mejor es seguir estos consejos:
● Ignorar la crítica.
● No dejar de hacer lo que Dios nos ha mandado.
● No responder a la crítica.

“Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni


me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas
a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de
injurias y de esputos. Porque Jehová el Señor me ayudará,
por tanto, no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un
pedernal, y sé que no seré avergonzado…” —Isaías 50:5-7

Si no quiere ser criticado, deje de hacer todo lo que es-


tá haciendo; así, la gente no le dirá nada. El éxito, el poder,
los milagros, lo sobrenatural y la grandeza, atraen la críti-
ca. Si quiere hacer la voluntad de Dios debe asumir que la
crítica será su compañera permanente; además, debe prever
qué hará ante ella. ¿Está dispuesto a ser criticado por hacer la

59
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

voluntad de Dios? ¿Está dispuesto a pagar el precio por lo so-


brenatural, por manifestar milagros creativos, prosperidad,
crecimiento y todo lo que Dios quiere darles a Sus hijos? ¿Está
dispuesto a perder su reputación por Jesús, por sanar al en-
fermo, liberar al cautivo y predicar las verdades del reino de
Dios? ¿Está dispuesto a preparar el camino para la segunda
venida de Cristo?

ACTIVACIÓN

Si usted ha sido o está siendo criticado por hacer la vo-


luntad de Dios y eso lo ha detenido de seguir obedeciendo lo
que Él le ha encomendado, necesita tomar una decisión hoy.
¿Dejará que la crítica le robe la fe y lo detenga; o la ignorará
y seguirá adelante cumpliendo la voluntad de Dios? Si elige
continuar, haga la siguiente oración conmigo:

“Amado Padre, Señor Dios Todopoderoso, vengo de-


lante de Ti reconociendo que he dejado que la crítica me
detenga y me robe la fe para manifestar Tu poder sobre-
natural en cada área de mi vida y ministerio. Hoy me
arrepiento de haber permitido que el enemigo me deten-
ga; hoy tomo la decisión de cumplir Tu voluntad en mi ge-
neración. Me libero de todo espíritu de temor, vergüenza
y desánimo. ¡Me declaro libre y empoderado para vencer!
Hoy decido ignorar la crítica y seguir adelante con las ver-
dades que has revelado para este tiempo, para Tu pueblo
y el avance de Tu reino. No me detendré, no me amedran-
taré ni me avergonzaré, porque Tú estás conmigo y me

60
La crítica en los últimos tiempos

ayudarás. El enemigo está vencido porque mayor es el que


está conmigo que el que viene contra mí. Yo me fortalezco
en el poder de Tu fuerza, en el nombre de Jesús, y sigo
adelante. ¡Amén!”

Por otro lado, si usted ha estado criticando a un hombre


o una mujer de Dios, o a un ministerio, solo porque hacen
o predican verdades que usted no entiende, necesita arre-
pentirse hoy y pedirle a Dios revelación. Haga conmigo, la
siguiente oración:

“Padre celestial, te doy gracias por Tu amor. Te doy


gracias porque, a pesar de nuestras rebeliones, Tú sigues
manifestando Tu amor y poder en medio de nosotros. Si
yo no he entendido una verdad que Tú has estado ma-
nifestando en la tierra y he criticado a Tus profetas, hoy
me arrepiento y te pido perdón. Te ruego que me reveles
aquella verdad que no he podido ver. No quiero murmurar
contra algo que Tú estás haciendo; no me quiero equivo-
car. Hoy, renuncio a todo espíritu de crítica, de destruc-
ción y de iniquidad. Me declaro libre de toda influencia
del enemigo y me alineo a Tu voluntad y Tus verdades.
Revélame aquello que no he podido ver y déjame experi-
mentar Tu poder en esa área. Yo me levantaré en defensa
de esa verdad y la voy a proclamar para que otros también
la puedan experimentar y recibir bendiciones en sus vidas,
sus finanzas, su salud, su familia, su ministerio y mucho
más. ¡En el nombre de Jesús!”

61
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

TESTIMONIOS

La crítica contra la prosperidad en mi ministerio

Yo he sido muy criticado en muchas áreas, pero parti-


cularmente en el área de las finanzas. Los religiosos, dentro
de la iglesia, han descargado mucha crítica sobre mí y mi
liderazgo, porque somos un ministerio que prospera en to-
das las áreas. Eso no es lo único que yo predico —yo predi-
co todo el consejo de Dios—, pero hay quienes me conocen
solo por eso. Lo que pasa es que el espíritu religioso, el de
crítica y el de pobreza andan juntos. La gente critica lo que
no puede producir. Como ellos no ven la prosperidad en sus
vidas, la critican. Me han llamado ladrón, falso profeta, falso
apóstol, mentiroso y mucho más. Me han acusado de robar-
le los diezmos a la gente, de engañarla para quedarme con
su dinero. Sin embargo, todo lo que he hecho es enseñar al
pueblo a caminar en los principios bíblicos de la prosperidad
y empoderarla para salir de la miseria y la escasez. Muchos
de ellos no tenían casa, otros no tenían trabajo; ahora tie-
nen su propio negocio y son prósperos, porque le creyeron
a Dios, que es quien prospera. Muchos jóvenes no habían
terminado la escuela, no sabían qué iban a hacer de sus vi-
das; ahora tienen sus títulos, son profesionales, aportan a la
sociedad y prosperan en todo lo que emprenden. Muchos de
ellos fueron los primeros en prosperar en su familia, porque
había una maldición de pobreza que se rompió al conocer la
verdad de que Jesús también pagó por su prosperidad. Tengo
cientos de testimonios de gente que ha sido prosperada en

62
La crítica en los últimos tiempos

todas las áreas por el conocimiento bíblico que les he ense-


ñado y los testimonios de las personas que le han creído a
Dios, a pesar de las críticas. Yo decidí correr el riesgo; decidí
ignorar las críticas y obedecer a Dios; porque si les hubiera
puesto atención, habría dejado de enseñar la revelación de
que Dios quiere prosperar a Su pueblo.

La crítica no detuvo a este empresario

“Mi nombre es Jamil Dib y vengo de México. Mi camino


con el Señor no ha sido fácil. Comencé a conocerlo en 1997,
pero me comprometí realmente con Él en 2016. En México
era dueño de un club nocturno que iba muy bien económi-
camente; hasta que el gobierno decidió cerrarlo porque esta-
ba creciendo demasiado. Vine a Miami por un par de días a
ocuparme de un restaurante que tenía aquí, el cual no andaba
bien. Teníamos dificultades hasta para pagar la renta. Allí co-
nocí al apóstol Guillermo Maldonado, en mi restaurante. Ese
día, él me dio lo que hoy sé que es una palabra profética. Me
dijo que llegaría a tener cien restaurantes. Yo no pude recibir
esa palabra por completo ya que no tenía mucha fe. De hecho,
yo criticaba a los hombres de Dios y también la idea de lo
sobrenatural. No sabía qué hacer con los problemas que tenía
y, poco después, caí en la trampa del enemigo y comencé a
beber. Me aparté de Dios por unos cinco años. Me llené de
deudas y los acreedores querían mi vida. Yo no sentía que
tuviera un propósito. Dos años más tarde, fui a un Encuentro
Sobrenatural en México. Allí, un líder del Ministerio El Rey
Jesús me explicó que volver mi vida a Dios implicaría pasar

63
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

por una liberación total. Para ese tiempo yo no creía que la


guerra espiritual pudiera ayudarme, pero sabía que necesita-
ba buscar a Dios una vez más. Mi esposa nunca había cesado
de buscar a Dios. Tenía una casa de paz en México (grupo de
personas que se reúnen en las casas para orar y aprender la
Palabra) y oraba sin cesar, agarrada firmemente de la palabra
de Dios y Sus promesas. Cuando me mudé a Miami, empecé
a buscar a Dios nuevamente y le entregué mi vida una vez
más. A partir de allí, Dios me hizo libre por completo. He
podido ver su fidelidad a través de Sus promesas. Ahora soy
dueño de unos setenta restaurantes, algunos de ellos en Mia-
mi. Dios no se rindió conmigo en ningún punto de mi vida.
He podido mantener mi caminar con Cristo a pesar de las
críticas que vinieron como consecuencia de buscar a Dios.
¡Ahora sé que Dios es fiel y siempre lo será!”

64
4
Las traiciones en los
últimos tiempos

H asta ahora hemos visto cómo las distracciones,


las desilusiones y la crítica son algunas de las armas
estratégicas que el enemigo está usando con ímpetu en los
últimos tiempos, para atacar a la iglesia en general y a cada
cristiano en particular. Su finalidad es demorar, obstruir o
evitar que preparemos el camino para la segunda venida de
Cristo. Satanás sabe que su fin es inminente. Desde que Jesús
lo venció, muriendo en la cruz y resucitando al tercer día,
el enemigo trabaja incesantemente para evitar que llegue la
hora de su juicio. Ahora, sabiendo que su final se acerca, está
intensificando su ataque, de manera que solo quienes perma-
necen velando y orando, pueden advertir sus fechorías y estar
listos para darle la estocada final.

En este capítulo quiero hablarles de otra estrategia demo-


niaca que, por lo común que se ha hecho, no alcanzamos a
ver cuán diabólica es; me refiero a la traición. Este espíritu
está metido en todas las esferas de la sociedad, incluso en la
iglesia. Personalmente, la traición ha sido uno de los ataques
más duros que he tenido que afrontar durante los años que
llevo en el ministerio. Mucha gente en quienes mi esposa y yo

65
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

llegamos a confiar plenamente, terminaron traicionándonos


de la peor manera. Solo la búsqueda continua de la presencia
de Dios hizo posible que nos sobrepusiéramos y entendiéra-
mos por qué suceden las cosas. Jesús dijo: “Muchos tropeza-
rán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se
aborrecerán” (Mateo 24:10).

No hay nada peor que invertirse en gente que


resulta ser ilegítima.

Qué es la traición

En sus lenguajes originales, la Biblia traduce la palabra


traición de la siguiente manera: en hebreo, la Concordancia
Strong (Strong, 2002), usa el término maál (H4603/04), que
significa actuar encubierta o traicioneramente, hacer iniqui-
dad, rebelión, traición, transgresión, falacia e infidelidad; en
griego, la misma fuente usa el vocablo prodótes (G4273), en el
sentido de entregar a alguien en manos de otro (del enemigo).
Por su parte, el Diccionario Expositivo Vine (Vine, 1999),
haciendo referencia a Lucas 6:16 específicamente le asigna el
término prodótes a Judas, “prácticamente como un título”.

La traición es una de las heridas más dolorosas y pro-


fundas que alguien pueda pasar en la vida y, por lo general,
viene de gente cercana. Si uno de afuera nos traiciona, el
hecho duele, pero es más tolerable que si lo hace alguien a
quien conocemos y que gozó de nuestra amistad. Cuando
una persona cercana nos traiciona, entregándonos en manos

66
Las traiciones en los últimos tiempos

de nuestros enemigos, el dolor es infinito. La traición es una


de las ofensas más difíciles de perdonar y una de las situa-
ciones de las que cuesta reponerse. Usted creía que ese indi-
viduo era su amigo, su hijo o hija espiritual, su discípulo o
su hermano en quien podía confiar; pero resulta que en su
corazón solo había envidia, interés egoísta y desprecio. ¡Eso
duele mucho!

Jesús tuvo una experiencia similar con uno de Sus discí-


pulos: Judas Iscariote. El nombre “Iscariote” deriva del he-
breo y quiere decir “hombre de Queriot” Según esto, Judas
vení¬a de Judá, ya que Queriot era una población cerca de
Hebrón, al sur de Judá, mientras los otros discí¬pulos eran
naturales de Galilea; y eso posiblemente lo llevó a sentirse
rechazado. Judas andaba con Jesús, pero nunca se sintió par-
te de Su discipulado; esto lo demuestra el hecho de que los
evangelistas no se refieren a él, excepto cuando traiciona al
Maestro. Sin embargo, Jesús creyó en él y lo hizo parte de
su círculo íntimo. Judas vio al Hijo de Dios obrar milagros,
señales y maravillas; vio Su amor y Su compasión por la
gente; Su poder y autoridad ante la enfermedad, la muerte,
la opresión demoniaca, y las fuerzas naturales. Judas vio la
gloria de Dios, pero su corazón nunca fue transformado; por
eso traicionó al Hijo de Dios. “Y el que le entregaba les ha-
bía dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle”
(Mateo 26:48).

Muchos son tocados por Cristo, pero no


cambiados.

67
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Jesús le confió las finanzas de Su ministerio a Judas, pero


el discípulo que solía comer de su mesa, lo traicionó. Si algo
bueno podemos hallar en esto es que, sin Judas, Jesús nunca
hubiera ido a la cruz y Su propósito no se habría cumplido.
Los “Judas” siempre van a llegar a nuestra vida y nos dejarán
marcas dolorosas, pero sus acciones deben hacernos volver
nuestros ojos a la cruz.

Para mí fue duro sufrir la traición de la gente y de algu-


nos líderes de la iglesia. Por años los levanté y los convertí
en hijos e hijas espirituales, me invertí en ellos, les di todo lo
que tenía y, al final, resultaron ser bastardos. A unos los res-
caté de la calle, luego de encontrarlos hundidos en el pecado
y en la peor condición; a otros los saqué de la religión, otros
más llegaron sin identidad y yo les impartí conocimiento, re-
velación, unción, fe; les confié gente y los llevé a cumplir su
llamado. El ministerio que mi esposa y yo fundamos restauró
su familia, los amó, los alimentó, los liberó y, luego de un
tiempo, ellos se pusieron en nuestra contra y nos traicionaron
de diferentes maneras. Aunque eso fue doloroso, entendimos
que Jesús sufrió mucho más; eso nos llevó a no rendirnos, y
decidimos perdonar, olvidar las traiciones y seguir haciendo
la obra para la cual el Señor Jesucristo nos llamó.

Cuál es el propósito de la traición

Como sabemos, nada hace el enemigo que no tenga un


propósito definido. Estamos en medio de una guerra espiri-
tual entre dos reinos: el reino de la luz por un lado y el rei-
no de las tinieblas por el otro. En esta guerra, Satanás —el

68
Las traiciones en los últimos tiempos

diablo, el acusador y engañador—, usa la traición entre cris-


tianos con el fin de destruir a ambas partes, tanto a quien
traiciona como al traicionado. A quien traiciona lo destruye
sembrando iniquidad en su corazón, que lo hace perder su
comunión con Dios. Al traicionado lo destruye amargando
más y más su corazón, haciéndolo perder su llamado, destino
e influencia; enfermándolo de falta de perdón, hasta que ter-
mina abandonando todo.

El propósito de la traición es detenernos y


evitar que cumplamos el llamado de Dios en
nuestra vida.

Si usted no sana su corazón y se libera de la traición, se-


rá difícil que se vuelva a levantar. El plan del enemigo es dis-
traerlo, desilusionarlo y criticarlo, para finalmente, pararlo por
completo y así evitar que cumpla la voluntad de Dios en su
vida. En ocasiones, el enemigo atacará su mente con dardos de
fuego, en forma de pensamientos de culpa y rechazo, atribu-
yéndole todo lo malo que ocurre, que nadie lo quiere o que no
valoran su esfuerzo y dedicación. Si usted les da cabida a esos
pensamientos, el próximo paso será que pierda la pasión por su
llamado, que éste se vuelva irrelevante y termine abandonando
el ministerio. Si la culpa o el rechazo tocan su corazón, arre-
piéntase delante de Dios por cualquier error y sacúdase de esos
espíritus del infierno que quieren detenerlo.

A lo largo de los años he sido traicionado muchas veces,


pero el Señor ha sido bueno conmigo. Cuando alguien me ha

69
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

traicionado, Dios siempre ha traído a nuestro ministerio una


persona mejor, un líder más ungido, con más poder, incluso
uno más fiel.

Cómo lidiar con la traición

Podemos lidiar con la traición de manera simple, aunque


debo reconocer que no siempre es tan fácil como parece. Para
combatir la traición y que el enemigo no logre su plan, necesi-
tamos aprender a practicar el perdón como un estilo de vida.
Si no perdonamos, nos estancamos, nos separamos de Dios y
el enemigo gana. Solo perdonando a los que nos traicionan,
como lo hizo Jesús, podemos desarmar los planes del enemigo
y seguir adelante en nuestro propósito divino en esta tierra.

No podemos permanecer heridos ni ofendidos, con dolor


en el corazón. Necesitamos perdonar, soltar esa carga y de-
jarla ir. Si usted ha sufrido una traición tras otra, es porque el
enemigo está tratando de desgastarlo. No deje que eso suce-
da. Hay un propósito y un llamado, un destino de Dios para
su vida. Si se había permanecido enredado en la trampa de la
traición, tiene que levantarse y terminar la carrera. Dios es
bueno y Su gracia está sobre usted. No se detenga. ¡Levántese
y perdone! ¡Tome fuerzas y termine bien su carrera!

ACTIVACIÓN

Si usted ha sido traicionado por personas cercanas a su


corazón, si cree que no puede seguir adelante y está pensan-
do en abandonar el ministerio, su hogar, su trabajo, empresa

70
Las traiciones en los últimos tiempos

o estudios, dele una oportunidad al Espíritu Santo para que


sane su corazón y le traiga entendimiento de los planes del
enemigo. Aunque el diablo quiera detenerlo y use las traicio-
nes para que dejemos abandonado todo, hoy, el Señor quiere
sanar su corazón. Él quiere darle gracia para perdonar y fuer-
zas para seguir adelante. Si se identifica con esta situación,
haga la siguiente oración conmigo:

“Señor Jesús, Tú que viviste todas las formas de trai-


ción, abandono y desilusión con las personas que más cerca
estaban de Ti y aun así no te rendiste, sé que me puedes en-
tender hoy a mí. Siento que ya no tengo fuerzas para seguir,
me cuesta creer en la gente, porque la traición de los más
amados de mi corazón me ha herido profundamente. Pero
sé que tengo un propósito que cumplir en la tierra; que hay
gente que tengo que alcanzar con Tu amor, Tu poder y Tu
Reino; y no puedo dejar todo abandonado. Tú me rescataste
para que vaya a rescatar a otros, me sanaste y liberaste para
que vaya a sanar y liberar a otros. Hoy decido perdonar a
todas esas personas que me traicionaron, robándome la fe
en la gente y en la posibilidad de cumplir mi propósito. Hoy
decido perdonar y entregar en tus manos todo el dolor de mi
corazón. Sáname Padre amado, libérame de todo espíritu
de amargura, resentimiento, rencor y odio. Renueva en mí
la fe para creer y las fuerzas para levantarme y seguir avan-
zando el Reino; seguir predicando, seguir llevando Tu amor
y Tu poder a la gente. Te doy gracias por Tu obra en mi vida.
En el nombre de Jesús, me declaro sano, libre y fortalecido
por Tu Espíritu Santo. ¡Amén!”

71
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

TESTIMONIOS

Venció la tentación y recibió su recompensa

“Mi nombre es Jorge. A los once años, me hicieron un


ritual de santería y me convertí en santero. Cuando cumplí
doce años, empecé a fumar marihuana junto a un primo y
también probamos la cocaína. A los quince años comencé a
fumar cigarros y a vender droga. A los veinte años, sufrí una
pérdida irreparable. Mi papá, un hombre de 59 años, murió
de un ataque al corazón. Había tanto amor en su corazón,
así que fue un impacto muy grande para mi madre, para mi
hermana de crianza y para mí. Era un luto muy fuerte. Hun-
dido en el dolor, empecé a consumir cocaína en grandes can-
tidades; comencé a apostar compulsivamente y eso me llevó
a otro hecho grave. Traicioné la confianza de mi madre de la
peor manera. Ella había reunido 32.000 dólares para dar el
pago inicial de una casa, tratando de salir adelante sola, sin
mi padre. Yo le robé ese dinero y, en dos meses, lo jugué en
las apuestas y lo perdí todo. Cuando mamá se enteró, sintió
un dolor muy grande. ¡Yo también me sentí mal por el dolor
que le estaba causando! No podía entender por qué había he-
cho algo tan malo. Era adicto y esa adicción me había llevado
a traicionar a la persona que más amaba. Yo les pedí ayuda
a todos los santos que tenía, a los muertos; incluso, le oré a
Dios y comencé a ir a la iglesia. Un día, alrededor de las siete
y media de la mañana, sentía una gran lucha interna, entre ir
a la iglesia o quedarme a consumir drogas. Yo decía: ‘Si voy
otra vez y compro más droga, yo no voy a ir esta tarde a la

72
Las traiciones en los últimos tiempos

iglesia’. Estaba ahí, luchando entre las ganas de ir a la iglesia


y el deseo de fumar más; hasta que, de repente, sentí que el
techo se estremeció. Las paredes, el piso, todo se estremecía
de una manera sobrenatural. Al mismo tiempo, oí una voz
de trueno que venía del cielo, pero que me hablaba tranquilo.
Me dijo: ‘Acuérdate que esta noche tienes una cita con Dios.
Eso me dejó estático. No sentí miedo, pero sí respeto. Yo sabía
que eso no era normal. Uno cuando está en esa vida escucha
voces así, porque hay una paranoia; pero esta no era una voz
extraña, era la voz de Dios. Ese día tuve un encuentro sobre-
natural con Dios. Él se manifestó en mi cuarto y yo supe que
algo había pasado. De manera sobrenatural, Él me liberó de
la adicción y se manifestó en mi vida. ¿Cómo pasó? ¡No lo sé!
Lo que sí sé es que se me quitaron los deseos de consumir pie-
dra, marihuana, cocaína, alcohol, cigarro, ¡y todo! Además,
cambió mi carácter, mi forma de pensar y me llevó a madu-
rar. ¡Fue una transformación de adentro hacia afuera! Hoy en
día soy un hombre nuevo. Estoy casado, y sirvo al Señor con
mi familia. Tengo mi negocio propio que cada día prospera
más. Ahora, Dios nos usa a mi esposa y a mí para cambiar y
transformar la vida de muchas otras personas”.

73
5
Las tentaciones en los
últimos tiempos

D esde el principio Dios nos creó con propósito, nos


bendijo y nos dijo: “Llenad la tierra, y sojuzgadla”
(vea Génesis 1:28). Debido a ese decreto salido de la boca del
Padre, nada puede suceder aquí sin la intervención de un
hombre. Solo alguien con un cuerpo humano puede ejercer
autoridad en este planeta; por lo tanto, el diablo es ilegal en
la tierra. Por esa razón él tiene que buscar un cuerpo físico
para expresarse en este ámbito. Esto no es sencillo, porque
requiere que el hombre voluntariamente abdique o renuncie
a la autoridad que Dios le dio, y le ceda el derecho legal al
enemigo.

Recordemos que, gracias a la obra redentora de Jesús en


la cruz, Satanás está derrotado, desarmado, destronado y
destruido. Al enemigo no le queda más opción que recorrer
la tierra como un fugitivo, en busca de un cuerpo físico que
le permita hacer sus fechorías. Nada puede hacer sin que el
hombre se lo permita. Por eso, a diario le presenta una gama
de tentaciones, con el propósito de que se aleje de Dios, para
poderle robar la autoridad que el Creador le dio, y doblegar
su voluntad.

75
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

El único poder legal que tiene Satanás es el de


tentar, perseguir y acusar.

No es de extrañarse que una de las estrategias de Sata-


nás para los últimos tiempos sea, tentar al hombre para que
caiga en pecado y, de esta manera, esclavizar su voluntad. Él
es el tentador, el perseguidor y el acusador de nuestros her-
manos, y usa estas estrategias para desgastar a los santos.
El enemigo tiene poder para hacer esto, pero no tiene au-
toridad. Es nuestra desobediencia a Dios la que lo autoriza
a usar nuestra humanidad. Cuando cedemos a la tentación
le damos autoridad al diablo sobre nuestra vida; entonces
puede usar nuestro cuerpo para hacer sus obras de maldad
sobre la tierra.

La tentación es la forma más baja de ataque


diabólico.

En este tiempo final, el enemigo está usando todas sus


armas para desgastar a la iglesia. No obstante, quienes se des-
gastan son los casuales, los no comprometidos, los religiosos,
los tradicionales, los permisivos y aquellos que duermen en
lugar de velar y orar. Se desgastan quienes no tienen aceite
en sus lámparas y, por tanto, no están apercibidos. Cuando
Cristo venga y quieran irse con Él, será demasiado tarde. Esto
les sucedió a las vírgenes insensatas, en la parábola de las diez
vírgenes que leemos en Mateo 25. Ellas no tomaron consi-
go aceite para sus lámparas, mientras que las sensatas sí lo

76
Las tentaciones en los últimos tiempos

hicieron. Todas se quedaron dormidas; pero cuando vino el


novio, las sensatas se levantaron y arreglaron sus lámparas,
mientras que “…las insensatas dijeron a las prudentes: Dad-
nos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan”
(Mateo 25:8); pero las sensatas no les dieron, para no quedar
todas sin aceite.

Así, “…mientras ellas [las insensatas] iban a comprar,


vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él
a las bodas; y se cerró la puerta” (v.10). Corremos un riesgo
demasiado alto cuando nos quedamos dormidos sin aceite
en nuestras lámparas, por no haber velado ni orado. De la
misma manera, corremos riesgo cuando no percibimos las
estrategias del enemigo, pues no sabremos cómo responder
ni estaremos equipados para resistir la tentación.

El plan del enemigo es desgastarnos a través


de la tentación.

Qué es la tentación

La tentación es el poder para seducir a alguien a des-


obedecer a Dios y pecar contra Él. Todos somos tentados
en un área u otra; incluso Jesús fue tentado. Ser tentados
no es pecado, pero sí es pecado caer en tentación. Por eso,
la Escritura dice: “Bienaventurado el varón que soporta la
tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá
la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”
(Santiago 1:12). Aquí, el verbo “soportar” es la traducción

77
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

del griego jupoméno (G5278) que significa “permanecer,


quedarse, resistir, tener entereza, perseverar, soportar, sos-
tener, sufrir”. La carta de Santiago también nos enseña que
Dios no tienta, sino que el diablo es el tentador. “Cuando
alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios;
porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a
nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido” (vv.13-14). La tenta-
ción es una prueba dura y difícil, frente a la cual debemos
tener entereza para no caer.

La tentación no es pecado, pero sí es pecado


caer en ella.

Jesús fue tentado en todo; por eso Él nos comprende y


se compadece de nosotros cuando somos tentados. “Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Nosotros
tenemos moral y voluntad propia. Quiere decir que el ene-
migo no puede llevarnos a hacer lo que se le antoje, porque
no tiene autoridad para eso, como vimos al comienzo de es-
te capítulo. No obstante, siempre anda al acecho, buscando
nuestro momento de mayor debilidad para hacernos caer
en una de sus trampas. Respecto a esto, Pedro nos advierte:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, co-
mo león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”
(1 Pedro 5:8).

78
Las tentaciones en los últimos tiempos

Propósito de las tentaciones

El enemigo persevera en tentarnos usando aquello que


más nos gusta, con el ánimo de desgastarnos y llevarnos a
pecar. Sus mayores armas son la astucia y la persistencia; pero
carece de creatividad. Siempre hace lo mismo, y lo repite una
y otra vez hasta desgastar la resistencia humana.

El propósito de la tentación es seducirnos


para desobedecer a Dios.

Jesús también pasó por esto. Cuando les anunciaba a


Sus discípulos lo que iba a padecer a mano de los principales
sacerdotes, y empezaba a hacerlos partícipes de Su próxima
muerte y resurrección, Pedro “comenzó a reconvenirle, di-
ciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera es-
to te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate
de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no po-
nes la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”
(Mateo 16:22-23).

En Getsemaní, Jesús también luchó para no caer en ten-


tación. El último y más duro acto de Su propia voluntad fue
hacer la voluntad del Padre, sabiendo que su destino era la
cruz. Él fue tentado a salvarse a Sí mismo, a auto proteger-
se, a rechazar el deseo divino de entregarlo como Cordero
santo, en sacrificio por todos los pecados de la humanidad.
Finalmente, Él rindió Su voluntad y así cambió la historia y
el rumbo de la humanidad. “Padre, si quieres, pasa de mí esta

79
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apare-


ció un ángel del cielo para fortalecerle” (Lucas 22:42-43).

Si lo hizo con Jesús, el enemigo también lo puede hacer


con nosotros. No deje que le mienta; él tratará de seducirlo
para que, en lugar de hacer la voluntad de Dios, haga la suya
o la de alguien más. Jesús no cayó en la trampa del enemi-
go; usted tampoco ceda a esa tentación. Debemos aprender a
morir a nosotros mismos y a hacer la voluntad de Dios para
poder ver Su gloria en la tierra, en nuestra generación y en las
venideras.

Bases de la tentación

¿En qué se basan las tentaciones para ser tan difíciles de


resistir? ¿Por qué necesitamos la fuerza sobrenatural de Dios
para no caer en ellas? Todas las tentaciones se basan en algu-
no de estos elementos:

■■ Un engaño

Esto significa que el enemigo le dirá una verdad a medias


o le disfrazará una mentira, para que usted crea que le irá bien
cediendo a la tentación. Le prometerá algo que al principio le
parecerá muy bueno, pero al final traerá maldición a su vi-
da, porque lo separará de Dios. Es la misma estrategia que el
enemigo usó en el Edén. Dios le había dicho a Adán que no
comieran del fruto prohibido, porque si lo hacían morirían;
“entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe
Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3:4-5).

80
Las tentaciones en los últimos tiempos

De lo anterior aprendemos que, la peor muerte para el


hombre no es la física sino la espiritual, la que nos separa de
nuestra comunión con Dios. ¡Esa es la muerte eterna! Eso fue
lo que les sucedió a Adán y Eva, quienes al instante fueron
separados del Padre y desterrados de Su presencia. Sus ojos
espirituales fueron abiertos y conocieron el mal, perdieron la
inocencia, le entregaron el control de sus vidas al enemigo y se
convirtieron en esclavos del pecado, el cual hasta hoy alcanza
a todas las generaciones. En un instante, su voluntad quedó
anulada y toda su autoridad se la entregaron al enemigo.

A diario hay tanta gente cayendo en tentación y per-


diendo su comunión con el Padre. Algunos hasta mueren
físicamente. Esto viene como consecuencia de haber creído
las mentiras de Satanás. Son engañados; y lo que les pareció
bueno terminó rompiendo su relación con el Padre.

■■ Nuestros deseos carnales

Para fines de entendimiento podemos decir que, el ene-


migo se alimenta de carne corrupta, tal como lo hace un ave
de rapiña. Cuando no estamos llenos del Espíritu Santo, esta-
mos en la carne; y eso nos hace presa fácil del enemigo. Cual-
quier área de nuestra vida —mente, emociones, voluntad,
espíritu o cuerpo— que no está bajo el control e influencia
del Espíritu Santo se convierte en “carne”; y por allí vendrá la
tentación, porque “…cada uno es tentado, cuando de su pro-
pia concupiscencia es atraído y seducido” (Santiago 1:14).

A esa clase de deseo inmundo e insaciable la Biblia lo


llama “concupiscencia”, que proviene del griego epidsumía

81
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

(G1939), que significa “codicia, deseo y pasión por lo prohi-


bido”. En lenguaje moderno lo llamamos “lascivia”, que es
un hambre desmedida, una pasión desenfrenada, un deseo
pervertido, malo, corrupto y dañino. Es la concupiscencia la
materia prima que el diablo usa para seducirnos, tentarnos y
hacer que abortemos el plan de Dios.

¿Cómo sabe el enemigo con qué tentarnos? Antes de res-


ponder, debemos establecer que Satanás no es Dios, ni tiene
Sus atributos; por lo mismo, no conoce nuestros pensamien-
tos ni deseos. Lo que hace es observar y estudiarnos para
descubrir qué nos enciende, qué nos enoja, qué nos mueve,
qué nos impulsa y nos hace reaccionar. Es un especialista es-
tudiando nuestro carácter, nuestros hábitos, nuestra herencia
generacional, etcétera. Cuando identifica nuestras debilida-
des, trae la tentación adecuada para satisfacer nuestros de-
seos; algo que encaja perfectamente con ese deseo oculto que
hay en nuestro interior.

La fuerza de una tentación siempre será


proporcional a la intensidad del deseo que
hay en nuestro interior.

Si deseamos algo desenfrenadamente, la tentación se for-


talecerá. Pero si sometemos nuestra carne y controlamos ese
deseo, la tentación perderá poder. Por ejemplo, si deseamos
a una persona del sexo opuesto, ese deseo está dentro de no-
sotros. Jesús fue terminante acerca de este tema: “Pero yo os
digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla,

82
Las tentaciones en los últimos tiempos

ya adulteró con ella en su corazón…” (Mateo 5:28). Si usted


no cae a la primera tentación, el enemigo seguirá insistien-
do una y otra vez, porque sabe que el deseo está oculto en
su interior.

Aunque en la naturaleza caída del hombre el deseo esté


latente, quien ha muerto a la carne no caerá en la tentación.
Si usted mira a una mujer para desearla, eso revela que el de-
seo está en su interior; así que el enemigo lo seguirá tentando
hasta conseguir su objetivo. Cuando Satanás trae una tenta-
ción de continuo, es porque ha detectado la lascivia, la carne,
el deseo desmedido que hay en su interior. Por eso, debemos
crucificar la carne y nuestros deseos. La Escritura afirma que
“…los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pa-
siones y deseos” (Gálatas 5:24).

“Carne” es todo aquello que carece de la


influencia del Espíritu Santo.

Cuando nuestro deseo es carnal, es muy fácil ser atraí-


dos al pecado, porque la fuerza de la tentación siempre se-
rá proporcional a la medida de ese deseo. Si no existiera el
deseo malo en nuestro interior, Satanás jamás tendría in-
fluencia sobre nosotros. Nadie cede ante algo que no desea;
pero si cede, es porque el deseo está allí, en su interior. De
hecho, sabemos que hemos sido libres de iniquidad por-
que el deseo por lo malo desaparece. Si todavía tenemos
ese deseo, la concupiscencia está presente y aún no hemos
sido libres.

83
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

¿Está siendo tentado ahora? ¿En qué áreas está siendo


tentado? ¿Qué es lo que el enemigo le trae a la mente de con-
tinuo? ¿Inmoralidad? ¿Desánimo? ¿Deseos de abandonar
su familia, su trabajo o su ministerio? ¿Tiene pensamientos
suicidas? ¿Le vienen ideas de matar o lastimar a alguien?
¿Planea robar algo? ¿Le gustaría divorciarse? ¿Está a pun-
to de tirar la toalla y rendirse? ¿Está considerando cometer
adulterio o fornicación? ¿Está siendo tentado a dejar al Se-
ñor? ¿Se siente atraído a comprometer la verdad? En cada
uno de estos casos, debemos conocer la raíz de la tentación.
¿Por qué entró ese deseo malo? ¿Por qué se alojó en nuestro
interior? Con el poder del Espíritu Santo debemos arrancar
de raíz esos deseos inmundos, antes que el enemigo logre
su cometido. Conocer la verdad nos ayudará a lidiar con el
problema. “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
(Juan 8:32).

■■ Nuestros cinco sentidos

Toda tentación entra por alguno de nuestros sentidos


naturales. Eva fue tentada a través de los cinco sentidos:
tacto, olfato, oído, gusto y vista; todos estuvieron involu-
crados en el primer pecado de la humanidad. Por eso, la
Biblia recomienda: “No améis al mundo, ni las cosas que
están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo,
los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vana-
gloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”
(1 Juan 2:15-16).

84
Las tentaciones en los últimos tiempos

La tentación no viene de un día para otro; al


igual que el árbol tiene un ciclo, la semilla de
la tentación crece y se hace más fuerte, hasta
que un día cosechamos sus frutos.

Toda tentación comienza con una sugerencia, la cual


sigue a un estímulo sensorial. Usted ve, oye o toca y, luego,
una sugerencia llega a su mente en primera persona; dicien-
do, por ejemplo, “¿por qué no hacerlo?”, “será solo una vez”,
“nadie se va a enterar”, “nadie se dará cuenta”. Ese pensa-
miento vuelve una y otra vez, hasta que se fija como una
manera de pensar definida, y un día esa persona cae en la
trampa de la tentación.

Debemos estar conscientes que, cualquier tentación que


no venzamos, se fortalecerá. Cuanto más nos aferremos a
la carne, más feroz se volverá la tentación. Cuanto más nos
volvamos a Dios, más fácil será vencerla. Estamos viviendo
en la era de la tecnología y las redes sociales; cada día nues-
tros sentidos están expuestos a la tentación, pornografía,
drogas, inmoralidad, brujería, miedo, incredulidad, duda,
depresión, etcétera. Debemos estar conscientes de esto; y
velar y orar para no caer en tentación.

Es fácil caer en las tentaciones sexuales,


porque entran por nuestros ojos y se alojan en
el alma.

85
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

La tentación de Jesús

El enemigo es un experto cumpliendo nuestros deseos


por medio de una tentación hecha a nuestra medida. La pri-
mera vez que Satanás tentó a Jesús en el desierto, lo hizo ape-
lando a cumplir uno de Sus deseos humanos. “Entonces Jesús
fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el
diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuaren-
ta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si
eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”
(Mateo 4:1-3). En ese momento, el hambre era la debilidad
humana que Jesús estaba experimentando. No es que comer
sea un deseo malo, pero sí lo es cuando queremos saciar una
necesidad natural, abandonando el ejercicio espiritual del
ayuno. Jesús no había comido, así que era una tentación física
obvia. Ese fue el instante que el diablo aprovechó para entrar
en escena; pues era el momento de mayor debilidad física del
Hijo de Dios hecho hombre. De la misma manera, nosotros
debemos aprender a decir no a los deseos físicos, orgánicos y
naturales, para darle lugar al Espíritu Santo.

Le pregunto, ¿cuál es su realidad en este momento? ¿Es la


comida más real que el Espíritu Santo? ¿Es el sexo más real
que el Espíritu Santo? ¿Es la enfermedad más real que el Es-
píritu Santo?

Personalmente, he sido tentado en todo: dinero, sexo, or-


gullo, fama y tantas otras cosas; pero bendito sea el Señor
Jesús que me ha guardado y me ha dado la gracia para ven-
cer. Una de las mayores tentaciones que el enemigo me ha

86
Las tentaciones en los últimos tiempos

sugerido es abandonar el ministerio; sobre todo cuando la


gente me ha herido o traicionado. He sido tentado a criticar,
a defenderme, a hacer valer mis derechos, pero por la fuerza
del Espíritu Santo he renunciado a las tentaciones para seguir
el mandato de Jesucristo.

Cómo vencer la tentación

Hay algunas claves para vencer la tentación. Repito, por


la gracia de Dios camino en ellas todos los días y he podido
probar su eficacia. Una cosa sé, y es que el Señor nos promete
recompensas si vencemos la tentación. Santiago 1:12 llama
“Bienaventurado” a quien soporta la tentación; y le asegura
que “cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de
vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.

Las siguientes son algunas de esas claves:

1. Rendir nuestros deseos carnales

Si el deseo es el problema, tenemos que saber qué hacer con


él; porque Satanás sabe bien cómo utilizarlo en nuestra con-
tra. Mientras él sepa que tenemos un deseo malo que no po-
demos controlar, sabrá también cuándo traernos la tentación.
Si el deseo no es crucificado o rendido, en cualquier momento
surgirá. Así que no se aferre a él. ¡Ríndalo! ¡Crucifíquelo!

Cuando el deseo es rendido y crucificado, Dios


lo toma.Una vez que ese deseo es removido, la
tentación cesa.

87
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Cuando Dios quita ese deseo malo de nosotros, nuestro


deseo por Él y por Su presencia aumenta. A medida que te-
nemos menos de nosotros mismos, tendremos más de Dios;
más fe, más unción, más poder, más favor, más santidad, más
amor, más gozo y más paz. Pero es importante saber que Dios
no puede tomar nuestros deseos si no se los rendimos.

¿Cuál es su deseo impuro? ¿Está deseando drogas, alco-


hol, comida en exceso, sexo ilícito, autocompasión, soledad,
dinero mal habido, orgullo, depresión, ataduras del alma,
amargura, tristeza, aflicción, desánimo o pensamientos sui-
cidas? Jesús llevó todo deseo a la cruz y pagó por nuestros
pecados. No hay condenación para quienes rendimos nues-
tros deseos a Dios. Él jamás invadirá ni manipulará nuestra
voluntad; nosotros tomamos la decisión. Debemos morir a
nosotros mismos como un acto de nuestra propia voluntad.
Si la tentación sigue viniendo a nuestra vida es porque el de-
seo sigue allí, latente. Debemos remover el deseo, rindiéndolo
y crucificándolo. ¡Esa es la cura definitiva!

La batalla termina cuando rendimos nuestra


voluntad.

2. Resistir la tentación

El Nuevo Testamento asegura que recibiremos corona


de vida si soportamos la tentación y resistimos la prueba (vea
Santiago 1:12). La Biblia traduce como “resistir”, el vocablo
griego dókimos (G1384) que significa ser aprobado, tener con-
dición aceptable y poner resistencia ante una prueba. Todo

88
Las tentaciones en los últimos tiempos

requiere un esfuerzo de nuestra parte. Dios hace la parte so-


brenatural de liberarnos, pero nosotros, una vez libres, debe-
mos hacer el esfuerzo de resistir y seguir pasando la prueba.
Si lo hacemos, el enemigo sabrá que ya no tiene poder sobre
nosotros y huirá.

Esto es algo absolutamente personal. Cada uno tiene su


lado débil; por eso, lo que es tentación para uno no lo es para
el otro. El enemigo no le traerá a usted la misma tentación
que a su hermano o vecino, sino aquella que sea una debi-
lidad para su carne. Esa es la razón por la cual usted debe
resistir su propia tentación. Yo no la puedo resistir por usted,
porque su deseo no es el mío. El deseo de su prójimo no es el
suyo, así que usted tampoco puede resistir por él.

Cuando la tentación llega, Dios le da la


estrategia para derrotarla.

No importa cuán grande sea la tentación, Dios le dará Su


gracia para soportar la tentación, resistirla, vencerla y hacer
que el enemigo huya de su vida. La Escritura nos enseña que,
“no os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir, sino que dará también juntamente con la ten-
tación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).

3. Velar y orar

Jesús nos enseñó a orar para no caer en tentación: “…Y


no nos metas en tentación, más líbranos del mal” (Lucas 11:4).

89
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Esta es una oración de vigilancia permanente, que viene co-


mo consecuencia de nuestra actitud de “velad y orad”, esta-
blecida en Mateo 26:41.

Charles Spurgeon,3 el célebre predicador inglés, hablando


acerca de la frase “no nos metas en tentación”, nos deja cuatro
poderosas lecciones que podemos resumir así: La primera es
que nunca debemos jactarnos de nuestra propia fortaleza, ni
decir: oh, yo nunca voy a caer en esas insensateces y pecados.
La segunda es que tampoco debemos desear la prueba; quiere
decir que por ninguna razón debemos desear ser afligidos o
probados, sino que debemos orar, “no nos metas en tenta-
ción”. La tercera enseñanza es, no acercarnos a la tentación;
porque el hombre que ora: “no nos metas en tentación”, y lue-
go va a ella, es mentiroso delante de Dios. La última es que, si
alguien le pide a Dios que no lo meta en tentación, tampoco
debe conducir a otros allí.

“No nos metas en tentación”, es en realidad la oración de


un hombre arrepentido que no quiere volver al pecado. Aquí,
la voluntad del hombre está involucrada. El enemigo presenta
la tentación, pero uno es quien decide si la toma o la resiste.
¿Cómo lo hace? Por medio de velar y orar para estar fuertes
en el espíritu antes que llegue el ataque.

En mi libro, “Oración de rompimiento”, establezco que “cuan-


do no velamos, estamos dormidos espiritualmente”. No velar es
“ser insensibles a lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

3 Charles Haddon Spurgeon, sermón 1402 “No nos metas en tentación”. To-
mado de http://www.spurgeon.com.mx/sermon1402.html

90
Las tentaciones en los últimos tiempos

Peor aún, es ser fríos e indiferentes ante la presencia de Dios;


es romper el vínculo de comunión con Él, mostrando apatía
o falta de interés por las cosas del Espíritu, lo cual resulta en
desconexión, separación y distanciamiento de Él”. Explico en
el mismo libro que, “Velar es un complemento de orar, donde
uno condiciona al otro. No es posible orar sin estar alerta, y
no es posible velar sin el respaldo de la oración. Cuando ve-
lamos, nada nos toma por sorpresa, porque nuestros sentidos
espirituales están vigilantes”.

Yo hago la oración del Padre nuestro cada día, para mi


propia vida, porque las tentaciones vienen a diario y quiero
estar prevenido. Jesús nos dejó una clave para no caer en esta
estrategia del enemigo: “Velad y orad, para que no entréis en
tentación…” (Mateo 26:41).

Cuando velamos y oramos, vemos en el


espíritu y podemos vencer la tentación.

Cuando velamos en oración, Dios nos muestra lo que el


enemigo está planeando; de esta manera, podemos percibir
lo que intenta hacer. El diablo no sabe que Dios nos está mos-
trando su actividad; por eso, podemos destruir sus obras en
oración y estar listos para resistir cuando venga la tentación.
Si velamos y oramos, no caeremos en su trampa, porque es-
taremos prevenidos.

4. Depender del Espíritu Santo

Cuando la tentación venga nos tiene que encontrar ca-


minando en el Espíritu, no deleitándonos en la lascivia de la

91
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

carne. Jesús venció la tentación con la Palabra, con la fuerza


del Espíritu Santo y con dominio propio. Hay deseos que
no provienen del corazón de Dios, pues son malos, corrup-
tos, pervertidos y nos separan de Él. Quizá ahora usted está
pasando por un valle de sombra y de muerte; se siente mal
cada vez que satisface los deseos pervertidos de la carne, y
quiere ser libre. ¿Qué debe hacer? Rendir ese deseo a Dios.
Él lo tomará y hará de usted un ser libre, tal como original-
mente fue creado.

El Espíritu Santo tiene que ser más real que la


tentación.

Si está luchando contra tentaciones que nadie conoce, si


lucha consigo mismo o contra los deseos carnales que pugnan
por manchar su santidad y separarlo de Dios, hoy el Espíritu
Santo está aquí para liberarlo, ¡en el nombre de Jesús! Cuan-
do usted fija su mirada en la cruz, todo deseo carnal desa-
parece, porque los demonios pierden su poder. Cuando ellos
miran la obra terminada de Jesús en la cruz y ven nuestros
deseos crucificados, recuerdan que hace más de dos mil años
fueron derrotados. Por eso debemos llevar todo pensamiento
cautivo a la obediencia a Cristo; someter nuestra voluntad al
Espíritu Santo y dejar que Su fuerza nos sustente.

ACTIVACIÓN

Si se siente tentado por un deseo malo y quiere vencerlo,


haga conmigo esta oración de rendición:

92
Las tentaciones en los últimos tiempos

“Padre, en el nombre de Jesús, me acerco a Ti como Tu


hijo y te pido que tengas misericordia de mí. Hoy decido
entregarte mis deseos y rendirte mi voluntad. Crucifico to-
do deseo corrupto y perverso dentro de mí. Escudriña cada
parte de mi ser, de mi corazón y líbrame de todo deseo ma-
lo. Nadie sabe de esto, pero Tú lo conoces todo. Libérame
Señor de los deseos y pecados con los que estoy lidiando
en secreto. Me humillo ante Ti. Transforma mi corazón.
Declaro que soy libre, ahora. Hoy comienza a salir de mi
vida todo deseo inmundo. Jesucristo tomó cada deseo co-
rrupto y carnal y lo clavó en la cruz. ¡Esos deseos quedan
cancelados y terminan para siempre, ahora, en el nombre
de Jesús!”

Ahora, permítame orar por usted:

“Padre, en el nombre de Jesús, ato todo poder demoniaco


y todo espíritu que influencia la vida de la persona que está
leyendo este libro. Ato todo espíritu demoniaco que influen-
cia sus pensamientos, emociones y voluntad. ¡Salen ahora
en el nombre de Jesús! Toda fortaleza satánica se rompe. Las
cadenas y ataduras se rompen ¡ahora! ¡Usted es libre, en este
instante! El Espíritu Santo remueve cada deseo corrupto, en
el nombre de Jesús. Ahora, declaro que Tú la fortaleces para
resistir al enemigo y la haces libre, en el nombre de Tu Hijo
amado, Jesús. ¡Amén!”

La señal de que usted ha sido libre es que ya


no tiene más deseos corruptos.

93
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

TESTIMONIO

José Peña, quien vive en Miami, Florida, junto a su esposa


Heydi, tiene un poderoso testimonio de las recompensas de
sacrificar los deseos de la carne y rendir su voluntad a Dios:
“Yo crecí en un hogar católico, pero mi familia era
disfuncional. Nunca tuvimos una figura masculina a quien
acudir como padre. Toda mi vida vi a los predicadores, evan-
gelistas y pastores como farsantes. Al crecer, fui desarrollan-
do mi propia manera de vivir y de pensar. Mi mentalidad se
formó con muchos paradigmas que me llevaron a vivir en
escasez y lleno de rencores. Comencé a probar drogas y toda
forma de escape, las cuales me llevaron a sentirme sin direc-
ción. Consumí drogas desde los quince hasta los veintitrés
años. Un día, buscando un trabajo nuevo, me encontré con
un conocido que hacía mucho no veía. Él me explicó cómo
había logrado no solo comenzar una nueva vida, sino tam-
bién crecer como persona y dejar las adicciones por completo.
Se veía como una persona totalmente nueva, ¡cambiada! No
sabía qué pensar, pero, dentro de mí se encendió una chispa
de curiosidad y decidí ir con él a lo que ahora sé que es una
Casa de Paz (reunión semanal en una casa donde se com-
parte la Palabra y se ministra el poder de Dios). No creía que
eso fuera para mí, pero seguí asistiendo. Allí vi cómo Dios
se movía en la vida de la gente con adicciones y estilos de
vida destructivos, y comencé a buscar a Dios. Cuando fui a
un servicio de la iglesia, pude ver milagros sobrenaturales.
No salía de mi asombro cuando veía el poder de Dios obran-
do ante mis ojos. Eso me llevó a recibir a Jesús como Señor

94
Las tentaciones en los últimos tiempos

y Salvador. Un día, al volver a casa, empecé a experimentar


ataques del enemigo. De repente, sentía deseos de consumir
drogas y alcohol otra vez; sin embargo, sabía que los milagros
que había visto no los iba a encontrar en otro lugar y eso me
detenía. Cada vez que sentía esos deseos de salir a los clubes
y consumir drogas empecé a buscar más de Dios. De alguna
manera sabía que el enemigo me perseguiría. De hecho, hasta
me llamaban viejos amigos para invitarme a salir y consumir
drogas. En momentos como esos, me recordaba a mí mismo
que Dios estaba en control y que lo que había sentido en aquel
servicio no lo iba a sentir otra vez, si volvía a mi antiguo estilo
de vida. Tenía que morir a mi carne y dejar atrás los cami-
nos del mundo. Pronto, esos deseos comenzaron a dejar mi
cuerpo y empecé a crecer espiritualmente. Desde el día que le
dije sí a Dios he podido caminar en mi propósito y llamado.
Hoy puedo ver los frutos de mi sacrificio. Veo a Dios moverse
no solo en mi vida sino en la de mucha gente a mi alrededor,
incluso en mi familia, a través de mi testimonio. Hoy soy una
nueva creación en Cristo, libre de lascivia, pornografía, forni-
cación, drogas, alcohol y tantas cosas más que Dios removió
de mi vida por Su amor y gracia. Mi esposa también pasó
por un proceso de liberación al venir a Cristo. Ella enfrenta-
ba gigantes, como el espíritu de lesbianismo y adicción a las
drogas, pero hoy es libre. Ambos estamos muy agradecidos
a Dios por lo que ha hecho y cómo nos ha transformado en
Su presencia. Permanecemos unidos en Cristo, muertos a la
carne. Sabemos que cada oposición, acusación y tentación
en nuestra vida nos ha llevado a mayores victorias. Desde
el principio hemos visto a Dios moldearnos a Su imagen y

95
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

semejanza. Hemos sido atacados de incontables maneras, pe-


ro siempre hemos vencido por el poder de la sangre de Cris-
to y por nuestro testimonio. Después de casarnos, tuvimos
nuestro primer ataque. Mi esposa fue diagnosticada estéril.
La tentación clara era desanimarnos y dejarlo todo; pero sa-
bíamos que el enemigo no tenía derecho legal para ganar esa
batalla, así que nos pusimos de acuerdo en oración y ahora
tenemos dos hijos. Dios ha sido fiel y le damos la gloria a Él
todos los días. Hoy nos paramos en Su Palabra y en nuestro
testimonio para mostrarle a la gente que Dios es fiel, y que Él
usará a nuestro favor lo que el enemigo planeó para mal. ¡Te
amamos Padre celestial por Tu amor eterno! ¡Amén!”

96
6
Las persecuciones en
los últimos tiempos

U nos días después de haber resucitado, Jesús se les


apareció a Sus once discípulos en un monte de Gali-
lea, y allí les dio la gran comisión de ir por el mundo a pre-
dicar el evangelio a toda criatura, bautizarlos en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y hacerlos discípulos
(vea, por ejemplo, Mateo 28:16-20; Marcos 16:14-18; Lucas
24:36-49; Juan 20:19-23). No obstante, los primeros cristianos
se sentían tan bien, que se negaban a abandonar Jerusalén,
como si el evangelio solo fuera para los judíos. Hasta que un
día “hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en
Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y
de Samaria” (Hechos 8:1).

En aquel entonces, Dios permitió esa persecución de la


iglesia, para que en su huida otras ciudades también conocie-
ran el evangelio del reino. En términos modernos podríamos
decir que, aquel día, la iglesia entró en “modo de expan-
sión”. El gran derramamiento del Espíritu Santo empezó a
tomar lugar. Jesús ya lo había previsto; por eso los bendijo
diciendo, “Bienaventurados los que padecen persecución por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

97
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os


persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintien-
do” (Mateo 5:10-11).

Sin embargo, la persecución es otra de las formas de ata-


que que el enemigo usa para atentar contra los santos. Lo que
el enemigo nunca imaginó es que Dios tomaría ventaja de esa
estrategia para avanzar Su Reino. Por eso, no podemos dejar
que la persecución nos detenga.

Qué es la persecución

En el idioma griego con que fue escrito el Nuevo Testa-


mento se usan dos términos para referirse a la palabra “perse-
cución”. Uno de ellos es dióko (G1377) que significa “padecer
persecución, huir, perseguir”; el otro es dslípsis (G2347) que
significa “presión, estrechez, aflicción, angustia y tribula-
ción”. Para la iglesia de Cristo, persecución es toda forma de
aflicción, presión, angustia y tribulación que sufrieron los
primeros cristianos por predicar el evangelio, sanar a los en-
fermos y libertar a los oprimidos por el diablo. Esa misma
forma de persecución se extiende hasta nuestros días y es una
de las más fieras estrategias que Satanás emplea a fin de evitar
que el reino de los cielos avance en la tierra. La persecución
viene por dos razones principales:

1. Por hablar la verdad

En otras palabras, el enemigo siempre va a oponerse a que


la verdad de Cristo sea predicada, porque ésta es la única forma
como el reino de los cielos avanza con violencia, y la segunda

98
Las persecuciones en los últimos tiempos

venida de Cristo es anunciada al mundo. Mantenernos en la


verdad desarma al enemigo. La Escritura promete que cuan-
do permanecemos establecidos en la verdad, “Ninguna arma
forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se
levante contra ti en juicio. Ésta es la herencia de los siervos de
Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” (Isaías 54:17).

Quienes hablan la verdad siempre serán perseguidos en


todas las áreas; más aún cuando se trata de hablar la verdad
suprema de Dios. Conozco líderes que, ante la primera ame-
naza de persecución, retroceden y dejan de predicar acerca
de valores del reino como la prosperidad, los milagros, lo so-
brenatural, la liberación, la paternidad de Dios, la identidad
divina, y tantas otras cosas. Ellos deben saber que, conforme
a los estándares del reino, son considerados traidores y co-
bardes. Incluso, he visto a varios de ellos perder la unción. Así
que, aunque nos persigan, ¡jamás nos apartemos de la verdad!

Donde usted se detiene y deja de hablar


la verdad, allí comienza a perder unción y
termina su influencia.

Job nunca retrocedió y jamás dejó de decir la verdad. Fue


tanta su lealtad, que Dios lo bendijo dándole el doble de lo
que había perdido. “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando
él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las
cosas que habían sido de Job” (Job 42:10). De modo que, si
usted está siendo perseguido ahora, ¿qué piensa hacer? ¿Re-
trocederá o seguirá adelante?

99
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Yo he sido perseguido por predicar verdades divinas co-


mo la liberación, la paternidad, lo sobrenatural, lo apostóli-
co, la prosperidad, el rompimiento a través de la oración y el
ayuno, los milagros, etcétera. Llevo en mi espalda las marcas
de la persecución. He sido perseguido en muchas partes del
mundo; sin embargo, a mi favor tengo el hecho de no haber
sido perseguido por mentiroso ni ladrón; sino por predicar
las verdades del reino. “Así que, ninguno de vosotros padezca
como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en
lo ajeno; pero si alguno padece como cristiano, no se avergüen-
ce, sino glorifique a Dios por ello” (1 Pedro 4:15-16). No pode-
mos predicar un mensaje que comprometa la verdad.

Cuando calla una verdad de Dios, usted


pierde autoridad para operar en ella, y eso lo
hace retroceder ante Dios mismo.

Los sentimientos no son la verdad. La verdad no tiene


nada que ver con nuestro estado físico ni con el estado de
ánimo. Por ejemplo, yo he estado enfermo y he tenido que
ministrar milagros. Eso no cambia la verdad. ¡Y la verdad es
que Dios sana! La gente se ha sanado y liberado, aun cuando
yo seguía enfermo, luchando y creyendo por mi propia sani-
dad. Si yo hubiera tomado mis circunstancias como excusa
para no predicar la verdad, estaría afirmando que la verdad
depende de mí y de cómo me siento; y eso no es cierto.

La diferencia entre la opinión y la verdad es que la opi-


nión es subjetiva, y puede ser cambiada; sin embargo, nada

100
Las persecuciones en los últimos tiempos

puede cambiar la verdad, porque ésta siempre prevalece. La


opinión no tiene sustancia, mientras que la verdad es el nivel
más alto de realidad. Cuando alguien me dice que la gente
está hablando esto y aquello, yo pregunto, ¿quién es esa gente
específicamente?; porque quiero conocer de dónde procede lo
que hablan. Cuando nos dicen algo, debemos tener sutileza
para discernir si la gente nos está dando una opinión o nos
está diciendo la verdad.

El hombre malo persigue al justo a causa de la


verdad, pero la justicia de Dios viene sobre los
malos a causa de la iniquidad.

2. Porque la bendición se hace visible

Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay


ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas,
o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de
mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora
en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres,
hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero
la vida eterna. —Marcos 10:29-30

Hay un nivel de bendición que nos hace brillar y es la que


recibimos de Dios por haber dejado todo por Él. Esa bendi-
ción de “cien veces más” es visible y grandiosa; es una mega
bendición. Dios promete bendecirnos cuando dejamos todo
por Él para avanzar Su Reino, pero también nos advierte que
eso traerá persecución. El diablo no persigue lo que no puede

101
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

ver. Pero hay un nivel de bendición, evidentemente pública,


que atrae la atención de Satanás. Por ejemplo, la bendición
de Job. “Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos,
quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos
criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales”
(Job 1:3). Todos conocían acerca de Job, hombre temeroso de
Dios. Cuando el enemigo lo persiguió y casi acaba con su vi-
da, él fue doblemente prosperado. Su visible prosperidad fue
la evidencia de que él era justo.

La Escritura nos muestra que, al alcanzar cierto nivel de


bendición, comenzamos a atraer persecución. Jesús llamó a ese
nivel el “ciento por uno”. Cuando usted no es perseguido, es
porque no está haciendo nada relevante, ni resulta una amena-
za para el diablo y sus propósitos; por eso él lo deja tranquilo.
Asimismo, cuando una iglesia es pequeña y carece del poder
de Dios, nadie dice nada; pero apenas comienza a crecer, se
levanta la persecución contra ella. Cuando su nombre es cono-
cido, como el de Job, sobre todo por la prosperidad que Dios
le da, entonces el espíritu religioso y el espíritu de pobreza se
levantan. La gente influenciada por esos espíritus no tolera que
seamos prosperados en las áreas financiera, emocional, fami-
liar o ministerial, porque quieren que el pueblo de Dios viva en
miseria. Le pregunto, ¿está dispuesto a caminar en una mega
bendición? Entonces prepárese a ser perseguido.

Cuando usted es perseguido por ser


bendecido, también es responsable de seguir
obedeciendo a Dios.

102
Las persecuciones en los últimos tiempos

Como ministerio, alimentamos al pobre, vestimos al


desnudo, mantenemos orfanatos, emprendemos misiones
evangelísticas, organizamos cruzadas de sanidad, mila-
gros y liberación; llevamos el mensaje de Dios por radio,
televisión, internet, libros, manuales y folletos. Por eso Sa-
tanás nos persigue con falsas acusaciones, con la intención
de detenernos. Cuando alguien no es perseguido, es por-
que seguramente nada está haciendo que incomode al ene-
migo. No podemos predicar un evangelio liviano, que sobe
el pecado, que no confronte al pecador con su redentor,
que disfrace la verdad o comprometa el mensaje del reino
de Dios. Tampoco podemos dejar de testificar acerca de la
bondad de Dios ni esconder la bendición para evitar ser
perseguidos.

El propósito de la persecución

La meta de toda persecución es frenar o detener el avan-


ce, la expansión, la multiplicación y las bendiciones del
reino de Dios sobre Sus hijos. Sabemos que vamos progre-
sando, por el nivel de persecución que recibimos. Una de las
maneras como el diablo puede detenernos legalmente, es a
través de la persecución. Si bien el enemigo no puede tocar-
nos porque Dios nos protege, la persecución se convierte en
una distracción. Su fin es evitar que dejemos de avanzar el
reino y que alcancemos nuestras bendiciones.

A mayor incremento de poder y bendición,


mayor será la persecución.

103
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

Cómo lidiar con la persecución

Debemos ser sabios y discernir las persecuciones del


enemigo en los últimos tiempos. Estos son algunos consejos
acerca de cómo lidiar efectivamente con la persecución:

■■ No prestarle atención

Cuando la persecución viene por hacer la voluntad de


Dios y avanzar Su reino, ésa es solo una forma de distraernos
para evitar que progresemos y recibamos nuestra bendición.
Debemos llegar al punto de tener la “piel bastante gruesa”,
para que la persecución no nos moleste ni nos detenga. “Por-
que Jehová el Señor me ayudará, por tanto, no me avergoncé;
por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré aver-
gonzado” (Isaías 50:7).

Cuando usted es perseguido, no puede darse el lujo de


detenerse. Debe predicar más, dar más, orar más, ganar más
almas; porque el propósito del enemigo es detenerlo y usted
no puede permitir que eso suceda. ¡Dios está de su lado! ¡Pro-
siga hacia la meta!

■■ Estar listos para la batalla

Ante la persecución del enemigo, debemos estar seguros


de que estamos cubiertos por la sangre de Cristo y listos para
la guerra espiritual. Es importante entender que, en el ám-
bito del espíritu, la persecución significa guerra. Por lo tan-
to, no podemos ir contra las personas, “porque no tenemos
lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra

104
Las persecuciones en los últimos tiempos

potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este si-


glo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones ce-
lestes” (Efesios 6:12).

El apóstol Pablo le escribió a Timoteo, su hijo espiritual,


diciendo: “Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para
que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuan-
to a ti, milites por ellas la buena milicia” (1 Timoteo 1:18).
Si estamos decididos a arrebatar almas al infierno, bautizar
creyentes y hacer discípulos para extender el reino de Dios,
debemos estar conscientes de que estamos sumergidos en
una guerra espiritual; por lo tanto, debemos militar la buena
milicia, y pelear la buena batalla de la fe.

■■ No retroceder de la verdad

Debemos seguir creyendo y predicando la verdad. Recuerde


que nada puede detener la verdad de Dios, porque ella está por
encima de todo. Aunque parezca que el enemigo gana terreno,
nosotros debemos seguir empujando y buscando la expansión
del reino. Jesús es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).

■■ Levantar el escudo de la fe

La fe es el escudo que detiene la persecución. Así, todo


ataque que el enemigo envíe contra nosotros se desarmará. Si
perdemos la fe, sucumbiremos ante los ataques del enemigo.
Por tanto, perder la fe no es una opción.

Con humildad puedo decir que Dios bendice las obras


que nuestro ministerio emprende con fe; y ésa es una señal de

105
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

que Él está con nosotros. Si estuviéramos equivocados, ¿por


qué Dios nos bendeciría? Hacemos lo que manda Su palabra:
oramos, ayunamos, damos; ganamos almas por millones; ali-
mentamos a los pobres, las viudas y los huérfanos; vestimos
al desnudo, sanamos al enfermo, liberamos a los que han sido
esclavizados por el diablo; restauramos familias; entrenamos
y empoderamos discípulos; y aún todo lo que Él nos da, al-
canza para bendecir a otros ministerios en Estados Unidos y
alrededor del mundo.

Quiero terminar este capítulo retándole a seguir avan-


zando el reino de Dios con amor, denuedo y valentía; sin
importar las persecuciones que el enemigo quiera plantear.
Jesús dijo que toda bendición viene con persecución. Yo peleo
a diario por mi bendición. Mi pregunta es, ¿está usted dis-
puesto a luchar por la suya?

No critique mi cosecha si no conoce mi


semilla. No critique mi gloria si no conoce mi
historia.

ACTIVACIÓN

Si usted está enfrentando persecución por causa de Cris-


to, si el enemigo ha levantado el infierno entero en su contra
para detenerlo, necesita hacer esta oración:

“Amado Padre celestial, te doy gracias por darme a co-


nocer la verdad acerca de las persecuciones que vienen a mi

106
Las persecuciones en los últimos tiempos

vida por hacer Tu voluntad, avanzar Tu reino y recibir Tu


bendición. Gracias por todas las bendiciones que traes a mi
vida, porque Tú bendices a quienes enfrentan la persecu-
ción por Tu causa. Te pido perdón si me he detenido ante
la persecución, si he dejado que el enemigo me asuste con
sus amenazas, si no he permanecido en la verdad. Hoy me
declaro libre del miedo a las amenazas y persecuciones de
Satanás y decido permanecer y empujar más para el creci-
miento del reino. Voy a orar más, predicar más, manifestar
más Tu poder sobrenatural y recibir Tus bendiciones, sin
culpa ni vergüenza. Ato toda lengua mentirosa y desato
juicio de lo alto, mientras yo sigo trabajando por Tu causa,
predicando las verdades de Tu Palabra y obedeciendo todo
lo que me envías a hacer. Me declaro bendito, en salud, gozo
y paz, alineado con Tu voluntad y protegido por Tu mano,
en el nombre de Jesús. ¡Amén!”

TESTIMONIOS

La persecución de una iglesia en Cuba

La iglesia del apóstol Mario Álvarez, en Cuba, era apre-


ciada como un gran ministerio en su país, con cerca de
ochocientos miembros, hasta que vino la persecución. Sin
embargo, el diablo no los pudo detener. Este es su testimonio:
“Con una iglesia considerada grande, nosotros sen-
tíamos que no estábamos progresando; hasta que nos dimos
cuenta que faltaba el poder sobrenatural de Dios en nuestro

107
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

ministerio y en nuestra vida. Enfrentábamos mucha oposi-


ción, porque lidiábamos con brujos, médiums, pobreza y una
dictadura gubernamental. Todo lo que el enemigo puede usar
para oprimir a la gente, nosotros lo teníamos como nación. Sa-
bíamos que necesitábamos hacer algo, pero no sabíamos qué.
No conocíamos la paternidad espiritual, hasta que entramos
en contacto con el Ministerio El Rey Jesús. Gracias a la cober-
tura de esa casa apostólica, empezamos a ver el rompimien-
to. Después de ser entrenados, equipados y empoderados, la
liberación y la impartición empezaron a transformarnos. Mi
esposa comenzó a fluir en la intercesión, mis hijos se compro-
metieron con sus llamados. Nuestro ministerio creció a más de
tres mil miembros y más de setenta iglesias bajo cobertura. Sin
importarnos la persecución, hoy nuestro ministerio sostiene
22 iglesias, sin ayuda económica externa, pese a todos los in-
convenientes que eso significa en nuestro país, y las malas con-
diciones financieras. Hemos sido perseguidos por el gobierno y
también por otras iglesias, pero Dios se ha movido de manera
poderosa a nuestro favor y hemos prevalecido. Pese a la perse-
cución, hoy somos un ministerio respetado. Dios muestra Su
amor por Su pueblo, restaurando vidas, trayendo encuentros
sobrenaturales con Su presencia a través de nuestros servicios.
Incluso, hemos visto oraciones respondidas que han servido
de testimonio, y han afectado y cambiado el estado actual de
nuestro país. Tan pronto nos conectamos con el apóstol Mal-
donado, supimos que habíamos encontrado más que un mi-
nisterio, un hogar y un padre espiritual. La impartición me
llevó a conocer más a Dios, a crecer en mi relación con Él y a
desatar Su poder a través de mi vida. Empezamos a ver gente

108
Las persecuciones en los últimos tiempos

liberada de toda clase de brujería, que llegaba rendida a los pies


de Jesús. Gente de todos los rangos, en el ámbito demoniaco,
venían a Cristo. A causa de los milagros y la resurrección de
muertos, recibimos todo tipo de acusaciones, ya que el poder
sobrenatural de Dios impactaba a la gente. Por ejemplo, un día
una joven nos llamó porque su abuela había muerto en el hos-
pital, y después que oramos, la abuela resucitó estando ya en la
morgue. Otro joven murió en un accidente con su moto, pero
unos miembros de nuestra congregación que estaban cerca
oraron por él, y el muchacho volvió a la vida, para la gloria de
Dios. Ese milagro impactó a mucha gente de nuestro país, in-
cluso a algunos con altos cargos en el gobierno. Luego de docu-
mentarlo ese testimonio fue transmitido en televisión. Pero a
medida que nuestro ministerio crecía, veíamos que los niveles
de persecución y acusación también crecían. Mucha gente de
nuestra congregación comenzó a ser perseguida en su trabajo;
ingenieros, médicos y abogados fueron despedidos de sus em-
pleos por creer en el poder sobrenatural de Dios. Sin embargo,
ellos permanecieron fieles a Dios, más allá de toda oposición
del gobierno. Hoy, juntos, continuamos el movimiento que
Dios comenzó en nuestra vida, gracias a Su poder. Él nos ha
sostenido, cuidado y respaldado. Dios ha permanecido fiel y
el enemigo no nos ha podido detener. Le damos gracias a Dios
por el Ministerio El Rey Jesús y por todo lo que esta iglesia ha
hecho en nuestras familias, ministerio y país. ¡Gracias Padre
por confiarnos Tus planes!”

Así como el apóstol Mario, en Cuba, hay muchos líde-


res e iglesias en países donde el evangelio es perseguido, y

109
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

los cristianos encarcelados, maltratados y hasta torturados


por predicar la verdad del evangelio del reino. ¿Por qué no
retroceden? Porque saben —por el nivel de persecución que
reciben—, que el reino de los cielos está avanzando y las for-
talezas del enemigo están cayendo. Oremos por ellos para
que su fe no mengüe. Levantemos sus brazos en oración para
que sean fortalecidos en medio de la persecución y que la luz
del evangelio brille cada vez más fuerte en esos lugares de
oscuridad. Señor, que venga Tu reino y Tu gobierno a cada
lugar de la tierra. Te lo pedimos en el nombre poderoso de
Jesús, el Hijo de Dios. ¡Amén!

110
7
Las acusaciones en los
últimos tiempos

L as falsas acusaciones ocurren con mayor frecuen-


cia de lo que suponemos y su propósito es desgastar
al pueblo de Dios. Como vimos previamente, el diablo es la
fuente de toda mentira y falsedad, un pecado aparentemen-
te simple, pero que se opone totalmente a Dios, quien es la
verdad. La Escritura nos enseña que cuando el acusado está
parado en justicia, haciendo la voluntad de Dios, quienes lo
acusan falsamente se convierten en hijos del enemigo. Inclu-
so los señala con claridad diciendo: “Vosotros sois de vuestro
padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él
ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en
la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla menti-
ra, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”
(Juan 8:44).

La acusación es la forma más alta de ataque que el ene-


migo está usando en los últimos tiempos. Precisamente, una
de las personalidades de Satanás es ser “el acusador” de los
hermanos. De ahí que, la Escritura afirma: “Ahora ha venido
la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autori-
dad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de

111
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios


día y noche” (Apocalipsis 12:10).

Las acusaciones son el último recurso del


enemigo.

El nombre “Satanás” tiene raíz hebrea y significa “acu-


sador” o “adversario”. En el principio él era el adversario de
Dios; luego, se convirtió en el adversario del hombre; y cuan-
do Jesús vino a la tierra, también se hizo adversario de Jesús.
En definitiva, es el adversario del reino. Como no puede ac-
tuar directamente, utiliza los cuerpos de ciertos individuos
para acusar a los santos. Por consiguiente, nuestra lucha no
debe ser contra los que acusan, sino contra el ser sin cuerpo
que actúa tras ellos. La pregunta es, ¿qué personalidad pre-
fiere usted? ¿La de la verdad, que procede de Dios, o la de la
mentira, que proviene del acusador?

Qué es la acusación

Acusar es señalar a alguien como responsable de una fal-


ta, sin tener base para inculpar, ni saber si aquello es verdad
o no. Es un chisme malicioso usado con el fin de manchar
el nombre y testimonio de alguien. Por lo general, el acusa-
dor no confronta personalmente, sino que usa la murmura-
ción para que todos alrededor lo sepan, pero nunca acusa
de frente. Es una posición bastante peligrosa y debemos
estar atentos para no convertirnos en acusadores usados
por Satanás.

112
Las acusaciones en los últimos tiempos

Cuando la gente acusa a alguien mintiendo,


acusa directamente a Dios.

Los propósitos de toda acusación son:

■■ Destruir su testimonio

Si su reputación es destruida, usted deja de ser creíble.


Una vez que su credibilidad es dañada, ¿quién creerá su pa-
labra?, ¿quién comprará su producto?, ¿quién escuchará su
mensaje? El enemigo quiere minar su reputación y su cre-
dibilidad hasta destruirlas. Desafortunadamente, hay gente
siendo usada por el diablo para detenernos. La credibilidad
de una persona es tan importante que, en Estados Unidos,
por ejemplo, uno puede demandar a alguien que pretenda
destruir su nombre.

■■ Matar su influencia

Dios nos ha dado una esfera de influencia y una medida de


gobierno, pero la gente responde a eso por la confianza y cre-
dibilidad de quien la porta. Por eso Pablo dijo a los corintios:
“…nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino confor-
me a la regla que Dios nos ha dado por medida, para llegar
también hasta vosotros” (2 Corintios 10:13). El propósito de la
acusación es matar la influencia de una persona inocente; si
la confianza en ella es destruida, su influencia y capacidad de
gobierno perderán fuerza. El Señor juzgará a quienes tratan
de matar la influencia de los cristianos verdaderos, cuya úni-
ca culpa es trabajar por avanzar el reino de Dios.

113
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

■■ Cuestionar su fe

Todo lo que cuestiona su fe en Dios, lo lleva a dejar de


creer en Él. Tarde o temprano usted comienza a preguntarse
cosas como, ¿realmente lo dijo Dios? ¿Qué hizo usted mal?
¿Por qué viene tanto problema? Esto fue lo mismo que su-
cedió en Edén: “…la serpiente era astuta, más que todos los
animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo
a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol
del huerto?” (Génesis 3:1). La fe de Eva estaba intacta, hasta
que la serpiente comenzó a cuestionarla.

De la misma manera, el enemigo suele venir con astu-


cia, trayendo acusaciones para llevarnos a cuestionar nuestra
propia fe en Dios, o en los líderes que Él ha puesto para guiar
a Su pueblo. (Vea, por ejemplo, Números 12, donde Moisés es
acusado por sus propios hermanos). Las acusaciones, además,
vienen para que dejemos de creer en el milagro que estamos
esperando. Si el enemigo logra que cuestionemos nuestra fe,
jamás recibiremos ese milagro, ni ninguna de las bendiciones
que Dios tiene para nosotros.

El propósito de toda acusación es lograr


que usted deje de creer por aquello que está
creyendo.

Esta estrategia también ha sido desplegada contra mí.


El enemigo ha traído acusaciones a mi vida; y con ellas han
venido la culpa y los cuestionamientos. En alguna ocasión
me pregunté: ¿Qué estoy haciendo mal? Hasta llegué a dudar

114
Las acusaciones en los últimos tiempos

de no haber hecho las cosas conforme me las encomendó el


Señor. Luego comprendí que esto ocurre porque los dardos
de fuego del maligno siempre tienen como destino la mente
del ser humano. Si el enemigo logra hacerlo dudar, le robará
la bendición.

■■ Detener la obra de sus manos

Al igual que las anteriores estrategias del enemigo, las


acusaciones tienen el fin claro de detenernos, de evitar que
edifiquemos a los santos, que sanemos al enfermo, liberemos
al cautivo y extendamos el reino de Dios. Por eso, tenemos
que decidir qué hacer frente a las acusaciones que el enemigo
levanta contra nosotros mintiendo. ¿Qué hará usted? ¿Dejará
de creerle y de servir a Dios? ¿Dejará de moverse en lo so-
brenatural? ¿Abandonará la visión de Dios? ¿Ha pensado en
cuántas personas dejarían de conocer a Dios si usted renun-
cia a predicar el evangelio del reino? O, ¿cuántos enfermos
morirán si usted deja de orar por ellos y ministrar milagros?

Uno de los propósitos por los que la Biblia trata este tema,
es para que sepamos cómo conducirnos cuando alguien acu-
sa a las personas que nos están ayudando a avanzar el reino
de Dios en la tierra. Si usted es un pastor y ha delegado parte
del trabajo en gente que usted ha formado y Dios ha levanta-
do para ayudarle, no puede admitir livianamente acusacio-
nes contra ellos. Pablo aconsejaba a Timoteo acerca de esto
diciendo: “Contra un anciano no admitas acusación sino con
dos o tres testigos” (1 Timoteo 5:19). Esto quiere decir que, si
el enemigo está levantando falsas acusaciones, éstas no deben

115
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

admitirse de buenas a primeras; aunque es importante inves-


tigar para llegar a la verdad.

■■ Asesinar su carácter

“Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y


aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra
su hermano Abel, y lo mató” (Génesis 4:8). Así como Caín
asesinó a Abel por envidia, muchos hoy levantan falsas acu-
saciones contra quienes agradan a Dios, porque sienten envi-
dia de sus bendiciones. El enemigo usa a la gente para matar
y asesinar su carácter, para que no sigan confiando en usted.
El diablo siempre está tratando de dañar su reputación y des-
truir su carácter, para que así, nadie lo apoye ni lo siga en el
cumplimiento de la voluntad de Dios.

Cómo lidiar con las acusaciones

Así como hemos visto que hay distintas estrategias que el


enemigo está usando en este último tiempo, para oponerse a
que la iglesia de Cristo avance y extienda el reino de Dios; así
también hay diferentes maneras de prevenir los ataques del
maligno, y de responder a cada uno de ellos. ¿Qué debemos
hacer?

■■ No responder a las acusaciones

“Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes?


Mira de cuántas cosas te acusan. Mas Jesús ni aun con eso
respondió; de modo que Pilato se maravillaba” (Marcos 15:4-
5). Jesús nos da ejemplo de cómo hacer frente a las falsas

116
Las acusaciones en los últimos tiempos

acusaciones. El diablo quiere que usted responda. Tratará de


provocarlo para que lo haga, de la misma forma como tentó a
Jesús para que argumentara con él en el desierto; sin embar-
go, Jesús solo respondió con la Escritura. “Pero [a Pilato] Jesús
no le respondió ni una palabra” (Mateo 27:14). Cuando usted
permanece en silencio, no niega ni acepta, ni les da relevancia
a las acusaciones. Así, el diablo solo depende de sus propias
palabras. No caiga en la tentación de reaccionar y entrar en
la discusión. Él tergiversará sus palabras y las usará para sus
fines perversos, como lo hizo en Edén “…¿Conque Dios os ha
dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3:1).

El diablo se frustra cuando usted no responde,


porque él solamente puede trabajar con sus
respuestas.

Cuando alguien lo acusa, lo que el diablo busca es poner


en boca de la gente algo que a usted le moleste. Sin embargo,
si usted posee la verdad, permanecerá tranquilo. “Bienaven-
turados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan,
y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos
y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos;
porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vo-
sotros” (Mateo 5:11-12). Así que, si sabe que lo están acusando
injustamente, ¿para qué se defiende?

■■ Bendecir a los que nos acusan

Cristo nos dio la clave para vencer. Lo mejor que pode-


mos hacer contra quienes nos acusan es bendecirlos y orar

117
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

por ellos. “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bende-


cid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y
orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). Eso
mantendrá nuestro corazón puro y libre de rencores y ofen-
sas, y no perderemos la presencia de Dios en nuestra vida, ni
Su respaldo a nuestro trabajo por el reino.

La señal de que hemos perdonado a nuestros


acusadores es que los podemos bendecir.

■■ Pararse firme

En el libro de los Hechos, vemos cómo los discípulos de


Cristo fueron acusados por los mismos judíos, quienes busca-
ban matar su influencia y destruir su testimonio. “Aconteció
en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y
hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos,
y asimismo de griegos. Mas los judíos que no creían excitaron
y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con de-
nuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la pa-
labra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos
de ellos señales y prodigios” (Hechos 14:1-3).

Cuando la oposición vino, los apóstoles no salieron hu-


yendo ni dejaron de predicar el evangelio del reino. Aunque
los religiosos envenenaron la mente del pueblo, los apóstoles
se mantuvieron firmes en Jerusalén. No huyeron, sino que
se quedaron allí por largo tiempo predicando, liberando y

118
Las acusaciones en los últimos tiempos

haciendo milagros en el nombre de Jesús, y la mano del Se-


ñor estaba con ellos. Tiempo después, Pablo exhortaría a los
efesios a estar firmes ante las asechanzas del diablo, diciendo:
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”
(Efesios 6:13).

En medio de la más grande acusación,


suceden los más grandes milagros y
rompimientos.

■■ Condenar toda lengua mentirosa

“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás


toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la heren-
cia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo
Jehová.” (Isaías 54:17). La palabra “forjada” es la traducción
del vocablo hebreo yatsár (H3335) que significa moldear algo
o darle forma, en este caso, hasta que se convierta en un ar-
ma. Pero si obedece a Dios, Él no permitirá que esa arma ni
ninguna otra le hagan daño. Esas armas, pueden incluir las
palabras de acusación que vienen contra nuestra vida.

En el mismo versículo de Isaías, el Señor nos da la potes-


tad de condenar toda lengua mentirosa. Preste atención que
no dice que Él las va a condenar, sino que dice que nosotros
debemos hacerlo. Pero recuerde que no puede hacer esto a
la ligera; ni porque alguien no está de acuerdo con usted. Sí
debe hacerlo cuando hay lenguas que lo juzgan, lo condenan

119
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

mintiendo y lo maldicen; ésas son las lenguas que usted de-


be condenar. Si usted es una persona justa, tiene el derecho
legal de cancelar con su boca toda palabra de acusación que
provenga de quienes pronuncian juicio contra su ministerio,
su familia, su negocio, etcétera; y de condenar esas lenguas
mentirosas.

Cómo identificar las lenguas mentirosas

Es importante que identifiquemos las lenguas que se le-


vantan en juicio contra los hijos de la luz. ¿Cuáles son esas
lenguas de las que habla la Escritura?

■■ Toda lengua que se opone al justo.

“Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el


justo cosas duras con soberbia y menosprecio” (Salmos 31:18).
Si usted es justo, tiene derecho a condenar las lenguas menti-
rosas que se levantan en su contra, porque es herencia de los
siervos de Dios. Cuando estamos parados en justicia ante el
Señor, podemos condenar toda lengua mentirosa que se opo-
ne a nosotros. Ésta es la autoridad con la que Jesús reprendió
al diablo en el desierto. Pero recuerde que, si no estamos pa-
rados en justicia, todo juicio que declaremos se volverá contra
nosotros. Por lo mismo, debemos ser justos, sabios y tener
temor santo y reverente de Dios.

Sus derechos vienen de estar alineados a Dios


en posición de justicia.

120
Las acusaciones en los últimos tiempos

■■ Toda lengua que se opone a su propósito en la tierra.

Si usted está cumpliendo el propósito de Dios en la tierra,


el Señor está de su lado y lo defenderá: “Jehová cumplirá su
propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
no desampares la obra de tus manos” (Salmos 138:8). Toda
persona que hable contra el propósito que Dios le ha dado,
recibirá su pago de Dios porque atenta contra Él mismo y Su
voluntad.

■■ La lengua de juicio que se opone al avance del


evangelio.

Cuando predicamos el evangelio, el enemigo levanta


gente que comienza a acusarnos con mentiras y falsos tes-
timonios. Debemos estar preparados y saber que la solución
no es defendernos, sino condenar la lengua mentirosa, como
lo hizo Pablo con Elimas: “Pero les resistía Elimas, el mago
(pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe
al procónsul. Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del
Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo
engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda jus-
ticia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás
ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente
cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor,
buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el procón-
sul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la
doctrina del Señor” (Hechos 13:8-12). El versículo es claro.
Nos muestra a Pablo reprendiendo al mago y —guiado por

121
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

el Espíritu Santo— declarando juicio contra él por un deter-


minado tiempo. Mire también que lo llamó “hijo del diablo”,
porque así ve Dios a quienes acusan a los hombres y mujeres
que cumplen el mandato de Cristo.

■■ Toda lengua que juzga a un hombre de Dios.

En el mundo hay mucha gente que está enferma, oprimi-


da y débil, porque el Señor ha traído juicio sobre ella por ha-
ber juzgado a un hombre o mujer de Dios. Otros han muerto
de alguna enfermedad terminal, accidentes, etcétera. En mu-
chos otros casos sus vidas están destruidas, porque acusaron
a un hombre de Dios, en lugar de orar por él y bendecirlo. La
Biblia es clara al decir: “No toquéis…a mis ungidos, ni hagáis
mal a mis profetas” (Salmos 105:15).

Como personas justas, tenemos derecho a


pronunciar el juicio de Dios.

Entre quienes predican el mensaje de la gracia, muchos


se han dado a la tarea de remover el juicio de Dios de sus
prédicas. No obstante, yo creo que Dios es un Dios de gra-
cia y misericordia, pero también de juicio. A medida que nos
acercamos a los últimos tiempos, vemos que la persecución
y la acusación sobre los ministerios sobrenaturales se inten-
sifica. Si queremos seguir avanzando, debemos estar listos
para condenar esas lenguas. Solo necesitamos estar seguros
de estar viviendo en justicia delante de Dios; de otra manera,
el juicio se volverá contra nosotros. Cualquiera que entienda

122
Las acusaciones en los últimos tiempos

de justicia y gobierno puede declarar un juicio de Dios. La


ley del Señor nos da el derecho de hacerlo, pues esos juicios
son señales de los últimos tiempos y forman parte de la expe-
riencia de los apóstoles. Estas manifestaciones se harán más
frecuentes en los días finales.

En los últimos tiempos, los ministerios


sobrenaturales son el blanco de falsas
acusaciones del enemigo.

ACTIVACIÓN

Si usted ha estado siendo atacado por el enemigo con acu-


saciones falsas que amenazan destruir su testimonio, matar
su influencia, detener la obra de sus manos, asesinar su carác-
ter y llevarlo a cuestionar su fe, este capítulo fue escrito para
usted. Quiero que me acompañe a orar a Dios para que todo
lo que el enemigo planeó para mal, Dios lo torne para bien.
Ore conmigo:

“Señor y Padre celestial, vengo ante Tu presencia en el


nombre de Jesús, a darte gracias por la obra terminada en
la cruz del Calvario. Corro a Ti Señor, porque el enemigo
ha traído fuertes ataques contra mi vida. Me están acusan-
do injustamente y mi única culpa es predicar el evangelio
del reino, sanar a los enfermos y liberar a los cautivos por
el diablo, en el nombre de Jesús. Siento que estas acusacio-
nes me debilitan y mi fe desmaya. Hoy, voluntariamente,
decido perdonar a quienes me acusan y persiguen y, por el

123
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

contrario, bendigo sus vidas. Te pido que seas Tú quien me


defienda mientras yo, parado en Tu justicia, y en el nom-
bre de Jesús, condeno toda lengua mentirosa que se levanta
contra mí en juicio. Declaro que Tu paz llena mi corazón y
el Espíritu Santo me llena de poder, fe y osadía para seguir
predicando Tu mensaje y demostrando Tu poder sobrena-
tural. Perdono y bendigo a quienes me han acusado injus-
tamente; declaro que Tú tratas con ellos y que el fruto de la
obra de mis manos aumenta en favor de Tu reino. Gracias
Padre amado, porque siempre estás conmigo y nunca me
abandonas. Amén”

TESTIMONIOS

Julio Fuentes, quien reside en la ciudad de Miami (Esta-


dos Unidos), tiene un testimonio poderoso que quiero com-
partir con ustedes:
“Toda mi vida pude hacer lo que quería. Desde muy
joven comencé a ir a los clubes de striptease y a malgastar
el dinero. Un día, estando en el mundo, me encontré a un
evangelista en la playa que me habló cosas de mi vida que
solo yo sabía. Me quedé sorprendido al ver que alguien había
estado pendiente de mis andanzas. En ese tiempo, yo estaba
envuelto en robo de identidad y estafas de todo tipo. Mentir
era parte de mi negocio, así que no sabía cómo alguien po-
día decirme la verdad acerca de mi vida. Practiqué todas las
formas de fraude durante cinco años, falsificando números
de seguro social y manipulando a la gente para estafarla. Un
día, luego de ese encuentro con el evangelista, me trajeron

124
Las acusaciones en los últimos tiempos

al Ministerio El Rey Jesús a un servicio de jóvenes. Después


de ese servicio, no volví a ser el mismo; pude sentir a Dios
moverse en mi corazón. Comencé a sentir que algo cambiaba
en mí, mientras veía a otros, también allí, ser impactados con
Su presencia. Después de ese encuentro, mi vida cambió, pero
aun así no me resultaba fácil comprometerme con Dios por
completo. Empecé a decirle a la gente lo que había visto, pero
debido a mi estilo de vida mi familia se rehusaba a creer en
mi cambio. Me llamaban mentiroso y ladrón, y creían que el
ministerio era así también. Mi familia me desanimaba, pero
Dios vio más allá de las acusaciones y creyó en mí. Hoy, le doy
la gloria a Dios porque por Su amor y gracia pude perseverar.
Manteniéndome firme en Sus promesas, comencé a caminar
en mi propósito y Él abrió las puertas para que pudiera te-
ner mi propia empresa, que hoy se conoce como IDIA Inc. A
través de ella, he podido viajar a diversos países del mundo
acompañando a mi padre espiritual. He visto a la gente trans-
formada por el poder de Dios y liberada de fortalezas demo-
niacas, enfermedades, maldiciones generacionales y mucho
más. Ahora, Dios me usa como líder en este ministerio, im-
pactando gente de la ciudad y el mundo con mi testimonio. A
través de la visión del ministerio, Dios también me ha usado
para traer a mi familia a los pies de Cristo, después de ver el
fruto del cambio radical en mi vida. Ahora, ellos reciben la
misma impartición de la casa y ven la fidelidad de Dios en mi
vida. Mi familia ahora se alimenta de los libros y prédicas del
ministerio y están creciendo en el Señor, cada día. Lo que el
enemigo trató de usar para dañarme, ahora se ha convertido
en el peldaño para que mi familia pueda ver el fruto de la

125
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

fidelidad de Dios. Mi nueva vida es un testimonio para ellos,


a través del ayuno, la oración y de buscar al Señor a diario,
pasando por encima de las persecuciones, pruebas y acusa-
ciones. Todo el fruto en mi vida ha sido una evidencia para
ellos y ahora, en lugar de acusarme, me empujan para que
siga creciendo más y más. Hoy, soy una nueva creación en
Cristo y un testimonio vivo de Su gloria. Gracias al fruto de
cambio en mi vida, mi familia pudo tener un encuentro con
Dios y saber que Él es real. Dios me mostró, a través de ellos,
que incluso en tiempos de acusación, es posible ver Su gloria”.

126
Acerca del Autor

El Apóstol Guillermo Maldonado es pastor prin-


cipal y fundador del Ministerio Internacional El Rey Jesús
(King Jesus International Ministry), en Miami, Florida, una
iglesia multicultural, considerada entre las de más rápido
crecimiento en los Estados Unidos. El Rey Jesús, está fun-
damentada en la Palabra de Dios, la oración y la adoración,
y actualmente tiene una membresía cercana a las diecisiete
mil personas. El Apóstol Maldonado es padre espiritual de
casi 350 iglesias esparcidas a través de Estados Unidos, Lati-
noamérica, Europa, África, Asia y Nueva Zelandia, las cuales
forman la Red del Movimiento Sobrenatural (antes llamada
la Red Apostólica Vino Nuevo), que en conjunto congregan
más de 600 mil personas. La formación de líderes de reino y
las manifestaciones visibles del poder sobrenatural de Dios
distinguen a este ministerio, cuya membresía constantemen-
te se multiplica.

El Apóstol Maldonado, uno de los autores de mayor éxi-


to en ventas a nivel nacional, ha escrito más de cincuenta li-
bros y manuales, muchos de los cuales han sido traducidos a
diferentes idiomas. Entre sus libros más recientes podemos
citar, Ayuno de Rompimiento, Cómo caminar en el poder

127
Estrategias del Enemigo en los Últimos Tiempos

sobrenatural de Dios, El reino de poder, Encuentro divino con


el Espíritu Santo, La gloria de Dios, Liberación sobrenatural,
Oración de rompimiento y Transformación sobrenatural, to-
dos los cuales están disponibles en español e inglés. Además,
él predica el mensaje de Jesucristo y Su poder de redención, a
través de su programa internacional de televisión, Lo sobre-
natural ahora (The Supernatural Now), el cual se transmite a
través de las cadenas TBN, Daystar, Church Channel y otras
cincuenta cadenas de TV, alcanzando e impactando poten-
cialmente más de dos mil millones de personas alrededor del
mundo.

El Apóstol Maldonado tiene un doctorado en consejería


cristiana de Vision International University y una maestría
en teología práctica de Oral Roberts University. Actualmente
vive en Miami, Florida, junto a Ana, su esposa y socia en el
ministerio, y sus dos hijos, Bryan and Ronald.

128
Si este libro ha sido de bendición para usted, su familia o su
ministerio, le agradecemos que nos envíe sus comentarios. Si
tiene un testimonio de lo que el poder de Dios ha hecho en su
vida, comuníquese con nosotros al Teléfono 305-382-3171 o
escríbanos a:
elreyjesus.org/compartir
Ministerio Internacional El Rey Jesús
14100 SW 144 Ave. Miami, FL 33186
Tel: 305.382.3171 - Fax: 305.382.3178
ventas@elreyjesus.org

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