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El Tambor es un instrumento de percusión.

Su cuerpo principal es construido con


maderas de calidad resonante, pero además los hay de barro. Antiguamente, se
utilizaba piel de jaguar, venado o jabalí para la elaboración del parche. El tambor
también es conocido como tunkul y el más común y utilizado es el vertical (Castillo,
1981).
Los tambores son ampliamente utilizados por la
población afrodescendiente, asenatada en la costa
Caribe de Centroamérica. Los garawoun son
tambores que consisten en el tronco de un árbol
(caoba, cedro o de san juan), ahuecado, quemado y
escavado. El parche utilizado es de piel de venado o
de cabra y está ajustado con un aro sobre la parte
más ancha del tronco. Del marco salen una serie de
correas, que en la actualidad son elaboradas con
plástico industrial.
Antiguamente las cuerdas eran fabricadas con maguey. Estas corren trenzadas a lo
largo del garawoun y su función es apretar más o menos el parche, utilizando una
especie de torniquete en cada cuerda
Historia del tambor
Los tambores más antiguos proceden de yacimientos arqueológicos, tienen algo
más de seis mil años y son de tierra cocida. No se trata de instrumentos propios de
una civilización determinada; el tambor surge por doquier como patrimonio del
hombre.
Así, tambores de forma similar y antigüedad parecida han sido encontrados
desde Checoslovaquia al Alto Nilo. Los tambores primitivos europeos tenían forma
de reloj de arena, con orejas en sus extremos para facilitar su asimiento.

Tanto unos como otros se percutían bien con las manos o utilizando un palillo.
Hacia el 3500 a.C. se menciona el tambor en una leyenda china; allí y entonces ya
se fabricaba este instrumento de percusión parecidamente a como se hace hoy:
pieles tensadas sobre un armazón de madera,
y a menudo también aprovechando vasijas o
tinajones. Así se hacían en

Mesopotamia hace cinco mil años los enormes


tambores circulares sumerios para uso del
templo, como muestra un relieve encontrado en
Ur de Caldea, de hace cuatro mil quinientos
años, donde se muestra un tambor
ceremonial gigantesco.
La evolución del tambor
La evolución de este instrumento ha sido escasa dada la sencillez y simpleza de
su concepción. Al parecer se trata de uno de los instrumentos más antiguos y
universales.
Han sido utilizados y construidos por todos los pueblos de la tierra: sobre
vasijas, tubos, marcos, cubas que se golpean o percuten con las manos, palillos,
escobillas.
Los hubo también de doble piel estirada sobre aros y tendidas mediante cuerda y
sobre cuya piel inferior, la que no se golpea, se tiende una cuerda vibrante que da
al instrumento sonoridad excitante.

Tambores de esta naturaleza y pífanos se


complementaban antaño de la misma forma que lo
hacen los alegres timbales y las trompetas.
Hoy, timbales y tambores son la base de la
percusión en las grandes orquestas sinfónicas.
Se trata, ya en nuestro tiempo, de instrumentos muy
evolucionados y capaces de lograr una extensa gama
de tonalidades alterando su sonido con un pedal o una
serie de tornillos ubicados en torno al parche.

El tambor como Artesanía en Guatemala

Después de una breve reseña del origen del Tambor y cómo ha evolucionado con
el transcurrir del tiempo, y han existido diferentes clases de tambores los cuales han
sido creados con diferentes materiales, con diferentes medidas para con la finalidad
de producir sonidos distintos, que bien son utilizados para distintas actividades.

En Guatemala la creación de tambores se a convertido en una más de las múltiples


artesanías que se producen en nuestro bello país. Se desconoce con exactitud la
fecha y lugar de origen, pero podemos observar que en las celebraciones
tradicionales o patronales de los diferentes municipios de los departamentos de
Guatemala, es muy común ver en las artesanías muchos tambores echos con
distintos materiales que se pueden conseguir en las diferentes regiones de los
municipios, pueblos o aldeas como bien los pueden ser: Cuerina, piel, piel sintetica,
para hacer los parches, cuerdas de maguey
que le dan una vista estética y el cajón de
madera de los diferentes árboles, o bien un bote
reciclable de metal como decíamos materiales
que pueden hallarse en los alrededores se
fabrican tambores de diversos tamaños pues
los artesanos quienes los producen tienen en
cuenta que los niños también son cautivados
por este instrumento y podemos encontrarlos
en tamaños pequeños especialmente para
ellos.
En fin Guatemala es un país enriquecido en cultura y los tambores artesanales
llaman mucho la atención tanto para nuestra propia gente como para la gente
extranjera pues se caracterizan por un aspecto original, típico y tradicional que
muestra y pone en alto nuestra cultura guatemalteca.

Referencias bibliográficas
 Castillo, J. (1981). La música Maya quiché:
Región de Guatemala. Guatemala, Guatemala:
Editorial Piedra Santa.
 Gil, G. (Ed.) (2010). En clave afrocaribe.
Guatemala: Centro Cultural de España en Costa
Rica.

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