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Derechos individuales y

Soberanía política en los


pensadores contractualitas y
en el liberalismo clásico.

Digitalizado por Roberto Carlos Gayoso.


Revisado por Fabricio Pantaleo
Para Lic. Patricia Krentz
Materia Ciencia Politica
Introducción

La revolución política moderna y con ella, la emergencia de derechos individuales


considerados naturales fue el resultado del desmoronamiento progresivo de la
representación medieval del mundo.
Dicho proceso está signado por una serie de transformaciones ocurridas en los siglos
XVI y XVII en que convergen el nacimiento y expansión de la burguesía, la
consolidación de los estados nacionales, la disputa en tomo a la cuestión de la
soberanía y, desde el punto de vista del saber: la materna tizad en de las ciencias, la idea
del progreso indefinido del conocimiento y de que sólo es válido aquello que puede ser
justificado por la razón-Al, mismo tiempo se produce una mutación en la representación
del hombre y la sociedad, y a la vez, un extrañamiento de la idea de la políticamente
desde desde los griegos como parte de la filosofía práctica.
Además de la conjunción ética-política, es necesario recordar que para Aristóteles y
toda la filosofía clásica el hombre es esencialmente un ser político (zoon politikoti) en
el sentido de que para la realización de su naturaleza depende de la ciudad. La vida
política, es en el pensamiento griego el ámbito de la libertad -entendida como
participación directa en los asuntos públicos- y aquella a partir de la cual el hombre
recibe su humanidad. De allí que la sociedad política no requiera legitimación.1
Ana María García Raggio

Durante Ja Edad Media, el rey cumple una doble función representativa: como
patriarca de su familia, señor de sus dominios y administrador de los territorios que se
hallan bajo su jurisdicción, el rey posee autoridad secular absoluta sobre sus súbditos,
pero en principio también tiene la responsabilidad de protegerlos y velar por su
bienestar; a la vez, como gobernante consagrado ante Dios, dé quien deriva su
legitimidad, está ligado a la ley divina, que no ha de osar trasgredir so pena de poner
en peligro su alma inmortal. Por consiguiente, el gobernante es el representante
secular de Dios ante su pueblo y el representante secular de su pueblo ante Dios.
Existe, al decir de Claude Leforí, una "unión carnal "entre el rey y los súbditos y con
ello, una unidad del cuerpo político: "Indisociable en la unión mística del rey y del
reino se establece una unión carnal entre el gran individuo y la masa de sus
servidores, desde los más cercanos a los más lejanos"2.
La preocupación teórica respecto de la política se ciñe entonces a la justificación
religioso-normativa y a las relaciones entre el poder espiritual y el secular. El derecho
eterno reinaba sobre el Estado. Se consideraba que la libertad, sólo se alcanza en la
vida contemplativa, en la relación con Dios.
Con el advenimiento de la modernidad y sobre las ruinas de las relaciones
estamentales se instituye la sociedad y a la vez los individuos dotados por su condición
de hombres de un conjunto de derechos innatos. El derecho natural se emancipa de
la teología con lo cual surge el problema de su validación. Ya en 1501 SP afirma que
habría un Derecho Natural, cognoscible por la razón humana y obligatorio por sí
mismo, aun cuando Dios no existiese o la Divinidad fuera irracional e injusta.3
La aparición de una esfera social, constituida por individuos autónomos libres e
iguales y portadores de derechos como unidad elemental, constituye pues una nueva
significación imaginaria que se desarrolla durante la modernidad.
Lo natural y no político son los individuos, en tanto que la sociedad y el Estado
pasan a ser productos de la razón, esto es, creaciones voluntarias de los hombres y que
por lo tanto, deben ser justificadas en su naturaleza. Surge la tesis del contrato político,
como una teoría del nacimiento del Estado que circunscribe al poder político. Su
legitimidad de origen no deriva de un derecho divino, sino del consenso entre los
contratantes. Los derechos individuales y las libertades que garantizan son un límite a la
arbitrariedad del poder político. Esta configuración implica una desímbricación del
derecho y del poder.
Surge b doctrina iusnaturalista, que acoge en su seno a autores y corrientes
diferentes como Hobbes, Locke o Rousseau. La tarea que se proponen no será ya la de
interpretar, sino la de descubrir las reglas que rigen la igualdad absoluta y eterna de la
naturaleza humana y de desentrañar el problema de la naturaleza del Estado. El
método que los une es el racional, que debe permitir construir una ciencia demostrativa,
la del derecho general y abstracto de la humanidad.
Contexto Filosófico
1. Derecho Natural

Se denomina Derecho Natural a ciertos principios que, basados en Dios, la razón o


la naturaleza, son comunes a todos los hombres y constituyen una norma suprema de
justicia.
La teoría del Derecho Natura] no surge en la modernidad, sino que sus orígenes se
encuentran en la antigüedad. Así para el estoicismo existe una razón universal común a
todos los hombres. Como ciudadanos de un estado universal -el de la humanidad-
todos están sujetos a la misma ley: la de la naturaleza o razón. Constituye una ley
moral perpetua e invariable que establece que todos los hombres son iguales y todos
tienen los mismos derechos naturales. Basándose en ella Séneca escribió "el hombre es
sagrado para el hombre".
Esta tradición es retomada en el pensamiento medieval) en un Derecho Natural
cristianizado. Como expresión de la ley eterna o sabiduría divina que ordena toda la
creación, el derecho natural no está a disposición del príncipe, sino que, representa el
marco dentro del cual debe gobernar y administrar la justicia. Por eso, a la vez que
liberado de las leyes humanas, el príncipe está sujeto a la ley divina.
El Derecho Natural absoluto que hab ía sido defendido consecuentemente por
los Padres de la Iglesia de los siglos JI a IV, dice Leo Kofler, era igualitario aunque
relativizado mediante la doctrina del pecado original, así como merced a la universal
desvalorización del más acá.4 En efecto, en la conciencia medieval temprana estaba
enraizada la idea de que la tierra no establece diferencias cuando reparte sus dones y que
Ja igualdad natura! de los hombres es lo primario; el dominio y la propiedad eran
contrarios al estado originario y causados únicamente por el pecado original. Por ello, los
movimientos campesinos en la Edad Media y las distintas sectas reformadoras apelarán al
Derecho Natural como crítica social ante las injusticias económicas, la riqueza sin límites
y las posesiones adquiridas de forma ilegal.
Aún en el siglo XIII, Tomás de Aquino acepta que en el estado natural anterior al
pecado de origen, no hay ningún dominio: todos son libres, no hay ninguna diferencia
social; todos son iguales; no hay ninguna propiedad personal y excluyente; todo es de
todos en común, todos tienen derecho a todo. Siglos más tarde, Hobbes sostiene
textualmente estas determinaciones, pero sustituye el sujeto jurídico. En lugar del
"hombre sagrado para el hombre" estoico-cristiano, coloca al "hombre enemigo de!
hombre-', para entonces pasar a demostrar que precisamente la aceptación de ese derecho,
y sobre todo, la apetencia de todos a todo, en tanto se aplica a una horda de lobos "libres e
iguales" debe tener como consecuencia una sangrienta guerra de todos contra todos.
El viejo derecho sacio, así desencantado, pierde todas sus connotaciones morales. 5

2. La revolución científica moderna

ha revolución científica, que se inicia a mediados del siglo XVI, plasmada en la obra de
Nicolás Copérnico, indica la terminación de un mundo y el inicio de una nueva cosmovisión.
Hundimiento de un inundo al que ciencia, filosofía, teología y el sentido común,
representaba como centrado en tomo del hombre y creado para el hombre.
A partir de la teoría heliocéntrica el hombre ya no se halla en el centro del mundo; el
universo ya no gira para él, por el contrario, los descubrimientos astronómicos
permiten afumar que se encuentra colocado en un espacio infinito en el cual no es
más que un punto fugaz, que la tierra y los cuerpos celestes son homogéneos en
cuanto a estructura y materia y que el universo se rige por sus propias leyes. La
naturaleza pasa a ser existente y operante en su propia y autónoma independencia,
lo que quiere decir, que ninguna acción exterior puede derivarla o modificarla.
La teoría, contraria a las Escrituras, reivindica los derechos de la ciencia y de la
filosofía. Además Copémico afirma que la naturaleza está escrita en caracteres
matemáticos; que " lu matemática está escrita para los matemáticos"^ que los
ignorantes deben callar La alusión es clara, no basta con ser buen cristiano o
incluso teólogo para interesarse en cosas de astronomía.
A la vez se rompe con la concepción medieval por la que ¡a experimentación, por
pertenecer a la vida utilitaria y no a la contemplativa era menospreciada. En los
albores de la modernidad, en cambio, las nuevas exigencias de la vida civil llevan a
una revalorización del trabajo manual imprescindible en la sociedad de mercado que
se estaba gestando. Esto justifica, desde un contexto económico social, la aceptación
del experimento como momento imprescindible de la investigación científica. En los
albores del siglo XVII, será Galileo uno de los fundadores del método experimental
en la física; con él se afianza el proceso que condujo a una nueva visión del mundo
y de la naturaleza que, desde entonces, ha prevalecido en el mundo científico.
La naturaleza se presenta a Galileo como un sistema ordenado e inexorable en
el sentido de que actúa por leyes inmutables que nunca infringe. Para estudiarla debe
ser reducida a cuerpos geométricos en interacción mecánica. Y esta rigurosa necesidad
de la naturaleza, resulta de su carácter matemático, cuyo cálculo hará posible su
ulterior apropiación técnica, puesto que la experimentación permitirá repetir los
fenómenos a voluntad. En condiciones controladas por nuestro intelecto. Pero,
para lograr estos objetivos, el científico debe actuar metódicamente.

El tema de lograr un método seguro para alcanzar el conocimiento progresivo de


la naturaleza será la problemática científica y filosófica del siglo XVII (Galileo, Bacon,
Descartes, Leibnitz.) En esta etapa se esboza, lo que se va a consolidar en épocas
subsiguientes, esto es, que el único método de conocimiento de toda realidad incluida la
social, es el método científico tal como ha sido elaborado en las ciencias
físico-matemáticas. La función de las ciencias humanas y sociales consistirá en descubrir
las leyes que rigen los fenómenos sociales, políticos, económicos y morales; leyes
universales e inmutables como las del mundo físico. De este modo surge una ciencia social
basada en el modelo de las ciencias naturales. Para la nueva ciencia, el hombre es un ser
físico inserto en el orden de la naturaleza. Su función y destino están establecidos: lograr la
autoconservación a través de la satisfacción de sus necesidades y alcanzar la felicidad
por medio de la realización de sus propios intereses. El orden social así definido, es
sólo una prolongación del orden, físico. La física aparece como la condición de ser del
hombre y como la condición de sus relaciones con los otros seres. El hombre solo y
aislado no puede asegurar su propia supervivencia, realizada a través de la adquisición
de bienes físicos. La sociedad aparece como el medio necesario para la consecución del
bienestar económico. Ella misma es resultado de una necesidad física: la reproducción
constante de los bienes necesarios para asegurar la supervivencia, la conservación y el
disfrute de los hombres.
Se reemplaza la visión de que la política habilita al ciudadano para una vida justa por
la posibilidad de una vida holgada. La política se transforma en una ciencia experimental
manipulada por especialistas. Los teóricos políticos ingleses del siglo. XVII se preguntan
cómo es posible lograr la vida cómoda y plena de poder, a la vez que la libertad se
subjetiviza, tornándose en la capacidad de acumular y de vivir con seguridad.6
La certeza de la pertenencia al orden natural hace posible el optimismo racionalista.
La razón es el instrumento adecuado para la aprehensión y manipulación del orden,
social y también del optimismo ético de los filósofos. En este marco comenzará a
perfilarse la doctrina del progreso y de la perfectibilidad creciente, cuyo signo es el
incremento de la racionalidad en eí mundo como norma de las acciones.

Contexto Histórico
Thornas Hobbes (1588-1679) y John Locke (1632-1704) fueron pensadores ingleses
que vivieron y escribieron durante el siglo XVII y cuyas obras, a la vez que decepcionan
los descubrimientos de las ciencias de la naturaleza, expresan, los cambios sociales
ocurridos en Inglaterra en ese período.
El proceso de desarrollo del capitalismo inglés, de las nuevas estructuras económicas
y de los sectores sociales ligados al nuevo orden económico, genera ásperas luchas
que se hacen especialmente intensas durante el siglo XVIL Sin embargo, para adentrarse
en este proceso es necesario comprender sus antecedentes que incluyeron a los distintos
sectores de la sociedad inglesa.
Durante el siglo XVI y como consecuencia del estancamiento de las ciudades
alemanas e italianas debido al desplazamiento de las rutas comerciales, el comercio
inglés recibe un fuerte impulso. Ello genera las condiciones para un desarrollo fabril
más rápido. Se produce bajo la monarquía de Isabel Tudor y merced a su política
proteccionista, el auténtico ascenso manufacturero de Inglaterra. Bajo su reinado, se
consolida también el anglicanismo como religión estatal inglesa. Dado que en última
instancia, el fundamento del nuevo credo era una idea política-la consolidación del
estado nacional- y no religiosa, contenía un compromiso que apenas atentaba contra los
principios del catolicismo, pero que posibilitó la expropiación de las riquezas
eclesiásticas en favor de la corona.
El anglicanismo fue tan enemigo del papa como de la Reforma. Fueron
combatidos tanto los católicos cómo los luteranos, calvinistas, puritanos y otras sectas
protestantes que no adherían a la nueva religión oficial.
Pero, en el siglo XVII con el advenimiento al trono de Jacobo 1 Estuardo, el
anglicanismo se convirtió en el punto de reagrupamiento de la nobleza y de los
sectores terratenientes. Los calvinistas constituyeron la oposición burguesa,
apoyados por las simpatías de las clases inferiores. Exigen una organización
democrática de la Iglesia reformada; pero bajo esta lucha religiosa se ocultan otro
tipo de antagonismos. Así, ciertos sectores de los amotinados transgreden los
límites del calvinismo, los "levellers"(niveladores) exigen la completa igualdad de
derechos con todas sus consecuencias: participación directa del pueblo en la
conducción de los asuntos públicos, abandono de la legislación perjudicial para el
pueblo, elevación de la opinión popular a ley suprema.
Entre 1642 y 1648 se produce la guerra civil entre la Corona y el Parlamento
apoyado por las masas. El rey es derrotado por el ejército parlamentario conducido
por el puritano Cromwell e integrado por los "levellers". En 1649 el rey es
ajusticiado, constituyéndose la única República Inglesa.
Caída la República, se produce la restauración de los Estuardos, hasta que en
1688 una nueva Revolución "Gloriosa" establece la monarquía parlamentaria:
Declaración de Derechos de 1689, aprobación de impuestos por el parlamento,
libertad de imprenta, superioridad de la ley por sobre la voluntad del Rey.
{Esta sucesión de guerras genera un desorden permanente en YA sociedad inglesa,
además de una situación constante de inseguridad desde el punto de vista económico,
de la conservación de la propiedad. Hobbes se plantea por una parte, indagar cuáles
son las causas profundas y verdaderas de esas crisis y de su consecuencia; la guerra
civil. Para proponer una solución definitiva a dichas crisis intenta establecer de
una manera racional y apodíctica (irrefutable) las normas en virtud de las cuales la
sociedad inglesa debe organizarse para superar el desorden y la anarquía.
Locke, en cambio, escribe su obra una vez producida la Revolución Gloriosa y
esta situación que marca el orden liberal inglés está presente en su teoría política.
Conceptos fundamentales de su teoría política

La moderna ciencia política reconoce en Thomas Hobbes -\ su fundador.


Admirador de la física galileana, Hobbes pretende reducir la vida psíquica
y política a cuerpo y movimiento.
Los cuerpos animados se mueven hacia aquello que desean y íes causa
placer y se alejan de lo que les provoca aversión. Los hombres son
transformados en objetos naturales y, por lo tanto, sujetos a una conducta
calculable. De ahí que pueda afirmar Habermas que la ciencia política
nace como "una física de la socialización”.
Un hipotético estado de naturaleza (en tanto no tiene existencia real)
actúa como ficción fundadora, que permite al autor establecer a modo de
paradigma de comprensión, el pasaje del estado natural al vivir con
arreglo a normas de un orden convencional.
El hombre para Hobbes se define por el deseo. En el estado de
naturaleza rige el derecho natural, que es la libertad que cada uno tiene de
conservar su vida y gozarla acrecentando sus bienes y aumentando su
poder. Pero, puesto que este derecho lo poseen todos por igual -en
tanto igualdad de capacidad ¿igualdad de expectativas de satisfacer sus
deseos, la única meta del hombre es sobrevivir, puesto que la muerte es el
resultado natural.
La incertidumbre respecto de la propia seguridad y la desconfianza
mutua hace que el estado natural de los hombres donde rige el derecho
natural sea el de guerra de todos contra todos, puesto que movido por el
propio interés " el hombre es un lobo para el hombre".

"La condición del hombre (...) es una condición de guerra cíe todos
contra todos, en la que cada uno está gobernado por su propia razón, no
existiendo nada de lo que pueda hacer uso, que no le sirva de instrumento
para proteger su inda contra sus enemigos. De ahí se sigue que, en
semejante condición, cada hombre tiene derecho a hacer cualquier cosa,
incluso ese cuerpo de los demás. Y, por consiguiente, mientras persista ese
derecho natural de cada uno con respecto a todas las cosas no puede
haber seguridad para nadie por fuerte o sabio que sea..."7.
Aparece en esta cita una categoría que estará presente en todo el
pensamiento político inglés posterior. Es el concepto de seguridad referido
especialmente a los bienes o propiedades. A la vez, cada hombre tiene
libertad de usar su propio poder como quiera para conservarse. Por eso:

"En esta guerra de todos contra todos, se da una consecuencia, que?


nada pueda ser injusto: las nociones de legalidad e ilegalidad, justicia e
injusticia, están fuera de lugar donde no hay poder común (...) en la
guerra la fuerza y el fraude son virtudes cardinales, justicia e injusticia
no son facultades ni del cuerpo ni del espíritu.>s

Salir de ese estado de naturaleza y superar el derecho natural,


puede ser logrado mediante lo que Hobbes llama "ley natural “que es un
precepto, una regla o norma establecida por los hombres en posesión de la
razón en su doble uso: de facultad prudencial (para conservar la propia
vida) y de razón calculadora (destinada a preservar los bienes).
Esa ley natural, consiste en que cada uno accede, si los demás
también consienten, a renunciar a ese derecho natural a todas las cosas.
Esta mutua renuncia es lo que se llama contrato o pacto; y se hace con
vistas a la obtención de seguridad de conservar Ja propia vida y los
propios bienes.
Esta cesión requiere de un poder para hacerlo cumplir. Ese poder
superior a todos los hombres, que debe ser coercitivo dada la condición
egoísta de la naturaleza humana es el Estado o Leviathán Pero, por el terror
hacia los otros, el hombre hobbesiano es un individuo privado y solitario; y
el Estado que crea está basado en la delegación de todos sus derechos
individuales. El único derecho al que el hombre no renuncia instituyendo
el estado civil es el derecho a la vida.
Privado de todos los derechos políticos delegados en el Estado, la ley
representa una necesidad absoluta para el individuo y siendo los
hombres lo que son, el poder del Leviathán descansa sobre la espada.

"Los pactos que no descansan sobre la espada tío son más que palabras,
sin fuerza para proteger al hombre en modo alguno".9

Las esferas del poder, de la ley y del saber se unifican en el Estado


absoluto. La fuerza será su última razón, y siendo principio de quien
emerge la ley, está por encima de ella. Por eso:
"Las normas de propiedad, las normas de lo bueno y de lo malo, de lo
legítimo de lo ilegítimo en las acciones de los súbditos son leyes civiles y no leyes
naturales, es decir leyes instituidas por el Estado".10

El Leviathán es poder de dominio respecto de los propios súbditos y


poder de potencia respecto de otros estados, ya que, en las relaciones
internacionales, rige el estado de naturaleza.
Los fines del Estado son pues garantizar la seguridad de la vida y de la
propiedad. En este sentido, afirma Habermas, que la razón del estado
absolutista construido por Hobbes es liberal, en tanto el poder del Estado
está obligado a conducir las intenciones liberales del derecho natural.
El hombre hobbesiano es un hombre privado en quien la pulsión de sus
deseos y las ansias de poder se vehiculizan en el mercado; en esta
competición todos son iguales.

Como afirma Hannah Arendt: "Este nuevo cuerpo político fue concebido
en beneficio de la nueva sociedad burguesa tal como emergía en el siglo
XVII y esta descripción del hombre es un esbozo del tipo de hombre que
encajaría en dicha sociedad." Y más adelante agrega: "Una
inacabable acumulación de propiedad debe estar basada en una
inacabable acumulación de poder. " Pero ¿se cumple esta última
afirmación de Hannah Arendt en el caso de Locke?
Locke

Conceptos fundamentales

Locke retoma algunos temas de Hobbes, pero les da un tratamiento


diferente. También parte de un hipotético estado de naturaleza en el que los
hombres viven, anterior al orden jurídico, civil y estatal.

Funda el estado de naturaleza a partir de individuos iguales y libres,


portadores de derechos: "nadie tiene más que otro y cada cual ordena sus
actos y dispone de su persona como mejor le parezca" Concuerda con
Hobbes, en que hay en el hombre una tendencia natural a obtener el
bienestar propio y la conservación de la vida. El principio vital que los
hombres persiguen es la búsqueda de placer.
Pero según Locke: "aunque este estado natural sea un estado libertad, no lo es
de licencia", -y esta diferencia con Hobbes es fundamental-.
Ello es posible porque "el estado natural tiene una ley natural por la
que se gobierna -la razón- y esa ley obliga a todos''13 El que los hombres
escuchando a su razón acaten la ley natural, se funda en que son obra de Dios
y, por ello, propiedad de Dios.
Existe pues, una armonía natural entre los hombres, por la cual cada uno,
impulsado por su interés particular, colabora con el bien de todos. Es este
principio caro al liberalismo, el que retoman Adam Smith y aunque
modificado Kant.
Puesto que la razón coincide con la ley natural, hay una comprensión de
la conexión racional de las normas del derecho natural, las promesas entre los
hombres en estado de naturaleza

"tienen fuerza de obligación...porque la honradez y el cumplimiento de


la palabra dada son condiciones que corresponden a los hombres corno
hombres y no corno miembros de la sociedad**. Esto significa que en Locke, a
diferencia de Hobbes, la justicia es natural y no artificial.
Por esta ley natural "presente clara distintamente „en todos los hombres,
el interés en la propia conservación y en el acrecentamiento del bienestar se
focaliza en el trabajo y no ya en la agresión.
En el estado natural el hombre adquiere propiedad desde el momento en
que mediante su trabajo extrae ios frutos de la naturaleza para su uso
individual; el trabajo confiere legalidad a la propiedad: la transforma en
propiedad privada. Pero, el trabajo, no es sólo el origen de la propiedad
privada, sino también: " lo que establece en todas las cosas la diferencia de
valor". Así por ejemplo:

"Cualquiera que medite en la diferencia que existe entre un acre de


tierra dedicada al cultivo del tabaco o de la caña de azúcar, o sembrada
de trigo o de cebada, y un acre de la misma tierra que pertenece a una
determinada comunidad y que se encuentra sin trabajo alguno,
descubrirá inmediatamente que las mejoras introducidas por el trabajo
constituyen, con mucho, la parte mayor del valor de dicha tierra. "15

El derecho natural al trabajo individual que es fuente de valor y


legaliza la apropiación, puede afirmarlo cada uno frente a los otros, pues
encuentra un freno en la propia fuerza física o en las habilidades.
Sin embargo, el término "habilidad „es en Locke ambiguo, en él se
incluyen la calcuílabilidad en la acumulación de dinero y el apropiarse de
los frutos del trabajo del criado, que engrosan la propiedad del amo.

"Por esa razón, la hierba que mi caballo ha pastado, el forraje que mi


criado corló...se convierte en propiedad mía. El trabajo que me pertenecía, es
decir, el sacarlos del estado común en que se encontraban, dejó marcada en
ellos mi propiedad". l0

De modo tal que para Locke, el trabajo no es sólo el que cada uno realiza
personalmente, el trabajo del otro, en tanto mercancía que se vende por un
salario pertenece a quien lo ha comprado y sus frutos, pasan a engrosar la
propiedad del adquirente. Y esto corresponde a! orden natural de las cosas. Fr
decir, pertenece al estado de naturaleza, que además es racional y regido por
la ley natural impuesta por Dios a los hombres.
El orden capitalista naciente en Inglaterra a fines del siglo XII será en
Locke un orden natural, racional y justificado por un mandamiento divino.

El pasaje al estado civil

Dado que este estado natural que Locke ha descripto es un estado de


armonía, ¿por qué se requiere la formulación del pacto y la constitución del
Estado? El fundamento de la sociedad civil surge de la inseguridad respecto
de que todos escuchen a su razón, a la ley natural; de ahí la exigencia de un
juez super-partes. Pero, el objetivo último por el cual los individuos
instituyen el estado civil es la necesidad de garantía jurídica, que proteja
las propiedades ampliadas y la posesión de capital.
"Siendo la salvaguardia de la propiedad la finalidad del gobierno y
siendo éste el movil que llevó a los hombres a entraren sociedad, se presupone y
se requiere para ello que esos hombres puedan poseer, de otro modo, habría
que suponer que los hombres al entrar en sociedad, perdían aquello
1
mismo que constituía la finalidad de tal asociación".

Por ello considera Habermas, que el motivo de la necesidad de autoridad


estatal surge con un modo de producción determinado por el mercado, y
donde el individuo reclama una garantía para acumular sin límite, con lo que
el estado natural se torna insostenible.18

Pero, a diferencia de Hobbes y de la interpretación de Hannah Arendt,


el deseo de una inacabable acumulación de propiedad no requiere en
Locke de un poder absoluto. La armonía natural lo torna superfluo.

En Locke el pacto de asociación que funda la sociedad civil y crea el


Estado, supone una transferencia de derechos naturales mínima. El único
derecho al que el hombre renuncia es al de hacer justicia por sí mismo;
pero conserva todos los demás. Por ello, en oposición a la concepción
absolutista del poder de Hobbes, los derechos no quedan, suspendidos, sino
esta talmente sancionados; y ante la ley todos deben someterse Eso significa
que soberana es la ley.

Es más, las leyes civiles sólo son justas en la medida en que, en tanto
fundadas en la razón, respeten los derechos individuales. Ei derecho a la
vida, a la libertad personal y a la propiedad son derechos irrenunciables.

Como teórico de una monarquía constitucional, Locke propone la


división del poder: el Legislativo crearía las leyes, el Ejecutivo las aplicaría
y un tercer poder Federativo se ocuparía de las relaciones internacionales.

En esta tripartición, la supremacía le correspondía al poder Legislativo:

"No solamente es el poder legislativo el poder máximo en aquellas


manos en que la comunidad lo situó una vez Ningún edicto y ordenanza,
sea de quien sea…tiene la fuerza y el apremio de una ley si no ha sido
aprobada por el poder legislativo elegido y nombrado por el pueblo. Porque sin
esa aprobación la ley no podría tener la condición absolutamente
indispensable para que lo sea, a saber, el consenso de la sociedad." i!>
Ei peor de los males es el despotismo en el que se reúnen "el poder
legislativo y el poder ejecutivo sin participación de nadie ... sin juez ni
manera de apelar nadie capaz de decidir con justicia e imparcialidad."20
En estos casos, no existe sociedad política, sino un estado de naturaleza
menoscabado y la autoridad se torna ilegitima, con lo que el derecho de
resistencia está justificado para doblegar tan "inmenso poder."
El liberalismo es, pues, consustancial al individualismo moderno, la
función de las leyes es asegurarla esfera en la cual cada uno puede
conducirse como quiera, la separación de poderos garantiza la libertad
porque delimita de antemano la esfera de acción de cada uno de ellos,
haciendo que se limiten recíprocamente.

Rosseau
Jean Jacques Rousseau (1712-1778) natural de Ginebra, pasó en Francia su
adolescencia y vivió en París desde 1744, es decir, en la época caracterizada en lo
político por el Absolutismo monárquico y en lo teórico por el movimiento de la
Ilustración. Once años después de su muerte estalla la Revolución Francesa; sin
embargo, esta revolución se gesta lentamente a lo largo del siglo XVIII y la
actividad pensante de los Ilustrados desempeña en este proceso un rol
fundamental.
La centralización del Estado desde el reinado de Luis XIV y continuada por
sus sucesores, marca la etapa del absolutismo, en la que el soberano gobernaba
prescindiendo ampliamente de las asambleas de estamentos. La monarquía
había desde entonces centralizado las dos fuentes decisivas de poder: los
tributos de toda la sociedad -impuestos-y las fuerzas militar y policíaca.
La nobleza, menguada en su poder económico y despojada de toda función
política se había convertido en cortesana, viviendo a expensas de los favores
reales. En la concepción de la nobleza iban unidos todavía el amor a lo fastuoso
y a la posición honorífica, el desprecio al trabajo y a quienes lo realizaban: el
burgués y el campesino. Conservaba el privilegio de estar exenta del pago de
impuestos, pero en su significación política había sido aniquilada.
El llamado "Tercer Estado", constituido por la burguesía y el campesinado,
cargaba con el pago de un sinnúmero de impuestos, cuyos gravámenes
aumentaban constantemente para solventar los gastos de la corte y de las
campañas militares. En palabras de un representante de la época -el Abate José
Sieyes-: "el tercer estado está encargado de todo lo que es verdaderamente penoso,
de todas las tareas, en fin, que la clase privilegiada se niega a cumplir.. sin
embargo se les dice: cualesquiera que sean tus servicios, cualesquiera que sean tus
talentos, llagarás hasta ahí; tío pasarás más adelante. Los honores no son para
tí".21
Pero, en lo profundo de la sociedad, se va consumando al mismo tiempo
un proceso revolucionario merced a la actividad de los teóricos y políticos
burgueses que, poco a poco van constituyendo un poderoso movimiento
ideológico: el de la Ilustración.

Entre 1751 y 1766 se edita la Enciclopedia Francesa o Diccionario


razonado de las ciencias con el objeto de compilar todo eí saber existente. En
ella se refleja la concepción cultural de ia época, que se propone abarcar la
totalidad del conocimiento humano exponiendo su orden y encadenamiento,
y esto, a partir de una concepción gnoseológica Fundamental " el orden y
encadenamiento del saberes un reflejo del orden y encadenamiento natural de
los fenómenos. "D'Alambert termina el Discurso Preliminar a la Enciclopedia
con las siguientes palabras"...la observación de los hechos completa y
adecuada debe encaminar a la posesión de una única ley de la que se deduce
el comportamiento de todos los fenómenos. " La capacidad de la razón para
abordar cualquier aspecto del conocimiento no reconoce fronteras".

Pero, si no existen verdades ancladas en la tradición irrefutables, ni


órdenes sociales inmutables, todo lo estatuido es puesto en cuestión y sujeto
a transformación; también la situación social vigente. La razón crítica de lo
existente abre el camino a la revolución.

La Ilustración es optimista en cuanto a la capacidad de la razón para


conducir J la humanidad por ilimitados estadios de progreso cada vez más
perfectos y armónicos. Para ello confía en el poder de la educación, no sólo
para anular las diferencias entre los hombres, sino a la vez, para lograr la
perfección de la especie.

A pesar de que Rousseau adhiere a este sistema referencia! y colabora con


los enciclopedistas, termina apartándose de ellos. No sólo no comparte la
doctrina de la perfectibilidad creciente del hombre en la historia, sino que
considera que el hombre civilizado de su época es una patología, una traición
al destino original de la humanidad.

Algunos conceptos fundamentales de la teoría


política de Rousseau
Si los iusnaturalistas ingleses fundan el contrato a partir del interés
individual que debe ser protegido por el Estado, otra es la función que le
asigna la ilustración francesa.
"Todos los hombres son iguales en el gobierno republicano así como en el
despótico: en el primero porque lo son todo, en el segundo porque no son
nada"22 escribió Montesquieu en "El espíritu de las Leyes", en un caso, la
igualdad de los súbditos nace de una servidumbre que no reconoce rangos ni
diferencias, en otra, de la plena participación de los ciudadanos en el orden
político.
Para garantizar dicha participación, el intento roussoniano es el de
fundar una república democrática a imagen de la democracia clásica.
Sociedad integrada por ciudadanos iguales que deliberan y legislan en
asamblea abierta.
Rousseau describe un estado de naturaleza hipotético, invirtiendo de
cuajo la interpretación de Hobbes. En un remoto pasado, un salvaje inocente
vivió en un estado de equilibrio con la naturaleza. Libre, en tanto no está
sometido a la voluntad de ningún otro hombre, atendiendo únicamente a su
propia subsistencia: "el hombre verdaderamente libre no quiere sino lo que
puede y no hace sino lo que quiere".' Ignora, pues, el sentimiento
particularista del amor propio y el irracional deseo de poder. Es más, la
necesidad de la propia autoconservación está atenuada por un sentimiento de
piedad natural que es anterior a la reflexión y que garantiza la cooperación
social entre los hombres. Este sentimiento será en "El Contrato Social", como
veremos, la fuente de las virtudes sociales al posibilitar la creación de un
yo común.
En la Segunda Parte del "Discurso sobre la desigualdad", Rousseau
describe el proceso de degradación de la especie por medio de la división del
trabajo, la propiedad, la industria, el comercio, La multiplicación de los
deseos y de las necesidades; la envidia; el egoísmo; el estado de guerra entre
los hombres y la antinomia pobreza-riqueza son su corolario. Habrá entonces
dos estados de naturaleza: uno primitivo y puro; otro civil y corrupto.
Hobbes se equivoca, dice el ginebrino, "hablaba del estado de naturaleza y
describía al hombre civil". Y con ello señala que éste, desconoce en su
teoría los males de la sociedad mercantil sujeta al mercado, a la dominación y
a la servidumbre.
En el Contrato Social, Rousseau ensaya una respuesta respecto de la
posibilidad de recuperar a ese hombre alienado por la sociedad. Si "el
hombre ha nacido libre, y en todas partes está encadenado. El mismo que se
considera amo, no deja por ello de ser menos esclavo que los demás. Cómo se
ha operado esta transformación? Es decir, ¿cómo recuperar la naturaleza
primitiva liberando al ciudadano de las cadenas impuestas por La sociedad?

"Recuperar al hombre natural y perfeccionarlo bajo la forma de un cuerpo


social, requiere de un pacto social que restituya bajo otra forma de asociación
que defienda y proteja con toda la fuerza común a la persona y los bienes de
cada asociado y por la cual cada uno uniéndose a los demás no obedezca sin
embargo más que a sí mismo permaneciendo tan libre como antes".

Ese pacto de asociación es al mismo tiempo de sumisión, porque


muchos “yo” fundan la voluntad general que surge de la unión de todos y, a
la vez, es sumisión de todos al todo.
Rousseau concibe una alienación total de derechos, ya que mediante el
pacto los hombres hacen renuncia de rodos sus derechos naturales. Sin
embargo, la voluntad general una e indivisible reproduce bajo la forma de
un cuerpo social la autonomía del hombre natural: en ella sólo se querrá lo que
se puede y se podrá lo que se quiere. La libertad individual coincide con la
voluntad general. Por eso, para Rousseau, sólo es libre quien obedece a la
voluntad general puesto que se obedece a sí mismo. ¿Cómo es esto posible?
Supone en primer lugar, la existencia en cada hombre de un interés en
común con los demás por encima de los intereses particulares. En segundo
lugar, la perfectibilidad del hombre a partir de una educación natural, tema que
desarrolla en el "Emilio".
Un régimen corrompido es aquel en que las voluntades individuales
priman por sobre la conformación de la voluntad general; un régimen ideal es
aquel en que las voluntades particulares coinciden con la voluntad general
Rousseau intenta pues, reconstruir la sociedad sobre una nueva base y, en ese
sentido, la voluntad general es la norma suprema que orienta el obrar virtuoso del
ciudadano. Erige la virtud como paradigma de la conducta política. Ser libre es
entonces participar en la vida política, puesto que cada ciudadano obedece a la
ley que él mismo se ha dado.
Como afirma Bobbio: "No se entiende a Rousseau si no se comprende que a
diferencia de todos los demás iusnaturalistas para los cuales el Estado tienen el
objetivo de proteger al individuo, para este autor el cuerpo político que emana
del contrato social tiene la tarea de transformarlo".26
Con el principio de la voluntad general nace la soberanía, que es la
autoridad suprema del Estado o Poder Legislativo; el soberano que es el pueblo
y el gobierno a quien se confiere el poder ejecutivo y cuya función es aplicar la
ley a los casos particulares. Rousseau separa estrictamente al soberano del
gobierno: "No es bueno que el que hace las leyes las ejecute".21 Todas las formas
de gobierno son revocables y sus acciones controladas por asambleas
populares que supervisan directamente a los magistrados.
Considera que la experiencia representativa pluralista tal como Locke la
plantea, sólo confronta egoísmos particulares donde la soberanía en tanto es
fragmentada, deja de serlo.
"La soberanía no puede ser representada, por la misma razón que no puede
ser enajenada; consiste esencialmente en la voluntad general y la voluntad
general no se representa. Los diputados del pueblo no son pues, ni pueden ser
sus representantes, no son mas que sus mandatarios, no pueden concluir nada
definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona no ha ratificado es nula, no
es una ley. El pueblo inglés cree ser libre y se engaña: no lo es sino durante la,
elección de los miembros del Parlamento; desde el momento en que estos son
elegidos es esclavo, no es nada.

Esta ambigüedad del régimen democrático liberal, en que los


ciudadanos se disuelven en la apoliticidad de lo privado y donde al decir de
Max Weber, siempre gobierna el pequeño número, es vivido por Rousseau
como "la cobardía de los pueblos modernos".

A los intereses contrapuestos, opone la realización de la virtud. De ahí su


regreso a la ciudad pequeña de la utopía, a una sociedad reconciliada que
garantice la igualdad y la participación de todos y donde no va a existir causa
para la disidencia, en tanto prevalece una naturaleza humana cuya voluntad ha
sido educada en el amor a la ley y guiada por la razón. "Un pueblo de dioses",
dice Rousseau, "se gobernaría democráticamente". Es más, "un pueblo que
gobernara siempre bien, no tendría necesidad de ser gobernado "
Pero, como los hombres no son dioses, deben ser gobernados, y el fin de
toda legislación nos dice en el Contrato Social, tiene dos objetivos
fundamentales: la libertad y la igualdad.
El ideal al que debe tender el legislador es pues la realización de la libertad
de cada uno con la libertad de todos. Y si la fuerza de las cosas tiende siempre
a destruir la igualdad, la fuerza de la legislación debe siempre tender a
mantenerla, porque la libertad no puede subsistir sin ella. En esto consiste
para Rousseau el arte de la política.

El pensamiento liberal

Algunos conceptos fundamentales del liberalismo clásico.

Si para Rousseau, la democracia se basa en el ejercicio directo del poder


político y en la constitución de una comunidad donde los hombres coincidan
en la realización del bien común; para el liberalismo el objetivo de la
política es garantizar a los individuos la búsqueda de su propio bienestar
como ellos consideren conveniente.
El debate entre ambas concepciones lo inicia en el siglo XIX Benjamín
Constant al oponer mediante un método demostrativo "la libertad de los
antiguos" en tanto obediencia a la ley considerada expresión de la voluntad
general, presente en Rousseau,- a "lo, libertad de los modernos", en tanto
derecho individual de hacer todo aquello que las leyes permitan-Fiel al
pensamiento liberal, Constant parle del postulado de que la libertad está en
el hombre, que es inherente a su naturaleza. La libertad individual es pues,
el fundamento de su construcción teórica. Un año antes de morir escribía:
"yo be defendido durante cuarenta años el mismo principio de libertad en
todo, en religión, filosofía, en literatura, en industria, en política; y por
libertad yo entiendo el triunfo de la individualidad, tanto sobre la autoridad
que querría gobernar mediante el despotismo, como sobre las masas que
reclaman el derecho de que la mayoría esclavice las minorías"?1
El liberalismo en su afán de preservar ni individuo, practica el arte de la
separación y, como afirma Midiael Walzer: "el liberalismo es un mundo de
muros y cada uno de ellos da origen a una nueva libertad") 2

Pero, para que ello sea posible, el liberalismo establece un férreo límite a la
intervención estatal. En esta búsqueda de autonomía de ámbitos que preserve
los intereses del individuo, mira con desconfianza al poder político.
En tanto percibe la amenaza de un poder avasallante en el avance del
poder político, Constant busca en la democracia como forma de gobierno el
esquema más adecuado a que debe someterse la dinámica institucional. Por
eso, el poder debe estar delimitado; es decir, parte del principio de que existen
derechos naturales que deben permanecer fuera del alcance del poder
político. Esta parte inviolable es la libertad privada, "libertad de los
modernos". Por eso, no basta con la división de poderes, deben existir
derechos como la libertad individual, religiosa, de opinión -la cual comprende
su publicidad-, el goce de la propiedad, la garantía contra la arbitrariedad,
"cuya violación le esté prohibida a todos los poderes"?
Si la libertad individual y la limitación del poder es el fundamento de su
construcción; el fin, es la convivencia armónica de esos componentes
individuales en la sociedad.
Al igual que Locke, el liberalismo posterior piensa que esa armonización
entre intereses individuales que proveen la felicidad, y el bien de todos, se
produce naturalmente. Es decir, que buscando cada uno su propio interés, no
obstante, existe un orden armónico y espontáneo en la sociedad. Hay por
ello en la ideología liberal un principio implícito y es el de que la sociedad
se regula automáticamente.
Por eso, toda intervención estatal en los asuntos económicos resulta
perjudicial, ya que el mercado es considerado un ámbito racional y eficaz,
proveedor de un orden espontáneo en el que se verifica el tráfico mercantil.
En la competencia que se suscita, afirma que todos los hombres son libres
para realizar sus utilidades y con iguales posibilidades. Así para Constant,
por ejemplo, el comercio aumenta el amor a la independencia individual,
otorga confianza en las propias fuerzas y satisface las necesidades de los
hombres que se armonizan entre sí, sin intervención de la autoridad. Esta
autonomía del mercado, como distribuidor racional de recursos y ordenador de la
sociedad, es el descubrimiento que marca la economía política de Adam Smith
y los filósofos escoceses del siglo XVIÍI.
Pero, el hombre del liberalismo es también en las versiones más radicales,
un individuo refugiado en la privacidad, que mira a los otros con desconfianza.
La revolución democrática, que avisoran inexorable y propiciadora de la
igualdad, es considerada por los liberales clásicos como portadora de un nuevo
despotismo, capaz de ahogar las libertades. El poder político y el poder de la
sociedad amenazan avanzar sobre la autonomía individual. El primero, que se
establece como soberanía popular, es a In vez una administración que al
pretender regular la vida privada constriñe hasta anular la independencia
individual. "La. pasión por la igualdad"- afirma Tocqueville- "lleva consigo el
peligro de una dominación sin rostro, la del pueblo mismo"
Tanto John Stuart Mili, cuanto Alexis de Tocqueville, teorizan sobre el
peligro de una conformidad social extrema y sofocante. Los dos advierten
sobre los peligros del vuelco de un régimen de libertad en un despotismo de
nuevo tipo, mucho más peligroso que los conocidos en la antigüedad, en tanto
perdida de las libertades bajo la apariencia de Ja libertad...

John S. Mili afirma: "cuando la misma sociedad es el tirano... practica


una tiranía social más rigurosa que muchas clases de opresión política puesto
que deja menos escapatoria, penetrando más profundamente en los detalles
de la inda y esclavizando al mismo espíritu"
Para Mili, no basta con poner límites al poder político entendido como
soberanía del pueblo /Su atención se desplaza también a la relación
individuo-sociedad. Igual de peligrosa es la tiranía social que homogeneiza
ideas y costumbres e impide la independencia individual. Para este autor, la
sociedad democrática, a través de una opinión pública manipulada, coarta no
sólo la facultad de elegir de acuerdo con la propia razón, también anula la
diferencia de caracteres, la espontaneidad, energía y originalidad e impone el
triunfo de la mediocridad.
Pero es el aristócrata Alexis de Tocqueville, que asiste resignado al
hundimiento de su mundo, quien dentro del pensamiento liberal
desentraña con mayor profundidad la mutación simbólica que implica la
revolución política moderna. Ella instaura una nueva forma de sociedad: la
democrática, en la que la pasión por la igualdad “que hace toda desigualdad
intolerable", ha roto los principios de autoridad; los lazos comunitarios;
la vida asociativa. Los hombres aislados del cuerpo social, devienen
individuos atomizados, arrojados a la soledad.
La concepción democrática de libertad, en tanto derecho individual a
vivir independientemente es acompañada por una igualación en todas las
condiciones y por la homogeneización y uniformidad en los modos de vida.
Tocqueville se detiene en las condiciones sociales en que se desarrolla la
democracia liberal. El hombre moderno se halla amenazado, afirma, por una
autoridad de nuevo tipo: de un lado, la opinión uniformizada de la mayoría
"que traza un cerco formidable en torno al pensamiento" y que le impone
normas de conducta y creencias serviles. De otro, el poder estatal y su
administración vigilante que, al reglamentar cada detalle de la vida privada,
constriñen hasta anular la independencia individual.
El peligro del poder político así instituido reside en su humilde apariencia
y que se establece como soberanía del pueblo.

Es un poder "absoluto, minucioso, sistemático, previsor, y moderado... siempre


he creído que esta especie de servidumbre bien ordenada. podría combinarse
más de lo que se imagina con cierta forma exterior de libertad, y que no le sería
imposible establecerse a la sombra de la propia soberanía popular\"v

Para Tocqueville, a diferencia de otros pensadores liberales, no existen


derechos individuales pre-políticos. La libertad se conquista y se pierde, porque
los hombres modernos no toleran la desigualdad, pero pierden sin notarlo el
gusto por la libertad.

En tal sistema, los ciudadanos salen un momento de la dependencia para


nombrar un jefe y vuelven a entrar en ella.38 De ahí que Tocqueville encuentre en
la necesidad del renacimiento y fortaleza de la vida asociativa y en los
contrapesos institucionales, puesto que - ya que sólo el poder limita al poder-, así
como en el debate público y la prensa independiente un baluarte para la
supervivencia de la libertad en una sociedad que, a su pesar, marcha hacia el
igualitarismo.
Se produce una situación paradojal en la visión liberal clásica: al rechazar
todo criterio adscriptivo (en su lucha contra la nobleza) defenderá el principio de
igualdad de oportunidades y de igualdad ante la ley; pero, a la vez, considera que
existe una "aristocracia natural “entre los hombres: de talento, voluntad y
capacidad de trabajo; por lo que la ley debe inhibirse de intentar hacerlos
efectivamente iguales. Toda acción afirmativa por parte del Estado que intente
rectificar la desigualdad en los resultados sociales a partir de una justicia
distributiva será combatida.
El listado liberal, en tanto instrumento de realización de los individuos, debe
respetar los derechos civiles y evitar mediante la aplicación de su poder
represivo que se vulnere la ley. Ella establece los límites dentro de los cuales el
individuo puede actuar sin perjudicar a los demás. Pero, si se está jurídicamente
obligado a no hacer daño a un tercero, no se lo está a hacer el bien; puesto que
de imponer el deber de actuar, el derecho restringiría la libertad individual.
El que el Estado obligue a ser solidario, supone para el liberalismo
decimonónico una fuerte intromisión en la libertad de los sujetos. Esta
distinción, tiene consecuencias que son de peso la obligación de actuar es,
extraída de la esfera del derecho y remitida al de la ética. La solidaridad es en
todo caso, una obligación moral, sujeta a la conciencia individual.

En tanto decisión voluntaria, la sobrevivencia de los desposeídos o


marginados es una cuestión de caridad pública o privada. Como advirtió
tempranamente Georg Simmmel, la asistencia cumple dos funciones:
mitigar la necesidad extrema para que la estructura social siga descansando
en la diferencia, e impedir que el pobre se torne en enemigo de la
sociedad y dirija sus energías contra ella.

El cuerpo político que se consolida en el Estado liberal, aunque en su


expresión teórica aparezca como "lo universal", está concebido como
medio y garantía de determinados intereses particulares. Sustraído de la base
social y una vez convertido en régimen, en la práctica aseguró la protección
de los intereses dominantes y coartó en tanto pudo los intentos
democratizadores de las mayorías.

El liberalismo moderno mantiene las orientaciones fundamentales del


liberalismo clásico, la protección del individuo contra los excesos de la
autoridad pública y, por ello, la búsqueda de su control a través de la
separación de poderes; el imperio de la ley; el estímulo al pluralismo; y la
propensión hacia mecanismos impersonales de ordenación de lo social,
como el mercado en lo económico y la ley en lo civil.

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