Una hormiguita perdió su camino. Para saber dónde se
encontraba, trepó sobre los tallos de la hierba y hasta sobre una piedra que, para ella, era una montaña. Pero la pobrecita no supo donde estaba su casa. Llegó la noche y la hormiga se puso a llorar, pensaba en sus hijos. Una luciérnaga que pasaba por allí, se enteró de lo que le había sucedido a la hormiga y, encendiendo sus luces, la guio hasta su casa, a donde llegaron con toda felicidad. Desde entonces, la hormiga y la luciérnaga son buenas amigas. “La hormiga y la luciérnaga” Una hormiguita perdió su camino. Para saber dónde se encontraba, trepó sobre los tallos de la hierba y hasta sobre una piedra que, para ella, era una montaña. Pero la pobrecita no supo donde estaba su casa. Llegó la noche y la hormiga se puso a llorar, pensaba en sus hijos. Una luciérnaga que pasaba por allí, se enteró de lo que le había sucedido a la hormiga y, encendiendo sus luces, la guio hasta su casa, a donde llegaron con toda felicidad. Desde entonces, la hormiga y la luciérnaga son buenas amigas. “La hormiga y la luciérnaga” Una hormiguita perdió su camino. Para saber dónde se encontraba, trepó sobre los tallos de la hierba y hasta sobre una piedra que, para ella, era una montaña. Pero la pobrecita no supo donde estaba su casa. Llegó la noche y la hormiga se puso a llorar, pensaba en sus hijos. Una luciérnaga que pasaba por allí, se enteró de lo que le había sucedido a la hormiga y, encendiendo sus luces, la guio hasta su casa, a donde llegaron con toda felicidad. Desde entonces, la hormiga y la luciérnaga son buenas amigas.