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Los criterios utilizados por nuestro derecho positivo códigos y convenciones en relación
con el estatuto personal han variado, tanto en lo que respecta al contenido de la
categoría como en lo referente a la conexión utilizada. Con respecto al primero de los
aspectos, si bien casi todos nuestros textos legales, de fuente etática e interetática, han
comprendido las sucesiones dentro del estatuto personal, la única excepción ha sido la
Convención de Montevideo de 1889, suscrita y ratificada por el Perú, la cual en el
Tratado de Derecho Civil Internacional (arts. 44° y 45°), incluye las sucesiones en
general dentro de la categoría del estatuto real, al regularlas por la ley del lugar de la
situación de los bienes.
En lo que respecta a la conexión utilizada, los diversos textos legales, nacionales y
convencionales, han empleado tanto la conexión de la nacionalidad como la del
domicilio, e incluso las dos al mismo tiempo. Tal fue el caso del artículo V del Título
Preliminar del Código Civil de 1936, que prescribía: “El estado y la capacidad civil de
las personas se rigen por la ley del domicilio, pero se aplicará la ley peruana cuando se
trate de peruanos.”
El Código Civil de 1852 no contiene ninguna disposición en lo que respecta a la
conexión que debe regir el estado y la capacidad civil de las personas.
El Código de Comercio de 1902, en su artículo 15°, se inclina por la conexión de la
nacionalidad: “Los extranjeros y las Compañías constituidas en el extranjero podrán
ejercer el comercio en el Perú, con sujeción a las leyes de su país en lo que se refiere a
su capacidad para contratar (...)”.
Por el contrario, el Código de Procedimientos Civiles de 1912 adopta la conexión
domiciliaria en su artículo 1158°: “No tienen fuerza en la República las resoluciones
dictadas por un tribunal extranjero que estatuyen sobre la conexión civil, capacidad
personal o relaciones de familia de peruanos o extranjeros domiciliados en el Perú.”
Este artículo se refiere a la competencia jurisdiccional, pero también indirectamente a la
ley aplicable.
La Comisión Reformadora del Código Civil de 1852, en su artículo VI del Título
Preliminar propuso: “El estado y la capacidad civil de las personas se rigen por la ley
del domicilio.” Esta propuesta fue posteriormente modificada.
Congreso de Lima (1877-1878)
A iniciativa del gobierno peruano se instaló en 1877 un Congreso de Jurisconsultos, al
cual asistieron representantes de Argentina, Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador y Perú.
El Congreso elaboró un tratado de 60 artículos para establecer reglas uniformes de
Derecho Internacional Privado, inclinándose, en lo que respecta al estatuto personal, por
la conexión de la nacionalidad. Nos dice Valladao5 que el Congreso de Lima enfrentó la
orientación de nuestro compatriota Antonio Arenas, que era partidario de la escuela
italiana de MANCINI, con base en el libro de Fiori y las reglas del Código Civil
Italiano, y las tesis del delegado de Bolivia Zoilo Flórez, partidario de la orientación
territorialista del Código Civil Argentino. Este tratado solo fue ratificado por el Perú.