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1. INTRODUCCIÓN.

2. MARCO TEORICO
3. MARCO HISTÓRICO

DELITOS CONTRA LA ECONOMÍA NACIONAL, INDUSTRIA Y COMERCIO

Se refiere a aquellas conductas ilícitas, atentatorias a la libertad comercial, industrial o de


empresa (producción, manufactura, distribución y comercialización de productos,
patentes, marcas, derechos de autor, etcétera), tipificadas como delitos en las leyes
correspondientes (penales, mercantiles); mismas que establecen una pena monetaria y
corporal.

Antecedentes

- En el derecho positivo del país azteca el número de los delitos ya citados es


mínimo.
- En los Estados Unidos de Norteamérica existen leyes internas antimonopólicas
como la Sherman (1890), la Clayton (1914) y la Celler Kefavver (1950) que impiden
la concentración y fusión de empresas. La Convención de la Unión de París para
la protección de la Propiedad Industrial (20-III-1883), última revisión en
Estocolmo (14-IV-1967), resulta ser un instrumento jurídico internacional, clave
contra la competencia desleal. El Convenio Interamericano sobre Derechos de
Autor (Washington: 22-VI-1946), establece protección para obras de arte hechas
principalmente para fines industriales.
- La legislación mexicana, ordena castigar “severamente” y perseguir “con eficacia”
toda conducta que contraríe el comercio y la industria, “con perjuicio del público
en general o de alguna clase social”, configuró algunas conductas delictivas en
garantía de la libertad comercial, industrial, de trabajo, profesión u oficio (artículo
5° Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, párrafo 1°), en
protección del público consumidor, de la economía y de la riqueza nacionales.
- En la legislación boliviana se ha tipificado una serie de conductas que van contra
la economía nacional, la industria y el comercio. Citaban como antecedente
nacional, el decreto Ley de 1 de enero de en cuyo capítulo se comprendían delitos
tales como la explotación, tala o destrucción de la riqueza forestal, el comercio
con bienes del estado.
- Por ejemplo el costarricense, no han sido incluidas. en este aspecto, hubo un
verdadero acierto, por la necesidad de una protección penal eficaz contra
conductas que atenían no sólo a las fuentes de riqueza nacional, sino, también las
que van contra la industria y el comercio
Delitos contra la economía nacional, la industria y el comercio

Código penal boliviano

Contratos lesivos al Estado, incumplimiento de contratos, destrucción o deterioro de


bienes del estado y la riqueza nacional, conducta antieconómica , infidencia económica.,
agio, destrucción de productos, contribuciones y ventajas ilegítimas, sociedades o
asociaciones ficticias, franquicias, liberaciones o privilegios ilegales, evasión de impuestos

Delitos contra la industria y el comercio

Sabotaje, monopolio de importación, producción o distribución de mercaderías, lock-out,


huelgas y paros ilegales, fraude comercial, engaño en productos industriales, desvío de
clientela, corrupción de dependientes, tenencia. Uso y fabricación de pesas y medidas
falsas

4. MARCO CONCEPTUAL

Economía Nacional.- La economía Nacional se refiere al conjunto de ramas de la


producción y del trabajo en un determinado país dentro de la esterera económica.

 Esfera Económica.- Se entiende como Esfera Económica al conjunto de ramas de la


economía nacional, la cual se divide en Esfera Económica Productiva y en Esfera
Económica no productiva.
 Esfera Económica productiva.- Es en la que se producen bienes materiales que se
ponen al alcance de los consumidores.
 Esfera Económica no productiva.- Es el campo de la actividad humana cuyo resultado
no consiste en productos materiales, sino en servicios.

Industria.- La Industria es la actividad económica fundamental de sector secundario, que


se encarga de transformar los productos naturales (materias primas) en otros productos
elaborados y semielaborados. Gracias a la Revolución Industrial ocurrida en Gran Bretaña
en el siglo VIII, y al invento de nuevas máquinas que hicieron las tareas anteriormente
realizadas por personas, se ha logrado el crecimiento de préstamos y expansión de la
banca, la producción industrial a gran escala, concentración de capitales, división de
trabajo, aumento de productividad, uso de nuevas tecnologías, etc.

Las características más representativas de la industria es que consume grandes


cantidades de energía, indispensable para sus procesos productivos; requiere de la
inversión de mucho capital, de enormes cantidades de materias primas, de mano
de obra calificada y de mercados de alto poder de compra.
La economía ha otorgado a la industria un papel clave en el desarrollo de las
naciones, hoy en día se emplea el término “país industrializado” como sinónimo de
“desarrollado”. Este desarrollo ha sido impulsado por factores como la invención
tecnológica, cada vez existen máquinas e instrumentos con mayor perfección; la
producción de energía, los países industrializados son los que consumen mayor cantidad
de ésta; y el crecimiento agrícola, ningún país se ha industrializado sin el desarrollo previo
o paralelo del sector agrícola.

Según el grado de complejidad de los procesos productivos las industrias son pesadas y
ligeras.

 Las industrias pesadas.- Se encargan de transformar la materia prima en


productos semielaborados, se caracteriza por requerir una mayor concentración
de capitales y una constante renovación tecnológica.

Pueden ser de dos tipos: industrias de base, aquellas cuyos productos sirven de
materias primas a otras industrias. Tradicionalmente se consideran la siderúrgica,
la metalúrgica y la petroquímica. Y por otro lado, se tiene las industrias de bienes
de equipo, emplean los productos semielaborados de las industrias de base para
fabricar maquinaria y herramientas para otras industrias. Las más importantes
son las de la construcción y las mecánicas.

 Las industrias ligeras.- O de transformación, son las encargadas de producir bienes


que pueden ser consumidos directamente por la población. Se encuentra la
industria alimentaria, textil, química, electrónica, automovilística, etc.

Comercio.- El comercio es una actividad social y económica que implica la adquisición y


el traspaso de mercancías. Quien participa de un acto de comercio puede comprar el
producto para hacer un uso directo de él, para revenderlo o para transformarlo. En
general, esta operación mercantil implica la entrega de una cosa para recibir, en
contraprestación, otra de valor semejante. El medio de intercambio en el comercio suele
ser el dinero.

 Comerciante.- es aquella persona, ya sea jurídica o física, que vive del comercio.
Por lo tanto, la actividad comercial constituye su sustento de vida.

 El comercio minorista.- También conocido como comercio al por menor se lleva a


cabo entre el vendedor y el consumidor final (la persona que adquiere el producto
para utilizarlo o consumirlo).

 El comercio mayorista.- O comercio al por mayor, el comprador no es quien


consume o usa el producto adquirido. Su intención es poder concretar una venta
posterior del mismo producto, a un precio más alto del pagado.
Delitos contra la Economía Nacional, Industria y el Comercio.- Son una serie de conductas
y acciones típicas, antijurídicas y culpables que van contra la economía nacional, la
industria y el comercio. Consisten en actos con evidente perjuicio para la economía
nacional, absorbiendo la producción de uno o más ramos industriales o de una actividad
comercial.

De acuerdo a nuestro Código Penal en vigencia los delitos contra la Economía Nacional
son los siguientes:

Contratos lesivos al estado: Celebrar contratos con perjuicio al Estado.

Incumplimiento de Contratos: El hecho de no cumplir los contratos sin una justa causa.

Destrucción o Deterioro de los Bienes del Estado y la Riqueza Nacional: La destrucción,


deterioro, robo o exportación de los bienes públicos.

Conducta Antieconómica: Daños al patrimonio o intereses del Estado por la mala


administración.

Infidencia Económica: Revelar datos a cerca de la Política Económica los cuales debían
estar en reserva.

Agio: Noticias falsas o negociaciones fingidas con el objetivo del alza en el precio de
mercancías.

Destrucción de Productos.- Destrucción de artículos de abastecimiento diario o materias


primas causando grave daño a la riqueza o consumo nacional.

Contribuciones y ventajas ilegitimas: Obtención de beneficios económicos abusando del


alto cargo que se ostenta.

Sociedades o Asociaciones Ficticias: La organización de sociedades falsas con el fin del


lucro.

Franquicias, liberaciones o privilegios ilegales: la negociación, obtención o uso de


liberaciones, franquicias o privilegios de manera ilegal.

Evasión de Impuestos: La no cancelación del pago de los impuestos que son obligatorios,
bajo falsos argumentos y excusas.

Y los delitos contra la Industria y el Comercio son los siguientes:

Sabotaje: Daño o destrucción que se hace intencionadamente en un servicio, una


instalación, un proceso, etc., como forma de lucha o protesta contra el organismo que
los dirige o bien como método para beneficiar a una persona o grupo que es contrario a
dicho organismo.

Monopolio de importación, producción o distribución de mercancías: Ejercicio exclusivo


de una actividad, con el dominio o influencia consiguientes.
Lock Out, huelga o paros ilegales: La paralización indebida de actividades necesarias para
el normal desarrollo de la nación.

Fraude Comercial: Engaño económico con la intención de conseguir un beneficio, y con


el cual alguien queda perjudicado.

Engaño en productos industriales: Acción o acciones con que se le hace creer a alguien
en la obtención de productos industriales que no son.

Desvió de clientela: Falsas acusaciones mediante la mala propaganda con el fin de desviar
la clientela de una institución industrial o comercial.

Tenencia, uso y fabricación de pesas y medidas falsas: Tener pesas o medidas falsas dentro
su industria o comercio.

Objeto Jurídico: El objeto de la relación jurídica consiste en una determinada conducta


que debe cumplir el sujeto obligado por la norma jurídica (sujeto pasivo) en favor del
titular de un derecho, que tiene por ello el derecho de exigir esta conducta (sujeto activo).
A esa conducta se la llama prestación que puede ser de dos clases. Activa, en que el
individuo debe realizar una determinada acción que es de dar o de hacer; y Pasiva, que
consiste en que el individuo omita realizar determinada conducta (“no hacer”). Se
acostumbra a distinguir también acerca del objeto de la prestación. Este objeto se
traduce en la materia sobre la cual recaen los derechos y obligaciones que surgen de la
relación jurídica.

Sujetos
Son aquellos que intervienen en la ejecución del delito.
• Sujetos Activos (los que participan en su realización). - Es la persona física que comete el
Delito, llamado también; delincuente, agente o criminal. Será siempre una persona física,
independientemente del sexo, edad, (La minoría de edad da lugar a la inimputabilidad),
nacionalidad y otras características.
• Autor intelectual; aquel que piensa o planea el delito.
• Autor material; ejecuta la accion

• Material; es la cosa o persona en la que recae la conducta delictiva

ELEMENTOS MATERIALES

Sujetos activos y sujetos pasivos

Será sujeto activo aquella persona que pueda cometer un ilícito penal. Y será el
sujeto pasivo, aquella persona que pueda sufrir un delito. En cuanto al sujeto pasivo,
suelen distinguirse entre el sujeto pasivo impersonal y el sujeto pasivo personal. Será
sujeto pasivo impersonal la persona moral o jurídica víctima del delito, mientras que será
sujeto pasivo personal la persona física víctima del delito.
Acción u omisión

La conducta humana como fundamento de la estructura del delito, es la denominada


acción u omisión. El concepto de acción engloba también al de omisión en tanto en
cuanto puede existir una conducta en la que se evita con una omisión la circunstancia de
una acción concreta. La principal función del concepto de acción es servir como límite
para seleccionar las acciones que pueden ser relevantes para el Derecho penal.

Tipicidad

La tipicidad es el encuadramiento de la conducta humana en el tipo penal. Así, cuando la


ley dice en el artículo dedicado al homicidio que “el que matare a otro…”, se está
tipificando la conducta de dar muerte a otra persona.

En el tipo se incluirán todas las características de la acción prohibida, por lo que, podemos
decir que el tipo es la valoración de la conducta delictiva.

Antijuridicidad

La antijuridicidad es aquel desvalor que posee un hecho típico contrario al ordenamiento


jurídico. La antijuridicidad es lo contrario al Derecho.

No es suficiente que una conducta sea típica, sino que además tiene que ser contraria al
ordenamiento jurídico, esto es, no puede estar protegida por ninguna causa de
justificación. La antijuridicidad radica en incumplir lo establecido en la norma jurídica.
Para que la conducta sea delictiva tiene que ser además de antijurídica, típica y culpable,
por lo que la antijuridicidad es un elemento más del delito y de la teoría del delito.

La antijuridicidad es un elemento positivo del delito, en cuanto que la conducta que es


antijurídica será considerada como delito. La antijuridicidad compara lo establecido en el
ordenamiento con la conducta llevada a cabo por determinado sujeto.

Culpabilidad

La culpabilidad comprende una serie de circunstancias que se necesitan para imputar un


hecho antijurídica a un sujeto y que éste sea considerado culpable. La culpabilidad es la
característica del sujeto para que se le impute a título de culpable un determinado hecho
típicamente antijurídico. Lo anterior viene a significar, que para emitir un juicio que
declare culpable a un sujeto será necesario que la conducta haya sido típicamente
antijurídica.

Penalidad o punibilidad

La punibilidad o penalidad es una categoría harto criticada doctrinalmente, pues no todos


los autores aceptan en considerar la penalidad como un verdadero elemento del delito.
Lo anterior es consecuencia de que la penalidad no es tan trascendental en la práctica
como el resto de los elementos que conforman el delito según la teoría del delito.
La penalidad o punibilidad supone la imposición de una pena cuando estamos en
presencia de los demás elementos del delito (tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad).

Tipo subjetivo

Elementos subjetivos

Así como el dolo es el elemento fundamental de la tipicidad subjetiva de los delitos


dolosos, el error (de tipo) lo es el de los imprudentes. Pero la tipicidad subjetiva de los
delitos dolosos no se agota en la constatación de que la conducta histórica concreta
colma los elementos del dolo (conocimiento del riesgo). Eso sucederá allá donde la
tipicidad subjetiva no prevea más elementos subjetivos que el dolo. En algunos casos, el
propio tipo, en su faceta interna incluye otros elementos de carácter subjetivo. En la
doctrina penal se entiende por elementos subjetivos del injusto aquellos requisitos de
carácter intencional distintos del dolo que en ocasiones se emplean para describir los
tipos.

Por ejemplo, el ánimo de lucro define el hurto, entre otros elementos: la apropiación
dolosa de cosas muebles ajenas contra la voluntad de su dueño no constituye todavía
hurto (art. 326 CP), pues el tipo exige además que tal apropiación se haya realizado con
ánimo de lucro. El ánimo de lucro es un "elemento subjetivo del injusto", o con más
precisión, del tipo o de la tipicidad. Dicha exigencia de ánimo de lucro permite distinguir
del hurto algunas apropiaciones de bienes que tienen por finalidad, no apropiarse la cosa,
sino gastar una broma al propietario, por ejemplo, por lo que se reintegra lo sustraído al
día siguiente; o impedir su uso, por lo que se esconde la cosa en la propia casa del
propietario, por ejemplo.

No son escasos los supuestos en los que el legislador ha incluido elementos subjetivos en
los tipos. El ánimo de lucro es uno de ellos, que prolifera en delitos patrimoniales y contra
el orden socioeconómico (hurto, estafa, defraudaciones…). Pero es llamativo que se exija
también en delitos como la extorsión o el robo, pues dichos tipos exigen ya violencia o
intimidación en las personas o fuerza en las cosas, por lo que requerir en tales casos
además ánimo de lucro puede resultar superfluo (¿quién va a apoderarse con violencia
de un bien mueble de la víctima si no es para lucrarse con él?). En otros casos el legislador
recurre a elementos como la expresión obrar "en perjuicio de", "para perjudicar", "para
descubrir los secretos o vulnerar la intimidad", "en ofensa de"… En algunos supuestos el
legislador ha definido el tipo a través de un elemento subjetivo, pero de manera negativa,
es decir, estableciendo que el tipo se ve colmado o realizado siempre que no se realice
con un ánimo específico (así, en el hurto de uso de vehículo del art. 244.1 CP, siempre
que no se realice con ánimo de apropiárselo, pues de otro modo se vería realizado el tipo
del hurto genérico). Además, la jurisprudencia recurre a elementos subjetivos de los tipos
en ocasiones en que el legislador no los ha previsto expresamente, o al menos en los que
dicho elemento es dudoso (como ocurre en el caso del art. 525.2 del CP).

En lo que se refiere a las causas de justificación, la doctrina y la jurisprudencia recurren a


un elemento subjetivo propio, como es el obrar para defenderse (y no por otros motivos)
en el caso de la legítima defensa; de lo contrario, la intención "torcida" viciaría la defensa
e impediría la justificación. No obstante, estos elementos subjetivos en las causas de
justificación requieren un estudio separado.
Por lo demás, la doctrina clasifica los elementos subjetivos del tipo según pretendan o no
una finalidad presente en la acción misma. En caso afirmativo, los denomina elementos
de tendencia interna intensificada. En este grupo podría incluirse la exigencia de un
peculiar ánimo lúbrico en los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. Dicho ánimo
permite distinguir la conducta típica de otras que, aun revistiendo la formalidad externa
de intromisión en la libertad sexual de la víctima, no atentan materialmente contra ésta.
Por ejemplo, porque se trata de una exploración médica. Junto a dicho grupo de
elementos subjetivos, otros, los denominados de tendencia interna trascendente, buscan
una finalidad que se logra tras la conducta delictiva. De ahí la expresión "trascendente".
El caso del ánimo de lucro en el hurto sería ejemplo de éstos.

En cualquier caso, dichos elementos aportan algo a la definición del tipo de que se trate
en cada caso: eso que añaden se califica como "subjetivo", pero lo cierto es que permiten
considerar una conducta como típica o atípica en función de su relevancia externa -y no
sólo interna-, es decir, vienen a distinguir la conducta ya en el plano de la imputación
objetiva.

En efecto, se trata de expresiones que hacen referencia a una carga intencional adicional
al mero conocimiento de la conducta del tipo. Esta carga de intencionalidad se exige en
ocasiones por la propia jurisprudencia aun sin una mención legal tan expresa: así sucede
con delitos como el previsto en el art. 525.2, en el que sin hacerse mención expresa a un
elemento subjetivo en concreto, la praxis judicial viene exigiendo un peculiar ánimo
vejatorio o de escarnio en el autor. Esto pone de relieve cuál es la función con la que se
recurre en la práctica legal y jurisprudencial a los elementos subjetivos: identificar con
claridad una carga de sentido en la conducta; es decir, aportar elementos de valoración
de la gravedad material del delito. Pero si es así, entonces dichos elementos no serían tan
"subjetivos" como se suelen calificar, sino más bien un medio para definir el "riesgo
típicamente relevante", lo que hace a la conducta objetivamente típica. Con otras
palabras, su naturaleza no es tan subjetiva como a veces se insiste en definir, y su función
sería la de ayudar a valorar la conducta como típica ya en el plano objetivo.

ELEMENTOS NORMATIVOS DEL DELITO

ELEMENTOS PRIMARIOS CONSTITUTIVOS DEL DELITO


1. Presupuesto legal o Tipo Penal
El tipo penal es el contenido eminentemente descriptivo de la norma penal, es la previsión
legal que individualiza la conducta humana penalmente relevante.
2. Sujetos
Son aquellos que intervienen en la ejecución del delito.
• Sujetos Activos(los que participan en su realización).- Es la persona física que comete el
Delito, llamado también; delincuente, agente o criminal. Será siempre una persona física,
independientemente del sexo, edad, (La minoría de edad da lugar a la inimputabilidad),
nacionalidad y otras características.
• Autor intelectual; aquel que piensa o planea el delito.
• Autor material; ejecuta la accion

• Material; es la cosa o persona en la que recae la conducta delictiva.


4. Resultado típico
Es también conocido como la consumación delictiva; es decir, la ejecución plena de la
conducta, provocando la lesión del bien jurídico.
ELEMENTOS SECUNDARIOS CONSTITUTIVOS DEL DELITO: GENERICOS:
Acción, tipicidad, anti juridicidad, culpabilidad
ACCION
La acción es conducta omisiva o activa voluntaria, que consiste en un movimiento de su
organismo destinado a producir cierto cambio, o la posibilidad, en el exterior del mundo
(Teoría de la causalidad). La posibilidad de cambio se da en los delitos frustrados como
también en la tentativa. Si es involuntario (caso fortuito) u ocurre en el fuero interno y no
llega a manifestarse, la acción se excluye del campo delictivo.
La acción consiste en actuar o hacer, es un hecho positivo, el cual implica que el agente
lleva a cabo uno o varios movimientos corporales y comete la infracción a la ley por si o por
medio de instrumentos, animales, mecanismos o personas.
TIPICIDAD
La tipicidad es la adecuación, es el encaje del acto humano voluntario ejecutado por el
sujeto a la figura descrita por la ley como delito. Si la adecuación no es completa no hay
delito.
TIPO ELEMENTAL O SIMPLE: compuesto por un solo modelo de comportamiento, por un
solo verbo rector, como por ejemplo está el hurto, injuria o homicidio.

TIPO COMPUESTO: aquellos tipos que tienen pluralidad de conductas en el, pueden ser
compuestos complejos (dos o más conductas descritas en el que pueden conformar un
tipo autónomo cada uno, pero que con unión se crea una independencia creando un
nuevo tipo, el compuesto) como por ejemplo esta el homicidio por medio catastrófica o
compuestos mixtos (se describen varias conductas, y basta con ejecutar una de ellas para
encuadrar en el tipo) o con la realización de cualquier verbo rector se conforma para
encuadrar en el tipo, por ejemplo esta la concusión que tiene tres y con una vasta.
FORMAS DE CONDUCTA
Acción: un sujeto actúa a pesar de la existencia de una prohibición de realizar esa acción
Omisión: un sujeto no lleva a cabo una acción o conducta que la ley ordena o manda
A través de la historia y la evolución de los sistemas jurídicos en materia penal vemos
que la relación conducta y delito, ha ido evolucionando primando en la actualidad la
concepción binaria de la conducta humana diferenciando claramente la acción de la
omisión y caracterizándolas, dejando así fuera otros comportamientos humanos que no
se encuadren en estas, como por ejemplo los “pensamientos”.
La concepción actual y en concreto la que refleja el actual modelo es la de la escuela
finalista del derecho penal del jurista penal alemán Hans Welzel, que nos presenta a la
acción como ejercicio de una actividad finalista caracterizada por la voluntad a la
consecución de un fin y a la omisión como la no realización de una acción finalista cuando
se tiene la capacidad para llevarla a cabo.
5. MARCO JURÍDICO

MÉXICO

Delitos Contra la EconomíaPública

Estos son equivalentes a los Delitos contra la Economía Nacional ya que son un conjunto
de infracciones contra el consumo y la riqueza nacionales, en que cabría ver el germen
del derecho penal económico mexicano. La prolongada evolución legislativa de estos
delitos discurre desde la tutela de la libre actividad económica hasta la del consumo
nacional y la de la riqueza pública. El Código Penal del Distrito Federal de 1871 preveía,
en efecto, en el capítulo XIII de su libro III (artículos 925 a 929), un conjunto de hipótesis
de hecho claramente concebidas en protección de libre ejercicio de la industria o
comercio y de la libertad en los remates públicos, estos es, de un bien jurídico muy
diverso del que, con acentuado sentido social, quiere reconocerse hoy al orden público
económico. Ese orden alcanzaría consagración constitucional a partir desde 1917. La
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tras proscribir en el primer inciso
de su artículo 28 los monopolios, los estancos, las exenciones de impuestos y las
prohibiciones a título de protección a la industria, disponía en el segundo que la ley
castigará severamente, y las autoridadesperseguirían con eficacia, “toda concentración o
acaparamiento en una o pocas manos de artículos de consumo necesario y que tenga por
objeto obtener el alza de los precios”, todo acto o procedimiento que evite o tienda a
evitar la libre concurrencia en la producción, industria o comercio, o servicios al público;
todo acuerdo o combinación, de cualquier manera que se haga, de
productores, industriales, comerciantes y empresarios de transportes o de algún otro
servicio, para evitar “la competencia entre sí y obligar a los consumidores a pagar precios
exagerados; y, en general, todo lo que constituya una ventaja exclusiva indebida a favor
de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de
alguna clase social”.El Código Penal del Distrito Federal de 1931 no se redimió del dislate
sistemático, subsistente hasta hoy, de situarlos que en su texto original seguían siendo
“delitos contra el comercio y la industria” en el capítulo I de un título (el decimocuarto
del libro II), que, encabezado por el rótulo de “delitos contra la economía pública”, hace
sitio también a las disposiciones relativas a vagos y malvivientes (capítulo II) y a juegos
prohibidos (capítulo III). Por contenido en 1931 el capítulo I difería en el Código Penal del
Distrito Federal vigente del correspondiente de 1929 en haber erradicado los viejos tipos
delictivos atentatorios de la libertad de comercio, industria y remates públicos, y
manteniendo, en cambio, los tipos contra consumo nacional (como después se diría), casi
literalmente trasegados del inciso segundo del artículo 28 constitucional, y acompañados
de nuevos tipos contra la riqueza nacional (según también llegaría ulteriormente a
denominárseles). Las penas no aparecían acaso tan severas como hubiera deseado el
constituyente: tres meses a tres años de prisión y multa de cincuenta mil pesos.

COLOMBIA

Delitos Contra El Orden Económico Social

El mundo moderno está estructurado económicamente para la especulación ilícita, el


predominio del agio y el acaparamiento. Así se explica que el Código Penal deba contener
normas dentro de las cuales sea posible comprender figuras legales que tutelen un orden
público económico susceptible de ser perturbado precisamente por procedimientos
dolosos, en los cuales la malicia del agente criminal se conjuga con la forma imperfecta
como esas trasgresiones son sistematizadas en los preceptos legales. Por esta razón
escapan muchas de ellas a la sanción penal, por no contener el Código de las penas todos
los presupuestos que hacen operar efectivamente dichas normas, en el sentido de servir
con eficacia a la finalidad perseguida de impedir la ejecución de aquellas actividades que
atentan contra la economía nacional, la industria y el comercio. Lo cual está estipulado
en el código Penal Colombiano.

Estipulado en el TÍTULO X Delitos Contra El Orden Económico Social, con 5 Capítulos: El


primero DEL ACAPARAMIENTO, LA ESPECULACIÓN Y OTRAS INFRACCIONES; el Segundo
DE LOS DELITOS CONTRA EL SISTEMA FINANCIERO; el tercero DE LA URBANIZACIÓN
ILEGAL; el cuarto DEL CONTRABANDO y el quinto DEL LAVADO DE ACTIVOS.

ARGENTINA

Delitos contra el orden económico y financiero

"El Orden Económico y Financiero", es la tipificación del delito de lavado de activos ya


que cuenta con la aprobación del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Se
contempla como un tipo penal independiente el lavado de bienes provenientes del
terrorismo y el financiamiento del terrorismo. Se introducen aquí los delitos contra el
"Fraude al comercio y la industria", y tipos penales en "Defensa a la Competencia", tal
como sucedía con la Ley 22.262 B.O: 06/08/1980 que fuera derogada por Ley 25.156 B.O:
20/09/99; a su vez se incorporan aquí los delitos de "Pago con cheques sin provisión de
fondos"; y se introduce, por lo demás, el "Régimen Penal Cambiario" Ley 19.359 y la ley
de "Hidrocarburos".

Se incorporan los delitos de "Narcotráfico y Estupefacientes", que dado al avance de las


empresas narco-criminales y luego de haber escuchado a un especialista en la materia,
Diego Gorgal, la Comisión evalúa incrementar los montos de las penas. Este incremento
cuantitativo se encontrará diferenciado según la gravedad de la conducta. Se parte de la
actual escala penal (de 4 a 15 años de prisión) para quienes siembren, cultiven o guarden
plantas o semillas aptas para la producción de estupefacientes y se aumenta la escala
penal de 5 a 20 años de prisión para los eslabones más peligrosos de la cadena del
narcotráfico: la fabricación, producción y la comercialización de estupefacientes. Se
agrega como una nueva figura penal la organización internacional dedicada al
narcotráfico y se prevé la pena de prisión perpetua para los jefes u organizadores de esta
clase de organizaciones. Se incorporan nuevos agravantes a las actualmente previstas por
la ley de drogas, entre las cuales se encuentran la provisión de estupefacientes a menores
de edad o a personas sometidas a tratamiento de desintoxicación, el uso de armas y la
utilización de menores de 18 años para la producción o comercialización de drogas.

DESCOMPOSICIÓN DEL TIPO PENAL

Artículo 223. (DESTRUCCIÓN O DETERIORO DE BIENES DEL ESTADO Y LA RIQUEZA


NACIONAL). El que destruyere, deteriorare, substrajere o exportare un bien
perteneciente al dominio público, una fuente de riqueza, monumentos u objetos del
patrimonio cultural materia, histórico o artístico nacional, incurrirá en privación de
libertad de uno (1) a seis (6) años.

Vemos varios comportamientos y vamos a ver el derecho penal en toda su normativa lo


incorporamos el desistimiento, arrepentimiento, figuras importantes por el cual sabemos
que el delito es postulado a donde se realizan todos los elementos del tipo pero debemos
puntualizar la vulneración que existe sobre el bien jurídico.

1. OBJETO JURIDICO.

Si se habla de 3 o más personas para cometer delito de alguna destrucción a un bien del
estado y riqueza nacional,

2. SUJETOS
 SUJETO ACTIVO:
 INDETERMINADO: Porque cualquiera puede cometer el delito y a la
 SINGULAR: Porque se necesita que una persona cometa el delito “El que”
y no es plural cualquiera que forme parte de una destrucción de tres o
más personas está violando los bienes jurídicos.

 SUJETO PASIVO:
 DETERMINADO: Seria el Estado, instituciones, dependiendo cual sea la
competencia, e identificar de acuerdo a los tipos penales, sujetos pasivos
y víctima como es el Estado.
3. ELEMENTO MATERIAL

Este elemento nos ayuda a identificar el verbo.

 DESTRUYERE, DETERIORE, SUBSTRAJE O EXPORTARE: Estos elementos de


acuerdo a la significación que tengamos como dar un informe para determinar
algo de tres o más personas, en este caso estos elementos nos llevan a temas
penales abiertas.

Veremos cómo podemos tener una compilación de estos conceptos encontrados en el


artículo con diferentes conceptos jurídicos y gramaticales.

¿QUE PRINCIPIO ESTAMOS VIOLANDO?

Cuando hablamos de derecho penal hablamos de PRINCIPIO DE LEGALIDAD por tanto es


decir no hay pena sin ley previa por el cual decimos que el delito es un hecho, por el cual,
si comenten algún delito contra la economía nacional, y se encuentra a la persona y ella
dice que no hizo nada eso puede ser como libertad de expresión el cual da lugar al
principio de legalidad y vulnerando el principio de libertad de expresión.

También con el principio de prohibición de exceso donde se habla “en la privación de


libertad de uno a seis años” donde el estado es quien debe proteger los derechos de
libertad en caso de que no se cometiera este delito de forma dolosa.

4. ACCIDENTES DE LA ACCION
 Se ve un accidente de acción en circunstancias de lugar porque se refiere “el que
destruyere, deteriore, substrajere o exportare………. Del patrimonio cultural
material Boliviano”.
5. TIPO SUBJETIVO
 DOLOSO
6. ELEMENTO NORMATIVO

7. CLASE DE TIPO PENAL
 Es un tipo penal COMPUESTA porque tiene unas varias conductas
8. FORMA DE LA CONDUCTA
 Es un delito de COMISIÓN es decir de acción ACTIVA
9. CONSECUENCIAS DE LA ACCION
 Es un delito material porque basta de un sujeto para que cometa estos elementos
encontrados en el Art. 223 del Codigo Penal por el cual se penalizan la
destrucción, deterioro, substracción y exportación al dominio público
10. OBJETO DE LA ACCIÓN
 Dentro del objeto de la acción podemos hablar del:
 ESTADO: siendo sujeto pasivo o una víctima de la destrucción, deterioro,
substracción, o exportación para el este sujeto.
11. NORMA PRIMARIA
 Aquí nos podemos referir a ver cual norma se esta hablando de una norma de
Prohibición o norma de Mandato.
 NORMA DE ADECUACIÓN
 Hablamos de una prohibición al hablar de los elementos encontrados en el
articulo 223. Donde nos habla de conductas de adecuación a la norma “EL QUE”
se acomoda mas a la norma de adecuación porque no nos dice la ley prohibido
por tanto esto es una norma de adecuación.
12. PENA
 La pena incurrirá en privación de libertad de uno (1) a seis (6) años.

DESCOMPOSICION TIPO PENAL: FRAUDE COMERCIAL

Artículo 235(FRAUDE COMERCIAL). El que en lugar público o abierto al público engañare


al comprador entregándole una cosa por otra, siempre que no resulte delito mas grave,
será sancionado con privación de libertad de seis (6) meses a tres (3) años.

1. OBJETO JURÍDICO.
 Si se

TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA


SALA PENAL
AUTO SUPREMO Nº 465/2017-RRC
Sucre, 27 de junio de 2017

Expediente : Cochabamba 49/2016


Parte Acusadora : Industrias Brasileira Lorenzetti S.A.
Parte Imputada : Sandra Janeth Tordoya Rodríguez
Delitos : Fraude Comercial y otro
Magistrada Relatora : Dra. Maritza Suntura Juaniquina

RESULTANDO

Por memorial presentado el 18 de julio de 2016, cursante de fs. 383 a 391 vta., Lorenzetti
S.A. Industrias Brasileiras Electrometalúrgicas representada por Marcos Rodolfo Bass
Werner Liebers, Delfor Zapata Avendaño y René Claure Veizaga, interpone recurso de
casación, impugnando el Auto de Vista 3 de 17 de junio de 2016, de fs. 366 a 372 vta.,
pronunciado por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba, integrada por las vocales Mirtha Gaby Meneses Gómez y Gina Luisa
Castellón Ugarte, dentro del proceso penal seguido por la parte recurrente contra Sandra
Janeth Tordoya Rodríguez, por la presunta comisión de los delitos de Fraude Comercial y
Engaño en Productos Industriales, previstos y sancionados por los arts. 235 y 236, ambos
del Código Penal (CP).

I. DEL RECURSO DE CASACIÓN

I.1. Antecedentes.

a) Por Sentencia de 19 de octubre de 2012 (fs. 325 a 328 vta.), el Juez Cuarto de
Sentencia del Tribunal Departamental de Cochabamba, declaró a la imputada Sandra
Janeth Tordoya Rodríguez, absuelta de responsabilidad y pena la comisión de los delitos
de Fraude Comercial y en Productos Comerciales, previstos y sancionados en los arts. 235
y 236 del CP, sin costas; siendo complementada por Auto de 25 de octubre de 2012 (fs.
335).

b) Contra la referida Sentencia, Lorenzetti S.A. Industrias Brasileiras


Electrometalúrgicas representada por Marcos Rodolfo Bass Werner Liebers, Delfor
Zapata Avendaño y Rene Claure Veizaga (fs. 341 a 347), interpuso recurso de apelación
restringida, resuelto por Auto de Vista 3 de 17 de junio de 2016, dictado por la Sala Penal
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, que declaró
improcedente el citado recurso y confirmó la Sentencia impugnada, motivando la
interposición del presente recurso de casación.

I.1.1. Motivos del recurso de casación.

Del memorial del recurso de casación y del Auto Supremo 706/2016 de 19 de septiembre,
se extraen los siguientes motivos a ser analizados en la presente Resolución, conforme al
mandato establecido por los arts. 398 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y 17 de
la Ley del Órgano Judicial (LOJ).

1) La parte recurrente en alusión al fundamento II.2 del Auto de Vista impugnado,


aduce que contradice y desconoce la doctrina legal aplicable que obliga a los jueces a
valorar expresamente cada elemento probatorio; a cuyo efecto, invoca los Autos
Supremos 308 de 25 de agosto de 2006, 368 de 17 de septiembre de 2005 y 342 de 28
de agosto de 2006, vinculando con la necesidad de contar con una motivación y
fundamentación completa que asegure una resolución justa en el marco de un debido
proceso, de acuerdo al art. 115.II de la Constitución Política de Estado (CPE), debido a
que la Resolución impugnada los contradice, porque pese a reconocer que no existe
valoración de la prueba A-13 y que la Sentencia no refleja lo ocurrido, justificando que no
existirían motivos para la nulidad de la Sentencia y del juicio, porque la prueba citada no
cambiaría el resultado del juicio; empero, el Tribunal ad quem al advertir que la sentencia
carece de motivación completa y no reflejar lo ocurrido en juicio, considera que
correspondía anularla y disponer el reenvío; no obstante, ingresó a valorar prueba
determinando su relevancia o incidencia en el resultado final, inobservando la prohibición
de revalorización de la prueba. Adicionalmente, asevera que el Auto de Vista invocó
erradamente la teoría de nulidades procesales contenida en la Sentencia Constitucional
1212/2011-R, relativa a la nulidad por defectos en la valoración de la prueba, pasando
por alto que no se acusa una deficiente o defectuosa valoración de la prueba, sino que
lo que se acusa es que no existe ninguna clase de valoración, constituyendo un defecto
absoluto que amerita la nulidad, por esta omisión sumada a los demás errores denotan
una tramitación poco transparente y sospechosa que vulnera el debido proceso al
generar desconfianza; por cuanto, la sentencia no corresponde al juicio.

2) Denuncia que el fundamento II.3 del Auto de Vista, desconoce la doctrina legal
aplicable referida a la necesidad que la sentencia refleje lo ocurrido en el juicio, sin que
esté permitido al juzgador incorporan de oficio o valorar elementos probatorios no
judicializados en la etapa procesal correspondiente; puesto que, la sentencia incorporó
de oficio y valoró las pruebas D-1 y D-2 que no fueron judicializadas, reiterando que el
Auto de Vista, respecto a su prueba indicó que no exista incidencia en la decisión final de
modo que la nulidad de la sentencia y el juicio de reenvío no serían viables; aspecto que,
indica es alejado de la verdad y de los valores constitucionales de transparencia,
honestidad y debido proceso, ya que el hecho de que el juez dicte una sentencia que no
refleja lo ocurrido en juicio, no sólo se relaciona con el resultado o decisión final, sino que
se vincula con la forma oscura, sospechosa y anómala como se tramitó la causa atentando
el debido proceso, por lo que el Auto de Vista impugnado contradice los Autos Supremos
308 de 25 de agosto de 2006 de la Sala Penal II, 368 de 17 de septiembre de 2005 de la
Sala Penal I y 242 de 1 de agosto de 2005 de la Sala Penal Segunda; por cuanto, al obviar
el deber de anular la sentencia y ordenar el reenvío infringió el art. 420 del CPP y el debido
proceso.

3) Por último, afirma que el fundamento II.4 del Auto de Vista impugnado, es
contrario a la doctrina establecida en el Auto Supremo 537 de 17 de noviembre de 2006
de la Sala Penal Primera, con relación a la necesidad de valorar la prueba de acuerdo con
la experiencia, conocimiento, entendimiento, lógica y ciencia del juzgador, ya que
sostiene que la abstención absoluta del A quo de valorar las pruebas A-2 y A-3, sería
justificada debido a la falta de comprensión del idioma extranjero en el que se
encontraban dichas pruebas, sin considerar que están reconocidas por los incs. b) y c) del
art. 111 del Reglamento a la Ley General de Aduanas (LGA), siendo idóneas para respaldar
toda clase de operaciones aduaneras como la importación truncada de productos
falsificados que realizaba la imputada, documentos aduaneros que afirma son de uso
internacional obligatorio, que contienen el nombre de la importadora e imputada,
cantidades, descripción de los productos, fechas y otros datos que no requieren
traducción y pudieron ser valorados por el Juez, porque se entiende y comprende
documentos que además el Tribunal de alzada invocó como documentos aduaneros en
idioma extranjero, al fundamentar el punto II.2 del Auto de Vista impugnado, citándolo
como documento aduanero denominado “Commercial Invoice” (sic) de 21 de enero de
2009, destruyendo así el sustento del fallo de la parte recurrente, demostrando que con
base en la sana crítica, la experiencia, el conocimiento, entendimiento lógica y ciencia
que cualquier juzgador debe tener, era posible ingresar a valorar las pruebas A-2 y A-3.
Asimismo, en cuanto a la imposibilidad de valorar la prueba D-12, sólo porque se la tachó
de falsa al igual que la prueba A-12, precisó que es exigible la declaratoria de una
autoridad y que exista sustento o prueba adicional al respecto, que observando el
principio de legalidad establecido en el art. 180.I de la CPE, en relación con el art. 546 del
Código Civil (CC), es inadmisible que el Auto de Vista impugnado defienda la posición de
la Sentencia inventando nuevos argumentos reñidos con la sana crítica, por lo que afirma
que corresponde que la Sentencia sea anulada y se ordene el reenvío, al ser evidente que
la valoración de las pruebas A-2, A-3 y A-12 es ilógica y absurda además de reñida con la
sana crítica, defectos de valoración que forman parte de un conjunto de anomalías
graves.

I.1.2. Petitorio.

Solicita que una vez admitido el recurso de casación, se declare fundado dejando sin
efecto la resolución recurrida por existir contradicción objetiva con los precedentes
invocados y se ordene la emisión de nuevo Auto de Vista con arreglo a la doctrina legal
que se establezca.

I.2. Admisión del recurso

Mediante Auto Supremo 706/2016-RA de 19 de septiembre, cursante de fs. 398 a 402,


este Tribunal admitió el recurso de casación interpuesto por Lorenzetti S.A. Industrias
Brasileiras Electrometalúrgicas, representada por Marcos Rodolfo Bass Werner Liesbers,
Delfor Zapata Avengaño y René Claure Veizaga, para el análisis de fondo de los motivos
identificados precedentemente.

II. ACTUACIONES PROCESALES VINCULADAS AL RECURSO

De la atenta revisión de los antecedentes venidos en casación, se tiene lo siguiente:


II.1. De la Sentencia.

Por Sentencia de 19 de octubre de 2012, el Juez Cuarto de Sentencia del Tribunal


Departamental de Cochabamba, en aplicación del art. 363 inc. 1) del CPP, dispuso la
absolución de Sandra Janeth Tordoya Rodríguez, en base a los siguientes argumentos:

La acusación no ha acreditado la existencia del delito con prueba suficiente, ni los


elementos esenciales del delito como la acción, tipicidad, antijuricidad, culpabilidad,
imputabilidad y punibilidad, por lo mismo la inconcurrencia de estos requisitos, hacen
que el delito acusado no tenga vida jurídica que exige la ley, la doctrina y jurisprudencia;
en el caso concreto, los delitos acusados no han sido probados, como tampoco se ha
probado haberse afectado el bien jurídico, actitud dolosa y directa de la imputada
conforme los arts. 14 y 20 del CP, por lo mismo carentes de subsunción que se requiere
para la persecución penal.

El iter criminis denunciado y sometido a juicio oral, no ha sido demostrado y acreditado


el animus delicti objetivo y real de la imputada con suficiente objetividad y la subjetividad
requerida, no acredita la actitud dolosa u autoría por voluntad, generando en el juzgador
duda razonable que motiva aplicar el in dubio pro reo, por lo que de acuerdo a la sana
crítica, prudente criterio valorativo de la prueba judicializada, la acusación no acreditó
que la conducta de la imputada se adecua o subsume en los tipos penales acusados,
previstos en los arts. 235 y 236 del CP, por lo que no se impone la persecución penal en
la imposición del jus puniendi por los tipos mencionados y en esos términos resolver el
conflicto penal.

II.2. De la apelación restringida de la imputada.

La parte querellante, interpuso recurso de apelación restringida, en el que denuncia:

i) Defecto absoluto por negativa ilegal de prueba, aduce que durante la


sustanciación de juicio oral, la autoridad jurisdiccional restringió la producción de ocho
de las trece literales de cargo, que fueron ofrecidas pese a cumplir los requisitos de
legalidad de forma y de fondo, mediante decisiones de exclusión probatoria en base a
argumentos ilegales e irracionales, literales que tenían la finalidad de demostrar los
diferentes momentos del hecho punible descrito en la acusación y la culpabilidad de la
imputada, no existiendo ningún argumento legal que justifique semejantes exclusiones
que dejaron al juicio desprovisto de contenido, viciando de esta forma el procedimiento
que generó la absolución, cuando la autoridad jurisdiccional se encontraba en la
obligación de admitir su producción probatoria porque no había motivo alguno para su
restricción.
ii) Inobservancia de ley adjetiva por insuficiente y/o inexistencia de
fundamentación y defectuosa valoración de prueba documental, la Sentencia incurre en
falsedad al señalar que la prueba de cargo A-13 fue retirada, cuando al contrario la misma
fue admitida y judicializada, así como no se pronuncia y menos ingresa a valorar la Carta
AN-GRCGR No. 170/2010 de 28 de abril y Comunicación Interna GNSGC- DASSC-
0463/2010 de 28 de abril, de la Aduana Nacional, que igualmente fue producida en juicio
y estrechamente relacionada con el hecho punible, no existiendo en consecuencia
fundamentación sobre esta literal, que advierte una situación defectuosa previsto en el
art. 370 incs. 3) y 5) del CPP, por transgresión de los arts. 124 y 173 del mismo CPP, más
aún cuando no indica el motivo por el que no les asigna ningún valor cuya importancia es
trascendental.

iii) Inobservancia de ley adjetiva, porque la Sentencia valora prueba documental


que fue renunciada expresamente y no incorporada al juicio, en el Considerando II,
introduce un medio probatorio inexistente que no fue incorporado al juicio, como la
prueba D-1, que fue renunciada por la defensa de esta y de todos los medios probatorios
que ofreció, presentándose el defecto previsto por el art. 370 inc. 4) del CPP, que no
existe norma alguna que autorice al Juez para valorar una prueba no judicializada cuando
debía ceñirse a apreciar las ofrecidas y judicializadas en la dinámica procesal
contradictoria y no otras ajenas al proceso.

iv) Errónea aplicación de ley adjetiva por defectuosa valoración de la prueba


documental, en el considerando III, se indicó que las pruebas A-2, y A-3, no serían
susceptibles de valoración, debido a que se encontrarían en idioma extranjero, sin
considerar la práctica aduanera establecida en el art. 111 incs. b) y c) del Reglamento a
la LGA, no existiendo excusa para sustraerse de la obligación de asignar valor a los
documentos, consistentes en una factura comercial y un documento de transporte
marítimo, vulnerándose los arts. 169 inc. 3), 173 y 333 con relación a los arts. 216 y 217
todos del CPP, porque fueron legalmente obtenidos e incorporados al juicio, que
asimismo importa defecto previsto por el art. 370 inc. 6) del CPP, por errores de derecho
e infracción a la sana crítica por la escueta motivación imprecisa y contraria a la normativa
vigente.

II.3. Del Auto de Vista impugnado.

La Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, por Auto
de Vista 3 de 17 de junio de 2016, confirma la Sentencia apelada, arguyendo que:

i) En cuanto a los fundamentos relativos a la negativa ilegal de producción de


prueba de ocho literales de cargo, si bien de acuerdo al principio de libertad probatoria
previsto en el art. 171 del CPP, permite ingresar a juicio toda prueba legal y lícitamente
obtenida, si está referida directa o indirectamente al objeto de la investigación y sea útil
para el descubrimiento de la verdad material, en el caso, las pruebas mencionadas, han
sido excluidas por el juzgador con argumentos concretos, porque la prueba habría sido
obtenida en Chile dentro de procesos administrativo y judicial seguidos contra otra
persona ajena al proceso, con la que la parte querellante pretende vincular en el actuar
ilícito a la acusada; que es menester referir a los arts. 1294 y 1311 del CC y en relación a
la obtención legal de la prueba tener presente en los arts. 375 en vinculación al art. 138
del CPP. En la especie, las pruebas excluidas provenientes de país extranjero, no han sido
obtenidas con intervención del Juez de Sentencia, tampoco se acompañaron los
requerimientos fiscales por los que haya sido ordenada su obtención considerando que
se trata de un procedimiento de acción penal privada por conversión de acción por delitos
de orden público; por otro lado, no existe constancia de que dichas pruebas hayan sido
expedidas por los funcionarios públicos o autoridades jurisdiccionales autorizadas, que
tienen a su cargo la custodia de sus originales como elemento esencial para dar fe de su
idoneidad, que las legalizaciones de los Ministerios de Justicia y de Relaciones Exteriores
de Chile y Bolivia; y, del Consulado General de Bolivia en Chile, solo certifican la
autenticidad de las firmas, no del contenido de las fotocopias legalizadas de fotocopias
simples, ni de supuestos originales provenientes de autoridades fiscales o judiciales de
Chile, no habiéndose dado cumplimiento a las disposiciones citadas. Que al haberse
excluido dichas pruebas, no se incurrió en defecto procesal absoluto, por el contario la
exclusión tiene base legal y se precauteló que el proceso penal se desarrolle en
compatibilidad con los derechos fundamentales y garantías constitucionales.

ii) En lo concerniente a los defectos de sentencia de los incs. 5) y 6) del art. 370
del CPP, por inobservancia de los arts. 124 y 173 del mismo cuerpo legal, se advierte que
el A quo, ha revisado y valorado toda la prueba judicializada expresando los fundamentos
probatorios descriptivos e intelectivos, excepto en relación a la prueba A-13 que ha
tenido por retirada cuando consta en el acta de registro de juicio que ha sido admitida,
pero debe analizarse si este hecho por sí solo amerita la nulidad del juicio por la
trascendencia probatoria, de tal manera que de haber sido valorada podría demostrar la
existencia del hecho acusado y la responsabilidad penal de la imputada, dando lugar a
que en el caso de subsanarse el error, la decisión impugnada tenga diferente resultado.
En esos términos, la mencionada prueba A-13 consistente en una Carta AN-GRCGR No.
170/2010 de 28 de abril y Comunicación Interna GNSGC-DASSC-0463/2010 de 28 de abril
de la Aduana Nacional, el apelante no ha justificado que se trate de una prueba
conducente para demostrar los hechos específicos en que se sustenta la acusación
particular, que en el caso concreto es que la acusada haya importado desde China
mediante terceras personas, productos falsificados para su entrega y venta fraudulenta
al comprador, en el caso de anularse la sentencia por omitir la valoración de la prueba A-
13, razonablemente no incidiría en la emisión de una sentencia distinta en juicio de
reenvío, tomando en cuenta los criterios de la Sentencia Constitucional 1212/2011-R de
13 de septiembre y los principios fundamentales que rigen la jurisdicción ordinaria por
mandato del art. 180-I de la CPE.

iii) Respecto a la inobservancia de ley adjetiva, porque en la sentencia se valoró


prueba no incorporada al juicio por renuncia de la defensa, de la revisión del acta de
registro de audiencia de juicio se verifica que la defensa renunció a la prueba documental
ofrecida, por lo que no se judicializó prueba de descargo, en el considerando II el Juez A
quo hizo mención a las pruebas D-1 y D-2, en referencia a la D-1, estimó que no influye
de manera alguna en la Sentencia y la D-2, no merece mayor consideración, en el
considerando III donde se halla la fundamentación intelectiva de la prueba, el Juez no ha
otorgado valor alguno a esa prueba, no la analizó, ni motivó la sentencia apelada en la
misma, por lo que no tiene incidencia en el fallo que amerite efecto anulatorio.

iv) En cuanto a la valoración de prueba documental judicializada, es menester


referirse a los límites del recurso de apelación y la prohibición de revalorización de la
prueba en los Autos Supremos 229/2012 de 27 de septiembre y 151 de 2 de febrero de
2007, de los que se infiere que cuando el apelante alega la existencia del defecto de
sentencia, previsto en el inc. 6) del art. 370 del CPP, no se puede pretender que el
Tribunal de apelación vuelva a valorar las pruebas que se produjeron en el juicio oral, sino
que tiene que atacar la logicidad de la sentencia en lo que atañe a la actividad probatoria
y su relación con la vulneración de las reglas de la sana crítica racional constituidos por
los principios de la lógica, la experiencia común y la psicológica, conforme estableció la
doctrina legal aplicable en el Auto Supremo 214 de 28 de marzo de 2007; en el caso, no
se observa los lineamientos doctrinales, porque no se explica de manera coherente a los
hechos, de qué manera las pruebas de cargo judicializadas demuestran la concurrencia
de los elementos constitutivos de los delitos sindicados, tampoco existe en el recurso una
exposición concreta sobre cuáles principios de la lógica, las reglas de la experiencia
común y de la psicología, hubieren sido vulneradas por el A quo en su labor de
fundamentación probatoria, máxime si el Tribunal de alzada realiza el control de la
logicidad de la sentencia, que no versa sobre el contenido de la premisas, sólo se debe
circunscribir al razonamiento expuesto o expresado por el Juez.

En lo que concierne a las prueba A-2 y A-3, que no serían susceptibles de valoración
debido a que se encuentran en idioma extranjero; no obstante, su eficacia legal en el
ámbito aduanero, impide al juzgador conocer plenamente el contenido informativo de la
misma en el proceso penal, siendo responsable de la carga probatoria la parte acusadora
y le correspondía promover su traducción para su comprensión y valoración, por lo que
no es evidente que esta prueba haya sido ilegalmente negada, un entendimiento
diferente generaría indefensión de la acusada.
III. VERIFICACIÓN DE CONTRADICCIÓN DEL AUTO DE VISTA IMPUGNADOCON LOS
PRECEDENTES INVOCADOS

Esta Sala Penal admitió el presente recurso ante la denuncia de que el Auto de Vista
impugnado, contradice los precedentes invocados por no valorar pruebas de cargo
judicializadas, contrariamente incorporar y valorar pruebas de descargo que fueron
renunciadas por la defensa no judicializadas; y finalmente, valorar defectuosamente la
prueba documental de cargo, por lo que corresponde en base al análisis de contradicción
con los precedentes invocados, resolver la problemática planteada.

III.1. La labor de contraste en el recurso de casación.

Conforme lo dispuesto por los arts. 42.I inc. 3 de la LOJ y 419 del CPP, las Salas
especializadas tienen la atribución de sentar y uniformar la jurisprudencia, cuando un
Auto de Vista dictado por uno de los Tribunales Departamentales de Justicia, sea
contrario a otros precedentes pronunciados por los otros Tribunales Departamentales de
Justicia o por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

El art. 416 del CPP, preceptúa: “Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una
situación de hecho similar, el sentido jurídico que le asigna el Auto de Vista recurrido, no
coincida con el del precedente sea por haberse aplicado normas distintas o una misma
norma con diverso alcance”. En ese ámbito, este Tribunal a través del Auto Supremo
322/2012-RRC de 4 de diciembre, puntualizó: “Cuando la norma se refiere a una situación
de hecho similar, considera esta Sala que el legislador se refiere a supuestos fácticos
análogos, siendo necesario precisar que en materia sustantiva el supuesto fáctico
análogo exige que el hecho analizado sea similar; en cambio, en material procesal el
supuesto fáctico análogo se refiere a una problemática procesal similar”.

La atribución de este Tribunal, de sentar y unificar jurisprudencia, contiene íntima y


estrecha relación con la garantía constitucional contenida en el art. 119.I de la CPE, que
garantiza el ejercicio pleno del principio de igualdad de las partes ante el Juez dentro de
las jurisdicciones del Estado, así como garantizar seguridad jurídica en la predictibilidad
de las decisiones de los Tribunales y un igual tratamiento jurídico a los ciudadanos. En
resumen, la labor de sentar doctrina legal a partir del recurso de casación dentro de la
jurisdicción ordinaria se sintetiza en: a) Respeto a la seguridad jurídica; b) Realización del
principio de igualdad; y, c) Unidad y uniformidad en la aplicación del derecho por parte
de los servidores judiciales en la jurisdicción ordinaria.

Por otro lado, la doctrina legal a ser dictada por este Tribunal en el supuesto caso de
verificar la existencia de contradicción entre la resolución impugnada y los precedentes
invocados como contradictorios, será de aplicación obligatoria para los Tribunales y
Jueces inferiores; y, sólo podrá modificarse por medio de una nueva resolución dictada
con motivo de otro recurso de casación, en previsión de lo dispuesto por el art. 420 del
CPP.

Por lo referido, el objetivo del recurso de casación es asegurar el exacto y uniforme


cumplimiento de la Ley penal en los fallos judiciales en todo el territorio nacional,
valiéndose para ello de la competencia atribuida al Supremo Tribunal (la unificación
jurisprudencial y nomofilaxis), con la finalidad de garantizar el principio de igualdad ante
la Ley, en observancia de la tutela jurisdiccional efectiva; toda vez, que es un mecanismo
que busca otorgar a los ciudadanos la posibilidad de cuestionar la inadecuada aplicación
o interpretación de las disposiciones legales por el Tribunal de Apelación, contrarios a
otros precedentes, por lo que se ha dejado establecido que no todo Auto de Vista es
recurrible en casación, sino únicamente los que resulten ciertamente contrarios a la
jurisprudencia establecida en un hecho similar; es decir, para que el planteamiento del
recurso sea eficaz, el recurrente no debe limitarse únicamente a presentar su recurso
dentro del plazo establecido por ley y señalar la contradicción en la que incurrió el
Tribunal de Alzada, sino asegurarse que los precedentes invocados, correspondan a
situaciones fácticas análogas, debiendo concurrir elementos comunes que hagan posible
su catalogación como similares en cuanto a su naturaleza, contenido y finalidad, lo
contrario implica la imposibilidad del Tribunal Supremo de cumplir con su competencia
unificadora y nomofiláctica.

III.2. Análisis del caso concreto.

El recurrente en el primer motivo, acusó al Tribunal de alzada de distorsionar la teoría de


las nulidades, contraria a los postulados de la Constitución Política del Estado y los
precedentes invocados, debido a que pese a reconocer que no existe valoración de la
prueba A-13, inventa una teoría aplicable a este caso, justificando que no existen motivos
para la nulidad de la Sentencia porque la prueba citada no cambiaría el resultado del
juicio; no obstante, ingresó a valorar dicha prueba determinando su relevancia o
incidencia en el resultado final, inobservando la prohibición de revalorización de la
prueba, añadiendo que el Auto de Vista invocó erradamente la teoría de nulidades
procesales contenida en la Sentencia Constitucional 1212/2011-R, relativa a la nulidad
por defectos en la valoración de la prueba, pasando por alto que no se acusó una
deficiente o defectuosa valoración de la prueba, sino que lo que se acusó es que no existe
ninguna clase de valoración que constituye defecto absoluto por vulneración al debido
proceso al generar desconfianza, por lo que corresponde el análisis de contraste con los
precedentes invocados, cuya doctrina legal previamente es desglosada.

Auto Supremo 308 de 25 de agosto de 2006, emitido en un proceso penal por el delito
de Despojo, en cuyo recurso de casación se denunció la existencia de defectos de
sentencia previstos en el art. 370 del CPP, habiendo la extinta Corte Suprema de
entonces, evidenciando que en la resolución del Ad quem, no se realizó una correcta
aplicación de las normas procedimentales, en infracción del art. 124 del CPP, al ser su
fundamentación insuficiente, incurriendo además en las mismas omisiones de la
resolución del A quo, al no otorgar valor a cada uno de los elementos de prueba,
limitándose a transcribir los fundamentos de la querellante particular, extrañándose en
la resolución del Tribunal de alzada la consideración de los aspectos cuestionados en el
recurso, referidos entre otros, a la inadecuada determinación de la pena impuesta con
discrecionalidad; en cuyo mérito, a tiempo de dejar sin efecto el Auto de Vista
impugnado, emitió la siguiente doctrina legal aplicable: “El espíritu de la normativa penal,
en consonancia con la doctrina penal contemporánea, establece que la apelación
restringida constituye el único medio legal para impugnar una sentencia, por lo tanto los
Tribunales de apelación deben fundamentar sus decisiones expresando los motivos de
hecho y de derecho en que se basan, no pudiendo ésta ser reemplazada por la simple
relación de las pruebas o requerimientos de las partes vulnerando, de tal manera,
derechos constitucionales. Ante eventuales denuncias de defectuosa valoración de la
prueba o errónea aplicación de la ley sustantiva, es menester que los Tribunales de
alzada, realicen un efectivo control del sistema de valoración de la prueba y se
pronuncien, de manera expresa, absolviendo los fundamentos del recurso de apelación
en análisis.

Nuestro ordenamiento penal acoge el sistema de la Sana Crítica, pretendiendo explicar


que sus contenidos y fines son el sometimiento de la prueba a las leyes o reglas que
regulan el razonamiento deductivo, los fenómenos materiales y las conductas frente a la
sociedad de acuerdo a lo admitido por ella misma para hacer viable la existencia y
verificación de sus comunes objetivos, todo cumplido en forma `sana´, esto es, bajo la
premisa de reglas generales admitidas como aplicables, y `crítica´ es decir que, con base
en los `criterios de verdad´ otorgados a cada elemento de prueba, los hechos probados
sean confrontados para establecer si una acción determinada pudo suceder o si ello fue
posible de una u otra manera explicable dentro de las reglas de la lógica, la ciencia y la
experiencia, postulados generales que rigen el razonamiento, las transformaciones
materiales y la vida social, formal y dialécticamente comprendidos.

La máxima expresión del sistema emerge del juicio de mérito y se traduce en la resolución
del a quo, quien debe analizar en su integridad los elementos probatorios introducidos
legalmente al proceso para, con fundamento y límite en la sana crítica, colegir cuáles
ameritan probar un hecho y cuáles no, labor intelectual que obliga a una apreciación,
inicialmente individual pero, acto seguido, como en todo proceso analítico, una actividad
confrontativa con el universo probatorio, única forma de establecer la verdad procesal,
pues el grado de certeza no puede ser abstracto sino referido a un objeto determinado,
esto es, que el juicio probatorio, imprescindiblemente, debe fundamentarse en los
medios de prueba dinamizados en la correspondiente actividad procesal.

En un primer momento, a partir de la inmediación y de la percepción directa de la prueba,


el juez o Tribunal, de manera subjetiva, adquiere convicción. Posteriormente, debe
expresar ese razonamiento y darle el necesario soporte racional al juicio que realizó sobre
la prueba en el que se le exige que traduzca, de manera objetiva, el valor asignado a cada
elemento de la misma y explique la operación lógica realizada para llegar a determinada
conclusión; esta actividad debe ser expresa de manera que garantice a las partes el
control del razonamiento del Juez o Tribunal y la correcta aplicación del sistema de
valoración de la prueba, para el posible control de legalidad ulterior.

Este control, en consecuencia, debe incluir la verificación de la correcta motivación de las


sentencias y recae primeramente en el ad quem quien, ante la oscuridad, contradicción
o falta de motivación de las resoluciones judiciales, debe disponer lo que corresponda,
conforme la previsión de los artículos 413 y 414 del Código de Procedimiento Penal”.

Auto Supremo 368 de 17 de septiembre de 2005, dictado dentro de un proceso penal


por el delito de Abuso de Confianza, que en recurso de casación la imputada recurrente
acusó que el Tribunal de alzada, no resolvió los defectos de sentencia basada en hechos
no acreditados en el juicio, ni la valoración defectuosa de la prueba, ni observó los medios
probatorios incorporados al juicio. En respuesta, el Tribunal de casación fundamentó que
al haberse valorado en sentencia la declaración de la querellante, pero no como testigo,
que al no constituir medio de prueba no puede ser ofrecida e introducida en calidad de
prueba la juicio y si no tiene la calidad de prueba y no ha sido sometida al contradictorio,
carece de valor probatorio, no puede ser valorada por el Juez, menos servir de
fundamento para la sentencia. Al haberla considerado y valorado como prueba, infringió
los arts. 167, 173, 359 párrafo primero del CPP; estableciendo así, que tanto la sentencia
como la resolución recurrida infringió la norma, por incluir en la valoración de la prueba
declaraciones de la víctima como si fuera prueba testifical. También destacó que como
establece el art. 82 del CPP, existen declaraciones testificales que no fueron reflejadas en
la Sentencia, que tampoco fue advertido por el Tribunal de apelación que constituye
defecto absoluto, por falta de fundamentación de acuerdo a lo prescrito por el art. 124
del CPP, infringiéndose el derecho de defensa, la tutela judicial y el principio in dubio pro
reo. Sostiene que el Tribunal de Apelación se encuentra en el deber de brindar la efectiva
tutela judicial mediante resoluciones motivadas, coherentemente razonadas en derecho,
apoyándose en la lógica, al no cumplir dicho principio uso en indefensión a la imputada,
porque la sentencia no reflejó lo acontecido en el juicio oral y público. El Auto Supremo,
a tiempo de dejar sin efecto el Auto de Vista recurrido, estableció la siguiente doctrina
legal aplicable: “que, los actos procesales o las resoluciones jurisdiccionales que
contravienen los principios que rigen a la actividad jurisdiccional y el debido proceso son
tenidos como defectos absolutos no susceptibles de convalidación; el Tribunal de
Apelación se encuentra en el deber de advertir y observar los mismos, para salvaguardar
el derecho de las partes, el debido proceso; garantizando con sus actos una efectiva
tutela judicial; asimismo, el principio de independencia permite a la autoridad
jurisdiccional a quo o ad-quem, en una cuestión determinada, interpretar la Ley según su
saber, entender, experiencia y conciencia para dilucidar y resolver el hecho.

La concurrencia de un defecto absoluto durante el desarrollo del proceso o en la


sentencia, merece la intervención inmediata, oportuna y efectiva del Tribunal de
Apelación, con el objeto de cuidar que los principios que rigen el proceso y la actividad
jurisdiccional no sean resentidos, ni las partes tengan la sensación de incertidumbre
sobre la administración de justicia penal; en consecuencia, el Auto de Vista impugnado al
no advertir los defectos absolutos señalados contradice al precedente invocado;
consiguientemente, la valoración de la prueba y de los hechos es facultad privativa de los
Jueces y Tribunales de Sentencia; si en el fundamento no se refleja lo sucedido en la
producción de la prueba, ni es advertido por el Tribunal de Alzada; dicha motivación
carece de validez, se traduce en defecto absoluto, debiendo anularse la sentencia
reponiendo el juicio oral con otro Juez o Tribunal de Sentencia.

Auto Supremo 342 de 28 de agosto de 2006, dictado dentro de un proceso por los delitos
de Despojo, Perturbación de Posesión, Usurpación Agravada y Daño Simple, que en
recurso de casación se denunció la inobservancia y errónea aplicación de ley sustantiva
por valoración defectuosa de la prueba, además de insuficiente y contradictoria, que
derivó en defectos de sentencia de acuerdo al art. 370 incs. 1), 5) y 6) del CPP, cuando la
parte querellante no ofreció prueba durante el desarrollo del juicio, por lo cual no hubo
fundamento para dictar sentencia condenatoria; que ante la inexistencia de delito, se
hizo una defectuosa adecuación del hecho concreto a la norma para atribuir la comisión
de delito y establecer condena, existiendo defectos absolutos y violación de principios
constitucionales al debido proceso, la garantía de la no autoincriminación, derecho a la
defensa, tutela judicial efectiva y presunción de inocencia. La extinta Corte Suprema de
Justicia determinó que el Auto de Vista impugnado, al confirmar la Sentencia con el
fundamento de que la impugnación no refirió que la resolución del A quo, hubiera
incurrido en defectos sustanciales por mala aplicación de la ley o defectos absolutos ni
relativos que pudieran promover una modificación o nulidad de la misma, conforme a los
art. 169 y 370 del adjetivo penal, no emitió una resolución con la adecuada
fundamentación, siendo evidente las omisiones que vulneraron el debido proceso y el
derecho a la defensa al no haberse dado cumplimiento al art. 124 del CPP;
consiguientemente estableció la siguiente doctrina legal aplicable: “Las resoluciones,
para ser válidas, deben ser motivadas. Esta exigencia constituye una garantía
constitucional, no sólo para el acusado sino también para el Estado, en cuanto tiende a
asegurar la recta administración de justicia.
La exigencia de motivación constituye una garantía constitucional de justicia, fundada en
el régimen republicano de gobierno que, al asegurar la publicidad de las razones que
tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias, permiten el control del
pueblo sobre su conducta, resguardando con ello a los particulares y a la colectividad
contra las decisiones arbitrarias de los jueces; la motivación responde también a otros
fines, ya que podrán los interesados conocer las razones que justifican el fallo y decidir
su aceptación o fundar su impugnación por los medios que la ley concede. Al mismo
tiempo brinda al juez el material necesario para ejercer su control, y sirve para crear la
jurisprudencia, entendida como el conjunto de las enseñanzas que derivan de las
sentencias judiciales.

En virtud de éstas razones, la ley procesal consagra la exigencia de motivación de las


sentencias, amenazando la infracción a dicha regla, con la nulidad conforme reza el
artículo 370.5) Código de Procedimiento Penal.

La motivación, a la vez que un requisito formal, que en la sentencia no se puede omitir,


constituye el elemento eminentemente intelectual, de contenido crítico, valorativo y
lógico (Claría Olmedo). Es el conjunto de razonamientos de hecho y de derecho en los
cuales el juez apoya su decisión y que se consigna habitualmente en los "considerandos"
de la sentencia. Motivar es fundamentar, exponer los argumentos fácticos y jurídicos que
justifican la resolución.

La motivación debe ser expresa, clara, completa, legítima y lógica.

a) Expresa : Porque el juez, no puede suplirla por una remisión a otros actos, o a las
constancias del proceso, o reemplazarlas por una alusión de la prueba. La ley exige que
el juzgador consigne las razones que determinan la condena o a la absolución,
expresando sus propias argumentaciones de modo que sea controlable el iter lógico
seguido por él, para arribar a la conclusión.

b) Clara: En la sentencia, el objeto del pensar jurídico debe estar notoriamente


determinado, de manera que produzca seguridad en el ánimo de quienes la lean, aún sea
por los legos.

c) Completa: La exigencia comprende a todas las cuestiones fundamentales de la causa


y a cada uno de los puntos decisivos que justifican cada conclusión. El Tribunal está
obligado a considerar todas las cuestiones esenciales o fundamentales que determinan
el fallo. En este sentido, cualquier aspecto de la indagación susceptible de valoración
propia, asume individualidad a los fines de la obligación de motivar y habrá falta de
motivación, cuando se omita la exposición de los motivos sobre un punto esencial de la
decisión.

d) Esto no implica que los hechos secundarios queden excluidos; la obligación de motivar
alcanza también a ellos en cuanto comprende el iter a través del cual el juez llega a la
conclusión sobre el hecho principal. El error sobre el hecho secundario será relevante
sólo en la medida en que repercuta o influya sobre el asunto principal.

e) La motivación, para ser completa, debe referirse al hecho y al derecho, valorando las
pruebas y expresando las conclusiones a las que arribe el Tribunal luego de un examen
sobre la subsunción del hecho comprobado en un precepto penal y sobre las
consecuencias jurídicas que se derivan de su aplicación.

f) Legítima: La legitimidad de la motivación se refiere tanto a la validez intrínseca de las


pruebas valoradas en la sentencia, como a que ellas provengan del debate. La prueba
invocada debe ser válida. La sentencia que se funde en prueba ilegal es una sentencia
ilegalmente motivada. Por lo tanto, la sentencia que se funda en una prueba
procesalmente ilegítima, no esta debidamente motivada. Si el defecto recae sobre un
aspecto esencial de sentencia, procederá la anulación de ésta.

También, por supuesto, será ilegítima la motivación si se funda en prueba obtenida por
un procedimiento ilegítimo y violatorio de las normas constitucionales que consagran las
garantías del debido proceso.

Al respecto, señala Maier: "...que a la verdad solo se puede arribar por los medios y en la
forma que la ley permite; que, de haberse incorporado al procedimiento un elemento de
prueba mediante un acto irregular o mediante un acto regular, cuya posibilidad de
realización provenga necesaria y directamente del conocimiento adquirido por un acto
irregular, él es invalorable para fundar una decisión judicial en perjuicio del imputado".

g) Lógica: Finalmente se exige que la sentencia cumpla con las reglas de logicidad, de ahí
que el Tribunal valorará las pruebas producidas durante el juicio de un modo integral
conforme a las reglas de la sana crítica y expondrá los razonamientos en que fundamenta
su decisión, es decir, sustentándolos en las reglas de la lógica, psicología y experiencia”.

Precisado el motivo y desglosada la doctrina legal de los precedentes invocados, se


advierte que el recurrente refiriendo al fundamento jurídico II.2 del Considerando II del
Auto de Vista impugnado, que constituye la respuesta al agravio alegado en el segundo
motivo del recurso de apelación restringida del imputado, expresó en alusión a la prueba
documental de cargo A-13, consistente en una Carta AN-GRCGR No. 170/2010 y una
Comunicación Interna GNSGC-DASSC-0463/2010 de 28 de abril de la Aduana Nacional de
Bolivia, que los razonamientos del acusador particular resultan incongruentes con los
tipos penales acusados, porque dichas pruebas están referidas a la recepción de muestras
de la mercadería falsa, que posteriormente llegaría de China a Chile y que fue secuestrada
en Chile, circunstancias que no configuran los elementos de los delitos acusados,
previstos en los arts. 235 y 236 del CP, como el engaño al comprador, entrega de una
cosa por otra o poner en venta productos industriales en forma fraudulenta, actos que
implican relación física del agente con el producto falsificado para su disposición
comercial, por lo que sostiene que no se justificó, se trate de prueba contundente para
sustentar los hechos acusados, cual es la importación de productos falsificados para su
entrega y venta fraudulenta al comprador, infiriendo que en caso de anulación de la
sentencia por omisión de valoración de la mencionada prueba A-13, no tendría mayor
incidencia en la emisión de una sentencia distinta en juicio de reenvío y en resguardo a
los principios fundamentales que rigen la jurisdicción ordinaria por mandato del art. 180.I
de la CPE, asume que no corresponde anular la Sentencia, en ese sentido y en apoyo de
la Sentencia Constitucional 1212/2011-R de 13 de septiembre, que refirió que en casos
como el presente relativos a la impugnación de valoración de la prueba que no llegó a
practicarse, determinar la incidencia final, porque no toda omisión causa indefensión
material constitucionalmente relevante, siendo obligación del recurrente la
demostración de la incidencia en la resolución final a dictarse, que la misma hubiera sido
distinta de haberse evitado la omisión; en cuyo caso, el Tribunal de alzada desestimó la
pretensión del motivo expresado en el recurso de apelación restringida.

Al respecto, en la sustanciación del procedimiento, una vez introducida la prueba de


cargo y descargo, corresponde al Juez o Tribunal de Sentencia, emitir la Sentencia,
debiendo estar cimentada sobre la base de lo visto oído y percibido en el juicio, efectuar
la labor de valoración e interpretación de acuerdo a las reglas de la sana crítica, de todos
y cada uno de los medios probatorios que fueron desfilados y sometidos a contradictorio;
por su parte, corresponde al Tribunal de alzada el deber de control de la valoración de la
prueba realizada por el juzgador de grado, a efecto de constatar si se ajusta a las reglas
de la sana crítica y que se halle debidamente fundamentada, ello no supone ingresar en
una nueva valoración; por cuanto, implicaría desconocer los principios rectores de
inmediación y concentración reservados para el juzgador.

En el caso de autos, el recurrente alegó que la prueba documental A-13, cuya omisión de
valoración se denuncia no obstante haber sido judicializada, tenía el propósito de
demostrar que la imputada, recibió muestras del producto falsificado que llegaría a Chile
desde China, mercadería que fue secuestrada en Chile, de donde se infiere que los actos
que revela dicha documental que supuestamente involucra a la imputada, se manifiestan
o se efectivizan dentro de territorio chileno, dando además cuenta que la mercadería
falsificada fue secuestrada por autoridades de ese país, sin ninguna manifestación de
efecto en el territorio nacional; en ese entendido, los fundamentos del Tribunal de alzada
de considerar que los argumentos del apelante no concuerdan con las características
configurativas de los delitos acusados y por lo mismo no obstante su consideración,
vislumbra la nula incidencia en el resultado de la sentencia en caso de reenvío del juicio,
constituye un fundamento que resulta pertinente y adecuado por encontrarse
respaldado con la Sentencia Constitucional 1212/2011 de 13 de septiembre y acorde a la
amplia jurisprudencia emitida por este Tribunal, entre otras la doctrina legal aplicable
que reviste el Auto Supremo 41/2012 de 30 de marzo que sustentó: “Considerando que
la valoración de la prueba y de los hechos es de competencia privativa del Juez o Tribunal
de Sentencia, por ser ellos quienes se encuentran presentes en la producción de la
prueba, el Tribunal de Apelación debe circunscribir su análisis y control a si la valoración,
apreciación y conclusiones obtenidas de las pruebas por parte del Juez o Tribunal de
Sentencia, responden a un procedimiento lógico, razonable, valorativo o teleológico; en
caso de establecer que la valoración o apreciación de la prueba fue efectuada con
infracción de las reglas jurídicas que regulan la forma y contenido de la motivación o que
los juicio vertidos sobre las pruebas no responden al procedimiento descrito
precedentemente, deberá cumplir con la obligación de explicar y exponer los motivos o
razones jurídicas que justifiquen la infracción de las reglas de apreciación que se
deduzcan. Al respecto, también corresponde precisar que, naturalmente, el control
jurídico que debe desarrollar el Tribunal de Apelación sobre la valoración y apreciación
de las prueba, así como la motivación de las razones que llevan a la conclusión de dicho
control en alzada, deberá ser efectuado de manera legítima, es decir,deberá realizarse y
fundarse respectivamente, en elementos de prueba que sean objetivamente verificables
en los antecedentes del proceso y no fundarse en presunciones subjetivas del Tribunal.

Por otro lado, los errores o inobservancias del procedimiento, serán calificados como
lesivos a la Garantía del debido proceso y, consiguientemente, anulables, solo en aquellos
casos en los que provoquen indefensión material a la parte procesal que los denuncia y
además sea determinante para la decisión judicial adoptada en el proceso, de manera tal
que de no haberse producido dicho defecto el resultado sería otro, no siendo coherente
anular los actos procesales y disponer se subsanen los defectos procedimentales en los
que habría incurrido, cuando al final de ellos se arribara a los mismos resultados a los que
ya se arribó mediante el acto, pues, en este último caso se produciría un resultado
adverso al sentido y esencia de la garantía del debido proceso, ya que simplemente
demoraría la sustanciación del proceso judicial para llegar al mismo resultado. Los
Tribunales de alzada tienen la obligación de demostrar objetivamente la vulneración de
derechos fundamentales para disponerse la anulación de la Sentencia de Grado y la
Reposición del Juicio oral por otro Tribunal.

Así, no todo defecto o no toda irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento


produce la nulidad y para declarar dicha nulidad se debe tomar en cuenta determinados
principios como: no hay nulidad sin texto, vale decir, que la irregularidad de la que
adolece el acto debe estar sancionada de manera expresa, pero además debe tener
trascendencia, es decir, que el vicio debe ser de tal magnitud que impida al acto cumplir
con las formalidades para el cual fue establecido en orden al derecho o garantía que se
dice violado; pero además las nulidades deben ser interpretadas de manera restrictiva a
efectos de evitar se desvirtúe el régimen legal mediante una interpretación extensiva o
analógica y finalmente debe tomarse en cuenta el interés, pues no hay nulidad por la
nulidad misma en sentido de que la nulidad puede ser pronunciada cuando el
incumplimiento de las formas se traduce en un efectivo menoscabo a los intereses de la
defensa. Exacerbar privilegios o garantías constitucionales en una incorrecta aplicación,
daña el supremo interés u orden público afectando la seguridad del cuerpo social.

Finalmente, se deberá considerar que toda Resolución dictada en Apelación y en lo que


concierne al fondo del asunto debe estar debidamente fundamentada, lo que obliga a
todo juzgador a exponer todos los fundamentos de hecho y de derecho en la parte de
fundamentación jurídica, exigencia que no responde únicamente a un mero formulismo
de estructura, sino que al margen de ello, responde al cumplimiento de deberes
esenciales del Juez, que a su vez implica el respeto de derechos y garantías
fundamentales de orden procesal expresamente reconocidos a los sujetos procesales.
Así, la garantía del debido proceso, en el ámbito de sus presupuestos, exige que toda
Resolución sea debidamente fundamentada, por cuanto, cuando un juez omite la
motivación de una Resolución, no solo suprime una parte estructural de la misma, sino
también en los hechos toma una decisión de hecho y no de derecho que vulnera de
manera flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las
razones para que se declare en uno o en otro sentido”, por lo que en casos análogos
como el que se analiza, surge la carga procesal en el recurrente de demostrar en base a
fundamentos precisos, que la falta de valoración de la prueba supuestamente omitida,
denotará marcada incidencia en el resultado de la Sentencia o capaz de cambiar la
situación jurídica del imputado, en este caso de acreditar la responsabilidad penal de la
imputada por los delitos acusados, para disponer la nulidad de la sentencia; aspecto que,
no presenta el recurso de casación.

Por otro lado, respecto a la denuncia de revalorización de la prueba A-13 en que hubiere
incurrido el Tribunal de alzada para fijar su posición, pese a que no hubiere sido valorada
en Sentencia; se tiene que para expresar una hipótesis con ribetes de certeza respecto
del panorama procesal que pudiere presentar en caso de haberse valorado la prueba
omitida, necesariamente implica adentrarse al contenido de la misma a efectos de emitir
un criterio que permita determinar su eficacia e incidencia en el resultado del proceso,
ello no implica revalorización de prueba, pues esa operación mental que revela
deducciones razonables no compromete al resultado ya establecido, sino que es una
posibilidad objetiva para justificar una determinación si efectivamente amerita la nulidad
cuando el aspecto omitido avista un resultado o sentido diverso a la decisión asumida, en
caso afirmativo se estaría ante una evidente situación de indefensión material por
negativa de un acto procesal fundamental que deriva en vulneración de derechos y
garantías fundamentales que da lugar a situaciones de defectos absolutos insubsanables
con la consecuencia anulatoria de la resolución; lo contrario, como sucede en el caso de
autos, importará restar efecto anulatorio una vez evidenciada la ninguna incidencia en el
resultado y trascendencia constitucional vulneratoria.

En cuanto al segundo motivo, se tiene que la parte recurrente denunció que la Sentencia
incorporó de oficio y valoró las pruebas de descargo D-1 y D-2 que fueron renunciadas
por la defensa y que no fueron judicializadas, habiendo el Tribunal de alzada indicado que
no tienen incidencia en la decisión final, de modo que la nulidad de la sentencia y el juicio
de reenvío no serían viables, dictándose en consecuencia una Sentencia que no refleja lo
ocurrido en juicio, que no sólo se relaciona con el resultado o decisión final, sino que se
vincula con la forma oscura, sospechosa y anómala como se tramitó la causa atentando
el debido proceso.

Previamente, cabe advertir que los precedentes invocados para el presente motivo
consistentes en los Autos Supremos 308 de 25 de agosto de 2006 y 368 de 17 de
septiembre de 2005, son los mismos invocados para el motivo precedentemente
analizado; en cuyo caso, a efectos de evitar reiteraciones innecesarias, se toma en cuenta
el desglose de la doctrina legal ya realizada.

El recurrente en alusión al fundamento II.3., sostiene que el Auto de Vista impugnado


reconoció expresamente que la Sentencia, incorporó y valoró las pruebas D-1 y D-2, pese
a que no fueron judicializadas, acusación que para una mayor comprensión remite al
análisis de la respuesta otorgada por el Tribunal de alzada al similar motivo denunciado
en el recurso de apelación restringida; en ese ámbito, se ha sostenido que de la revisión
de Acta de Registro de audiencia de juicio, se verifica que la defensa renunció a la prueba
documental ofrecida, por lo que no se judicializó prueba de descargo; continúa alegando
que revisada la Sentencia, se hizo mención a las pruebas D-1 y D-2, con relación a la
primera adujo que no influye de manera alguna en la sentencia y respecto a la segunda
que fue retirada y no merece mayor consideración, lo que equivale a decir que el Juez de
Sentencia no otorgó valor alguno a dichas pruebas y no tiene incidencia en el fallo que
amerite la nulidad por el principio de trascendencia, por lo que la sentencia no se basó
en elemento no incorporado al juicio.

Esta afirmación puntual, trasunta la verdadera dimensión de los acontecimientos que


describe la Sentencia, que desechan las afirmaciones realizadas por el recurrente en
sentido de que las pruebas no judicializadas fueron valoradas; es así, que la sentencia
efectivamente en el Considerando III, que describe la fundamentación intelectiva
realizada a los medios de prueba aportados al juicio, en ninguna parte hace mención a la
prueba documental D-1 y D- 2 o del cual fluya alguna conclusión o razonamiento que
implique entender que dichas pruebas fueron valoradas y cuyos fundamentos
extractados fueron determinantes para disponer la absolución de la imputada, por lo que
no es menester otorgar crédito a los aspectos que se pretende magnificar y representar
supuestos de defectos absolutos que no evidencian las vulneraciones procesales y de
derechos y garantías constitucionales, porque no significaron repercusión alguna en la
sentencia que por esa circunstancia constituya un vicio para derivar en nulidad; por el
contario, la labor de estructurar una fundamentación descriptiva, fáctica, analítica o
intelectiva y jurídica de los medios de prueba es adecuada y aceptable, que permiten
comprender de donde extrae el juzgador la información que le permite llegar a la
conclusión y asumir la determinación respectiva, en este caso de absolver a la imputada
de los cargos penales en su contra, así como el cumplimiento del art. 51 inc. 2) del CPP;
en cuanto, al cumplimiento de la labor atribuida al Tribunal de apelación, verificándose
que no existe menoscabo en el orden de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales, como alguna situación defectuosa de la sentencia o defecto absoluto
inconvalidable.

El recurrente en el tercer motivo, acusó que el Tribunal de alzada sostuvo que la negativa
absoluta del juzgador de valorar las pruebas A-2 y A-3 sería justificada, debido a la falta
de comprensión del idioma extranjero en el que se encontraban dichas pruebas, sin
considerar que están reconocidas por los incs. b) y c) del art. 111 del Reglamento a la Ley
General de Aduanas, siendo idóneas para respaldar toda clase de operaciones aduaneras
como la importación truncada de productos falsificados que realizaba la imputada,
documentos aduaneros que son de uso internacional obligatorio, que contienen el
nombre de la importadora e imputada, cantidades, descripción de los productos, fechas
y otros datos que no requieren traducción; y, pudieron ser valorados por el Juez porque
se entiende y comprende. Por otra parte, el Auto de Vista impugnado justificó la
imposibilidad de valorar la prueba D-12, no solo porque fue tachada de falsa por la
imputada, sino por falta de traducción para una valoración integral, así como la prueba
A-12, también tachada de falsa sin sustento o prueba adicional, defectos en la valoración
de la prueba que forman parte de un conjunto de anomalías graves reñidos con la sana
crítica.

Para acreditar la situación contradictoria en la que supuestamente incurrió el Auto de


Vista impugnado, el recurrente invocó el Auto Supremo 537 de 17 de noviembre de 2006,
emitido dentro de un proceso penal por el delito de Despojo, por el cual la entonces Corte
Suprema de Justicia, dejó sin efecto el Auto de Vista impugnado, al evidenciar que el
Tribunal de apelación revalorizó la prueba, cuando esa tarea es competencia del Juez o
Tribunal de Sentencia que percibe la producción de la prueba en forma contradictoria y
toma convicción del hecho objeto del proceso, para luego subsumir la conducta del
imputado a los elementos constitutivos del tipo penal, que en el caso se comprendió y
aplicó incorrectamente el art. 413 del CPP; estableciendo la doctrina legal aplicable en
los siguientes términos: “el Tribunal de Casación mediante líneas jurisprudenciales a
uniformado la jurisprudencia, conformando la línea jurisprudencial referido a la
valoración de la prueba que es de exclusiva competencia del Juez o Tribunal de Sentencia,
porque dichas autoridades son los que perciben cómo se produce la prueba entre la
contradicción de las partes; mientras que el nuevo sistema procesal penal no contempla
la doble instancia o segunda instancia, razón por el que el Tribunal de Apelación no puede
revalorizar la prueba, caso contrario atenta contra el derecho a la defensa, el debido
proceso, la seguridad jurídica y la tutela judicial efectiva.

Que al respecto, el Auto Supremo Nº 438 Sucre 15 de octubre de 2005 establece: la línea
jurisprudencial sobre la valoración de la prueba y los hechos es de exclusiva facultad de
Jueces y Tribunales de Sentencia, son ellos los que reciben en forma directa la producción
de la prueba y determinan los hechos poniendo en práctica los principios que rigen el
juicio oral y público; el análisis e interpretación del significado de las pruebas y de los
hechos son plasmados en el fundamento de la sentencia, ahí es donde se expresa la
comprensión del juzgador con claridad, concreción, experiencia, conocimiento, legalidad
y lógica; esa comprensión surge de una interacción contradictoria de las partes, de esa
pugna de validación de objetos, medios e instrumentos de prueba que se da dentro del
contexto del juicio oral y público; la objetividad que trasciende de la producción de la
prueba no puede ser reemplazada por la subjetividad del Tribunal de Apelación; éste se
debe abocar a controlar que el fundamento sobre la valoración de la prueba y de los
hechos tenga la coherencia, orden y razonamientos lógicos que manifiesten
certidumbre".

Que asimismo el Auto Supremo Nº 384 de fecha 26 de septiembre de 2005 determina:


que, es una premisa ya consolidada que la línea jurisprudencial ha establecido en el
sistema procesal penal boliviano que no existe segunda instancia, y que el Juez o el
Tribunal de Sentencia son los únicos que tienen facultad para valorar la prueba, al
encontrarse en contacto directo con la producción de la misma, percibiendo y
comprendiendo como se genera con la participación contradictoria de las partes; razón
por la que el Tribunal de Apelación se encuentra impedido de revalorizar la prueba,
cuando su facultad es controlar que la valoración de la prueba hecha por el inferior se
encuentre conforme a las reglas de la sana crítica, vale decir, que en el fundamento de la
sentencia debe encontrarse la experiencia, conocimiento, entendimiento, lógica y la
ciencia del juzgador en la apreciación de las pruebas. La inconcurrencia de uno de los
elementos mencionados, la incoherencia, la contradicción o la imprecisión del
fundamento de la apreciación de las pruebas, conlleva la reposición del juicio,
consiguientemente, la formulación de una nueva resolución; en suma el Tribunal de
Apelación tiene la facultad de que se aplique correctamente las reglas de la sana crítica.
Por lo expuesto, el Tribunal de Alzada debe disponer la reposición del juicio por otro
Tribunal de Sentencia, quien dictará nueva resolución valorando la prueba con las reglas
de la sana crítica".

La situación que presenta el motivo, comprende la negativa del juzgador de otorgar valor
a pruebas documentales que hubieren sido debidamente introducidas al juicio, por
consiguiente forman parte de la comunidad probatoria a las que la autoridad
jurisdiccional estaba en la obligación de valorar y otorgar el sentido para el que fueron
ofrecidos, en principio y en relación a las pruebas A-2 y A-3, la Sentencia, al margen
pretender rescatar las partes que están consignadas en el idioma oficial –castellano-,
remarcó la existencia de la dificultad de no contar con la traducción debida por estar
consignadas en idioma chino y/o inglés, extrañando el no ejercicio del derecho previsto
en el art. 329 del CPP, para proceder a su traducción dentro del contradictorio oral,
público y continuo; aspecto que, igualmente hubiera permitido a la otra parte –acusada-
el ejercicio de la defensa material o técnica, que la falta de traducción impide una idónea,
correcta y adecuada interpretación de la prueba, atribuible al descuido de la acusación,
similar criterio con relación a las demás pruebas documentales, que no permiten
comprender el contenido de los documentos ofrecidos, para con legitimidad fundar la
decisión y establecer la persecución penal o salvar de responsabilidad a la acusada,
argumentos que además respaldó con la cita de los arts. 400 inc. 2) y 402 del Código de
Procedimiento Civil, y 1294 del Código Civil, vinculados al art. 111 del CPP y la Sentencia
Constitucional 17/2010-R de 12 de abril. Al respecto, el Tribunal de apelación, sostuvo
que cuando el apelante alega la existencia de defectos de sentencia previsto en el art.
370 inc. 6) del CPP, no puede pretender se vuelva a valorar las mismas; en lo concerniente
a las pruebas aludidas, que no hubieren merecido valoración, enfatizó que no obstante
su eficacia en el ámbito aduanero, el aspecto que impide al juzgador y a la parte imputada
conocer plenamente el contenido informático de las mismas en proceso penal, es que
están consignados en idioma extranjero, que por mandato del art. 6 del CPP le
correspondía al acusador promover la traducción de la prueba para su comprensión y
valoración.

Ciertamente de acuerdo al art. 111 del CPP, el idioma oficial autorizado que debe ser
observado en el desarrollo de los actos procesales es el español, no solo referido al
ámbito de las declaraciones o manifestaciones de los intervinientes en el proceso penal;
en cuanto, al lenguaje o aspecto verbal, sino que además su comprensión obviamente
alcanza a la escritura, en ese entendido en la gama de medios probatorios ofrecidos, la
prueba documental debe estar comprendida desde la perspectiva común de estar
consignados en idioma oficial, para que su contenido permita la comprensión íntegra y
de todos los intervinientes, sin establecer restricciones, entendimientos parciales o
tergiversados, que podrían conducir a supuestos de arbitrariedad en desmedro de los
intereses de alguna de las partes, susceptibles de incurrir en situaciones defectuosas o
de vulneración de derechos y garantías constitucionales, por lo que en casos que
presentan dificultades referidas al idioma, se tiene la posibilidad legal de acudir a los
medios auxiliares de la administración de justicia, como la o el traductor –peritos-,
resguardado procesal y constitucional que pone a cubierto el equilibrio, que podría estar
comprometido debido a este factor; en esa comprensión, es acertado el fundamento que
describe la Sentencia y el Auto de Vista impugnado de que los documentos aludidos al no
estar consignados en idioma Castellano, no posibilita su comprensión íntegra,
obviamente su valoración, situación atribuible exclusivamente al acusador proponente
del medio probatorio, cuando oportunamente tenía las posibilidades de promover su
total traducción ante la autoridad jurisdiccional.

En consecuencia, la labor del Tribunal de alzada al momento de resolver el recurso de


apelación restringida, denota un pronunciamiento puntual y preciso que responde a las
cuestiones o agravios planteados, sin esgrimir argumentos generales o evasivos que
generen confusión y dejen en estado de indeterminación a las partes, brindando una
explicación razonada en base a criterios lógico-jurídicos, que toma en cuenta las
conclusiones arribadas en la Sentencia, cumpliendo de esta forma su obligación de
ejercer el control de logicidad de acuerdo a la previsión establecida en el art. 115.II de la
CPE y los límites señalados en el art. 398 del CPP; que en esta labor, no se advierte
ninguna situación de contradicción con los precedentes invocados; por el contrario, la
doctrina en ellos establecida fue observada por el Tribunal de apelación, por lo que los
argumentos expresados en los motivos del recurso de casación no tienen sustento legal,
sin que se advierta ningún escenario de defectos de sentencia o defectos absolutos
conforme al art. 169 inc. 3) del CPP, que podrían suscitarse por situaciones de vulneración
de derechos y garantías constitucionales, fundamentos que determinan declarar
infundado el recurso de casación

POR TANTO

La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con la facultad conferida por el art. 419
del CPP y lo previsto por el art. 42.I.1 de la LOJ, declara INFUNDADO el recurso de casación
interpuesto por Lorenzetti S.A. Industrias Brasileiras Electrometalúrgicas representada
por Marcos Rodolfo Bass Werner Liebers, Delfor Zapata Avendaño y René Claure Veizaga,
cursante de fs. 383 a 391 vta.

Regístrese, hágase saber y devuélvase.

Firmado

Magistrada Relatora Dra. Maritza Suntura Juaniquina


Magistrada Dra. Norka N. Mercado Guzmán
Secretario de Sala Dr. Cristhian G. Miranda Dávalos

ANÁLISIS DE CASO PENAL

Realizando el Juicio de valor de la correcta o incorrecta aplicación de las normas de tipo


penal en Bolivia, se analizó la siguiente demanda interpuesta por la parte acusadora
Industrias Brasileira Lorenzettis S.A. contra la parte imputada Maritza Suntura Juaniquina
por el delito de Fraude Comercial y Engaño en Productos Comerciales, Interpuesta el 19
de octubre de 2012 llevado a cabo por el Juez Cuarto de Sentencia del Tribunal
Departamental de Cochabamba.

Realizando la observación podemos encontrar ciertas falencias en la correcta


interpretación de las normas de tipo penal, como el cumplimiento de las normas
procedimentales; La demanda interpuesta por: delito de Fraude Comercial tipificada en
el Art. 235 del Código Penal, dice (FRAUDE COMERCIAL)EL que en lugar púbico o abierto
al público engañe al comprador entregándole una cosa por otra, siempre que no resulte
delito más grave, será sancionado con privación de libertad de seis(6) meses a tres (3)
años. Y por Engaño en Productos Industriales Art.236 del Código Penal: El que pusiere en
venta productos industriales con nombres y señales que induzcan a engaño sobre su
origen, procedencia, cantidad o calidad, será sancionado con privación de libertad. El
acusador presento pruebas que no hacían mención ni referencia probatoria de la
existencia del delito, incumpliendo los elementos esenciales del delito como la acción,
tipicidad, antijurídica, culpabilidad, imputabilidad y punibilidad por lo cual el delito
acusado no tiene vida jurídica como exige la ley, al igual que con las pruebas presentadas,
no se afectaba ningún bien jurídico; como las pruebas documentales presentadas como:
la de cargo A-13 de la Aduana Nacional de Bolivia que hacía referencia a la recepción de
muestras de mercancía falsa que posteriormente llegarían de China a Chile las cuales se
quedaron retenías en Chile , de esta forma resulta incongruente con los tipos penales
acusados, y las pruebas A2,A3, A12 y D12 que se encontraban en idioma
extranjero(Chino) que imposibilitaban la correcta valoración e interpretación del
documento por el Juez y reconocimiento de dichos documentos por la imputada,
habiendo tenido plazo para la traducción de dicha prueba, por tanto podemos observar
que las pruebas aceptadas y las que fueron rechazadas por el Juez se encontraron
debidamente fundamentadas garantizando la resolución emitida por el Juez.

CONCLUCIONES

Al igual que en todos los ámbitos sociales la globalización que vive el mundo hoy por hoy
también se ve reflejada en el ámbito jurídico por lo tanto es imperativo que cada nación
tenga leyes que protejan la Economía Nacional, la industria y el comercio. Pese a sufrir
modificaciones y distintos denominativos en el fondo se busca el mismo fin, de luchar
contra los delitos de esta índole mediante podrecimientos y normativa especializada.
Como es el caso de Bolivia que en su Código Penal manifiesta de manera clara los delitos
que están dentro además de señalar la pena de dichos delitos. Es así que Bolivia entra
dentro de un ámbito jurídico moderno, aunque con niveles bajos y alcances menores, sin
embargo, cabe resaltar que delitos de orden económico son punibles dentro de nuestra
nación y es un deber hacer respetar dicha normativa.

RECOMENDACIONES

La principal recomendación, seria readecuar algunos delitos que si bien son también
tipificados dentro de nuestro Código Penal, serian mas de orden económico como gran
ejemplo citaríamos el tema del narcotráfico, con lo cual la economía de un país se ve
seriamente afectada y daña la economía, la industria y el comercio de las naciones, es
por eso que si bien vemos con beneplácito el hecho de que estos delitos sean tomados
en cuenta como tal, también opinamos que esta parte de la norma debe ser modificada,
no solo sumar nuevos delitos si no que nuestro mayor desafío seria el despenalizar delitos
que hoy por hoy por la misma situación en que nos encontramos no son merecedores de
una pena si no solo de una sanción.

BIBLIOGRAFÍA

1. Bibliografía Derecho. (2012) Sujeto de derecho. Derechovenezolano.com


2. JORGE REYES VELIZ
3. MONOGRAFIAS .COM
4. Barrera Graf, Jorge, Tratado de derecho mercantil, México, Porrúa, 1957;
Delmanto, Celso, Delitos de concurrencia desleal, Buenos Aires, De palma, 1975;
Díaz Bravo, Arturo, “Aspectos Jurídicos de la competencia desleal”, Revista
Mexicana de la Propiedad Industrial y Artística, México, año IV, n. 7-8, enero
diciembre 1966; Frisch Philipp, Walter y Mancebo Muriel, Gerardo, La
competencia desleal, México, Trillas, 1975; Garrigues, Joaquín, Curso de derecho
mercantil, México.
5. https://www.oas.org/juridico/mla/sp/bol/sp_bol-int-text-cp.html
6. https://es.scribd.com/doc/120888559/Delitos-Contra-la-Industria-y-el-Comercio

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