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Con relación a los métodos de investigación, se debe decir que existen diversos métodos
precisos para generar un nuevo conocimiento. Uno de ellos es el método comparativo aplicado
en muchos campos de estudio.
Desde los setentas, período en el que aparecen los famosos estudios de Civic Culture de Almond
y Verba (1972), hasta la fecha, las técnicas comparativas han venido aunándose y afianzándose
en el campo de las ciencias sociales. Junto con los estudios de caso, y los estudios experimentales
con los cuales tiene una estrecha relación (Collier: 1993), cada vez más académicos e
investigadores hacen uso del método comparativo. Es por tal motivo, que se presenta este
documento como un insumo o herramienta opcional a tener en cuenta a la hora de elegir un
método de investigación. Este documento permite visualizar aspectos básicos, elementos y
factores que deben tomarse en cuenta para aplicar el método comparativo en las ciencias
sociales y luego se presentara una conclusión de tema y las referencias empleadas para
desarrollar esta temática.
MÉTODO COMPARATIVO
Generalidades
Por otra parte, Morlino, (1992), sostiene que para conducir una investigación comparada es
esencial contar con una estructura teórica o, por lo menos, una serie de hipótesis que se pueden
extraer de estudios previos. Cuando es más rigurosa y articulada es la estructura teórica, tanto
mayor será la posibilidad de enfocar mejor la investigación sobre algunas hipótesis más precisas
y limitadas en su número. En el mismo sentido, para Casteglioni, (1995), el aspecto conceptual
de la investigación es crucial. Se trata de definir bien las propiedades y atribuciones de los casos
a comparar, así como de clasificar bien para identificar las variaciones empíricas del fenómeno
en las distintas realidades examinadas
Dicho lo anterior, se debe tener en cuenta que, ante todo se debe minimizar el riesgo de
comparar fenómenos incomparables entre sí en el estudio de su escasa o nula relevancia a los
fines de formular y controlar generalizaciones. Se puede optar por elegir sistemas más
semejantes o bien sistemas más diferentes. Cuando se trata de sistemas más cercanos, permite
dejar de lado un largo número de variables declarándolas iguales. En este caso el ideal sería
encontrar entidades similares en todas las variables excepto en una, la que nos interesa
investigar.
Para aplicar el método comparativo es necesario que exista un objetivo específico, de otra
manera no existe como tal. La asimilación y diferenciación de los límites entre los que se desea
comparar se encuentra implícito dentro del método. La comparación debe realizarse entre entes
o situaciones que tengan similitudes y diferencias para tener un punto válido de partida. Dicho
la anterior, cabe resaltar que, el análisis comparativo se enfoca en dos términos específicos:
Clasificación
Comparativo descriptivo: Se contrastan los elementos comunes. Tiene por objeto comparar las
características de dos o más fenómenos, destacando las semejanzas y las diferencias que hay
entre ellos.
Ámbito Del Objeto: Se debe distinguir entre las comparaciones de configuraciones de gran
extensión (sociedades, sistemas políticos), por una parte, y segmentos (Partidos, Sindicatos,
etc.), por la otra.
Estas fuentes son el soporte para llevar a cabo la descripción. Junto a las fuentes, el
conocimiento personal -in situ- constituye el otro método de trabajo de la etapa descriptiva,
y éste puede que sea de capital importancia en la mayoría de las investigaciones. Es
interesante realizar en esta etapa: el caso de los estudios de área, viajes para estudiar
directamente los problemas y cuestiones que se pretende someter a comparación;
encuestas; observación personal y directa; la posibilidad de estimar visualmente el alcance
del problema sujeto a comparación; la verificación de posibles hipótesis de trabajo; y, el
contacto directo y personal; es decir, lo que podríamos designar por información verbal.
Es, sin duda, la complejidad de todos los fenómenos y hechos la que nos obliga a realizar
esta labor de interpretación, o si se quiere, de búsqueda de precisión. En la etapa de
interpretación, Bereday señala la necesidad de utilizar los diversos enfoques y métodos de
las ciencias sociales, con objeto de indagar desde otros puntos de vista todos los datos e
informaciones que se han reunido en la fase anterior. Estos enfoques más o menos externos
al ámbito del fenómeno nos permiten el examen de las causas, relaciones e interrelaciones
que nos conducirán hacia una correcta interpretación explicativa de los hechos.
Por otra parte, la interpretación debe ocuparse del estudio de las diferentes causas y
factores que se relacionan con distinta intensidad en los fenómenos. En síntesis, cabe
afirmar que la interpretación es explicación y comprensión de factores y fuerzas que han
intervenido y lo que inciden en el momento actual.
4. Comparación
Esta etapa del análisis comparativo es la comparación propiamente dicha. Se trata de una fase
de evaluación, de resultados, de consecución, etc., a la que se llega como consecuencia de los
análisis realizados en las etapas anteriores, y en especial de la yuxtaposición. Es decir, si en la
fase anterior se confrontaban los conjuntos paralelos y se establecía con claridad el cuadro de
la comparación, ahora, el objetivo principal es el de valorar y extraer conclusiones, separando
lo fundamental de lo accidental. Puede señalarse que se trata más bien de una etapa de síntesis
que de análisis.
Se trata de una fase de evaluación, de resultados, de consecución, etc., a la que se llega como
consecuencia de los análisis realizados en las etapas anteriores, y en especial de la
yuxtaposición. Es decir, si en la fase anterior se confrontaban los conjuntos paralelos y se
establecía con claridad el cuadro de la comparación, ahora, el objetivo principal es el de valorar
y extraer conclusiones, separando lo fundamental de lo accidental. Puede señalarse que se trata
más bien de una etapa de síntesis que de análisis.
Generalización
La comparación es pues una etapa valorativa y de crítica, según lo que se ha dado en llamar
tercer término de la comparación. La necesidad de este tercer término, que algunos
comparativitas han llamado módulo, deriva del intento de comparar aspectos cualitativos,
superando la mera distinción de las semejanzas y diferencias
Universalización
Indudablemente, esta última fase del análisis comparativo es la que supone mayores riesgos y
posibilidades de error, sobre todo en lo referente a la comparación de aspectos cualitativos y a
los niveles de variabilidad. En contrapartida o paralelamente a estos riesgos, es sin lugar a dudas
en esta última etapa del análisis comparativo donde mayores rendimientos pueden obtenerse
de la comparación, y donde el ejercicio del método comparativo nos demuestra sus
posibilidades de aplicación y la utilidad que puede y debe tener el desarrollo de esta disciplina,
reconocida y prácticamente incorporada en la actualidad, en todas o casi todas las universidades
del mundo.
Una etapa de Generalización, es decir, la comparación es pues una etapa valorativa y de crítica,
según lo que se ha dado en llamar tercer término de la comparación. La necesidad de este tercer
término, que algunos comparativitas han llamado
Conclusión
Finalmente, el autor Morlino (2010), señala que nunca debe perderse de vista que la
comparación es, por un lado, un “procedimiento lógico” y por el otro “un método”, por lo que
no toda ciencia política es comparada ni toda comparación utiliza el método comparado, pero
sin lugar a dudas es una de los mejores instrumentos, cuando se tienen los “recursos,
moderación y sentido del límite […] para entender la complejidad del mundo en el que vivimos”.
Castiglioni, Franco (1997); “La política Comparada”, en Pinto, Julio (Compilador); “Introducción
a la Ciencia Política”, Edición Ampliada, Serie Manuales, Editorial Universitaria de Buenos Aires,
Argentina.
Gómez Díaz de León Carlos, De León Garza Elda Ayde, (2000). Método Comparativo Capitulo 11,
UAM, México.
Hernández Sanpieri, R. F., (2006). Metodología de la investigación, edición mc graw hill, México
cuarta edición
Hernández Sampieri, R. F., & Baptista Lucio, P. (1998). Metodología de la investigación. Bogotá:
Mc Graw Hill.
Leonardo Morlino (2010); Alianza, Introducción a la investigación comparada Madrid, P, 165.
Mario Tamayo y Tamayo, (2003). El proceso de la investigación científica, México editorial Limus
434 páginas.
Desde los setentas, período en el que aparecen los famosos estudios de Civic Culture de Almond
y Verba (1972), hasta la fecha, las técnicas comparativas han venido aunándose y afianzándose
en el campo de las ciencias sociales. Junto con los estudios de caso, y los estudios experimentales
con los cuales tiene una estrecha relación (Collier: 1993), cada vez más académicos e
investigadores hacen uso del método comparativo. Es por tal motivo, que se presenta este
documento como un insumo o herramienta opcional a tener en cuenta a la hora de elegir un
método de investigación. Este documento permite visualizar algunas generalidades o aspectos
básicos del método comparativo, asimismo los elementos, factores y etapas que deben tomarse
en cuenta para aplicar el método comparativo en las ciencias sociales y luego se presentara una
conclusión de tema y las referencias empleadas para desarrollar esta temática.