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Dante Alighieri

Dante Alighieri, o sencillamente Dante, es considerado no sólo el padre de la lengua italiana, sino además, junto con
William Shakespeare y Miguel de Cervantes, uno de los grandes de la literatura universal. Su obra cumbre, La divina
comedia, continúa siendo uno de los poemas más trascendentales e impactantes, por su fuerza, simbología y
belleza.

Biografía de Dante Alighieri

Nació en Florencia, se presume que en 1265 (según el propio Dante, en el seno de una familia noble), y murió en
Rávena en 1321. En esa época, las distintas ciudades italianas estaban divididas en dos facciones políticas (los güelfos
y los gibelinos), a raíz de las luchas por el control del Sacro Imperio Romano Germánico, que involucraban tanto al
Papa como al emperador. Aunque esta confrontación no afectó al padre de Dante ( Alighiero de Bellincione), sí
tendría consecuencias para el poeta, que se involucró activamente en política.

La madre de Dante (Bella degli Abat) murió cuando este contaba con menos de 10 años. A los doce años fue
concertado su matrimonio con Gemma di Manetto Donati, perteneciente a una poderosa familia, unión que se
celebraría mucho después, alrededor de 1290-91, y de la que nacieron al menos 3 hijos (Jacobo, Pedro y Antonia);
algunos biógrafos hablan de un cuarto hijo, así como de otros producto de relaciones extra-matrimoniales de Dante;
esto último no está realmente corroborado.

No obstante, su amor verdadero, aunque platónico, fue Beatriz Portinari, a la que vio por primera vez cuando
contaba nueve años. Si bien se encontraron casualmente en varias oportunidades, no intimaron jamás. Beatriz murió
en 1290 sin que Dante le confesara su profundo amor. Beatriz sería una figura protagónica en su Divina comedia.

Dante estudió en Florencia durante su adolescencia, siendo discípulo del filósofo Brunetto Latini y amigo del poeta
Guido Cavalcanti. Ya siendo adulto se centra en la política, y se adscribe al sector de los llamados güelfos blancos.
Luego de la victoria de éstos, ocupa varias posiciones, incluyendo la de alto magistrado. Sin embargo, la facción
contraria, los güelfos negros, termina detentando el poder. Dante es juzgado en ausencia y condenado a pagar una
alta multa. Comienza así un exilio involuntario que durará hasta su muerte, a los 56 años, ocurrida en Rávena, donde
vivió sus últimos años bajo la protección del príncipe Guido Novello.

Las obras de Dante Alighieri

No cabe duda que la principal obra de Dante Alighieri es La divina comedia, es una obra poética de carácter
epopéyico, cargada de simbología, dividida en tres partes (infierno, purgatorio y paraíso), y éstas a su vez en cantos
conformados por tercetos rimados.

Entre sus otras obras: Vida nueva (La vita nuova), La vida nueva (el dolce stil novo), De vulgari eloquentia (acerca del
habla popular) y En El banquete (Convivio).

La divina Comedia

Escrito entre 1304 y 1321, su nombre original era sencillamente Comedia, puesto que tenía un final feliz (en
contraposición a la tragedia, el otro género en que se clasificaban las obras de ficción en la época). Es sólo a partir
del siglo XVI cuando los comentaristas y críticos le agregan el término Divina, para resaltar su carácter religioso. Se
trata de un poema con tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso, divididas a su vez en cantos (100 en total) y éstos
en tercetos rimados.

Sinopsis de La divina comedia, de Dante Alighieri

Dante comienza su viaje imaginario, “perdido en una selva oscura” (alegoría de la vida humana, sus dificultades y
tentaciones), debiendo ser guiado por el poeta Virgilio (en inglés) para conseguir salir, atravesando el infierno, el
purgatorio y el paraíso.

En el primero, Dante describe el ante-infierno (donde se encuentran los cobardes) y los siguientes nueve círculos,
uno por cada tipo de pecador (incluyendo el primero, el limbo, hogar de los no bautizados; luego los lujuriosos; los
golosos; los avaros y pródigos; los iracundos, indolentes, soberbios y envidiosos; los herejes; los violentos; y los
fraudulentos ); al final, en el círculo de los traidores, se encuentra Lucifer, con tres cabezas, en una de las cuales
mastica a Judas permanentemente.

A continuación, Virgilio y Dante llegan al Purgatorio, una isla montañosa, dividida también en 9 círculos. El primero
es el ante-purgatorio, donde están las almas de quienes se arrepintieron a última hora; luego los 7 círculos
correspondientes a los siete pecados capitales, donde se encuentran: los soberbios; los envidiosos; los iracundos; los
perezosos; los avaros y pródigos; los golosos; y los lujuriosos, respectivamente (a diferencia del infierno, los pecados
están en orden descendente en cuanto a su gravedad); por último, el Paraíso Terrenal, donde lo espera Beatriz, la
mujer que ama.

Virgilio debe quedarse en el purgatorio, así que es Beatriz quien conduce a Dante por el Paraíso; se trata de un
sistema cósmico, con nueve “planetas” que giran alrededor de La Tierra (según la concepción de la época): Luna,
Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Cielo Estelar y Cristalino, en los que se encuentran los beatos, más o
menos cerca de Dios según su nivel de santidad. Por último, está el Empíreo, donde Dante puede contemplar a Dios,
cuya luz suprema lo deslumbra.

Lo más destacable de La divina comedia, de Dante Alighieri

Este poema épico posee una enorme carga de simbolismo, en el que el número tres es la base principal.

Tres son los espacios visitados (Infierno, Paraíso y Purgatorio); tres los principales protagonistas: Dante (que encarga
al ser humano en general); Virgilio, que representa la razón; y Beatriz, la fe. Asimismo, el número se repite desde el
inicio a todo lo largo del poema (en la selva oscura, Dante se encuentra con tres animales que representan sendos
vicios; Lucifer posee tres cabezas, etc).

Esta repetición del número tres es una evocación a la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y es que La
divina comedia es precisamente una obra religiosa, en el sentido que Dante busca mostrar al lector las
consecuencias de vivir en pecado, la manera de evitarlo y de conseguir así no sólo la paz interior y la felicidad
terrenal, sino especialmente la posibilidad de alcanzar la vida eterna plena.

La obra está llena de reflexiones y de disertaciones sobre muchos aspectos relacionados con la fe, la virtud y el
pecado. Como advierte su autor, es necesario contar conocimientos sobre estas materias; por esa razón, la mayoría
de los textos editados modernamente contienen explicaciones y notas sobre los personajes secundarios que
aparecen en ella, así como de sus alegorías y significados religiosos, que son innumerables.

La influencia de La divina comedia, de Dante Alighieri

Además de reflejar y resumir como ningún otro autor el pensamiento teocentrista de su época, Dante influyó
decisivamente no sólo en los autores italianos posteriores, sino en la literatura en general. El interés por La divina
comedia se extendió también a la pintura, la escultura y la música. Grandes artistas como Botticelli o Miguel Ángel
reprodujeron pasajes de la obra; resaltan también las esculturas de Rodin, o las composiciones de Rossini o
Schumann, por citar sólo unos cuantos. Aún cuando para los lectores de esta época La divina comedia puede
parecernos complicada de leer, básicamente por el sinfín de menciones a personajes y leyendas mitológicas
combinadas con detalles muy específicos de la religión cristiana (y católica en particular), la mayoría de las ediciones
modernas contienen notas que explican cada uno de estos aspectos, facilitando la comprensión de un texto
realmente universal.

Fuente: https://www.aboutespanol.com/
Giovanni Boccaccio

Giovanni Boccaccio fue, junto con Dante Alighieri y Francisco Petrarca, uno de los tres grandes poetas del siglo XIV
italiano. En El Decamerón, su obra maestra, mostró su ingenio y sensibilidad. Conformada por unas cien narraciones,
en todas las historias de esta obra el autor retrató la vida y la sociedad libre, sensual, y desenfrenada de su tiempo.

En todos los sentidos, Giovanni Boccaccio fue un hombre del Renacimiento. Su humanismo comprendió no sólo el
estudio de los clásicos sino que intentó redescubrir y reinterpretar textos antiguos. Asimismo, trató de elevar la
literatura en las lenguas modernas al nivel de la clásica, estableciendo así altos estándares para ella.

Este poeta avanzó más allá de Petrarca en esta dirección no sólo porque buscaba dignificar la prosa y la poesía, sino
también porque en muchas de sus obras, ennoblece la experiencia cotidiana, trágica y cómica por igual. Sin
Boccaccio, la evolución literaria del Renacimiento italiano sería históricamente incomprensible.

Las obras de Giovanni Boccaccio inspiraron a muchos otros artistas literarios tanto en su tiempo como tiempo
después. En Inglaterra, Geoffrey Chaucer (1343 – 1400), conocido como el padre de la literatura inglesa, compuso
sus Cuentos de Canterbury inspirado en El Decamerón.

Por otro lado, el célebre poeta William Shakespeare (1564 – 1616) también fue influenciado por la obra Il Filostrato
de Boccaccio antes de escribir su comedia Troilo y Crésida (1602). De igual manera, sus Pastorales ayudaron a
popularizar en toda Italia el género de la poesía pastoril.

Nacimiento y primeros años

La fecha y el lugar exactos del nacimiento de Giovanni Boccaccio son inciertos. Sus historiadores piensan que nació
en el año 1313 en Florencia o en un pueblo cerca de Certaldo (Italia). Su padre fue el prominente comerciante
florentino Boccaccino di Chellino.

También, en cuanto a la identidad de su madre existen opiniones divididas. Unos especialistas sostienen que fue
Margherita dei Marzoli quien era de una familia acomodada y estuvo casada con di Chellino. Otros por su lado
aseguraban que Boccaccio era de madre desconocida muy probablemente concebido fuera del matrimonio.

Ahora bien, Boccaccio pasó su infancia en Florencia. Su educación temprana fue impartida por Giovanni Mazzuoli, un
tutor asignado por su padre. De Mazzuoli, pudo haber recibido sus primeras nociones de las obras de Dante.
Posteriormente, Giovanni asistió a la escuela en Florencia y pudo completar su educación inicial.

En 1326, designaron a su padre como jefe de un banco en Nápoles. Esto precipitó la mudanza de toda la familia
desde Florencia. En esta época, Giovanni Boccaccio con solo 13 años, comenzó a trabajar en ese banco como
aprendiz. La experiencia fue desagradable porque al chico no le gustaba la profesión bancaria.

Juventud

Tiempo después de haberse iniciado en la profesión bancaria, el joven Bocaccio convenció a su padre para que le
permitiera estudiar derecho en el Studium (actualmente Universidad de Nápoles). En 1327, fue enviado a Nápoles
para estudiar derecho canónico. Allí estudió durante los siguientes seis años.

Durante este mismo período también mostró curiosidad por los temas literarios. Su creciente interés por estos
temas lo impulsaron a retirarse de sus estudios y dedicarse por completo a la literatura. En la década de 1330, su
padre lo introdujo a la corte de Robert el Sabio, rey de Nápoles.

Entonces, este contacto con la nobleza napolitana y la corte le permitieron entrar en contacto con destacados
poetas de su tiempo. Asimismo, en ese entonces se enamoró de una hija del rey que ya estaba casada. De esta
pasión surgió el personaje «Fiammetta» inmortalizado por Giovanni Boccaccio en muchos de sus libros en prosa.

A la edad de 25 años, regresó a Florencia a convertirse en guardián de su hermano menor ante la muerte de su
padre. También durante esa época se desempeñó, por designación real, como funcionario de la corte en oficinas
públicas y misiones diplomáticas en Francia, Roma y otros lugares de Italia.

Vida adulta
Desde su arribo a Florencia, se dedicó a las letras con pasión y furia erudita. Tiempo después de su llegada, estalló la
peste negra que arrasó la ciudad. Las ratas que provenían de los barcos que traían especias desde oriente y las
condiciones insalubres de la ciudad desataron la epidemia

Así pues, como resultado de esta, desapareció alrededor de la tercera parte de los habitantes de la ciudad. Durante
este período de enfermedad, Giovanni Boccaccio se alejó de la actividad literaria y se sumergió en el mundo del
pueblo común.

Tabernas, dormideros de mendigos y sitios frecuentados por el vulgo fueron sus nuevos lugares favoritos. Alli estuvo
en contacto permanente con la lujuria y todo tipo de canalladas y excesos que se exacerbaron por la sensación de fin
de mundo creada por la peste. Este contacto influyó positivamente en la calidad de las obras que vendrían.

Alrededor del año 1350, entabló una amistad con el lírico y humanista italiano Francesco Petrarca. Esta amistad sería
de por vida. A partir de ese año, serían frecuentes las estrechas colaboraciones entre ambos artistas.

La amistad de Petrarca influenció enormemente a Boccaccio. Giovanni pasó de la poesía y la novela en prosa italiana
a las obras académicas latinas. Se dedicó a estudiar los trabajos de Dante Alighieri. Justo dos años antes de su
muerte escribió la biografía de Dante y lo nombraron lector oficial de Dante Alighieri en Florencia.

Muerte

Al final de su vida, algunas decepciones amorosas y problemas de salud contribuyeron para que Giovanni Boccaccio
cayera en un profundo estado depresivo. Se refugió entonces en Certaldo donde pasó pasó la última etapa de su
vida.

Estos días los pasó pobre, aislado, asistido sólo por su vieja criada Bruna y muy afectado por la hidropesía (condición
que causa derrame o acumulación anormal de líquido seroso) que lo había deformado al extremo de no poder
moverse.

Producto de esta crisis, sus escritos comenzaron a mostrar signos de amargura, especialmente hacia las mujeres. La
intervención de su amigo Petrarca evitó que vendiera parte de su obra y quemara su extensa biblioteca.

Aunque nunca se casó, Boccaccio era padre de tres hijos al momento de su muerte. Falleció de insuficiencia cardíaca
el 21 de diciembre de 1375 (año y medio después de la muerte de su gran amigo Francesco Petrarca) a la edad de 62
años. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de la iglesia de los Santos Jacobo y Felipe del pueblo toscano de
Certaldo.

Este artista partió convencido de haber equivocado en todas las más importantes decisiones de su vida. Giovanni
Boccaccio quiso que sobre su tumba se recordara para siempre su pasión para las letras con la frase “studium fuit
alma poesis” (su pasión era la noble poesía).

Obras

El Decamerón

El Decamerón es la obra considerada como la más importante de Giovanni Boccaccio. Su escritura se inició en el año
1348 y se finalizó en 1353.

Es la recopilación de una colección de cien relatos contados por un grupo de amigos refugiados en una villa de las
afueras de Florencia escapando del brote de peste negra que asoló la ciudad en ese año de 1348.

Estos cuentos eran la forma de entretenerse unos a otros durante un periodo de diez días (de ahí proviene el título).
Los relatos eran contados por turnos por cada uno de los refugiados.

Representa la primera obra netamente renacentista ya que se ocupa sólo de aspectos humanos, sin hacer ninguna
mención a temas religiosos o teológicos.

Por otro lado, su título proviene de la combinación de las dos palabras griegas deka y hemera que significan diez y
día, respectivamente.
Este fue el marco de tiempo en el que las historias fueron contadas por las 7 mujeres jóvenes y 3 hombres jóvenes
integrantes del grupo de refugiados.

Otras obras: La caza de Diana (1334) La Teseida (1339 – 1341) La comedia de las ninfas florentinas (1341 – 1342)
Amorosa visión (1342) Elegía de Madonna Fiammetta (1343 – 1344)

Giovanni Boccaccio escribió esta obra 1343 y 1344. Es una carta escrita en prosa en la que Fiammetta cuenta su
amor por un joven florentino de nombre Pánfilo. Esta relación se ve abruptamente interrumpida cuando Pánfilo
debe volver a Florencia y El Corbacho.

Fuente: https://www.lifeder.com/
Petrarca (1304-1374) fue un reconocido humanista, perteneciente al movimiento intelectual y filosófico de la Europa
renacentista del siglo XIV. Destacó también en la poesía, llegando a ser la mayor influencia de escritores posteriores
como Garcilaso de la Vega y Shakespeare.

El mayor legado de este autor es su obra El Cancionero, cuyo contenido lírico o expresivo lo convirtieron en la
referencia más acertada de la poesía dentro y fuera de su tiempo. De igual forma, con su poema épico África logró
posicionarse en lo que a los escritores latinos se refiere.

Durante su vida se dedicó a darle forma a las ideas de los griegos y latinos, y de unificarlas a través de la doctrina del
cristianismo.

Se esforzó en hacer que Italia, su tierra natal, volviera a ser tan magnánima como en la época del Imperio romano.
Además estuvo siempre convencido de brindar una educación opuesta a las ideas poco innovadoras que tenían
ciertas escuelas de la época.

Biografía

Francesco Petrarca nació en la ciudad de Arezzo (Italia), en el año 1304. Fue hijo de un reconocido abogado de
Florencia de nombre Prieto, y de Eletta Canigiani.

Petrarca pasó parte de su infancia en diferentes ciudades a causa del exilio de su padre, por relacionarse con Dante
Alighieri, quien a su vez estaba en contra de las políticas del Sacro Imperio Romano Germánico.

Una vida en todas partes

En el año 1312, después de haber vivido en Marsella y Pisa, llegó a Aviñón. Es en esta ciudad donde comienzan sus
primeras caricias con el humanismo, y también con la pasión, pues fue el tiempo en el que conoció a su amor no
correspondido: Laura, la musa de muchos de sus escritos, y de quien poco se sabe.

Para el año 1316 inició sus estudios de derecho en Montpellier, hasta trasladarse a la Universidad de Bolonia donde
se abrió hacia el conocimiento de la literatura, especialmente por la latina tradicional, con inclinación hacía la del
notable escritor romano Marco Tulio Cicerón.

Abandonó los estudios en 1326 al morir su padre. Una vez que dejó la carrera de derecho, se dedicó a su mayor
pasión: la literatura. Para ese mismo tiempo el obispo Giacomo Colonna, un amigo suyo perteneciente a una noble
familia italiana, lo incursionó en el mundo de la política.

El cargo de Petrarca era de diplomático en la casa de Giovanni Colonna, un hombre muy reconocido por su alto
cargo como cardenal dentro de la gerencia eclesiástica romana. Durante esa etapa de su vida se dedicó a escribir, a
estudiar latín, a leer a los más grandes escritores, y a viajar por Alemania y Francia.

Una vida dentro de la iglesia romana

Su estancia dentro de la iglesia romana le permitió a Petrarca acercarse más a los libros y textos. Recibió como
regalo Las Confesiones de San Agustín de Hipona, teólogo considerado precursor de la iglesia latina, de donde
posteriormente desarrolló muchos de sus pensamientos y escritos.

A partir del contacto con la obra de San Agustín se inició un proceso de dudas en la existencia de Petrarca.

Se debatió durante toda su vida entre las pasiones terrenales y las ordenanzas espirituales. Fue un asunto que lo
acompañó todo su camino en estas tierras, tanto que fue plasmado en muchas de sus obras.

Victorias y desiertos de Petrarca

La vida de Petrarca estuvo llena de soledades y recompensas. Aunque de Laura nunca tuvo correspondencia, tuvo
otros amores de los cuales nacieron dos hijos: Giovanni y Francesca. De sus madres tampoco se tiene mayor
conocimiento.

Fresco de Petrarca y Laura. Fuente: By Sandra Cohen-Rose and Colin Rose from Montreal, Canada (Retreat, Arquà
Petrarca) [CC BY 2.0 ], via Wikimedia Commons
Aunque sus hijos fueron una de sus más grandes victorias, las malas noticias también llegaron a su vida. En el año
1346 murió su amada Laura, a causa de la peste que destruyó a Italia. Ella lo inspiró a escribir algunos sonetos de
amor, divididos en dos partes: “Antes y después de la muerte de Laura”.

Sin embargo, no todo fue malo para Petrarca, aún cuando no era un afamado escritor fue premiado en el capitolio
romano por su trabajo poético. En esa época estaba escribiendo las 66 cartas denominadas Epistolae Metricae y su
famosa composición en versos África.

Muchos estudiosos de sus obras consideran difícil establecer un orden cronológico para sus obras, debido a las
tantas correcciones y ediciones que se dieron posteriormente. Pero se sabe que estuvieron basados en el amor y
desamor, y su conflicto existencial por la religión y las acciones profanas.

La constante situación en la que se encontraba el poeta lo llevó a escribir en 1346 De Vita Solitaria. En este escrito
dejó plasmado que el hombre podía encontrar paz en la oración y la meditación, así como también en la naturaleza y
portándose bien.

Francesco Petrarca murió en Arquá, una comunidad de la provincia de Padua, en Italia, el 19 de julio de 1374. Sus
últimos días los pasó en una villa que adquirió durante sus servicios a la iglesia.

Obras

Las obras de Francesco Petrarca están seccionadas en dos partes: las escritas en latín, y las escritas en lenguaje
vulgar o coloquial. Con sus obras en latín el poeta aspiró alcanzar su máximo reconocimiento, en virtud de que
fueron las que más triunfo le dieron.

A Petrarca se le conocen unos 24 libros,


publicados en forma de epístolas o
cartas. La escritura de dichas cartas las
hizo tras leer las obras de grandes como
Cicerón y Séneca. También figuran su
famoso Cancionero escrito en rimas, así
como también muchas obras en prosa.

Cancionero

Esta obra fue denominada en un


principio como Fragmento de Cosas en
Vulgar, escrita, como su nombre lo
indica, en lenguaje vulgar. En ella
Petrarca expresa sus sentimientos por
su ya mencionada doncella. Está
narrada en primera persona.

El Cancionero, al cual más tarde se le


llamó Cancionero Petraquista, estaba
conformado por unos trescientos
sonetos y poemas. Si bien describe en
ellos su idilio por Laura, no es menos
cierto que narra su experiencia
espiritual. En esta obra su musa se
convierte en ángel y se comunica con
Dios para que les dé permiso de vivir su
amor desde la moralidad.

Petrarca trabajó en esta composición


durante muchos años, tanto le dedicó
que aún con la muerte de Laura no
había sido culminada. Esto le permitió
incluir su pesar por la pérdida de su amor. La obra también contiene algunos poemas que tratan temas políticos, de
amistad, sobre la moral y hasta de patriotismo.

Es importante destacar que la escritura perfecta de los sonetos y la majestuosidad de los endecasílabos,
influenciaron el periodo de crecimiento de la era literaria en España. El escrito fue publicado por primera vez en el
año 1470, en la ciudad de Venecia, por Vindelino da Spira, un reconocido editor de la época.

Fragmento del Soneto a su musa Laura:

“Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra, ni me retiene ni me suelta el lazo; y no me mata amor ni me deshierra,
ni me quiere ni me quita mi embarazo”.

Otras obras: África, De Vita Solitaria, Secretum, Sumario de cartas o colecciones epistolares, Remediis Utriusque
Fortunae, De Viris Illustribus (“Hombres”) y Posteriati.

Fuente: https://www.lifeder.com/
Erasmo de Rotterdam es uno de los humanistas que más fama llegó a alcanzar debido a que ejemplifica a la
perfección el concepto y la forma de vida humanista, siendo incluido en la mayoría de libros de texto en los que se
hable del humanismo. Al igual que otros humanistas contemporáneos, Erasmo fue un adelantado a su tiempo, y eso
se refleja en la crítica social de sus obras. En este caso personalmente, Erasmo de Rotterdam vivió en un contexto de
mucha inestabilidad religiosa en el Sacro Imperio Romano Germánico debido al inicio y extensión de la reforma
religiosa impulsada por las religiones protestantes, como el luteranismo, el calvinismo, el zuinglianismo, y otros
movimientos menores, como el anabaptismo, o la reforma menonita que dio origen a la comunidad amish. Era un
fuerte creyente cristiano, lo que no quita que dirigiera muchas criticas contra las jerarquías eclesiásticas. Pero
veamos más a fondo la vida y obra de este gran humanista.
Orígenes, educación y viajes:
Desiderio Erasmo, más conocido como Erasmo de Rotterdam, fue un humanista nacido en la ciudad de Rotterdam

(Holanda) a finales de la década de los 60 del siglo XV. Educado bajo los principios de la devotio moderna en los
círculos de los Hermanos de la Vida Común, durante años fue canónigo de San Agustín. A pesar de que sus padres
murieron antes de que cumpliera dieciséis años, pronto obtuvo un cargo como secretario del obispo de Cambrai.

Uno de los retratos más famosos en el que se representa a Erasmo de Rotterdam


Sin embargo, en 1493 abandona este cargo y la vida conventual que había llevado para completar su formación
académica en París o en Oxford, donde entabló una gran amistad con Thomas Moro. Erasmo de Rotterdam hizo a lo
largo de su vida multitud de viajes por toda Europa movido por sus ansias de conocimiento, permaneciendo durante
meses o años en sitios como Cambridge, Oxford, Flandes, Lovaina, Friburgo o Italia. Finalmente, muere en la ciudad
suiza de Basilea en el año 1536, en medio del contexto histórico de las reformas protestantes.

Obras publicadas:

Erasmo de Rotterdam publicó multitud de obras en el primer tercio del siglo XVI. La primera que publicó en este siglo
fue “Los Adagios“, un recopilatorio de proverbios clásicos glosados que ya desde su tiempo se convirtió en obra de
referencia para acercarse al mundo de la Antigüedad Clásica. Además de su obra más conocida, “Elogio a la locura”
(1511), Erasmo también publicó otras obras de crítica, como sus “Coloquios” (1518). Tampoco se mantuvo impasible
ante los movimientos religiosos de reforma que se estaban intentando abrir camino en el Imperio de la década de
los años veinte del siglo XVI, ya que en el año 1524 publicó su obra “Del Libre Albedrío“.
Ideología humanista y religiosa de Erasmo:

Una de las portadas de las múltiples ediciones que hay del “Manual del Caballero Cristiano”

Era un humanista de una gran erudición y apertura de mente, ya que no dudaba en utilizar y citar fuentes para sus
escritos y estudios provenientes de doctrinas y opiniones árabes, judías o griegas. Esto lo combina con una fuerte
creencia cristiana, a pesar de que no crea y critique duramente a los cristianos y jerarquías eclesiásticas. Prueba de
ello son algunas de sus más famosas obras, como “Manual del caballero cristiano” (1503), sobre el humanismo
cristiano de carácter laico y liberal; o su edición bilingüe del Nuevo Testamento (1516).
Este humanista abogaba por una religión y una religiosidad depurada, abierta a todos los Estados pero sin meterse
más de la cuenta en asuntos de política internacional. La ideología religiosa que planteaba Erasmo era evangélica y
cristocéntrica, con fuertes críticas a todo lo que era la escolástica o las supersticiones populares. Debido a las críticas
que hizo hacia las instituciones y jerarquías eclesiásticas católicas, vivió sus últimos años exiliado en la ciudad suiza
de Basilea, puesto que en esta ciudad ya se había implantado la reforma protestante.

Contexto histórico en que vivió Erasmo:

Retrato de Martin Lutero, iniciador de la reforma protestante luterana

El contexto histórico más próximo en el que se mueve Erasmo de Rotterdam es el de las reformas protestantes que
se están produciendo en el Sacro Imperio desde la década de los años 20 del siglo XVI. En este contexto histórico y
geográfico se produce, a nivel religioso, la condena como hereje a Lutero (1521), la Guerra de los Caballeros (1522-
1523) y la de los Campesinos (1524-1525), la reforma espiritual en Wüttemberg, los movimientos anabaptistas, la
creación de la Liga de Dessau, formada por los príncipes católicos en 1525, o la Confesión de Augsburgo, en 1530.
(Thomas More; Londres, 1478 -
1535) Político y humanista inglés.
Procedente de la pequeña
nobleza, estudió en la Universidad
de Oxford y accedió a la corte
inglesa en calidad de jurista. Su
experiencia como abogado y juez
le hizo reflexionar sobre la
injusticia del mundo, a la luz de su
relación intelectual con los
humanistas del continente
(como Erasmo de Rotterdam).
Desde 1504 fue miembro del
Parlamento, donde se hizo notar
por sus posturas audaces en
contra de la tiranía.

Tomás Moro (retrato de Hans


Holbein el Joven)
Su obra más relevante como
pensador político
fue Utopía (París, 1516). En ella
criticó el orden político, social y
religioso establecido bajo la fórmula de imaginar como antítesis una comunidad perfecta; su modelo estaba
caracterizado por la igualdad social, la fe religiosa, la tolerancia y el imperio de la ley, combinando la democracia en
las unidades de base con la obediencia general a la planificación racional del gobierno.

A pesar de haber mantenido en el plano teórico estas aspiraciones premonitorias del pensamiento socialista, Tomás
Moro fue prudente y moderado en cuanto a la posibilidad de llevarlas a la práctica, por lo que no combatió
directamente al poder establecido ni adoptó posturas ideológicas intransigentes.

Enrique VIII, atraído por su valía intelectual, le promovió a cargos de importancia creciente: embajador en los Países
Bajos (1515), miembro del Consejo Privado (1517), portavoz de la Cámara de los Comunes (1523) y canciller desde
1529 (fue el primer laico que ocupó este puesto político en Inglaterra). Ayudó al rey a conservar la unidad de la Iglesia
de Inglaterra, rechazando las doctrinas de Lutero; e intentó, mientras pudo, mantener la paz exterior.
Sin embargo, acabó rompiendo con Enrique VIII por razones de conciencia, pues era un católico ferviente que incluso
había pensado en hacerse monje. Moro declaró su oposición a Enrique y dimitió como canciller cuando el rey quiso
anular su matrimonio con Catalina de Aragón, rompió las relaciones con el Papado, se apropió de los bienes de los
monasterios y exigió al clero inglés un sometimiento total a su autoridad (1532).
Su negativa a reconocer como legítimo el subsiguiente matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena, prestando
juramento a la Ley de Sucesión, hizo que el rey le encerrara en la Torre de Londres (1534) y le hiciera decapitar al año
siguiente. La Iglesia católica lo canonizó en 1935.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527):

Nacido y muerto en Florencia de familia más noble que acaudalada. Poco se sabe de la primera época de su vida.
Recibió una sólida educación humanística, basada en el estudio de los clásicos latinos e italianos. En 1498 ocupa sus
primeros encargos en la Señoría florentina, al servicio de la República: secretario de la Segunda Cancillería y,
después, en el consejo de los Diez de Balía. En 1499 Es encargado de diversas misiones diplomáticas en Piombino,
Forlí e Imola. Se encarga de la dirección de la guerra contra Pisa y redacta un discurso ante los Diez sobre la
campaña. Se casa en 1501 con Marietta Corsini. Del matrimonio nacerán cuatro hijos varones y dos hembras. Sirvió
como embajador del francés Luis XII, del emperador Maximiliano y (en Urbino) de César Borgia, de quien se erigió en
el amigo de confianza. En 1512, al ser exonerado Piero Soderini, gonfaloniero de Florencia, por el cardenal Julio de
Médicis, Maquiavelo perdió su puesto en la secretaría de estado. Las tropas de Ramón Folch de Cardona habían
ocupado la Toscana y el 31 de agosto Sorderini huye de Florencia. Al día siguiente se celebra la restauración de los
Médicis en el poder. Por dos decisiones fechadas el 7 y el 10 de noviembre cesa en su cargo de secretario de los Diez.
Es encarcelado y torturado por sospechoso de la conjura de Bóscoli contra los Médicis. Tras ser liberado se retiró con
su mujer y cuatro hijos a Albergaccio, cerca de San Casciano y Florencia. En una famosa carta que dirigió al
representante florentino en Roma, Francesco Vettori (10/12/1513), describe la vida, más bien rústica, que llevaba:
después de pasar el día cazando y charlando con los labriegos del lugar, dedicaba las veladas a escribir y leer historia.
Le comunicó también la finalización del tratado De Principatibus, escrito en una interrupción de su Discursos sobre la
primera década de Tito Livio. Finalmente recuperó parte del favor perdido y en 1520 recibió el encargo de escribir la
historia de Florencia. El puesto de cronista está integrado en la Señoría pero es secundario. Dedicó esta obra, Istorie
fiorentine, a Julio de Médicis, que había ascendido al trono pontificio con el nombre de Clemente VII. Seis años más
tarde le confió el papa la inspección de las fortificaciones de Florencia. En 1527, año convulso para los territorios
italianos, en el que las tropas de Carlos V saquean Roma, los Médicis huyen de Florencia y los sustituye un gobierno
del partido aristocrático. Maquiavelo no fue considerado lo bastante hostil a los Médicis para seguir ocupando el
cargo. Enfermo de pena, según se dice, por el giro de los acontecimientos, murió el 21 de junio de ese año.

Maquiavelo es un pensador, pero sin un sistema filosófico concreto, un humanista con nostalgia de la grandeza de la
antigua Roma; patriota, sin principios éticos y oportunista. Si Tomás Moro es un idealista, Maquiavelo está en el
extremo opuesto. No se distinguió ni por su amor ni por su respeto a sus semejantes. Procurar el bien moral o
material del pueblo quedaba relegado frente al objetivo de afianzar el poder del déspota. Los dos valores centrales
del Renacimiento: racionalidad y libertad se aplican también a la visión renacentista de la sociedad y del
pensamiento. El progreso en la historia depende de la acción del hombre y no de la intervención divina. Para
pensadores como Pico y Campanella el hombre es capaz de construir racionalmente una sociedad de seres libres e
iguales: el orden político ha de ser el reflejo de estos valores. Maquiavelo rechazó cuanto fuera idealismo y teoría y
aplicó el sentido práctico. La política nada tenía que ver con la moral, la ética o la religión.

El estado:

Maquiavelo tiene una concepción totalmente diferente de la sociedad humana: para él el hombre es por naturaleza
perverso y egoísta, sólo preocupado por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás; sólo un estado
fuerte, gobernado por un príncipe astuto y sin escrúpulos morales, puede garantizar un orden social justo que frene
la violencia humana. Fue el primero en usar la palabra estado en su sentido moderno. Algunos le atribuyen la
invención de la dictadura moderna y su consiguiente Realpolitik, como expresión específicamente distinta de las
antiguas formas de totalitarismo. Sus ideas políticas estaban impregnadas de sentido práctico y una visión realista de
gobierno.

Su obra El Príncipe (1513):

El príncipe o el gobernante, tiene como misión la felicidad de sus súbditos y ésta sólo se puede conseguir con un
Estado fuerte. Para conseguirlo tendrá que recurrir a la astucia, al engaño y, si es necesario, a la crueldad. La virtud
fundamental es la prudencia, para la conveniencia del Estado. Si el interés de la patria exige traición o perjurio, se
comete. "La grandeza de los crímenes borrará la vergüenza de haberlos cometido". Los medios no importan: no es
necesaria la moral, sino un realismo práctico, no lo que debe ser, sino lo que es en realidad. Política y moral son dos
ámbitos distintos e incluso contradictorios. Aunque El Príncipe estuviera dedicado a Lorenzo de Medicis (1492-1519)
[duque de Urbino], con la esperanza de recuperar la confianza perdida, Maquiavelo quiere presentar en su obra el
arquetipo de cualquier político. Su personalidad debe poseer condiciones especiales para llegar al poder y
mantenerse en él:

Capacidad de manipular situaciones, ayudándose de cuantos medios precise mientras consiga sus fines: lo que vale
es el resultado. "El que consigue el poder es el Príncipe, el que consigue el orden y la paz son los súbditos".
El gobernante debe poseer seria destreza, intuición y tesón, así como habilidad para sortear obstáculos, y "moverse
según soplan los vientos".

Diestro en el engaño: No
debe tener virtudes, solo
aparentarlas.

Amoral, indiferencia entre


el bien y el mal, debe
estar por encima.

Para Maquiavelo la mejor


forma de gobierno es la
República: "el gobierno de
muchos es mejor que el
de unos pocos", y justifica
la romana como la más
perfecta. Aunque él era
republicano y aspiraba a
convertir a Florencia en
un Estado fuerte, en El
Príncipe acepta, como mal
menor, que en ciertos
momentos de corrupción
y desorden que es mas
útil y eficaz la acción de
un solo personaje,
adornado de cualidades
excepcionales.

La unidad de Italia:

Il Principe es el producto
de una idea capital que lo
informa en todos sus
aspectos. Maquiavelo no
había echado por la borda
todo vestigio de la ética
discernible en los Discorsi.
En el último capítulo de Il
Príncipe, titulado
Exhortación a liberar Italia
de las manos de los
bárbaros, proclama con apasionada sinceridad lo que constituye la idea rectora y motivante de la obra: Italia debe
hallar su gobernante y sacudir el yugo extranjero. Escribe: espero que algún príncipe... siguiendo estas normas mías,
consiga enseñorearse de toda Italia y hacer de ella un país grande, compacto y rico como los otros que ahora
predominan en Europa. El historiador objetivo se convierte ahora en un inflamado patriota que propugna la unidad
de Italia. Al pesimismo y la carencia de escrúpulos han venido a suplantar de pronto la esperanza y aun la fe. Para
aceptar el papel de padre de la patria propone a Lorenzo de Médicis, duque de Urbino: vana exhortación, pues
Lorenzo no pasaba de ser una figura secundaria que no ofrecía la menor esperanza.

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