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INTRODUCCIÓN
La revolución de Octubre de 1917 fue el tercer movimiento que dio fin a la guerra rusa.
Veremos la rivalidad entre los Mencheviques y los Bolcheviques, sus diferentes ideales, sus
personajes importantes de cada poder, cuáles eran sus intenciones, quien terminó ganando
en sus ideales y cuáles fueron los resultados de dicha disputa.
“Revelación de su nombre”
Los historiadores dan el nombre de la “primera revolución rusa” a los acontecimientos políticos
ocurridos entre los años 1905-1907 y que condujeron a las reformas en el campo ruso y a la
creación del primer Parlamento nacional, la Duma estatal que, sin embargo, no limitó el poder
del monarca ruso Nicolás II.
“Antecedentes”
Al comienzo del año 1917 el país ya estaba agotado. La participación en la Primera Guerra
Mundial había provocado una crisis económica y política. Las bajas sufridas en el frente
debilitaron la imagen del régimen imperial del zar Nicolás II. Las aldeas quedaron desbastadas
con los quince millones de hombres alistados en el Ejército.
A finales de febrero de 1917 en Petrogrado comenzó una rebelión protagonizada por los
soldados de los regimientos de reserva. Se organizaron manifestaciones y protestas y las
fábricas de la capital y más tarde las de la mayoría de las ciudades del país se declararon en
huelga.
El dos de marzo el zar Nicolás II abdicó a favor de su hermano, el gran príncipe Miguel. Firmó
el acta dentro de un vagón del tren imperial detenido en la estación de Pskov pero Miguel
tampoco quiso ser monarca de Rusia y rechazó la corona.
En el país se estableció un doble poder: por un lado, el Gobierno provisional, compuesto por
representantes de los partidos democráticos liberales y presididos por Gueorgui Lvov, y por el
otro los sóviets, consejos de representantes de obreros y soldados. Los sóviets del Ejército (en
total unos 50 000) y, en especial, en la flota del Báltico, fueron la fuerza motriz con la que los
bolcheviques aspiraban a tomar el poder. En unos 59 centros industriales de Rusia fueron
elegidos 1429 sóviets de obreros. Sin embargo, los bolcheviques en primavera de 1917 no
controlaban la mayoría de los consejos, que estaban dominados por el ala moderada y liberal
del partido comunista, los mencheviques. En cualquier caso, los sóviets se convirtieron de
facto en el Gobierno paralelo del país.
En octubre de 1917 Vladímir Lenin llegó a Petrogrado y procedió a detallar el plan del
levantamiento armado. Estas fueron algunas de sus indicaciones: “La historia no nos
perdonará que no tomemos el poder inmediatamente”; “cualquier contemporización equivale a
la muerte”; “ocupar y conservar a costa de cualquier sacrificio el teléfono, el telégrafo, las
Estaciones de trenes, los puentes”; “audacia, más audacia, siempre audacia”; “que las clases
dominantes se estremezcan con la revolución comunista”.
Las “clases dominantes” se dieron cuenta de la amenaza que representaban los bolcheviques
y a finales de octubre de 1917 el Gobierno provisional dio la orden de trasladar a la línea del
frente los regimientos de la guarnición de Petrogrado que estaban a favor de los
revolucionarios y sus periódicos fueron clausurados.
Mientras tanto, los bolcheviques ya habían detallado el plan operativo para el alzamiento. En
las fábricas se organizaron destacamentos de “guardias rojos”, pero la fuerza del ataque
principal, según los planes esbozados hacía varios meses, deberían ser los marineros de la
flota del Báltico. El veinticuatro de octubre en el estuario del río Neva que atraviesa Petrogrado
entraron el crucero Aurora y varios buques torpederos.
“DESARROLLO DE LA REVOLUCIÓN”
A pesar de que los bolcheviques ocuparon el telégrafo, los ministros aún se podían
comunicaban con el exterior a través del envío de órdenes y mensajes que convocaban a los
regimientos cosacos que estaban afueras de Petrogrado a defender el Gobierno. Varios días
después se supo que en la azotea del edificio del Estado Mayor General del Ejército ruso,
Con los ministros en libertad los bolcheviques no podían proclamarse vencedores. Lenin y
Trotski ordenaron el asalto al Palacio de Invierno. A las diez de la noche un cañón de la
fortaleza de Pedro y Pablo disparó al aire: en seguida se produjo el disparo de salva del crucero
Aurora, anclado en el río Neva. Al recibir la señal, los destacamentos de guardias rojos se
lanzaron al Palacio de Invierno a través de la plaza del Palacio.
De acuerdo con el relato del reportero John Reed, en las puertas del palacio hubo confusión.
Los cadetes de las escuelas militares, leales al Gobierno provisional, al principio comenzaron
a desarmar a los atacantes. Cuando el número de guardias rojos que iba llegando al palacio
superó al de los cadetes, estos fueron a su vez desarmados. Los revolucionarios penetraron
en el palacio y comenzaron a saquearlo. Los comisarios de los destacamentos gritaron: “¡No
toquen nada, ahora todo es propiedad del pueblo!”. El saqueo se detuvo y en las salidas se
establecieron puntos de registro.
Los ministros del Gobierno provisional, a excepción del presidente, Alexander Kérenski, fueron
arrestados y conducidos a la fortaleza de Pedro y Pablo. En lo que respecta al jefe de Gobierno,
en sus memorias escribió que pudo salir del Petrogrado gracias a la ayuda de la Embajada de
los Estados Unidos. Los diplomáticos le prestaron un automóvil con placa y bandera
estadounidense, lo que le permitió abandonar la capital sin ser revisado por las patrullas
bolcheviques. Mientras tanto, los historiadores de la época soviética afirmaron que Kérenski
huyó disfrazado de enfermera militar.
EL DRAMA DE MOSCÚ. En la antigua capital del Imperio ruso, Moscú, la toma del poder por
los bolcheviques fue dramática. El sóviet urbano estaba dominado por los
Partidarios del Gobierno provisional. Contra el poder de los bolcheviques se sublevaron los
cadetes de las escuelas militares. El enfrentamiento armado continuó seis días. Los guardias
rojos no podían obtener refuerzos desde Petrogrado porque los trabajadores ferroviarios de la
línea Nikoláyevskaya, que unía la capital de Rusia con Moscú, se habían declarado en huelga.
Los huelguistas estaban en contra del alzamiento y el arresto del Gobierno provisional.
Tanto los bolcheviques como los cadetes emplearon artillería. Fueron dañadas las torres y
murallas del kremlin de Moscú, destruidos edificios de bancos y comercios de la lujosa calle
Tverskaya. Un guardia rojo le dijo al incansable reportero, que en búsqueda de noticias había
llegado hasta Moscú: “Hemos disparado contra las billeteras de los burgueses para que se
rindieran más rápido”. La resistencia de los huelguistas del ferrocarril fue superada con armas,
los refuerzos llegaron desde Petrogrado y en Moscú terminaron los combates. Los guardias
rojos fallecidos en los enfrentamientos fueron sepultados en fosas cavadas en la Plaza Roja al
lado de las murallas del kremlin. De esta manera apareció la famosa necrópolis soviética.
También ahí yace el reportero estadounidense, que falleció en Rusia a causa del tifus. Su
sepultura de granito reza: “John Reed, delegado de la III Internacional, 1920”.
CONGRESO DE LOS SÓVIETS. Cuando los bolcheviques se estaban preparando para asaltar
el Palacio de Invierno, sede del Gobierno provisional, en el Palacio Smolny comenzaron las
sesiones del Segundo Congreso de los Sóviets de los Representantes de Obreros y Soldados
de Rusia. Del total de 670 delegados, 300 eran bolcheviques y unos 100 miembros del partido
social-revolucionario de izquierda que también estaban a favor de derrocar al Gobierno
provisional. Los demás delegados insistían en calificar de ilegítimo el asalto al Palacio de
Invierno. Lev Trotski dijo que eran “penosos individuos aislados” y les instó a marchar al
“basurero de la historia”. Los que no estaban a favor de los bolcheviques abandonaron el
Palacio Smolny.
Los bolcheviques ofrecieron a Alemania y a los demás países firmar una paz “sin reparaciones
ni contribuciones”. El nuevo poder soviético aceptó la pérdida de enormes territorios ocupados
por el Ejército alemán. La paz fue firmada en la primavera de 1918 en la ciudad de Brest-
Litovsk.
Durante el Segundo Congreso de los Sóviets también se aprobó el Decreto de Tierra, que
abolía la propiedad de los terratenientes, la cual pasaba a manos de los consejos para que la
distribuyeran entre los campesinos. En total los consejos obtuvieron unos 150 millones de
hectáreas. El Decreto de Tierra fue una de las medidas más importantes que aseguró a los
comunistas el apoyo sólido del sector agrícola y, por consiguiente, la victoria en la guerra civil
de 1918-21.
Antes de octubre de 1917. El hincapié se hizo en el apoyo incondicional del campo, de los
obreros industriales y del Ejército, cansado de la guerra. Lenin proclamó entonces la “dictadura
del proletariado”.
Durante la segunda, hubo de enfrentarse al Movimiento Blanco, apoyado por las potencias
Aliadas y el territorio bajo su autoridad se redujo a las provincias centrales del antiguo imperio;
más tarde, desde marzo de 1920 hasta principios de 1921, combatió con la nueva Polonia
independiente. Durante este periodo, las necesidades militares marcaron la actividad
gubernamental. El fin del control obrero y otros experimentos de democracia directa y su
sustitución por una burocracia jerárquica, la nacionalización y dirección estatal de la industria
Una vez elegido presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (equivalente a primer
ministro) y ante el peligro de una invasión alemana, Lenin argumentó que Rusia debía firmar
de forma inmediata un tratado de paz. León Trotski, quien lideraba las negociaciones, optaba
por una postura intermedia, postulando un tratado de paz que no implicara ganancias
territoriales para ninguna de las partes. Cuando las negociaciones se colapsaron, Alemania
lanzó una invasión que resultó en la pérdida de muchos territorios del oeste de Rusia. Como
resultado de este giro de los acontecimientos, las posiciones de Lenin obtuvieron el apoyo de
la mayoría de los líderes bolcheviques, y Rusia firmó el Tratado de Brest-Litovsk en términos
desventajosos (marzo de 1918). El partido bolchevique fue renombrado como Partido
Comunista de Rusia (bolchevique), que posteriormente se convirtió en el Partido Comunista
de la Unión Soviética.
Asesinos podrían esperarlo allí. Se llamó a varios médicos, pero éstos decidieron que era
demasiado peligroso extraer las balas. Lenin se recuperó, pero su salud se resintió a partir de
este suceso y se cree que este incidente contribuyó a sus últimos infartos.
En marzo de 1919, Lenin y otros líderes bolcheviques junto a varios marxistas revolucionarios
de todo el mundo crearon la Tercera Internacional, también conocida como Internacional
Comunista, o Komintern, cuyos miembros, incluyendo a Lenin y a los mismos bolcheviques,
se escindían del más amplio movimiento socialista identificado con la Segunda Internacional.
A partir de este momento serían conocidos como comunistas.
Mientras tanto, una guerra civil asolaba Rusia. Una amplia variedad de movimientos políticos
y sus seguidores tomaron las armas para apoyar o derrocar al gobierno soviético. A pesar de
que había muchas facciones diferentes involucradas en la guerra civil, las dos fuerzas
principales fueron el Ejército Rojo formado y dirigido por Trotski (comunista) y el Ejército
Blanco, formado por una relativa minoría adepta o partidaria al antiguo régimen zarista (o en
algunos casos contraria al recién constituido) impulsado por poderosos líderes militares como
Kolchak, Denikin y Yudénich, pero que recibiría el apoyo abrumador y decisivo de potencias
extranjeras como Francia, Gran Bretaña, Canadá, Estados Unidos y Japón, además de otros
16 países, que intervendrían también en esta guerra (en apoyo del Ejército Blanco). El Ejército
Rojo ganó la guerra, derrotando a las fuerzas de la Rusia Blanca y sus aliados en 1920.
Lenin seguía esperando que una revolución en algún otro país permitiese levantar el asedio al
que Rusia se iba viendo relegada como Estado socialista, elemento que considera central,
como queda reflejado en sus escritos, ya que, para él, el proceso puesto en marcha por la
revolución no debía culminar una vez llevada a cabo ésta, sino continuar prosperando, a través
de sucesivas fases o etapas, en las que poco a poco fuera viéndose superada la dependencia
de las antiguas infraestructuras de poder y gestión heredadas del antiguo Estado capitalista,
Lo que se vería enormemente obstaculizado, cuando no imposibilitado, en caso de verse
relegado el socialismo a un único país aislado (como cada vez estaba más próximo a serlo
Rusia).
Cuando Lenin falleció en 1924, los cimientos de la participación, los sóviets o consejos obreros,
que habían convertido el centralismo económico, mediante la organización y participación
directa, en un verdadero sistema democrático de control y ejercicio de la gestión y del poder,
habían perdido su anterior influencia, dando paso a la burocratización de los mismos, y a la
instauración, tras el surgimiento de la Unión Soviética.
“Relaciones exteriores”
Poco después de la toma del poder en Rusia consideraba que el país no tendría necesidad de
política exterior. A lo sumo, el país tendría quizá que acudir en ayuda del proletariado europeo
(alemán) para facilitar la revolución socialista que para Lenin era inminente.
La revolución en Alemania llenó temporalmente de alegría a Lenin, que creía ver confirmadas
sus predicciones de revolución mundial.
El abandono temporal de la subversión directa de los Gobiernos burgueses tras el fracaso del
levantamiento comunista en Alemania en marzo de 1921, coincidió con la adopción de la
Nueva Política Económica que, en política internacional, se tradujo en la reiteración del
ofrecimiento de tratados comerciales para dividir a los países capitalistas, fortalecer al Estado
soviético y crear interés en su defensa en los que obtuviesen concesiones económicas. Las
Campañas de pacifismo y desarme lanzadas al mismo tiempo debía servir además para dividir
y debilitar a las diversas burguesías nacionales europeas.
“Represión política”
Formó un Gobierno que acabó con los derechos políticos (libertad de asociación, de expresión
o de reunión, etc.).
Las primeras tareas represivas las llevó a cabo el Comité Militar Revolucionario de Petrogrado
que en diciembre de 1917 dio paso a la primera policía política soviética, creada como cuerpo
revolucionario selecto para aplastar la resistencia de las antiguas clases dominantes.
Por iniciativa de Lenin, en otoño de 1922 fueron expulsados de Rusia a Alemania 225
intelectuales, que resultaban indeseables a los ojos de las autoridades soviéticas, en una
operación que vino a llamarse El barco filosófico.
En sus primeros escritos de finales del siglo XIX Lenin había considerado que el campesinado
acabaría desapareciendo como clase con el desarrollo del capitalismo en Rusia. Suponía que,
con el tiempo, los campesinos, que apoyarían en bloque la primera revolución democrática,
quedarían polarizados en una gran masa de proletariado rural y una minoría terrateniente
aburguesada.
Los campesinos llevaron a cabo por su cuenta el reparto de tierras entre septiembre de 1917
y febrero de 1918; Lenin, consciente de la imposibilidad de detener el proceso, lo aprobó.
De tratar de utilizar las granjas colectivas como modelo de atracción para la transformación del
campo, Lenin pasó a intentar hacerlo mediante el uso de la industria. El aumento de la
producción industrial de artículos necesarios para los campesinos —que debía suministrar
directamente el Estado— y la electrificación del país debían ganar el apoyo del campo ruso al
socialismo. Según Lenin, los defectos de la distribución estatal de artículos serían pasajeros.
El temor a que la burocracia se convirtiese en una casta aburguesada separada del pueblo le
llevó a la propuesta de diversos programas como la creación de una ineficaz inspección (la
Rabkrin) y el fomento de la educación, esencial para acabar con el amplio analfabetismo. La
instrucción del campesinado, que en sus últimos escritos consideraba prioritaria, debía servir
además para acercar al campesinado al proletariado urbano.
CONCLUSIÓN
Esta batalla fue más que solo eso, fue un movimiento social, pero que proponía un cambio
todavía más significativo para la sociedad. Solo pensemos en como una sublevación hizo que
la pobre Rusia que se veía en crisis se convirtiera en la gran y poderosa U.R.S.S.
Los gobiernos anteriores hicieron que Rusia se levantara en armas para exigir un cambio para
todos y no solo para la minoría. Y por así decirlo lo encontraron con las ideas socialistas que
Lenin y los Bolcheviques tenían, y aún más con el apoyo de campesinos y obreros.
Poco a poco Rusia empezó a agarrar forma, y lo frágil que era, se hizo una nación fuerte. La
que en la primera gran guerra se vio desafortunada; después de la segunda, quedó como la
2° potencia junto con los Estados Unidos.
Pero sin duda, lo que hizo que todos viéramos que el socialismo ruso no era tan bueno, era la
forma en que su gobierno hacia valer su autonomía y poder dictatorial de Lenin, que incluso
tras su muerte parecía que sus ideales se quebraban pero Stalin lo levantó.
Actualmente hay muy pocos países socialistas y menos con dictadores, pero sin duda, todo lo
que dejó Rusia con sus pensamientos nuevos socialistas y comunistas, hicieron que el mundo
los volteara a ver por un momento.