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Alberto Bernabé Pajares – Los dioses y sus mitos

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HUMANIDADES

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Alberto Bernabé Pajares – Los dioses y sus mitos

LOS DIOSES Y SUS MITOS

ISBN - 84-9822-199-4

Alberto Bernabé Pajares

Thesaurus: Homero, Hesíodo, Posidón, Apolo, Hermes, Dioniso, Hefesto, Perséfone,


Píndaro, Hestia, Licaón, Troya, Olimpo, Ártemis, Leto, Metis, Maya, Alcmena, Dánae,
Dioscuros, Pólux, Cástor, Ganimedes, Ilíada, Fidias, Derveni, Polideuces, Anfítrite,
Artemision, Arión, Adrasto, Pasífae, Hera, Apéllon, Heráclito, Loxias, Delfos,
Praxiteles, Eurídice, Argeiphóntes, Mírtilo, Enómao, Diwo, Vernant, Sabazio, Penteo,
Preto, Tirinte, Antesterias, Agrionias, Lemnos, Chalkeia, Apaturias, Cicno,
Ginecotenas, Élide.

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Homero, Hesíodo y los Himnos homéricos configuran la imagen griega de los


dioses que, sin embargo, conocen múltiples diferencias según lugares y épocas.
Zeus es el dios de la luz del día y del rayo, padre de los dioses, el más fuerte e
inteligente. Sus mitos más importantes se refieren a la lucha por
el poder divino y a sus numerosas amantes. Sus cultos son panhelénicos.
Posidón es el dios del mar, aunque en origen puede ser un dios de las
profundidades, esposo de la Tierra. Aparece como perdedor en litigios con
otros dioses por el patrocinio de ciudades. Se le tributan cultos ya desde
época micénica.
Apolo combina la figura de un dios iniciador de jóvenes con un dios
sanador (Peán) y un flechador causante de la peste (Reshep), lo que explica
la diversidad de sus funciones: iniciático, sanador, oracular y músico.
Representado siempre joven, con arco y cítara. Relacionado con Delos y
Delfos, sus cultos se extienden por toda Grecia.
Hermes es un dios embustero y transgresor, asociado con el ganado, el
comercio y el latrocinio, aunque es también el mensajero divino.
Dioniso es un dios muy complejo, dios del vino y de la transgresión de la
normalidad, del placer, pero también de la crueldad y el derramamiento de
sangre. Se le dedican numerosas fiestas en toda Grecia.
Hefesto es el dios del fuego y de la fragua, creador de objetos
maravillosos, pero de aspecto feo y deforme. En Atenas es el dios del
artesanado.
Ares es el dios de la violencia destructiva de la guerra, aborrecido por
los demás dioses. Prácticamente no se le dedica culto.
Hades es el esposo de Perséfone y señor del Mundo Inferior y de los
muertos. No recibe culto. El mito más interesante es el del rapto de
Perséfone.

1. Los dioses olímpicos


En el cap. 1, 1.2 se señalan los rasgos generales de los dioses griegos,
seres inmortales y siempre jóvenes, casi siempre invisibles, pero con apariencia de
seres humanos magnificados, que no habían creado el mundo ni se consideraban
habitualmente justos, ni todopoderosos ni omnipresentes ni amorosos. También se
hace notar allí la importancia de Homero y de Hesíodo en la configuración de la
imagen griega de las divinidades, tanto en lo que se refiere a sus rasgos más
externos, como a su función. Habría que añadir la importancia que adquieren también

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en esta configuración los llamados Himnos homéricos, composiciones a caballo entre


la épica y la lírica, que celebran a divinidades concretas, y los poemas de los poetas
líricos "internacionales", como Píndaro que, al prestar sus servicios poéticos a
clientes de todo el ámbito helénico, contribuyen a la permeabilidad entre
tradiciones locales y tradiciones panhelénicas y a la difusión de temas
comunes siempre con Homero como punto básico de referencia entre ciudades
muy alejadas entre sí. No obstante existe una inmensa variedad en los
detalles en lo que se refiere a la imagen de cada dios (quizá sería mejor
decir cada personalidad divina asociada a un teónimo) en diferentes ciudades
y épocas, variedad que es imposible reflejar en el limitado espacio de esta
exposición.
El grupo fundamental de dioses griegos lo constituyen los Dioses Olímpicos,
llamados así porque se consideraba que habitaban en el monte Olimpo, que son
siempre doce (el mismo número que desde tiempo atrás configuraba el grupo
principal de los dioses de Asia Menor), aunque a veces hay vacilaciones en
los que se incluyen o no en esa nómina, especialmente en el caso de Hestia y
de Dioniso.
Hay diversas cuestiones que pueden tomarse en consideración en el estudio de
los dioses. En las líneas que siguen pasaremos revista sucintamente a estas
características de cada uno de los dioses más importantes. Distinguiremos,
en efecto, cinco aspectos: el nombre de cada uno, que puede darnos pistas
sobre las características básicas que se le atribuían, al menos al
principio, su origen, carácter y funciones, es decir, qué era lo que un
griego esperaba de él, su iconografía, esto es, los rasgos externos con que
se le identificaba, los mitos que se le asocian y los cultos y fiestas en
que se le honraba. En este capítulo nos ocuparemos de los dioses y en el
siguiente, de las diosas.

2. Zeus
2.1. Nombre
Zeus tiene un nombre indoeuropeo con significado conocido. Deriva de una
raíz que significa "brillar" y da lugar a términos como el "día" (latín
dies) pero también a la palabra "dios" (latín deus). Se trataría de un dios
del cielo y de la luz o, si queremos, del cielo luminoso del día. A menudo
acompaña su nombre la designación de "padre" (bien entendido que el término
no tiene el sentido de "padre biológico", sino el de "padre" como autoridad
del clan), lo que marca su estatus de predominio en la "familia" divina. Así

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griego Zeus pater tiene paralelos en latín Iuppiter (compuesto cuyo segundo
elemento procede de la alteración fonética de pater "padre") y en indio
Dyaus pitar. Zeus se asocia también con fenómenos atmosféricos relacionados
con la luminosidad, como el rayo (de ahí, algunos epítetos que le asigna la
tradición épica, como "que lanza rayos", "tonante" o "amontonador de
nubarrones"), lo que lo alinea con un gran número de dioses orientales de la
tempestad.

2.2. Origen, carácter y funciones.


Zeus mereció tres volúmenes en una monografía del siglo pasado (Cook
1914-1940), sin que se agotaran, naturalmente, todos los aspectos posibles,
lo que da idea de su gran complejidad. Aunque tiene un claro origen
indoeuropeo, adquiere en Grecia características nuevas. Convertido en dios
supremo, incorpora elementos de diversos orígenes relacionados con la
divinidad que ocupa el lugar más alto de la jerarquía divina. Así pasa a
formar parte de sus mitos un relato sobre la lucha por el poder en los
cielos entre sucesivas generaciones de dioses y el combate contra
antagonistas monstruosos que compiten con él por el poder, temas ambos de
origen oriental y sobre los que volveremos en §2.4. Por otra parte, se
asocian también al nombre de Zeus elementos de un viejo dios de fertilidad
cretense, que nace en el monte Ida y que celebra anualmente una boda
sagrada. Según los misterios oficiados en la isla, el dios muere y renace
cada año entre los resplandores de un gran fuego. Por ello se enseñaba en
Creta una tumba de Zeus (cf. Verbruggen, 1981).

Según el mito del reparto del poder (sobre el que también volveremos en
§2.4), le corresponden las alturas y, consecuentemente, se dice de él que
habita en montañas, donde se hace visible la formación de nubes de tormenta.
Así se le asocia con el Ida próximo a Troya, con el Licaón en Arcadia, con
las alturas de Egina y sobre todo, con el Olimpo, el monte tesalio, el más
alto de Grecia, hasta el extremo de que a menudo Olimpo es casi un sinónimo
de cielo. Desde las alturas ejerce un poder claramente patriarcal, acorde
con su advocación de "padre de dioses y hombres".

Su carácter patriarcal se manifiesta en su capacidad para engendrar


múltiples hijos. Algunos de ellos fueron dioses importantes, nacidos de su
unión con diversas diosas (como Apolo y Ártemis, de Leto; Perséfone, de

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Deméter; Hermes, de Maya, y Atenea, de Metis, aunque su nacimiento se viera


después complicado, cf. § 2.4.). Otros fueron fruto de sus innumerables
"conquistas" de mujeres mortales (que según los mitógrafos que se tomaron la
molestia de contarlas, llegaron a superar ampliamente el centenar). En este
caso, los hijos fueron casi siempre mortales, pero pertenecientes a la clase
superior de los héroes. Baste citar, de una lista que sería demasiado larga,
Heracles, nacido de Alcmena; Perseo, hijo de Dánae, o los Dioscuros, gemelos
de Leda, uno de los cuales, Pólux, era divino, mientras que Cástor era
humano. La situación cambió, según el mito, porque cuando Cástor estaba a
punto de morir, Pólux pidió a su padre compartir su inmortalidad con su
hermano, razón por la cual cada uno de ellos está un día muerto y el otro
vivo, alternativamente (Píndaro, Nemea 10, 55ss.). La inmensa cantidad de
hijos surgidos de estos encuentros permitía por otra parte, que numerosas
familias nobles reivindicaran que procedían de un vástago de Zeus, para
remontar el origen de su estirpe al propio dios supremo. Tampoco le era ajeno a Zeus
el amor homosexual, como se muestra en el caso del joven Ganimedes, al que rapta
para llevarlo consigo al Olimpo como copero.
Desde Homero es manifiesta su superioridad
sobre los demás dioses. El poeta lo describe en una
ocasión retándolos a todos a que compitan juntos
contra él en fuerza (Ilíada 8.18ss.). Ocupa en la
estructura jerárquica de los dioses, hecha a imagen
y semejanza de la humana, el papel de rey. De él
procede el poder de los reyes, y por eso se dice
que son vástagos de Zeus. De él emana la justicia.
Según Hesíodo (Trabajos y días 256 ss.), la Justicia
(Dike) es su hija y cuando es ofendida por los actos
de los hombres, se sienta junto a él para que sufran
castigo. Por ello se asocian a Zeus también las
relaciones con seres especialmente vulnerables
(como los extranjeros o los huéspedes).
Pero no sólo es el más fuerte. También se le
considera el más inteligente. Una de sus esposas,
Metis, personifica un concepto complejo, referido a
Zeus rapta a Ganimedes,
terracota (480-470 a. C.). Museo la inteligencia práctica, a la capacidad de saber lo
de Olimpia
que debe hacerse en cada momento. Cuando la
engulle (Hesíodo Teogonía 886 ss.), él mismo se convierte en metíeta 'prudente,

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sabio, inteligente' (cf. § 2.4). Y así sus decisiones no obedecen al capricho, sino a un
plan. Por ello en los primeros versos de la Ilíada (1.5) dice Homero que "se cumplía la
voluntad de Zeus" cuando se refiere al terrible suceso de la guerra de Troya.
Zeus adquiere con el tiempo caracteres más justos, se transforma; se
moraliza. Un fragmento de Heráclito (fr. 84 Marcovich = 32 Diels-Kranz) "Lo
sabio, que es solo y único, no quiere y quiere verse llamado por el nombre
de Zeus" marca el conflicto entre la necesaria calidad moral de un dios y la
tradición, a veces bastante indecorosa que asocia a Zeus con aventuras
eróticas trufadas de engaños o con dictados caprichosos. Entendemos que si
"Zeus": quiere decir el dios supremo sabio y justo, está bien llamar así al
principio filosófico uno e inteligente postulado por el filósofo, pero si
Zeus se asocia a su dudosa fama de conquistador y tramposo, entonces el
nombre no es adecuado.
Es, por otra parte, un dios que no suele ser asociado a lo particular. No es
patrón de una ciudad concreta, sino que está por encima de todas ellas,
recibe culto en todas partes, especialmente en los santuarios panhelénicos,
como Olimpia. De acuerdo con esa condición, se le sitúa primero por encima
de los demás y poco a poco se va convirtiendo en dios único o al menos en
dios universal o cósmico en diversos textos. Ya el poema órfico citado en el
Papiro de Derveni (el papiro es del IV a. C., pero el poema que se comenta
en él debe de remontar a principios del V, quizá al VI a. C.), mencionaba a
Zeus en una situación muy especial:
Zeus cabeza, Zeus centro, por Zeus todo está
perfectamente dispuesto. Zeus hálito de todo, Zeus de
todo es destino. Zeus soberano, Zeus señor de todo,
el de rayo refulgente.
Declaraciones semejantes se encuentran en la
tragedia, en la lírica coral o en los filósofos, testigos de
una línea de interpretación que llega a su punto más
alto en el postulado de Zeus como dios universal
dentro del panteísmo estoico.

2.3. Iconografía
En las esculturas arcaicas la representación más
característica de Zeus es la de un varón barbado, pero Zeus armado del rayo, bronce
(s. V a. C.). Museo Nacional de
fuerte, en pie, activo, blandiendo el rayo, su arma Atenas
poderosa que provoca el espanto y la destrucción de sus enemigos, como un enérgico

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dios guerrero oriental. Pero la representación plástica de Zeus más famosa de la


Antigüedad, incluso contada entre las Maravillas del Mundo fue la estatua de Zeus en
Olimpia, obra crisoelefantina de Fidias y de cuyo imponente aspecto sólo podemos
hacernos una pálida idea a través de su reproducción en algunas monedas. La
estatua, que llenaba con su altura la cella del templo de Olimpia, presentaba al dios
sentado, majestuoso, sereno, seguro de su propia grandeza. La
imagen de Zeus sedente, con el cetro y
acompañado de su ave, el águila, que es en
el reino de las aves lo que él en el de los
dioses, creó un modelo que luego sería
seguido infinitas veces no sólo en
representaciones figuradas antiguas, sino
también posteriores recordemos la imponente
representación de Zeus y Tetis de
Ingres en 1811. La iconografía refleja
también otros aspectos, como el rapto de
Ganimedes o el nacimiento de Atenea de su
cabeza.

2.4. Mitos Tetis suplica a Zeus, óleo de Ingres


Conocemos mitos muy variados (1811), Museo Granet

relacionados con Zeus.


a) En primer lugar, los que se refieren a su nacimiento. Su padre, Crono,
trata de impedir que sus hijos le arrebaten el poder divino y lo hace
engulléndolos, nada más nacer (de algún modo es como si los volviera al seno
materno, a su condición de no nacidos). Pero cuando nace Zeus, Rea le da a
Crono para que la devore una piedra envuelta en pañales y esconde al niño
Zeus en una cueva de Creta, vigilado por los curetes. Estos curiosos
personajes ejecutan danzas con armas en las que hacen chocar sus escudos
para ocultar el ruido del llanto del niño. Una vez crecido, Zeus destrona a
su padre (Hesíodo Teogonía 453ss.) Este mito tiene un claro origen oriental,
ya que lo conocemos, aunque con variantes, propias de las diferencias
ideológicas entre el mundo griego y el próximooriental, en diversas
versiones, como el Enuma Elish babilonio o el Ciclo de Kumarbi hurrohitita.
b) Relacionado con el mito anterior está el de las medidas que toma para no
ser destronado él mismo, un tema también de origen oriental. Las versiones
más características tienen que ver con devoraciones, como las que había

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ensayado en vano su padre Crono. Según Hesíodo (Teogonía 886ss.), engulle a


su esposa Metis, la diosa con la inteligencia práctica (cf. § 2.2), ya que
sabe que podría ser destronado por un hijo de ella. La devoración trae
consigo un efecto "colateral" curioso, la necesidad de que la hija que había
sido engendrada por Zeus, Atenea, vea la luz, lo que se consigue abriéndole
al dios la cabeza con un hacha (Hesíodo Fragmento 343).
En la teogonía órfica glosada
en el papiro de Derveni (cf. §2.2) el
recurso de Zeus para evitar ser
destronado es diferente. Zeus
devora el falo del Cielo (que había
sido seccionado por Crono) y
asume toda la potencialidad
creativa de su antecesor, por lo
que queda embarazado de la
totalidad del mundo, para volver a
Nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus.
Hefesto acaba de abrirle la cabeza con un hacha. dar a luz a todo lo existente de una
Copa ática de figuras negras atribuida a Frino
(560 a. C.). Londres, Museo Británico forma racional. (cf. Bernabé, 2003:
31ss; 2004: 151ss.)
c) El tercer mito interesante es el del reparto del poder con sus hermanos,
por el cual Posidón toma a su cargo el dominio del mar, Hades el del mundo
subterráneo, el de los muertos, y él domina sobre el cielo.
d) Son asimismo destacables sus luchas contra monstruos competidores de su
reinado (también este es un tema oriental que tiene paralelos en el Enuma
Elis mesopotámico y en los mitos hititas de Kumarbi), lo que pone de
manifiesto su carácter de representante del orden frente al desorden de los
monstruos. Es el caso de Tifeo, de los Gigantes o de los Titanes. Esta
característica de Zeus como representación del orden se manifiesta también
en los mitos que relacionan a su antecesor, Crono, con la falta de orden. Se
recuerda la edad de Crono (en latín, de Saturno) con un tiempo que tiene sin
duda aspectos felices: no se trabajaba y fieras y víctimas vivían juntos sin
problemas, pero también ominosos (la inexistencia de orden implica
inseguridad sobre la continuidad del mundo mismo y sobre la estabilidad del
orden social). De alguna manera el mito transmite el mensaje de que el
orden necesario para el desarrollo de la vida de los hombres y de sus
relaciones con los dioses requiere contrapartidas a menudo penosas.

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e) También se le atribuyen a Zeus innumerables historias con amantes, a


veces masculinos (como Ganimedes) pero las más, femeninas, siempre bajo la
vigilancia incesante de la celosa Hera. En alguna ocasión su amante sufre
las consecuencias de la unión con el dios, como ocurre con Sémele, fulminada
cuando, a petición de ella, el dios se le acerca con toda su divina energía.
Fruto de esas "aventuras" son un crecido número de hijos, casi siempre
mortales (salvo Helena y Polideuces), pero poderosísimos.

2.5. Cultos y fiestas


Como no se considera a Zeus dios de ninguna ciudad, ya que queda por encima
de todos, no hay cultos en ciudades concretas que lo consideren su dios
específico. Recibe culto en todas partes y, preside los juegos panhelénicos
más importantes, los Olímpicos.

3. Posidón
3.1. Nombre
El nombre de Posidón es claramente un compuesto, cuyo primer elemento es de
origen indoeuropeo: Potei- (señor), mientras que el segundo es dudoso, una
forma *da, que probablemente forma parte también del nombre de Deméter (da
mater) y que algunos autores consideran que era un antiguo nombre para la
"Tierra". Si la etimología es cierta lo que está lejos de ser seguro su
nombre significaría "Señor de la tierra" o "Esposo de la Tierra".

3.2. Origen, carácter y funciones.


Es un dios importante desde antiguo. En las tablillas micénicas de Pilo, se
le menciona como el dios principal de la ciudad. En la épica es el dios del
mar, función que le corresponde cuando los dioses más importantes acuerdan
dividirse las esferas de actividad y Zeus se queda con el Cielo y Hades con
el Mundo Subterráneo. La función de dios del mar es sumamente importante
para un pueblo como el griego para el que el mar es la gran vía de
comunicación, del comercio, la fuente principal de la vida y del trabajo.
Pero esto, que es cierto probablemente ya en la época micénica, no lo es
antes, en la época de la migración de los griegos, en la que incluso habían
olvidado la palabra indoeuropea para el mar.
Es de destacar, por ello, que muchos de los epítetos de Posidón traslucen
una clara relación con la tierra, más que con el mar. Se le llama "sacudidor
de la tierra" (ennosigaios) y otro epíteto gaieochos (cuya interpretación es

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dudosa, pero que quizá significa "conductor del carro subterráneo") lo pone
en relación con los terremotos. En los sacrificios no se le ofrece pescado,
sino toros y, sobre todo, caballos. Y se le asocia en la mitología con el caballo de
diferentes formas, como veremos. Es probable que
la relación del culto de Posidón con el caballo tenga
que ver con la llegada de la domesticación del caballo
y el carro de guerra desde Anatolia a Grecia hacia
1600 a. C. Se ha dicho incluso que el tridente que lo
caracteriza es una tardía adaptación de lo que sería
primero un rayo. Así pues, si Posidón tiene relación
originaria con el caballo y es esposo de la tierra, sería
en su origen un dios ctónico que sólo
secundariamente habría ido a parar a gobernar el
mar. Y así, en las Guerras Médicas, una tempestad
dañó los barcos de los persas y los griegos hicieron
votos a Posidón Soter (Salvador). Pero este trasvase
no debe extrañarnos demasiado. Para los griegos, Posidón cratera de cáliz ática
de figuras rojas (475-470 a.C.)
como para muchos otros pueblos, el mar y el mundo atribuida al Pintor de Egisto.
subterráneo son equivalentes funcionalmente en Galería de Arte de la
Universidad de Yale
muchos aspectos. Son espacios no habitados, no
civilizados, relacionados con el Más Allá. Así que bien pudo ser Posidón en un
principio el señor de las profundidades, de la tierra que incluyen el subsuelo y las
aguas subterráneas y del mar, como lo es Enki en la mitología sumeria. En todo caso,
se trata de una divinidad poderosamente masculina. Su culto está habitualmente
prohibido a las mujeres. Su esposa es Anfítrite (un nombre cuyo segundo elemento
tiene que ver con el de Tritón, si bien no se ha dado de él una etimología convincente.

3.3. Iconografía
La representación característica del dios es la de un hombre barbado,
vigoroso, que blande un tridente como un arma o lo apoya en el suelo.
Probablemente es Posidón el imponente dios representado en la espléndida
estatua de bronce de Artemision (460 a. C.) que, con el cuerpo girado hacia
atrás, parece blandir un objeto, lamentablemente perdido (de modo que no
sabemos si era un tridente o un rayo), mientras que su brazo izquierdo se
tiende hacia el frente como para hacer puntería. Aunque se discute si se
trata de Zeus, fue quizá un exvoto de acción de gracias tras la batalla que
tuvo lugar junto al cabo Artemision en 480 a. C. entre la flota griega

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comandada por Euribíades y Temístocles y la persa, al mando de Jerjes.


También se le representa en una cuadriga de oro viajando sobre las olas
rodeado de delfines.

3.4. Mitos
Posidón es, como Zeus, hijo de Crono y
Rea y, como sus hermanos mayores, fue
engullido por su padre hasta que lo vomitó
por obra de la piedra que le había dado su
esposa en vez de Zeus. Varios mitos lo
relacionan con el caballo. Se une a Deméter
Erinis, quien para escapar de él se había
convertido en yegua, así que él mismo se
convirtió en garañón. Tienen como hijo al
famoso caballo Arión ("el mejor") que
salvaría a Adrasto en la expedición de los
Siete contra Tebas. También, tras unirse con
Posidón (¿o Zeus?) de Artemision,
Medusa, engendra a Pégaso, el caballo bronce quizá de Calamis, hacia 430 a.
C. Museo Nacional de Atenas
alado. Otros mitos lo asocian con el toro. Y
así hizo aparecer un hermoso toro blanco en Creta, en el reinado de Minos, con la
orden de que le fuera sacrificado. Pero el rey no quiso hacerlo, por
lo que Posidón suscitó en Pasífae, la mujer de Minos, un amor incontenible por el
animal, que la llevó a unirse a él y a tener como descendiente al Minotauro. Todos
estos mitos ponen de relieve el carácter terrestre inicial del dios.
Pero hay una faceta en su mitología que resulta más curiosa. Aparece en más
de una ocasión en litigio con otros dioses para conseguir el patronazgo de
ciudades, y siempre resulta perdedor. En Atenas compite con Atenea, y ofrece
el caballo, pero la diosa les ofrece el olivo y es ella la que resulta
patrona de la ciudad. Se disputa Naxos con Dioniso, Egina con Zeus, Argos
con Hera, siempre con igual resultado negativo. Es Corinto el único lugar
donde alcanza un éxito parcial, ya que consigue tener el Istmo, bajo su
protección, pero sólo el Istmo, ya que la altura de la ciudad es predio del
dios del Sol, Helio. La explicación probable de estos fracasos es que se
trata de un dios de la fuerza bruta, desordenada y caótica, por lo que no
tiene cabida en la ordenada religiosidad del Estado.

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3.5. Cultos y fiestas


Conocemos cultos en honor de Posidón ya desde época micénica. En Pilo se
documentan cuantiosas ofrendas en su honor, que dan idea de su papel
preponderante en la ciudad.
Posteriormente hallamos su culto muy extendido, incluso algunas ciudades
llevan su nombre (como Potidea o Posidonia). En Atenas se le dedica un
espléndido templo, pero no en la ciudad, sino bastante lejos de ella, en el
Cabo Sunion.
Pero el centro de culto más importante es el santuario panhelénico del
Istmo, en el que se celebraban unos juegos, los Istmicos, de una gran
importancia, casi comparable a la de los Olímpicos.

4. Apolo
4.1. Nombre
En su forma más antigua, el nombre del dios es Apéllon, que se ha puesto en
relación con una institución que probablemente es propia de todo el mundo
dorio y noroccidental, la apélla, reunión de las diversas familias que se
celebraban en época histórica en Delfos y en Laconia, dando incluso nombre a
un mes, el Apellaios. La apella es la institución donde las familias se
renuevan con la incorporación de los jóvenes que pasan a ser adultos tras
pasar por el rito de iniciación. El nombre de Apolo lo relaciona, por tanto,
con el tránsito de la adolescencia a la edad adulta.

4.2. Origen, carácter y funciones


Apolo es sin embargo un dios
complejo, que va incorporando a lo largo del
tiempo una serie de componentes nuevos,
de orígenes distintos, a la relación
con la apella que su nombre indicaba.
Veamos los dos más importantes: a) Uno
de sus epítetos característicos, Peán, que
da nombre también al canto de la
salvación que se entona en su honor tras la
enfermedad o tras la batalla, era un dios
Apolo hace una libación. Kylix ático de independiente en la Creta micénica (cf. cap.
figuras rojas y fondo blanco (470 a. C.),
2, § 4.3). En la configuración de las
atribuido a Eufronio o al estilo de
Pistóxeno. Museo de Delfos

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funciones de Apolo parece haber también, por tanto, un componente minoico-


micénico. b) Pero también hay en él rasgos importantes que parecen proceder del
Próximo Oriente, concretamente del ámbito siro-hitita, vía Chipre. Así su carácter de
dios portador de arco y flechas que no sólo le sirven para cazar, sino también para
provocar la enfermedad y la peste lo hermana con un dios semítico, Reshep Amukal,
que recibía culto en Chipre y que es también un dios que dispara flechas provocadoras
de la peste. Incluso es posible que el nombre de Amiclas, conocido santuario de
Apolo, deba su nombre al semítico Amukal. Otro epíteto suyo, Alasiota deriva
de Alasia, el nombre antiguo de Chipre, conocido por fuentes del Próximo
Oriente.
Este origen complejo explica en parte la complejidad de sus funciones. Como
dios de la iniciación en la apella, es él mismo un dios en la plenitud de su
juventud, en el momento inmediatamente anterior a ser un adulto. Epítetos
como akersekomes "de intonsa cabellera" insisten en este aspecto. Por otra
parte, su relación con Paiawon lo sitúa como dios sanador, relacionado con
la medicina. Por último, procede de su componente chipriota su carácter de
dios arquero y provocador de la enfermedad.
Pero sobre todo es importante su carácter fronterizo y contradictorio. Está
en la frontera de lo viejo y de lo nuevo, de la juventud y la edad adulta,
de lo puro y de lo impuro, de lo natural y lo civilizado, de la enfermedad y
de la salud. Es protector y peligroso, dios dual y de contrastes como pocos.
Por ello trae le enfermedad y la cura. Por otra parte, en la curación
antigua tenía un gran papel la llamada epode, la salmodia, el ensalmo
cantado, lo que asocia al dios sanador también con el canto y la danza. Por
eso le pertenece también la lira, instrumento a menudo comparado con el
arco: en ambos una estructura de madera mantiene una cuerda en tensión; en
ambos la cuerda produce un sonido, musical en un caso, siniestro en el otro
de nuevo la dualidad del dios-; por eso Heráclito (Fr. 27 Marcovich = B 51 Diels-Kranz)
menciona juntos el arco y la lira como ejemplos del "ensamblaje de tensiones
opuestas".
También está en la frontera entre el presente y el futuro y por ello conoce
lo que va a venir y se le asocia con los oráculos. Pero incluso en esto es
fronterizo y contradictorio. Y por eso se le llama Loxias, el dios de lo tortuoso, ya que
sus oráculos son deliberadamente ambiguos e imprecisos. Como dice Heráclito (Fr. 14
Marcovich = B 93 Diels-Kranz) "El soberano a quien pertenece el oráculo de Delfos, ni
dice ni oculta, sino da señales". Señales que no siempre eran debidamente

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entendidas. A lo largo del tiempo (del s. V en adelante) va sufriendo una identificación


progresiva con Helio, el Sol.

4.3. Iconografía
Apolo aparece siempre como un dios joven, a
menudo incluso como un adolescente,
frecuentemente con una larga cabellera. Se le
representa armado con arco y flechas, como el
Apolo de Belvedere, copia romana de un original
del IV a. C., o en combate con la serpiente Pitón.
Pero
también con la cítara, a menudo rodeado de
divinidades relacionadas con la música, como las
Musas o las Gracias, o con una rama de laurel
oracular.

4.4. Mitos
Uno de los mitos más interesantes
relacionado con Apolo es el de su nacimiento. Su
madre, Leto, se había unido a Zeus y estaba
embarazada de él Apolo de Belvedere, obra de
y de su hermana, Ártemis. La esposa de Zeus, Leócares (340 a. C.). Roma,
Museos Vaticanos
Hera, celosa, ordenó que ningún lugar de Grecia le
permitiera quedarse en él para dar a luz. Por fin Delos, una isla rocosa y pobre,
accede a que la diosa se detenga allí, ya que no tenía gran cosa que perder y sí que
ganar con el culto de los nuevos dioses que iban a nacer. Hera impide a Ilitia, la diosa
de los partos, que la asista, por lo que Leto tiene un parto larguísimo, hasta que
consigue dar a
luz, abrazada a una palmera, a sus dos hijos. Otro mito interesante es el de su
apropiación del oráculo de Delfos, hasta entonces regentado por una terrible sierpe,
Pitón, a la que el dios da muerte con sus flechas.
Asimismo es muy atractivo el mito narrado en el Himno homérico a Hermes,
según el cual Hermes, un precoz ladrón, le roba las vacas. Cuando es
descubierto, le regala a Apolo un instrumento que acaba de crear, la lira,
con lo que ambos llegan a un acuerdo.

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Como dios juvenil se caracteriza también por su afición a perseguir


muchachas. Uno de los casos más conocidos es el de Dafne, que huye de él y
se convierte en un laurel. Por ello, el laurel es el árbol de Apolo.

Otros aspectos curiosos son su


relación con los míticos hiperbóreos, un
pueblo de hombres piadosos, situados en el
extremo norte del mundo.

4.5. Cultos y fiestas


El culto de Apolo está extendido por
toda Grecia, pero hay dos centros
fundamentales: Delos, el lugar de su
nacimiento, centro de culto que atrae a
gentes de todos los lugares, y Delfos, el
santuario oracular más famoso de Grecia.
Hay asimismo numerosas ciudades
llamadas Apolonia, por estar consagradas a
él. En su honor se celebran Juegos muy
Apolo y Dafne. Escultura de Bernini importantes, los píticos, en Delfos, ciudad
(1623-1625). Roma, Galleria Borghese
que surge y se desarrolla en torno al oráculo
más importante de Grecia que, según el mito, estuvo antaño bajo el dominio de la
serpiente Pitón, pero que pasó a depender de Apolo cuando el dios mató a la sierpe.
Durante mucho tiempo se asoció a Delfos el papel rector en la organización del
ordenamiento religioso de Grecia. Todo se rige por sus indicaciones. Para Delfos es
posible la expiación del crimen. Con Apolo se relacionan los casos de contaminación
(miasma), dada su función de dios purificador y defensor de la comunidad. Dos
máximas délficas típicas: "nada en exceso" (meden agan) y "conócete a ti mismo"
(gnothi sauton) son los verdaderos principios rectores de la moralidad délfica. La
moderación (sophrosune) y el legalismo serán las características de la religión
preconizada por Delfos.

5. Hermes
5.1. Nombre
La etimología del nombre de Hermes se discute. Y con frecuencia la discusión
sobre la etimología ha condicionado la de la evolución de sus funciones, ya
que, según la etimología de su nombre que se acepte, sería distinta su

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función primitiva. Así, se relaciona Hermes con herma primero "montón de


piedras", luego "pilar" y luego un pilar provisto de cara y de falo. De ser
así, la relación de las hermas con los cruces de caminos y las fronteras
sería la condición de su carácter de dios de las fronteras y de los pasos. Y
la confusión del montón de piedras con el que cubre las tumbas lo habría
relacionado con los muertos. Otros proponen que su nombre se relaciona con
la raíz *ser- "fluir". Si esta etimología es cierta, habría sido en origen
un dios del crecimiento y la evolución de todas sus funciones se
reestructuraría en otro orden. Como dios que promueve el crecimiento,
también promueve el del rebaño (de ahí su función de dios de los
salteadores); la piedra vertical que se relaciona con él sería un símbolo
fálico, también símbolo de fertilidad, y el hecho de ser un dios ctónico lo
relacionaría con el mundo de los muertos. No obstante, su nombre presenta
características no indoeuropeas y apunta hacia un origen egeo, en cuyo caso
las pistas etimológicas se pierden del todo. Su presencia está documentada
ya en micénico.

5.2. Origen, carácter y funciones.


Hermes es un dios versátil y difícil de definir.
Es ante todo el embustero divino, dios de los límites
y de la transgresión de los límites y de los
tabúes. Hemos visto que en el Himno homérico que
se le dedica es ladrón de ganado nada más nacer.
En efecto, Hermes está asociado con el ganado y
con su crecimiento, sea por la fertilidad de las
propias reses, sea por la capacidad de sus dueños
de robárselos a otro (teniendo en cuenta que el
robo era uno de los procedimientos considerados
legítimos en la antigüedad para acrecentar el
ganado propio). Se le representa llevando un
carnero a la espalda y comparte con Apolo epítetos Hermes. Ánfora ática
panatenaica de figuras rojas,
de protector del ganado. Se asocia con los atribuida al pintor de Berlín (s. V
hallazgos inesperados, con los golpes de fortuna, a. C.). Roma, Museos Vaticanos

que en griego se llaman con un derivado de su nombre, hermaion.


La poesía antigua combina el tema del tramposo y embaucador con el del
descubridor, el de dios fundador de civilización. En el fondo una y otra
cosa son muestras de una misma inteligencia práctica. Y así, tras el robo de

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las reses en el Himno homérico viene la reconciliación cuando Hermes le da a


Apolo la lira que acaba de inventar. Y también inventa el fuego y el ritual
del sacrificio.
Como embustero y embaucador que es, es también el perfecto mediador. Se
mueve a sus anchas en el mundo de lo furtivo, lo nocturno, lo oculto, y
también es el más hábil para resolver las situaciones difíciles. De nuevo,
aplicaciones de la inteligencia práctica. Por ello es el patrón de las
situaciones peligrosas, de los pastores, y de los caminantes; de los
comerciantes y de los heraldos; de las actividades en que uno debe
arriesgarse por los caminos, incluyendo la de los ladrones. Por eso es en el
mito matador de vigilantes. Argos (argicida) y de perros (se le llama
"ahorcaperros").
Su función de mediador lo lleva a serlo en terrenos más amplios. De la épica
del próximo oriente parece proceder su función de mensajero divino. Pero
también es el mediador entre vivos y muertos, ya que es quien lleva las
almas al Más Allá (psichopompos).

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5.3. Iconografía
La iconografía de Hermes varió con el transcurso
del tiempo. En las antiguas hermas aparece como un
dios barbado, pero a partir del s. V a. C. se va
imponiendo su presentación como un dios juvenil
(como veremos, es, como Apolo, hijo de Zeus, por lo
que es una generación posterior a Zeus, Hades y
Posidón). A este respecto destaca la espléndida
estatua de Praxiteles (330 a. C.), hallada en Olimpia, en
que un Hermes juvenil sostiene en uno de sus
brazos a un Dioniso niño. A menudo se muestra su
carácter de mensajero y mediador con sandalias
aladas, a veces también un gorro alado. Porta el
caduceo, varita con alas en torno a la cual se enroscan
dos serpientes. Un mito relata que en una ocasión
Hermes separó con una varita a dos serpientes que
luchaban entre sí. El caduceo que porta es a la vez

Hermes con dioniso niño.


vara de pastor, símbolo del heraldo o mensajero y
Escultura de Praxiteles (330 varita mágica. Un conocido relieve nos muestra su
a. C.), procedente del Templo
de Hera en Olimpia. Museo función de psicopompo, en relación con otro mito bien
de Olimpia
conocido, el de Orfeo. En el relieve del V a. C., del que
conservamos varias copias romanas (la mejor, se guarda en el Museo de
Nápoles) se nos muestra el momento en que Orfeo, incumpliendo la prohibición
de los dioses infernales, se vuelve a ver si Eurídice lo sigue y la desvela.
Ella posa, comprensiva, su mano sobre su hombro, mientras que Hermes, que va
tras Eurídice, tira firmemente de su mano para hacerla volver al Más Allá.

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5.4. Mitos
Hermes es, según el mito, hijo de
Zeus y de Maya, una de las Pléyades.
Desde muy pronto mostró sus "aptitudes",
según nos describe el Himno homérico a
Hermes. El mismo día en que nació, tocaba
la lira a mediodía y robaba por la
noche su ganado a Apolo. Marca las huellas
de unas falsas sandalias de gran
tamaño con las que anda hacia atrás, para
ocultar su participación en el robo y luego
vuelve a su cuna adoptando su mejor
expresión de inocencia. Mata un par de
vacas y celebra lo que podríamos Orfeo se vuelve para mirar a Eurídice.
Hermes tira de su mano para que vuelva
considerar el primer sacrificio a los Doce al Hades. Copia de un relieve ático del s.
Dioses. Así pues, en este himno se le V a. C. Museo Nacional de Nápoles

atribuye el invento del fuego y el creador del sacrificio a los dioses. Apolo lo
descubre, pero se logra la reconciliación, por la intervención de Zeus,
padre de ambos. Hermes le da entonces a su hermano la lira que acaba de
inventar.
Otro mito relacionado con el dios se refleja en su epíteto épico
Argeiphóntes 'matador de Argos'. Argos era un gigante provisto de múltiples
ojos al que Hera había encargado custodiar a Ío para evitar que Zeus la
sedujera. Obedeciendo al encargo de éste, Hermes adormece todos los ojos de
Argos, para matarlo de una pedrada cuando está dormido.

5.5. Cultos y fiestas


Hermes recibía ofrendas ya en época micénica, bajo la advocación de emaa2
areja (cf. cap. 2 § 4.2.). En época clásica no tiene un cultos demasiado
relevante. Se le venera en Arcadia, especialmente en los Juegos Hermeos, en
honor de su hijo Mírtilo, auriga de Enómao. Su imagen, sin embargo, preside
las encrucijadas y las fronteras.

6. Dioniso
6.1. Nombre
El nombre de Dioniso sólo es claro a medias. Su primer elemento, Diwo- es el
genitivo del nombre de Zeus, pero -nysos no es claro, aunque se suele

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considerar que es una palabra prehelénica, cuyo significado probable es el


de "hijo". Sería pues, el hijo de Zeus.

6.2. Origen, carácter y funciones


Dioniso es uno de los dioses que ha sido objeto de mayor atención,
probablemente el que más, dado que es el más difícil de entender. En
consecuencia, es un terreno inagotable para diversas aproximaciones, muy
dispares entre sí. Su figura ha sido recientemente estudiada desde los más
diversos puntos de vista y lo cierto es que aún hay muchos problemas por
resolver.
En general, es el dios del vino y de los estados de intoxicación o
extáticos, en la medida en que producen un cambio en la consciencia, una
salida de los límites de la personalidad ordenada y de los usos sociales
aceptados, y que son interpretados como la irrupción de algo divino en el
interior del hombre.

Ahora bien, las características


de Dioniso se extienden mucho más
allá que la mera embriaguez. El
estado que produce la experiencia
dionisíaca, la manía, se relaciona
etimológicamente con menos 'fuerza
vital', y es una especie de
intensificación del poder mental. No
es un fenómeno individual sino
Dioniso y Ariadna, ánfora ática de figuras
colectivo. La manía implica, además,
negras (510-500 a. C.) próximo al Pintor de
Príamo, Museo de la Universidad de Mississipi una cierta unión con la divinidad,
al representar un "salir de sí" (ek-stasis). Esta metamorfosis se propicia
en el ritual con el uso de la máscara, que colabora en la experiencia del
cambio de identidad. Incluso se confunden a menudo el nombre del dios
Bacchos y el de sus fieles bacchioi, los que consiguen la experiencia
extática, de forma que hallamos Bacchios para designar al dios y Bacchoi
para nombrar a sus fieles.
Su carácter desordenado, que provoca la pérdida de identidad, la ruptura del
orden establecido, hace de lo dionisíaco un fenómeno profundamente diferente
respecto al resto de las experiencias religiosas griegas. Este carácter
diferencial, apuntado ya por Nietzsche, se explicó inicialmente con la idea

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de que era un dios tracio que llegó a Grecia en época reciente, y se oponía
al mundo del orden y la racionalidad representado por Apolo. La idea tuvo
gran aceptación hasta mediados del siglo XX. Pero nuevos datos vinieron a
contradecir esta explicación simple. El postulado de que se trataba de un
dios introducido tarde en el mundo griego se vio negado tras el
desciframiento del micénico, concretamente con el hallazgo de su nombre en
una tablilla micénica de la Canea en que aparece, junto a Zeus, como
destinatario de ofrendas, y la definitiva identificación de su presencia en
otra de Pilo que estaba rota y que ha sido recompuesta y en la que se lee
"altar de cenizas de Dioniso" (diwonusojo ekara, cf. cap. 2 § 4.2.). Así
pues, Dioniso resulta ser un dios conocido en el mundo griego al menos desde
la mitad del segundo milenio a. C., mientras que Apolo, paradójicamente, no.
El esquema nietzscheano cae así por su base desde el punto de vista
histórico. Por otra parte, la atribución al dios de una patria tracia parece
ser una especie de subterfugio griego para personalizar manifestaciones no
ordenadas (recordemos que Orfeo es también tracio).
En todo caso Dioniso tiene rasgos contradictorios: produce placer (se le
llama polygethes 'que genera gran alegría'), pero al mismo tiempo puede
verse asociado a actos de extrema crueldad. Se lo relaciona con ritos de
desmembramiento, de devoración de animales crudos, incluso de antropofagia,
que traslucen una vieja relación del vino con la sangre.
La escuela francesa de Vernant ha tratado de explicarlo como el dios del
Otro, que es al tiempo macho y hembra, joven y viejo, cercano y lejano (cf.
Vernant, 1999). Tal interpretación ha sido fuertemente discutida. Más bien
se impone la interpretación de Dioniso como dios de la transgresión, de
momentos de anti-orden. La sociedad necesita momentos (por supuesto
limitados) de interrupción e incluso de negación del orden, que luego es
restaurado. El procedimiento resulta algo parecido a la actuación de una
vacuna, que no es sino una especie de enfermedad controlada para evitar la
enfermedad devastadora, o a la de una válvula de escape que libera
moderadamente la presión acumulada para evitar un estallido.

6.3. Iconografía
La iconografía de Dioniso es muy variable. Inicialmente era característica
su representación como máscara. En los siglos VII y VI a. C. se le
representa como un dios barbado, solemne, vestido. Su relación con el vino
se sugiere porque lleva en la mano una copa para beber (kantharos) o unos

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pámpanos. A mediados del s. V se le representa más joven, imberbe y


habitualmente desnudo. Poco a poco se va introduciendo en una esfera erótica
que no era inicialmente la suya. O incluso se le representa como un viejo
gordinflón y borracho. Y sin embargo también se le va asociando a ambientes
de espiritualidad y misticismo, especialmente en el ámbito órfico. En
general, el carácter un tanto fluctuante y poco preciso en sus fronteras del
dios lo hace especialmente proclive a la tranformación y permite la
incorporación en su culto o en sus mitos de influjos extraños. Es el caso de
las relaciones de Dioniso con el egipcio Osiris, con el que va
identificándose progresivamente (sobre todo en el Egipto Ptolemaico). O la
extensión de su culto como Sabazio, asimismo de origen oriental. Es tal su
multiplicidad, que al final hallamos en numerosos mitógrafos la idea de que
hay más de un Dioniso.

6.4. Mitos
Uno de los mitos más
característicos del dios es el de su
nacimiento. Según una tradición, es el
fruto de la unión de Zeus con Sémele, si
bien la celosa Hera, disfrazada, insta a
Sémele, cuando está embarazada, a que
solicite a Zeus que se acerque a ella con
todo su poder. Ella lo hace y cuando
Zeus cumple su deseo es fulminada por
la sobrehumana potencia del dios. Zeus
debe entonces extraer al nonato del
vientre de Sémele para que acabe su
gestación en su propio muslo. Según
otra versión, la órfica, Dioniso (a veces Dioniso borracho, mosaico romano de
Antioquía (II-III d. C.), Museo de Antakya,
llamado Zagreo) es hijo de Zeus y de su
Turquía
propia hija Perséfone. Hay otro mito dionisíaco muy importante, el del
desmembramiento del dios por los Titanes y su posterior resurrección, que no vamos a
estudiar ahora, ya que se lo apropia casi en exclusiva una facción del dionisismo, el
orfismo, por lo que se verá en el capítulo dedicado a este movimiento religioso.

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Asimismo son destacables los


mitos en los que Dioniso castiga a
quienes se oponen a la extensión de
su culto. Así el tebano Penteo,
descendiente de Cadmo, intenta
oponerse al violento culto que
practican las ménades en los
montes y encadena a Dioniso. No
sólo el dios se libera milagrosamente
de sus ataduras e incendia el
Dioniso naciendo del muslo de Zeus. Cratera de
volutas apulia (IV a. C.), Museo Nacional de palacio, sino que convence a Penteo
Taranto para que espíe a las mujeres, lo que
provoca que su propia madre, al descubrirlo, capitanee a las mujeres que lo
desmiembran. También se contaba que las hijas de Preto, rey de Tirinte (o de Argos)
se habían negado a adoptar el culto de Dioniso, por lo que el dios las enloqueció y
marcharon al campo mugiendo como becerras.

6.5. Cultos y fiestas


Son muy numerosas las fiestas en honor de Dioniso. Pueden señalarse cuatro
tipos:
a) Las Antesterias, en área Jónico-Atica, una fiesta relacionada con el
vino, como las Leneas que la preceden. Durante las fiestas, se borraban las
diferencias sociales y los esclavos eran temporalmente iguales a sus amos.
b) Las Agrionias en área doria y eolia, es un festival de disolución e
inversión, en que las mujeres entraban en éxtasis y se generaba una notable
violencia.
c) Las Dionisias rústicas, celebradas en el campo, y durante las cuales se
hacía una procesión con un falo y se sacrificaba un carnero
d) Las Grandes Dionisias, que celebraban la llegada de Dioniso del mar,
(katagogia) introducidas en Atenas en s. VI a. C.

Junto a estas grandes fiestas había un sinnúmero de otras pequeñas,


relacionadas con cultos secretos e incluso mistéricos. En todas ellas es
característico el vino, acompañado de la licencia; tienen un carácter
extraciudadano, por lo que su ámbito está fuera de la ciudad, en el campo,
en el bosque, en las grutas. El alejamiento de la ciudad es también
alejamiento del orden social: se olvidan las barreras entre hombres y

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mujeres. La esfera de influencia del dios es por lo tanto la de los sectores


marginados de la sociedad, cuya incorporación a la polis era del todo
insuficiente. En su cortejo figuran toda clase de seres a medio civilizar:
los sátiros, las bacantes, las ménades, cubiertas de pieles de ciervo,
llevando los tirsos, coronadas de hiedra, toda una simbología
característica. Es propio de sus cultos la exaltación del esfuerzo físico,
las danzas violentas, las carreras agotadoras, al son de instrumentos como
crótalos, flautas y címbalos, acompañados por el vino. El resultado final
era lo que definimos por enthousiasmós, comunión con el dios o posesión
divina.
En el siglo VI se registra un enorme desarrollo de dionisismo. en el arte,
en las fiestas, en los cultos de ciudades, apoyados por tiranos, que
convierten a Dioniso el dios popular en la nueva divinidad, frente a las que
habían sostenido a la aristocracia anterior. Atenas, por ejemplo, es un caso
muy claro. Allí se asocia a Dioniso con el teatro, ya que es en sus fiestas
en las que se representaban las tragedias y comedias. Ello es lógico, dado
que Dioniso es el dios de la máscara, del cambio de identidad, del salir de
uno mismo. Sin embargo de nuevo una paradoja- hay muy pocas obras sobre el
propio Dioniso. Apenas más que las Bacantes de Eurípides, que es una de las
manifestaciones más refinadas de dionisismo, y que, además, no se estrenó en
Atenas.

7. Hefesto
7.1. Nombre
La etimología de Hefesto es desconocida. No tiene aspecto de un nombre
griego y es probablemente prehelénico.

7.2. Origen, carácter y funciones.


Su nombre se asocia íntimamente con el fuego. Incluso se usa a menudo como
mera designación del fuego. Probablemente era originariamente un demon del
fuego natural que acaba por convertirse en dios de las fraguas. Se ha
propuesto, por otra parte, su identificación con el dios fenicio Khousor, ya
que Creta se llama en un texto ugarítico de 1400 "trono de Khousor", lo que
hace verosímil que griegos y fenicios hubieran tomado este dios de la
tradición minoica. Aunque no está documentado por su nombre en época
micénica, sí lo está un antropónimo derivado del nombre del dios: apaitijo
Hefestios o Hefestión (cap. 2 § 4.8.).

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En la literatura se le atribuye la
capacidad de creación de objetos
bellísimos semejantes a los reales,
muchas veces dotados de vida propia,
como autómatas. Es el herrero y
artesano maravilloso y como tal, patrón
de los artesanos. Ello explica su
importancia en Atenas, donde el
artesanado constituía un grupo social
muy importante.

7.3. Iconografía
La iconografía de Hefesto es muy
consistente. Es un dios poco agraciado,
rústico, incluso deforme, representado Hefesto en un asno con sus
herramientas.Escifo ático de figuras rojas
con las herramientas del herrero. (430-420 a. C.) Museo de Toledo (Ohio)

7.4. Mitos
Con Hefesto se relacionan mitos poco brillantes. Se cuenta que Hera lo tuvo
sin el concurso de Zeus - según otras versiones, que ayudó a Hera contra
Zeus- y que éste, irritado, lo arrojó del Olimpo, provocando que se rompiera
ambas piernas al caer en Lemnos, en donde el dios fue atendido.
A partir de entonces es cojo de ambos pies, lo cual procede, en parte de un
mito etiológico. En las sociedades antiguas, dado que la herrería es un
trabajo que requiere fuerza en los brazos, pero no en las piernas, era
corriente ocupar a los cojos en él. Por otra parte, la mitología comparada
nos muestra que algunos artesanos de especiales poderes están acompañados de
defectos físicos, como los gnomos de la mitología germánica, o los enanos
mineros. En cualquier caso, su presencia entre los bellísimos y perfectos
dioses olímpicos es chocante y anómala.
Incluso hay una tradición ática poco decorosa, según la cual intentó unirse
con Atenea, ella huyó y el semen del dios caído en el suelo dio lugar a
Erictonio, el antepasado de los atenienses.

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7.5. Cultos y fiestas


Su lugar de culto es el que también está más relacionado con el mito:
Lemnos, cuya capital se llama precisamente Hefestias. En Lemnos habitaba una
población no griega, a la que los griegos llamaban tirsenos, esto es, el
mismo nombre que daban a los etruscos. Sabemos que se celebraba en la fiesta
un gran ritual de purificación, que se encendía fuego nuevo y se distribuía
a los artesanos.
Es habitual que los dioses relacionados con el trabajo de fragua tengan un
cortejo de dioses menores. En el caso de Hefesto son los cabiros, dioses de
la fragua, emparentados con el dios.
En general no es muy importante su culto. Sí en Atenas, donde tiene un
templo compartido con Atenea (el mal llamado Teseón, excelentemente
conservado). Recibe sacrificios en la fiesta de las fratrías, las Apaturias,
y también se le honra en las Chalkeia, un festival de herreros.

8. Ares
8.1. Nombre
Aunque es discutida, es posible encontrarle una etimología griega a su
nombre, si se relaciona con griego aré 'perdición, ruina'.

8.2. Origen, carácter y funciones.


Ares es la personificación de una fuerza elemental, la violencia destructiva
de la guerra. Incluso su nombre se usa a menudo para designarla, como nombre
común. También se usa con mucha frecuencia el adjetivo derivado Areios, que
sirve de epíteto a dioses como Zeus, Atenea y Afrodita y en micénico, a
Hermes, emaa2 areja (cf. cap. 2 § 4.2.). Su nombre está asimismo documentado
en micénico are y también lo está otro nombre enuwarijo, e.e. Enialio, dios
con el que debió entrar en confluencia, hasta que acabó convirtiéndose en
epíteto suyo (cf. cap. 2 §§ 4.2. y 4.3.). Aparece unido a Afrodita,
personificación del amor, otra fuerza elemental y también con aspectos
peligrosos. Su unión aparece en el mito homérico de sus relaciones adúlteras
narradas en la Odisea.

8.3. Iconografía
Se le representa como un guerrero armado, acompañado por un cortejo de
personificaciones terribles, como el Terror. Es insaciable en la batalla y

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destructor. Hasta los propios olímpicos lo aborrecen por su carácter


primitivo y salvaje.

8.4. Mitos
Ares suele aparecer subordinado a Atenea. Está de parte de los troyanos.
Atenea a menudo lo llama al orden o lo derrota. Ares se queda con los
aspectos más negativos de la guerra. La Victoria no le corresponde. Hay muy
pocos mitos relacionados con él y los que hay, son poco espectaculares. Así,
se cuenta que un hijo suyo, Cicno, se dedicaba a hacerse un templo con
cráneos, hasta que Heracles le dio muerte.

8.5. Cultos y fiestas


Ares apenas recibe culto.
Conocemos las Ginecotenas en
Tegea, una fiesta curiosamente
celebrada por mujeres, que en su
origen tendría lugar cuando el
ejército estaba en campaña.

9. Hades
9.1. Nombre
El nombre de Hades no tiene Heracles da muerte a Cicno auxiliado por
una etimología conocida. Platón lo Atenea en presencia de Ares, ánfora ática de
figuras negras, atribuida a un pintor del grupo
interpreta como un compuesto de de Leagro (515-500 a. C.). Museo de Arte de
Worcester
alfa privativa y la raíz *wid- 'ver', lo
que significaría 'el invisible'. La etimología es falsa, pero indica la idea que
tenían los griegos de un dios al que no se le veía por habitar en el
inframundo.

9.2. Origen, carácter y funciones


Hades es un dios de los muertos. En el reparto de funciones con sus hermanos
Zeus y Posidón, le corresponde el mundo subterráneo, al que habitualmente se
le da su mismo nombre, Hades. Es considerado un dios terrible, por su
asociación con un escenario de vida ultraterrena que para los griegos no
tiene nada de atractivo. Su función es custodiar a los muertos para que no
salgan de su reino, con ayuda de Cérbero, el terrorífico perro de tres
cabezas.

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9.3. Iconografía
La iconografía nos muestra a Hades principalmente en dos formas: entronizado
como señor de los infiernos y como raptor de Perséfone (cf. §9.4). Lo
encontramos entronizado en varios pínakes de Locros, unos cuadritos de
terracota del s. V a. C., que se consagraban en el santuario de Perséfone y
hoy se encuentran en el museo de Reggio. También aparece así en varias
crateras apulias con representación del mundo infernal, en compañía de su
esposa Perséfone.

Las representaciones del rapto de Perséfone


insisten, bien en la violencia del rapto (como el
maravilloso fresco de Vergina, en una de las tumbas
del área en la que apareció la llamada "Tumba de
Filipo"), bien en el aspecto nupcial, con una
Perséfone que acepta, amorosa, el rapto, como en
algunos pínakes locrios o piezas de la cerámica
apulia.

9.4. Mitos
El mito más importante relacionado con Hades
Hades y Perséfone
entronizados en el Hades. es el rapto de Perséfone. Hades no tiene
Pínax de Locros (s. V a. C.) oportunidades para encontrar pareja en su siniestro
reino, de modo que pide a Zeus que le conceda a Perséfone y Zeus accede.
La muchacha se encontraba lejos de
su madre, cogiendo flores, bien al lado del
Océano (en la versión más antigua), bien
en Sicilia, y Hades surge violentamente del
subsuelo, para raptarla. Deméter busca
angustiada a su hija desaparecida y su
tristeza la lleva a impedir que crezcan las
plantas sobre la tierra, provocando el
hambre entre los seres humanos. La
mediación de Zeus consigue Rapto de Perséfona. Pintura mural de una
tumba de Vergina (III a. C.)
que la muchacha viva parte del año con su
esposo y parte con su madre.

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9.5. Cultos y fiestas


Prácticamente no existen más manifestaciones de culto que las relacionadas
con el rapto y dedicadas, más bien, a Perséfone. Sólo se conoce un
excepcional templo a Hades en Élide.

10. Urano
10.1. Nombre
El nombre de Urano es transparente. Es el sustantivo que significa "cielo"
en griego. De modo que se trata simplemente del nombre del cielo, lo que lo
emparenta con dioses como el sumerio Anu.

10.2. Origen, carácter y funciones


Se sitúa Urano en el mito cosmogónico que conocemos desde Hesíodo, según el
cual el acontecimiento inicial fue la separación del Cielo y la Tierra para
producir un gran espacio, llamado Caos. Destronado por Crono, carece, a
partir de entonces, de relevancia en el mundo religioso griego.

10.3. Mitos
Como se ha dicho, Urano aparece relacionado con el mito de la sucesión
divina. Es el primer rey y trata de evitar que su hijo lo destrone, para lo
cual copula constantemente con la Tierra e impide que sus hijos nazcan. Pero
la Tierra insta a su hijo Crono a que ponga fin a esta situación castrando a
Cielo. Del miembro cortado de Urano y caído al mar nacerá Afrodita. A partir
de ese momento, el dios desaparece prácticamente de escena.

11. Crono
11.1. Nombre
El origen del nombre de Crono es desconocido y las aproximaciones propuestas
por los griegos son totalmente falsas, tanto su relación con kraíno 'llevar
a cumplimiento' como la que lo asocia a chronos 'tiempo' (aunque esta habría
de tener mucho éxito posterior). Con frecuencia se le asocia al mundo del
desorden (cf. § 2.4.d.).

11.2. Origen, carácter y funciones


Crono está, como Urano, asociado al mito teogónico, como uno de los dioses
del "antiguo orden" que se verían sustituidos por Zeus. Su pariente más

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claro es el Kumarbi hitita quien, como él, es destronado por el dios de la


Tempestad, su hijo.

11.3. Iconografía
Es escasa la iconografía de
Crono. En algún vaso hallamos a Rea,
su esposa,
presentándole la piedra envuelta en
pañales como si fuera Zeus (cf. 11.4).
Su identificación con el Tiempo
provoca iconografías tardías que lo
representan como un viejo con una
guadaña.

11.4. Mitos
Rea entrega a Crono una piedra envuelta en Crono era el Titán más joven, hijo
pañales en vez de Zeus. Pelike ática de
figuras rojas del V a. C. Museo Metropolitano de Urano. Inducido por su madre, la
de Nueva York
Tierra, castra a su padre, Urano, para
que él mismo y sus hermanos puedan nacer. Luego trata de evitar que sus hijos lo
sustituyan en el poder, para lo cual los va engullendo nada más nacer. Pero Rea le da
una piedra envuelta en pañales haciéndole creer que es Zeus, de modo vomita a los
demás hijos que había engullido. Zeus lo destrona en efecto y se hace con el poder.
En la tradición órfica Crono se reconcilia con Zeus y habita en las Islas de
los Bienaventurados. También se le asocia con el mito de la Edad de Oro, una
época feliz en que reinaba la paz y la concordia. En época tardía, la semejanza de
nombre con Chronos 'el tiempo' hace que se le identifique como dios del tiempo. La
devoración de sus hijos se hace así metáfora del tiempo que todo lo devora.

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BIBLIOGRAFÍA

1. General (además de la citada en cap. 1)


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2. De cada uno de los dioses


(Añádanse los respectivos artículos del Lexicon Iconographicum Mythologiae
Classicae, I-VIII, Zürich-München 1981-1997).

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- Posidón
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Dabdab Trabulsi, J. A. (1990) Dionysisme. Pouvoir et societé en Grèce
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3. Otras cuestiones

- El papiro de Derveni
Bernabé, A. (2003): Hieros logos. Poesía órfica sobre los dioses, el alma y
el más allá, Madrid.
Bernabé, A. (2004): Textos órficos y filosofía presocrática. Materiales para
una comparación, Madrid.

- El mito hitita de Kumarbi


Bernabé, A. (1987) Textos literarios hetitas, Madrid.
García Trabazo, J. V. (2002) Textos religiosos hititas, Madrid.

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