Sie sind auf Seite 1von 5

EFECTOS BIOLÓGICOS DE LA RADIACIÓN SOLAR

Para cuantificar la radiación ultravioleta que llega a un punto del planeta se emplea el
denominado índice ultravioleta, que representa a una estimación de la radiación ultravioleta solar
que soporta una superficie terrestre determinada de la tierra. Este valor se modifica con la latitud,
estaciones del año, con el tiempo atmosférico y con las horas del día. Aunque la intensidad de la
radiación ultravioleta que llega al suelo varía a lo largo del día, alcanza su valor máximo hacia la
mitad del periodo diurno, en ausencia de nubes. Para calcularlo se obtienen las distintas longitudes
de onda ultravioleta y se promedia las variaciones de la radiación por periodos de 10 a 30 minutos.
Se expresa en valor numérico a partir del cero de modo que cuanto mayor sea el índice, mayor será
la probabilidad de que la exposición a los rayos ultravioleta determine daño en la piel y en los ojos,
y cuanto menor sea el tiempo de exposición, mas tardarán en ocurrir estos daños.
El índice ultravioleta es un claro parámetro de los daños que puede causar una exposición excesiva
a las radiaciones ultravioleta, y perite advertir a la población de la necesidad de adoptar medidas de
protección. Esto último es especialmente importante, dada la constante disminución del ozono
estratosférico y el consiguiente aumento de la intensidad de las radiaciones ultravioleta.
Se ha categorizado la exposición mediante cinco descriptores (bajo, moderado, alto, muy alto,
extremo) que se pueden utilizar para explicar la intensidad de cada uno de los valores.

Para los seres humanos es esencial, en dosis controladas es beneficiosa ya que es fuente natural de
vitamina D, generada a la exposición solar. Facilitar la absorción de calcio y regular el fósforo de
nuestro cuerpo es su función principal.

La exposición exagerada a la radiación solar puede ser perjudicial para la salud. Esto está agravado
por el aumento de la expectativa de vida humana, que está llevando a toda la población mundial a
permanecer más tiempo expuesto a las radiaciones solares, lo que aumenta el riesgo de
desarrollar cáncer de piel.
Efectos agudos: quemaduras de piel, eritema, fotoalergia, inflamación de córnea: queratitis.
Efectos crónicos, envejecimiento de la piel, agravamiento de las enfermedades de piel, incremento
de infecciones, incremento de contraer cataratas y cáncer de piel.
El riesgo incrementa con el tiempo de exposición e intensidad de la radiación, varían
considerablemente, de un día a otro y de estación en estación hora del día, época del año, latitud,
altitud, condiciones del tiempo y concentración de ozono troposférico. De todos los factores citados
los más determinantes de evidenciar variaciones rápidas, son la hora del día y las condiciones del
tiempo.
BIOLUMINISCENCIA:
La bioluminiscencia es un proceso que se da en los organismos vivos, en el que la energía que genera una
reacción química se manifiesta como luz. La enzima luciferasa cataliza la oxidación de un sustrato de proteína
luciferina que emite luz. La reacción se denomina quimioluminiscencia: una reacción de emisión de luz que
no produce calor, lo que hace que sea eficiente en términos de energía.

La bioluminiscencia tiene distintas funciones en los ambientes naturales, entre ellas la defensa, la
comunicación, la reproducción y la atracción de presas. Una amplia variedad de organismos emite luz,
incluyendo bacterias, hongos, insectos, crustáceos, moluscos y peces.

Mientras que en los hábitats marinos el uso de la bioluminiscencia está generalizado, la bioluminiscencia
terrestre se limita al reino de los hongos e invertebrados, como las luciérnagas, y algunos escarabajos.

Tipos de bioluminiscencia:

Puede hablarse de tres tipos principales de bioluminiscencia: la intracelular, la extracelular y la de bacterias


simbióticas.

Bioluminiscencia intracelular:

La bioluminiscencia intracelular es generada por células especializadas del propio cuerpo de algunas especies
pluricelulares o unicelulares (como dinoflagelados) y cuya luz se emite al exterior a través de la piel o se
intensifica mediante lentes y materiales reflectantes como los cristales de urato de las luciérnagas o las placas
de guanina de ciertos peces. Este tipo de luminiscencia es propia de muchas especies de calamar y de
dinoflagelados, en especial del género Protoperidinium.

Bioluminiscencia extracelular:

La bioluminiscencia extracelular se da a partir de la reacción entre la luciferina y la luciferasa fuera del


organismo. Una vez sintetizados, ambos componentes se almacenan en glándulas diferentes en la piel o bajo
esta. La expulsión y consecuente mezcla de ambos reactivos en el exterior producen nubes luminosas. Este
tipo de luminiscencia es común a bastantes crustáceos y algunos cefalópodos abisales.

Simbiosis con bacterias luminiscentes:

Este fenómeno se conoce solo en animales marinos tales como los celentéreos, gusanos, moluscos,
equinodermos y peces. Parece ser el fenómeno de luminiscencia de origen biológico más extendido en el
reino animal. En diversos lugares del cuerpo los animales disponen de pequeñas vejigas, comúnmente
llamadas fotóforos, donde guardan bacterias luminiscentes. Algunas especies producen luz continua cuya
intensidad puede ser neutralizada o modulada mediante diversas estructuras especializadas. Normalmente los
órganos luminosos están conectados al sistema nervioso, lo que permite al animal controlar la emisión
lumínica a voluntad.

La relación entre la bacteria Vibrio fischeri y el calamar sepiólide Euprymna scolopes es un sistema que sirve
como modelo de simbiosis en el laboratorio. En su fase juvenil, el Euprymna scolopes posee una serie de
apéndices recubiertos de mucosidad alrededor de su órgano luminoso con los que recoge bacterias Vibrio
fischeri del entorno marino. Cuando la cantidad es suficiente, los apéndices mueren al tiempo que el órgano
luminoso madura en un proceso fisiológico que se ha asociado con la aparición de la citotoxina traqueal.
Referencias Bibliográficas:

 Centelles P. Novedades en Fotoprotección. Farmacia Profesional.


Jun 2001: 2-6.

https://www.portalfarma.com/Profesionales/campanaspf/categorias/Documents/MAQUETACION
%20MATERIAL%20FORMATIVO%20fotoproteccionfotproc2010.pdf

 Clarke, C. 1971. Elementos de Ecología. Ediciones Omega S.A.


Barcelona 637 p.

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-los-efectos-nocivos-radiacion-solar-
13047747

Das könnte Ihnen auch gefallen