Sie sind auf Seite 1von 14

La Neuropsicopedagogía es la especialidad en la que convergen varias ciencias,

como la neurología, la pedagogía, la psicología y la educación. Evalúa,


diagnostica y ofrece tratamiento especializado en problemas de lenguaje,
aprendizaje, conducta y desempeño escolar.

Basada en la neuroeducación, donde confluye el desarrollo del cerebro con los


estudios basados en contribuir a desarrollar un mejor aprendizaje. Como el
aprender tiene lugar en el cerebro, todo proceso de aprendizaje va acompañado
de un cambio en los circuitos cerebrales.

La neuroeducación es el estudio de las relaciones neurológicas y el aprendizaje


que promueve una mejor integración entre las ciencias de la educación y el sector
de la neurociencia vinculada a la cognición, aprovechando los conocimientos
sobre el funcionamiento cerebral para enseñar y aprender mejor.

“La neurociencia, con su capacidad de enlazar la biología molecular y los estudios


cognitivos, ha hecho posible que se empiece a explorar la biología del potencial
humano, que podamos entender qué nos hace lo que somos”…”Es posible que el
estudio de la memoria afecte también la pedagogía sugiriendo métodos de
enseñanza basados en el modo en que el cerebro almacena conocimientos”…
Eric Kandel, Premio Nobel, año 2000.
que favorecen el aprendizaje

Entender cómo aprende el cerebro nos ayuda a vislumbrar nuevas estrategias


de aprendizaje. El método de enseñanza tradicional ha quedado obsoleto y es
hora de buscar alternativas en la neuroeducación. En este artículo te
contamos cómo aprende el cerebro, te damos algunos consejos que te
ayudarán a favorecer el aprendizaje.

Cómo aprende el cerebro. Imagen: National Institutes of Health

¿Cómo aprende el cerebro? Repetir una y otra vez diferentes


datos, hasta que logramos memorizar una determinada información, no
es la mejor forma de aprender. Diferentes estudios científicos han
demostrado que factores cómo la sorpresa, la motivación, la emoción, el
deporte, la novedad, o el trabajo en equipo, son ingredientes
indispensables para favorecer y fomentar el aprendizaje y conocimiento.
La estrategia de educación que seguimos actualmente no es la
adecuada. Para ayudar a educar y a aprender mejor, debemos comenzar
a aplicar en las escuelas los descubrimientos sobre cómo aprende nuestro
cerebro. Procesar secuencias monótonas de información no nos enseña a
enfrentarnos al mundo. No aprendemos al memorizar, sino al
experimentar, al involucrarnos y al practicar con nuestras manos.
Para aprender es necesario introducir una novedad que logre sacar del
letargo a nuestro cerebro. De esa manera, favorecemos no sólo la
atención sino también la memoria. La información nueva y llamativa se
almacena en nuestro cerebro de manera más profunda. Según un estudio
del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la actividad cerebral
registrada durante una clase, es similar a la hallada viendo la televisión,
es decir, prácticamente nula. Con interminables charlas en las que se
bombardea a los alumnos con información estamos consiguiendo el
efecto contrario al buscado.
Según el neuropsicólogo J.R. Gamo el cerebro necesita emocionarse para
aprender. Cuando el cerebro adquiere información novedosa lo procesa el
hemisferio derecho del cerebro (relacionado con la intuición, las imágenes
y el pensamiento creativo).
Por tanto, el lenguaje, y la charla que un profesor puede dar a sus
alumnos en clase, no juega un papel importante en el aprendizaje. Justo
al contrario, fomenta que los alumnos desconecten y se distraigan con
mayor facilidad.
Para comprender cómo aprende el cerebro, es importante conocer cómo
siente, cómo procesa y almacena información.

Plataforma Neuroeducación de CogniFit: Cómo aprende


el cerebro
Recientemente, cada vez es más frecuente encontrar el prefijo “neuro-”
asociado a distintas ciencias. Esto ha generado la creación de nuevas
disciplinas como el neuromarketing, la neurotecnología, la
neurolingüística y la neurodidáctica. Y es que la neurociencia cada vez
tiene un papel más relevante en la explicación de la realidad científica.
Conocer el funcionamiento cerebral ayuda a comprender mejor
fenómenos como el que nos ocupa: cómo aprende el cerebro.
¿Te gustaría ver una demostración de cómo funciona esta herramienta
líder en neuroeducación? Clickando en este enlace, puedes concertar una
cita para hablar directamente con Rafael Domenech. Este profesional de
CogniFit resolverá todas tus dudas, y te explicará todo lo que necesitas saber
sobre cómo la tecnología educativa puede ayudarte a identificar posibles
trastornos del aprendizaje, y rehabilitar las principales habilidades cognitivas
de los alumnos.

La neurodidáctica aúna los conocimientos y métodos de la neurociencia


encaminados a favorecer el proceso de aprendizaje para ayudarnos a
enseñar y aprender de una manera más eficaz. Desde CogniFit y con
miras a favorecer la atención a distintas necesidades educativas se ha
creado la plataforma neuroeducativa para colegios y profesores. Se trata
de una plataforma de neuroeducación creada por especialistas en
neuropsicología, que pretende ayudar a educadores no especializados en
psicopedagogía a evaluar los procesos de aprendizaje y conseguir los
mejores resultados en sus alumnos.

CogniFit Neuroeducación: Cómo aprende el cerebro

Factores que favorecen el aprendizaje. Aprender a aprender

1- En el aprendizaje una imagen vale


más que mil palabras
En situaciones muy conocidas o rutinarias el cerebro se vuelve vago. La
clave es aprovechar la búsqueda de novedad del cerebro humano. Para
aprender el cerebro necesita estímulos nuevos.
¿Cómo aprende el cerebro? Una buena idea a la hora de enseñar consiste
en pasar de lo lingüístico a lo visual. Sustituir el discurso teórico oral por
una charla apoyada por imágenes, mapas conceptuales, vídeos y demás
material audiovisual estimula al alumno, y favorece su participación en el
aprendizaje.
Ante estímulos novedosos se activa toda la corteza cerebral. Se trata de
una característica fisiológica que sirve para afrontar cualquier tipo de
estímulo independientemente de su naturaleza. Esta peculiaridad juega a
nuestro favor en el aprendizaje. Y es tan simple como introducir cambios
durante nuestro discurso como gestos, expresiones faciales, contacto
ocular o cambios en la entonación. Pero no hay nada que active más el
cerebro que una imagen nueva o un vídeo entretenido. Si logramos que
se active toda la corteza estaremos favoreciendo un pensamiento más
integrado que poco tiene que ver con la memorización forzosa y está muy
relacionado con un aprendizaje eficaz y duradero.

2- Emocionarse es vital para el


aprendizaje
Seguramente todos recordemos a ese profesor o profesora que nos
marcó para bien o para mal. Si atendemos a cómo aprende el cerebro
según la neurociencia esto tiene una explicación muy sencilla.
La emoción y la cognición están estrechamente relacionadas y el diseño
anatómico cerebral es coherente con esta relación. La información que
captamos viaja primeramente por sistemas como el límbico, la parte
primitiva o emocional del cerebro. Después, es enviada a la corteza; la
parte más analítica y más nueva filogenéticamente.
La parte más emocional está conectada con estructuras relacionadas con
la supervivencia como la amígdala. Por este motivo, la amígdala está
destinada a consolidar un recuerdo de una manera más eficaz. Es
importante conseguir llegar a esta parte emocional para que la
información permanezca y el aprendizaje sea eficaz. Cómo aprende el
cerebro: Por ejemplo, contar historias es una manera magnífica de
activar estructuras subcorticales y aprender mejor.
A este respecto el neurólogo mexicano Jaime Romano ha diseñado un
modelo conocido como neuropirámide. El modelo, cuenta con seis
peldaños en los que se plantea qué sucede con la información sensorial
hasta que se convierte en aprendizaje. Descubrió que el procesamiento
de la información está muy ligado a procesos emocionales.
Según Romano: “Queremos mejorar la capacidad emocional y mental de los
estudiantes, los procesos de cálculo, de comprensión, y eso repercutirá en que
aprenderán mejor las matemáticas, a leer y a entender los textos, a fijar su
atención”.

2- Trabajar con compañeros es


estimulante
El cerebro se estimula cuando interactuamos con los demás y la
motivación aumenta. Si tenemos alumnos motivados, tenemos alumnos
atentos; y si tenemos alumnos atentos, es más probable que ese
aprendizaje sea significativo y lo recuerden de por vida.
Cómo aprende el cerebro: El aprendizaje cooperativo resulta de gran
utilidad en el desarrollo de habilidades sociales, sentimientos de
autoeficacia, favorecimiento de la empatía y la habilidad de escucha entre
otras. Este tipo de tarea tiene muchos beneficios siempre y cuando se
plantee desde la perspectiva cooperativa y no competitiva ni
individualista. Para ello, es necesario que cada uno alcanza sus objetivos
solo si los otros alcanzan los suyos. Investigaciones al respecto han
concluido que las situaciones cooperativas son superiores tato a las
competitivas como a las individualistas.

3- Las TICs (nuevas tecnologías), un


aliado en el aprendizaje
Las tecnologías de la información y la comunicación favorecen la atención
sostenida y estimulan las partes más creativas de nuestro cerebro.
Marc Prensky, experto en educación, afirma que el sistema educativo
actual es anacrónico y debería ser reemplazado por otro acorde a la
realidad actual. No es sensato contar con tecnología del siglo XXI y seguir
enseñando como desde hace 200 años.
Cómo aprende el cerebro: Para conectar con las emociones y utilizar
un material que resulte significativo para los alumnos es
imprescindible hacer uso de las TICs. Tenemos que ser conscientes de
que estamos tratando con nativos digitales y por ende el formato digital
es más atractivo.
Lo interactivo que tienen las tecnologías de la información favorecen que
la atención no decaiga. El material audiovisual que manejan también
favorece el almacenamiento de la información.
Todo son ventajas si sabemos hacer un buen uso de las TICs para
estimular y complementar el aprendizaje en el aula.

3- Jugar o practicar deporte también


es aprender
La actividad física favorece que los músculos segreguen una proteína que
al llegar al cerebro favorece la plasticidad neuronal. Esta plasticidad se
traduce en un aumento del número de conexiones neuronales y sinapsis.
Supone un error desapuntar a los alumnos de actividades deportivas,
porque éstas favorecen el aprendizaje y la memorización. Según el
profesor de la Universidad de Barcelona David Bueno, tan necesario es
aprender a enseñar en las aulas como otorgarle peso al desarrollo y
ocio personal.

4- El cerebro aprende a través del


contacto con la naturaleza
Es un error mantener al alumno sentado, estático, escuchando
información de forma pasiva. El alumno ha de ser agente activo de su
aprendizaje. Pero al igual que queremos que los alumnos estén activos
intelectualmente también es importante que lo estén físicamente. Por
ello, en la medida de lo posible, es muy ventajoso salir del aula para
aprender. Si bien con salir del aula conseguimos empezar a movilizar
nuevas estructuras cerebrales muy positivas para el aprendizaje; lo ideal
seria poder llevarlo a cabo en la naturaleza.
Si nos fijamos en cómo aprende el cerebro, la naturaleza es un entorno
perfecto de aprendizaje, especialmente en edades tempranas.
En el mundo de la naturaleza podemos encontrar infinidad de
estímulos con distintas formas, colores, movimiento, profundidad. Esta
diversidad de características sumado a lo beneficioso de hacer vida al aire
libre favorecen el aprendizaje eficiente. De esta manera, lograríamos los
mejores resultados en la enseñanza al menor coste posible.

5- Un buen descanso es fundamental


en el aprendizaje
En ocasiones pasamos por alto la importancia de una buena alimentación
para el cerebro (el cerebro necesita vitaminas), o un buen descanso en el
aprendizaje. El descanso está íntimamente relacionado con procesos
implicados en el aprendizaje tan importantes como la memoria, la
atención y la motivación.
Los horarios académicos son por lo general matinales y generalmente no
están sincronizados con los ritmos biológicos de los alumnos. Esto se
debe en parte a que las rutinas (televisión, cena, videojuegos, irse a
dormir tarde) no favorecen el descanso. Ver la televisión antes de
dormir implica una alta estimulación del sistema nervioso que dificulta
el sueño. Ocurre de manera similar con los videojuegos, el ordenador, el
móvil y demás gadjets tecnológicos. La cena muy cercana a la hora de
dormir impide hacer una adecuada digestión que dificulta el descanso. E
irse a dormir tarde implica dormir menos horas y por lo tanto al madrugar
el cuerpo se resiente.

etapas del neurodesarrollo


El neurodesarrollo es un fenómeno que sucede en un continuo, no hay separación real, no
existen etapas. Además en todo momento suceden simultáneamente múltiples procesos y
adquisiciones de muy variadas habilidades. Pero siempre hay alguna
adquisición que “protagoniza” cada etapa, porque en ese momento tiene mayor peso o su
aparición es más notoria que las demás. Caracterizando estas etapas, podemos simplificar la
observación del desarrollo del sistema nervioso.
Siempre hay que tener en cuenta la variación individual, que es enorme, por eso las edades
señaladas para separar una etapa de otra son aproximadas.

Aclarado que en el neurodesarrollo todo sucede simultáneamente, propongo dividir el


neurodesarrollo en 4 etapas

neurodesarrollo anatómico
El desarrollo anatómico, la adquisición de la estructura cerebral tal cual será en el cerebro
adulto, es el fenómeno que predomina en el neurodesarrollo prenatal –vida intrauterina–
(¡gracias mamá!).

Durante la gestación la velocidad del


neurodesarrollo, embrionario y fetal, es rapidísima y suceden fenómenos
extraordinariamente complejos. Esto es evidente ya que la célula postconcepcional –
cigoto– se convertirá en un complejísimo organismo vivo, un ser humano, del que su
cerebro se lleva la palma en complejidad ¡y en solo 38 semanas!

La velocidad de crecimiento es asombrosa en este período: en 9 meses el cerebro alcanza


un peso de unos 350g y la capacidad craneal tiene un perímetro entre 33 y 36 cm de media.

Para entenderlo aún mejor, podemos a su vez subdividir esta etapa de neurodesarrollo
anatómico en tres, de modo que cada “subetapa” coincida con un trimestre del embarazo y
caracterizar cada trimestre según los fenómenos más significativos que suceden en el
neurodesarrollo:

1. En el primero predomina la generación de nuevas células.


o Podríamos llamarlo subetapa de génesis celular.
2. El segundo trimestre se caracteriza sobre todo porque las células se agrupan
conformando los distintos órganos –cerebro, cerebelo, tronco del encéfalo, médula
espinal y nervios– del sistema nervioso.
o La llamaremos subetapa organizativa.
3. En el tercero empieza el aumento de tamaño de estos órganos, que como sabemos
no acaba con el nacimiento.
o Bien podríamos decir que es la subetapa del crecimiento anatómico.

Al final de la gestación el feto, cada uno de nosotros antes del nacimiento, tendrá un
cerebro en el que pueden distinguirse sin dificultad las estructuras características del
cerebro humano. Si bien la madurez aún está lejos.

Generalizando mucho, podemos decir que será más fácil que las agresiones que pueda
sufrir el neurodesarrollo en esta etapa anatómica causen anomalías en la estructura de los
órganos del sistema nervioso central, lo que inevitablemente causará una disfunción
encefálica.

neurodesarrollo de la autonomía motora


Es evidente que al nacimiento el cerebro no está completamente desarrollado, le queda
mucho camino por recorrer. Y en ese camino los 3 primeros años de vida van a ser
cruciales. Durante estos años las personas adquirimos autonomía y dominio de las
funciones motoras conscientes de nuestro organismo.

El cerebro es un órgano que solo sirve a los seres vivos que se desplazan de un lugar a otro.
Los seres vivos “estáticos” carecen de cerebro, de sistema nervioso. Esto es lógico, pues el
cerebro es nuestro órgano de relación, el que nos permite analizar el medio para dar una
respuesta adaptada a lo que sucede en cada momento. A su vez, al movernos, nuestra
capacidad de modificar el medio es mucho mayor que la de los organismos que están
quietos.

La importancia del movimiento se ve reflejada en la “distribución” de tareas que tienen las


células encefálicas. De los aproximadamente 100.000 millones de células que tiene el
cerebro humano adulto, la mitad se encargan de elaborar la información y coordinar los
movimientos, mientras que la otra mitad se concentra en las funciones conscientes y
“superiores” de nuestra mente, que casi siempre tienen relación y se coordinan con la
realización de un movimiento.

Volvamos al neurodesarrollo, en los 3 primeros años de vida la velocidad con que avanza
sigue siendo muy rápida lo que coincide con la máxima velocidad de crecimiento craneal
que alcanzamos en la vida postnatal. La circunferencia craneal media pasa de los 34 cm a
los 50, ¡eso son 16 cm de diferencia! Nunca volverá a crecer tanto en tan poco tiempo.
El
aumento de grosor que sucede en la corteza cerebral durante la infancia, se hace a expensas
de aumentar las conexiones neuronales y de su recubrimiento posterior por la mielina.

Ya sabemos que el crecimiento cerebral postnatal se produce más porque porque las
neuronas aumentan sus conexiones, y por tanto su tamaño, que porque aumente su número.

Pensemos en un recién nacido: no puede hacer


nada por sí mismo, ni siquiera cambiar de postura. En cambio un niño de 3 años hace
tiempo que ha aprendido a andar solo –también corre, salta, sube escaleras o chuta una
pelota–, tiene ya preferencia por una mano para las tareas complejas –comer o
garabatear–, domina el habla –aunque no el lenguaje–, y es capaz de controlar
esfínteres –de modo que ya sabe utilizar un orinal–.
Todo ello supone motricidad, movimiento, neurodesarrollo de los circuitos motores. Sí,
incluyendo el del habla, como ya vimos en la entrada sobre habla y lenguaje.

En este período tan sensible, las agresiones cerebrales provocan más fácilmente daños
difusos. Es en esta etapa cuando se diagnostica con certeza la parálisis cerebral –hacia el
año de vida–, y empiezan a detectarse los retrasos del lenguaje y la interacción social.

neurodesarrollo del lenguaje y del conocimiento del


entorno
En los siguientes 7 años, de los 3 a los 10 años, la velocidad del neurodesarrollo –y del
desarrollo en general– se enlentece. Sigue con buen ritmo, pero mucho más lento que en los
3 primeros años de vida. En estos años de la infancia las personas adquirimos el dominio
del lenguaje y con él aprendemos a comprender el mundo que nos rodea.

A nivel corporal, un niño de 3 años tiene ya todos sus dientes de leche, el abdomen ya no es
redondeado y la longitud del tórax supera la de la cabeza, pierde el aspecto de bebé y se
hace más longilíneo. El crecimiento corporal va haciéndose cada vez más evidente, y
aproximadamente aumenta unos 3 Kg de peso y 7 cm de longitud por año.

La circunferencia craneal pasa de 50 cm a los 3 años de edad, a 53 a los 10 años: aumenta


“solamente” 3 cm. En esta etapa, aunque siguen construyéndose nuevos circuitos
neuronales, predomina la consolidación de los circuitos formados en la etapa anterior. La
mielina va envolviendo los circuitos que se hacen más consistentes con el uso y así va
engrosándolos, siendo este aumento de grosor lo que más hace crecer el cerebro en esta
etapa.

Este enlentecimiento del crecimiento se corresponde con una disminución del apetito y del
ritmo de las comidas, y con menos necesidad de horas de sueño, en la mayoría de niños
desaparece la siesta.
En cuanto al neurodesarrollo predomina aquí el progresivo dominio del lenguaje y con él,
la evolución del pensamiento, la comprensión del entorno y la sociabilidad.
Puesto que la principal función del cerebro humano es relacionarse con el entorno, necesita
de una herramienta que le permita comprenderlo, hacerlo suyo, para transmitirlo a otros.

El lenguaje es la principal herramienta de comunicación humana y en la que


sustentamos todo nuestro conocimiento.

Siempre simplificando, pero intentando mantener el rigor, podríamos distinguir dos


períodos más diferenciados en esta etapa según lo que predomine en cada uno de ellos:

1. de los 3 a los 6 años predomina el dominio progresivo del lenguaje


o se amplía el vocabulario: desde unas 100 palabras a los 3 años a 2.000 a los
6
2. de los 6 a los 10 años predomina el desarrollo del pensamiento formal
o con el dominio del lenguaje, mejora la comprensión del entorno y se
adquieren nuevos conocimientos basados en la lógica de lo concreto

Los trastornos del lenguaje son ya evidentes en esta etapa y afloran las dificultades en los
aprendizajes formales, muy probablemente relacionadas con la falta de maduración y
consolidación de los circuitos que posibilitan la adquisición de los aprendizajes
académicos.

En esta etapa se confirma el diagnóstico de autismo y puede hacerse diagnóstico de


Trastorno por Déficit de Atención-Hiperactividad –TDA-H–. No es infrecuente que en un
mismo niño encontremos varios problemas a la vez.

neurodesarrollo de la identidad
A partir de los 10 años de edad, y hasta los 20, se producen cambios muy rápidos y
drásticos en el tamaño y la constitución corporal, que se acompañan de cambios
psicológicos y en la autonomía personal y las relaciones sociales. La revolución final que
lleva a la madurez adulta. Nuevamente se acelera el neurodesarrollo, y esta vez de
verdad… Los humanos dedicamos estos diez largos, pero intensos años, a “esculpir”
nuestra personalidad, a elaborar nuestra identidad, un proceso que continuará a lo largo de
toda la vida, pero que sienta sus bases en la adolescencia.

Todos sabemos que la adolescencia es la etapa de la maduración sexual, pero no es tan


conocido que al alcanzar la madurez sexual comienza el declive cerebral.

La característica principal del cerebro adolescente es el “despertar” del hipotálamo. De


repente, aún no sabemos bien como, el hipotálamo empieza a estimular la hipófisis para
que las hormonas sexuales comiencen a liberarse. Esto madurará los órganos sexuales y
provocará los bien conocidos cambios corporales de la adolescencia.

La maduración sexual y la cerebral terminan simultáneamente.


Mientras que el crecimiento corporal y de los miembros es espectacular a esta edad –el
famoso estirón–, siendo el aumento de la talla de unos 7 cm/año en las niñas y 9’5cm/año
en los niños, el perímetro cefálico apenas aumenta 2-3 cm llegando en la edad adulta a una
media de 55 cm para las mujeres y 57 para los hombres. Es decir en estos 10 años el
cráneo aumenta su circunferencia unos 2-3 cm. Las características de la maduración
cerebral nos dan una vez más la explicación de porque cambios tan importantes no se
corresponden con un aumento de tamaño proporcional al que sucede en edades más
tempranas.

Durante la adolescencia se produce una


“reestructuración” de las redes neuronales creadas hasta ahora. Al inicio de la adolescencia
el grosor de la corteza cerebral es máximo, después empieza a disminuir para alcanzar el
mismo grosor que en el adulto al terminar la maduración.

La región cerebral que más cambia en esta etapa es la corteza prefrontal, el lugar donde se
toman las decisiones. La corteza prefrotnal procesa la información que recibe el cerebro y
la analiza, tras formarse un juicio sobre lo que acontece, decide la respuesta más adecuada a
cada situación y, cuando procede, frena los impulsos y emociones que resultarían en una
conducta inadecuada. En el lenguaje popular se llama “tener dos dedos de frente”.

En la adolescencia se desarrolla la identidad y la capacidad analítica, es la etapa en la que


se aprende el pensamiento crítico que nos prepara para la vida adulta.
La mayoría de enfermedades mentales se manifiestan en esta etapa.

conclusiones
Para mejor estudiar el neurodesarrollo es posible dividirlo, de forma didáctica, en 4 etapas
consecutivas y bien diferenciadas. Cada una de ellas caracterizada por la adquisición más
relevante en cada momento.

Si hay una alteración del neurodesarrollo, no se hará evidente hasta que no se espere la
aparición de la función a adquirir. De modo que las carencias particulares en el
neurodesarrollo se ponen de manifiesto a partir de determinadas edades, siendo muy difícil
detectarlas con anterioridad.

Entendemos por plasticidad cerebral la capacidad de las células nerviosas para regenerarse anatómica y
funcionalmente, como consecuencia de estimulaciones ambientales. El objetivo es conseguir una mejorar adaptación
funcional al medio ambiente. El cerebro produce respuestas más complejas en cuanto los estímulos ambientales son
más exigentes. Para ello, el cerebro tiene una reserva numérica de neuronas considerable para modular tanto la
entrada de la información como la complejidad de las respuestas.

Esto acarrea el desarrollo de una intrincada red de circuitos neuronales que necesitan de grandes concentraciones
de neuronas capaces de ajustar las nuevas entradas de la información y reajustar sus conexiones sinápticas (enlaces
neuronales). También, de almacenar los recuerdos, interpretar y emitir respuestas eficientes ante cualquier estímulo
o generar nuevos aprendizajes.

Das könnte Ihnen auch gefallen