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Congelación
Lácteos
Manipulación segura de pescados enteros y filetes de pescado, gambas, almejas y otros crustáceos
Frutas y verduras
Carne
Minimizar los riesgos de contaminación de las hamburguesas, mejoras en procesos como son el
fileteado de carne, loncheados de embutidos, amasado de carnes picadas, productos en cubitos
IQF etc.
¿ EN QUE CONSISTE?
Calentamiento óhmico
Existe un gran número de aplicaciones del calentamiento óhmico que incluyen escaldado,
pasterización, esterilización, descongelación, evaporación, deshidratación, fermentación y
extracción, entre otras. Una diferencia con respecto a los microondas es la ausencia de equipos en
el ámbito doméstico. Sí existen a escala de plantas piloto e industrial. En el año 2003 se registraron
19 plantas para calentamiento óhmico, siendo Japón, Italia, Grecia, Gran Bretaña, EEUU y Méjico
países pioneros en el desarrollo de estas plantas. Entre las distintas plantas que aplican este
tratamiento, son especialmente destacables las que han sido desarrolladas para la esterilización en
flujo continuo de frutas, zumos de frutas, sopas, salsas o huevo líquido.
El huevo líquido resulta muy adecuado para este tipo de proceso ya que puede ser calentado
óhmicamente en tiempos muy cortos y sin problemas de coagulación. A pesar de que los precios
de los equipos están descendiendo, se trata de una tecnología cuyos costes iniciales pueden ser
elevados. Sin embargo, la rentabilidad ha de evaluarse a largo plazo ya que se trata de procesos en
los que se obtienen productos con adecuadas características microbiológicas, organolépticas y
nutricionales bajo condiciones de escaso ensuciamiento y en un mínimo espacio, pudiéndose
aplicar a un amplio rango de alimentos. Otra de las ventajas de este calentamiento se encuentra
relacionada con los costes de operación. Son calentamientos en los que un 95% de la energía se
transforma en calor, mientras que en un calentamiento con microondas suele ser un 70% como
máximo.
Efectividad
La densidad, el tamaño y la forma de los alimentos son factores clave en la efectividad del
calentamiento óhmico El efecto del calentamiento depende tanto de factores propios del sistema
como del alimento. Se ha comprobado que la velocidad de calentamiento es directamente
proporcional a la intensidad del campo eléctrico y a la conductividad eléctrica del alimento. Los
alimentos deben ser conductores pero no demasiado. Los valores óptimos de conductividad a 20°C
se encuentran en el intervalo 0.01-10 siemens/m. A modo de ejemplo, un alimento adecuado para
ser sometido al calentamiento óhmico sería la leche cuyo valor de conductividad es 0.5
siemens/m. Otros factores que inciden en la efectividad del calentamiento son la densidad y el
calor específico del alimento, así como el tamaño, la forma y la concentración de las partículas en
el caso de alimentos particulados.
El principal mecanismo de inactivación microbiana es térmico. Los estudios cinéticos que se han
realizado para comparar los tratamientos térmicos convencionales con los óhmicos han
demostrado que no existen diferencias significativas entre ambos procesos. Hay autores que
consideran, además, que puede producirse electroporación de la membrana celular, aunque los
estudios que hay son escasos y no llegan a conclusiones definitivas.
El calentamiento óhmico es rápido y tiene mayor capacidad de penetración que las microondas, lo
cual hace que sea especialmente útil en el caso de alimentos particulados, salsas, purés de frutas,
huevo líquido o productos cárnicos, entre otros. Este tipo de tratamiento evita
sobrecalentamientos, lo que permite un menor deterioro en los constituyentes y una menor
formación de depósitos, aspecto este último de especial relevancia en alimentos ricos en sales y
proteínas como, por ejemplo, la leche.