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LAS EXCEPCIONES
RECURSO DE CASACIÓN
RECURSO DE REVISIÓN

CLAUDIA PATRICIA VERTEL ALTAMIRANDA

DR: ALVARO ALFONSO CHICA HOYOS


TEORIA GENERAL DEL PROCESO

UNIVERSIDAD REMINGTON
SEDE MONTERIA – CÓRDOBA
FACULTAD DE DERECHO
MONTERIA
2019
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TABLA DE CONTENIDO

1.- EXCEPCIONES PREVIAS

1.1. ALCANCE DE LA EXCEPCION PREVIA

1.2.- CAUSALES DE EXCEPCION PREVIA

2.- EXCEPCIONES DE FONDO, MERITO O PERENTORIAS

2.1.- EL JUEZ FRENTE A LAS EXCEPCIONES PERENTORIAS

2.2.- EL DEMANDADO Y LAS EXCEPCIONES PERENTORIAS

2.3.- CASOS EN LOS QUE PROCEDE LA EXCEPCION PERENTORIA

2.4.- DOS EXCEPCIONES PERENTORIAS EN PARTICULAR: NULIDAD Y

SIMULACION.

3.- RECURSO DE CASACION

3.1. FUNDAMENTO LEGAL.

3.2. PROCEDENCIA.

3.3. TITULAR.

3.4. TRÁMITE.

3.5. CAUSALES DE CASACIÓN.

4.- RECURSO DE REVISION

4 .1. FUNDAMENTO LEGAL.

4.2. LEGITIMACIÓN.

4.3. REQUISITOS.

4.4. TRÁMITE.

4.5. PROCEDENCIA.
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1.- EXCEPCIONES PREVIAS

Quizá una de las definiciones más claras hasta el momento sobre que son las excepciones

previas la entrego el profesor y doctrinante Hernán Fabio López Blanco cuando afirmó que “Se

denominan excepciones previas, las circunstancias que tienden a poner término al proceso o a

subsanar irregularidades existentes para que la actuación siga su curso normal.” Existen otras

definiciones que las refieren como estrategias de las partes en un proceso judicial para entorpecer

o dilatar el mismo, pero finalmente después de observar cada una de esas definiciones que

existen lo único claro que queda en el ambiente es que sirven como medio de defensa

procedimental y que son legítimas porque están consagradas en el sistema normativo.

1.1. ALCANCE DE LA EXCEPCION PREVIA

La excepción previa no se dirige contra las pretensiones del demandante, sino que tiene

por objeto mejorar el procedimiento para que se adelante sobre bases que aseguren la ausencia de

causales de nulidad, llegando incluso a ponerle fin a la actuación si no se corrigieron las

irregularidades procesales advertidas o si estas no admiten saneamiento. La excepción previa

busca que el demandado, desde un primer momento, manifieste las reservas que pueda tener

sobre la validez de la actuación, con el fin de que el proceso, subsanadas las irregularidades, se

adelante sobre bases de absoluta firmeza, corrigiendo, de paso, fallas por omisión en las que

incurrió el juez, porque es lo cierto que este a través de las facultades de inadmisión de la
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demanda puede desde un primer momento obtener el saneamiento del proceso, deber que

persiste a lo largo del mismo.

Por consiguiente, es aplicación del principio de lealtad procesal y tiene como finalidad el

saneamiento inicial del proceso pues, ciertos hechos tipificados como excepción previa y causal

de nulidad no se pueden alegar bajo esta última forma, si teniendo la ocasión de alegarlos bajo la

primera no se hizo.

Cabe advertir que el término “excepción” se ha aplicado tradicionalmente a las

denominadas excepciones previas, equivoco derivado de que estas son una conducta del

demandado, cuando lo cierto es que su naturaleza jurídica no permite predicar tal calidad por

cuanto es la esencia de la excepción el estar encaminada a desconocer definitiva o

temporalmente las pretensiones del demandante. Como ya se dijo, las previas sólo buscan

asegurar que se adelante un proceso sin vicios que lo afecten, que de no corregirse

oportunamente podrían entrañar la nulidad de la actuación, lo cual va en beneficio no solo del

demandado sino de todos los que intervinieren en el proceso. Las “excepciones previas”, en

estricto sentido, son medidas de saneamiento a cargo de la parte demandada y así se les debería

denominar legalmente.

1.2.- CAUSALES DE EXCEPCION PREVIA

El artículo 100 del CGP contempla once casos en los cuales las puede el demandado

interponer. Es una enumeración taxativa por lo que, aparte de ellas, no hay posibilidad de crear
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por vía de interpretación otras, en lo cual también se diferencian de las excepciones perentorias

que no están taxativamente determinadas y pueden existir tantas cuantas sea posible.

Causales previstas por el art. 100 del CGP:

a. Falta de Jurisdicción o de competencia del juez: La explicación dada al estudiar los

alcances de los conceptos de nulidad por falta de jurisdicción y por falta de competencia, se

predica de manera idéntica para estas causales de excepción previa. El clásico ejemplo de esta

excepción previa es cuando se demanda ante un juez civil las controversias entre un particular y

la administración pública lo cual le da pie a la contraparte de interponerla ya que el operador ante

quien se acciono pertenece a la jurisdicción ordinaria y los hechos obedecen a la jurisdicción

contenciosa administrativa. Cuando acciono ante un juez penal asuntos netamente laborales lo

cual legítima a la contraparte para impetrar la excepción ya que, aunque ambos jueces hacen

parte de la jurisdicción ordinaria, el juez penal no es competente de conocer asuntos laborales.

b. Compromiso o clausula compromisoria: El pacto arbitral que comprende el compromiso y

la cláusula compromisoria, tal como lo prevé el art. 3 de la ley 1563 de 2012 se instituyó como

causal de excepción previa y, en verdad, solo constituye la tipificación de un caso específico de

incompetencia, que ya había sido determinado por vía de doctrina, pero que el legislador, para

prevenir cualquier discusión sobre el punto, resolvió señalarla como causal especifica.

Por la esencia misma del pacto arbitral, el auto que declara probada la excepción tiene

efectos de cosa juzgada en lo que al competente para conocer concierne, esto es, que si el
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demandante, a pesar de esa determinación, insiste en presentar una nueva demanda ante el juez

ordinario se puede allegar ante el nuevo funcionario judicial copia del auto ejecutoriado que

declaró probada esa excepción previa, pues iría contra la seriedad y el respeto que merecen las

decisiones judiciales darle solo efectos relativos a la actuación que la declaró probada, porque la

decisión se toma interpartes, luego de iniciado el proceso.

En resumen: Por la posibilidad que existe de que las partes expresa o tácitamente

renuncien al pacto arbitral, es por lo que el juez no puede reconocerlo de oficio, ni rechazar la

demanda de plano, motivo por el cual se le reguló como excepción previa, es decir, siempre debe

alegarse y si así no ocurre se radica definitivamente la competencia para conocer del asunto el

juez civil.

Cuando una de las partes que celebro un acuerdo de voluntades mediante una clausula

compromisoria o un compromiso, acude ante una jurisdicción distinta al arbitraje está facultando

a la contraparte para que le proponga dicha excepción ya que dicho pacto obliga a cada parte a

interponer el proceso en la jurisdicción especial que es la arbitral.

c. Inexistencia del demandante o del demandado: Se presenta cuando el sujeto de derecho,

que demanda o es demandado, no tiene tal calidad, bien porque la perdió o porque jamás tuvo

vida jurídica, lo cual es muy frecuente en el caso de las personas jurídicas. En efecto, piénsese en

que se adelanta un proceso en contra de una supuesta sociedad anónima que nunca ha sido

constituida, o contra una fundación que no ha llenado los trámites necesarios para tener tal
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calidad; resulta innegable que en tales casos no existe el sujeto de derecho demandado, como

tampoco lo hay si se demanda como si estuviera vivía la persona natural que falleció.

d. La incapacidad y la indebida representación: La incapacidad se presenta cuando una

incapaz demanda o es demandado en forma directa, sin que intervenga para nada su

representante legal.

Si quien no tiene capacidad para comparecer por sí mismo al proceso lo hace, bien como

demandante o como demandado, incluso como otra parte, prosperará la excepción, la que solo es

predicable respecto de las personas naturales, pues las jurídicas, necesariamente comparecen por

medio de representante, de manera que, si quien actúa con ese carácter no lo tiene, no estaremos

ante un caso de incapacidad, sino de indebida representación.

La indebida representación se presenta si una de las partes, persona natural incapaz, no

comparece con quien realmente es su representante legal, o quien cuando, siendo persona

jurídica se cita a un representante diferente del que la ley o los estatutos señalan como tal.

Por lo tanto entre la incapacidad y la indebida representación existe como diferencia fundamental

que la primera consiste en la comparecencia de una persona natural incapaz sin estar asistida por

su representante legal, esto es, que comparece por sí misma como si fuera plenamente capaz, en

tanto que la segunda concurre al proceso una persona natural asistida por quien no es su

representante legal o por una persona jurídica representada por quien no tiene la calidad de
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acuerdo con la ley o los estatutos, o cuando en representación de un sujeto de derecho se cita

como apoderado general a quien carece de dicha calidad.

La indebida representación también se hará extensiva a la falta de poder que para

demandar tenga el apoderado de la parte demandante, mas no de la parte demandada, pues en

este evento sería absurdo permitir a la parte demandada alegar por medio de su apoderado una

causal que depende exclusivamente de su propia actividad el subsanarla.

La indebida representación ocurre así mismo cuando se intervienen dentro del proceso en

calidad de heredero, cónyuge, albacea, y no se allega la prueba que permite acreditar tal calidad.

f. La ineptitud de la demanda: Puede que el juez no advierta que la demanda no reúne los

requisitos legales establecidos en el art. 82 del CGP, bien por que contenga indebida

acumulación de pretensiones, o porque no se hayan llenado todos los elementos formales d ella y

a pesar de las fallas la hubiere admitido y corrido traslado de ésta al demandado.

En este caso, el demandado puede suplir esa falta de cuidado del funcionario y promover

excepción previa por “ineptitud de la demanda por falta d los requisitos formales o por indebida

acumulación de pretensiones”.

g. Trámite inadecuado de la demanda: debe entenderse que el error está exclusivamente en la

decisión del juez al fijar un trámite que no corresponde.


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h. El pleito pendiente: Cuando entre unas mismas partes y por idénticas pretensiones se tramita

un juicio que aún no ha finalizado y se promueve otro, surge la posibilidad de proponer la

excepción de litispendencia, la cual como lo dice la corte, se propone “evitar dos juicios

paralelos y con el grave riesgo de producirse sentencias contradictorias”.

Para que el pleito pendiente pueda existir se requiere que exista otro proceso en curso,

que las partes sean unas mismas, que las pretensiones sean idénticas y que por ser la misma

causa estén soportadas en iguales hechos.

i. La no integración del Litisconsorcio necesario: En los casos en que exista un litisconsorcio

necesario, bien en la parte demandante o en la demandada y no comparecen las personas que

deben integrarlo, puede el demandado proponer tal hecho como excepción previa con el fin de

que si prospera la decisión, se ordene la citación completa de las personas que deben integrar la

parte respectiva.

j. La no citación de otras personas que deben serlo: Se consagra como causal de excepción

previa en el numeral 10 del artículo 100 el “no haberse ordenado la citación de otras personas

que la ley dispone citar”, causal esta que viene a ser complementaria de la prevista en el numeral

anterior, porque viene a cobijar no solo los casos en que es menester vincular al proceso

mediante la respectiva citación a los litisconsortes necesarios sino también a otros sujetos de

derecho que si no son llamados, la omisión puede generar una posterior nulidad. Se busca así

que por iniciativa del demandado, presentado esta excepción previa se corrija el error y se

disponga la citación omitida.


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k. La notificación de quien no es demandado: Disposición de una particular utilidad por

cuanto evita el adelantamiento de inútiles procesos que deberían afrontarse caso de no existir esta

solución para aquellos eventos que, si bien es cierto no son frecuentes, no dejan de presentarse en

la diaria realidad.

2.- EXCEPCIONES DE FONDO, MERITO O PERENTORIAS

Son las que se oponen a las pretensiones del demandante, bien porque el derecho alegado

en el que se basan nunca ha existido, o por que habiendo existido en algún momento se presentó

una causa que determinó su extinción o, también, cuando no obstante que sigue vigente el

derecho, se pretende su exigibilidad en forma prematura por estar pendiente un plazo una

condición.

Pueden agruparse las excepciones perentorias en tres grandes grupos:

 Excepciones perentorias definitivas materiales, que son las que niegan el nacimiento

del derecho base de la pretensión o aceptando en alguna época su existencia se afirma su

extinción, como sería el caso de la nulidad absoluta del contrato, el pago, la prescripción, en fin,

cualquiera de los medios típicos y atípicos de extinción de las obligaciones.

 Excepciones perentorias temporales, en las cuales el derecho existe, no se ha

presentado ninguna causa que lo extinga, pero se pretende su efectividad antes de la oportunidad
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debida para hacerlo, como cuando se demanda el cumplimiento de una obligación estando aún

pendiente el plazo pactado o sin cumplirse la condición estipulada.

 Excepciones perentorias de raigambre netamente procesal cuando no existe

legitimación en la causa respecto de cualquiera de las partes como sucede, por ejemplo, si

quien demanda no está asistido por el derecho sustancial o cuando estándolo la dirige contra

quien no es el obligado, hipótesis que es diversa a las dos anteriores pues las primeras parten de

la base de que la relación jurídico material se dio entre las partes, mientras que en la última

jamás ha existido.

Las excepciones perentorias definitivas materiales hacen tránsito a cosa juzgada, porque

una vez decididas mediante sentencia ejecutoriada no es posible proponerlas de nuevo, pues se

estará a lo definido; las perentorias temporales se diferencian de aquellas en que las sentencias

que la declara pone fin al proceso pero no a las pretensiones del demandante, quien puede

proponerlas en otro, cuando venza la obligación o se cumpla la condición, o sea, cuando el

derecho se haga exigible, debido a que ellas no afecten el fondo de la relación sustancial, solo la

oportunidad de su exigencia.

Ante las excepciones perentorias temporales surge este interrogante: Si el hecho que

impedía formular la pretensión ocurre con posterioridad a la iniciación del proceso y antes de

haberse proferido el fallo de primera instancia ¿se permite reconocerla en el fallo? Piense, por

ejemplo, en que se pide determinado derecho cuya exigibilidad estaba pendiente de una
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condición no cumplida al iniciarse el proceso, pero que dentro del curso de esta se presenta y lo

vuelve exigible o, hipótesis que no es rara, el evento que se estructura cuando al iniciarse un

proceso no era aún exigible la obligación por no haber vencido el plazo otorgado y opera el

vencimiento cuando se adelantaba aquel.

En estas hipótesis el juez no debe estimar las pretensiones del demandante y es

procedente negarlas en la sentencia, pues mal haría en no aceptar una excepción perentoria

temporal cuya base existe en el momento de presentación de la demanda, que es la que importa

para efectos de esta defensa; en otras palabras, tratándose de las excepciones perentorias

temporales el juez debe precisar si se hallan estructuradas mirando el momento en que se inicia

la relación jurídico-procesal, o sea cuando se presenta la demanda, pues es en tal momento que

debe ser analizado todo lo que atañe con la exigibilidad del derecho.

Si se considera que esta clase de excepciones opera básicamente en el proceso ejecutivo,

es menester recordar que como requisito central de procedencia del mismo exige el artículo 422

del CGP salvo una excepción, que la obligación sea exigible al momento de presentar la

demanda; por tal razón debe el juez mirar el punto no en la fecha de la sentencia sino en la de

presentación de la demanda; así en esta última ocasión el plazo ya estuviese vencido o la

condición cumplida debe declarar la existencia de la excepción perentoria temporal de no

exigibilidad.
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Si esta no fuera la interpretación se abriría el camino sencillo para demandar antes de

tiempo y, sobre la base que el vencimiento del plazo se dará en el curso del proceso, esperar una

decisión favorable apoyada en una indebida interpretación del art. 282.

2.1.- EL JUEZ FRENTE A LAS EXCEPCIONES PERENTORIAS

Aceptando el carácter de orden público que tiene del proceso civil, el legislador

colombiano ha considerado que las excepciones perentorias salvo tres casos taxativos, deben de

oficio ser reconocidas por el juez, así el demandando no las haya invocado, pues si en el proceso

se demuestran hechos generadores de cualquiera de ellas, el fallador debe declararlas probadas

en la sentencia, tal como lo indica el art. 280 del CGP al prescribir que la sentencia debe

contener una decisión expresa sobre las excepciones cuando proceda resolver sobre ellas.

Además, el art. 282 impone al juez la obligación de declarar de oficio cualquier

excepción perentoria que encuentre probada, salvo las de prescripción, compensación y nulidad

relativa, que se deban alegar siempre en oportunidad, so pena de que si no se presentan, o lo son

fuera de tiempo, el juez no las puede reconocer, así aparezcan probadas en el juicio.

Respecto a la excepción de prescripción la más frecuente de las tres, de una parte del

Código Civil ordena expresamente que se alegue (art. 2513) y el art, 282, del CGP señala que

cuando no se interponga oportunamente “la excepción de prescripción extintiva se entenderá


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renunciada” y ya vimos que las excepciones perentorias se presentan con la contestación de la

demanda o sea que lo que deben ser en término de su traslado en el proceso declarativo y dentro

de los diez días siguientes a la notificación del mandamiento de pago, en los procesos de

ejecución.

En cuanto a la compensación, si bien es cierto que, como lo dice el art. 1715 del C.C.,

obra “por el solo ministerio de la ley”, el juez no puede reconocerla oficiosamente por cuanto el

art. 1719 del mismo Código obliga a alegarla, al disponer: “sin embargo de efectuarse la

compensación por ministerio de la ley, el deudor que no la alegare, ignorando un crédito que

pudo oponer a la deuda, conservará junto con el crédito mismo las fianzas, privilegios, prendas e

hipotecas constituidas para su seguridad”.

Si el demandado formula excepciones perentorias y el juez encuentra que basta una de

ellas para extinguir totalmente las pretensiones del demandante, no tendrá que referirse a las

demás, puesto que la finalidad perseguida se ha obtenido con ese único análisis. Empero, según

el art. 306, si se apela la providencia y el superior no encuentra probada la excepción perentoria

que el juez a quo aceptó, deberá proceder al estudio de las demás excepciones, sin importar si

quien las alegó no apeló, como sucede siempre, ya que si en primera instancia se ha logrado

desestimar las pretensiones del demandante, es lógico que no se manifieste inconformidad contra

esa decisión; es más, le faltaría el interés procesal que lo habilita para apelar por cuanto la

sentencia no lo perjudicó.
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En síntesis, el legislador quiere que se reconozcan las excepciones perentorias que

resulten probadas en primer o segunda instancia, excepción hecha de las tres ya anotadas sino se

alegaron en la oportunidad debida, aun cuando la tendencia es a eliminar tales cortapisas, de ahí

que no sería raro en un futuro cercano que desapareciera la restricción para reclamar aun de

oficio la prescripción, la nulidad relativa y la compensación.

El deber del juez de declarar de oficio las excepciones perentorias está complementado

por las normas que lo autorizan para decretar la práctica o aporte de pruebas de oficio (art. 170).

De modo que la actividad del funcionario no consiste en esperar a que llegue el momento del

fallo para estudiar las posibles excepciones perentorias que existan, sino en estar atento para que

tan pronto vislumbre una de tales excepciones ordene, de ser necesario, la práctica, las pruebas

pertinentes para su demostración.

Así pues, la labor del juez en cuanto a las excepciones radica en buscarlas desde un

primer momento, pues aun cuando debe decidirlas en la sentencia, todo el sistema del Código le

indica la necesidad de actuar sobre ellas desde la iniciación misma del proceso.

No se piense que el código da al juez una posición interesada, porque así como este tiene

facultades para decretar pruebas de oficio respecto de la estructuración de excepciones, las tiene

y también las debe emplear con respecto a la comprobación de los hechos en que el demandante

funda sus pretensiones.


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Cabe anotar, como excepción a la regla del art. 282, el proceso de ejecución, en el cual no

tiene aplicación la regla que faculta a juez para declarar excepciones de oficio. Dado que en este

proceso se anexa a la demanda un documento que da cuenta de una obligación clara, expresa y

exigible proveniente del deudor (título ejecutivo), si el demandando no propone excepciones el

juez debe dictar sentencia ordenando que prosiga la ejecución, como la preceptúa el art. 440 del

CGP.

Mal puede el juez, si el demandado no excepciona, decretar pruebas con el fin de

desvirtuar el derecho del demandante, quien para iniciar el proceso de ejecución ha presentado

un título ejecutivo; sería incongruente la conducta del juez si de una parte procede a dictar

mandamiento ejecutivo dándole al título todo su valor probatorio y posteriormente, ante el

silencio del demandado, decreta pruebas de oficio para tratar de demostrar alguna excepción, lo

que lo colocaría en posición contradictoria pues si tiene alguna duda acerca de la suficiencia del

título no ha debido proferir el mandamiento ejecutivo.

En suma, en el proceso de ejecución no se aplica la regla general prevista en el art. 282 y

en todos los casos debe alegarse la excepción perentoria dentro de la oportunidad legal (art. 442),

cualquiera que ella sea, aun cuando es menester advertir que una vez propuesta una excepción

perentoria dentro del proceso de ejecución, recobra el juez, al igual que en los procesos

declarativos, la posibilidad de declarar probada la excepción perentoria que se estructure así no

haya sido alegada, salvo, naturalmente, los tres que lo han debido ser.
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También merece especial referencia el tratamiento del régimen de excepciones

perentorias en los casos donde la no contestación de la demanda determina que se dicte sentencia

de plano, tal como sucede, por ejemplo en el proceso de entrega de la cosa del tradente al

adquirente y en el de rendición de cuentas, pues en hipótesis como las advertidas realmente

pierde el juez la facultad de decretar pruebas de oficio dado que ante la no contestación de la

demanda debe dictar sentencia que ordene la entrega o auto aprobando las cuentas, lo que pone

en evidencia que en casos como los referidos no le es dable decretar pruebas e oficio en orden a

tratar de establecer la existencia de alguna excepción perentoria.

Téngase presente que en el proceso de restitución de un inmueble arrendado, la situación

es idéntica debido a que el numeral 3° del art. 384 del CGP señala que: “Si el demandado no se

opone en el término de traslado de la demanda, el juez proferirá sentencia ordenando la

restitución”.

Por último, el inciso 4° del art. 281 consagra otra importante directriz respecto del poder

oficioso del funcionario para pronunciarse sobre las excepciones perentorias al escribir que: “En

la sentencia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del derecho sustancial

sobre el cual verse el litigio, ocurrido después de haberse presentado la demanda siempre que

aparezca probado y que haya sido alegado por la parte interesada a más tardar en su alegato de

conclusión, o que la ley permita considerarlo de oficio”. Es decir, el momento de dictar sentencia

es adecuado para analizar la situación en litigio y, en consecuencia, si ciertos hechos que pueden

dar lugar a excepciones perentorias se estructuran después de la demanda el juez debe


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pronunciarse sobre ellos así en el momento mismo de trabada la relación jurídico procesal no

hubiesen existido, salvo aquellos que tienen que ver con la exigibilidad de la obligación.

En fin, se dan al juez las más amplias facultades para que se pronuncie en la sentencia

sobre circunstancias modificativas o extintivas del derecho sustancial aun en los eventos en que

el demandado no hubiese excepcionado adecuadamente.

2.2.- EL DEMANDADO Y LAS EXCEPCIONES PERENTORIAS

Consecuencia indefectible de la posibilidad de declarar las excepciones perentorias de

oficio es la de que en cualquier estado del proceso se pueden alegar, es decir, que el demandado

no tiene momento procesal preciso para formularlas, salvo las tres indicadas que deben ser

alegadas dentro de la contestación de la demanda; sin embargo, conviene presentar todas las

excepciones y no solo las que deben ser alegadas, en el estricto de contestación de la demanda,

con el fin de que las pruebas se orienten hacia la estructuración de los hechos generadores de la

excepción y además por razones de lealtad procesal.

No es necesario dar a la excepción una denominación específica y si se hace

erróneamente no tendrá trascendencia, pues los formalismos de nuestra legislación no pueden

producir efectos tales que por no emplear pueda desestimarse el fondo del asunto. Por ejemplo, si
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se dice que se interpone la excepción de pago, cuando lo que en realidad existe es una novación,

el juez deberá declarar la existencia del hecho extintivo de las pretensiones.

Con todo, con las excepciones que deben siempre alegarse: La prescripción, la nulidad

relativa y la compensación, ha de emplearse la denominación exacta de cada una de ellas, para

evitar innecesarias confusiones. No obstante, si del análisis de los hechos alegados

oportunamente fue la prescripción, la nulidad o la compensación, habrá que reconocerse su

existencia, pues así como el fallador goza de un amplio margen de interpretación de la demanda,

igual criterio debe aplicarse en cuanto a la interpretación de las excepciones.

La corte ha dicho a este respecto que “lo importante es el nombre con que se bautícela

excepción de fondo, sino la relación de los hechos en que se apoya. Algo más, hoy frente a los

poderes oficiosos del juez se hace necesario afirmar que lo fundamental, en verdad, no es la

relación de los hechos que configuran una determinada excepción, sino la prueba de los

mismos”.

Por último se destaca y se reitera que no basta denominar la excepción sino que es

menester expresar los hechos en que se basa, tal como lo dispone el numeral 3º del art. 96 del

CGP al indicar los requisitos dentro de la contestación de la demanda que ella debe contener:

“Las excepciones de mérito que se quieran proponer contra las pretensiones del demandante,

con expresión de su fundamento fáctico”, pero si así no ocurre, como es de esperar, eso no es

motivo para que si se estructuran probatoriamente, salvo las tres que deben ser alegadas, el juez

se puede abstener de declararlas.


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2.3.- CASOS EN LOS QUE PROCEDE LA EXCEPCION PERENTORIA

Dado que es, por excelencia, el medio de defensa más efectivo de que goza el demandado

pues busca el desconocimiento de las pretensiones del demandante, en casi todos los procesos de

jurisdicción contenciosa y en algunos de jurisdicción voluntaria son admisibles estas

excepciones. Recordemos que actualmente en los procesos de jurisdicción voluntaria, el criterio

del legislador es el de que las sentencias que en ellos se dicten no hacen tránsito a cosa juzgada,

pero se dejó de lado la tesis que sostenía que en ellos no había contienda, por cuanto muchos de

los asuntos sujetos a ese trámite la presentan. Ejemplo de esto es el proceso por interdicción de

un presunto discapacitado mental por demencia, en el cual este se opone a que se declare su

incapacidad y pueda defenderse demostrando la no existencia de causales que justifiquen dicha

medida, lo que, a todas luces, es una excepción perentoria, por cuanto se propone desconocer las

pretensiones de quien la solicitó; de ahí que en algunos procesos de jurisdicción voluntaria caben

excepciones perentorias.

Téngase presente que por la especial característica que revisten determinadas

pretensiones en algunos procesos, sin que ello implique violación del principio constitucional

del debido proceso, porque en oportunidades anteriores es donde se ha debido ejercitar la

defensa, las excepciones perentorias no pueden proponerse, tal como acontece con el proceso de

expropiación donde el art. 339 del CGP en el numeral 5º. Indica que no son admisibles

excepciones de ninguna clase; en otros procesos como el correspondiente a la ejecución para

obtener el pago de alimentos la única excepción que puede proponerse es la de cumplimiento de

la obligación, tal como lo señala el art. 397 del CGP en el numeral 5º.
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No obstante, la regla general es la amplia posibilidad de excepcionar de fondo o mérito.

Las características principales de las excepciones perentorias son las siguientes:

 Salvo las de prescripción, compensación y nulidad relativa, las demás las puede

reconocer el juez de oficio;

 No están limitadas en cuanto a su número y cualquiera que sea el hecho generador de una

circunstancia que permita desconocer las pretensiones del demandante tiene plena aceptación;

 Se pueden declarar en toda clase de procesos contenciosos y en algunos de jurisdicción

voluntaria;

 No es necesario denominar la excepción, ni tampoco relacionar los hechos que la

fundamentan; lo único que interesa para que tenga eficacia es que el material probatorio allegado

constituya algún hecho tipificador de excepción perentoria;

 Se pueden formular en cualquier estado del proceso, salvo las de prescripción,

compensación y nulidad relativa, que deben alegarse dentro del término para contestar la

demanda en la mayoría de los procesos; en el ejecutivo, las excepciones de prescripción,

compensación y de nulidad relativa, así como cualquier otra deben alegarse dentro del término

que indica el art. 442., determinándose una restricción en el número de las que se pueden
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proponer cuando el título ejecutivo es una sentencia de condena, por así disponerlo el art. 509

numeral 2º del CGP.

2.4.- DOS EXCEPCIONES PERENTORIAS EN PARTICULAR: NULIDAD Y

SIMULACION.

El art. 282 del CGP dedica su inciso final a al tratamiento de las excepciones de nulidad y

simulación, las cuales, por su índole especial reciben una particular mención en lo que a sus

efectos se refiere. Dice la norma: “Cuando se proponga la excepción de nulidad o la de

simulación del acto o contrato del cual se pretende derivar la relación debatida en el proceso, el

juez se pronunciará expresamente en la sentencia sobre tales figuras, siempre que en el proceso

sean parte quienes lo fueron en dicho acto o contrato; en caso contrario, se limitará a declarar si

es o no fundada la excepción.

Para entender cabalmente la norma recordamos que la nulidad puede ser absoluta

(declarable aun de oficio por el juez) o relativa (debe ser alegada) y resalto que la disposición no

distingue entre una y otra; además, tanto la nulidad como la simulación pueden ser declaradas

por vía de acción o por vía de excepción.

Si todos los que participaron en el contrato cuya nulidad o simulación se pide son parte

dentro del proceso, el juez debe declarar expresamente si existe o no simulación o nulidad, con el

fin de resolver definitivamente sobre el punto. Es decir, si están actuando todos los que
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intervinieron como contratantes y si la excepción prospera, el juez no debe limitarse en la parte

resolutiva del fallo a absolver al demandado, sino que debe indicar en ella que existe simulación

o que existe nulidad. De la misma manera, si la excepción no prospera, el juez de “pronunciarse

expresamente” en la sentencia, indicando que no existe nulidad o que no existe simulación, con

el objeto de dejar finiquitado cualquier litigio en torno a tales aspectos.

Si el juez se limitare a absolver al demandado sin pronunciarse sobre la nulidad o

simulación, podría eventualmente suscitarse otra controversia donde nuevamente se discutiera

sobre tales puntos, so pretexto de que no existió una expresa anulación de contrato o

manifestación sobre su validez.

Empero, si todos los contratantes no intervienen en el proceso y no era obligatorio

integrar un litisconsorcio necesario, circunstancia improbable de ahí la nula aplicación práctica

de esta norma, si el juez se pronunciara expresamente sobre las excepciones mencionadas y no se

limita a declarar la excepción propuesta, fundada o no, se violaría ostensiblemente el principio

del debido proceso y, en especial, el de los efectos de la sentencia que, salvo casos

excepcionales, solo obligan a quienes estuvieron vinculados dentro del juicio, motivo por el cual

el juez si encuentra que existe la nulidad o la simulación, acepta la excepción pero sin

pronunciarse sobre los fenómenos mencionados, ya que de procederse en forma contraria se

podría presentar el absurdo de que el contrato es nulo para unos pero para otros conserva

vigencia.
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3.- RECURSO DE CASACION

Este recurso, tradicionalmente considerado como extraordinario junto con los de revisión

y anulación de laudos arbitrales, es un medio importante y excepcional para impugnar

sentencias.

Este recurso tuvo su origen en Francia, país en el cual se desarrolló paulatinamente hasta

lograr en 1778 su concreción legal en forma muy similar a como se le conoce en la actualidad.

En Colombia se implantó por primera vez en 1886 y a partir de ese entonces pocas son las

variaciones que había tenido de fondo, pues en verdad su regulación ha sido adecuada.

De conformidad con el artículo 333 del CGP “El recurso extraordinario de casación tiene

como fin defender la unidad e integridad del ordenamiento jurídico, lograr la eficacia de los

instrumentos internacionales suscritos por Colombia en el derecho interno, proteger los derechos

constitucionales, controlar la legalidad de los fallos, unificar la jurisprudencia nacional y reparar

los agravios irrogados a las partes con ocasión de la providencia recurrida”.

Este medio de impugnación procura obtener la efectividad del derecho material, el respeto de las

garantías de los intervinientes, la reparación de los agravios inferidos por la sentencia recurrida o

la unificación de la jurisprudencia.

Este recurso extraordinario, altamente técnico, formalista, con motivos tasados y

posibilidades limitadas, representa para el defensor público un mecanismo útil y preciso para

enfrentar los fallos que causan agravio, esta impugnación está enfocada a enfrentar las sentencias
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con vicios de procedimiento o errores en la aplicación del derecho sustantivo, que producen

fallos injustos, provocan tipos penales que no responden a los hechos, fijan penas

desproporcionadas, entre otros.

3.1. FUNDAMENTO LEGAL.

Lo encontramos consagrado desde el artículo 205 a 218 de la Ley 600 del 2000 (los

artículos 214 y 219 de dicha ley fueron declarados inexequibles mediante Sentencia C- 252 del

28 de Febrero de 2001 por la Corte Constitucional).

3.2. PROCEDENCIA.

Procede la casación contra las sentencias de segunda instancia por los tribunales

superiores de distrito y el tribunal penal militar, cuando el delito sobre el cual se haya concretado

tenga una pena privativa de la libertad cuyo máximo exceda de ocho años, aunque puede ser

objeto de casación discrecional sentencias de segunda instancia diferentes a las que se

mencionaron anteriormente, a solicitud del procurador o su delegado o del defensor del

sindicado, cuando se considere necesario para el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de

los derechos fundamentales, pero bajo el imperio de las causales específicas (art. 205).
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3.3. TITULAR.

La demanda de casación podrá ser presentada por el Fiscal, el Ministerio Público, el

Defensor y los demás sujetos procesales. Estos últimos podrán hacerlo directamente, si fueren

abogados titulados y autorizados legalmente para ejercer la profesión (art. 210). 5.5.

REQUISITOS FORMALES DE LA DEMANDA DE CASACIÓN. La demanda de casación

deberá contener: 1) La identificación de los sujetos procesales y de la sentencia demandada. 2)

Una síntesis de los hechos materia de juzgamiento y de la actuación procesal. 3) La enunciación

de la causal y la formulación del cargo, indicando en forma clara y precisa sus fundamentos y las

normas que el demandante estime infringidas. 4) Si fueren varios los cargos, se sustentarán en

capítulos separados.

3.4. TRÁMITE.

Cuando el recurso tenga por objeto lo referente a la reparación integral, se debe acudir a

la cuantía y causales de casación civil para establecer la procedencia del recurso, sin

consideración a la pena que corresponda por el delito o los delitos (art. 208). Deberá interponerse

el recurso dentro de los quince (15) días siguientes a la última notificación de la sentencia de

segunda instancia, después de esto se corre traslado común por treinta (30) días para la

presentación de las demandas (art. 210). Si la demanda es extemporánea, lo deberá declarar el

tribunal (art. 210 inc. 2), en caso contrario, se debe correr traslado a los no demandantes por

quince (15) días, para la presentación de alegatos (art. 211).


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3.5. CAUSALES DE CASACIÓN.

De conformidad con el artículo 207 de la Ley 600 del 2000, las causales de casación son

las siguientes:

 Cuando la sentencia sea violatoria de una norma de derecho sustancial. Si la violación de

la norma sustancial proviene de un error de hecho o de derecho en la apreciación de determinada

prueba, es necesario que así lo alegue el demandante.

 Cuando la sentencia no esté en consonancia con los cargos formulados en la resolución de

acusación.

 Cuando la sentencia se haya dictado en un juicio viciado de nulidad

4.- RECURSO DE REVISION

Es un medio de impugnación que procede solamente contra sentencias en firmes o

ejecutoriadas, es decir, aquéllas contra las que no cabe recurso alguno ordinario ni

extraordinario, ya por su naturaleza, ya por haber sido consentidas por las partes, cuando se ha

producido una condena en virtud de un error. Sólo cuando el proceso se ha cerrado

definitivamente, sin posibilidad de ulteriores recursos, cabe promover la revisión de una

sentencia cuya validez no puede ya discutirse, bien porque no hubiera incurrido en vicio o
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defecto alguno, o bien porque éstos, de existir, quedaron convalidados por la firmeza, de ahí que

se le atribuya el carácter de subsidiario a la revisión

4 .1. FUNDAMENTO LEGAL.

Se encuentra consagrada en los artículos 220 a 228 de la Ley 600 del 2000.

4.2. LEGITIMACIÓN.

Tiene titularidad para esta acción los sujetos procesales que tengan interés jurídico y

hayan sido legalmente reconocidos dentro de la actuación procesal (art. 221).

4.3. REQUISITOS.

Se promueve por medio de escrito dirigido al funcionario competente y debe contener

(art. 222):

 La determinación de la actuación procesal cuya revisión se demanda con la identificación

del despacho que produjo el fallo.


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 La conducta o conductas punibles que motivaron la actuación procesal y la decisión.

 La causal que invoca y los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya la

solicitud.

 La relación de las pruebas que se aportan para demostrar los hechos básicos de la

petición.

4.4. TRÁMITE.

Si reúne los requisitos anteriormente mencionados, el magistrado ponente al cual le

corresponda esta demanda, la admitirá dentro de los cinco (5) días siguientes mediante auto de

sustanciación que será notificado personalmente a los no demandantes; de no ser posible, se les

notificará por estado. Si se tratare del absuelto, o a cuyo favor se ordenó cesación de

procedimiento o preclusión de la investigación, se le notificará personalmente y cuando esto no

sea posible se le declarará persona ausente y se le designará defensor de oficio, con quien se

surtirá toda la actuación (art. 223).

4.5. PROCEDENCIA.

El artículo 220 de la Ley 600 del 2000, indica que la acción de revisión procede contra las

sentencias ejecutoriadas y en los siguientes casos:


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 Cuando se haya condenado o impuesto medida de seguridad a dos o más personas por

una misma conducta punible que no hubiese podido ser cometida sino por una o por un número

menor de las sentenciadas.

 Cuando se hubiere dictado sentencia condenatoria o que imponga medida de seguridad,

en proceso que no podía iniciarse o proseguirse por prescripción de la acción, por falta de

querella o petición válidamente formulada, o por cualquier otra causal de extinción de la acción

penal.

 Cuando después de la sentencia condenatoria aparezcan hechos nuevos o surjan pruebas,

no conocidas al tiempo de los debates, que establezcan la inocencia del condenado, o su

inimputabilidad.

 Cuando con posterioridad a la sentencia se demuestre, mediante decisión en firme, que el

fallo fue determinado por una conducta típica del juez o de un tercero.

 Cuando se demuestre, en sentencia en firme, que el fallo objeto de pedimento de revisión

se fundamentó en prueba falsa.

 Cuando mediante pronunciamiento judicial, la Corte haya cambiado favorablemente el

criterio jurídico que sirvió para sustentar la sentencia condenatoria.


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Al estimar fundada la acción la Corte o el tribunal respectivo deben obrar en sede de

instancia en caso de encontrar acreditadas: la prescripción de la acción, la ilegitimidad o

caducidad de la querella, cualquier otra causal de extinción de la acción penal o el cambio de

criterio, siendo viable proferir la decisión que corresponda (art. 227 num. 1). En los demás

eventos se debe remitir la actuación a un despacho judicial de la misma categoría, pero diferente

al que profirió la decisión, a fin de que continúe con el trámite procesal a partir del momento en

que se le indique (art. 227 num. 2). Ni la providencia que decide la acción ni cualquiera otra

determinación interlocutoria que se profiera en su trámite son susceptibles de recurso de

apelación. El tribunal o la Corte deben otorgar la libertad inmediata si la persona se encuentra

purgando la pena y se considera acreditada la ausencia de las condiciones de procesabilidad; en

los demás eventos opera la libertad provisional y caucionada del procesado (art. 227 num. 3). La

acción admite desistimiento hasta antes de que se decida (art. 230)


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