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PROYECTO FAO TCP/GUA/2903 (A)

Uso y manejo del fuego en áreas agrícolas y forestales del departamento de Petén

Manual de Técnicas de Rehabilitación de


Áreas Afectadas por Incendios Forestales

Petén, septiembre 2005


Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 2

El presente documento fue elaborado por el Consultor internacional Ingeniero Forestal Marcos Pedro
Ramos Rodríguez, Dr.C., quién contó con el valioso apoyo de los Consultores Nacionales: Ing. Agr.
Rudy Herrera M.Sc y Técnico forestal Jorge Alberto Juárez Baldizón, con el concurso del Coordinador
del Proyecto Ing. Agr. Mario Salguero.
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CONTENIDO

1 PRESENTACIÓN.....................................................................................................................................................4

2 PLANIFICACIÓN DE LA REHABILITACIÓN..................................................................................................5

2.1 INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA...........................................................................................................................5


2.2 CONCEPTOS GENERALES....................................................................................................................................6
2.3 TÉCNICAS DE REHABILITACIÓN DE ÁREAS AFECTADAS POR INCENDIOS FORESTALES.......................................7
2.4 LA REHABILITACIÓN EN LA LEGISLACIÓN DE GUATEMALA...............................................................................8

2.5 PLANIFICACIÓN DE LA REHABILITACIÓN............................................................................................................8


2.5.1 Diagnóstico del área a rehabilitar..........................................................................................................9
2.5.2 Evaluación del área quemada..............................................................................................................10
2.5.3 Manejos recomendados.........................................................................................................................11
2.5.4 Promoción con la comunidad...............................................................................................................11
2.5.5 Protección y mantenimiento del repoblado..........................................................................................13

3 PROPAGACIÓN DE ESPECIES FORESTALES...............................................................................................13


3.1 INTRODUCCIÓN................................................................................................................................................13
3.2 CONCEPTOS GENERALES..................................................................................................................................13
3.3 SELECCIÓN DE LA ESPECIE Y PROCEDENCIA....................................................................................................13
3.4 CALIDAD DE LA SEMILLA.................................................................................................................................15
3.5 VIVEROS FORESTALES......................................................................................................................................17
3.6 CALIDAD DE LA PLANTA..................................................................................................................................22

4 ESTABLECIMIENTO DE BOSQUES.................................................................................................................25
4.1 INTRODUCCIÓN................................................................................................................................................25
4.2 CONCEPTOS GENERALES..................................................................................................................................26
4.3 PREPARACIÓN DEL SITIO..................................................................................................................................27
4.4 TRAZADO Y TÉCNICAS DE PLANTACIÓN...........................................................................................................29
4.5 TRANSPORTE DE LAS POSTURAS......................................................................................................................34
4.6 ORGANIZACIÓN DEL PERSONAL PARA LA PLANTACIÓN...................................................................................35
4.7 PROTECCIÓN Y MANTENIMIENTO DEL ÁREA REHABILITADA...........................................................................36

5 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................................38
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Manual de Técnicas y Medidas de Rehabilitación de


Áreas Afectadas por Incendios Forestales

1 PRESENTACIÓN.

Los incendios forestales, fenómeno que ha ocurrido desde tiempos inmemoriales, constituyen hoy un
problema global. Está presente en casi todos los países del mundo. En el caso de Guatemala, la
situación se tornó crítica en el año 1998 por la incidencia del fenómeno conocido como el Niño. Esto
llamó la atención de los actores involucrados en las actividades de protección. No obstante, la cantidad
de incendios ocurridos en el año 2003 superó a los de 1998, afectando un área de 22 848,98 ha. Es
interesante destacar que del total de hectáreas afectadas incluyendo forestales y no forestales, el 82,95
% fueron en el Departamento de Petén, lo que equivale a 68 827,23 ha, catalogando a este
departamento como prioritario a nivel nacional (INAB, 2003).

Considerando lo anterior, la FAO está apoyando al Gobierno de Guatemala a través de la ejecución del
Proyecto TCP/GUA/2903 (A). Este proyecto permitirá asegurar la protección de los recursos naturales
y su efectiva contribución al desarrollo regional y nacional. En el mismo participan varios Consultores
Extranjeros y Nacionales, siendo una de sus actividades, desarrollar cursos de capacitación sobre
diferentes elementos relacionados con los incendios forestales. Uno de ellos es la rehabilitación de las
áreas afectadas por los mismos, tema sobre el cuál se ha preparado un taller de capacitación. El Manual
que aquí se presenta, es el que utilizarán los participantes en dicho taller. Durante la elaboración,
edición e impresión del manual ha sido muy importante la colaboración prestada por el Consultor
Nacional Rudy Herrera Pérez.

Marcos Pedro Ramos Rodríguez


Dr. C., Ingeniero Forestal
Consultor FAO
Profesor. Universidad de Pinar del Río. Cuba.
E-mail: cmramos@af.upr.edu.cu

Rudy Eddyn Herrera Pérez


MSc. Ingeniero Agrónomo
Consultor Nacional FAO
rherrerap@intelnett.com
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PLANIFICACIÓN DE LA REHABILITACIÓN.

1.1 Introducción al problema.

Según Cochrane (2002) hasta hace pocos años el fuego en los bosques tropicales no era considerado un
problema alarmante. No obstante, a partir de la década del `90 se han registrado incendios frecuentes
y/o de grandes magnitudes en estos bosques tanto en América Latina y el Caribe como en el resto del
mundo.

A escala mundial, el uso incontrolado del fuego para la conversión de áreas de bosques y en las
distintas actividades agrícolas y pastoriles, son desde hace mucho tiempo y continúan siendo hoy día, la
causa más importante de los incendios forestales. Esto junto a otras causas tales como las actividades
relacionadas con la caza, el entretenimiento y su utilización en determinados conflictos, dan por
resultado, principalmente en años de pocas precipitaciones, serios impactos a los recursos naturales, la
salud del hombre, la transportación, la navegación y la calidad del aire en grandes áreas. También el
estado de pobreza en que vive una parte de la población en muchos países y su ritmo de crecimiento,
aumentan la presión de esta sobre los bosques y con ella el riesgo de incendios.

El desarrollo de soluciones sociales y ecológicamente aceptables y sostenibles a los problemas de


conservación depende de una comprensión profunda de la dinámica de los ecosistemas y de las
acciones humanas, incluyendo el papel del fuego. La comprensión de los regímenes del fuego es
esencial para determinar si las acciones humanas son beneficiosas, benignas o dañinas desde una
perspectiva ecológica y de qué manera lo son. Los ecosistemas pueden ser descritos en términos de
regímenes de fuego típicos, operando dentro de un rango conocido o esperado de variación de los
atributos o características clave de los regímenes del fuego. Los atributos incluyen la frecuencia
(incluida la ausencia del fuego), la severidad, la intensidad, la escala espacial, la estacionalidad y la
fuente predominante de ignición. Por lo general, los ecosistemas y los principales tipos de hábitat
pueden clasificarse como pertenecientes a una de tres categorías amplias de regímenes de fuego:
dependientes del fuego o influidos por éste, sensibles al fuego e independientes del fuego (TNC, 2004).

En los ecosistemas dependientes del fuego o influidos por éste, los incendios –ya sean incendios
silvestres o aquellos iniciados por personas y que imitan a los incendios silvestres– son tan
fundamentales para sostener las plantas y los animales nativos como lo son la luz del sol y la lluvia. En
los lugares en los cuales los ecosistemas evolucionaron con el fuego, los incendios mantienen una
estructura y composición específica del ecosistema. La exclusión del fuego resulta, a menudo, en
cambios generales al ecosistema, los cuales son ecológica y socialmente indeseables.

En los ecosistemas sensibles al fuego, los incendios intensos, frecuentes y de larga duración eran, hasta
hace poco tiempo, ocurrencias raras. En estos ecosistemas, la mayor parte de las plantas y animales
carecen de adaptaciones que les permitan responder de manera positiva al fuego o recuperarse
rápidamente después de un incendio. Típicamente, estas áreas son frescas o húmedas y poseen una
vegetación y una estructura del ecosistema que inhibe el inicio o la propagación del fuego.

En los ecosistemas independientes del fuego, no hay incendios en gran parte debido a la falta de
vegetación o de fuentes de encendido.

De acuerdo con lo anterior existen ecosistemas capaces de recuperarse después del paso del fuego y
otros que no pueden lograr esto. Sería muy importante contar con estudios que den por resultado
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modelos ecológicos que describan la posible sucesión de la vegetación después de ser “afectada” por el
fuego. Esto indicaría las posibles intervenciones a realizar en cada ecosistema con el fin de alcanzar en
unos su restauración en el menor tiempo posible y en otros, la necesidad de desarrollar una serie de
acciones que lleven a su rehabilitación. Generalmente estos estudios no existen, por lo que después del
paso del fuego la primera idea ha sido y continúa siendo la de tratar de rehabilitar el área con el fin de
volver a contar con las existencias maderables y otros servicios en el menor tiempo posible. Esta
situación plantea la necesidad de dominar las técnicas y medidas adecuadas para desarrollar la
rehabilitación de las áreas afectadas por el fuego, incluso, sin olvidar la idea (Jardel, 2003) de que
debemos aprender como usar el fuego en el manejo de ecosistemas. El presente manual pretende
contribuir en este sentido como parte de las actividades desarrolladas en el marco del Proyecto
TCP/GUA/2903 (A) – FAO “Uso y manejo del fuego en áreas agrícolas y forestales del Departamento
de Petén”.

1.2 Conceptos generales.

Además de la rehabilitación, existen otros métodos para la recuperación de ecosistemas degradados,


por eso es importante tratar sus definiciones con el fin de evitar posibles errores conceptuales. Un
ejemplo en este sentido es el uso de los términos rehabilitación y restauración ecológica para referirse
al mismo concepto. A continuación se presentan estas técnicas y las definiciones dadas por distintos
autores citados por Matos y Ballate (2003).

 Reforzamiento o enriquecimiento: Consiste en el incremento del tamaño de la población y su


diversidad, añadiendo nuevos individuos (BGCI, 1995).

 Reposición: Mediante esta técnica un ecosistema degradado es sustituido por otro ecosistema
productivo, en el que al menos, quedan establecidas comunidades biológicas y se recuperan algunas
funciones del ecosistema como: retención del suelo, etc. (Primack, 2000).

 Rehabilitación: Hacer que un ecosistema degradado vuelva a un estado no degradado aunque sea
diferente al original (BGCI, 1995). Como se observa, esta técnica admite la utilización de especies
diferentes a las nativas y como sabemos esta práctica resulta incompatible con los objetivos de un
área protegida, salvo casos plenamente justificados, estudiados, y en dependencia de su categoría de
manejo.

 Revegetación: Cuando se crea una comunidad totalmente artificial por razones prácticas o estéticas
(BGCI, 1995).

 Reconstrucción ecológica: Según Machado (2003) se utiliza en aquellos casos en que hay que
reconstruir un ecosistema en su totalidad donde no quedó prácticamente nada, o donde se pretende
instalar un tipo de ecosistema distinto al existente (reconversión forestal de tierras de cultivo;
construcción de lagunas, etc.). Se busca un resultado lo más avanzado posible aunque haya que
incorporar elementos traídos de afuera. A menudo, el ecosistema “reconstruido” sigue el modelo de
ecosistemas que están muy alejados. Estas prácticas han sido calificadas de “jardinería ecológica”
con una intención algo peyorativa, en absoluto justificada a priori.

 Rescate de tierras: Según Machado (2003) un concepto y práctica muy anteriores al de restauración
ecológica. Se sigue aplicando en los lugares tremendamente degradados (zonas de minas o suelos
urbanos) cuando se pretende recuperarlos -“rescatarlos”- para la naturaleza (o agricultura), aunque
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sea a un nivel modesto. Nunca saldrán ecosistemas homólogos a los nativos, pero sí algo más
funcional e interesante. En muchos casos, se consideran estas prácticas como un primer paso hacia
objetivos más ambiciosos.

 Saneamiento ecológico: Según Machado (2003) este término se ha empleado a veces como
sinónimo de rehabilitación, pero preferimos aplicarlo a aquellos casos en que se eliminan algunos
elementos ajenos al sistema natural, bien sean elementos físicos (basuras, contaminantes) o especies
exóticas. Es un modo de rehabilitación, en cierto sentido.

 Restauración ecológica: Conjunto de acciones multidisciplinarias sobre elementos naturales


degradados de un ecosistema, que permitan guiar la sucesión ecológica, mediante el uso de técnicas
adecuadas de manejo, hacia la recuperación de las características típicas del ecosistema original,
hasta lograr que por si solo puedan alcanzar su maduración o clímax (Matos y Ballate, 2003).

Un término utilizado en este manual es el de sucesión ecológica. Con el mismo se hace referencia a la
secuencia de comunidades sobre un área determinada a través del tiempo. En general la sucesión
conduce a la formación de una comunidad más compleja, dentro de los límites que imponen los
condicionantes de tipo ambiental, como clima, suelo y disponibilidad de agua. Las sucesiones de
comunidades que se substituyen unas a otras con tendencia a obtener un estadio de estabilidad se
denomina serie. Cada una de las comunidades temporales que se instala se denomina estadios. La
comunidad estable que constituye el punto final teórico de una sucesión se llama clímax.

Si la sucesión comienza sobre un sedimento mineral completamente nuevo se denomina sucesión


primaria. Si la sucesión se inicia sobre un área que poseía previamente vegetación que ha sido
perturbada por alguna circunstancia se denomina entonces sucesión secundaria. El primer estadio de
una sucesión es la fase de colonización o estadio pionero; incluye la implantación de unas pocas
especies adaptadas a condiciones adversas para la mayoría de las plantas. Su establecimiento va
alterando las condiciones ambientales del lugar. A su muerte, ese suelo contendrá algo de humus,
proveniente de la descomposición de la materia orgánica de los organismos pioneros. La existencia de
habitas con nuevas características ambientales permite que nuevas especies, diferentes a las pioneras
empiecen a poblar el espacio y a modificarlo; se da entonces una diversificación de las poblaciones,
siendo más compleja la comunidad resultante.

1.3 Técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios forestales.

Las técnicas de rehabilitación incluyen tanto el manejo de la regeneración natural y la reforestación a


través de siembra directa o plantación como otras actividades tales como obras de conservación de
suelo y agua, cercado y protección y extracción de productos y limpieza del área.

El manejo de la regeneración natural incluye actividades en el área de limpieza, acomodo de materiales


en curvas a nivel, escarificación del suelo, la protección yo exclusión, trasplante y las acciones
necesarias para inducir la regeneración natural en el caso de que existan árboles vivos dentro del área y
aprovechando los de la periferia.

La reforestación considera la siembra directa, la plantación de plántulas producidas a partir de estacas o


semillas y la utilización de la regeneración natural. La planeación, diagnostico, prescripción, las
especies a utilizar, densidades, métodos y periodos de plantación, entre otros, deben ser observados.
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Las obras de conservación de suelo y agua incluye obras y prácticas de acomodo de desperdicios o
piedras en curvas a nivel, construcción de represas filtrantes, terrazas individuales, rectificación de
cárcavas, caminos perfilados, barreras vivas, zanjas de absorción, zanjas trincheras, sistemas
silvopastoriles, establecimiento de especies herbáceas y arbustivas fijadoras de suelo, entre otras.

El cercado y protección considera las acciones para proteger la vegetación que se establezca o induzca,
las cuales pueden ser mediante cercos, vigilancia, brechas cortafuego y otras.

La extracción de productos y limpia del área considera la ubicación en curvas a nivel, en montículos o
en las cárcavas de desperdicios como troncos, ramas, rabizas, varas, corteza, etc. o la extracción del
área de los productos aprovechables.

De acuerdo con el Programa de Acciones de Restauración Forestal de Granada, España, una vez
establecido el grado de afectación en el ecosistema, las actuaciones se basan fundamentalmente en:

 Construcción de obras de hidrología para evitar arrastres derivados de la falta de cobertura vegetal.
 Observación de las tendencias de regeneración natural de la vegetación que en cada monte se
desarrollan.
 Medidas de ayuda a la regeneración natural de la vegetación como pueden ser veda al pastoreo y
tratamientos silvícolas adecuados.
 Producción de plantones de las especies idóneas para, mediante técnicas adecuadas de reforestación,
ayudar al esfuerzo de restauración que la propia naturaleza realiza.
 Reforestación y densificación de las masas existentes.

1.4 La rehabilitación en la legislación de Guatemala.

Es importante que el personal encargado de planificar tanto la rehabilitación como otras actividades,
domine el cuerpo legal existente para utilizarlo como apoyo a su trabajo y para no violar las políticas
establecidas. En Guatemala hacen referencia directa o indirectamente al tema de la rehabilitación las
normativas legales siguientes:

 Constitución Política de la República de Guatemala.


 Ley de Áreas Protegidas, Decreto No. 4 – 89.
 Reglamento de la Ley de Áreas Protegidas, Acuerdo Gubernativo No. 759 – 90.
 Ley Forestal, Decreto No. 101 – 96.
 Reglamento de la Ley Forestal. Resolución 4.23.97.
 Ley de la CONRED, Decreto No. 109 – 96.
 Reglamento de CONRED. Acuerdo Gubernativo 443 – 2000.
 Acuerdo Gubernativo 63 – 2001. Creación del SIPECIF.
 Reglamento del Programa de Incentivos Forestales. Resolución 02.12.2004 – INAB.

1.5 Planificación de la rehabilitación.

Una correcta planificación de las distintas actividades conllevan al logro de una buena rehabilitación de
las áreas afectadas. Esto debe ser un proceso consciente, basado en el diagnóstico del área, su
evaluación y los manejos recomendados. Estas actividades permiten desarrollar tanto una correcta
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promoción con la comunidad como una correcta planificación de la producción de plántulas, la


creación del bosque y la protección y mantenimiento del repoblado. Considerando estas actividades es
posible determinar los objetivos, elaborar las restricciones, el presupuesto y un calendario de
actividades.

El establecimiento de objetivos claros, precisos, definidos y cuantificables, ayuda al encargado de un


proyecto a pensar antes de actuar. Un objetivo es una guía porque es lo que deseamos alcanzar y nos
permite ver donde estamos con relación a ese punto de referencia. También es un elemento para la
evaluación, pues nos deja ver que tan cerca estuvimos de alcanzarlo y si fuimos realistas al
establecerlo. Los objetivos pueden ser a corto, mediano y largo plazo (Nájera et al., 2001).

En cuanto a las restricciones es preciso identificar lo que se puede y sobre todo de lo que no se puede
hacer. Por ejemplo, si no se cuenta con maquinaria pesada o la pendiente del terreno impide su uso,
existe una restricción en los métodos de preparación del sitio. Quizá otra restricción consista en la falta
de suficiente personal capacitado para realizar las labores de colecta de semilla o aplicación de
herbicidas. Ello tiene consecuencias sobre la planeación de actividades. Los recursos económicos
disponibles impondrán restricciones sobre la contratación de personal, la infraestructura, la compra de
equipos y materiales, etc. (Nájera et al., 2001).

Puede existir restricción de tipo legal como la prohibición de uso de ciertos productos químicos o el
requerimiento de respetar la vegetación de los márgenes de los arroyos. Por lo que es importante
elaborar una lista de las restricciones aplicables a su proyecto concreto.

El presupuesto se elabora de acuerdo a una lista de necesidades. Vea si se cuenta con los recursos para
ello. De no ser así ajuste los objetivos a las posibilidades reales. El presupuesto es la herramienta que le
servirá para alcanzar sus objetivos. El flujo ininterrumpido de recursos es condición indispensable.

El calendario de actividades puede ser semanal. Anote todas las actividades, aún los menores detalles.
Tenga en cuanta por ejemplo cuándo se sacará la planta del vivero, cuándo se deben tener las cepas
listas o cuándo se debe contratar al personal. Para el día de la plantación se deben tener listos los
vehículos, por lo que se necesita dinero para gasolina y aceite (Nájera et al., 2001).

1.5.1 Diagnóstico del área a rehabilitar.

Mientras más completa sea la información que el técnico tenga del propósito que lo ocupa, mayor será
su conocimiento del sitio o área a rehabilitar, debiendo considerar los objetivos que se persiguen. De
ahí que el diagnóstico deba contener una descripción de los factores ecológicos, económicos, sociales,
legales, etc., del sitio y que afectan el resultado de la rehabilitación. Los aspectos más importantes que
debe contener el diagnóstico son:
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Aspectos naturales:
 Situación geográfica  Vegetación
 Topografía  Herbívoros
 Clima  Otros aspectos
 Suelo  Acceso

Aspectos socioeconómicos:
 Uso actual del predio, situación legal,  Otras actividades económicas (por
población, organización social temporadas)
 Grado de sensibilización (conciencia)  Maquinaria y equipos
 Entrenamiento o adiestramiento  Otra infraestructura

1.5.2 Evaluación del área quemada.

Evaluar el área quemada es de gran importancia. Esta actividad sirve de base tanto para valorar las
pérdidas producidas por el fuego como para tomar decisiones adecuadas en cuanto a las acciones de
rehabilitación logrando cumplir este objetivo con la mayor eficiencia posible. Para realizar la
evaluación deben observarse los puntos siguientes:

 Ubicar en el mapa los límites del área afectada.


Primero debe hacerse un croquis del área utilizando alguno de los métodos conocidos tales como el uso
de brújula y cinta, uso de GPS o delimitación sobre fotos aéreas. Esta información se pasa a un mapa u
hoja cartográfica.
 Determinar la superficie total afectada por el incendio.
El cálculo se hace utilizando una plantilla de puntos, un planímetro polar, usando el método de las
cuadrículas o por triangulación. Hoy día esta superficie es posible obtenerla también a través del
procesamiento de fotos de satélites.
 Zonificar el área de acuerdo a los distintos grados de afectación.
Es conocido que los factores que determinan el comportamiento del fuego en un incendio forestal
(topografía, material combustible y condiciones meteorológicas) se presentan siempre de forma
diferente, esto da por resultado la coincidencia de opiniones en cuanto a que ningún incendio es igual a
otro en cuanto a la manifestación de las variables del comportamiento (intensidad lineal, altura de
secado letal, tiempo de residencia, calor liberado por unidad de área, longitud de la llama, velocidad de
propagación). Debido a esto las afectaciones que produce el fuego al recorrer un área determinada
generalmente son heterogéneas. Es decir, se encontrarán distintos grados de afectaciones a la
vegetación en base a los cuales es posible hacer una zonificación del área quemada. Esto permite desde
el punto de vista de la valoración, no sobrevalorar las pérdidas producidas por el fuego, y desde el
punto de vista de la rehabilitación, poder recomendar los manejos más adecuados en cada zona.

Para hacer la zonificación se desarrolla un muestreo el cual consistirá en levantar una parcela de 100 m 2
por cada hectárea. Estas parcelas se ubicarán de forma sistemática a través de líneas que atraviesen el
área. En cada parcela, a la vez que se van midiendo la altura y el diámetro de los árboles, se van
clasificando de acuerdo a su afectación. Para esto se utilizará la clasificación siguiente:
- Afectaciones ligeras: Aquellos árboles que solo han sufrido ligeras afectaciones en la corteza y/o en
las primeras ramas.
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- Afectaciones medias: Aquellos árboles cuyas copas han sido afectadas hasta un 60 %
aproximadamente.
- Afectaciones totales: Aquellos árboles cuyas copas han sido afectadas completamente.

Ahora se clasifican las parcelas de acuerdo al grado de afectación que supere el 70 % de los árboles en
la misma. A continuación se hace la zonificación uniendo parcelas de igual grado de afectación.
También es posible determinar el volumen de madera en cada una de estas zonas. Esto permite
planificar las actividades de saneamiento o aprovechamiento de la madera afectada.

1.5.3 Manejos recomendados.

Teniendo en cuenta la evaluación, se recomiendan para cada zona los manejos más adecuados. Estos
manejos pueden ser los siguientes:

 En las zonas con afectaciones ligeras, se supone que el arbolado se recuperará sin dificultades, por
eso solo es necesario ejecutar algunas medidas de saneamiento o cortas sanitarias. En este caso se
talarán aquellos árboles que han sido afectados totalmente y que constituyen el lugar adecuado para
que proliferen poblaciones de insectos de la corteza los cuales pueden llegar a afectar otros árboles
en busca de alimentos.
 En las zonas clasificadas como de afectaciones medias debe proponerse talar los grupos de árboles
con afectaciones medias y totales y hacer una reconstrucción en grupo cuando llegue la época de
plantación.
 En las zonas clasificadas como de afectaciones totales se debe realizar una tala raza y en la época de
plantación, hacer una reconstrucción total del área.

1.5.4 Promoción con la comunidad.

Una de las etapas de mucha trascendencia previas a la realización de la rehabilitación, es la promoción


de la misma, ya que es el momento oportuno para orientar los trabajos forestales de una comunidad. El
éxito de un programa de rehabilitación depende básicamente de la participación efectiva de las
comunidades. En la promoción hay que tomar en cuenta los siguientes aspectos (Nájera et al., 2001):

 La promoción debe ser realista y acorde a las necesidades inmediatas y a mediano plazo de la
comunidad. Por ejemplo, no se debería recomendar establecer una rehabilitación con fines
industriales a una comunidad alejada de vías de acceso.
 No hay que promover la rehabilitación en base a simples especulaciones, por ejemplo reforestar
sobre futuras industrias; los extensionistas muchas veces con el afán de despertar el interés de la
comunidad realizan esta práctica, que es muy peligrosa por sus obvias consecuencias negativas.
 No es conveniente exagerar los beneficios potenciales de una rehabilitación. Hay que explicar
honestamente la importancia y beneficios de la reforestación sin despertar falsas expectativas.
 Deben explicarse bien las diferentes modalidades de la rehabilitación que se pueden aplicar e
involucrar a la comunidad haciéndola consciente de que las que se aplicarán son las mejores para su
área o sitio.
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 Informar a la comunidad con claridad cuáles serían sus beneficios y responsabilidades, así como la
importancia de cumplirlas oportunamente. Es conveniente destacar siempre que el trabajo es para su
beneficio y que por lo tanto hay que hacerlo lo mejor posible.

En Centroamérica muchos productores han establecido plantaciones, pero sin lograr los objetivos
señalados. En algunos casos, hay productores que han establecido plantaciones sin una idea clara del
objetivo(s) de las mismas. En otros casos, los que promocionan las plantaciones puras han exagerado
los beneficios que estas pueden generar. Por ejemplo, no es realista pensar que pequeños lotes de
árboles distribuidos en el paisaje, influirán en el régimen de lluvias. Los árboles de rápido crecimiento
en plantaciones densas tampoco representan la mejor estrategia para proteger fuentes de agua, pues más
bien utilizan cantidades considerables de agua y las copas interceptan el agua de lluvia antes de que
llegue al suelo. Otro problema ha sido el establecimiento de plantaciones puras con fines comerciales
en sitios marginales no apropiados para las especies plantadas. Un mito común que es necesario
desterrar es que los árboles son capaces de sostener un crecimiento vigoroso en sitios muy pobres hasta
alcanzar dimensiones grandes (OFI/CATIE, 2003).

La forma de realizar la promoción variará de una comunidad a otra. Lo importante es ajustarse a la


realidad de cada caso, procurando la máxima participación posible.

Siguiendo a Matos y Ballate (2003) algunas de las acciones que se pueden desarrollar relacionadas con
la educación ambiental y vinculadas a un proyecto de rehabilitación, son las siguientes:

 Reunión con guardabosques o guarda recursos del área, para informar y trazar estrategias de
protección.
 Divulgación entre las comunidades cercanas al área, de sus valores naturales y causas de su
deterioro; mediante volantes, plegables, folletos, programas radiales y televisivos locales, videos,
etc.
 Conversatorios con los propietarios existentes dentro del área, sobre temas relacionados con las
causas del deterioro existente en la misma, la necesidad del proyecto de rehabilitación, de la
protección de las áreas naturales conservadas, y la vinculación de ellos al mismo, etc.
 Creación de promotores ambientales.
 Creación de grupos de amigos por parte de estos promotores, con la participación de los pobladores
de las comunidades cercanas.
 Creación de círculos de interés.
 Participación de los promotores ambientales en los talleres y cursos de capacitación.
 Impartición de conferencias y conversatorios, a estos grupos de amigos, por parte de los especialistas
del proyecto o invitados.
 Celebración de los días del árbol, del medio ambiente y otros relacionados con la naturaleza; con
participación de los grupos creados y personal asociado al proyecto.
 Participación de estos grupos y personal asociado, en actividades del proyecto que así lo permitan,
como recogida de semillas, trabajos en vivero, corte de maleza y vegetación indeseable, preparación
de suelos, plantación, etc.
 Creación de fuentes de trabajo para la comunidad local.
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1.5.5 Protección y mantenimiento del repoblado.

Durante la planificación es importante tener en cuenta tanto las medidas de protección del repoblado
(contra fauna silvestre y doméstica, contra la competencia, contra el fuego, etc.) como las de su
mantenimiento (reposición, ruedos, fertilización, control de plagas y enfermedades, etc.). Todas estas
actividades son importantes para hacer el calendario, para planificar el presupuesto y para describir las
restricciones.

2 PROPAGACIÓN DE ESPECIES FORESTALES.

2.1 Introducción.

La importancia de contar con los ecosistemas forestales por la gran cantidad de bienes y servicios que
brindan al hombre y su papel para el mantenimiento de la vida en la Tierra, en la conservación de la
diversidad biológica y su participación como sumideros de CO 2, gas de efecto invernadero, impone la
necesidad de rehabilitar las áreas de bosques afectadas por el fuego a través del manejo de la
regeneración natural o de la creación de plantaciones, método más común. Esto es posible a través de
una correcta selección de las especies desde el punto de vista ecológico y económico, además de contar
con sistemas de propagación eficientes y que garanticen la calidad de las posturas y su sobrevivencia en
el campo, a partir de una correcta selección y preparación de los sitios a repoblar.

Este capítulo trata de forma resumida todos estos aspectos mencionados anteriormente a partir de la
compilación de diferentes materiales con el fin de apoyar el análisis en el taller sobre rehabilitación de
áreas afectadas por los incendios forestales.

2.2 Conceptos generales.

En este epígrafe se presentan las definiciones de tres términos que se utilizarán mucho a través de todo
el tema de la propagación.

 Vivero: Conjunto de instalaciones que tiene como propósito fundamental la producción de plantas.
 Plántula: Una plántula es un individuo que ha sido desarrollado a partir de una semilla. Sin embargo,
el término es comúnmente utilizado en forma relajada, cuando se hace referencia a otros tipos de
productos del mismo vivero, como son los trasplantes, las estacas enraizadas e incluso “los callos”
(los cuales son producidos a través de micropropagación).
 Material plantable: Plantón o postura que generalmente proviene de semillas, pero puede tener otro
origen (estacas, acodos, etc. o plántulas de regeneración natural en el bosque). Por lo general las
plantas provenientes de semillas son más vigorosas y de más larga vida que las obtenidas
agámicamente.

2.3 Selección de la especie y procedencia.

De acuerdo con Nájera, et al. (2001) al determinar iniciar un programa de rehabilitación con
reforestación en una comunidad, hay que tomar la decisión fundamental: ¿Con qué especie reforestar?.
Por su trascendencia, ésta decisión no debe hacerse nunca en forma empírica y precipitada. Después de
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elegir el sitio o áreas a rehabilitar hay que buscar una o más especies adecuadas a las condiciones
encontradas, con cierta frecuencia se han utilizado especies no aptas, con resultados poco favorables.
Por consiguiente, es muy importante relacionar el sitio con las especies apropiadas y aprovechar la
experiencia ya vividas.

La selección, dentro de lo posible, debe hacerse en base a las necesidades de la comunidad. Diferentes
especies significan diferentes beneficios y productos, por lo que hay que elegir la especie apropiada
para el objetivo de la rehabilitación. También se debe considerar que existen muchas especies que
pudieran servir, es obvio que hay que limitarse a las que se están produciendo en los viveros de la
región o las que tenemos posibilidades de producir. Para tomar ésta decisión, se consideran los factores
siguientes (Nájera, et al., 2001):
 El producto que se pretende obtener, tanto en calidad como en cantidad.
 Las condiciones en que se realiza la reforestación. Esto se refiere tanto a condiciones ecológicas
como de manejo.
 La adaptación a las condiciones del sitio. Para ello, lo óptimo es que se utilicen procedencias nativas
(excepto en el caso de reforestaciones especiales).
 Las experiencias anteriores. Si ya existen especies cuyo éxito ha sido demostrado
experimentalmente, las cosas se facilitarán.

La especie seleccionada, reproducida a partir de una procedencia determinada, debe ser capaz de
sobrevivir en el sitio, crecer adecuadamente de acuerdo a la calidad del sitio y rendir el producto
deseado. Para ello debe conservarse sana, por lo que la adaptación a las condiciones del sitio o área
debe ser el principal factor a considerar.

Aunque el sitio a plantar se encuentre dentro del rango de distribución natural de la especie, no basta
con colectar semilla de cualquier localidad donde la especie crece, si no que la semilla debe provenir de
las zonas con mayor similitud de condiciones climáticas y edáficas; puesto que se va a mejorar las
condiciones al eliminar la competencia y se va a usar semilla seleccionada.

En la actividad forestal el término “procedencia” es usado para designar la población de árboles de una
especie que crece en su lugar de origen, la semilla cosechada de ellos y su descendencia o progenie que
crece en plantaciones. Este concepto es suficientemente claro cuando es usado para referirse al origen
geográfico original en un bosque natural; sin embargo, no es claro o no es usado consistentemente
cuando el lugar de origen es una plantación que quizás hace dos o más generaciones que fue trasladada
del bosque natural original (Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

Según estos autores, durante un largo tiempo los forestales han reconocido que el uso de diferentes
orígenes geográficos de semillas de una misma especie para el establecimiento de plantaciones puede
conducir a diferencias sustanciales de crecimiento, forma y salud de estas. Las diferencias dentro de una
especie pueden ser tan grandes que un lote de semillas dé como resultado plantaciones exitosas, en tanto
que otro fracase completamente. Por ello para los forestales es importante conocer el lugar de origen de
la semilla y obtener semilla de los mejores lugares. Además, si fuera posible, del área natural de la
especie.

Las procedencias locales son las más seguras. Se entiende por procedencia local aquella fuente de
semilla localizada dentro de un área cercana al sitio de reforestación y con condiciones similares a éste.
Si existe un sistema de zonificación para procedencias en la región donde usted trabaja, la transferencia
de semilla tendrá bases más seguras. Recuerde que únicamente la demostración experimental puede
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 15

validar completamente la transferencia de semillas de una zona a otra.

Cuando no hay semilla disponible en la región o cuando no hay una especie nativa apropiada entonces
hay necesidad de introducir una exótica, es decir, una especie que va a crecer fuera de su rango natural
de distribución. Puede ser que ya existan individuos de especies exóticas creciendo en la región,
búsquelos y evalúe sus posibilidades.

La correcta introducción de especies incluye la experimentación, pero en ausencia de ésta, se debe


recurrir a los homoclimas, es decir, la comparación del clima del sitio a plantar con diversas áreas del
mundo, a fin de encontrar procedencias apropiadas. Una explicación detallada de los homoclimas
aparece en Walter, 1973. Igualmente es necesario igualar características del suelo, principalmente el pH
y la textura. A fin de reducir el riesgo en la introducción de especies, deben seguirse las siguientes
recomendaciones de Zobel y Talbert (1990) (Nájera, et al., 2001):

 No trasladar procedencias de clima tipo mediterráneo a un clima continental.


 No trasladar procedencias de áreas que presentan climas uniformes con pequeñas fluctuaciones de
precipitación y temperatura a áreas con fluctuaciones duraderas e importantes de esos factores aún
cuando los extremos y promedios anuales pueden ser similares.
 No intercambiar fuentes de elevadas altitudes a bajas altitudes o de altas latitudes a bajas latitudes o
viceversa.
 No plantar en suelos ácidos árboles originarios de suelos básicos o viceversa.
 No plantar en suelos arenosos las procedencias de suelos arcillosos o viceversa.

2.4 Calidad de la semilla.

La semilla es el principal órgano reproductivo de la gran mayoría de las plantas superiores terrestres y
acuáticas. Ésta desempeña una función fundamental en la renovación, persistencia y dispersión de las
poblaciones de plantas, la regeneración de los bosques y la sucesión ecológica. La semilla es uno de los
principales recursos para el manejo agrícola y silvícola de las poblaciones de plantas, para la
reforestación, para la conservación del germoplasma vegetal y para la recuperación de especies valiosas
sobreexplotadas. Las semillas pueden almacenarse vivas por largos periodos, asegurándose así la
preservación de especies y variedades de plantas valiosas (Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

La calidad de una muestra de semillas frecuentemente varía ampliamente dependiendo de su origen


(muestra poco representativa, semillas producidas por progenitores que crecen en ambientes
limitantes), nivel de maduración, grado de parasitismo y depredación, semillas vanas, deformes o
dañadas, semillas del suelo en lugar de la planta madre, limitaciones de recursos para la reproducción
dentro del año de colecta y las técnicas de recolección y manejo que se hayan empleado.

La calidad de las semillas recolectadas tiene gran importancia, ya que las semillas de baja calidad no
resisten el almacenamiento o no germinan tan bien como aquellas colectadas con más cuidado. El
momento ideal para colectar semillas es cuando los frutos sobre la planta madre están maduros y se
inicia la diseminación de las semillas. Antes de ese momento las semillas pueden estar aún inmaduras
fisiológica o estructuralmente e imposibilitadas para terminar su maduración. Cuando las semillas se
recogen del suelo pueden estar hidratadas o contaminadas con microbios de la descomposición u
hongos patógenos o parásitos, por lo que se deben recoger directamente de la planta.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 16

Una vez colectadas las semillas debe tenerse mucho cuidado de evitar o reducir su exposición a
condiciones que afecten su longevidad. Por ejemplo, se deben mantener frescas, ya que la viabilidad de
las semillas y su vigor se ven reducidos conforme la temperatura se incrementa o cuando se exponen al
calor más tiempo del necesario; incluso media hora de exposición al calor del Sol o al calor de un
vehículo puede dañarlas. Colocar semillas húmedas en recipientes cerrados puede interrumpir la
respiración normal y terminar asfixiándolas; el agua condensada del vapor de la respiración también
puede promover el desarrollo de moho. La forma ideal de mantener semillas recién colectadas hasta su
arribo al laboratorio es dentro de bolsas de papel o sacos de tela de algodón, porque estos materiales
permiten la circulación de aire entre el interior y el exterior.

La calidad de semillas es un concepto aplicable a diferentes propiedades de las mismas, entre otras las
relacionadas con su capacidad para dar lugar rápidamente a plántulas de crecimiento vigoroso y de
aspecto normal. La calidad de la semilla en general se puede ver desde dos puntos de vista:

 Calidad genética: Idoneidad genética, que se controla mediante la elección de la procedencia, el


rodal o los árboles en que se recolecta.
 Calidad fisiológica: Se refiere a la viabilidad (que se mantenga el embrión vivo) y a la capacidad
germinativa.

Una semilla es viable cuando la germinación puede ocurrir bajo determinadas condiciones. La
definición incluye semillas dormantes, pero viables, en estos casos la dormancia necesita romperse
antes y la viabilidad puede ser una medida de la germinación (Bradbeer, 1988). Mientras que (Leadem,
1996) considera que la viabilidad es el estado en el que comienza la germinación y el subsiguiente
crecimiento y desarrollo de las posturas. La viabilidad es un factor esencial para la propagación
satisfactoria de las plantas. Una reducción en la viabilidad de la semilla puede ser el resultado de
lesiones producidas durante la cosecha, de procedimientos inadecuados durante el proceso de
almacenamiento y de la edad. La mejor manera de averiguar la viabilidad es con una prueba de
germinación, ya que otros procedimientos como la prueba del tetrazolio o el uso de respirómetros, son
complicados y frecuentemente no dan resultados satisfactorios. Otra prueba, la que se realiza con rayos
X, sólo es útil para verificar la cantidad de semillas dañadas o parasitadas de una muestra (Sotolongo,
Geada y Cobas, 2005).

Indicadores de calidad de la semilla:


 Autenticidad  Capacidad germinativa
 Tamaño  Energía germinativa
 Masa  Valor útil o forestal
 Pureza
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 17

2.5 Viveros forestales.

Como no todos los ecosistemas tienen los mecanismos apropiados para recuperarse o mantenerse
después de ser afectados por el fuego, es necesario rehabilitarlos. Según se ha mencionado, una de las
medidas que llevan a lograr esta rehabilitación, es la reforestación, proceso que puede desarrollarse por
plantación o por siembra directa. Debido a las condiciones edáficas, topográficas y climáticas,
generalmente el éxito se obtiene por plantación y no por siembra directa. Debido a esto, es necesario
producir las plántulas, proceso que se realiza en los viveros forestales.

Según Nicolas y Roche-Hamon (1988) citados por Benítez, Equihua y Pulido-Salas (2002) el propósito
fundamental de un vivero es la producción de plantas de calidad, es decir, sanas y fuertes.

La producción de plantas en viveros permite prevenir y controlar los efectos de los depredadores y de
enfermedades que dañan a las plántulas en su etapa de mayor vulnerabilidad. Gracias a que se les
proporcionan los cuidados necesarios y las condiciones propicias para lograr un buen desarrollo, las
plantas tienen mayores probabilidades de sobrevivencia y adaptación cuando se les trasplanta a su lugar
definitivo.

Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005) el sitio ideal para un vivero debe:
 Estar cerca de los sitios de plantación
 Estar bien ubicado en términos de transporte y acceso a la mano de obra
 Tener un suministro estable de agua potable de buena calidad durante todo el año
 Tener un suelo bien drenado y trabajable, ya sea para establecimiento directo o para llenar
recipientes
 El lugar del vivero debe ser lo suficientemente grande como para acomodar la producción actual y
anticipada
 Debe haber un lugar donde guardar las semillas, las herramientas y equipos necesarios
 Generalmente se necesita un lugar bajo sombra parcial, protegido de la lluvia para la germinación y
desarrollo inicial de las plántulas
 Factores biológicos favorables

De acuerdo con estos autores, para el establecimiento de un vivero deben observarse los criterios
siguientes:
 Topografía del terreno
 Suministro adecuado de agua potable
 Una fuente de suelo o sustrato para llenar los recipientes o proveer las camas de las almácigas
 Accesibilidad durante todo el año
 Orientación de los canteros
 Suficiente amplitud

Antes de iniciar la producción de plántulas es necesario detectar la presencia de malezas, nematodos,


hongos, parásitos e insectos, principalmente cuando se pretende establecer el vivero en terrenos que
con anterioridad se dedicaron a la agricultura. Esto permitirá elegir las técnicas de manejo y fumigación
necesarias que aseguren la producción exitosa de plántulas con alta calidad, sobre todo en cultivos a
raíz desnuda.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 18

Los viveros pueden clasificarse atendiendo a su permanencia, al tipo de producción y a su tamaño


(Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

Según su permanencia pueden ser:


 Transitorios, temporales o volantes: Se establecen en áreas de difícil acceso, pero están muy
cercanos a las zonas donde se realizará la plantación; su producción predominante es la de plantas
forestales. Generalmente se ubican en claros del bosque y trabajan por periodos cortos (de 2 a 4 años
cuando mucho) e intermitentes, ya que la producción debe coincidir con la temporada de lluvias.
Para su funcionamiento se requiere poca infraestructura y la inversión es baja. Su desventaja radica
en que, como están situados en áreas de difícil acceso, no son fáciles de vigilar y por lo tanto la
producción queda más expuesta a daños por animales. Además, por sus características de
infraestructura, sólo pueden implementarse en zonas de bosques templados y selvas húmedas.
 Vivero permanente: Es la extensión de terreno dedicado a la obtención de plantas con diferentes
fines (reforestación, frutales y ornato), ya sea en áreas rurales o centros urbanos. Su instalación
requiere una inversión mayor en equipo, mano de obra y extensión del terreno, y debe contar con
vías de acceso que permitan satisfacer oportunamente la demanda de plantas.

Según el tipo de producción pueden ser:


 A raíz desnuda.
 En contenedores.

La preparación del suelo para el establecimiento del vivero a raíz desnuda consiste en un alzado con
arado de disco o vertedera, de todo o parte del terreno del vivero. Afecta a una profundidad de unos 40
cm. Una segunda grada consigue deshacer los terrones más gruesos. A continuación se realizan las
enmiendas y fertilizaciones, se aplican productos fitosanitarios (si es necesario) y se gradea. Por último
se definen los canteros (1-1,5 m de ancho). En terrenos con pendiente se aconseja dar una ligera
pendiente del 1% para evacuar el agua de riego (doble pendiente).

Según su tamaño pueden ser:


 Pequeños: 5 hectáreas / 500 000 plantas
 Medianos: 5 – 15 hectáreas / 1 000 000 plantas
 Grandes: Más de 15 hectáreas / Más de 1 000 000 plantas

En los viveros pueden realizarse las actividades siguientes (Sotolongo, Geada y Cobas, 2005):
 Semilleros: Se utilizan para la germinación de semillas muy pequeñas y difíciles de manipular. La
siembra se realiza básicamente en semilleros o camas de germinación y crecimiento. También
pueden utilizarse contenedores individuales o bandejas con hoyos de siembra. La siembra puede
realizarse a voleo o en hileras en el caso de los semilleros y las camas de germinación. En el caso de
contenedores debe tratarse de poner 2 ó 3 semillas solamente.
 Germinadores: Se utilizan fundamentalmente para semillas grandes y de germinación errática. Las
condiciones de siembra son muy similares a la de los semilleros. En Cuba por ejemplo es común la
siembra de ocuje en germinadores, debido a que la germinación es muy errática
 Trasplante: Es una planta que ha sido removida de la cama de crecimiento, o del contenedor, y es
replantada en otro sitio para continuar su crecimiento. El trasplante se efectúa rápidamente después
de la germinación, en cuanto se desarrollan algunas hojas o agujas. Desde cualquier punto de vista
es preferible realizarlo prematuramente, pues así se garantiza una buena recuperación y se elimina la
posibilidad de la detención pasajera del crecimiento (crisis del trasplante); también ayuda a colocar
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 19

verticalmente a la joven raíz en la tierra sin encorvarla y sin que se dañen las raicillas. Las plántulas
se trasplantan a camas o envases dos o tres semanas después de la germinación, aunque el tiempo
puede variar hasta cinco semanas, dependiendo de la especie. Como regla general, esto se debe
realizar cuando la plántula se está desarrollando a expensas de los cotiledones u hojas cotiledonarias
y las raicillas laterales no se han desarrollado, pues una vez que aparecen las hojas verdaderas y
raíces laterales el trasplante puede resultar perjudicial para ellas.

Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005) las principales premisas para la elaboración de técnicas de
cultivo de plantas forestales, especialmente cuando éstas se destinan a repoblar regiones con déficit
hídrico limitantes del arraigo de las plantas son las siguientes:

 Se deben usar sustratos apropiados, capaces de permitir una adecuada fertilización y un correcto
manejo del agua, y con porosidad suficiente para permitir la extensión del sistema radical.
 Se deben manejar el riego y la fertilización de manera que se obtenga una buena germinación de las
plantas, se consiga un crecimiento equilibrado de las mismas y se lleven al campo suficientemente
endurecidas y con unos niveles de reservas y capacidad fotosintéticas adecuados.
 El cultivo en contenedores debe garantizar que sus características no permitan el enrollamiento de
las raíces y que tengan las dimensiones suficientes para permitir el desarrollo del sistema radial de la
planta.

De acuerdo con los autores anteriores, los contenedores modernos en los que se cultivará la planta, son
determinantes para su calidad, por lo tanto, la elección del envase debe ser bien cuidadosa, para utilizar
el más adecuado. Según ellos, Domínguez (1997), expresó que las características a observar son las
siguientes:

 Interior del envase: debe ser estriado o acanalado (nunca liso), para garantizar que no se produzca el
enroscamiento de las raíces.
 Autorrepicado: el fondo del envase debe presentar una abertura, para permitir la salida al exterior de
las raíces, dando lugar al repicado; lo cual exige disponer los envases al aire y nunca en contacto con
el terreno. La abertura no debe ser demasiado grande que provoque la pérdida del substrato ni
demasiado pequeños, que provoque un crecimiento amontonado de las raíces al final del contenedor.
 Material del envase: debe ser ligero para facilitar la manipulación, pero lo suficientemente sólido
para no sufrir roturas. El color del material para fabricar el contenedor debe tenerse también en
cuenta, ya que éste influye en la mayor o menor desecación de los cepellones (los colores oscuros
aumentan la temperatura, sobre todo cuando están expuestos directamente al sol; lo que afecta la
supervivencia y desarrollo de las plantas).
 Volumen del envase: la importancia del volumen del contenedor es indiscutible. El agua adicional y
la mayor cantidad de nutrientes disponibles en los envases de más capacidad, proporcionarán
mejores resultados de crecimiento y supervivencia. La capacidad del envase, por tanto, debe estar
acorde con el tamaño, la edad de la planta y las necesidades y crecimiento en vivero de cada especie
a fomentar.
 Funcionalidad del contenedor: debe ser funcional, que permita la mecanización de los trabajos; ser
manejable, ocupar el espacio adecuado, posibilitar su reciclaje y en definitiva, cualquier
característica que pueda abaratar los costos de producción, sin afectar la calidad de la planta.
Además, debe considerarse la manejabilidad de los envases para transportarlos y distribuirlos en el
monte, y en su caso, la facilidad o no, para sacar la planta del mismo, pues, de poco sirve una
excelente planta si es penoso su manejo y difícil su extracción.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 20

Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005) en la búsqueda de tecnologías de producción de plantas en


vivero de alta calidad y a menos costo, las características del sustrato han ido adquiriendo mayor
relevancia. Carneiro (1995) plantea que el sustrato es el medio en que las raíces se desarrollan para
formar el soporte estructural de la parte aérea de las posturas y que suministra las cantidades necesarias
de agua, oxígeno y nutrientes. Sus características son el resultado de la interacción de fuerzas
climáticas y de organismos vivos que actúan sobre el material de origen, formando un sistema
compuesto por una fase sólida, una líquida y una gaseosa.

Son diversos los materiales que se emplean normalmente como substratos o medios de cultivo, sin
embargo Zazo (1999) citado por Sotolongo, Geada y Cobas (2005) establece que la elección definitiva
se encuentra avalada por:

 Propiedades y características propias


 Tipo de cultivo y material vegetal de repoblación
 Conocimientos de manejo y utilización
 Consideraciones económicas (costo, disponibilidad)

De acuerdo con Sotolongo, Geada y Cobas (2005) en los últimos años, en numerosas partes del mundo
se ha emprendido una activa búsqueda de materiales alternativos, la cual está orientada a la utilización
de materiales autóctonos, de disponibilidad local y el reciclaje de materiales de desecho, como son los
subproductos agrícolas, industriales, forestales o urbanos. La corteza de Pinus sp, la fibra de coco o la
de madera son algunos ejemplos de nuevos materiales ya introducidos para el cultivo en contenedor
(Aguado et al., 1997).

Componentes más habituales de los sustratos:


 Turba  Perlita
 Compost  Vermiculita
 Corteza compostada  Zeolita
 Humus de lombriz  Arena
 Cachaza  Suelo
 Estiércol

Otro aspecto relevante está relacionado con las necesidades biológicas de las especies. Por ejemplo,
desde hace muchos años se sabe la importancia de la micorriza para la supervivencia y crecimiento
vigoroso de muchas especies de pino. La micorriza es una relación simbiótica entre las raíces de una
especie de planta y un hongo. El árbol alimenta al hongo con carbohidratos (de la fotosíntesis) y los
pequeños filamentos del hongo facilitan al árbol la absorción de nutrientes y agua del suelo. Los
filamentos del hongo aumentan mucho la superficie de absorción de las raíces. Muchas especies
forestales, incluyendo especies latifoliadas, requieren relaciones micorrícicas para sobrevivir o crecer
bien. Estos hongos existen en el suelo del bosque donde se desarrolla una especie naturalmente. En
cambio, dentro del suelo en viveros forestales y en muchos sitios sin bosques que se buscan reforestar,
los hongos beneficiosos no están presentes. En estos casos es importante "inocular" las plantas en el
vivero para que lleguen al campo con la relación micorrícica bien establecida (OFI/CATIE, 2003).

El riego tiene como objetivos, mantener la humedad del substrato, mejorar la calidad de los cultivos,
aumentar los rendimientos y además, actuar como estabilizador del substrato. Conocer los
requerimientos hídricos y su momento de aplicación en las diferentes especies, con las técnicas de riego
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 21

apropiadas puede ser una alternativa para enfrentar la escasez de tan preciado líquido para las plantas
(Portuondo, 1995; citado por Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005) el riego puede actuar positiva o negativamente sobre la
morfología y el estatus nutritivo final de las plantas. Un riego excesivo puede producir el lavado de los
nutrientes más solubles reduciendo la cantidad disponible para la planta o puede provocar un
incremento elevado con la consiguiente dilución nutritiva de algún elemento en los tejidos. Por el
contrario, el estrés hídrico causado por la falta del riego limita el crecimiento, por lo que
consiguientemente los niveles nutritivos en concentración (cantidad de nutrientes por unidad de
biomasa) pueden subir. Si el estrés inducido es elevado, la falta de humedad en el substrato dificulta la
absorción radical e impide además su extensión, aunque la concentración del mismo sea elevada.
(Duryea, 1984; Landis, 1985; citados por Oliet, 1997).

Según Pacheco, et al. (1995) citado por Sotolongo, Geada y Cobas (2005), se acepta que cuando a un
cultivo determinado se le aplica durante el ciclo vegetativo cierta cantidad de agua, que coincide con
las necesidades biológicas de la especie y variedad, deben obtenerse rendimientos máximos si los
demás factores que inciden en la obtención del mismo no resultan limitantes. Sin embargo esos
rendimientos máximos de biomasa no son, necesariamente los que responden a los atributos de calidad
buscados en el material plantable.

El riego se puede manejar durante las diferentes fases de cultivo (Peñuelas y Ocaña, 1996), ya que las
necesidades son diferentes en cada etapa (Domínguez y Peñuelas, 1997) (Sotolongo, Geada y Cobas,
2005):

 Fase de establecimiento.
El sustrato debe saturarse completamente. Antes de la germinación y en general durante toda esta fase,
la principal pérdida de agua es por evaporación por la parte superior del contenedor. El riego debe
realizarse en pequeñas cantidades y con alta frecuencia para ir reponiendo el agua en la capa de
substrato superior del contenedor, en la que además estará contenida la semilla. La frecuencia es
importante ya que riegos excesivamente distanciados dejarán la semilla seca durante algún tiempo, lo
que provocaría una disminución en la tasa de germinación. Riegos excesivamente frecuentes con un
estado de encharcamiento en la zona donde se sitúa la semilla pueden favorecer el desarrollo de
hongos.

 Fase de rápido crecimiento.


En esta fase, la transpiración de la planta tiene cada vez más importancia, por lo que el consumo de
agua se extiende por todo el contenedor conforme se extiende el sistema radical, el riego debe aplicarse
en cantidad suficiente para saturar el substrato y permitir una pequeña lixiviación ya que la falta de
agua ocasiona una reducción del crecimiento de la planta al inhibirse la elongación de las células y el
aporte de azúcares de la fotosíntesis (Hsiao, 1973; citado por Villar et al., 1997).

 Fase de endurecimiento.
Las plantas presentan estrategias y mecanismos diferentes de resistencia a la sequía (Peña et al., 1998).
La fase de endurecimiento tiene como objeto frenar el crecimiento apical de la planta antes de
almacenarlas o transportarlas. El procedimiento consiste en retener el riego durante un corto período de
tiempo hasta observar las plantas marchitar o alcanzar un estrés hídrico predeterminado (Villar et al.,
1997).
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 22

2.6 Calidad de la planta.

La evaluación de la calidad de las plántulas en viveros forestales se remonta al año 1917, cuando
aparece un primer manual de procedimientos para la producción de viveros forestales, elaborado por el
Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América (Tillotson, citado por Mexal y Landis,
1990) (Rojas, 2002). Sin embargo, los primeros conceptos sobre calidad de las plántulas, donde se
utilizan ya claramente criterios de diámetro al cuello y altura de la plántula vigentes hoy día, aparecen
en los años 30 y 40 en varios manuales publicados por investigadores citados por Mexal y Landis
(1990). De aquí en adelante los criterios y parámetros continúan siendo los mismos y se basan
principalmente en la altura total de la plántula, diámetro al cuello y en la calidad y desarrollo potencial
de la raíz. El principio fundamental en el que se basan los parámetros de calidad hasta hoy día
desarrollados, es el de la posibilidad de predicción de la supervivencia de la plántula y su potencial para
desarrollarse rápidamente durante los primeros meses o años de crecimiento en la plantación. Sin
embargo, el control de calidad de plántulas de vivero debe no solo evaluar el potencial de supervivencia
y desempeño futuro del material de reforestación, también es vital intentar conocer cuáles son las
causas de la buena o mala calidad del material, para poder desarrollar con esto un programa de control
y mejoramiento en el vivero (Rojas, 2002).

Según Peñuelas y Ocaña (1996) citados por Sotolongo, Geada y Cobas (2005), la calidad de la planta
es la resultante de la integración de numerosas características fisiológicas y morfológicas que controlan
las posibilidades de desarrollo y crecimiento ulterior de las plantas. Es uno de los factores más
importantes que condicionan el éxito de la plantación.

Las posturas deben cumplir determinados parámetros de calidad para ser llevados a plantación en
condiciones de secano, sin embargo, los estudios de calidad de planta son relativamente recientes,
aunque siempre ha existido una preocupación por definir claramente los factores que condicionan la
supervivencia de la planta después de su plantación.

Aunque las características morfológicas y fisiológicas que definen la planta de calidad pueden variar
según los intereses individuales de las distintas partes involucradas en la producción, manejo y empleo
final de la planta, parece lógico considerar que tales características sean aquellas que maximicen,
dentro de lo posible, el crecimiento y la supervivencia de la planta cuando ésta es transplantada en el
terreno, lo cual hace que la calidad no pueda ser considerada como el conjunto de atributos que definen
el producto, sino, que es un concepto variable con el uso (Navarro y Perman, 1997). Así el concepto de
calidad de planta, entendido como adecuación al uso puede definirse según Duryea, (1983); citado por
Navarro et al, (1997) como la capacidad de una planta forestal para alcanzar unas expectativas de
supervivencia y crecimiento en un lugar de plantación definido (Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

La calidad, a juicio de Peñuelas y Ocaña (1996), no es un concepto absoluto, por lo que factores como
la especie o el lugar de la plantación modulan fuertemente su apreciación, es por otro lado un concepto
efímero y puede perderse fácilmente. En efecto, una planta puede tener un determinado atributo de
calidad a la salida del vivero y un mal transporte o manejo pueden destruir en pocas horas o días lo que
un buen viverista ha conseguido con muchos esfuerzos y técnica a lo largo de todo un cultivo. Montoya
y Camara (1996), coinciden con los autores anteriormente señalados, agregando que la calidad de la
planta no es por tanto independiente de la técnica de repoblación y se pueden destruir sus cualidades
con una mala repoblación (Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).
La calidad es definida a través de una serie de parámetros morfológicos y fisiólogos que tratan de
caracterizar la planta en el momento de su plantación y que permitirán un seguimiento más controlado
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 23

de su comportamiento en el campo (Pardos y Montero, 1997). Evaluar la calidad de la planta es por


tanto, la acción de identificar los atributos o caracteres que se relacionan más estrechamente con la
respuesta de la plantación en el monte, es decir, cuál es el mejor fenotipo para un lugar de plantación
concreto (Groosnickle et al, 1991; citado por Oliet, 1995). Este mismo autor expresa que no hay un
claro consenso sobre cual es la tipología óptima de la planta, especialmente en condiciones difíciles
(Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

Chavasse (1980) y Ritchie (1984), citados por Oliet (2000), organizaron el proceso de evaluación de la
calidad de la postura a través de la medición de dos tipos de atributos (Sotolongo, Geada y Cobas,
2005):

 Atributos materiales o directamente medibles:


- Morfológicos: parámetros directos como la altura, diámetro del cuello de la raíz, la biomasa,
volumen y superficie de distintas fracciones de la planta; o relaciones en forma de índices o ratios
(razones) y combinación de los anteriores.
- Fisiológicos: como el estado de latencia del agua o de los nutrientes, así como el nivel de reservas,
de reguladores del crecimiento u otros compuestos.

 Atributos de desarrollo:
Miden la respuesta de toda la planta cuando es sometida a unas condiciones de ensayos particulares. La
resistencia al frío o el potencial de regeneración radical son ejemplos de atributos de desarrollo.

La calidad final de la planta según Parra y Navarro (2000) citados por Sotolongo, Geada y Cobas
(2005), es la que representa la planta justo al final del período de cultivo, momentos antes de su
comercialización. La importancia de caracterizar la planta en ese instante radica en disponer de valores
de los atributos de calidad para cada especie y poder determinar hasta que punto satisface la planta
producida los requerimientos que se esperan de ella para su posterior destino. Pero la evaluación de la
calidad puede realizarse en cualquier fase del cultivo, dependiendo del objetivo perseguido. Por
ejemplo, en los estudios relacionados con el efecto de ciertas condiciones de cultivo o de la marcha de
algunos atributos de calidad controlables, el seguimiento y la evaluación de la calidad en fases
intermedias es práctica recomendable.

La morfología de la planta es la manifestación de la respuesta fisiológica de la misma a las condiciones


ambientales y a las prácticas culturales de vivero. Y generalmente es fácil de cuantificar (Birchler, et al,
1998). Lo cual se define como la forma o estructura de un organismo o cualquiera de sus partes. Se
trata, por lo tanto, de considerar aquellos con capacidad de pronosticar el desarrollo de la planta en el
campo, es decir, que sean buenos estimadores de la calidad de la planta.

Entre estos atributos pueden citarse los siguientes:


- Altura
- Diámetro en el cuello de la raíz
- Peso de las plantas
- Área foliar
- Sistema radical (número, peso, superficie, volumen, diámetro, longitud y número de nuevas
extremidades).
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Un índice morfológico, es considerado la combinación de dos o más medidas de atributos morfológicos


simples (Oliet, 1995), proporcionando información adicional de la calidad de la planta frente a la
consideración aislada de los atributos morfológicos que lo integran. Estos pueden ser:
- Relación parte aérea – parte radical
- Índice de calidad de Dickson
- Balance hídrico en la planta

Los defectos morfológicos son un conjunto de atributos de calidad, en su mayor parte, cualitativos.
Están relacionados con la conformación y estado sanitario apreciable. Se utilizan como criterios de
aceptación o rechazo de lotes de plantas y pueden señalarse los siguientes:
- Plantas con heridas no cicatrizadas
- Plantas parcial o totalmente desecadas
- Tallos con fuerte curvatura
- Tallo múltiple
- Tallo con muchas guías terminales (falta de dominancia apical)
- Tallo desprovisto de una yema terminal sana
- Ramificación inexistente o claramente insuficiente
- Cuello de la raíz dañado
- Raíces principales intensamente enrolladas o torcidas
- Raíces secundarias ausentes o seriamente amputadas
- Plantas con daños producidos por plagas o enfermedades

Tradicionalmente se han venido utilizando las características estructurales de las plantas (morfológicas)
como criterios de selección. Sin embargo, se debe tener en cuenta que aunque la morfología es
importante, sobre todo con referencia al manejo de la planta desde que se extrae del vivero hasta que
se planta, es el estado fisiológico, definido por múltiples parámetros de difícil interpretación, el que
puede informar sobre su evolución futura en el campo (Royo et al., 1997; citados por Sotolongo, Geada
y Cobas, 2005).

La consideración de las características fisiológicas no debe tomarse tampoco como algo aislado.
Relacionado con esto Duryea (1985), plantea que será su interacción con el ambiente y con las
condiciones morfológicas, lo que determina el éxito o fracaso de la plantación.

La caracterización de la calidad de la planta fundamentada en su estado fisiológico consiste en


determinar, en primer lugar, qué parámetros fisiológicos tienen más incidencia en el crecimiento y la
supervivencia posterior al transplante, para seguidamente determinar qué valores de estos parámetros
son los óptimos en relación a la respuesta producida (Oliet, 1995; citado por Sotolongo, Geada y
Cobas, 2005).

Los atributos fisiológicos siguientes son algunos de los más utilizados en la predicción del
comportamiento en la plantación:
 Nutrición mineral
 Conductividad eléctrica
 Estado hídrico

Según Burdett (1990), los atributos de desarrollo tienen la capacidad de resumir en uno o pocos
parámetros muchos caracteres morfológicos (materiales) de calidad, por lo que se consideran atributos
síntesis. Grossnickle y Folk (1993), al referirse a este tipo de atributo plantean que estos ensayos
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proporcionan una indicación puntual de cómo una planta se comportaría en un determinado ambiente y
agrega además, que en los viveros de las zonas templadas se ha puesto mucho énfasis en tratar de
predecir el resultado de las plantaciones mediante el uso de este tipo de ensayo de comportamiento
(Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).

Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005), Chavasse (1980); Duryea (1985); Grossnickle et al, (1991),
citados por Oliet (1995), definen a los atributos de desarrollo como aquellos que indican la respuesta de
la planta de vivero a condiciones ambientales normalizadas que supongan la inducción de un estrés de
intensidad moderada y variable con el tipo de prueba que se realice al considerar la respuesta al estrés.
Su valor en la predicción de la calidad de la planta debe ser grande. Sin embargo, la interpretación de
los resultados ha de hacerse con precaución, ya que unas condiciones normalizadas nunca pueden
recoger el amplio rango de la variabilidad que se produce en situaciones naturales (Sutton, 1979;
Grossnickle et al., 1991; citados por Oliet, 1995).

Las pruebas de desarrollo se pueden clasificar en función de las condiciones ambientales de realización
de la prueba y del tipo de respuesta en la planta que miden. Las más importantes son aquellas que
evalúan el potencial de desarrollo radical y las pruebas de vigor.

3 ESTABLECIMIENTO DE BOSQUES.

3.1 Introducción.

Tanto en bosques secundarios con poco valor económico como en áreas que han sido afectadas por el
fuego, la repoblación forestal tiene una amplia e importante función que cumplir en la restauración o
rehabilitación de los mismos. Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005) las principales ventajas de la
repoblación artificial son:

 Se puede adaptar a las condiciones del bosque actual


 Se puede establecer en tiempo, lugar y composición deseados
 Resulta generalmente más uniforme que la regeneración natural
 Es el único método para establecer especies exóticas y no representadas en el bosque

De acuerdo con los mismos autores, la desventaja principal de la repoblación es que, en general, resulta
más costosa que la regeneración natural.

Las plantaciones pueden clasificarse de acuerdo a su intensidad en cercanas a la naturaleza, regulares o


semi-intensivas e intensivas (Álvarez y Varona, 1988).

 Plantaciones cercanas a la naturaleza: Emplean procedimientos que se ajustan lo más posible a la


naturaleza del lugar, se aplican sobre todo en las montañas, en los terrenos erosionados o
peligrosamente erosionables. En tales lugares es preferible mover el suelo lo menos posible y por
eso es recomendable emplear hoyos (hechos a mano, con máquinas perforadoras, o con palas de
cuña) adecuados al sistema radical de las posturas, y observar cuidadosamente todas las
particularidades del terreno para ofrecer a la postura el mejor ambiente (cerca de tocones, entre los
colchones de gramíneas en el fondo de las microdepresiones, etc.). De esto resulta un espaciamiento
irregular. En los terrenos erosionados o amenazados seriamente por la erosión, se prefiere un
espaciamiento relativamente denso, aproximadamente 1 x 1 m hasta 1,5 x 1,5 m, para que el techo
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de la plantación se cierre lo más rápido posible. Frecuentemente (en las montañas o calveros muy
extensos), no es posible repoblar toda el área con un espaciamiento tan denso, por eso solo se
repueblan fajas de 20 a 30 m de ancho con espaciamiento denso, mientras que las entrefajas son de
unos 50 a 200 m de ancho, con espaciamiento normal (por regla general 1,5 x 1,5 hasta 2 x 2 m. Las
fajas con espaciamiento denso se ubican en curvas de nivel o en lugares amenazados seriamente por
la erosión. Las fajas densamente pobladas funcionan como fajas de retención.

 Plantaciones regulares o semi-intensivas: Son el tipo de plantación más común en la actualidad en


varios países. La preparación del terreno y sobre todo del suelo, es de intensidad mediana,
predominando el plantío en surcos u hoyos abiertos a mano. El espaciamiento suele ser normal.

 Plantaciones intensivas: Son posible en las llanuras de suelos profundos, donde es posible
intensificar las plantaciones hasta el grado máximo. Estas plantaciones intensivas (ligniculturas)
tienen como finalidad producir en turnos breves (10 a 25 años) surtidos de mayor valor para la
economía nacional. El espaciamiento debe ser regular y bastante amplio, a menudo de 4 x 4 m hasta
6 x 6 m, suponiendo que con el cuidado que se le ofrece van a llegar todas o casi todas las plantas
hasta la edad de explotación. Entre las hileras es posible y hasta útil, además de económicamente
ventajoso sembrar cultivos agrícolas anuales hasta que el techo del arbolado se cierre.

3.2 Conceptos generales.

 Sitio forestal: Conjunto de factores edáficos, climáticos y bióticos que determinan la permanencia y
la intensidad de la producción de biomasa (productividad primaria bruta) de determinada comunidad
forestal, sea esta natural o creada por el hombre.

Desde el punto de vista de la silvicultura práctica, todas las localidades que reaccionan similarmente a
un determinado manejo, pueden considerarse dentro de un mismo tipo de sitio. (Álvarez y Varona
1988).

Otros dos conceptos importantes son los de ecótopo y biótopo, componentes de la biogeocenósis o
ecosistema forestal.

 Ecótopo: En él están los componentes del sitio forestal menos cambiantes. Así, por ejemplo, la
posición geográfica determina las características climáticas más generales del sitio o el origen del
edafótopo determina la naturaleza y las propiedades más estables del suelo, tales como su textura,
rango de pH, profundidad, fertilidad, etc.
 Biótopo: Aquí las condiciones son más cambiantes, en primer lugar la propia comunidad vegetal
(fitocenósis) presenta a lo largo del tiempo diferentes estados de desarrollo que hacen variables su
composición de especies, estructura, etc. La zoocenósis y sobre todo la microbiocenósis son muy
diversas y sus características de consumidoras y desintegradoras varían en un amplio rango.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 27

3.3 Preparación del sitio.

La preparación del sitio para siembra o plantación se refiere a que habrá una intervención más o menos
intensa en todos los factores ambientales (edáficos y bióticos fundamentalmente), lo que depende de la
naturaleza del sitio, de su estado, de las exigencias de las plantas a establecer, de los fines de la
plantación, de la intensidad silvicultural y de los medios y métodos empleados. Todo eso se logra
mediante la preparación del suelo y, en algunos casos del acondicionamiento de la vegetación existente
en el lugar y constituye un proceso que se puede dividir en dos grupos generales: Preparación del
terreno y preparación del suelo (Sotolongo, Geada y Cobas (2005).

La preparación del terreno es la operación que se realiza con el objetivo de limpiar, liberar de
obstáculos y/o transformar la superficie del terreno para facilitar la preparación del suelo. Se distinguen
dos casos principales: Preparación con calvero y preparación sin calvero.

En la preparación con calvero, al descubierto o a cielo abierto, el terreno se prepara de modo que la
cubierta arbórea se suprime totalmente o solo quedan árboles aislados. Este procedimiento no limita la
entrada de luz hasta el suelo y se emplea en casos en que se manejan especies heliófilas en todo su ciclo
de vida y cuando no hay peligro de provocar una erosión severa. Las operaciones que se practican están
encaminadas a eliminar toda aquella vegetación que impida la preparación del suelo y el
establecimiento de la nueva masa forestal. En general se emplean los siguientes métodos:

 Supresión mecánica (desbroce o desmonte). Puede ser manual, semimanual o totalmente


mecanizada.
 Quema controlada
 Aplicación de arboricidas
 Métodos combinados

La preparación sin calvero ocurre cuando la repoblación no se lleva a cabo al descubierto, sino que se
deja gran parte del arbolado existente que proyecta una alta proporción de sombra y que puede tener
también una acción protectora del suelo en las cuencas hidrográficas. A lo anterior se suman,
frecuentemente, las exigencias biológicas de las especies a establecer (que pueden ser umbrófilas o
semiesciófilas), el método silvicultural, como el enriquecimiento individual, en hileras o en grupitos, o
la reconstrucción bajo sombra. La masa boscosa que queda en pie puede permanecer toda o en gran
parte hasta el final del turno, o puede ser eliminada más tarde progresivamente, en la medida que las
nuevas plantas se adaptan a la plena luz solar. Este método se aplica en montes secundarios con escasez
de especies valiosas, o para completarlas. Las operaciones que se llevan a cabo durante la preparación
sin calvero son:

 Inventario de especies y existencias maderables


 Determinación de la cubierta de copas
 Eliminación de parte de la vegetación arbórea y de toda la arbustiva
 Eliminación de la vegetación herbácea

La preparación del suelo forestal es la remoción del suelo propiamente, incluyendo a veces parte del
subsuelo, a fin de que la siembra o la plantación tengan éxito inmediato y mediato. La operación puede
ser parcial o total, según los requerimientos. Por medio de una serie de operaciones mecánicas y
bioquímicas se pueden lograr los siguientes objetivos o finalidades de la preparación del suelo:
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 28

 Modificar la estructura, mejorándola


 Modificar el contenido de aire, haciendo más esponjoso el suelo
 Modificar el contenido de agua, aumentando la retención capilar
 Incorporar restos orgánicos y abonos al suelo
 Contribuir a la eliminación de la vegetación extraña en los plantíos
 Crear condiciones para la posterior realización de algunas operaciones mecanizadas
 Contribuir al control de algunas plagas
 Hacer más asimilables los nutrientes del suelo o aquellos que se le incorporen

La preparación del suelo se realiza para siembra directa o para plantación. La siembra directa es una
operación arriesgada, por lo cual exige que las especies seleccionadas para esta vía de establecimiento
del bosque puedan soportar condiciones muy variadas, que se escojan los suelos en que se hará y que
su preparación sea adecuada. Tal preparación debe ser cuidadosa, de manera que el suelo quede bien
mullido, libre de restos vegetales y de grandes obstáculos que impidan un buen establecimiento. Las
semillas pequeñas exigen una preparación del suelo más esmerada que las grandes.

La preparación del suelo para plantación no es tan exigente como para la siembra, pero siempre que sea
posible llevará los mismos requisitos. Cuando la postura tiene un cepellón, los requisitos fundamentales
son que el suelo quede mullido en el área que está alrededor y por debajo de la postura, libre de
terrones y piedras, y de restos de vegetales, como raíces. Complementariamente se procurará con la
preparación, crear una reserva de agua, aflojar ampliamente el suelo alrededor del punto de plantación
y adoptar medidas antierosivas.

En el caso del toconcillo y posturas a raíz desnuda se exigen iguales requisitos, pero el suelo debe
quedar bien mullido, sobre todo cuando el suelo ha estado muy compactado, y ello siempre en
dependencia de la naturaleza del suelo y su contenido de humedad y humus. Para la plantación
mecanizada no solo se precisa que el suelo quede bien mullido y libre de obstáculos, sino que también
se requiere la preparación de un área mayor que la necesitada de inmediato por la planta. Para la
plantación semimanual, el suelo puede quedar preparado total, parcial o localmente, y hasta se puede
plantar sin preparar si las condiciones hidrofísicas del suelo lo permiten.

En el trasplante manual la preparación inicial puede ser mecanizada y completarse al momento de


plantar para lograr las condiciones deseadas de un buen lecho de plantación. En otros casos es
necesario hacer la preparación completa al momento de plantar, por medio de hoyos de plantación, que
pueden ser hechos manualmente (con picos, coa de jardinería, barrena manual o pala de cuña) o
mecánicamente por medio de barrenas.

Los principales métodos de preparación de suelo empleados en la actualidad, consisten en la creación de


microterrazas de 0,5 – 1 m de ancho, utilizando arados tirados por bueyes y terrazas individuales de 0,5
x 0,5, construidas manualmente con espiochas. La cantidad de plantas por hectárea asciende a 2 500,
con una distancia de plantación de 2 x 2 m. En las regiones montañosas, las características peculiares de
las diferentes áreas y la diversidad de condiciones requieren el empleo de máquinas diferentes en su
mayoría a las empleadas en el llano y las zonas onduladas.

Atendiendo a las posibilidades de utilizar en áreas montañosas las máquinas y los implementos, las
laderas se pueden dividir en cuatro grupos fundamentales (Acosta y Timujin, 1974; citados por
Sotolongo, Geada y Cobas, 2005).
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 29

 Pendientes suaves, poco expuestas a la erosión, con declive hasta 12º. En estas áreas se pueden
utilizar máquinas y equipos de los que se emplean para trabajar en condiciones llanas.
 Pendientes con declive mediano (hasta 20º). En las áreas no erosionadas es posible el empleo de la
labranza de tierra en franjas y el terraceo, utilizando tractores especiales para laborar en pendientes.
 Pendientes con declives de 20 a 40º. La habilitación de estas pendientes es posible mediante el
terraceo.
 Pendientes inservibles para ser habilitadas (barrancos, pendientes en las cuales las rocas madres se
encuentran muy superficiales, etc.

En el manejo sin calvero las condiciones limitan la mecanización de las operaciones de preparación de
suelo. Solo en los lugares llanos o de poco declive puede ser posible preparar mecánicamente el lecho
de siembra o de plantación, cuando se abren trochas o veredas, o cuando el techo sea alto y los árboles
grandes y de copa ancha que permiten dejar amplios espacios en el sotobosque para operar los equipos,
ya sean comunes o del tipo forestal con articulación al centro, que les confiere una gran
maniobrabilidad. Las operaciones mecanizadas se limitan a la apertura de hoyos a mano o con barrena
mecánica, surcadores y hasta subsoladores de un solo cuerpo.

3.4 Trazado y técnicas de plantación.

La distancia entre árboles se conoce como espaciamiento y determina el trazado de la plantación.


Según Sotolongo, Geada y Cobas (2005) al llevar a cabo la repoblación es necesario determinar tres
aspectos muy relacionados entre sí, que son:

 Densidad de plantas requeridas por superficie, que se expresa en plantas por ha


 Distancia media de plantación y espacio vital por planta (superficie que ocupa cada planta en un
momento dado)
 Forma de distribución de las plantas en el terreno

De acuerdo con lo anterior, la plantación será normal, rala, densa o superdensa.

Según OFI/CATIE (2003) hay varias consideraciones que se deberían tomar en cuenta en el momento
de fijar el espaciamiento en la plantación:

 Características del sitio: en suelos menos profundos debe ampliarse el espaciamiento entre los
árboles, para que los mismos dispongan de un volumen adecuado de suelo.
 Clima: en regiones con estaciones secas prolongadas, el espaciamiento para cualquier especie debe
ser mayor que en sitios con suficiente humedad casi todo el año.
 Finalidad de la plantación: a menor espaciamiento (mayor densidad) el rendimiento (por ejemplo en
m3/ha/año) de una plantación es mayor desde el momento en que se hace la plantación hasta que el
sitio se ocupa completamente. Una vez ocupado el sitio, la productividad es similar en plantaciones
con diferentes densidades, pero se distribuye el volumen entre más fustes en las plantaciones más
densas.
 Costos: Una densidad más alta requiere plantar más árboles por hectárea, lo que aumenta el costo
debido al mayor número de plantas, su transporte y la mano de obra necesaria (acarreo, apertura de
hoyos, etc.).
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 30

En la distribución de posturas o semillas se distinguen el espaciamiento geométrico regular (cuadros o


rectángulos y tresbolillo) y el irregular. La aplicación del espaciamiento irregular ofrece ventajas, ya
que pueden aprovecharse las propiedades particulares del terreno, sin embargo, es desventajosa con
respecto a la mecanización.

El sistema de espaciamiento en cuadrado o rectángulo según Nájera, et al. (2001) normalmente se


emplea en terrenos de poca pendiente y la marcación se hace en base a líneas rectas. En ambos sistemas
las plantas se sitúan en ángulos rectos de cuadrados o rectángulos cuyos lados determinan el espacio de
la plantación. Para calcular el número de plantas necesarias para una superficie determinada se puede
utilizar la siguiente fórmula:
 10 000 m 2 * H 
N   
 D*L 
Donde:
N = número de plantas.
H = número de hectáreas.
D = distancia en metros entre plantas
L = distancia (metros) entre líneas

En el sistema de marcación a tresbolillo el espaciamiento entre las cepas es igual en todas las
direcciones, las plantas se colocan en los vértices de triángulos equiláteros. Una plantación a tresbolillo
protege bien al suelo de la erosión porque no dejan fajas rectas sin árboles a lo largo de la pendiente.
También es apropiada para cortinas rompevientos y fajas cortafuegos. Las tres esquinas del triángulo
serán los sitios donde se harán los hoyos para plantar. Para calcular el número de plantas necesarias
para una superficie determinada, se usa la siguiente fórmula:

 10 000 m 2 * H 
N   2

 D * 0,866 
Donde:
N = número de plantas.
H = número de hectáreas.
D = distancia (metros) entre plantas.

De acuerdo con Sotolongo, Geada y Cobas (2005), el espaciamiento propuesto debe resultar del
análisis de las condiciones concretas, sobre todo:

 De la finalidad de la plantación o meta del bosque.


 Del estado (tamaño, vitalidad, etc.) de las posturas, o del poder germinativo de las semillas (en la
siembra directa).
 De la rapidez de crecimiento de las especies empleadas
 De las características del suelo
 De las condiciones climáticas
 De la presencia y vitalidad de las malezas
 Del mantenimiento propuesto (intensidad del cuidado)
 Del tiempo en el que se quiere se cierre el techo de la plantación (con respecto a la erosión, etc.)
 De la posibilidad de aprovechar los surtidos (menores) logrados por las limpias futuras
 De las posibilidades tecnológicas, socioeconómicas, etc.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 31

Desde el punto de vista económico es más conveniente un espaciamiento ralo, sin embargo este puede
implicar ciertos defectos en algunas especies (ramas gruesas, etc.), además no se impide el desarrollo
de las malezas, que pueden competir con las posturas plantadas, o no impide la erosión, que puede
causar daños en la misma plantación.

En el desarrollo de la plantación se manifiestan dos aspectos fundamentales relacionados con el


espaciamiento: La ramificación indeseada y el incremento. Se conoce que muchas especies en un
espaciamiento ralo, tienden a ramificarse, formando ramas gruesas (nudos grandes en la madera) a
costa del incremento del fuste. También el crecimiento de los individuos está influido por el
espaciamiento. En plantaciones (brinzales – latizales) demasiado densas, la altura es menor que en
plantaciones de espaciamiento óptimo, disminuyendo a su vez en plantaciones muy ralas. En las
plantaciones densas, el incremento en diámetro suele ser menor que en plantaciones ralas. También la
producción total muestra que en cierto punto de la densidad del rodal se logra el máximo, bajando el
volumen en rodales muy densos, o al contrario en rodales muy ralos.

Las desventajas del espaciamiento denso son que resulta costoso y a menudo exige mayor cuidado
silvicultural, sobre todo en las primeras etapas del brinzal, es decir, en épocas en las cuales no se
produce todavía madera utilizable, lo cual aumenta los costos.

Un espaciamiento más amplio (ralo) es posible aplicarlo en los siguientes casos Sotolongo, Geada y
Cobas (2005):

 Donde no hay peligro de erosión o de expansión de malezas


 En suelos ricos y de buenas propiedades físicas
 En especies de crecimiento rápido
 Empleando posturas vigorosas y sanas
 Si se espera un porcentaje alto de sobrevivencia por distintas razones (mantenimiento intensivo,
buenas condiciones ecológicas, buen estado de las posturas, etc.)
 En especies o ecotipos que no tienden a crecer en ramas
 En posturas genéticamente superiores

Para la mayoría de las especies en suelos regulares conviene un espaciamiento de 1,5 x 1,5 y hasta 2,5
x 2,5 m (en plantaciones semi-intensivas) o sea de 4 500 a 1 600 posturas por ha respectivamente.
Desde luego en algunos casos particulares hay que elevar la cantidad de posturas a unas 5 000 ó hasta 7
000 posturas/ha. Así, por ejemplo, la Caoba de Cuba (Swietenia mahagoni) , el Cedro (Cedrela
odorata), el Ocuje (Calophyllum antillanum), la Majagua (Hibiscus elatus), etc. exigen un
espaciamiento relativamente denso, mientras que en un espaciamiento más ralo pueden plantarse
algunos Eucaliptos (Eucalyptus spp.), Casuarina (Casuarina spp.), Pinos (Pinus spp.), Teca (Tectona
grandis), Caoba Hondureña (Swietenia macrophylla), entre otras.

Como una guía para determinar aproximadamente el espaciamiento puede servir la figura 1, en la que
se relaciona el espaciamiento con la clase de suelo y con el crecimiento de las posturas. La clase I
incluye suelos profundos, ricos en nutrientes y de humedad favorable, mientras que la clase III son
suelos poco profundos, o escasos en nutrientes y secos. La clase II representa un promedio entre las
clases I y III (Samek, 1974).
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 32

El número de individuos plantados tiene tres aspectos fundamentales (Samek y Acosta, 1968):
 Biológico
 Económico
 Tecnológico

El aspecto biológico esta determinado por las relaciones que se establecen entre los individuos de la
especie o especies plantadas, sobre todo los posibles efectos de la competencia por nutrientes del suelo
y luz, y por el efecto sobre la forma de los árboles.

Figura 1: Relación entre la clase de sitio, el crecimiento de las especies y el espaciamiento inicial de
la plantación (Samek, 1974).

El aspecto económico se puede resumir en que: cuantas más posturas se planten por ha, tanto más
costosa es la plantación, ya que a los gastos de repoblación se suman los de la producción de posturas
en viveros y los de la preparación de hoyos del propio plantío, etc. Además en las plantaciones muy
densas hay que realizar limpias tempranas, que económicamente no dan ningún resultado ya que los
arbolitos extraídos no son aprovechables.

La relación entre el espaciamiento y el número de individuos por ha se muestra en la tabla 1. En la


producción hay que calcular cuidadosamente la densidad según las condiciones locales, ya que el mal
empleo causa, no solo pérdidas económicas directas, sino también un esfuerzo inútil (mano de obra),
con el que se podrían repoblar otros terrenos. Sobre todo el espaciamiento denso (menos de 2 x 2 m)
hay que determinarlo cuidadosamente, pues en estos límites los costos crecen enormemente con la
densidad
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 33

Tabla 1: Plantas o nidos por ha conforme al espaciamiento inicial.


1 1,2 1,4 1,5 1,6 1,8 2 2,4 2,5 3 3,5 4 5
1 10000 8333 7143 6667 6250 5556 5000 4167 4000 3333 2857 2500 2000
1,5 6667 5556 4762 4444 4167 3704 3333 2778 2667 2222 1905 1667 1333
2 5000 4167 3571 3333 3125 2778 2500 2083 2000 1667 1429 1250 1000
2,5 4000 3333 2857 2667 2500 2222 2000 1667 1600 1333 1143 1000 800
3 3333 2778 2381 2222 2083 1852 1667 1389 1333 1111 952 833 667
3,5 2857 2381 2041 1905 1786 1587 1429 1190 1143 952 816 714 571
4 2500 2083 1786 1667 1563 1389 1250 1042 1000 833 714 625 500
4,5 2222 1852 1587 1481 1389 1235 1111 926 889 741 635 556 444
5 2000 1667 1429 1333 1250 1111 1000 833 800 667 571 500 400

Como técnicas de plantación pueden considerase los aspectos siguientes:

Es importante precisar que según Betancourt (1983) las posturas se deben plantar en los primeros
meses de la estación se las lluvias, muy especialmente las que se planten a raíz desnuda o en forma de
toconcillos.

Los métodos y técnicas de plantación deben ser adaptados a cada lugar, no obstante, las siguientes
reglas generales (Fors, 1967) pueden ser observadas:

 Plantar procurando que las raíces de los árboles alcancen mayor profundidad que la alcanzada por la
desecación del suelo en el periodo seco.
 Procurar de que el cuello de la raíz de la planta quede al nivel de la superficie del suelo,
considerando que el suelo removido se asienta y baja.
 Dar a las raíces de la planta en el suelo, su posición natural. También deben quedar bien extendidas.
 En suelos muy bajos, plantar sobre camellones o montículos, para que las raíces de la planta no
alcancen el nivel del agua.
 Cuando el suelo es demasiado árido por condiciones edáficas o climáticas, los árboles se plantarán
por debajo del nivel general del terreno. El inconveniente es que las capas más profundas del suelo
por lo general son las menos fértiles y también que el suelo removido, puede con las lluvias cubrir
demasiado la planta.
 Cubrir las raíces de la planta con la tierra más fértil de la superficie.
 Para plantar en ladera pendiente se rebaja la cara de la ladera hasta formar un escalón horizontal
sobre el cual se planta bien próximo al corte vertical.
 Colocar una sola planta en cada hoyo.
 La planta será colocada en posición vertical y el suelo comprimido suavemente sobre sus raíces para
expulsar el exceso de aire.
 La poda en los pinos y otras coníferas, se limitará a recortar las raíces más largas. En las
angiospermas puede incluir hojas y ramas, y aún descabezar el plantón reduciéndolo a un tocón.
Cuando es posible, el plantón se siembra entero. Si es necesario se deshoja totalmente, o se le
suprimen ramas y renuevos.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 34

Una combinación de condiciones ambientales estresantes, pobre calidad de planta y manejo inadecuado
de la misma puede conducir fácilmente a la muerte de las plantas y por lo tanto al fracaso de la
reforestación (Nájera et al., 2001).

Existen dos métodos de plantación: con cepellón (plantas producidas en contenedores) y a raíz
desnuda. Este último método es más económico, pero generalmente las plantas se atrasan más. Además,
existen especies difíciles de lograr de esta forma.

De acuerdo con OFI/CATIE (2003) si se ha efectuado bien el trabajo hasta la etapa de plantación,
contamos con una planta de buena calidad de una especie apropiada al lado de un hoyo bien preparado
en un sitio adecuado para lograr el objetivo de la plantación. La planta no ha sufrido mayores daños en
su transporte y acarreo. En esta etapa necesitamos tomar en cuenta algunas recomendaciones e
indicaciones prácticas para proceder con la plantación:

 Procure plantar en días nublados o con lluvias intermitentes para reducir el "shock" de esta
operación. Otra medida para reducir el "shock" es plantar en las horas tempranas de la mañana o en
las horas avanzadas de la tarde.
 Mantener las plantas en envases con su substrato húmedo hasta plantarlas.
 La planta debe quedar en el centro del hoyo, vertical y nunca demasiado enterrada.
 Hay que evitar bolsas de aire en los alrededores de las raíces.
 Siempre y cuando sea factible es conveniente regar las plantas recién plantadas, especialmente en el
caso de especies sensibles y en años cuando las lluvias no son fiables.
 En el caso de las plantas a raíz desnuda, hay que evitar exponer las raíces al sol más del tiempo
necesario para realizar la plantación. Las raíces nunca deben secarse.
 En zonas de sequía el uso de "mulching" (restos vegetales provenientes de una limpieza) ayuda a
mantener la humedad del suelo y a reducir la competencia de la maleza.

3.5 Transporte de las posturas.

Según Nájera et al. (2001) las plantas que van a ser plantadas deben conservarse provisionalmente en la
sombra y estar bien regadas hasta que se planten. Las raíces no están acostumbradas a cambios bruscos
ni extremos de temperatura. No las exponga al sol, ni al frío, ni al viento. Si la raíz excede la longitud
del envase, pódela, pero hágalo cuando menos tres semanas antes de llevarla al campo, para permitir su
recuperación. Riegue las plantas un día antes de salir al sitio de plantación.

Al transportar las plantas cárguelas en cajas o en envases apropiados. No las cargue cogiéndolas por el
tallo o apretándolas por el envase. No las ponga unas encima de otras. No las tire. Evite por todos los
medios la pérdida de humedad. Protéjalas contra el sol y el viento. Ponga una lona a su vehículo.
En un viaje de tres horas sin protección contra el sol y el viento las plantas pueden agotar toda su
reserva de agua. La raíz es la parte de la planta más susceptible a daños por cambios bruscos en el
medio ambiente. Ponga especial cuidado en protegerla contra extremos de temperatura estrés de
humedad así como de golpes y heridas. La capacidad de transporte se puede duplicar con el uso de una
plataforma o cama de madera desmontable, colocada a una altura que no doble los tallos. Al llegar al
sitio de reforestación, hay que supervisar al personal que realiza la descarga y de preferencia deben
regarse a su llegada (Nájera et al., 2001).
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 35

Según los mismos autores, al transportar las plantas del sitio de descarga hasta el lugar de plantación
(hoyos) a menudo sufren daños serios, por lo que hay que buscar la forma más apropiada según los
materiales disponibles (canastas, cajas, mantas, etc.), a fin de reducir al mínimo dicho daño. Se puede
dañar a las plantas al dejarlas varios días sin riego en su depósito provisional cerca del sitio de
plantación (al dejarlas a pleno sol mientras se colocan en los hoyos). Lo que se conoce como "shock de
transplante" no es más que el resultado de un mal manejo en el vivero, transporte y plantación. Es
mejor eliminar los individuos que a esta etapa resulten dañados, si los utiliza todo el esfuerzo realizado
será en detrimento del éxito. Sustitúyalos.

3.6 Organización del personal para la plantación.

La organización del personal encargado de plantar es de importancia capital en un proyecto de


repoblación. El trabajo mal organizado es deficiente y resulta costoso. El número de personas necesario
varía con la magnitud del proyecto, las condiciones del terreno, el tiempo disponible para realizar el
trabajo y las probabilidades de interrupción por mal tiempo (Fors, 1967). Según este autor la brigada de
plantadores puede estar compuesta por un responsable, cinco cavadores, cinco plantadores y un
distribuidor de plantas.

Nájera et al. (2001) por su parte señalan que en el área de la plantación debe existir un jefe de
plantación, un asistente, un jefe de brigadas y brigadas formadas por 12 hombres.

El jefe de plantación es el responsable de todo el personal que participa. Usualmente será el técnico de
la zona. Antes de la plantación planifica la secuencia de la plantación, donde va a empezar y donde va a
terminar de acuerdo a la topografía del terreno, caminos y otros factores. Determina cuando entregar
las plantas a la comunidad, donde almacenarlas, estima el número de plantas requeridas por sitio,
finalmente prepara un plano que muestre el área a reforestar. También debe realizar cursos con los jefes
de brigada y determinar las necesidades de equipos, herramientas y mano de obra para la ejecución de
los trabajos. Durante la plantación señala a los jefes de brigada el área que les corresponde. Controla la
calidad del trabajo de los jefes de brigada especialmente en lo que se refiere al espaciamiento, la
apertura de hoyos y la plantación misma, realizando visitas a cada brigada lo más frecuentemente
posible. Al final del día visita las brigadas para identificar y mapear la superficie plantada durante la
jornada y asignar el área para el siguiente día, también revisa el trabajo y discute con el jefe de brigada
cualquier problema que se haya presentado.

El asistente es el responsable de la recepción y entrega de plantas y herramientas, así como de


supervisar a los cargadores. Éste cargo será cubierto por un miembro de la comunidad o promotor
forestal cuando lo haya. Recibe los camiones que vienen del vivero con la planta y supervisa la
descarga. Contará con personal para la recepción de las plantas y los cuidados necesarios como riegos,
etc. También despacha oportunamente las plantas a las brigadas, asegurando su abasto permanente.
Junto con el jefe de plantación ubica patios de distribución de planta y sus respectivas cantidades,
instruye a los cargadores de plantas sobre el número a llevar a cada brigada y la forma de hacer su
trabajo, entrega y recibe herramienta junto con el jefe de brigada, organizando su almacenamiento. Si
se usan cajas para el transporte se asegura de su control.

El jefe de brigada es el responsable del personal (12 personas) que realiza las labores de marcación,
apertura de hoyos y de plantación propiamente dicha. Siempre será un miembro de la comunidad. Su
función es de las más importantes en todo el proceso, ya que es el que cuida que cada arbolito quede
bien plantado. Es el encargado de recibir las plantas enviadas por el asistente y de comunicarle sus
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 36

necesidades diarias después de eliminar los dañados. Si se usan cajas asegura su retorno al patio
principal de distribución. Hace un inventario del área plantada durante el día y anota los datos: fecha,
número de puntos marcados, de hoyos hechos, arbolitos plantados, etc., el número de obreros (por
alimento o por salario) y días trabajados por cada uno. Justamente con el jefe de plantación, enseña a su
personal cómo realizar los trabajos: de trazar, hacer los hoyos, la acción de plantar. La capacitación es
esencial antes de iniciar los trabajos. Supervisa la calidad de los trabajos y vigila que su gente cuide las
herramientas y las mantengan en buen estado, al final del día supervisa la entrega de herramienta al
asistente.

Las 12 personas que integran la brigada son las que tienen que trazar, marcar, abrir el hoyo y plantar
según las normas establecidas. Antes de cada trabajo deben recibir la capacitación con fuerte énfasis
práctico. Cada miembro de la brigada tiene que saber su función y entender la importancia de cumplir
con ella correctamente.

De acuerdo con Nájera et al. (2001) los rangos generales de rendimientos diarios por hombre para
algunos de los trabajos principales, son los siguientes:
 Trazo y marcación ..................... 370 a 500
 Hacer hoyos ............................... 30 a 55
 Distribución de plantas .............. 200 (variable)
 Acción de plantación ................. 80 a 200

Un dato muy útil es el número de días/ hombre necesarios para plantar una hectárea. Esto depende del
sitio por plantar, en laderas con matorral denso o con suelos compactados, el trabajo requerido será
mayor. Podemos decir que se utilizan de 40 a 50 días/ hombre por hectárea plantada. Con la apertura de
fajas cortafuego y otros trabajos especiales, puede llegar a ser de 70 a 80 días/ hombre por hectárea.
Haga sus propios registros, clasifique y obtenga sus propios rendimientos, apóyese en su experiencia.

3.7 Protección y mantenimiento del área rehabilitada.

Todas la reforestaciones, especialmente las jóvenes están expuestas a daños. Quizás la mejor garantía,
es el convencimiento de la comunidad de la importancia y necesidad de protegerla. Para ello en la
promoción de la reforestación, la protección es un aspecto clave. Sin duda la falta de educación y
tradición forestal es el problema número uno en las reforestaciones. Cuando la comunidad está
convencida, la protección es mucho más efectiva. Por consiguiente, es indispensable dedicar más
esfuerzo a la promoción y capacitación. Mucha gente y técnicos que realizan reforestaciones creen que
su labor termina al momento de plantar los arbolitos en el sitio. Muchos ni se enteran de lo que ocurre
después. Hasta el 70% de las plantas pueden morir por el abandono. Resulta importante proteger el sitio
contra fauna silvestre y doméstica, contra la competencia, contra el fuego y saber cuando se considera
la reforestación establecida. Aunque todo se haya hecho correctamente, hasta este momento, sus
esfuerzos serán inútiles si Usted no da protección y mantenimiento a su plantación (Nájera et al.,
2001).

Animales como ratas, venados, cabras, vacas, etc. pueden fácilmente acabar con la reforestación en
pocos días. Usted puede usar trampas, cebos, barreras físicas o métodos persuasivos, para impedir el
daño por animales. Evalúe las alternativas y escoja la más barata dentro de las más efectivas. Puede ser
preferible no utilizar ese sitio para rehabilitar con reforestación, considere otra alternativa.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 37

La vegetación competidora es otra amenaza que reduce el crecimiento potencial máximo y puede
llegar a dominar a sus pequeñas plantas. Libere a sus arbolitos de éste problema usando medios
manuales, mecánicos o químicos.

El daño mayor por incendio se reduce trazando franjas cortafuego cada cierta distancia y que pueden
usarse como caminos de acceso. Considere también el establecimiento de barreras vivas. Desde el
diseño de la reforestación debe quedar previsto este factor.

Hay varios criterios para declarar una reforestación "establecida". Capó (1999) citado por Nájera et al.
(2001) considera que si la planta ha sobrevivido cuando menos tres años después de plantada y ha
sobrepasado la altura del matorral competidor o altura máxima del alcance de los animales herbívoros
presentes en el sitio, se puede considerar establecida la plantación. De ahí en adelante solo un incendio
puede acabar con la reforestación. Existen otros criterios y cada reforestador debe seleccionar el suyo
de acuerdo a sus objetivos específicos y en base a las normativas legales existentes en el país.
Manual de técnicas de rehabilitación de áreas afectadas por incendios – TCP/GUA/2903 38

4 BIBLIOGRAFÍA

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