Sie sind auf Seite 1von 5

Departamento de Geografía e Historia.

IES FRAY PEDRO DE URBINA


TEMA 14º.- EL BARROCO ITALIANO: ARQUITECTURA ITALIANA (BERNINI Y
BORROMINI) Y ESCULTURA (G.L.BERNINI)

CONTEXTO HISTÓRICO.- La Europa del siglo XVI terminó en medio de una guerra
dogmática y cruel, muy lejos de la lógica y tranquilidad preconizada por el renacimiento. La separación
de los cristianos del Norte de Europa de la obediencia del Papa, los fuertes controles que trataron de
imponer los poderes políticos sobre sus súbditos harán de los siglos XVII y XVIII un nuevo escenario
político, religioso, social y, naturalmente, artístico.

a) Poder papal: La Iglesia Católica, después del Concilio de Trento (1545-1563), renunció a las
naciones protestantes, pero estableció una férrea disciplina moral en las que permanecieron dentro del
catolicismo. Y una forma, no la única (también hubo reforzamientos teológicos) fue dar al creyente todo
hecho, que lo entendiera sin más, pero con una teatralidad tan deslumbrante que, cegado por los
múltiples decorados y el complicado lenguaje visual, lo reafirmase en su creencia. El poder moral y
económico de la Iglesia Católica era enorme. Esto le hizo ser el más poderoso cliente del Arte. El Arte
Barroco fue el Arte de la Contrarreforma, es decir, el movimiento religioso, social y cultural promovido
por la Iglesia Católica Romana a partir del Concilio de Trento (S. XVI) y que pretende de varias formas
(reformas eclesiásticas, costumbres, censuras, gustos estéticos....) para enfrentarse a las corrientes
ideológicas y religiosas de las variantes protestantes del Cristianismo del Norte de Europa. Los máximos
defensores de esta ideología católica serán los jesuitas (Compañía de Jesús, "defensores", "soldados" de
Cristo)

b) El poder real: el Barroco también fue el Arte al servicio del Absolutismo. En los países de
fuerte poder real, el monarca actuará con el pueblo como la Iglesia con sus fieles, les impondrá la
obediencia ciega a través de la convicción que procede del deslumbramiento de sus palacios y edificios de
gobierno- El arte es la expresión del triunfo del poder del monarca absoluto, elegido por Dios para
gobernar su reino.

c) Aunque parezca paradójico, el Barroco también es el arte de la burguesía calvinista de los


Países Bajos (opuesta tanto al Catolicismo como al Absolutismo). La pintura barroca holandesa se
convierte así en un arte democratizado que ensalza la nueva ideología burguesa. Las Provincias Unidas
de Holanda se convierten en el siglo XVII en la nueva potencia económica gracias al dominio de los
mares y a la actividad mercantil de los burgueses holandeses. La pintura holandesa ensalzará con orgullo
este modo de vida.

¿Qué unifica, por tanto, al Barroco?. Es difícil decirlo, pero se puede decir que el Barroco es el
arte de la apariencia. En el Arte Barroco la realidad se confunde con la ficción, el edificio barroco parece
un teatro en el que la arquitectura es el escenario y las esculturas los personajes que protagonizan el
drama. A la pintura le ocurre otro tanto. Las escenas religiosas se representan de una manera chocante,
como si fueran momentos de la vida cotidiana, y como si personajes sencillos de la calle protagonizaran
una obra de teatro que representara los textos sagrados. Así, el teatro, el drama religioso es una de las
esencias del Barroco. En este sentido, hay que recordar que el teatro y la ópera son dos de los géneros
literarios y musicales que más se desarrollaron en el siglo XVII.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ARQUITECTURA BARROCA.

Al agotarse las posibilidades expresivas del clasicismo a finales del XVI, es, una vez más, el genio
italiano el que logra apuntar nuevas direcciones a la expresión plástica. El predominio de la lógica
racionalista y matemática en la arquitectura renacentista termina por fatigar la sensibilidad de las nuevas
generaciones. De nuevo la sensación viene a suplir a la razón. A la obra equilibrada y racional del
Renacimiento viene a sustituirla la expresión desequilibrada y dinámica del Barroco. La arquitectura será
la estrella en este período artístico. Tanto la escultura como la pintura quedarán supeditadas a ella.

En arquitectura aparece el repertorio de infinitas curvas, elipses, parábolas, helicoidales que


sustituyen el perfecto equilibrio del medio punto romano. Ahora las columnas se ciñen de fajas y estrígiles
o se retuercen en hélices salomónicas, los frontones son curvos y mixtilíneos. Los muros pierden el
sentido plano y se curvan a la búsqueda de mil quebradas perspectivas y efectos luminosos. Finalmente, la
tradicional planta rectangular cesa y da paso a plantas elípticas, circulares y mixtas.

Se sigue manteniendo la columna con basa y capitel compuesto, frisos, cornisas entablamento y
dintel o arco todo ello renacentista, pero dotándolo de desequilibrio y movimiento.

En la Arquitectura del siglo XVII no sólo las iglesias centran la actividad artística, sino que la
ciudad se convierte también en sujeto del arte. El urbanismo había sido uno de los temas más
importantes del Renacimiento, aunque sólo se había podido llevar a la práctica en contadas ocasiones,
precisamente por responder a criterios demasiado ideales. En el Barroco, la urbanística vuelve a adquirir
una importancia fundamental. Así ocurre con la nueva planificación de la ciudad de Roma. Los Papas
establecen unos diseños que a veces buscan la vinculación de la nueva urbanística con el pasado glorioso
de la Roma Clásica (así ocurre, por ejemplo con la urbanización de la Piazza Navona sobre un circo
romano). Estas transformaciones de la urbanística se basan en la realización de artísticas plazas adornadas
con fuentes que servirán de escenario a complejas fiestas y celebraciones: Piazza del Popolo, Plaza de
España, Fontana de Trevi y Plaza de San Pedro.

ARQUITECTURA BARROCA ITALIANA.

El barroco italiano nunca llegará a la exuberancia hispana ni a la frivolidad francesa. Italia


impondrá un nuevo modo, pero siempre procederá con ponderación, quizá por su natural espíritu de
equilibrio.

Como ya había ocurrido en la centuria anterior, Italia se convirtió en el siglo XVII en un foco
artístico de primera importancia que influyó en el resto de Europa.

Durante la Primera mitad del siglo XVII, los Papas Urbano VIII y Alejandro VII convierten a
Roma en el centro de la Contrarreforma. El Arte Barroco romano se convierte así en el arte de
propaganda del poder político y espiritual del Papado. Por eso Roma debe convertirse en uno de los
principales focos artísticos del barroco. Otras ciudades importantes del Barroco Italiano son Bolonia,
Nápoles y Turín.

LORENZO BERNINI (1598-1680 ).- Es uno de los genios del Barroco; arquitecto, pintor,
escultor, urbanista...Admirador de la obra de Miguel Ángel intentará terminar sus proyectos como el
baldaquino o la plaza de San Pedro. Educado por los grandes defensores de la Contrarreforma, los
jesuitas, refleja admirablemente las pretensiones del poder de la Iglesia.

En 1624, construye el BALDAQUINO que cobija el altar mayor situado bajo la cúpula de la
basílica de S. Pedro, el centro del poder papal. Es un templete de bronce sobre cuatro columnas de fustes
torneados en espiral, salomónicas (Se creía que las del templo de Salomón en Jerusalén eran de esta
forma). Bernini divide el fuste con anillos horizontales en tres partes, la inferior de las cuales decora con
estrías en espiral (estrígiles), mientras que cubre las otras dos con tallos y hojas menudas. La base es ática
y el capitel de orden compuesto. Todo él es de bronce. También es importante el tema de la
guardamalleta (pieza que adorna a manera de cortinaje y que permanece fija). La manda construir el papa
Urbano VIII (Barberini) y en sus escudos coloca las 3 abejas (Barberini).
Este tipo de columnas salomónicas tendrán mucha difusión en España al ser el preferido para
decorar los retablos. Tras el baldaquino se encuentra otro diseño de Bernini: LA CATEDRA DE SAN
PEDRO (1656), conjunto apoteósico típicamente barroco, en la que la exaltación espiritual del papado
queda teatralmente consagrado.

LA PLAZA DE SAN PEDRO (1656-1667) es el lugar clave de la Cristiandad Católica, el


escenario en que el Papa da la bendición Urbi et Orbe y protagoniza los principales ritos del Catolicismo.
Sin embargo, también es un homenaje a Miguel Ángel. La prolongación de la Basílica del Vaticano hacia
los pies por C. Maderna ocultó la cúpula de Miguel Ángel a la vista de la fachada. Bernini “corrigió” a su
vez esta traición al planteamiento inicial de Miguel Ángel alejando el centro de la plaza de la fachada.
Asimismo, el orden gigante de la fachada tuvo su réplica en la columnata de San Pedro cuyas columnas
también mantienen ese orden gigante. Por último no se puede negar la lectura simbólica de la Plaza de
San Pedro como Onphalos Mundi (centro del mundo) o los brazos del Papado acogiendo a la Humanidad
que acude a él en busca de consuelo espiritual. Se trata de todo un símbolo del carácter universal que
pretende tener la Iglesia Católica como única verdadera, frente a las Iglesias Protestantes que florecían en
Europa en el siglo XVII.

SAN ANDRÉS DEL QUIRINAL (1658-1670): es una originalísima iglesia de planta centrada con
forma de elipse, en la que entrada y presbiterio se encuentran en torno al eje menor y no al eje mayor.
Esto genera una sensación de sorpresa al acceder al interior. La portada es también sorprendente,
formada por un cuerpo cóncavo que acoge al visitante. Este cuerpo cóncavo se rompe con una entrada
convexa sostenida por dos columnas y rematada por un tondo oval en inestable equilibrio. El interior
tiene cúpula oval con nervios y casetones exagonales. Un gran número de estatuas se sitúa rematando los
vanos. Algunas de ellas recuerdan las Tumbas Medicéas de Miguel Ángel.

También debemos señalar su bellísima SCALA REGIA del Vaticano. Es una escalera que con la
disposición de los rellanos y de las dos estrechas naves laterales formadas por columnas, consigue juegos
de perspectiva y efectos de profundidad, un trampantojo espectacular.

FRANCISCO BORROMINI ( 1599-1667 ).- Borromini llevó la curva a su máxima expresión en


el diseño de sus iglesias creando una arquitectura dinámica que a veces no parece de piedra. Su obra
fundamental es la iglesia de SAN CARLOS DE LAS CUATRO FUENTES ( 1638) en Roma.
Convierte la fachada en una superficie ondulada donde la parte central avanza en forma convexa,
mientras que los laterales se retraen, describiendo sus contracurvas. Acusa valientemente las cornisas. Su
planta es elíptica.

Otra obra suya, SAN IVO, la fachada solo describe una curva, pero su planta es mixtilínea,
alternando las superficies cóncavas con las convexas y las rectas. Al exterior son representativos del
nuevo estilo el desarrollo en espiral del tradós (superficie exterior de un arco o bóveda) de la bóveda de
la linterna y la llama del remate, quintaesencia de la ondulación ascendente del barroco.

Otras obras de Borromini son: Santa Inés y los Filipenses en Roma

Fuera de Roma tenemos que destacar a B. Longhena que realizó Santa María de la Salud en
Venecia, Guarino Guarini que llevó a cabo la Capilla de la Santa Síndone de Turín y Filipo Juvara que
construyó la Superga también en Turín

Hay que hacer especial mención al desarrollo de la construcción de palacios reales para las
monarquías. En Francia Louis Le Vau y Jules Haourdin Mansart diseñan y construyen Versalles y los
Inválidos de París creando un modelo que se extenderá por toda Europa. Fillipo Juvara proyectara los
palacios reales españoles de La Granja y de Oriente.
En el siglo XVIII el barroco dará paso al rococó, arte palatino donde la decoración y las formas
recargadas sustituirán a las formas heredadas del renacimiento.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ESCULTURA BARROCA.

Hemos visto en el Renacimiento que Miguel Ángel llega al último extremo en la expresión del
movimiento contenido en sí mismo (David y Moisés). Ahora, en el Barroco, el movimiento se dispara
hacia el exterior, y los miembros de las figuras y los ropajes se desplazan hacia afuera. Los cuerpos
rompen esos planos invisibles en que se encontraban aprisionados y se mueven con mayor naturalidad.
Sus formas se hinchan, sus plegados se multiplican y se arremolinan y, como impulsados por un vendaval,
el escultor barroco atiende más al movimiento del paño mismo que a subrayar con él las formas de la
figura humana.

Debido a este movimiento hacia afuera que inspira a la escultura barroca, ésta no suele concebirse
para ser vista aislada y delimitada en sí. Por lo general, necesita un marco en que ese movimiento se
continúe. Con frecuencia es escultura esencialmente decorativa y forma parte de retablos, cuyas líneas
acompañan sus actitudes.

Los temas religiosos y funerarios predominan en las obras financiadas por la Iglesia, mientras que
los mitológicos y los retratos en los financiados por las monarquías. Los temas religiosos buscan a
menudo la exaltación de los Papas y de la Fe Católica. Entre los retratos son muy habituales las estatuas
de busto, el retrato ecuestre, etc.

Las estructuras compositivas son dinámicas y muy movidas (serpentinata, dominio de las
diagonales, estructuras abiertas, oposición de contrarios, etc.). Los miembros de las figuras se
contorsionan en posturas forzadas muy dinámicas y teatrales. La escultura barroca utiliza mucho los
efectos que la luz produce sobre las diferentes texturas creadas por el escultor, asimismo la utilización del
trépano en cabellos y ropajes ayuda a acentuar la sensación de claroscuro.

Otra de sus aspiraciones es el naturalismo extremado y, así gusta de interpretar expresiones


particularmente exaltadas, transportes místicos, que no en vano, el éxtasis es uno de los frutos más
abundantes de la Contrarreforma Católica.

Es una plástica profundamente efectista y trata de sorprender al espectador.

BERNINI fue el principal escultor italiano del siglo XVII. También en escultura se trata de un
digno continuador de Miguel Ángel, pues sigue el mismo camino de destrucción de los principios clásicos
en busca de una nueva creatividad. Este nuevo estilo barroco de Bernini se basa en el movimiento, el
dinamismo, el pathos y la búsqueda deliberada de contrastes.

G. L. Bernini trabajó para los Papas y para inspirarse en su trabajo contó con el modelo de Miguel
Ángel y las colecciones de escultura clásica que pertenecían al Papado. Su escultura se caracteriza por la
obsesión por captar el instante fugaz y por las impresionantes escenografías en las que se enmarca. Los
elementos anecdóticos aparecen a veces en la escultura al igual que ocurría en Época Helenística.
Algunas de las imágenes de Bernini (incluídas las religiosas) muestran un marcado erotismo o pasión
desenfrenada.

DAVID (1623-24): merece la pena realizar una comparación entre éste y el David de Miguel
Ángel. El de Bernini no representa el movimiento en potencia, sino el momento de máxima tensión
reflejado en la tensión muscular y el rostro esforzado de David (según algunos un autorretrato de
Bernini). Sus líneas compositivas son abiertas en contraste con las del de Miguel Ángel. El David de
Miguel Ángel es de una belleza ideal, sin embargo el esfuerzo muscular deforma la belleza del de Bernini
(esto es un rasgo de naturalismo).

APOLO Y DAFNE (1622-25) representa el momento fugaz en el que el Dios Apolo alcanza y
toca a la ninfa Dafne, haciendo que ésta se convierta en laurel. De hecho Dafne se va convirtiendo en
laurel ante nuestros ojos. Todo el conjunto tiene un gran dinamismo, y responde a una composición en
serpentinata. Cabellos y paños se agitan al viento y los rostros muestran el apasionamiento y erotismo de
la escena, define perfectamente la oposición entre la suave piel de la ninfa y la áspera textura del tronco
del árbol en que se convierte ante nuestros ojos.

EXTASIS DE SANTA TERESA (1645-52). Una de las obras más famosas de Bernini, se
encuentra en la Capilla Cornaro de Santa María de la Victoria. En la capilla, la propia familia Cornaro
asiste en forma de estatua al milagro que se desarrolla en un nicho. En él se representa un momento de
rapto místico narrado por la propia Santa Teresa en sus obras. El misticismo es inefable, es decir, no se
puede expresar con palabras, de ahí que Bernini recurra a una manera de representar la escena que no
deja de ser controvertida, pues podemos advertir ciertos tintes de erotismo (no hay que olvidar la Santa
usa la palabra "amor" al referirse a este tipo de experiencias). Así, el ángel que sonríe con el dardo en la
mano recuerda a Eros. Mientras tanto la santa parece flotar, abandonado su cuerpo, sin que sepamos muy
bien si es al dolor o al placer. La escena está tratada como si fuera una aparición milagrosa, así los
personajes parecen flotar sobre una nube y reciben una luz cenital misteriosa y divina que mezcla la luz
real (que viene de una claraboya oculta) y los rayos de luz de bronce. El distinto tratamiento de la
superficie del mármol permite a Bernini la representación de las diferentes calidades (carne humana, nube,
pliegues del hábito de monja, pliegues más finos de la delicada tela que cubre al ángel). Bernini dio una
expresión similar a la escultura de la Beata Ludovica Alberoni.

SEPULCRO DE URBANO VIII (1625).- Está en la Basílica de San Pedro. Es la grandiosidad, la


teatralidad y el efectismo barroco en su máxima expresión. Nos presenta una estatua del Papa en bronce,
con el brazo en alto, en elevado pedestal, mientras que a sus pies, esculpidas en mármol, las figuras
alegóricas de la Caridad y la Justicia, se apoyan en el sarcófago, del que se incorpora la Muerte para
escribir en negra lámina el nombre del difunto.

LA ESTATUA DE CONSTANTINO. - Está a la entrada de la Basílica de San Pedro ( A mano


derecha en el atrio) Característica por su ruptura con la escultura ecuestre clásica y adopta la típica
postura del Barroco en que el caballo se apoya en las dos patas traseras, en corveta.

Otras obras de Bernini son el San Longinos del Vaticano (recuerda mucho al Laocoonte), el Rapto
de Proserpina y el sepulcro de Alejandro VII

VOCABULARIO: ESTRÍGILE, COLUMNA SALOMÓNICA, TRASDÓS, INTRADÓS,


GUARDAMALLETA, CORVETA.

Das könnte Ihnen auch gefallen