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31 de Mayo de 2019

METODOLOGÍA
JURÍDICA
LICENCIATURA EN DERECHO. 1ER CUATRIMESTRE

CONOCIMIENTO
Investigación sobre el Conocimiento.

Alumno: José Alonso Parra Vargas


Profesor: Lic. Luis Ernesto Lara Salazar
¿Qué es el conocimiento?

Es el acumulo de información, adquirido de forma científica o


empírica. Partiremos de que conocer es aprehender o captar con
la inteligencia los entes y así convertirlos en objetos de un acto de
conocimiento.

En forma simplificada, es el resultado del proceso de


aprendizaje. Justamente es aquel producto final que queda
guardado en el sistema cognitivo, principalmente en la memoria,
después de ser ingresado por medio de la percepción, acomodado
y asimilado a las estructuras cognitivas y a los conocimientos
previos con los que el sujeto cuenta.

Es también un conjunto de información almacenada mediante la experiencia o el


aprendizaje (a posteriori), o a través de la introspección (a priori). En el sentido más amplio del
término, se trata de la posesión de múltiples datos interrelacionados que, al ser tomados por sí
solos, poseen un menor valor cualitativo.

Origen del conocimiento

El conocimiento tiene su origen en la percepción sensorial, después llega al entendimiento


y concluye finalmente en la razón. Se dice que el conocimiento es una relación entre un sujeto
y un objeto. El proceso del conocimiento involucra cuatro elementos: sujeto, objeto, operación
y representación interna (el proceso cognoscitivo).

El origen del conocimiento se puede considerar de origen tanto psicológico como lógico.

Origen del conocimiento a través de la historia.


Debido a que el conocimiento humano tiene un sentido psicológico y lógico, éstos están en
estrecha relación. De esto surge el racionalismo, que es la posición epistemológica que
atribuye a la razón y al pensamiento el origen del conocimiento. Supone que el conocimiento es
un juicio universalmente válido y verdadero. Estos juicios tienen una necesidad lógica y una
validez universal rigurosa. Estos conocimientos están formados por juicios basados en el
pensamiento no en la experiencia. El claro ejemplo de esto es la matemática, pues parte del
pensamiento y la lógica, y es universalmente válida.

El representante más antiguo del racionalismo es Platón, pues estaba


convencido de que lo verdadero se distingue por las notas de la necesidad
lógica y la validez universal. Establece la presencia de dos mundos el
sensible y el suprasensible, siendo el primero el mundo concebido por los
sentidos, y el último el de las ideas, en el cual están la realidad empírica,
que son las ideas de las cosas empíricas, y la conciencia cognoscente, que
contiene los conceptos por los cuales conocemos las cosas.
Otro representante es Plotino, que coloca el mundo de las ideas en el Nus cósmico, que es el
Espíritu del universo. Nuestro espíritu es una emanación del Espíritu cósmico, y hay una relación
entre ellos. Plotino dice que “la parte racional de nuestra alma es alimentada e iluminada
continuamente desde arriba”. Esta idea fue alterada por San Agustín, donde Dios ocupa el lugar
del Nus, y las ideas se convierten en ideas creatrices de Dios. De la misma forma dice que Dios es
quien nos envía las ideas. San Agustín creyó también que el saber viene de la razón humana y de
la iluminación divina. Estos dos constituyen el racionalismo teológico.

Luego surge, en la Edad Moderna, el teognosticismo, cuyos representantes son Malebranche y


Gioberti, quienes dicen que “conocemos las cosas contemplando inmediatamente lo
absoluto en su actividad creadora”, refiriéndose a Dios. A esto, Gioberti le llamó
ontologismo, y se entiende por ello, la teoría de la intuición racional de lo absoluto como fuente
única del conocimiento humano.

En la Edad Moderna también Descartes presentó sus ideas, diciendo que


algunos conocimientos fundamentales son innatos, que no proceden de la
experiencia, sino que son propias de la razón. A esta teoría le llamó teoría
de las ideas innatas. Leibniz, modificó la idea de Descartes, diciendo que
no existen los conceptos, sino están solamente en potencia de ser
explotados, es decir, que hay ideas innatas en cuanto es innata a nuestro
espíritu la facultad de formar ciertos conceptos sin necesidad de la
experiencia. A esta forma se le llamó racionalismo inmanente.

La última forma de racionalismo que surgió, supo distinguir muy bien el origen psicológico del
valor lógico, y se dedica a estudiar el lógico. Se establece que el conocimiento es puramente lógico,
donde el pensamiento es la única fuente del conocimiento. A esta forma se le llama racionalismo
lógico.

Al racionalismo se le atribuye haberle dado importancia al factor racional en el conocimiento


humano, pero excluyó completamente la experiencia del conocimiento. También se percibe cierto
dogmatismo, pues cree que puede entrar a la metafísica con el pensamiento conceptual.

RACIONALISMO
El racionalismo es la posición epistemológica que mantiene la postura de que la fuente principal
del conocimiento humano es la razón.

EMPIRISMO
El Empirismo, contrario al racionalismo sostiene que la única fuente de conocimiento es la
experiencia, que no existe nada “a priori; y que el espíritu humano es una “tabula rasa” sin
ningún contenido previo.

Una forma de empirismo es el sensualismo que afirma que la base de la experiencia son los
sentidos. En la antigüedad las ideas empiristas las encontramos en los sofistas y luego en los
estoicos y los epicúreos. Pero su verdadero desarrollo fue en la Edad Moderna, especialmente en
la filosofía inglesa de los siglos XVII y XVIII.
INTELECTUALISMO Y APRIORISMO
El intento de mediación entre el racionalismo y el empirismo es el intelectualismo afirmando
que tanto la razón como la experiencia son la base del conocimiento.

Proceso del conocimiento

El proceso de aprendizaje comienza con la captación de la información por el sujeto que


desarrolla esta actividad – individuo, grupo, organización-. En esta primera etapa es muy
importante la selección de los medios que se utilizan para tal fin, ya que de ellos depende su
calidad y fiabilidad y, por tanto, su uso futuro.

Para la información externa son necesarios los proveedores de información. La de carácter interno
se encuentra en documentos, informes y en la propia experiencia, lo que la hace más fácil de
conseguir. Paralelamente las tecnologías de la información permiten su captación,
almacenamiento, tratamiento y difusión, independientemente de su procedencia. Los
responsables de esta etapa deben de ayudar a su correcta recogida, definición y presentación.

La segunda actividad básica de este proceso es la consideración de la información por parte del
sujeto. Consiste en tenerla en cuenta y no dejarla olvidada, porque en numerosas ocasiones se
dispone de ella, pero por múltiples factores, como la falta de tiempo, el exceso de cantidad e
incluso el desinterés, dicha información no llega a más, perdiéndose un importante potencial de
creación de conocimiento.

La siguiente actividad es la reflexión, en la cual el sujeto analiza la nueva información, la trata


de relacionar con el conocimiento existente en sus modelos mentales, la procesa y sintetiza.
Dentro de la fase de interpretación, el sujeto internaliza la nueva información ya reflexionada,
y la examina según sus conocimientos y habilidades y sus valores y principios. De esta forma, una
vez que la ha hecho suya, se pasa a la actividad de evaluación, donde valora su aportación e
interés para la situación actual y futura. Tanto si la valoración es positiva como negativa se crea
conocimiento, que se integra en los modelos mentales y/o memoria, donde estarán disponibles
para su uso mientras que la memoria los retenga y su propio criterio los considere adecuados.

Sin embargo, la parte de la información que no se incluye en los modelos mentales, se


desaprovecha.
El conocimiento que se genera puede ser explícito –que es capaz de ser articulado, expresado y
comunicado - y tácito –que es propio y difícil de transferir-; y puede tener una doble consideración,
positiva o de aceptación, lo que implica su utilización futura, y negativa o de rechazo, donde su
empleo es meramente mental y nunca se traslada a acciones.

Por tanto, se deduce que


estos tipos de
conocimiento tienen un
componente conceptual
y otro operativo, tal y
como justifica Kim.

Una vez que el sujeto


tiene disponible el
conocimiento, éste lo
puede utilizar o no en el
presente o en el futuro.
En el caso de decidir su
aplicación, se produce la
implantación del
mismo, tanto si es de
carácter conceptual
como operativo.

La forma de identificar
que el conocimiento
realmente se está
considerando y cuáles
son sus efectos se
consigue analizando el
cambio de conducta o
mentalidad del sujeto, algo muy difícil y tedioso de medir.

Tras esta última actividad, se reinicia el proceso de aprendizaje. Identificadas todas las actividades
del proceso de aprendizaje y analizadas las interrelaciones existentes entre ellas, se observa que
forman un ciclo continuo y acumulativo, que se retroalimenta, de manera que los resultados de
un proceso pueden servir de input o entradas para otro futuro proceso de aprendizaje.
El conocimiento, si bien es cierto, es el producto del aprendizaje. Sin embargo, ¿Qué
hacemos con él después de obtenerlo?, es una pregunta que algunos, si no es que la
mayoría nos preguntamos cuando queremos adquirirlo. Las posibilidades para un
estudiante de derecho, que el conocimiento nos otorga, van más allá de aprender y
conocer la historia a través de los años, el desarrollo de las leyes y regímenes políticos y
democráticos, sino también nos permite estudiarlos, entenderlos de manera racional,
para así, de manera empírica llevar a cabo lo que aprendemos.

A un estudiante de derecho, el hecho de aprender, le permite entender las antiguas


formas de gobernanza, los orígenes del derecho, conocer los conceptos y diferenciaciones
entre las distintas inclinaciones del derecho, así como también de ampliarnos el
panorama de posibilidades a través del estudio.

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