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Columna Social

Trabajo Infantil y Adolescente en El Salvador

Trabajo Infantil y Adolescente en El Salvador

La Constitución de la República establece en el artículo 38 que el trabajo infantil


es el realizado por un niño, niña o adolescente menor de 14 años, edad mínima
de admisión en un empleo.

El articulo 38 menciona que podrá autorizarse la ocupación de un menor de


edad con un mínimo requisito de poseer 14 años cuando se considere
indispensable para la subsistencia de los mismos o de su familia, siempre que no
le impida cumplir con el mínimo de instrucción obligatoria.

La edad mínima para el trabajo peligroso se establece en 18 años y la LEPINA


establece que la edad mínima para el servicio doméstico es de 16 años.

Según datos de La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM)


realizada por el Ministerio de Economía (MINEC) en el año 2016 unos 131,904
niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajaban, es decir, 8,796 menos
que los 140,700 registrados en el mismo estudio de 2015, por lo que se concluye
que la cantidad de niños y adolescentes que trabajan en El Salvador disminuyó
el 6.25 % en 2016 a comparación del año 2015.

Sin embargo, el estudio demuestra que 89,181 menores realizan "trabajo infantil
peligroso" y que el 40.2 % de los menores en trabajo infantil no asiste a la
escuela, un resultado mayor al 37.9 % registrado en 2015 por las autoridades de
Economía de El Salvador.

Además, el documento señala que el trabajo infantil es ejercido


mayoritariamente por hombres en la zona rural dado que el 75 % de los
menores de edad que trabajan son hombres y el 63.9 % de esta población vive
fuera de las ciudades.

Cabe destacar que, en muchos de los casos, no se cumplen las normas


establecidas por la ley y muchas familias envían a sus hijos a los mercados y a
los vertederos con el fin de que obtengan dinero para el hogar, dinero que a
menudo es esencial para la supervivencia de la familia.
Generalmente los niños trabajan como comerciantes, servidores públicos, como
empleados del hogar o en la agricultura durante muchas horas, usualmente en
condiciones de peligro que los exponen al maltrato y a las enfermedades.

Todo lo anterior indica que en El Salvador la mayoría de los menores que


trabajan (muchos de ellos debajo de la edad mínima de admisión) lo hacen
ilegalmente y en condiciones no adecuadas según lo que dicta la ley; por lo
tanto, se deben implementar otras estrategias que favorezcan a la niñez y que
velen por que estos no se vean obligados a ejercer en labores que no les
corresponden.

Consecuencias del Trabajo Infantil y Adolescente en El Salvador


Las consecuencias que trae el trabajo de menores pueden ser categorizadas en
consecuencias psicológicas, físicas y económicas.

Podemos decir que entre las consecuencias físicas se encuentra el riesgo del
sobreesfuerzo (extensión de las jornadas, sobrecarga física, malas posturas) y
del ambiente de trabajo (contaminación, temperatura, humedad, exposición a
productos químicos). No todas las actividades laborales provocan estos efectos,
aunque muchas veces el riesgo está presente, sin contar la posibilidad de ser
victima de un accidente o de abuso de cualquier tipo. El trabajo infantil también
puede generar enfermedades crónicas, retraso en el crecimiento y heridas por
diversas razones además de que afecta el desarrollo físico externo e interno de
los individuos.

Entre los daños psicológicos se encuentra tendencia a una baja autoestima, la


ausencia de tiempo para jugar y de descanso, el distanciamiento de las familias
y sobre todo se observa una distorsión en el proceso de construcción de la
identidad y socialización debido a que, por la naturaleza del trabajo, el menor se
relaciona con personas que no pertenecen a su grupo de pares, de manera que
el fenómeno lo aleja de sus espacios propios y limitan o impiden el desarrollo de
esa etapa de su vida, generando emancipación prematura, precocidad, etc.
Algunas personas argumentan que también adquieren conocimiento sobre
valores como la responsabilidad o independencia, sin embargo, existen maneras
en las que el menor puede aprender dichas conductas sin necesidad de
participar en trabajo que lo afecta negativamente en otros aspectos.

De igual manera, el trabajo infantil genera consecuencias económicas tales


como la perdida de poder adquisitivo del mercado nacional, incidencia negativa
en el PIB, entre otras. Cabe destacar que generalmente el trabajo infantil puede
llevar a que el menor abandone la escuela y solamente la pérdida promedio de 2
años de escolaridad a largo plazo significa un 20% menos de salario durante
toda su vida adulta y la pérdida de años de educación se traduce en una calidad
inferior del capital humano disponible en una sociedad de manera que también
afecta la economía del país y no solo de los individuos.

Visión del Futuro de los Niños/as y Adolescentes que Trabajan


La visión del futuro de estos niños/as y adolescentes que trabajan no esta del
todo clara, las causas de esto son debido a que muchas veces los menores se
ven obligados a trabajar por diversas razones ya sea económicas, familiares,
sociales, etc. Además, muchos de estos abandonan los estudios para enfocarse
en el trabajo de manera que cuando llegan a adultos no poseen ningún titulo por
el cual apoyarse. Todos estos factores llevan a que los individuos no tengan claro
exactamente que es lo que piensan hacer de sus vidas en el futuro ni como
llegar a alcanzar aquello que posiblemente desean. Además, estos menores no
tienen la oportunidad de recibir cualquier tipo de orientación vocacional o
profesional generando confusión en su visión de futuro.

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