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PARTES, MANEJO Y USO DEL


MICROSCOPIO

Partes de un microscopio óptico

Sistema óptico

OCULAR: Lente situada cerca del ojo del observador. Amplía la imagen
del objetivo.

OBJETIVO: Lente situada cerca de la preparación. Amplía la imagen de


ésta.

CONDENSADOR: Lente que concentra los rayos luminosos sobre la


preparación.

DIAFRAGMA: Regula la cantidad de luz que entra en el condensador.

FOCO: Dirige los rayos luminosos hacia el condensador.

Sistema mecánico

SOPORTE: Mantiene la parte óptica. Tiene dos partes: el pie o base y


el brazo.

PLATINA: Lugar donde se deposita la preparación.


CABEZAL: Contiene los sistemas de lentes oculares. Puede ser
monocular, binocular.

REVÓLVER: Contiene los sistemas de lentes objetivos. Permite, al


girar, cambiar los objetivos.

TORNILLOS DE ENFOQUE: Macrométrico que aproxima el enfoque y


micrométrico que consigue el enfoque correcto.

Manejo del microscopio óptico

Colocar el objetivo de menor aumento en posición de empleo y bajar la


platina completamente. Si el microscopio se recogió correctamente en
el uso anterior, ya debería estar en esas condiciones.

Colocar la preparación sobre la platina sujetándola con las pinzas


metálicas.

Comenzar la observación con el objetivo de 4x (ya está en posición) o


colocar el de 10 aumentos (10x) si la preparación es de bacterias.

Para realizar el enfoque:

Acercar al máximo la lente del objetivo a la preparación, empleando el


tornillo macrométrico. Esto debe hacerse mirando directamente y no a
través del ocular, ya que se corre el riesgo de incrustar el objetivo en la
preparación pudiéndose dañar alguno de ellos o ambos.

Mirando, ahora sí, a través de los oculares, ir separando lentamente el


objetivo de la preparación con el macrométrico y, cuando se observe
algo nítida la muestra, girar el micrométrico hasta obtener un enfoque
fino.

Pasar al siguiente objetivo. La imagen debería estar ya casi enfocada y


suele ser suficiente con mover un poco el micrométrico para lograr el
enfoque fino. Si al cambiar de objetivo se perdió por completo la imagen,
es preferible volver a enfocar con el objetivo anterior y repetir la
operación desde el paso 3. El objetivo de 40x enfoca a muy poca
distancia de la preparación y por ello es fácil que ocurran dos tipos de
percances: incrustarlo en la preparación si se descuidan las
precauciones anteriores y mancharlo con aceite de inmersión si se
observa una preparación que ya se enfocó con el objetivo de inmersión.

Empleo del objetivo de inmersión:

Bajar totalmente la platina.


Subir totalmente el condensador para ver claramente el círculo de luz
que nos indica la zona que se va a visualizar y donde habrá que echar
el aceite.

Girar el revólver hacia el objetivo de inmersión dejándolo a medio


camino entre éste y el de x40.

Colocar una gota mínima de aceite de inmersión sobre el círculo de luz.

Terminar de girar suavemente el revólver hasta la posición del objetivo


de inmersión.

Mirando directamente al objetivo, subir la platina lentamente hasta que


la lente toca la gota de aceite. En ese momento se nota como si la gota
ascendiera y se adosara a la lente.

Enfocar cuidadosamente con el micrométrico. La distancia de trabajo


entre el objetivo de inmersión y la preparación es mínima, aun menor
que con el de 40x por lo que el riesgo de accidente es muy grande.

Una vez se haya puesto aceite de inmersión sobre la preparación, ya


no se puede volver a usar el objetivo 40x sobre esa zona, pues se
mancharía de aceite. Por tanto, si desea enfocar otro campo, hay que
bajar la platina y repetir la operación desde el paso 3.

Una vez finalizada la observación de la preparación se baja la platina y


se coloca el objetivo de menor aumento girando el revólver. En este
momento ya se puede retirar la preparación de la platina. Nunca se
debe retirar con el objetivo de inmersión en posición de observación.

Limpiar el objetivo de inmersión con cuidado empleando un papel


especial para óptica. Comprobar también que el objetivo 40x está
perfectamente limpio.

Mantenimiento y precauciones

1. Al finalizar el trabajo, hay que dejar puesto el objetivo de menor


aumento en posición de observación, asegurarse de que la parte
mecánica de la platina no sobresale del borde de la misma y dejarlo
cubierto con su funda.
2. Cuando no se está utilizando el microscopio, hay que mantenerlo
cubierto con su funda para evitar que se ensucien y dañen las lentes.
Si no se va a usar de forma prolongada, se debe guardar en su caja
dentro de un armario para protegerlo del polvo.
3. Nunca hay que tocar las lentes con las manos. Si se ensucian,
limpiarlas muy suavemente con un papel de filtro o, mejor, con un papel
de óptica.
4. No dejar el portaobjetos puesto sobre la platina si no se
está utilizando el microscopio.
5. Después de utilizar el objetivo de inmersión, hay que limpiar el aceite
que queda en el objetivo con pañuelos especiales para óptica o con
papel de filtro (menos recomendable). En cualquier caso se pasará el
papel por la lente en un solo sentido y con suavidad. Si el aceite ha
llegado a secarse y pegarse en el objetivo, hay que limpiarlo con una
mezcla de alcohol-acetona (7:3) o xilol. No hay que abusar de este tipo
de limpieza, porque si se aplican estos disolventes en exceso se pueden
dañar las lentes y su sujeción.
6. No forzar nunca los tornillos giratorios del microscopio (macrométrico,
micrométrico, platina, revólver y condensador).

7. El cambio de objetivo se hace girando el revólver y dirigiendo siempre


la mirada a la preparación para prevenir el roce de la lente con la
muestra. No cambiar nunca de objetivo agarrándolo por el tubo del
mismo ni hacerlo mientras se está observando a través del ocular.
8. Mantener seca y limpia la platina del microscopio. Si se derrama
sobre ella algún líquido, secarlo con un paño. Si se mancha de aceite,
limpiarla con un paño humedecido en xilol.
9. Es conveniente limpiar y revisar siempre los microscopios al finalizar
la sesión práctica y, al acabar el curso, encargar a un técnico un ajuste
y revisión general de los mismos.
FUNCIONAMIENTO DE MICROSCOPIO

Su función no es otra que la de actuar como filtros de la luz de una manera muy específica.
Para saber cómo funcionan hay que imaginar un tubo y una fuente de luz que cubra por
completo el agujero. Si encendemos la luz, la hacemos atravesar por el tubo y si la
proyectamos en una pared tenemos un círculo de luz. Como la luz es una onda-corpúsculo,
es decir, es onda y materia a la vez, lo que muestra nuestra proyección es cómo se comporta
la luz en realidad, como ondas que vibran en todos los ángulos posibles. Si al final del tubo
colocamos un papel en el que hemos hecho una abertura lineal, la proyección cambiaría de
un círculo a tan solo una línea, o lo que es lo mismo, hemos aislado un solo frente de onda.
Eso es lo que hace un nícol. El segundo es como otra hoja de papel con el mismo corte, pero
este se sitúa perpendicular al anterior y lo que se conseguirá de este modo es evitar que la
onda pueda pasar y se creará la oscuridad. Si estuviera ligeramente inclinado podría pasar
algo de luz, pero no toda. Es lo mismo que pasa con los cristales polarizados de algunas gafas
de sol y por eso son tan buenos filtrantes de la luz y un buen método para saber si os están
timando cuando compráis unas.
Como los minerales son cristales al pasar la onda de luz filtrada a través de su estructura esta
se girará y ya podrá atravesar el segundo nicol situado más arriba. Esto es una de las
características básicas de los minerales y la herramienta principal de su identificación, ya que
su comportamiento básico con la luz los hace únicos.
Pero también el modo en el que la luz llega a la muestra es importante. Se pueden estudiar
láminas delgadas, el método más habitual, pero hay otros minerales que solo se pueden
estudiar por muestras pulidas, como son la mayor parte de los minerales metálicos. Con las
láminas delgadas la luz atraviesa la lámina (luz transmitida) como lo hace cualquier
microscopio óptico. Para las muestras pulidas la luz es reflejada, llega a la superficie de la
muestra y esta es reflejada. En cualquiera de los dos métodos la luz es filtrada por los nicoles
o filtros polarizados.
Un tercer elemento es la lente de Bertrand. Esta se sitúa entre el nícol y el objetivo, y su
función es la de poder visualizar la figura de interferencia. Este aspecto es fundamental
cuando se tiene dudas sobre minerales que tienen características similares y que pueden
encontrarse en la roca que estamos estudiando, permitiendo diferenciar entre dos grupos:
los uniáxicos, que crecen siguiendo los sistemas cristalinos hexagonal, trigonal y tetragonal,
y los biáxicos, que crecen en los sistemas cristalinos monoclínico, triclínico y rómbico.
Ver el color, el pleocroísmo, el ángulo de extinción, las maclas, las líneas de pulido, el relieve,
los colores de interferencia. Muchos aspectos diferentes que nos permiten diferenciar
minerales y que sirven para clasificar y determinar orígenes de las rocas y su larga historia
hasta nuestras manos. Un trabajo de laboratorio que nos hace llevar mejor el mono a algunos.
Nuestra metadona.

PREPARCION DE SECCIONES PULIDAS


Montaje sobre el cristal portaobjetos
(SGM)

Se debe producir una lámina delgada uniforme de 0.03 mm a partir de


una muestra de algunos centímetros de grosor. En general, esto
puede realizarse utilizando dos caminos: en el primer método, la
esquirla es pulida en etapas sucesivas con carborundo y esmeril sobre
una pulidora, de un modo similar al empleado para producir una
superficie especular en la esquirla; en el segundo método, se corta la
muestra en una sierra cuidadosamente ajustada a 0.06 mm,
aproximadamente, y luego se termina en una pulidora.

El lado descubierto de la muestra montada es pulimentado por


rotación sobre carborundo medio, fino y alundo. Este último se emplea
cuando la esquirla ha sido reducida a un espesor de unos 0.1mm. La
muestra puede apoyarse sobre una pulidora estriada rotativa o
acabarse a mano sobre una placa de cristal bruñido. Para el pulido
final se utiliza alundo fino o pasta esmeril y generalmente se emplea
agua para hacer la pasta, pero los materiales solubles exigen el uso
de keroseno o gricol. La última etapa requiere una considerable
destreza manual ya que la lámina delgada debe conservar un espesor
uniforme durante todo el desgaste y éste debe continuar hasta obtener
un grueso de unos 0.03mm (30µm). El espesor de la lámina debe
controlarse, durante esta última etapa, por la observación
microscópica de los colores de interferencia, que dan algunos
minerales conocidos que contenga la sección, cuando se la cubre con
una película de agua. Generalmente está presente el cuarzo; en este
caso, los colores de interferencia deben ser casi totalmente planos o
grises. Algunos prefieren grandes secciones en las que el espesor
puede ser de 0.04mm. Una sección delgada, correctamente realizada,
muestra un notable grado de transparencia.
Cuando la sección ha sido pulida hasta su espesor adecuado se lava y
se seca. Posteriormente, se unta la superficie de la lámina con
bálsamo fresco y se calienta y cubre con un cristal cubreobjetos (cuyo
espesor es de 0.17mm o menor). A continuación se enfría la
preparación y se diluye con xylol el exceso de bálsamo que rodea el
borde del cubreobjetos, siguiéndole finalmente un lavado con
keroseno. La sección delgada queda así protegida y lista para su
utilización.

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