Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Es difícil, sobretodo en estos tiempos, abordar un tema que para algunos no es fundamental y para
otros es ocasión de discusiones interminables: LA ETICA donde se compromete el destino del hombre
en su más trascendente proyección., aunque no sepa a qué está llamado a ser, cuál es su fin y qué
sentido tiene su existencia. Sin embargo efectivamente tiene una razón de ser, que la vida sí tiene un
sentido. Sin que nadie la programe o dirija, se orienta hacia sus propios fines. La ética ha ocupado un
lugar en la filosofía desde el surgimiento mismo de la filosofía. La responsabilidad ética en filosofía ha
sido llevada a la sabiduría y no es otra cosa que buscar la felicidad. La filosofía definió por "felicidad" el
proyecto de la vida propio del destino humano. Esta felicidad es iluminada por la idea platónica del
bien.
Para muchos la ética no puede ser considerada, de ninguna manera como ciencia, entendida ésta de
manera epistemológica; sin embargo, la ética es una consecuencia de la razón, ya que dentro de la
racionalidad busca descubrir el significado auténtico de la realidad humana. Sólo la razón da válida
cabida al discurso ético. La ética se mueve dentro de la racionalidad crítica (organizada mediante el
diálogo entre las personas), orientada a descubrir el auténtico significado de la realidad humana. La
ética dialógica puede ser la base para construir y vivir la racionalidad ética en el momento presente.
¿ES POSIBLE EMITIR UN JUICIO MORAL? O EN TODO CASO ¿QUÉ ES UN JUICIO MORAL?
También es común escuchar “nadie puede juzgar a nadie”; en última instancia casi están afirmando
que nadie puede emitir un juicio moral. Quizá sea por desconocimiento de lo que significa. Ensayemos
una definición: juicio moral es el acto mental que afirma o niega el valor moral frente a una situación o
comportamiento. Por medio del juicio moral se pretende la búsqueda de la verdad. El juicio moral se
pronuncia sobre la presencia (o ausencia) de un valor ético, en una situación o comportamiento
concreto. Las condiciones metodológicas que hemos señalado tienen que ser concretadas a la hora de
analizar un problema particular de la moral. Asimismo, para poder emitir un juicio moral debemos
indagar por el sujeto moral (quién lo hizo) y el acto moral (qué hizo) Solo cuando analizamos estos dos
elementos y su interacción podemos estar en condiciones de poder emitir un juicio moral.
JUICIO MORAL
El Hombre es una Unidad Totalizante, es decir es "un todo" (no hay separación de
cuerpo y espíritu sino se refiere a la integridad), concurre el hombre integral y se
expresa el hombre total. En efecto, al acto singular debe atribuírsele mayor o
menor valoración ética cuanto más profunda o superficialmente se exprese la
persona en él.
El hombre en cuanto “un todo” aparece como una Inteligencia Sentiente: esto significa que el hombre
es un ser vivo en cuanto a que tiene actividad propia e interacción adaptativa con el medio. Es Original
ya que tiene la capacidad de pensar abstractamente; comunicarse. Es Inteligente, porque tiene la
facultad de inteligir realidades. Ya que la intelección es una habitud del hombre, lleva incluido el
sentir; sólo podemos estar frente a un sujeto moral cuando ese sujeto es libre, responsable, volitivo y
consciente.
decir, tiene que ser responsable. El movimiento ha de ser doble. Asunción de unos compromisos, y
exigencias de que estos compromisos se cumplan satisfactoriamente. En ese sentido, la
responsabilidad es la respuesta a una demanda, implícita o explícita, a una expectativa de respuesta
La voluntad es un elemento importante para la emisión de un juicio moral; por ejemplo: si tuve la
intención (entiéndase voluntad) de hacer algo “malo” pero finalmente no lo hice o no tuve la intención
de hacer algo “malo” pero finalmente lo hice ¿es moralmente susceptible de ser juzgado?.
La respuesta debe empezar diciendo que todo comportamiento moral comienza con una decisión (que
también es el primer acto voluntario). Por medio de la intención motivada inaugura un camino de
acción sobre un proyecto futuro. En su decisión se enfrentan instintivamente todos los valores y que
por medio del consentimiento dan origen al surgimiento de algo nuevo.
La Acción moral objetiva requiere de una intención moral concreta que involucre un fin moral (bondad
o maldad). Cuando la acción e intención moral se complementan, emerge la perfección moral. La
intención moral debe tener una orientación hacia un fin (determinante de la vida moral) y hacia una
concreta voluntad. La intención es moral cuando el fin es moral. De las tres fuentes de la moralidad
(objeto, fin, circunstancias), el objeto es la fuente inmediata. La intención debe " llenarse" con el
contenido del objeto moral.
Entonces regresemos al ejemplo inicial: decir “tuve la intención (entiéndase voluntad) de hacer algo
“malo” pero finalmente no lo hice por tanto no se me puede juzgar moralmente” es reducir la moral a
la ejecución de los actos; y decir “no tuve la intención de hacer algo “malo” pero finalmente lo hice
por tanto no se me puede juzgar moralmente” es reducir la moral o la sola intencionalidad; en el
primer caso algunos le llaman el objetivismo moral (“solo los actos son los que cuentan”) y en el
segundo caso le llaman el subjetivismo moral (“solo la voluntad es lo que cuenta”). Pero como decía
Tomás de Aquino “todo extremo es malo, busquemos siempre el justo medio”, entonces no una moral
de solo actos por un extremo o de solo intenciones por otro extremo sino una moral de “actitudes”
que es el justo medio de estas dos posturas.
Efectivamente, existen tipos de conciencia que las podemos clasificar 1º Por razón del objeto, 2º Por
razón del modo de juzgar y 3º Por razón de la firmeza del juicio
Esos son los tipos de conciencia por razón de su objeto. La conciencia verdadera juzga
la acción en conformidad con los principios objetivos de la moralidad y la errónea juzga
la acción en desacuerdo con ellos y puede ser: vencible o invencible En el primer caso la
conciencia juzga mal por descuido o negligencia en informarse, y en el segundo no es
posible dejar el error porque no se conoce, o porque se hizo lo posible por salir de él sin
conseguirlo.
Por eso, es necesario actuar siempre con conciencia verdadera, ya que la rectitud de nuestros actos
consiste en su conformidad con la ley moral. Si bien, no es malo actuar con una conciencia
invenciblemente errónea porque, como ya se explicó, la conciencia es la norma próxima del actuar y,
en ese caso, no se está en el error culpablemente; sin embargo, es malo actuar con conciencia
venciblemente errónea, puesto que en este caso hay culpabilidad personal. En la práctica se puede
saber que el error era vencible si de algún modo se adivinó la ilicitud del acto, o si la conciencia
indicaba que era necesario preguntar, o si no se quiso consultar para evitar complicaciones, etc.
Lo opuesto a la conciencia recta es la conciencia falsa entendida la segunda como aquella que juzga
sin base ni prudencia. Y puede ser Relajada, estrecha, escrupulosa y/o perpleja.
La conciencia es relajada cuando por superficialidad y sin razones serias, niega o disminuye el mal
donde lo hay. Es Conciencia estrecha cuando con cierta facilidad y sin razones serias ve o aumenta el
mal donde no lo hay; Es Conciencia escrupulosa cuando por una exageración de la conciencia
estrecha y sin motivo, llega a ver lo malo en todo o casi todo lo que hace. Y es Conciencia perpleja
cuando ve falta tanto en el hacer una cosa como en el no hacerla.
FINALMENTE