Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Cuando surgieron los sistemas educativos, se creía que existía una edad para iniciar el aprendizaje
de la lectura y la escritura y también que este era un saber adquirido en la escuela. Por ello la ley
estableció la obligatoriedad de la educación primaria y vinculada a esta, el inicio de la
alfabetización a partir de los 6, 7 u 8 años de edad. Actualmente se reconoce que la alfabetización
es un proceso continuo y se señala el periodo entre el nacimiento y los 8 años de edad como el
más importante para el desarrollo de la alfabetización.
La madurez para la lectura y la escritura focalizaba los aspectos viso - motrices y perceptivos que
se consideraban condición necesaria para la alfabetización. Los principios de esta teoría se
aplicaron a la práctica docente a través de dos herramientas:
Los test predictivos que establecían la categorización de los niños en tres grupos de acuerdo a su
grado de madurez en las habilidades antes mencionadas:
Como puede suponerse, los niños pertenecientes al grupo C y gran parte del grupo B repetían
primer grado.
Por ello, proponía diversos ejercicios que aprestaban o preparaban, pero que no eran en sí
mismos prácticas de lectura o escritura. Las actividades de aprestamiento incluían el
completamiento de dibujos, de formas punteadas, de trazos, ejercicios de picado, cortado y
pegado, entre otras. Si bien ningún documento curricular sugería la realización de estas
propuestas, igualmente pasaron a integrar el curriculum de jardín de infantes y de 1er grado.
Escribir con claridad es importante y por eso es necesario que la escuela se ocupe de enseñar el
uso del espacio en la página, los márgenes, el renglón, el correcto trazado de las grafías, y el uso
adecuado de los instrumentos de escritura, pero eso se logra escribiendo, y no recortando o
pegando.
El esfuerzo intelectual más grande para niños y niñas es la comprensión del sistema de escritura,
sus usos sociales, y las formas de comunicación y circulación. Cuando niños y niñas tratan de
escribir sus primeras palabras, están intentando pensar al mismo tiempo, qué quieren comunicar,
cómo se escribe, en qué dirección, qué letras lleva cada palabra, en qué orden, cuáles son los
rasgos de cada una; intentan además dominar el lápiz, el espacio de la hoja y el lugar del renglón
por donde se comienza a escribir. Es decir, ejercitan la motricidad de su mano, pero a la vez
Apunte de clase
Alfabetización emergente
A partir de 1950, cuando la alfabetización alcanza a las grandes mayorías, se observa en algunas
escuelas de países desarrollados que muchos niños inician su escolaridad sabiendo leer. Esto
impulsa a muchos docentes a indagar las características de sus hogares, donde encuentran padres
letrados y un “buen ambiente de alfabetización”
Teale y Szulby (1989) sintetizaron las características del niño pequeño como aprendiz de la lectura
y escritura y los principios básicos de su enseñanza.
1- En una sociedad letrada, el aprendizaje de la lectura y la escritura inicia muy temprano en
la vida del niño. Los niños que están rodeados de libros y a quienes les leen regularmente
pueden, entre los dos y tres años, identificar signos logos palabras; utilizan lápiz y papel y
realizan garabatos, realizan escrituras no convencionales mucho antes del ingreso al
sistema formal inician el proceso de lectura y escritura.
2- El aprendizaje de la lectura y la escritura y sus propósitos están integrados. la lengua
escrita se usa en la vida real con funciones específicas y concretas. la lectura y la escritura
se integran como prácticas culturales y no como un conjunto de abstracciones o
habilidades aisladas.
3- Los actos de leer y escribir se desarrollan de manera concurrente e interrelacionados con
los actos de hablar y escuchar las prácticas del lenguaje se refuerzan mutuamente.
4- La lectura y la escritura se aprenden activamente construyendo la comprensión de la
lengua escrita. Cuando los niños, después de múltiples lecturas, “leen” de memoria un
cuento, en realidad están reconstruyendo el sentido del mismo. Del mismo modo, las
escrituras de los niños pueden ser elegibles para los adultos pero demuestran los distintos
niveles de comprensión del sistema de escritura que posee el niño.
5- Aunque se reconoce que los niños son constructores activos del significado de la
lectoescritura también se demuestra el papel clave que juegan los adultos. Su intervención
es fundamental cuando escriben y leen con distintos propósitos como así también durante
la lectura interactiva.
Alfabetización temprana
La diferencia de experiencias que tienen los niños con la lengua escrita se manifiesta en la
gran heterogeneidad que se evidencia en su escritura cuando a los 6 años ingresan a la
escuela. Pero se comprueba que esa diferencia tiene desaparecer cuando se logra una
transposición didáctica desde una perspectiva socioconstructiva, porque se puede
observar que -si se les da tiempo y oportunidades- los niños establecen todas las
relaciones técnicas y conceptuales involucradas en la lectura y la escritura.
Como resultado de estas nuevas observaciones se presentaron las siguientes
características de la alfabetización en las primeras edades:
Enseñanza equilibrada:
De acuerdo con Berta Braslavsky en nuestro país, el debate en torno a los métodos de
alfabetización más adecuados estableció dos posturas contrapuestas: por un lado los partidarios
de los métodos que se dieron a llamar de forma muy general “fónicos” y los partidarios de los
métodos “globales”.
A grandes rasgos, podemos decir que, como “métodos fónicos”, se entienden aquellos que
enfatizan el conocimiento del sistema de la lengua escrita. Estos métodos se centran
particularmente en el principio alfabético, es decir, la relación de correspondencia entre unidades
de la lengua fónica y unidades de la lengua gráfica. La comprensión de este sistema implica,
necesariamente el trabajo de análisis de las unidades significativas (palabras) en unidades no
significativas (fonemas y grafemas) y su posterior síntesis.
Los métodos globales, por su parte, rechazan las actividades de análisis de las unidades
significativas. Plantean que las mismas deben ser aprendidas de forma completa, ya que el trabajo
de “fonetización” empobrece la significatividad, convierte a la lectura en un desciframiento
mecánico y determina prácticas de lectura y escritura escolarizantes y artificiales. Por otro lado
enfatizan las situaciones de lectura y escritura como prácticas sociales reales, la manipulación de
textos legítimos y la lectura y escritura con propósitos, tal como tienen lugar en la vida social.
Actualmente, desde el INFOD se advierte que todo modelo didáctico alfabetizador debe
sustentarse en un enfoque equilibrado para guardar coherencia con el objeto de la alfabetización
inicial y las competencias que busca desarrollar en los alfabetizandos.
“Un enfoque equilibrado articula y sostiene de manera pareja y simultánea –en constante
equilibrio- la enseñanza de tres tipos de conocimientos:
- Sobre la cultura escrita: porque a partir de textos auténticos de la cultura escrita los
alfabetizandos aprenden a leer y a intercambiar diálogos con pares y expertos mediante los cuales
conocen materiales, libros, soportes, autores, circuitos de lectura, debates en torno de la lectura y
modos de leer. Este aprendizaje los forma como público lector y como ciudadanos.
- Sobre el sistema alfabético de la escritura: porque para aprender a leer y escribir los
alfabetizandos comparan, clasifican, analizan y sintetizan de manera didácticamente planificada
las unidades de todos los planos del sistema de la lengua escrita: los textos, las frases, las palabras,
las partes de palabras, las letras. Este aprendizaje los forma como conocedores reflexivos del
Apunte de clase
- Sobre la norma y el uso de la comunicación escrita: porque los alfabetizandos aprenden que la
lengua escrita es una lengua nueva y que no se escribe como se habla. Este aprendizaje los forma
como usuarios plenos de la lengua escrita.
-Si la enseñanza inicial del sistema de la lengua escrita se centra en el aprestamiento viso-motor y
en la enseñanza de las correspondencias grafema-fonema sin integrarlos a las dimensiones
completas del sistema de la lengua escrita y a los textos de la cultura, los alfabetizandos son
víctimas de una mecanización que los somete a repetir filas de letras y sílabas -o aún peor a
realizar aprestamientos visomotores- que no les permiten comprender cuál es el significado y
sentido de su aprendizaje alfabetizador.
-Si no se trabaja sobre las diferencias entre lengua oral y lengua escrita, los alfabetizandos
terminan creyendo que se escribe como se habla, con lo cual pasan a ser semianalfabetos o
analfabetos funcionales por desuso de la lengua escrita porque no están en condiciones de
abordarla como sistema completo con sus convenciones culturales y estructurales.”
BIBLIOGRAFÍA
CLEMENTE LINUESA, María: “La enseñanza de la lengua escrita, una perspectiva integradora.” en
La formación docente en alfabetización inicial. Ministerio de Educación. Buenos Aires. 2009.