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Todos los días llegan argumentos en contra de la inmigración a mi

escritorio , pero su variedad es limitada -rara vez encuentro alguno


único. Varias veces al año hago presentaciones sobre estos
argumentos y refuto sus puntos. Éstos son los principales argumentos
en contra de la inmigración y mis respuestas rápidas a ellos:

1. “Los inmigrantes nos quitarán nuestros empleos y bajarán nuestros


sueldos, perjudicando especialmente a los pobres.”
Este es el argumento más común y también el que tiene mayor cantidad
de evidencia refutándolo. Primero, el efecto
desplazamiento es pequeño, si es que afecta en algo a los nativos.
Los inmigrantes son típicamente atraídos a regiones en crecimiento
e incrementan los lados de oferta y demanda de la economía una vez
que están allí, expandiendo las oportunidades de empleo. Segundo,
el debate sobre el impacto de los inmigrantes en los sueldos
americanos está confinado al rango inferior de menos del diez por
ciento – los inmigrantes pueden aumentar las remuneraciones
relativas de algunos americanos en una ínfima cantidad y reducirlos
en una cantidad más grande a los pocos americanos que compiten
directamente con ellos. Los inmigrantes probablemente compiten más
directamente con otros inmigrantes así que los efectos en los
americanos nativos con menos capacitación podrían ser muy pequeños
o incluso positivos.

Nueva investigación por el profesor de Harvard George Borjas sobre


el efecto del Éxodo de Mariel – una gigante sacudida al mercado
laboral de Miami que incrementó el tamaño de su población en 7 por
ciento en 42 días – encuentra grandes efectos salariales negativos
concentrados en americanos con menos que un grado de escuela
secundaria. Para poner la escala de esa sacudida a Miami en contexto,
sería como si 22.4 millones de inmigrantes se trasladaran a América
en un período de seis semanas – lo cual no va a suceder. Algunos dudan
de los hallazgos de Borjas (aquí está la respuesta de Borjas a los
críticos y aquí hay un resumen del debate) pero lo que no está en
duda en que la inmigración ha aumentado las remuneraciones y los
ingresos de los americanos en total. Los estimados más pequeños
del excedente de inmigración, como se le llama, es igual a cerca
de 0,24 por ciento del PIB – lo que excluye las ganancias de los
inmigrantes y sólo se enfoca en los americanos nativos.

2. “Los inmigrantes abusan del Estado del Bienestar.”


La mayoría de inmigrantes legales no tiene acceso a subsidios
condicionados por los primeros cinco años en que están acá con pocas
excepciones, y los inmigrantes no autorizados no tiene acceso en
absoluto.

Los inmigrantes tienen menos probabilidad de usar subsidios


condicionados que americanos nativos similares. Cuando usan
subsidios, el valor en dólares de los subsidios consumidos es más
pequeño. Si los americanos nativos pobres usaran Medicaid en la
misma tasa y consumieran el mismo valor de subsidios que los
inmigrantes pobres, el programa sería 42% más pequeño.

Los inmigrantes también hacen grandes contribuciones netas


a Medicare y a la Seguridad Social, las porciones más grandes del
Estado del Bienestar, por sus edades, su no elegibilidad, y su mayor
probabilidad de retirarse en otros países. Lejos de drenar al Estado
del Bienestar, los inmigrantes le han dado a las porciones de
derechos sociales unos cuantos años más de operación antes de su
quiebra. Si aún estás preocupado del uso del Estado del Bienestar
por parte de los inmigrantes, como yo, entonces es mucho más fácil
y barato crear un muro más alto alrededor del Estado del Bienestar,
en vez de alrededor del país.

3. “Los inmigrantes son un costo fiscal neto.”


Relacionado al argumento del Estado del Bienestar es el de que los
inmigrantes consumen más en subsidios estatales de lo que generan
en ingresos impositivos. Lo empírico en esto es bastante consistente
– los inmigrantes en los Estados Unidos tienen un impacto neto nulo
en los presupuestos gubernamentales (la versión publicada de ese
working paper está publicada acá).

Parece extraño que los inmigrantes pobres no creen un déficit más


grande, pero hay muchos factores pujando para explicar eso. El
primero es la mayor fertilidad de los inmigrantes y la productividad
de largo plazo de aquellas personas nacidas en los Estados Unidos
genera un montón de ingresos impositivos. El segundo es que los
inmigrantes hacen crecer considerablemente a la economía (esto es
diferente del excedente de inmigración discutido arriba) e
incrementan los ingresos impositivos. El tercero es que muchos
inmigrantes vienen cuando son jóvenes, pero no suficientemente
jóvenes como para consumir escuelas públicas, por lo que trabajan
y pagan impuestos antes de consumir cientos de miles de dólares
en costos de escuelas públicas y subsidios estatales – lo que
significa que ellos dan un impulso fiscal inmediato. También hay
muchas otras razones.

A pesar de que la incidencia impositiva desde los inmigrantes es


lo que importa para las consecuencias fiscales, entre 50 por
ciento y 75 por ciento de los inmigrantes ilegales cumplen con la
ley impositiva federal. Los estados que dependen de impuestos de
consumo o contribuciones tienden a obtener un excedente desde
impuestos pagados por inmigrantes ilegales, mientras aquellos que
dependen de impuestos a la renta no.

4. “Los inmigrantes aumentan la desigualdad económica.”


En un mundo post-Piketty, el argumento de que la inmigración está
incrementando la desigualdad económica dentro de las naciones está
obteniendo algo de atención. Si bien la mayoría de formas de
desigualdad económica están aumentando entre las personas dentro
de las naciones, la desigualdad global probablemente está cayendo
y está en mínimos históricos como consecuencia del
rápido crecimiento económico en gran parte del mundo durante la
última generación.

La evidencia de cómo la inmigración afecta a la desigualdad


económica en los Estados Unidos es mixta – algunos estudios
encuentran efectos relativamente pequeños y otros encuentran
efectos sustanciales. La varianza en los descubrimientos puede ser
explicada por los métodos de estudio – hay una gran diferencia en
los resultados entre un estudio que mide cómo la inmigración afecta
la desigualdad económica sólo entre nativos y otro estudio que
incluye a los inmigrantes y sus remuneraciones. Ambos métodos
parecen razonables pero los efectos en la desigualdad son pequeños
en comparación con otros factores.

Francamente, no veo el problema si un inmigrante cuadruplica sus


ingresos viniendo a los Estados Unidos, apenas afecta los sueldos
de los americanos nativos acá, e incrementa la desigualdad económica
como resultado. El estándar de vida es mucho más importante que
la distribución de remuneraciones y todos en esta situación ganan
o no se ven afectados.

5. “Los inmigrantes de hoy en día no se asimilan como lo hicieron


los anteriores grupos de inmigrantes.”
Hay una gran cantidad de investigación que indica que los
inmigrantes se están asimilando tan bien o mejor que grupos previos
de inmigrantes – inclusomexicanos. La primera investigación es el
libro de septiembre del 2015 de la Academia Nacional de Ciencia
(ANS) titulado La Integración de Inmigrantes a la Sociedad
Americana. Es un minucioso y brillante resumen de la literatura
académica relevante sobre asimilación de inmigrantes. En pocas
palabras: la asimilación nunca es perfecta y siempre toma tiempo,
pero está progresando muy bien.

El segundo libro es un libro de julio del 2015 titulado Indicadores


de Integración de Inmigrantes 2015 que analiza la integración los
de inmigrantes y la segunda generación en 27 indicadores mensurables
a lo largo de la OCDE y países de la UE. Este reporte encuentra
más problemas con la asimilación de inmigrantes en Europa,
especialmente para aquellos de fuera de la Unión Europea, pero los
descubrimientos para los Estados Unidos sin bastante positivos.

El tercer trabajo del economista de la Universidad de Washington


Jacob Vigdor, compara la asimilación cívica y cultural moderna a
la de los inmigrantes de principios del siglo XX (un borrador previo
de su capítulo de libro está acá, la versión publicada está
disponible en esta colección). Si piensas que los inmigrantes de
principios del siglo XX y sus descendientes eventualmente se
asimilaron exitosamente, la concusión de Vigdor es
tranquilizadora:

“Si bien hay razones para pensar que la migración contemporánea


de naciones hispanohablantes como distinta de olas de inmigración
previas, la evidencia no apoya la noción de que esta ola de migración
representa una verdadera amenaza a las instituciones que
resistieron esas olas previas. Indicadores básicos de asimilación,
desde naturalización a habilidad en el inglés, son en cualquier
caso más fuertes ahora que lo que fueron hace un siglo.

Para los nostálgicos entre nosotros que creemos que los inmigrantes
se asimilaron tanto mejor en el pasado, son buen tónico la multitud
de protestas étnicas y anti-católicas, el movimiento nativista
Saber Nada, y los grupos de inmigrantes que se negaron a asimilarse.
La asimilación de los inmigrantes nunca es limpia y se ve mal desde
la mitad del proceso donde estamos ahora, pero las tendencias son
positivas y apuntan en la dirección correcta.

6. “Los inmigrantes son especialmente proclives al crimen.”


Este mito ha existido por más de un siglo. No era verdad
en 1896, 1909, 1931, 1994, y más recientemente. Los inmigrantes
son menos proclives a ser encarcelados por crímenes violentos o
a la propiedad y las ciudades con más inmigrantes y sus descendientes
son más pacíficas. Algunos inmigrantes sí cometen crímenes
violentos y contra la propiedad pero, en total, es menos probable
que lo hagan.

7. “Los inmigrantes representan un riesgo único hay en día por el


terrorismo.”
El terrorismo no es una estrategia moderna. Hubo una gran
cantidad de ataques terroristas y con bombas a principios del siglo
XX, la mayoría de ellos cometidos por inmigrantes, socialistas,
y sus compañeros de ruta.

Hoy, las muertes por terrorismo cometidas por inmigrantes son


mayores de lo que fueron hace un siglo pero el riesgo aún es bajo
en comparación a los beneficios de la inmigración. Por ejemplo,
la probabilidad de que un americano sea muerto en un ataque
terrorista perpetrado en territorio de los EEUU por un refugiado
fue uno en 3,6 mil millones desde 1975 a 2015. Para todos los
terroristas extranjeros en territorio de los EEUU, la probabilidad
de ser asesinado en un ataque terrorista es uno en 3,6 millones
durante el mismo período de tiempo. Casi el 99 por ciento de esos
homicidios ocurrió el 11 de septiembre y fueron cometidos por
extranjeros con visas de turista y una vista de estudiante, no por
inmigrantes. Cato tiene un paper que será publicado en Septiembre
que explora esto en mayor detalle. Cada muerte por terrorismo es
una tragedia pero los inmigrantes representan
una amenaza relativamente pequeña en relación a los grandes
beneficios de que ellos estén acá (recuerda el excedente de
inmigración de arriba).

8. “Es fácil inmigrar a América y somos el país más abierto del


mundo.”
Es muy difícil inmigrar a los Estados Unidos. La Isla Ellis cerró
hace mucho tiempo. En la mayoría de casos, no hay una cola, y cuando
la hay, puede tomar décadas o siglos. Este gráfico muestra el
confuso y difícil camino a una tarjeta verde. ¿Eso se ve fácil para
tí?

América permite un número mayor de inmigrantes que cualquier otro


país. A pesar de ello, el flujo anual de inmigrantes como porcentaje
de nuestra población está por debajo de la mayoría de otros países
de la OCDE porque los Estados Unidos son tan grandes. El porcentaje
de nuestra población que es nacida en el extranjero es de alrededor
de 13 por ciento – por debajo de los máximos históricos en los
Estados Unidos y menos de la mitad de lo que es en Nueva Zelanda
y Australia modernas. América es buena asimilando inmigrantes pero
otros países son mucho más abiertos.

9. “Una amnistía o fallar en hacer cumplir nuestras leyes de


inmigración destruiría el Estado de Derecho en los Estados Unidos.”
Para que una ley sea consistente con el principio del Estado de
Derecho, tiene que ser aplicada igualitariamente, tener resultados
aproximadamente predecibles ex ant basados en las circunstancias,
y ser consistente con nuestras tradiciones anglosajonas de
autonomía y libertad personal. Nuestras leyes de inmigración
actuales violan todas ellas. Son aplicadas de forma diferente en
base al país de nacimiento vía cuotas arbitrarias y otras
regulaciones, los resultados son ciertamente no predecibles, y son
a penas consistentes con la política inmigratoria tradicional y
nuestras concepciones de libertad.

Para que el Estado de Derecho esté presente, se requieren buenas


leyes, no sólo una adherencia estricta a la fiscalización
gubernamental de reglas imposibles de seguir. Una amnistía es una
admisión de que nuestras leyes pasadas han fallado, necesitan ser
reformadas, y el costo neto de hacerlas cumplir en el intertanto
excede los beneficios. Ese es el motivo por el que han
habido numerosas amnistías a lo largo de la historia americana.

Hacer cumplir leyes que son inherentemente caprichosas y que son


contrarias a nuestras tradiciones es inconsistente con un Estado
de Derecho estable que es una precondición necesaria, aunque no
suficiente, para el crecimiento económico. Hacer cumplir poco leyes
malas es mejor que hacer cumplir leyes males uniformemente a pesar
de la incertidumbre. En inmigración, una fiscalización pobre de
nuestras destructivas leyes es preferible a una fiscalización
estricta, pero la liberalización es la mejor opción de todas.
Admitir que nuestras leyes fallaron, otorgar una amnistía para
quienes rompen las leyes, y reformar las leyes no condena el Estado
de Derecho en los Estados Unidos – lo fortalece.

10. “Soberanía nacional.”


Al no ejercer control sobre las fronteras por medio de bloquear
activamente a los inmigrantes, los usuarios de este argumento
advierten, el gobierno de los Estados Unidos renunciaría a un
componente vital de su soberanía nacional. Los usuarios de este
argumento rara vez explican a quién estaría de hecho renunciando
a la soberanía el gobierno estadounidense en esta situación. Incluso
en la política inmigratoria más abierta imaginable, fronteras
totalmente abiertas, la soberanía nacional no es disminuida
asumiendo que nuestras instituciones gubernamentales eligieron tal
política (no estoy apoyando las fronteras completamente abiertas
aquí, sólo estoy unsándolas como un dispositivo para mostrar que
incluso en esta situación extrema este argumento falla). ¿Cómo puede
ser eso?

La definición weberiana estándar de un gobierno es una institución


que tiene un monopolio (o cuasi monopolio) sobre el uso legítimo
de la violencia dentro de una cierta área geográfica. La forma en
que logra este monopolio es por medio de mantener fuera a otros
competidores soberanos que quieren ser ese monopolio. Nuestro
gobierno mantiene su soberanía por medio de excluir a los ejércitos
de otras naciones y por medio de detener insurgentes.

Sin embargo, las leyes de inmigración estadounidenses no están


primariamente diseñadas ni su propósito es mantener fuera ejércitos
extranjeros, espías, o insurgentes. El efecto principal de nuestras
leyes de inmigración es mantener fuera a trabajadores extranjeros
dispuestos a vender su trabajo a compradores americanos dispuestos.
Tales controles económicos no ayudan en la mantención de la
soberanía nacional y relajar o removerlos no infringiría la
soberanía nacional del gobierno más que lo haría una política
unilateral de libre comercio internacional. Si los Estados Unidos
retornaran a su política inmigratoria de 1790-1875, ejércitos
extranjeros que crucen las fronteras estadounidenses serían
opuestas por las fuerzas armadas estadounidenses. Permitir el flujo
libre de extranjeros sanos y no-violentos no hace nada para
disminuir el monopolio legítimo sobre el uso de la fuerza del
gobierno estadounidense en un mundo weberiano.

También hay un argumento histórico de que la inmigración libre y


la soberanía nacional estadounidense no están en conflicto. Desde
1790-1875 el gobierno federal casi no impuso restricciones a la
inmigración. En esa época, los estados impusieron restricciones
a la inmigración de negros libres y probables indigentes a través
de prohibiciones, impuestos, regulaciones de pasajeros, y bonos.
Muchas de esas restricciones no eran fiscalizadas por los gobiernos
estatales y fueron derogadas en la década de 1840 luego de decisiones
de la Corte Suprema. No obstante, esa política de inmigración
abierta no evitó que los Estados Unidos pelearan dos guerras contra
poderes extranjeros – la Guerra de 1812 y la Guerra México-Americana
– y la Guerra Civil. El monopolio del gobierno estadounidense sobre
el uso legítimo de la fuerza durante ese tiempo fue ciertamente
desafiado desde dentro y fuera pero el gobierno estadounidense
mantuvo su soberanía nacional incluso con fronteras casi
completamente abiertas.

El gobierno estadounidense también fue claramente soberano durante


ese período de la historia. Aquellos que afirman que el gobierno
estadounidense perdería su soberanía nacional bajo un régimen de
inmigración libre aún deben reconciliar esa afirmación con el pasado
de América en que hizo justamente eso. Argumentar que las fronteras
abiertas destruirían la soberanía americana es argumentar que los
Estados Unidos no eran un país soberano cuando George Washington,
Andrew Jackson, o Abraham Lincoln fueron presidentes. No tenemos
que escoger entre inmigración libre y soberanía nacional
estadounidense.

Es más, el control soberano nacional sobre las inmigraciones


significa que el gobierno puede hacer lo que sea que quiera con
ese poder – incluyendo renunciar completamente a él. Sería extraño
argumentar que los estados soberanos tienen control completo sobre
sus fronteras excepto que no pueden abrirlas demasiado. Por supuesto
que pueden – esa es la esencia de la soberanía. Después de todo,
estoy argumentando que el gobierno de los Estados Unidos debería
cambiar sus leyes para permitir más inmigración legal, no que el
gobierno estadounidense debería ceder todo su poder a un soberano
extranjero.

11. “Los inmigrantes no votan por el Partido Republicano – mira


lo que sucedió en California.”
Este es un argumento usado por algunos Republicanos para oponerse
a la inmigración liberalizada. Ellos apuntan a mi estado nativo
de California como un ejemplo de lo que sucede cuando hay demasiados
inmigrantes y sus descendientes: control Demócrata. La evidencia
es clara en que los votantes hispánicos e inmigrantes en California
a inicios y mediados de la década de 1990 convirtieron al estado
en azul pero esa fue una reacción al GOP estatal declarando una
guerra política contra ellos. Aquellos que afirman que una
demografía cambiante como causa de la inmigración es la única
responsable por el cambio en la política de California deben
explicar la severa pérdida de apoyo al GOP exactamente al mismo
tiempo que el partido estaba utilizando propuestas y argumentos
anti-inmigración para ganar las elecciones de 1994. Además tendrían
que [explicar] porqué los hispanos de Texas son mucho más
Republicanos que aquellos en California. El nativismo nunca ha sido
el sendero hacia el éxito para el partido nacional y frecuentemente
contribuye a su caída. En otras palabras, el que los inmigrantes
voten por los Republicanos depende principalmente de cómo los
Republicanos los tratan.

Los Republicanos deberían considerar las políticas y posiciones


inclusivas y relativamente pro-inmigración adoptadas por sus
compañeros de partido en Texas y sus subsecuente éxito electoral
allí en vez de intentar replicar las necias políticas nativistas
perseguidas por el Partido Republicano de California. Mi comentario
aquí asume que dejar gente fuera de los Estados Unidos porque podrían
votar desproporcionadamente por uno de los dos principales partidos
es un uso legítimo del poder gubernamental – yo no creo que lo es.

12. “Los inmigrantes traen con ellos malas culturas, ideas, o otros
factores que socavarán y destruirán nuestras instituciones
económicas y políticas. El debilitamiento resultante del
crecimiento económico significa que los inmigrantes destruirán más
riqueza de la que crearán.”
Este es el argumento anti-inmigración más inteligente y el más
probablemente correcto, aunque la evidencia actualmente no apoya
su veracidad. El economista Michael Clemens expone un maravilloso
modelo de cómo los inmigrantes podrían teóricamente debilitar el
crecimiento potencial de cualquier país anfitrión. En su modelo,
el asume que los inmigrantes transmiten estos factores
anti-crecimiento a los Estados Unidos. Sin embargo, a medida que
los inmigrantes asimilan las ideas y nociones americanas, estos
factores anti-crecimiento se debilitan a lo largo del tiempo. La
congestión podría contrarrestar ese proceso de asimilación cuando
hay demasiados inmigrantes con demasiadas ideas malas,
sobrepasando así las fuerzas asimilatorias. Clemens es
justificadamente escéptico de que esto esté ocurriendo pero este
paper expone el punto teórico en que las restricciones a la
inmigración serían eficientes – donde ellas balancean los
beneficios de la expansión económica por la inmigración con los
costos de la degradación institucional.

La evidencia empírica tampoco apunta a este efecto. En un paper


académicoreciente, mis coautores y yo comparamos los puntajes de
libertad económica con las poblaciones inmigrantes a través de q00
países por 21 años. Algunos países eran mayormente habitados por
inmigrantes mientras que otros casi no tenían. Encontramos que entre
más grande fuera la población inmigrante en 1990, más aumentaba
la libertad económica al 2011. El país de origen de los inmigrantes,
y si venían de una nación pobre o rica, no afectó el resultado.
Los resultados se mantuvieron para el gobierno federal de los
Estados Unidos pero no para los gobiernos estatales. Los estados
con mayores poblaciones inmigrantes en 1990 tuvieron menos libertad
económica en 2011 que aquellos con menos inmigrantes, pero la
diferencia fue pequeña. El incremento nacional en libertad
económica más que contrarrestó el pequeño decremento en libertad
económica en los estados con más inmigrantes. Las poblaciones
grandes de inmigrantes tampoco aumentan el tamaño de programas de
bienestar o otros programas públicos a lo largo de los estados
americanos y hay un montón de evidencia de que más inmigrantes en
los países europeos de hecho decrementa el apoyo por un gobierno
grande.

A pesar de que este argumento anti-inmigración podría ser cierto,


parece improbable que lo sea hasta ahora por varias razones. Primero,
es muy difícil dar un vuelco a instituciones políticas y económicas
a través de la inmigración. Los inmigrantes cambian para encajar
en el orden existente en vez de al revés. Las instituciones son
ontológicamente colectivas – mis concepciones americanas de
derechos de propiedad privada no me acompañarían en ninguna forma
significativa si fuera a Cuba y vice versa. Tomaría una inundación
rápida de inmigrantes y un reemplazo de los nativos para cambiar
las instituciones en la mayoría de lugares.

La segunda posibilidad es la auto-selección de inmigrantes:


aquellos que deciden venir acá mayormente admiran las instituciones
americanas o tienen opiniones políticas que son similares a aquellas
de los americanos nativos. Como resultado, agregar más inmigrantes
que ya comparten ampliamente las opiniones de la mayoría de
americanos no afectaría a las políticas. Este parece ser el caso
en los Estados Unidos.

La tercera explicación es que extranjeros y americanos


tienen opiniones muy similares sobre las políticas. Esta hipótesis
está relacionada a las de arriba, pero indica un área donde los
americanos serían inexcepcionales en comparación con el resto del
mundo. De acuerdo a esta teoría, los americanos no son más
partidarios de los mercados libres que la mayoría del resto de gente,
sólo tenemos la suerte de haber heredado excelentes instituciones
de nuestros ancestros.

La cuarta razón es que una inmigración más abierta hace que los
votantes nativos se opongan al bienestar o a una expansión del
gobierno porque creen que los inmigrantes consumirán los beneficios
de forma desproporcionada (no obstante el hecho que los inmigrantes
pobres en realidad sub consumen los subsidios en comparación con
los americanos pobres). En esencia, los votantes retienen la
expansión de esos programas basados en la creencia de que los
inmigrantes podrían sacar ventaja de ellos. Como Paul
Krugman acertadamente observó, “en ausencia de esas restricciones
[a la inmigración], habrían habido muchas afirmaciones,
justificadas o no, sobre gente acudiendo en tropel a América para
tomar ventaja de los programas de bienestar [del New Deal]”.

Como escribió el difunto historiador laboral (y restriccionista


de inmigración) Vernon M. Briggs Jr., “Esta era [de restricciones
de inmigración] fue testigo de la promulgación de la legislación
laboral y familiar más progresista que la nación ha adoptado”.
Ninguno de esos programas habría sido políticamente posible de crear
durante una inmigración masiva. Los gobiernos crecen más rápido
cuando la inmigración está más restringida, y se ralentiza
dramáticamente cuando las fronteras están más abiertas.

Incluso Karl Marx y Friedrich Engels pensaban que las perspectivas


para la revolución de la clase trabajadora en los Estados Unidos
eran disminuidas como consecuencia de los variados orígenes
inmigrantes de los trabajadores que eran divididos por un alto grado
de diversidad étnica, sectaria y racial. Esa diversidad encabezada
por los inmigrantes puede haber sido porqué los Estados Unidos nunca
tuvieron un partido de trabajadoras, laboral o socialista popular.

El argumento más plausible en contra de liberalizar la inmigración


es que los inmigrantes empeorarán nuestras instituciones
económicas y políticas, ralentizando así el crecimiento económico
y matando la gallina de los huevos dorados. Afortunadamente, la
literatura académica y de política [migratoria] no apoya este
argumento y hay algo de evidencia de que la inmigración podría de
hecho mejorar nuestras instituciones. Incluso el mejor argumento
en contra de la inmigración es aún poco convincente.

13. “La fuga de cerebros de inmigrantes inteligentes a los Estados


Unidos empobrece a otros países.”
Los resultados de la evidencia empírica sobre este punto son
concluyentes: el flujo de trabajadores capacitados desde países
de baja productividad a naciones de alta productividad incrementa
los ingresos de la gente en el país de destino, enriquece al
inmigrante, y ayuda (o al menos no daña) a los que quedan atrás.
Es más, las remesas que los inmigrantes envían a casa son a menudo
suficientemente grandes como para compensar cualquier pérdida en
productividad en el país originario por emigración. A la larga,
el potencial para inmigrar y los mayores retornos de la educación
incrementan el incentivo para que trabajadores en el Mundo en Vías
de Desarrollo adquieran habilidades que de otro modo no adquirirían
– incrementando la cantidad de capital humano. En vez de ser llamado
una fuga de cerebros, este fenómeno debería ser correctamente
llamado un flujo de habilidades.

El desarrollo económico debería tratarse de incrementar los


ingresos de la gente, no la cantidad de actividad económica en
regiones geográficas específicas. La inmigración y emigración
hacen justamente eso.

14. “Los inmigrantes incrementarán la sobrepoblación, dañarán al


medio ambiente, y [insertar afirmación misántropa aquí].”
El difunto economista Julian Simon pasó mucho de su carrera
mostrando que las personas son una bendición económica y ambiental,
no una maldición. A pesar de su trabajo, numerosas organizaciones
anti-inmigración hoy son financiadas y fundadas para oponerse a
la inmigración porque incrementaría el número de americanos de altos
ingresos que entonces dañarían más el ambiente. Sí, en serio – sólo
lee acerca de John Tanton que es el Johnny Appleseed del nativismo
americano moderno.
La preocupación sobre la sobrepoblación está enfocada en bienes
y servicios provistos públicamente – como escuelas, caminos, y áreas
urbanas densamente zonificadas. Las empresas privadas no se quejan
de la sobrepoblación, ellas se expanden para abarcar la demanda
lo que incrementa sus utilidades. Si la sobrepoblación realmente
fuera un problema entonces privatizar funciones gubernamentales
de forma que tengan un incentivo a abarcar rápidamente a la demanda
es una opción barata y fácil. Incluso si el gobierno no hace eso,
y sospecho que no lo harán en el futuro cercano, los problemas de
la sobrepoblación son abordables porque más inmigrantes también
significa una base imponible más grande. Reformar o remover leyes
de uso de tierras que previenen la urbanización también ayudarían
mucho a aliviar cualquier preocupación sobre la sobrepoblación.

A pesar de que debemos pensar sobre estos asuntos de forma marginal,


¿preferirías tener los problemas de sobrepoblación como los tienen
en Houston o el problema de no suficiente población como en Detroit?

15. “Algunas razas y grupos étnicos son genéticamente inferiores.


Es necesario prevenir que vengan acá, procreen, y reduzcan la
calidad genética de América.”
Estos argumentos eran más populares hace un siglo cuando las
nociones de eugenesia y racismo eran ampliamente aceptadas, basadas
en investigación extraordinariamente mala, y eran algunos de los
principales argumentos para la aprobación de la Ley de Inmigración
de 1924. Han resurgido en las secciones de comentarios de algunos
blog y en twitter, frecuentemente dirigidas a un servidor, pero
estos tipos de argumentos aún no son muy frecuentemente expuestos
en público y son bastante tontos. No gasto tiempo interactuando
con ellos pero tenía que mencionar que aún siguen ahí.

Hay otros argumentos que personas usan en oposición a la inmigración.


Muchos de esos argumentos giran en torno de temas de “justicia”
– una palabra con un significado difuso que difiere dramáticamente
entre personas y culturas. Los argumentos sobre justicia a menudo
dependen de emociones y, usualmente, de una mala comprensión de
los hechos que es rápidamente corregida en referencia a mi 8vo punto
arriba.

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