En el presente ensayo de investigación compararemos las doctrinas filosóficas
entre sofistas y Sócrates para abordar preferentemente las divergencias filosóficas entre los planteamientos. Como sabemos, Sócrates de espíritu investigador fue estudiando todas las doctrinas anteriores y rechazándolas por insuficientes. Con los sofistas compartía su interés por el hombre, por las cuestiones políticas y morales, por la vinculación de éstas al problema del lenguaje. La inquietud filosófica con Sócrates da un giro del problema del cosmos al problema del hombre. ¿Se trata de un giro moral respecto de los sofistas? Este es un interrogante que nos plantearemos responder en este ensayo, al igual que confrontar las perspectivas filosóficas. A partir del balance entre ambas tendencias, sostenemos que el sistema filosófico de Sócrates dejó un legado a la humanidad. Frente al individualismo y materialismo de los sofistas oponemos la preocupación por el ¨otro¨ y el legado a la ética planteado por el filósofo. Sócrates creía que en la moral, sólo en lo bueno está lo útil, y en el arte de hacer el bien. La verdad y la inteligencia ocupan un lugar secundario, siendo primaria la perfección del alma, entendida como la capacidad de hacerse intelectual- moralmente mejor. La verdad se encontraba en la intimidad de cada alma, por eso partió de lo particular y concreto, de la opinión personal. El héroe no era aquel que vencía sobre los demás, (como pensaban los sofistas), sino el que vencía a sí mismo. El diálogo con sus conciudadanos fue una auténtica comunicación humana. Su filosofía fue un acto de vida social, un llamamiento a los que le rodean. En este trabajo organizaremos el trabajo del siguiente modo; primero se expondrán brevemente y conjuntamente los principales lineamientos de la doctrina de los sofistas y de Sócrates para luego esbozar las coincidencias y diferencias entre el conceptualismo socrático, y la sofística. Con los aportes de Sócrates, terminaba la era de la aceptación resignada y empezaba el pensamiento moderno. DESARROLLO Los sofistas: Relativismo y escepticismo. Sócrates: Método e intelectualismo moral. En el siglo V a. de C. la vida política griega va tomando una creciente conciencia nacional, y un mayor interés por el gobierno de las ciudades. En este contexto surgen los sofistas. Los ciudadanos tenían la obligación en las asambleas, por eso surge la necesidad de saber argumentar y persuadir. Era un debe escuchar, debatir y decidir. La tarea fundamental de los sofistas fue la capacitación, o ¨virtud¨ política, eran profesionales extranjeros que cobraban por sus enseñanzas, de índole práctica, como el enseñar a hablar en público o persuadir, vendían los saberes prácticos para participar activamente en la política Se les cuestionó el hecho de recibir remuneración, pero también por la formación que hacían a sus jóvenes en la llamada ¨areté¨, el arte de la política y la ciudadanía, que incluía todas las técnicas persuasivas para hacerse un lugar en la administración de la polis. Se vanagloriaban de ser capaz de convertir el argumento más débil en el fuerte. La finalidad de los sofistas era lograr un alto prestigio en sus discípulos y oyentes, obtener jerarquía política, social y monetaria y no la búsqueda de la verdad en sí misma. La verdad depende del sujeto, de la interpretación y visión de cada persona, por eso fueron vinculados al escepticismo. El bien y el mal, lo verdadero y lo falso, dependen de la perspectiva personal y cada pueblo puede tener su propia ética, sus propias normas y alcanzar sus propios acuerdos sobre lo que debe ser aceptado y rechazado. Hablaban del relativismo de las opiniones, ya que no hay opiniones verdaderas ni falsas, pero hay algunas más convenientes que otras, pero siempre en relación con un determinado individuo. La aparición de Sócrates sucedió de un modo desconcertante y súbito. Su pensamiento fue comprensible en función de esa sociedad en que vivió la crisis del siglo V. a. C. Sus dos aportes innovadores fueron lo que se llama el intelectualismo moral y el método inductivo. Sócrates le dio primacía a la mente del hombre, tanto en lo que se refiere al origen del conocimiento, como en lo que atañe al gobierno de las acciones humanas; uno puede vivir una vida moral utilizando principios o valores en la vida diaria. La Verdad, la Bondad y la Utilidad son principios y prácticas que debemos todos cultivar en beneficio no solo de nuestro ser interior, sino también como norma de convivencia en la sociedad en que vivimos. Así, Sócrates se transforma en el fundador de la doctrina de una moralidad absoluta, contra todo relativismo, por sobre todo el de Protágoras. Las búsquedas de los conceptos que definen las virtudes humanas se realizan a partir del método inductivo, que consisten en que a partir de los conceptos individuales, particulares, se llegue a obtener conceptos de validez universal; método que a menudo se resume expresando que es el que va “de lo particular a lo general”. El método socrático para llegar a la verdad, era el diálogo con sus alumnos, mediante el cual les formulaba preguntas acerca de las cuestiones que planteaba a la discusión, y luego confrontaba y analizaba críticamente las respuestas, hasta que llegaban todos a una respuesta que les pareciera verdadera. En primera instancia, la ironía, mediante la cual, a través de las preguntas, el maestro procuraba desconcertar al alumno, exponerlo a sus contradicciones hasta que sea consciente de su ignorancia. En segunda instancia, se encuentra la mayéutica. Por medio de ella, aplicando el método de las preguntas y respuestas, se lograba que el alumno encontrara la verdad dentro de sí. Algunas diferencias entre Sócrates y los sofistas. Al igual que los sofistas, Sócrates pasaba gran parte de su tiempo dedicado al debate con jóvenes que algunos de los cuales ocuparon puestos políticos. Pero a diferencia de los sofistas, no cobraba por ello y su método de enseñanza no consistía en instruir sino en preguntar (método mayéutico). Su método de enseñanza era procurar y ayudar al discípulo a que desarrolle sus propias ideas, en lugar de inculcar una doctrina preestablecida o convencer e imponer una idea, como lo hicieron los sofistas. Sócrates se ocupó de los mismos temas que los sofistas pero desde una concepción del mundo radicalmente distinta. Para los sofistas, la verdadera sabiduría consistía en el poder de convicción, por lo tanto era relativa. No había una única verdad. Para Sócrates, la verdadera sabiduría es equivalente a ¨ser¨ bueno, ya que la nitidez intelectual coincide con la rectitud ética: conocimiento y virtud se identifican. Pero va más allá de la sabiduría admitida como válida, en la dialéctica de cuestionarse y cuestionar a los demás, puso a la filosofía a una nueva dirección, que era hacer mejores a los ciudadanos. Frente a los sofistas insistía en que la virtud era la perfección del espíritu, y no el logro de honores, de dinero o poder. Para el filósofo era sabio quien conoce lo que es virtud, y no puede hacerse el mal sino por ignorancia, tampoco es posible que un ignorante haga el bien, puesto que saber y virtud se identifican. Según Sócrates, conocimiento moral y virtud eran una misma cosa. Cualquiera que supiera qué era lo correcto, no podía obrar mal. Quien sabe lo que es bueno lo hace, porque nadie hace el mal a sabiendas. El malo lo era por ignorancia Para los sofistas, el bien o mal depende de la persona, y que las virtudes, al igual que los conceptos eran ¨convenciones¨ variables en el tiempo, Sócrates decía que estos conceptos eran susceptibles de una definición universal, y no compartía la manera de pensar de los sofistas, pues decía que si no se acepta la validez del conocimiento, no habrá ciencia ni moralidad porque la ciencia es la base de la moralidad. Por otro lado, frente a la preocupación de los sofistas de lograr el saber para obtener el poder y el dinero, Sócrates se preocupaba por lograr la perfección del espíritu y el alma. Al igual que los sofistas, su actividad era indirectamente política, en el sentido en que se llevaba a cabo a través de la enseñanza de cada ciudadano en la ciudad. El sofista era partidario de un arte de apariencia, y forjador de imágenes, hacían verdadero lo falso y aceptable lo moralmente repudiable. Sócrates que ambiciona la búsqueda de la verdad pura, se resistió a la frivolidad, centrándose en la virtud, pues el hábito de obrar bien era el camino del conocimiento, la ética y la felicidad. CONCLUSIÓN Podríamos decir que Sócrates es el fundador de la filosofía moral, fue el primero que teorizó sobre los conceptos morales básicos: lo bueno y la virtud. Concluimos que mantiene una preocupación por el hombre como ciudadano y por el “ideal” de polis. La palabra es vehículo de pura ética, de responsabilidad moral, anunciadora de un logos profundo para el individuo. La confrontación entre la justicia “real”, ideal, frente a la justicia “aparente”, circunscrita al ámbito del lenguaje que defienden los sofistas era el motor del nuevo problema a que se abre la filosofía. Los sofistas y Sócrates tuvieron diferencias sustanciales entre ambos. La diferencia más importante radica en las concepciones de verdad que ambos manejaron. Para los sofistas no hay una verdad universal que valga para todos por igual, tampoco deben valer para todos por igual lo bueno ni lo justo, sino que bueno y justo resulta ser lo que cada uno entiende como tal. Por el contrario, Sócrates preocupado en la vida cívica, trata de someter la vida humana y sus valores a la razón, de racionalizar la conducta humana ajustándola a normas fijas y universales. Su método dialéctico intentaba que las personas buscaran sus propias verdades, junto a la convicción de que no se puede ser sabio a lo sumo, amar- buscar la sabiduría. Sócrates no se tiene por sabio sino por amante del saber. Podríamos decir que su intelectualismo moral es un planteamiento que da un giro moral respecto a los sofistas, al definir la unión entre lo que es la razón y el bien. El fin de esta idea es que cada individuo pueda saber cómo comportarse ante la sociedad, una mala conducta es producto del desconocimiento, pero el mal es de la persona es involuntario, por tanto se le debe enseñar la ética. Entonces, frente al universalismo del filósofo oponemos el individualismo y el cultivo de la inteligencia personal de los sofistas, éstos últimos artesanos de la persuasión completamente alejados de la ética y del bien común, que no tienen otra moral que su interés en particular. De este modo, concluimos que Sócrates es el apóstol de la libertad moral sustraída a todo dogma y a toda tradición, sin más gobierno que el de su propia persona y obediente sólo a los dictados de la voz interior de su conciencia. La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, ética, amor, virtud y el conocimiento de uno mismo, exhortando a preocuparse no por el cuerpo y la fortuna sino por la perfección del alma. El oráculo de Delfos termina interpretando que sabio es el hombre que conoce su ignorancia, y la tarea divina es desenmascarar a los que se creen sabios sin serlo. Por esto, es que Sócrates dio un giro a la filosofía, con su teoría moral, porque mientras que los sofistas se creen que lo son, en realidad él es más sabio porque es consciente de su ignorancia, y porque además de la importancia a la ética, inició la investigación racional con la propuesta de un método científico. BIBLIOGRAFÍA Enciclopedia El Ateneo Tomo III El pensamiento y el mundo de las letras, Buenos Aires, 1962. Pág- 384- 385. G. W. Hegel Lecciones sobre la historia de la filosofía Vol. II, Cap. 2 De los sofistas a los socráticos. F. C. E. México 1977, pág 25- 33 Kenny Anthony Breve historia de la filosofía occidental. Editorial Paidós, 2009. Págs.- 48- 52 El Poder de la Palabra epdlp.com Barcelona - Nueva York http://www.liceodigital.com/filosofia/socrates.htm Fecha de consulta 24 de abril, 2013.