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Cuando usted cede temporalmente la posesión de su dinero espera ser compensado por los riesgos que
asume, como por ejemplo que se demoren en pagarle o que no le paguen, o que cuando le devuelvan su
dinero ya no le alcance para comprar lo que podía comprar con este cuando lo prestó. Es por ello que se
debe pagar un precio por tener dinero ajeno, a este precio se le denomina “interés”.
Podemos calcular el interés como la diferencia entre el valor inicial cedido y el valor final del mismo
capital, transcurrido el lapso en el que éste es cedido, prestado o tomado a préstamo, si por ejemplo
prestamos 100.000 pesos y al final del préstamo nos devuelven 110.000 pesos; significa que nos han
pagado 10.000 pesos por haber cedido la posesión del dinero.
En nuestra relación con el sistema financiero nos podemos encontrar con dos situaciones. Por una parte
existen productos para ahorrar o invertir, en estos productos es usted quien sede la posesión del dinero por
lo que le deben pagar intereses por el uso de su capital. La otra situación es aquella en la que usted pide
prestado dinero ajeno; es decir, hace uso de algún producto de crédito, en este caso es usted quien debe
pagar interés por usar dinero ajeno.
La tasa de interés es el precio del dinero en el mercado financiero. Al igual que el precio de cualquier
producto, cuando hay más dinero la tasa baja y cuando hay escasez sube.
Cuando la tasa de interés sube, los demandantes desean comprar menos, es decir, solicitan menos
recursos en préstamo a los intermediarios financieros, mientras que los oferentes buscan colocar más
recursos (en cuentas de ahorros, CDT, etc.). Lo contrario sucede cuando baja la tasa: los demandantes del
mercado financiero solicitan más créditos, y los oferentes retiran sus ahorros.
Existen dos tipos de tasas de interés: la tasa pasiva o de captación, es la que pagan los intermediarios
financieros a los oferentes de recursos por el dinero captado; la tasa activa o de colocación, es la que
reciben los intermediarios financieros de los demandantes por los préstamos otorgados. Esta última
siempre es mayor, porque la diferencia con la tasa de captación es la que permite al intermediario
financiero cubrir los costos administrativos, dejando además una utilidad. La diferencia entre la tasa
activa y la pasiva se llama margen de intermediación.
Considerando lo anterior, recibir un monto de dinero más adelante (no hoy) implica un costo de
oportunidad y esto es lo que se refleja en el cálculo del valor presente, ya que descontamos (castigamos)
el valor de los flujos futuros para traerlos al presente.
El concepto de VP se utiliza comúnmente para determinar si es conveniente o no invertir en un
determinado proyecto, valorar los activos que ya se tienen, calcular el valor de la pensión que recibiremos
cuando más viejos, etc.
La tasa de descuento es la inversa a la tasa de interés, que sirve para aumentar el valor (o añadir intereses)
en el dinero presente. La tasa de descuento por el contrario, resta valor al dinero futuro cuando se traslada
al presente, excepto si la tasa de descuento es negativa, caso que supondrá que vale más el dinero futuro
que el actual. La tasa de interés se utiliza para obtener el incremento a una cantidad original, mientras que
la tasa de descuento se resta de una cantidad esperada para obtener una cantidad en el presente.
Salvo casos excepcionales, la tasa de descuento es positiva porque ante la promesa de recibir dinero en el
futuro tenemos la incertidumbre de si la vamos a recibir o no, ya que puede surgir algún problema que
impida que recibamos ese dinero. Por eso, cuánto más lejano está el dinero que vamos a recibir menos
valdrá en el presente.
La tasa de descuento es muy útil para conocer cuanto vale el dinero del futuro en la actualidad.
Su relación con los tipos de interés es la siguiente:
d = i/ 1 + i