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Universidad Abierta y a Distancia de México.

Modulo I. Hecho, acto y sujetos de Derecho

Profesor: Aide Guadalupe Barrera Rodríguez.


Asesor: María del Carmen Jardón Gallegos.

Grupo: DE-DEHASD-1802-M1-026

Unidad 3. Interpretación jurídica

Alumno: Luis Alejandro Esquivel Rodríguez.


ES1821002238

Sesión 6. El sistema jurídico y la interpretación del


Derecho
8 de agosto 2018
Índice

Contenido

Introducción. ................................................................................................................................... 3
Contenido. ........................................................................................................................................ 4
Actividad 1. Los sistemas jurídicos. ............................................................................................... 4
1. Compara los principales sistemas jurídicos a partir de un cuadro de doble entrada,
en el que señales los criterios de comparación....................................................................... 4
Actividad 2. Conflictos de leyes...................................................................................................... 6
Caso proporcionado por el docente: ......................................................................................... 6
Identifica el método interpretativo a utilizar para dar solución al caso planteado. ............. 8
Actividad integradora. Origen, organización y aplicación de las normas ................................ 9
1.- Explica cuáles son los elementos integrantes de un sistema jurídico. .......................... 9
2.- Señala las diferencias entre la explicación de un sistema jurídico con la pirámide de
Kelsen y la cadena normativa de Joseph Raz ....................................................................... 14
3.- Indica qué es y cuál es la función de la Constitución, quién la crea y cómo lo hace.
Dentro del desarrollo de este apartado, abordar lo siguiente: ............................................ 19
¿Qué es la Constitución? .......................................................................................................... 19
¿Cuál es la función de la Constitución?.................................................................................. 21
¿Quién la crea y como lo hace? .............................................................................................. 22
Regularidad normativa. ............................................................................................................. 25
Regularidad legal........................................................................................................................ 26
Regularidad constitucional. ....................................................................................................... 30
Función Regulatoria ................................................................................................................... 33
Conclusiones. ............................................................................................................................... 34
Bibliografía ..................................................................................................................................... 35
Introducción.

En esta última sesión del curso Hecho, acto y sujetos de Derecho, se abordarán los temas
acerca del sistema jurídico, sus antecedentes, donde está ubicado el sistema jurídico
mexicano, como está estructurado y algunos criterios a seguir para la resolución de conflicto
con las leyes, con respecto al tiempo y el espacio, en lo que se podría decir las lagunas y
antinomias del Derecho, se observará la interpretación jurídica de la ley y de los derechos
fundamentales, por último se analizarán los principios y procedimientos de integración de
las normas jurídicas.

En la primera actividad, se investigará en diversas fuentes bibliográficas recomendadas en


la guía de la materia, los principales sistemas jurídicos, de los que destacan el sistema
anglosajón y el neorromanista en los cuales se integra el sistema jurídico mexicano, en él,
se podrán observar a través de un cuadro comparativo, las similitudes y diferencias de
ambos sistemas con respecto a sus orígenes, formas de Derecho y sus divisiones.

En la segunda actividad se analizará un caso proporcionado por la docente en donde se


presenta un caso de conflicto, se requiere identificar el método interpretativo que se debería
utilizar para llegar a la resolución del caso expuesto.

En la actividad integradora, se tendrán que revisar nuevamente algunas fuentes


bibliográficas recomendadas, para redactar un ensayo que incluya los elementos que
integran un sistema jurídico, las diferencias entre la explicación de un sistema jurídico
acorde la pirámide de Kelsen y la cadena normativa de Joseph Raz, se investigaran los
antecedentes de nuestra constitución mexicana y se determinara que es, cuál es su función,
quien la creo y como la hizo, por último se anexara dentro del mismo apartado, las
siguientes cuestiones.

Como se crean las normas, la regularidad normativa, regularidad legal y la regularidad


constitucional.

En esta sesión se observará que los sistemas jurídicos son diseñados y aplicados bajo
estrictos procedimientos formales y materiales, que en caso de no respetarse darán lugar
a una norma irregular que se podría anular, esta irregularidad puede o no puede ser
constitucional y se puede interpretar como un vicio de forma o fondo, dentro de lo más
importante de este tema, se comprendió, que el sistema jurídico no es infalible y que se
pueden presentar fallas imprevisibles pero que se tiene previsto reglas para superarlas.
Contenido.

Actividad 1. Los sistemas jurídicos.

1. Compara los principales sistemas jurídicos a partir de un cuadro de


doble entrada, en el que señales los criterios de comparación.

Cuando hablamos de familia jurídicas nos estamos refiriendo a la parte tradicional del
derecho, es decir, las partes que lo integran y que les asignaron sus características
particulares y a su vez lo que los diferencian de otras familias.

Se puede observar, que las tradiciones dependen de su localización geográfica, sus países
vecinos que influenciaron sus políticas y con las que de alguna manera establecen
relaciones con lo cual fue heredando ciertas características de su Derecho.

Existen diferentes formas de usar el derecho, algunos países lo hacen de forma oral otros
por escrito, la idea es determinar cuál es su diferencia y definir qué cosas son relevantes
en ambos sistemas, ya que a mi entender no existen malos y buenos, si no que cada uno
tiene ciertas ventajas que se pueden aprovechar y además en cada lugar es aplicable un
determinado tipo de Ley.

Las familias jurídicas son formadas por los sistemas jurídicos de diversas partes o lugares
que por la geografía o intereses económicos, políticos o sociales comparten con otros
estados, la familia es el género y los sistemas jurídicos la especie.

Existen dos grandes familias jurídicas, la familia neorromanista, que es integrada por los
países cuya ciencia jurídica se ha elaborado en base a los fundamentos del derecho romano
y por ende de la tradición germánica, los cuales se unificaron en el occidente de Europa en
el siglo VI. A esta familia pertenece el país de México y se caracteriza por un derecho escrito
y formalista.

Por otra parte, está la familia del common law o anglosajón, que nace en Inglaterra en el
siglo XI, después de la conquista de los normados, este derecho tiene la característica de
que se formó por decisiones judiciales, emanadas de los tribunales reales. A esta familia
pertenecen países como Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva
Zelanda y se caracteriza por ser un sistema oral y desformalizado, cuya principal fuente es
la costumbre.

Sistema Jurídico Mexicano, es el resultado de la mezcla cultural generado en la ocupación


española durante el virreinato de la Nueva España, el primer documento legal nace en el
año 1814, entre sus colaboradores se encuentran, José María Morelos y Pavón, José María
Cos y José María Liceaga, este documento se conoce como Constitución de Apatzingán,
posteriormente, existen otros dos documentos oficiales hasta llegar a nuestra constitución
actual promulgada en 1917 por Venustiano Carranza, el cual surge del movimiento
revolucionario de 1910.

Esquema 1. Cuadro comparativo de sistemas jurídicos


Actividad 2. Conflictos de leyes
Caso proporcionado por el docente:

ANTINOMIA

El 3 de julio de 2007, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvía el


juicio promovido por D. Jorge Hank contra una resolución del Tribunal de Justicia Electoral
del Poder Judicial del Estado de Baja California que revocaba el acuerdo favorable a su
inscripción en el registro de su candidatura a Gobernador de ese estado. En síntesis, los
hechos que dieron lugar a esa causa fueron los siguientes. El señor Julio era Presidente
municipal del Ayuntamiento de Ti D. Jorge Hank para el periodo comprendido entre los años
2004 y 2007 cuando solicitó su registro como candidato a Gobernador del estado de Baja
California. Dado que la candidatura del señor D. Jorge Hank satisfizo los requisitos y
formalidades establecidos por los artículos 284, 285 y 286 de la Ley de Instituciones y
Procesos Electorales del Estado de Baja California, en principio nada debería impedir su
candidatura, puesto que, por otra parte, el párrafo sexto del artículo 41 de la Constitución
de Baja California exige meramente de los candidatos:

No tener empleo, cargo o comisión en el Gobierno Federal, Estatal o Municipal, en los


Organismos descentralizados municipales o estatales, o Instituciones educativas públicas;
salvo que se separen en forma provisional, noventa días antes del día de la elección.

Esto significa que la provisional separación de su cargo de Presidente Municipal sería la


exigencia que le bastaría satisfacer al señor D. Jorge Hank para concurrir a las elecciones
de Gobernador. Sin embargo, este precepto constitucional no es el único relevante en este
caso, pues desde la reforma de los artículos 18, 42 y 80 de la Constitución de Baja
California, reforma aprobada y finalmente publicada mediante Decreto núm. 99 con fecha
4 de octubre de 2002, el párrafo tercero del artículo 42 indica que no podrán ser electos
Gobernadores:

Los Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, Diputados locales, Presidentes


Municipales, Síndicos Procuradores y Regidores de los Ayuntamientos durante el periodo
para el que fueron electos; aun cuando se separen de sus cargos; con excepción de los
suplentes siempre y cuando éstos no estuvieran ejerciendo el cargo.
A la luz de este conjunto de preceptos, dos conclusiones parecen claras. La primera es que
el señor D. Jorge Hank podría haber concurrido hipotéticamente en su condición de
Presidente Municipal a las elecciones de Gobernador del Estado de Baja California en
comicios celebrados antes de la entrada en vigor de la reforma constitucional del año 2002.
Para ser elegible Gobernador antes de esa fecha, le habría bastado con separarse
provisionalmente de su cargo municipal 90 días antes de la elección. Asimismo, parece
claro que, después de esa reforma, su candidatura resulta inviable, puesto que su eventual
separación del cargo de Presidente Municipal de Ti D. Jorge Hank no impediría en ningún
caso que su candidatura al cargo de Gobernador coincidiera en el tiempo con el periodo
para el que había sido elegido Presidente Municipal, que es lo que en su nueva redacción

el artículo 42 en su párrafo sexto impide.

La sentencia del Tribunal Electoral de Baja California impugnada, excluye la formulación de


un juicio de constitucionalidad sobre este precepto aduciendo su falta de competencia para
ello y subraya la libertad del legislador local para regular y limitar el derecho a ser votado,
cuyo origen constitucional no debería llevarnos a perder de vista que su configuración es,
en cambio, legal. Por otra parte, el tribunal baja californiano no considera esta disposición
bajo su nueva redacción irrazonable ni ilógica, lo cual a su juicio queda patente en el debate
parlamentario que dio lugar a la reforma, claramente expresivo de la intención del legislador
y del que se desprende de manera precisa que el propósito de esta disposición consiste en
asegurar que los cargos municipales concluyan su mandato responsablemente, sin quebrar
las expectativas de sus electores. El siguiente fragmento de la exposición de motivos de la
reforma al artículo 42, reproducido en el quinto considerando de la Sentencia, lo expresa
claramente: El voto se otorga bajo ciertos aspectos que lo condicionan, tanto de parte del
elector como del aspirante y como uno de estos aspectos es la voluntad del ciudadano de
que por quién vota se desempeñe en el cargo por el tiempo por el cual ha sido elegido. Si
el servidor deja su cargo de elección popular por una razón como la de contender por otro
cargo y, aun cuando lo suplan, trastoca las condiciones iniciales de su propuesta a la
ciudadanía y falla en su responsabilidad política para con ésta. Se busca con esta propuesta
la participación con responsabilidad.

En suma, todo parece indicar que antes de la entrada en vigor del Decreto número 99
estaban claramente permitidas candidaturas como la del señor D. Jorge Hank y después
de esa fecha, claramente prohibidas por la razón recién indicada. Sin embargo, el examen
de las sucesivas decisiones al respecto demuestra que no nos hallamos ante un caso tan
claro como quizá pudiera parecer.

García Figueroa A. (2009). Interpretación conforme a la constitución. México: Tribunal


Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Recuperado de:

http://www.te.gob.mx/documentacion/publicaciones/Serie_comentarios/09_interpretacion.
pdf

Identifica el método interpretativo a utilizar para dar solución al caso


planteado.

Los criterios para la resolución de una antinomia son los siguientes:

1. criterio jerárquico

2. Criterio cronológico

3. Criterio de especialidad

4. Criterio de competencia.

5. Criterio de prevalencia.

6. Criterio de procedimiento

7. Inclinarse por la norma más favorable a la libertad de los sujetos

8. Decidir a cuál de los dos sujetos es más

9. Criterio en el cual se elige la norma que tutele mejor los intereses protegidos

10. Criterio basado en la distinción entre principios y reglas.

RESOLUCION:

Una vez que se leyó todo el caso y explicaciones de cómo procedió por parte de un partido
electoral para anular la postulación del C. Hank para participar en las elecciones para
Gobernador del Estado de Baja California, sus abogados apelaron ante el tribunal federal
dos juicios: uno de revisión constitucional y otro de defensa de derechos político-electorales
del ciudadano.

En la descripción se puede notar que dos artículos se contraponen el 42 con el que se


prohíbe que una persona en función participe en los procesos electorales lo que se conoce
como la Ley antichapulín y por otro lado el 41 que otorga el derecho a participar en una
elección popular.

Acorde al criterio de resoluciones anterior, se especifica que la primera regla para resolver
el caso es un criterio jerárquico, ante la colisión de normas provenientes de fuentes
ordenadas de manera vertical o dispuestas en grados diversos en la jerarquía de las
fuentes, la norma jerárquicamente inferior tiene la calidad de subordinada y, por tanto, debe
ceder en los casos en que se oponga a la ley subordinante, y con este primer criterio,
considero se fundamenta para la resolución del caso, aun así, los diferentes criterios son
analizados, pero en una opinión personal, este criterio desecha la demanda, ya que al
presentarse esta contradicción la regla indica que se debe jerarquizar e inmediatamente se
analiza que el articulo 42 forma parte de una Ley Estatal pero que va en contra de los
Derechos fundamentales de las personas, los argumentos en los que se basó la resolución,
giraron en torno a las supremacía del derecho que otorga la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos de "votar y ser votado", así como a las garantías que estipulan
los tratados internacionales firmados por el Estado mexicano, que están por encima de las
legislaciones locales. La conclusión es que el Derecho fundamental es mejor acogido,
regulado y expandido por los tratados de los derechos humanos.

Actividad integradora. Origen, organización y aplicación de las


normas

1.- Explica cuáles son los elementos integrantes de un sistema jurídico.

La idea de que el derecho constituya un orden, presupone la concepción de que sus


elementos (normas o disposiciones) son creadas por ciertas instancias apropiadas,
reconocidas como instancias creadoras del derecho y que son, por lo general eficaces,
esto es, que son, mayormente seguidas y obedecidas.
El orden jurídico, es supremo en el sentido de que, por un lado, la fuente de validez de sus
normas o disposiciones no proviene ni deriva de ningún otro sistema social; y es exclusivo
porque ahí donde vale un orden jurídico no puede valer ningún otro.

El derecho es un orden o sistema coactivo en la medida en que hace uso de sanciones.


Este rasgo, conjuntamente con los anteriores, permite distinguir los órdenes jurídicos de
otros órdenes sociales: Las sanciones jurídicas, son actos coactivos socialmente
inmanentes, aplicados por instituciones específicas.

Estrechamente vinculado con esta idea se encuentra la concepción, de que el derecho


(y sobre esto basan su autoridad y prestigio) es un conjunto de principios y normas
conformes con la "razón" o con la naturaleza (con la "naturaleza de las cosas", con la
naturaleza del hombre).

Normalmente los juristas dedicados del derecho, comienzan su explicación de una


definición persuasiva o un concepto ad hoc de derecho. Una vez satisfecho, con mayor o
menor éxito este cometido, consideran que han dado cuenta, aunque sea en parte, de
estos fenómenos. Esto constituye un error. Una correcta explicación del orden jurídico,
presupone un claro entendimiento de las funciones que realiza y las entidades que lo
constituyen.

Los órdenes jurídicos deben ser considerados, como intrincadas urdimbres de actos y
materiales jurídicos interrelacionados, en los que se realízan diverses funciones entre las
cuales el facultamiento es una de tantas. ¿Cuáles son los problemas que una teoría del
orden jurídico se propone solucionar y en cuáles es relevante el concepto de facultad?

Una teoría completa del sistema jurídico se compone de las soluciones a los siguientes
problemas, existencia, identidad estructura y contenido del Sistema juridico.

Si se observa con atención el orden jurídico, uno se percata que el concepto de facultad
se presenta como una función esencial. Esta función esencial al orden jurídico permite
identificar los diferentes elementos que forman un orden jurídico.
Clasificación del sistema normativo.

Cada una de las normas jurídicas, cimientos de todo orden legal, tiene características que
la hacen ser diferente. Con la finalidad de sistematizarlas y hacer más evidentes sus
alcances, se clasifican, entre otras formas, en atención a su jerarquía y a sus ámbitos
material y espacial de validez.

Jerarquía

Las normas jurídicas, no tienen forzosamente el mismo rango ni categoría; algunas son
superiores y otras inferiores, es decir, existe entre ellas un orden jerárquico. Esto permite
determinar cuál es la norma que resulta aplicable en caso de contradicción. Además, existe
la necesidad de que unas se apoyen en otras; toda norma jurídica se considera válida y
obligatoria porque se encuentra apoyada en otra superior, y esta otra, a su vez, porque se
encuentra sustentada en otra norma de más elevada categoría, hasta llegar a la
Constitución Federal.
Así, en México, el nivel máximo superior es ocupado por la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Los tratados internacionales se encuentran en segundo plano
inmediatamente debajo de ella y, en tercer lugar, se encuentran el derecho federal y el local,
con igual jerarquía. En la siguiente figura se aprecian los elementos del sistema juridico
mexicano acorde a la piramide de Kelsen, sin embargo en dicha figura no aparecen los
elementos humanos u ontologicos es decir la naturaleza misma del Sistema, ya que Kelsen
no los contempla, pero son inherentes al desarrollo y creación del mismo.
Figura 1. Sistema jurídico mexicano, de acuerdo con la pirámide de Kelsen

Ámbito material de validez

El ámbito material de validez de las normas jurídicas o ramas del derecho, identifica la
materia que pretenden regular, es decir, las nor mas jurídicas no se aplican indistintamente;
cada una rige en determinada área del derecho y tiene características particulares.
Tradicionalmente se conocen como ramas del derecho público las materias constitucional,
internacional pública, administrativa, procesal, electoral y penal. En el derecho privado
tenemos a las materias civil, mercantil e internacional privada, las que a su vez pueden
admitir múltiples divisiones.
Existen otras ramas del derecho, como la agraria, la económica, de seguridad social, del
trabajo y de asistencia social que, por sus vínculos proteccionistas, aspiran a la supremacía
del interés común sobre los individuales y conforman el derecho social. Además, debido a
las transfor maciones sociales y culturales han surgido nuevas disciplinas, tales como el
derecho informático.
Figura 2. Ramas del Derecho

Ámbito espacial de validez

El ámbito espacial de validez de las normas se determina por el territorio donde éstas son
aplicables. La República Mexicana está compuesta de Estados libres y soberanos en
cuanto a su régimen interior, pero unidos en una Federación. Además, forma parte de ella
el Distrito Federal, que es la sede de los Poderes de la Unión y capital de los Estados
Unidos Mexicanos. Por su parte, los Estados tienen como base de su división territorial,
organización política y administrativa, al Municipio libre.
De esta manera, el orden federal, comprende las leyes que son obligatorias en toda la
República. El orden local abarca las leyes que sólo obligan dentro de la entidad federativa,
Estados o Distrito Federal, en que se expidieron. Finalmente, las disposiciones de carácter
municipal sólo son aplicables en el Municipio donde fueron creadas.
Figura 3. Ámbito espacial de validez

2.- Señala las diferencias entre la explicación de un sistema jurídico con la


pirámide de Kelsen y la cadena normativa de Joseph Raz

El derecho dice Hans Kelsen es un orden ... Un "orden" es un sistema de normas. El


derecho es un conjunto de normas, que tienen el tipo de unidad que entendemos por
sistema. Es imposible penetrar la naturaleza del derecho, si limitamos la atención a una
sola norma aislada. Las relaciones que unifican las distintas normas de un orden jurídico
son también esenciales a la naturaleza del derecho. Únicamente sobre la base de una
clara comprensión de estas relaciones que constituyen el orden jurídico puede ser
entendida, de manera completa.

La norma que autoriza la creación de una norma subsecuente, es una norma de las que
H.L.A. una norma que confiere a un individuo la facultad o poder de crear normas jurídicas
válidas. La relación entre cada una de las etapas adquiere, así, el carácter de relación
genética, por la cual se determinan las condiciones bajo las cuales y los individuos por los
cuales se crean las normas subsecuentes.

Dice Raz que una cadena de validez, a las que denominó 'cadenas normativas', es el
conjunto de todas aquellas "normas" tales que: cada una de ellas, autoriza la creación de
otra "norma" del conjunto, excepto una que no autoriza la creación de ninguna otra y la
creación de cada una de ellas es autorizada por otra norma del conjunto, a excepción de
una norma cuya creación no es autorizada por ninguna norma de esta cadena de validez.
Raz representa las cadenas normativas en forma de arborescencias en las cuales se hace
evidente cómo usa Kelsen la "cadena de validez" para resolver los problemas de la
identidad y membresía de los órdenes jurídicos. En virtud del poder explicativo de las
cadenas de validez y de la similitud que guarda con su tesis.

Las normas de cualquier cadena normativa, se encuentran inmediatamente precedidas por


los actos jurídicos que las crean. Estos actos son actos jurídicos de creación de normas, en
tanto se conforman con las normas que les preceden, las cuales determinan las
características que éstos deben tener para ser considerados actos y normas válidos.

Kelsen claramente ha señalado, que los diferentes elementos de una norma, pueden estar
contenidos en diferentes productos de los diversos procedimientos de creación.

Los principios generales del derecho, son verdades jurídicas notorias, indiscutibles, de
carácter general, creadas mediante procedimientos jurídico-filosóficos de generalización.
Constituyen una fuente supletoria de la ley, que permite a los juzgadores resolver las
controversias frente a las lagunas u omisiones de ésta. Algunas veces es obligatorio recurrir
a ellos, según se advierte del contenido del último párrafo del artículo 14 constitucional, que
dice: “En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra, o
a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales
del derecho”.

En México, no existe un listado expreso de principios generales del derecho, porque su


número varía constantemente, debido al perfeccionamiento de que son objeto. Así, queda
a criterio del juzgador determinarlos o deducirlos, siempre y cuando no desarmonicen o
estén en contradicción con el conjunto de normas legales, cuyas lagunas u omisiones han
de llenarse con la aplicación de dichos principios.

Para el estudio del material jurídico, el punto de partida de una teoría de las fuentes debe
ser la norma fundacional de cada sistema jurídico. Digo norma “fundacional” a propósito,
para que no sea confundida con la norma fundamental o básica de la teoría pura. A
diferencia de la norma fundamental kelseniana, la norma fundacional es derecho positivo.
Pero igual que con la norma kelseniana, ésta toma su nombre de la función que cumple: es
fundamento, basamento, del sistema jurídico. Norma fundacional significa constitución,
pero sin la carga ideológica que esta específica forma normativa conlleva. Como
fundamento positivo de un sistema jurídico, la función de la norma fundacional es establecer
las condiciones de validez de las normas que pertenecen a su sistema. Con esto, ella (1)
asegura la unidad del sistema, (2) individualiza las formas normativas que pertenecen al
sistema (no todas, pero sí las principales), y (3) determina las relaciones entre éstas.
También son fundacionales las normas que establecen las condiciones de validez de las
normas que pertenecen a un subsistema jurídico. Las consecuencias son las mismas, sólo
que a nivel del subsistema. Acudir a la norma fundacional hace que el problema de
estructura se aborde tal como es. Como un asunto de derecho positivo.

Kelsen dice que el derecho regula su propia creación en cuanto una norma jurídica
determina la creación de otra. En un sentido general, esto le corresponde tratarlo a la
filosofía del derecho; como descripción del proceso de producción jurídica, corresponde su
tratamiento a una de sus parcelas, la teoría general del derecho. Filosóficamente Kelsen
tiene razón. Un entendimiento positivo del material jurídico requiere que su origen sea
sistémico. Al condicionar la validez del derecho a la moral (tesis de la relación necesaria
entre derecho y moral), la filosofía naturalista da al derecho un origen metasistémico. Sitúa
la causa de su normatividad fuera del fenómeno jurídico. La autonomía conceptual del
derecho exige que su producción deba explicarse a partir del propio sistema jurídico. Esto
da a la teoría de las fuentes su carácter formal. En tanto análisis de teoría general del
derecho, Kelsen describe al orden jurídico como un sistema genético. Hay relaciones
genéticas si la producción de nuevas normas jurídicas está sometida al cumplimiento de
condiciones de validez determinadas por normas preexistentes. Este es el fundamento de
la unidad del sistema jurídico. Ella resulta de la existencia de normas que determinan los
elementos que componen el sistema. Tales normas son las fuentes. Ya que sirven como
método para la identificación de otras normas, las fuentes también son denominadas “meta
normas”, “normas sobre la producción jurídica” o, en términos de Hart, “reglas secundarias”.
Para Kelsen el proceso genético de producción jurídica describe una relación entre normas.
De este modo: “norma-norma”. El nivel de abstracción de su razonamiento pone a un lado
a la autoridad normativa que recibe del sistema el poder para crear derecho. Pero sin la
autoridad normativa el vicio de competencia no puede describirse. Este vicio no afecta a la
disposición jurídica como producto del proceso de creación; afecta directamente al acto
normativo mismo, al acto de producir derecho. Como tal, el vicio se predica de la autoridad
normativa. Es su falta de competencia lo que invalida el producto de sus actuaciones. Para
individualizar a la competencia como condición de validez, la descripción de la relación
genética debe ser “norma-autoridad normativa-norma”. La diferenciación entre reglas
primarias y reglas secundarias de Hart es la mejor construcción de una teoría del
conocimiento jurídico alrededor del carácter dinámico del derecho. Las primarias son reglas
de conducta, las secundarias lo son de competencia. Éstas permiten la introducción de
nuevo derecho al sistema y la extinción o modificación del derecho existente. Quienes
pueden aplicar las reglas secundarias tienen poderes normativos. Quedan autorizados por
el sistema jurídico a introducir derecho, extinguirlo o modificarlo. En el derecho privado los
poderes normativos se denominan capacidad; en el derecho público, competencia. Esto
permite una mejor comprensión de la producción jurídica. Que el derecho regule su propia
creación significa que sus normas confieren el poder de producción jurídica a una autoridad
normativa, privada o pública. Por tanto, que una norma condicione la creación de otra quiere
decir que su contenido consiste en una concesión de poder a una autoridad normativa, para
que ésta cree a la segunda norma. Con esto, (1) las fuentes se distinguen de las demás
normas que componen el sistema por el poder normativo que confieren (power conferring
rules); es su efecto jurídico lo que las define. (2) La relación “norma-autoridad normativa-
norma” queda explicitada en la descripción del proceso de producción jurídica. A
consecuencia de esto, (3) la competencia puede describirse como condición de validez
autónoma. De lo contrario, habría que entenderla diluida en la idea general del
procedimiento de creación normativa como condición de validez.

Tradicionalmente la teoría del derecho comienza con la búsqueda de un concepto


de derecho, o bien, de norma o disposición jurídica. Raz inicia con la idea de que
una definición de norma o disposición jurídica y, en general, del derecho, depende
de una teoría del sistema jurídico. Cualquier intento de penetrar la naturaleza del
derecho mediante el análisis de las normas o de las disposiciones jurídicas no puede
ser exitoso. Los sistemas jurídicos deben ser considerados, señala Raz, expresamente,
como "intrincadas urdimbres de disposiciones jurídicas inter relacionadas”. La primera
tarea de la filosofía del derecho consiste en establecer los criterios que nos permitan
definir un sistema jurídico. Con esto Raz, como señala J. L. Dwyer, demanda una
reorientación de la filosofía del derecho.

Una teoría completa del sistema jurídico se compone, según Raz, de las soluciones
a los siguientes problemas: existencia, identidad, estructura y contenido de los sistemas
jurídicos. Toda teoría del sistema jurídico debe contener, necesariamente, una solución
a los dos primeros problemas.
Raz construye su teoría del sistema jurídico distinguiendo varias relaciones entre
disposiciones jurídicas. Comienza distinguiendo entre relaciones internas y externas.
Las primeras, por mucho, las más relevantes, son aquellas que existen entre dos
disposiciones jurídicas si, y sólo si, una de ellas es condición {o parte de ella) para la
existencia de la otra o, bien, afecta su significado o aplicación. Este tipo de relación
se da, por ejemplo, entre la disposición jurídica que confiere facultades legislativas
y las disposiciones jurídicas creadas en virtud de las facultades legislativas así conferidas;
también se da entre una disposición que impone una prohibición y la disposición
que establece una excepción a dicha prohibición, etcétera. Las relaciones de
disposiciones jurídicas a hechos, personas, circunstancias, procesos, etcétera, son
relaciones externas.

Ciertas relaciones internas son necesarias para la existencia de los sistemas jurídicos.
Por ejemplo la relación punitiva que se da entre una disposición imperativa y una
disposición que hace de la violación de la primera la condición para la aplicación
de un acto coercitivo." Otro tipo de relaciones necesarias son las relaciones genéticas.
Éstas se presentan entre una disposición jurídica y aquella otra que autoriza su
existencia.

El tercer tipo de relaciones son las que Raz llama 'relaciones regulativas', un detallado
examen de la teoría de Kelsen por Raz, precede la exposición de su propia teoría.
Comienza con el análisis de los sistemas jurídicos como sistemas de normas y, después,
como sistemas de disposiciones jurídicas. Con ello termina Raz de mostrar la compleja
estructura de los sistemas jurídicos. A este respecto señala P. Pickert la principal
contribución de Raz a la teoría del derecho reside en su percepción y articulación
de los modos y complejidad de la estructura lógica interna de los sistemas jurídicos

Raz argumenta que todo sistema jurídico presenta un mínimo de complejidad necesaria
y contiene un catálogo de relaciones internas necesarias. Aunque en todo momento Raz
advierte que su trabajo es una introducción más que una acabada teoría.

En pocas palabras Kelsen al ser positivista dice que el derecho es producto esencialmente
de la voluntad del legislador, no existiendo otra fuente productiva del derecho y por ende
de la creación de la constitución y argumenta que la existencia del sistema, es un efecto de
su eficacia y las relaciones entre la eficacia y la validez tanto del sistema como de las
normas, además, identifica el sistema jurídico, que se basa únicamente en una norma
fundamental, aunque después se retracta y reconoce que la norma fundamental es una
ficción, basa su teoría en una estructura del sistema, como una construcción escalonada,
donde todas las normas crean y aplican derecho a excepción de la primera constitución.

Raz, por su parte, no parece suscribir una tesis de este tipo sobre los juicios de valor, pero
sí acentúa asimismo la prioridad de lo autoritativo en el Derecho con su tesis de que el
Derecho no reconoce ninguna limitación a las esferas de conducta que pretende tener
autoridad para regular, pues el sistema jurídico pretende autoridad para regular toda forma
de conducta (Raz, 1991). Raz no ignora, ciertamente, la existencia de sistemas jurídicos
que contienen libertades concedidas por disposiciones constitucionales que no pueden ser
cambiadas por ningún medio jurídico. Pero ello no constituye, en su opinión, un desmentido
de su tesis, sino que, de acuerdo con Raz, también en tales casos el Derecho pretende
autoridad para regular, aunque sólo en la forma de regulación permisiva. Pero esta tesis
reconstruye mal, lo que son las pretensiones del Derecho en tales casos. Y ello porque
pretender autoridad para permitir una forma de conducta, sin pretender simultáneamente
autoridad para prohibirla, no es pretender autoridad en absoluto. De ahí que cuando una
autoridad normativa declara que no puede regular legítimamente una determinada forma
de conducta más que bajo la forma de la permisión, lo que está haciendo no es pretender
autoridad sobre esa forma de conducta, sino más bien reconociendo que dicha forma de
conducta constituye un límite a su pretensión de autoridad. Tal es el caso cuando la
Constitución española, por ejemplo, reconoce -según la fórmula que la propia Constitución
emplea repetidamente- diversos derechos de libertad. En estas materias, la autoridad
normativa -el constituyente en este caso- no pretende autoridad, sino que afirma que se
trata de dominios en los que ella misma no puede intervenir legítimamente mediante actos
de autoridad. Es decir, Raz establece que una norma es hecha por personas.

3.- Indica qué es y cuál es la función de la Constitución, quién la crea y cómo


lo hace. Dentro del desarrollo de este apartado, abordar lo siguiente:

¿Qué es la Constitución?

Ninguna noción puede adecuadamente comprender todos los significados de constitución


que se encuentran en los diversos materiales jurídicos, tales como leyes, sentencias,
tratados, etcétera; ni todos los diversos significados de constitución que aparecen descritos
o implicados en las grandes obras de la teoría del derecho, de jurisprudencia dogmática,
de ciencia política, etc., sin embargo, del análisis de diferentes nociones se obtienen ciertas
persistencias en los diferentes usos de constitución.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es la carta magna que rige
actualmente en México. Es el marco político y legal para la organización y relación del
gobierno federal con los estados, los ciudadanos, y todas las personas que viven o visitan
el país. La actual Constitución es una aportación de la tradición jurídica mexicana al
constitucionalismo universal, dado que fue la primera constitución de la historia en incluir
los derechos sociales. La Constitución fue promulgada por el Congreso Constituyente el 5
de febrero de 1917 y entró en vigor el 1 de mayo del mismo año. Aunque la Constitución es
formalmente la misma, su contenido ha sido reformado en 532 ocasiones y es muy diferente
al original de 1917. Entre los cambios respecto de la Constitución de 1857, se encuentran
la eliminación de la reelección del presidente de la República y el cargo de vicepresidente.
Cuenta con 136 artículos y 19 artículos transitorios. Antecedentes El 7 de agosto de 1900,
Ricardo Flores Magón y su hermano, fundaron el periódico jurídico Regeneración, desde el
cual criticaban la corrupción del sistema judicial del régimen del general Porfirio Díaz, lo que
los llevó a la cárcel. En 1902, los Flores Magón y un grupo de liberales arrendaron el
periódico El hijo de El Ahuizote. En 1903, en el 46 aniversario de la Constitución de 1857,
el personal del periódico realizó una protesta con el lema "La Constitución ha muerto". Ese
mismo día, Flores Magón publicó en el mismo periodo una nota acerca de la Constitución
y parte del texto decía: "Cuando ha llegado un 5 de febrero más y la justicia ha sido arrojada
de su templo por infames mercaderes y sobre la tumba de la Constitución se alza con
cinismo una teocracia inaudita Venustiano Carranza impulsor de la Constitución Mexicana
de 1917. Al paso del tiempo, las críticas y las condiciones del país desataron diversos
conflictos que, junto al resultado de las elecciones de 1910, dieron como resultado el inicio
del conflicto armado conocido como la Revolución mexicana. Según los Tratados de Ciudad
Juárez, tras la renuncia de Porfirio Díaz, Francisco León de la Barra ocuparía la presidencia
de México interinamente hasta que pudieran llevarse a cabo elecciones. León de la Barra
entregó la presidencia Francisco I. Madero, ganador de las elecciones extraordinarias de
1911. En 1913, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados tras
el conflicto de la Decena Trágica y la presidencia la ocupó Victoriano Huerta conocido y
calificado por la Historia de México como «el Usurpador». Venustiano Carranza, gobernador
de Coahuila, desconoció a Huerta y formó el Ejército Constitucionalista, el cual lo derrocó
en 1914. Carranza como encargado del Poder Ejecutivo, expidió el 14 de septiembre de
1916, el decreto para la convocación de un Congreso Constituyente, que sería el encargado
de reformar la Constitución vigente y elevar a rango constitucional las demandas exigidas
durante la Revolución, dejando en claro que no se cambiarían la organización y
funcionamiento de los poderes públicos del país. El 1 de diciembre del mismo año, el
Congreso Constituyente abrió sesiones en el Teatro Iturbide, en la ciudad de Santiago de
Querétaro. El Constituyente contó con diputados de todos los estados y territorios federales
del país, con excepción de Campeche y Quintana Roo. Estuvieron representadas ahí
diversas fuerzas políticas: los carrancistas o "renovadores", como Luis Manuel Rojas, José
Natividad Macías, Alfonso Cravioto y Félix F. Palavicini; los protagonistas o "radicales",
como Heriberto Jara, Francisco J. Múgica, Luis G. Monzón, y también los independientes.
El 31 de enero de 1917, tras dos meses de debates el Constituyente cerró sesiones. El 5
de febrero es promulgada la nueva Constitución con el nombre Constitución política de los
Estados Unidos Mexicanos que reforma la del 5 de febrero de 1857, que entraría en vigor
el 1 de mayo del mismo año. Ese mismo día fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación. Debido a que inicialmente la intención fue reformar la Constitución vigente, la
nueva Constitución tomó como base fundamental los ordenamientos de la de 1857,
especialmente lo referente a los derechos humanos, aunque ya no los menciona como
tales, sino que alude a las "garantías individuales"; también agrego varios puntos del
Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906 y muchos más cambios para ajustarse a la
nueva realidad social del país. Finalmente, el proyecto de reformar la Constitución del 57
derivo en una nueva Constitución.

¿Cuál es la función de la Constitución?


La función de la Constitución política del Estado es la de distribuir Atribuciones, Facultades
y Deberes a cada Órganos del Poder Público para desarrollarlas.

La Constitución política del Estado cumple con dos funciones:

la función Distributiva y la función Regulatoria

¿Qué es una función?

Funciones. Son las acciones (poder hacer) asignados a cada cargo dentro de las entidades
para desarrollar las atribuciones propias de estas.
Atribuciones. Son potestades (deber hacer) concedidos a las entidades para alcanzar
su finalidad.

Facultades. Son autorizaciones reconocidas a cada cargo para que los servidores públicos
puedan ejercer las funciones que les corresponden.

Deberes. Son actividades imperativas de cada entidad o servidor público dirigidas a cumplir
con sus atribuciones o funciones que le son inherentes.

Finalidad. Una finalidad es el motivo o intención con que se hace una cosa. Es el fin con
que o por qué se hace algo.

Karl Lowenstein en Teoría de la Constitución (1970) llama a las funciones de una


Constitución: Elementos.

Función Distributiva

Diferenciación de las facultades estatales. En la Constitución deben estar manifiestamente


distribuidas las facultades (lo que la ley le permite o le reconoce) a los gobernantes, para
evitar que la concentración del poder caiga en una sola persona u órgano, resultando así
un Gobierno autocrático (la voluntad de un solo hombre o mujer es la suprema ley y ejerce
el poder sin participación de los ciudadanos) o un Gobierno totalitario (Tiene características
anteriores, pero impone una reglamentación uniforme de todos los ámbitos de la vida
política, jurídica, social e intelectual). Ejemplos de gobiernos totalitarios son: el fascismo
italiano, el nacionalsocialismo alemán, el socialismo ruso de Lenin y Stalin.

Sistema de reformas de la Constitución. La Constitución debe tener un método racional


para que el orden normativo fundamental se vaya adaptando a los cambios sociales en
forma pacífica y gradual, de manera de evitar los cambios bruscos y forzados o las
revoluciones.

¿Quién la crea y como lo hace?

El 14 de septiembre de 1916 el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, el general


Venustiano Carranza, lanzó una convocatoria para conformar el cuarto Congreso
Constituyente de la República Mexicana, cuya labor en el contexto de la derrota de las
fuerzas convencionistas (zapatistas y villistas) era formular una nueva Carta Magna que
recogiera las demandas sociales que se expresaron profusamente en la lucha armada. En
el ideario político carrancista, el papel de la legalidad constitucional que implicaba
legitimidad política era muy importante, pues por su propia experiencia como gobernador
Carranza sabía muy bien que el manto de la legalidad era un elemento de triunfo infalible
por encima de sus adversarios. Por eso el llamado para hacer una nueva Constitución
implicaba construir un nuevo corpus jurídico que respaldaría por completo su triunfo en la
Revolución, y así fue.

En la convocatoria se hizo un llamado a que se congregaran en las Cámaras individuos que


fungieran como representantes populares, con el único requisito de que no hubieran
prestado apoyo o servicios militares a cualquier bando contrario al constitucionalismo. La
fórmula aseguraba que en el Congreso habría únicamente adeptos al carrancismo,
quedando excluidos tanto villistas como zapatistas. Por lo tanto, todos los diputados
reunidos en el Constituyente no opondrían resistencia a las aspiraciones sociales pensadas
por Carranza, quien hábilmente logró conjugar las demandas sociales de sus opositores
con las suyas propias.

El número era de un legislador por cada 70 000 habitantes del país que llegarían por medio
de elecciones, las cuales se celebraron el 22 de octubre de 1916 con contratiempos
menores, pues se pudo ver la influencia de algunos gobernadores para colocar a sus
candidatos. Sin embargo, nada impidió que el Constituyente se conformara y comenzara
su labor en el Teatro Iturbide en diciembre del mismo año. Entre los diputados estaban
notables personajes que tenían una trayectoria militar o política en las filas revolucionarias,
periodistas, escritores, médicos, ingenieros, abogados e intelectuales. Para vislumbrar la
diversidad en el Constituyente mencionaremos sólo a algunos personajes: se eligió al ex
gobernador de Sonora Ignacio L. Pesqueira, al líder antireeleccionista Francisco J. Múgica,
al dirigente de la huelga obrera de Cananea Esteban Baca Calderon, al periodista Antonio
Ancona y al abogado Francisco Martín.

En 1914 mediante las adiciones al Plan de Guadalupe, Venustiano Carranza ya había


expresado la necesidad de incluir temas sociales en la legislación mexicana y de convocar
un Congreso Constituyente. Para la elaboración de la Carta Magna en ciernes se planteó
retomar el espíritu liberal de la Constitución de 1857 pero incluyendo las demandas
sociales, lo que representó una innovación de gran trascendencia para el constitucionalismo
a nivel mundial ya que ésta fue la primera Constitución del siglo XX con un contenido de
esa naturaleza.
En el Constituyente pudieron observarse dos tendencias: la de los radicales y la de los
moderados. Entre los primeros se encontraban personajes como Luis G. Monzón, Francisco
J. Múgica, Enrique Colunga, Enrique Recio, Alberto Román, Heriberto Jara y Esteban Baca
Calderón, quienes consideraban que era necesario hacer cambios profundos al régimen
jurídico; por el contrario, los moderados pensaban en retomar la mayoría de los elementos
de la Constitución de 1857 añadiendo sólo algunas modificaciones. En este segundo grupo
estaban figuras como Félix Palavicini, Luis Manuel Rojas, Juan de Dios Bojórquez y Luis
Manuel Rojas.

Una interesante característica de la elaboración de la Constitución de 1917 fue que, a pesar


de las profundas discrepancias políticas e ideológicas de los álgidos años de la revolución,
en las sesiones del Congreso los legisladores realizaron discusiones de muy alto nivel,
trabajaron intensamente en tiempo y forma, se escucharon opiniones diversas y se llegó a
consensos. Quizá una de las condiciones que hicieron posible que esto sucediera fue que
las diferencias de opinión no resultaban irreconciliables dado que todos los hombres
presentes en el Constituyente eran carrancistas, tenían un inusitado ímpetu por transformar
las leyes y la mayoría de ellos tenían conocimientos profundos de la realidad mexicana.

Tras un arduo trabajo, el 5 de febrero de 1917 se promulgó oficialmente la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos en Querétaro, texto que forjó el rumbo
institucional de la revolución mexicana, recogió las aspiraciones de una parte muy
importante de la población mexicana y en su momento constituyó la legislación más
avanzada del mundo.

La constitución está compuesta por diferentes leyes y normas las cuales tradicionalmente
se clasifican en reales históricas y formales, estas fuentes son el origen del derecho, dentro
de las fuentes formales, que son “los procesos de creación de normas jurídicas”, el derecho
mexicano contempla a la legislación, la jurisprudencia y la costumbre. También
encontramos como fuentes a las normas individualizadas y a los principios generales del
derecho.
Figura 4. Fuentes formales del derecho

Regularidad normativa.

Regularidades normativas son los comportamientos generalizados que se repiten casi


permanentemente, ante situaciones similares y constituyen modelos típicos de acción.
Las personas actúan, generalmente, de acuerdo con estas regularidades, que hacen
posible la convivencia y la vida social. Por esto, en contextos determinados, las personas
actúan de manera preestablecida.

Regularidades normativas, también se dice de los usos y costumbres, es decir aquellos


comportamientos relativamente estables, obligatorios desde un punto de vista social.
Cuando no se cumplen, su entorno manifiesta su desagrado y reprobación.
La regularidad fáctica está constituida por aquellas actitudes repetitivas que no son
impuestas, sino que realizamos habitualmente como parte de nuestra actividad diaria.
Muchos de estos hábitos pueden ser adquiridos normativamente en el seno familiar (ósea
impuestos por nuestros mayores) pero seguimos realizándolos transcurrido el tiempo,
aunque su falta de acatamiento ya no acarree sanción.
La regularidad normativa está constituida por un grupo de acciones que de no cumplirse
podrían traer un castigo impuesto socialmente. También es posible que muchas de estas
conductas se realicen cotidianamente porque nos son convenientes, más allá del temor al
castigo por su falta de cumplimiento u observancia.

Regularidad legal.

Resulta incontrovertible la afirmación de que la consolidación del proceso de modernización


económica y política de México, requiere necesariamente el que se respete y fortalezca de
manera más efectiva el principio de legalidad debidamente consagrado como garantía para
todos los mexicanos por nuestra Ley fundamental. La legalidad como principio y en su
acepción jurídica más aceptada, establece que todo acto de los órganos del Estado debe
encontrarse fundado y motivado por el derecho vigente. Dicho de otra forma: el principio de
legalidad demanda la sujeción de todos los órganos estatales al derecho; más aún, todo
acto o procedimiento jurídico llevado a cabo por las autoridades estatales debe tener su
apoyo estricto en una norma legal, la cual, a su vez, debe estar conforme a las disposiciones
de forma y fondo consignados en la Constitución. La batalla por el respeto cabal a este
principio, cuya vulnerabilidad genera el juicio de Amparo, nos reviste la más alta
importancia, su desenlace definirá el rumbo del país en los próximos años. Su respeto o su
inobservancia marcan la diferencia entre un estado democrático o aquel que se distingue
por ser autoritario. Desde que surgió, el Estado nacional mexicano se comprometió con el
pleno desarrollo de la dignidad y la libertad de los mexicanos. El respeto a la legalidad ha
sido requisito indispensable para la consolidación de nuestra vida democrática.
Cotidianamente el que la autoridad cualquiera que sea sujete su actuar con observancia de
la norma legal preestablecida, es una causa que adquiere mayor relevancia. En este sentido
sociedad y gobierno han ido perfeccionando los instrumentos jurídicos que impiden el
desbordamiento de los actos de autoridad. El Estado no está por encima de la Nación,
aunque exista el reconocimiento que fue primero aquel que ella. La máxima jurídica que
establece que el primero en tiempo es primero en derecho, no opera en este asunto. El
Estado está el servicio de la nación y no a la inversa y la nación la comprendemos y le
damos vida todos los ciudadanos que definitiva o transitoriamente nos encontramos en ella,
y que, por este sólo hecho, gozamos de las garantías que otorga la Constitución. En este
punto donde el pleno reconocimiento a la legalidad como principio adquiere su máxima
tonalidad. Sería absurdo pensar que la lucha institucional contra todos los males que
aquejan a los mexicanos se hiciera con desconocimiento, primero de este principio y
segundo con el patrocinio o consentimiento de las impunidades. Ninguna lucha social que
encabezará el poder público alcanzaría éxito sino cuenta con el respaldo legal y popular.
Sería inaceptable, por ejemplo, que la lucha contra la delincuencia cobrará víctimas entre
los inocentes y volvieran adversarios a quienes debieran ser aliados naturales, sólo porque
la autoridad se extralimitó en las funciones establecidas por la ley, violentando a su vez el
orden jurídico. El principio de legalidad se encuentra consagrado como derecho
fundamental en el orden jurídico mexicano artículos 103 y 107 de la propia Constitución.
Sus antecedentes inmediatos provienen de la Constitución de 1857, la cual se inspiró en la
institución del “debido proceso legal” (due process of law) contemplada por la enmienda V,
y posteriormente, la XIV, sección I, de la Constitución de los Estados Unidos, con cierta
influencia también de la antigua audiencia judicial hispánica. Es conveniente advertir que el
principio de legalidad alude a la conformidad o regularidad entre toda norma o acto inferior
con respecto a la norma superior que le sirve de fundamento de validez por lo que opera
en todos los niveles o grados de la estructura jerárquica del orden jurídico. De este modo,
no es únicamente en la relación entre los actos de ejecución material y las normas
individuales – decisión administrativa y sentencia- o, en la relación entre estos actos de
aplicación y las normas legales y reglamentarias, en donde se puede postular la legalidad
o regularidad y las garantías propias para asegurarla, sino también en las relaciones entre
el reglamento y la ley, así como entre la ley y la Constitución las garantías de la legalidad
de los reglamentos y las de la constitucionalidad de las leyes son, entonces, tan concebibles
como las garantías de la regularidad de los actos jurídicos individuales. Así pues, los a. 14
y 16 constitucionales-particularmente por el desarrollo jurisprudencial que han tenido,
mismo que proviene del que se les dio a sus equivalentes durante la vigencia de la
Constitución de 1857- proporcionan la protección del orden jurídico total del Estado
mexicano, por lo que el principio de legalidad en ellos contenido representa una de las
instituciones más relevantes y amplias de todo régimen de derecho. En relación,
primeramente, con el segundo párrafo del artículo 14 de la Constitución, el mismo
expresamente establece: “Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus
propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho”. La anterior
disposición constitucional corresponde a la fórmula angloamericana del “debido proceso
legal”, tal como ha sido interpretada por la jurisprudencia de la Suprema Corte de los
Estados Unidos, y contiene cuatro derechos fundamentales a la seguridad jurídica que
concurren con el de audiencia: a) El de que a ninguna persona podrá imponerse sanción
alguna (consistente en la privación de un bien jurídico como la vida, la libertad, sus
posesiones, propiedades o derechos), sino mediante un juicio o proceso jurisdiccional; b)
Que tal juicio se sustancie ante tribunales previamente establecidos; c) Que en el mismo se
observen las formalidades del procedimiento, y d) Que el fallo respectivo se dicte conforme
a las leyes existentes con antelación a las leyes existente con antelación al hecho o
circunstancia que hubiere dado motivo al juicio. La primera parte del artículo 16 de la
Constitución a su vez, establece: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia,
domicilio, papeles y posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”. Como se observa, en
tanto que el artículo 14 regula constitucionalmente los requisitos generales que deben
satisfacer las sanciones o actos de privación, el artículo 16 establece las características,
condiciones y requisitos que deben tener los actos de autoridad al seguir los procedimientos
encaminados a la imposición de aquéllas, los cuales siempre deben ser previstos por una
norma legal en sentido material, proporcionando así la protección al orden jurídico total.
Conforme al principio de legalidad previsto por el artículo 16 constitucional, pues, se pueden
distinguir los siguientes derechos fundamentales a la seguridad jurídica: a) El órgano estatal
del que provenga un acto que se traduzca en una molestia debe encontrarse investido con
facultades expresamente consignadas en una norma legal (en sentido material) para
emitirlo; b) El acto o procedimiento por el cual se infiere una molestia, debe estar previsto,
en cuanto a su sentido o alcance, por una norma legal; de aquí deriva el principio de que
“los órganos o autoridades estatales sólo pueden hacer aquello que expresamente les
permita la ley”; c) El acto que infiere la molestia debe derivar o estar ordenado en un
mandamiento escrito, y d) El mandamiento escrito en que se ordena que se infiera una
molestia debe expresar los preceptos legales en que se fundamente y las causas legales
que la motivan. Por otra parte, es conveniente mencionar, como otro aspecto del principio
de legalidad, el derecho a la exacta aplicación de la ley, previsto por los párrafos tercero y
cuarto del artículo 14 Constitucional. El tercer párrafo referido a los juicios penales
establece el conocido principio “nullum crimen nulla poena sine lege”, al prohibir que se
imponga, “por simple analogía y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté
decretada por una ley exactamente aplicable al delito que trata”. El cuarto y último párrafo,
por su parte prescribe que en los juicios civiles (extendiéndose a todo proceso jurisdiccional,
con excepción de los penales) la sentencia definitiva debe ser conforme a la letra de la ley
o atendiendo a la interpretación jurídica de la misma y, y en caso de que no haya una norma
legal aplicable, debe fundarse en los principios generales del derecho. En referencia
principalmente a los precitados artículos 14 y 16 constitucionales es preciso abundar que
junto con los artículos 13, 17, 18, 20, 21, 22 y 23 del mismo ordenamiento establecen la
subordinación del poder público a la ley en beneficios y protección de las libertades
humanas. La garantía de audiencia y legalidad que consagra principalmente el referido
artículo 14 constitucional tiene su antecedente inmediato en el artículo 14 de la Constitución
de 1857, aunque pueden hallarse otros antecedentes en las diversas leyes como el Decreto
Constitucional de Apatzingán y la Constitución de 1824. La protección jurídica otorgadas al
hombre en su vida, libertad, propiedades, posesiones y derechos, es relativamente reciente
en la historia. Surge porque con demasiada frecuencia, las autoridades arbitrariamente,
abusando del poder y sin proceso alguno imponían a los gobernados las más duras penas
y estos carecían de medios jurídicos para defenderse. En el pasado los atentados a las
familias, las violaciones de los domicilios, las agresiones a las posesiones sin causa
legítima, quedaban a la orden del capricho de los gobernantes. Las garantías del artículo
16 constitucional que concatenada con las establecidas en el artículo 14 del propio
ordenamiento representan un freno al abuso del poder público. En conclusión, estos
principios establecen la regla general propia de un régimen respetuosos de la libertad: Que
la autoridad poder público solo puede hacer lo que la ley le autorice, en tanto que los
gobernados, están en libertad de realizar no sólo todo aquello que la ley les permita,
también lo que no les prohíba. Sin embargo y justo es reconocerlos que la permanencia de
un partido hegemónico, detentador del poder público por más de seis décadas, permitió la
construcción de un andamiaje de corrupción e impunidad que llevaron al país a una crisis
de credibilidad en las instituciones, sobre todo en aquellas encargadas de la procuración y
administración de justicia. Penetró en la sociedad, un mensaje distorsionado por parte del
poder público: El encargado de velar por el respeto al principio de legalidad, era el primero
en contravenirlo. Lejos de una cultura de apego al orden jurídico, se creó en su lugar un
vacío legal, propiciado por la propia autoridad que terminó en actuaciones de esta última
en la que se cometieron graves transgresiones a los derechos humanos de cientos de
mexicanos. Crímenes de estado, detenciones arbitrarias, asesinatos de periodistas,
muertes de jornaleros o campesinos en los que se involucraba a las autoridades eran nota
diaria para todos los mexicanos. Hoy a casi cuatro años del cambio político en la nación,
todavía queda mucho que hacer es esta asignatura. Recobrar la credibilidad en las
autoridades necesita además de apego a la legalidad, un cambio en la actitud de todos los
mexicanos. México necesita no sólo una reconversión en lo político, sino también en lo
económico, social y cultural. La cultura del respeto a la ley, tanto por gobernantes como por
gobernados, no debe actualizarse cuando uno asume el poder y cuando otro llega a la
mayoría de edad; el respeto a la ley o a la legalidad en su acepción más profunda se
adquiere a través de la educación y se fortalece con el ejemplo. Porque después de todo,
el régimen sabe que se requiere una mayor capacidad de respuesta a la problemática
político, social y económica de la nación, pero que tal respuesta debe evitar siempre las
transgresiones a las garantías sociales e individuales. Se sabe pues, que la paz pública es
la suma de la tranquilidad de cada uno de los individuos. En conclusión: Debemos fortalecer
la convicción social de que la seguridad del país deriva del cumplimiento de las obligaciones
de cada quien, pero también del disfrute sin restricciones de los derechos constitucionales
y sobre todo de la supeditación del poder público al orden jurídico.

Regularidad constitucional.
La posición jerárquica de los tratados internacionales en materia de derechos humanos en
relación con la Constitución; para lo que se repasan los criterios que hasta ese momento
había sostenido el Pleno y que no dan cuenta, aún, de la reforma constitucional de 2011.
Por ello, se propone un nuevo enfoque que dé cuenta de su contenido y otorgue una mayor
y más efectiva tutela a los derechos humanos. Se concluye que dicha reforma incorpora los
derechos humanos reconocidos en tratados internacionales al catálogo constitucional, por
ello, al formar parte del ordenamiento jurídico, es irrelevante la fuente u origen de un
derecho humano. En este sentido, explica el Pleno, la nueva conformación del catálogo de
derechos humanos no puede ser estudiada en términos de jerarquía, sino que las
antinomias deberán ser resueltas con base en el principio pro persona, dispuesta por el
propio artículo 1º constitucional, y no, como venía haciéndose, con un criterio de jerarquía
atendiendo a la fuente del derecho.

El Pleno también analiza los alcances del principio de supremacía constitucional y


determina que este ha evolucionado a raíz de las reformas, pues el conjunto de normas
respecto de las cuales puede predicarse supremacía constitucional ha sido transformado
ya que el catálogo de derechos humanos se amplió. Así pues, se determina que la
supremacía constitucional se predica de todos los derechos incorporados al ordenamiento
mexicano respetando el procedimiento que para ello dispone la propia Constitución.

Se concluye que las normas de derechos humanos contenidas en tratados internacionales


y en la Constitución no se relacionan entre sí en términos jerárquicos. En efecto, una vez
que un tratado es incorporado de conformidad con la Constitución al orden jurídico, las
normas de derechos humanos que éste contenga se integran al catálogo de derechos que
funciona como un parámetro de regularidad constitucional, de tal suerte que dichas normas
no pueden contravenir el principio de supremacía constitucional precisamente porque
forman parte del conjunto normativo respecto del cual se predica la supremacía.

Finalmente, se resuelve que las fuentes normativas que dan lugar a los dos parámetros de
control son las normas de derechos humanos previstas en la Constitución y en los tratados
internacionales de los cuales el Estado mexicano es parte. Consecuentemente, ambos
parámetros de control forman parte del mismo conjunto normativo y, por tanto, integran el
aludido parámetro de control de regularidad, de modo que hablar de constitucionalidad o
convencionalidad implica hacer referencia al mismo parámetro de regularidad o validez,
aunque para efectos meramente didácticos pueda diferenciarse entre el origen de la norma
empleada para desarrollar el estudio de validez respectivo. Así, puede decirse que el control
de constitucionalidad implica necesariamente un control de convencionalidad, ejercidos de
forma complementaria.

El Pleno determinó que, derivado de la parte final del primer párrafo del artículo 1º
constitucional, se entiende que cuando en la Constitución haya una restricción expresa al
ejercicio de los derechos humanos, se deberá estar a lo que indica la norma constitucional.

El valor de la jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos;


sobre este punto, el Pleno determinó que la jurisprudencia de la Corte Interamericana se
integra por el cuerpo de las sentencias que emite, es decir, a diferencia de la jurisprudencia
nacional que requiere que se elaboren extractos de la sentencia en la forma de tesis y que
existen diversos medios para que se forme la jurisprudencia, obligatoria en términos de la
Ley de Amparo; la doctrina de la Corte Interamericana se integra por las sentencias que
ésta emite.

Ahora bien, se determina que la fuerza vinculante de la jurisprudencia de la Corte


Interamericana se desprende del propio mandato constitucional establecido en el artículo
1º constitucional, pues el principio pro persona obliga a los jueces nacionales a resolver
atendiendo a la interpretación más favorable a la persona.

En este sentido, se concluye que los criterios emanados de la jurisprudencia emitida por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos resultan vinculantes para los jueces
nacionales con independencia de que el Estado mexicano haya sido parte en el litigio, toda
vez que dotan de contenido a los derechos humanos establecidos en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. No obstante, la aplicación de dicha jurisprudencia
deberá hacerse en términos de colaboración y no contradicción con la jurisprudencia
nacional, atendiendo en todo momento al principio pro persona.

Por consiguiente, determina el Pleno, este carácter vinculante de la jurisprudencia


interamericana exige a los operadores jurídicos mexicanos lo siguiente: (i)cuando el criterio
se haya emitido en un caso en el que el Estado mexicano no haya sido parte, la aplicabilidad
del precedente al caso específico debe determinarse con base en la verificación de la
existencia de las mismas razones que motivaron el pronunciamiento; (ii) en todos los casos
en que sea posible, debe armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional;
y (iii) de ser imposible la armonización, debe aplicarse el criterio que resulte más
favorecedor para la protección de los derechos humanos de las personas.

Prevalecen con carácter de jurisprudencia los siguientes criterios:

DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS


INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE
REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA
UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO
QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL.

JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS


HUMANOS. ES VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE SEA
MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.

Las autoridades judiciales deben aplicar el parámetro de regularidad constitucional


incluidos, por supuesto, los estándares sobre derechos humanos, lo cual, claramente, no
se limita al texto de la norma nacional o internacional, sino que se extiende a la
interpretación que hagan los órganos autorizados tribunales constitucionales y organismos
internacionales según corresponda. Al respecto, la Corte Interamericana ha establecido que
"los órganos del Poder Judicial deben ejercer no sólo un control de constitucionalidad, sino
también de convencionalidad ex officio entre las normas internas y la Convención
Americana". En similar sentido, el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia estableció, en
la Contradicción de Tesis 21/2011, que "el control de convencionalidad es un control de
constitucionalidad desde el punto de vista sustantivo, dada la interpretación material que se
hace del artículo 1o. constitucional".

Función Regulatoria
Reconocimiento de derechos y garantías para la población. En la Constitución deben estar
claramente establecidos los derechos y los deberes de los ciudadanos, del pueblo, de la
población, de las nacionalidades y de las minorías, ya que uno de los pilares de un Estado
democrático de Derecho es el respeto por la mayoría a las minorías. La Constitución debe
regular las relaciones entre gobernados y gobernantes.

Por eso la Democracia Comunitaria (las minorías deben acatar las decisiones de la
mayoría) no encaja muy bien en un Estado democrático de Derecho. Ni el Referendo, que
en su esencia permite la imposición de las decisiones de la mayoría sobre las minorías. Por
eso el Referendo no es una institución democrática.

Coordinación entre los Órganos del Poder Público. La Constitución debe establecer una
cooperación y coordinación entre los distintos órganos funcionales del Estado.

La Coordinación tiene origen en el Principio de Cooperación y en el Principio De No-


Bloqueo (Imposición de límites a las facultades de fiscalización de otro poder).

La Constitución debe tener un mecanismo para evitar las interferencias entre los órganos
que ejercen el poder público y para impedir que uno solo de ellos, en casos de conflicto, se
erija en órgano dirimidor, imponiéndose sobre los otros y convirtiéndose de esta manera,
en potencia autocrática.

La Constitución política del Estado debe contener un sistema de frenos y contrapesos en el


ejercicio del poder.

La Coordinación entre los Órganos del Poder Público no tiene origen en el Principio de
Control, ya que éste principio está dirigido a impedir que la Constitución sea aplicada
incorrectamente.
Conclusiones.

Al finalizar esta sesión se identificó plenamente lo que es un sistema jurídico, el cual se


podría definir como un conjunto de instituciones, procedimientos, reglas y métodos que
constituyen lo que conocemos como el Derecho Positivo, para un determinado lugar y un
tiempo específico.

Se aprendió que este sistema fue establecido desde la época romano-germana y que
existen diferentes sistemas y criterios los cuales definen la forma específica de actuar de
las personas.

También se pudo apreciar como existe una transformación constante en el Derecho, como
una exigencia de las necesidades sociales las cuales forman la entrada de nuevas normas
y la derogación de otras, parta hacer una ley vigente, valida y útil.

Se Investigó que es una constitución, cuáles son sus funciones principales, cuando nacen,
quien las crea y como se diseñan, se aprendió acerca de dos corrientes diferentes acerca
de la creación y funcionalidad de una constitución por una parte Kelsen explica una
estructura jerárquica y por otra parte Joseph Raz una cadena normativa, se establecen
diferentes criterios sin poder inclinarse a favor de alguna más bien se complementan.

Se explican las diferencias entre los conceptos de Regularidad normativa que se podría
decir que son normas consuetudinarias impuestas y sancionadas por la costumbre social,
el concepto de Regularidad Legal, en donde se trata de establecer igualdad y legalidad en
los fundamentos establecidos en la constitución y por último en la Regularidad
constitucional, que establece que los tratados internacionales deben de privilegiar así como
la constitución y la reforma de 2011, los derechos humanos como principal factor para
regular el Derecho, apoyado en la CNDH.

En esta sesión me gustaría destacar que se aprendió que las leyes no son infalibles, es
decir, presentan fallas, ya que es difícil prever todas aquellas circunstancias que en algún
momento dado pudieras aparecer, a esto se le conoce como lagunas del Derecho, existen
procedimientos y reglas para interpretar estos conflictos con la idea de resolverlo de la mejor
manera posible, respetando siempre las garantías individuales y los derechos de las
personas.
Bibliografía

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Legislación
Código Civil Federal.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

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