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Monólogo del Hombre de los lobos- Extraido de Giles Deleuze y Felix Guattari,

"Mille Plateaux". Seguido de " Las histéricas somos lo máximo" de Liliana Felipe.

Buenas Noches, yo quería hablarles de algo, que sé yo un numerito y pensé en


contarles una de mis furias. Porque yo me enojo, siempre, mucho. Soy asi, furiosa. Bueno
últimamente estoy enojada con los psicoanalistas. Por que a mi me gusta así, enojarme con
gente prestigiosa: curas, psicoanalistas y otras mitologías. Y para criticar psicoanalistas, me
agarro con Freud, nada de andar con chicaje. Claro que no soy la única, vean la historia de
uno de sus pacientes:
Un día, el Hombre que soñaba con lobos bajó del diván particularmente fatigado. El
sabía que Freud tenía un talento: el de rozar la verdad y pasar justo al ladito para después
llenar el vacío con asociaciones. El sabía que Freud no conocía nada de los lobos y de los
anos tampoco, por otro lado. Freud comprendía solamente qué era un perro y la cola de un
perro. Eso no alcanzaba, no le alcanzaría. El Hombre de los lobos sabía que Freud lo
declararía muy pronto curado, pero que él no lo estaba y que seguiría siendo atendido por una
horda de psicoanalistas : Lacan, Leclaire y no sé cuantos más…Sabía también que estaba a
punto de conseguir un nombre propio: Hombre de los lobos, mucho más propio que el suyo:
porque él accedía a la singularidad através de una multiplicidad : los lobos.
Sin embargo Freud, por su lado, iba a escribir muy pronto, algunas páginas
extraordinarias, tratando la diferencia entre neurosis y psicosis.( para decirlo rápido los
neuróticos somos los cuerdos y los psicóticos somos los locos) Iba a decir que un histérico o
un obsesivo son gente capaz de comparar un calcetín a una vagina, una cicatriz a la
castración. Pero tomar eróticamente la piel como una mutiplicidad de poros, de pequeños
puntos, de pequeñas cicatrices o agugeritos, confundir eróticamente un calcetín con una
multiplicidad de tejidos, bueno eso no lo hacen los neuróticos sino los psicóticos. Comparar
un calcetín a una vagina, dale que va, eso es algo que hacemos todos los días, pero un puro
conjunto de tejidos a un campo de vaginas, hay que estar realmente loco.
No sé si se dan cuenta pero hay verdadera diferencia de estilo entre simples neuróticos
y temibles psicóticos. Por ejemplo, cuando Salvador Dalí se esfuerza por representar sus
delirios, puede hablar del Cuerno del rinoceronte, no es más que neurosis. Pero cuando se
pone a comparar la piel de gallina a un campo de minúsculos cuernos de rinocerontes, se
siente bien clarito que la atmósfera cambia y entramos de lleno en la locura.
Apenas descubre el arte del inconciente y de la multiplicidad, Freud, como un cagón,
le da la espalda, vuelve a la unidad y rencuentra sus temas familiares: el padre, el pene, la
vagina, la castración…
No se crean que me perdí y me olvidé del Hombre de los lobos. Él cuenta que soñó
con seis o siete lobos sobre un árbol y dibuja cinco. Ahora, digo yo: ¿ Quién ignora que los
lobos andan en manada?. Nadie más que Freud. Lo que cualquier chico sabría, Freud no lo
sabe. Cómo había decidido que el hombre estaba curado, había que volver de cualquier
manera a la unidad y los lobos van a dejar de ser muchos. Entonces que hace? Asocia el sueño
de nuestro pobre hombre al cuento El lobo y los siete cabritos. Les juro que Freud se regocija
con esa reducción y con hacer salir la multiplicidad de los lobos para hacerla caer en los
cabritos que no tenian, para decir la verdad, nada que hacer en la historia. Asi que tenemos
siete lobos que no son más que cabritos, seis, porque el septimo se esconde en el reloj, o
mejor cinco porque es tal vez a las cinco de la tarde que nuestro pobre hombre ve a sus padres
hacer el amor ( y la V, cinco en números romanos, no sé si me siguen, se asocia a la apertura
erótica de la piernas femeninas, como todo el mundo sabe) tres lobos porque los padres
hicieron tal vez tres veces el amor, dos lobos porque eran dos padres los que lo hacían o capaz
dos perros que el chico hubiera visto por ahí. Y después un lobo, porque el lobo es el padre.
Ya lo sabíamos desde el principio, y finalmente cero lobo, porque perdió la cola, igual de
castrado que castrador.
A quién engañan los analistas? Los lobos no tenían ninguna chance de salvarse, de
salvar su manada, decidieron de entrada que los animales servirían para representar un coito
entre padres. Evidentemente, Freud ignora todo sobre la fascinación ejercida por los lobos, del
llamado de los lobos, el deseo de convertirse en lobo.
Lo que Freud no vé es la muchedumbre. Y toma la muchedumbre por una persona.
Una multiplicidad de poros, de puntos negros, de cicatrices o de tejidos, de senos, de bebés y
de barras. Una multiplicidad de abejas, de footbolistas o de canibales… de lobos, de chacales,
de piojos, Freud no entiende el llamado de los lobos, su sentido libidinal. Cada cicatriz, cada
agugerito seran divisiones de la gran cicatriz, del gran agugero llamado castración, los lobos
serán un solo y mismo Padre que aparece en todos lados, como es logico, porque ha sido
puesto ahí. Y el hombre de los lobos pregunta: Mi culo, no es un lobo?, con perdón de la
expresión.
La castración, la ausencia, el sustituto, qué historia contada por un idiota demasiado
consciente que no entiende nada de agujeros ni de lobos!. Los físicos dicen: los agujeros no
son ausencia de partículas, sino partículas llendo a más velocidad que la luz, o sea: anos
volantes, vaginas rápidas, no hay castración!
Hacer callar a la gente, impedirles hablar, y sobre todo cuando hablan, no escucharlos:
esa es la famosa neutralidad psicoanalítica. Volviendo a nuestro caso, el Hombre de los lobos
no podrá hablar en nombre propio. Podrá hablar de lobos, aullar como lobo, Freud no
escucha, mira su perro y dice: Es papá. El hombre de los lobos sigue gritando: seis o siete
lobos! Freud responde: Qué? Cabritos? Qué interesante, retiro los siete cabritos, me queda el
lobo, es decir tu padre…
Es por eso que el hombre de los lobos está tan cansado, porque se quedará eternamente
acostado en un diván con los lobos en la garganta y el pobre se venga como puede, señalando
que a la psicología le falta una visión verdaderamente zoologica.

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