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NUESTRO PAN DIARIO

8 de octubre, 2003

Una muralla de fuego


Lectura: Zacarías 2:1-5 (NVI)

Futura gloria de Jerusalén


1
Entonces alcé los ojos y miré, y he aquí, vi un hombre con un cordel de medir en la mano.
2
Y le dije: ¿Adónde vas? Y me respondió: A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura
y cuánta su longitud.
3
Y he aquí, cuando el ángel que hablaba conmigo salía, otro ángel le salió al encuentro,
4
y le dijo: Corre, habla a ese joven, y dile: "Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la
multitud de hombres y de ganados dentro de ella.
5
"Y yo seré para ella"--declara el SEÑOR-- "una muralla de fuego en derredor, y gloria seré
en medio de ella."

«Y yo seré para ella --declara el Señor--- una muralla de fuego en derredor, y gloria
seré en medio de ella.» --Zacarías 2:5.

La construcción de la Gran Muralla China empezó en el siglo III a.C. Llamada muchas
veces «la octava maravilla del mundo», la muralla mide aproximadamente 2.400 kilómetros
de largo. La Gran Muralla se construyó para proteger a la gente de ataques nómadas e
invasiones por parte de estados rivales.

En Zacarías 2 leemos acerca de otra muralla de protección. Zacarías tuvo una visión de un
hombre que tenía un cordel de medir y que estaba tratando de determinar la longitud y la
anchura de Jerusalén (vv.1-2). Aparentemente, su intención era empezar a reconstruir los
muros fortificados que rodeaban la ciudad. Al hombre se le dijo que esto no sería necesario,
porque el número del pueblo de Dios sería tan grande, que las murallas de Jerusalén no
podrían contenerlo (v.4). Además, ellos no iban a necesitar murallas, porque el Señor
prometió: «Y yo seré para ella ---declara el Señor--- una muralla de fuego en derredor, y
gloria seré en medio de ella» (v.5).

Las murallas físicas se pueden escalar o romper, por muy altas o fuertes que sean. Pero
como hijos de Dios, tenemos la mejor muralla de protección que pueda tener alguien: la
presencia personal de Dios. Nada nos puede pasar sin que pase primero por Él y por su
voluntad. En Él estamos seguros y a salvos. --Albert Lee

LA SEGURIDAD NO SE HALLA EN LA AUSENCIA DEL PELIGRO, SINO EN LA


PRESENCIA DE DIOS.
Inquilino del túnel 9 de octubre, 2003

Lectura: Colosenses 1:1-14 (NVI)


1
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
2
a los santos y fieles hermanos* en Cristo que están en Colosas: Que Dios nuestro Padre les conceda* gracia
y paz.
3
Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
4
pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos
5
a causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza ya han sabido por la palabra
de verdad, que es el evangelio
6
que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también
ha sucedido entre ustedes desde el día en que supieron de la gracia de Dios y la comprendieron plenamente.
7
Así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido colaborador* y fiel servidor de Cristo para el bien de
ustedes.*
8
Fue él quien nos contó del amor que tienen en el Espíritu.
9
Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga
conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,
10
para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra,
crecer en el conocimiento de Dios
11
y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseverarán con paciencia en toda situación,
12
dando gracias con alegría al Padre. Él los* ha facultado para participar de la herencia de los santos en el
reino de la luz.
13
Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo,
14
en quien tenemos redención,* el perdón de pecados.

Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo
amado. --Colosenses 1:13.

Durante 16 años, John Kovacs fue un «inquilino del túnel». Junto con unos cuantos más,
John vivió bajo tierra en un túnel de trenes abandonado en la ciudad de Nueva York.
Cuando la compañía Amtrak compró el túnel y lo preparó para abrirlo de nuevo, John se
vio obligado a buscar un lugar donde vivir encima de la tierra.

Según el periódico The New York Times, el señor Kovacs llegó a ser la primera persona
escogida para un programa nuevo diseñado para «transformar a los desamparados en
propietarios». Después de pasar una tercera parte de su vida en el túnel de un ferrocarril,
dejó su existencia bajo tierra para convertirse en un agricultor orgánico en la parte superior
del estado de Nueva York. A este hombre lo citaron diciendo: «El aire va a ser mejor allá
arriba. No voy a extrañar nada. No vuelvo aquí.»

Si pudiéramos vernos como nos ve el Señor nos daríamos cuenta de que todo hijo de Dios
ha tenido una experiencia similar. Nosotros también hemos sido escogidos para dejar una
existencia oscura y asquerosa a cambio de la dignidad de nueva vida y una nueva obra. Si
pudiéramos ver nuestra vida anterior tan claramente como vio John Kovacs la suya,
nosotros también sabríamos que no hay nada que valga la pena en la oscuridad, ni razón
para regresar.
Señor, ayúdanos a recordar lo necesitados que estábamos cuando Tú nos encontraste.
Perdónanos por querer a veces regresar al túnel. --Mart De Haan

LOS HIJOS DE LA LUZ NO SE SIENTEN CÓMODOS EN LA OSCURIDAD.


EPITAFIO

Lectura: Juan 10:40-42 (DHH)


40
Regresó Jesús al otro lado del Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado
antes bautizando. 41 Mucha gente fue a verlo, y decían:
--De veras, aunque Juan no hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo de este hombre
era verdad. 42 Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús.

. . . Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de éste era
verdad. --Juan 10:41.

Juan el Bautista había muerto al menos dos años atrás, y el recuerdo de su ministerio se
había empezado a desvanecer. Así sucede cuando una figura pública deja el escenario y
queda opacada por un sucesor más ilustre.

Mientras las multitudes se reunieron alrededor de Jesús cerca del lugar adonde Juan había
enseñado, recordaron la vida y las palabras del bautista: «Aunque Juan no hizo ninguna
señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de éste era verdad» (Juan 10:41).

Igual que Juan, nosotros no tenemos que hacer milagros para hablar a la gente de Jesús.
Podemos contar lo que hemos aprendido de Él de la Biblia, lo que Él ha hecho para cambiar
nuestros corazones y vidas, y lo que ha hecho por los demás. Si transmitimos fielmente las
buenas nuevas sobre Jesús habremos servido bien nuestro propósito en la vida.

Incluso mucho después de que hayamos muerto, nuestras palabras podrían llegar a la mente
de aquellos a quienes hemos testificado y ser el medio de llevarlos a la fe en el Señor Jesús.
Igual que la semilla que se entierra en el suelo, la Palabra de Dios que hemos sembrado
puede permanecer latente durante muchos años y luego brotar a la vida eterna.

Es un gran epitafio para la vida de uno: «No hizo milagros, pero todo lo que dijo de Jesús
era verdad.» --David Roper

ANDAR CON CRISTO DEJA HUELLAS QUE OTROS PUEDEN SEGUIR.


11 de octubre, 2003

De pesca
Lectura: Mateo 4:18-22 (NVI)
18
Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón,
llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores.
19
"Vengan, síganme --les dijo Jesús--, y los haré pescadores de hombres."
20
Al instante dejaron las redes y lo siguieron.
21
Más adelante vio a otros dos hermanos: Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban
con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó,
22
y dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron.

Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres. --Mateo 4:19.

Un pescador experimentado bate su vara de atrás hacia adelante por encima de su cabeza.
Luego libera el cordel y coloca el señuelo en forma de mosca sobre la superficie del agua,
exactamente donde lo desea. Si tiene éxito, una trucha arco iris se levanta, golpea el señuelo
y el pescador coloca el gancho. ¡Empieza la batalla!

Esa es una forma de atrapar peces. Los pescadores de hipogloso usan otro método. Salen al
mar y dejan caer grandes ganchos con señuelos, a veces hasta 40 ó 50 metros de
profundidad. Cuando uno de esos peces grandes y planos va en pos del señuelo y queda
atrapado, empieza un largo recorrido hacia la superficie.

Jesús dijo a Pedro y a Andrés que lo siguieran y que Él los haría «pescadores de hombres»
(Mateo 4:18-19).

Como seguidores de Cristo hoy, nosotros también hemos de estar «pescando» gente en
nuestro mundo, usando diferentes métodos para propagar las buenas nuevas. Hemos de
estar diciendo a hombres y mujeres, familiares y amigos, jóvenes y viejos acerca de su
pecado, del amor de Dios y de Su oferta de salvación por medio de la fe en Jesús.
¿Estás pescando hombres? ¿Has tratado por diferentes métodos de hablar a otros de Cristo
y del evangelio? ¿Te has acercado a tu vecindario y a la comunidad con las buenas nuevas?
Continúa siguiendo a Cristo, y Él te enseñará a pescar. --Dave Egner

SI SIGUES AL SALVADOR ÉL TE ENSEÑARÁ A PESCAR.

12 de octubre, 2003

Van en pos de nuestros hijos (DHH)


Lectura: Proverbios 3:1-18 (DHH)

Otras ventajas de la sabiduría


1
Hijo mío, no te olvides de mis *enseñanzas;
más bien, guarda en tu *corazón mis mandamientos.
2
Porque prolongarán tu vida muchos años
y te traerán prosperidad.
3
Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
llévalos siempre alrededor de tu cuello
y escríbelos en el libro de tu corazón.
4
Contarás con el favor de Dios
y tendrás buena fama[1] entre la *gente.
5
Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
6
Reconócelo en todos tus *caminos,
y él allanará tus sendas.
7
No seas sabio en tu propia opinión;
más bien, teme al Señor y huye del mal.
8
Esto infundirá salud a tu cuerpo
y fortalecerá tu ser.[2]
9
Honra al Señor con tus riquezas
y con los primeros frutos de tus cosechas.
10
Así tus graneros se llenarán a reventar
y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.
11
Hijo mío, no desprecies la *disciplina del Señor,
ni te ofendas por sus reprensiones.
12
Porque el Señor disciplina a los que ama,
como corrige un padre a su hijo querido.
13
*Dichoso el que halla sabiduría,
el que adquiere inteligencia.
14
Porque ella es de más provecho que la plata
y rinde más ganancias que el oro.
15
Es más valiosa que las piedras preciosas:
¡ni lo más deseable se le puede comparar!
16
Con la mano derecha ofrece larga vida;
con la izquierda, honor y riquezas.
17
Sus caminos son placenteros
y en sus senderos hay *paz.
18
Ella es árbol de vida para quienes la abrazan;
¡dichosos los que la retienen!

Es más preciosa que las joyas, y nada de lo que deseas se compara con ella.
--Proverbios 3:15.

Los anunciantes van detrás de nuestros jóvenes. Cada vez más están dirigiendo sus
mensajes a los niños. A causa de la fuerte influencia que ejercen sobre los hábitos de
compra de sus padres, y puesto que cada vez más tienen su propio poder de compra, se
están gastando millones de dólares para atraer su atención. La gente del mundo de los
anuncios está convencida de que un consumidor joven satisfecho podría llegar a ser un
cliente de toda la vida, dispuesto a comprar sus productos a muy largo plazo.

De la misma forma, tenemos que estar influyendo a nuestros jóvenes para que «compren»
las cosas buenas que Dios tiene para ellos para toda la vida. Según Proverbios 3, los
jóvenes que optan por el camino de Dios tienen por delante fantásticas posibilidades: larga
vida y paz (v.2), favor a los ojos de Dios y los hombres (v.4), dirección de parte de Dios
(v.6), salud y fortaleza (v.8), abundancia (v.10), felicidad (v.13). La persona que confía,
honra y teme al Señor halla sabiduría, lo cual es un premio incomparable (v.15).

El mundo gasta millones convenciendo a nuestros hijos de que no pueden ser felices sin
cierta clase de zapatos. ¡Cuánto más podemos ofrecerles mostrándoles que la felicidad
viene de andar con Dios! --Dave Branon

LO QUE DEJAMOS EN NUESTROS HIJOS ES MÁS IMPORTANTE QUE LO


QUE DEJAMOS A NUESTROS HIJOS.

13 de octubre, 2003

Deudores eternos (NVI)


Lectura: Salmo 23
Salmo de David.
1
El Señor es mi *pastor, nada me falta;
2
en verdes pastos me hace descansar.
Junto a tranquilas aguas me conduce;
3
me infunde nuevas *fuerzas.

Me guía por sendas de *justicia


por amor a su *nombre.
4
Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta.
5
Dispones ante mí un banquete
en presencia de mis enemigos.
Has ungido con perfume mi cabeza;
has llenado mi copa a rebosar.
6
La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida;
y en la casa del Señor
habitaré para siempre.

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la


casa del Señor moraré por largos días. --Salmo 23:6.

De vez en cuando es bueno pasar unos momentos en silencio mirando atrás en nuestras
vidas para repasar lo endeudados que estamos con Dios por su bondad y misericordia.
Claro que no existen dos historias personales que sean iguales. Sin embargo, todos
podemos hacer eco de las palabras de David, el poeta rey, en el Salmo 23:6. David escribió:
«Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.» Si estamos
confiando en Jesucristo, esas pocas palabras resumen toda nuestra experiencia en la vida.

La bondad de Dios imparte lo que no merecemos; su misericordia retiene lo que sí


merecemos. En tiempos de dolor y tristeza, nuestro Padre celestial suple fielmente nuestras
necesidades, consuela nuestros corazones, y nos da fortaleza para llevar nuestras cargas.
Aunque somos creyentes, todavía pecamos y no cumplimos con las normas establecidas por
su Hijo Jesucristo. No obstante, Él sigue derramando su perdón en nuestras almas cuando
confesamos nuestros pecados. Tal vez pensemos que somos personas decentes, pero aún
debemos admitir que «hemos dejado de hacer aquellas cosas que debíamos haber hecho, y
hemos hecho cosas que no debimos haber hecho» The Book of Common Prayer [El libro de
la oración común].
Que la gratitud llene continuamente nuestros corazones porque el bien y la misericordia de
Dios nos seguirán hasta que lleguemos a la gloria. Tenemos una deuda eterna con Él.
--Vernon Grounds

PUESTO QUE DIOS NOS LO DA TODO, LE DEBEMOS TODA NUESTRA


ALABANZA.

14 de octubre, 2003

Mi pequeña luz
Lectura: Mateo 5:11-16 (DHH)
11
"Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y losmaltrate, y cuando por causa mía los
ataquen con toda clase dementiras. 12 Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un
granpremio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetasque vivieron antes que
ustedes.[1]

Sal y luz del mundo

(Mc 9.50; Lc 14.34-35)


13
"Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja deestar salada, ¿cómo podrá
recobrar su sabor? Ya no sirve paranada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.[2]
14
"Ustedes son la luz de este mundo.[3] Una ciudad en lo altode un cerro no puede
esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antesbien, se la pone
en alto para que alumbre a todos los que están enla casa.[4] 16

Jesús enseña sobre la ley


Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante dela gente, para que, viendo el
bien que ustedes hacen, todos alaben asu Padre que está en el cielo.

Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones
y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. --Mateo 5:16.

La costa del lago Michigan (a corta distancia de donde yo vivo) está salpicada de faros
construidos para que los capitanes de barco naveguen con seguridad hasta el puerto. Las
estructuras varían en tamaño, forma y color, pero todas tienen un encanto y una belleza
únicos. Las fotos de los faros aparecen en libros y calendarios, y algunas personas
coleccionan réplicas y otros artículos con faros.
Pero los faros no fueron hechos sólo para admirarlos; fueron construidos para albergar
luces que guían a los marineros a la seguridad. Cuando más útil es un faro es cuando, en la
oscuridad de la noche, sólo se puede ver su luz, no la estructura en sí misma.

Cuando Jesús envió a sus discípulos los llamó «la luz del mundo» (Mateo 5:14). También
indicó que su tarea no era llamar la atención hacia sí mismos, sino hacer buenas obras que
hicieran a la gente reconocer la bondad de Dios y glorificarlo.

Jesús dijo que así como el propósito de una lámpara es dar luz, también nosotros hemos de
dejar que brille nuestra luz (vv.15-16). Cuando más eficaces somos es cuando brillamos en
la oscuridad guiando a personas que necesitan encontrar un puerto seguro en Cristo.

Para que una luz sea eficaz tiene que brillar en un lugar oscuro. --Julie Ackerman Link

UNA PEQUEÑA LUZ MARCA UNA GRAN DIFERENCIA EN LA NOCHE


OSCURA.

15 de octubre, 2003

No mi mano
Lectura: 1 Samuel 24:1-15 (DHH)

David le perdona la vida a Saúl


1
Cuando Saúl regresó de perseguir a los filisteos, le informaron que David estaba en el
desierto de Engadi. 2 Entonces Saúl tomó consigo tres batallones de hombres escogidos de
todo Israel, y se fue por los Peñascos de las Cabras, en busca de David y de sus hombres.
3
Por el camino, llegó a un redil de ovejas; y como había una cueva en el lugar, entró allí
para hacer sus necesidades.[1] David estaba escondido en el fondo de la cueva, con sus
hombres, 4 y éstos le dijeron:
En verdad, hoy se cumple la promesa que te hizo el Señor cuando te dijo: Yo pondré a tu
enemigo en tus manos, para que hagas con él lo que mejor te parezca.
David se levantó y, sin hacer ruido, cortó el borde del manto de Saúl. 5 Pero le remordió la
conciencia por lo que había hecho, 6 y les dijo a sus hombres:
¡Que el Señor me libre de hacerle al rey lo que ustedes sugieren! No puedo alzar la mano
contra él, porque es el *ungido del Señor.
7
De este modo David contuvo a sus hombres, y no les permitió que atacaran a Saúl. Pero
una vez que éste salió de la cueva para proseguir su camino, 8 David lo siguió, gritando:
¡Majestad, Majestad!
Saúl miró hacia atrás, y David, postrándose rostro en tierra, se inclinó 9 y le dijo:
¿Por qué hace caso Su Majestad a los que dicen que yo quiero hacerle daño? 10 Usted podrá
ver con sus propios ojos que hoy mismo, en esta cueva, el Señor lo había entregado en mis
manos. Mis hombres me incitaban a que lo matara, pero yo respeté su vida y dije: No puedo
alzar la mano contra el rey, porque es el ungido del Señor. 11 Padre mío, mire usted el borde
de su manto que tengo en la mano. Yo corté este pedazo, pero a usted no lo maté.
Reconozca que yo no intento hacerle mal ni traicionarlo. Usted, sin embargo, me persigue
para quitarme la *vida, aunque yo no le he hecho ningún agravio. 12 ¡Que el Señor juzgue
entre nosotros dos! ¡Y que el Señor me vengue de usted! Pero mi mano no se alzará contra
usted. 13 Como dice el antiguo refrán: De los malos, la maldad; por eso mi mano jamás se
alzará contra usted.
14
»¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigue? ¡A un perro muerto! ¡A una
pulga! 15 ¡Que sea el Señor quien juzgue y dicte la sentencia entre nosotros dos! ¡Que
examine mi causa, y me defienda y me libre de usted!

. . . y dije: «No extenderé mi mano contra mi rey, porque es el ungido del Señor.» --1
Samuel 24:10.

Hay veces en que lo mejor es esperar a que Dios actúe en lugar de tratar de hacer que las
cosas sucedan. Es una lección que vemos claramente cuando David rehusó quitarle la vida
al rey Saúl, a pesar de que el rey estaba tratando de matarlo (1 Samuel 24). Cuando Saúl
estaba solo y vulnerable en una cueva, los hombres de David le dijeron que Dios le había
dado la oportunidad de tomar el reinado que le pertenecía a él (v.4). Pero David se negó
diciendo: «El Señor me guarde de hacer tal cosa contra mi rey, el ungido del Señor, de
extender contra él mi mano» (v.6).

Cuando Saúl salió de la cueva David le voceó: «Juzgue el Señor entre tú y yo y que el
Señor me vengue de ti, pero mi mano no será contra ti» (v.12). David sabía que Dios lo
había escogido para que fuera rey. Pero también sabía que la manera correcta de llegar al
reino no era matando a Saúl. Él iba a esperar a que Dios quitara a Saúl del trono.

¿Hay algún obstáculo entre tú y algo que te pertenece legítimamente? Crees que es la
voluntad de Dios, pero el método de obtenerlo y el tiempo no parecen los correctos. Piensa
bien y ora mucho antes de tomar un mal camino hacia una buena meta.

Esperar a que Dios actúe es la mejor oportunidad para que las cosas buenas sucedan a Su
manera. --David McCasland

EL TIEMPO DE DIOS SIEMPRE ES CORRECTO. ESPÉRALO CON PACIENCIA.

16 de octubre, 2003
Abre la puerta
Lectura: 1 Pedro 3:1-12 (DHH)
1
Así también ustedes, las esposas, sométanse a susesposos,[1] para que, si algunos de ellos
no creen en el mensaje,puedan ser convencidos, sin necesidad de palabras, por
elcomportamiento de ustedes, 2 al ver ellos su conducta pura y reverente para con Dios. 3
Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, comopeinados exagerados, joyas de
oro o vestidos lujosos, 4 sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible deun
espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante deDios.[2] 5 Pues este era
también, en tiempos antiguos, el adorno de lasmujeres santas; ellas confiaban en Dios y se
sometían a susesposos. 6 Así fue Sara, que obedeció a Abraham y lo llamó "miseñor".[3] Y
ustedes son hijas de ella, si hacen el bien y notienen miedo de nada.
7
En cuanto a ustedes, los esposos, sean comprensivos con susesposas.[4]

Deberes de todos los cristianos


Denles el honor que les corresponde, teniendo en cuentaque ellas son más delicadas y están
llamadas a compartir conustedes la vida que Dios les dará como herencia. Háganlo así
parano poner estorbo a sus propias oraciones.
8
En fin, vivan todos ustedes en armonía, unidos en un mismosentir y amándose como
hermanos. Sean bondadosos y humildes. 9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto.
Al contrario,devuelvan bendición, pues Dios los ha llamado a recibir bendición. 10 Porque:
"Quien quiera amar la vida y pasar días felices, cuide su lengua de hablar mal y sus
labios de decir mentiras; 11 aléjese del mal y haga el bien, busque la paz y sígala. 12
Porque el Señor cuida a los justos y presta oídos a sus oraciones, pero está en contra de
los malhechores."[5]

Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras


mujeres, como con un vaso más frágil. . . . --1 Pedro 3:7.

Cuando mi esposa y yo fuimos a almorzar con unos amigos, noté que el esposo caminó
hacia el otro lado del auto y le abrió la puerta a su esposa. Yo le dije: «Algunas mujeres
podrían considerar eso denigrante.» «Así es --dijo él--. Una mujer me vio haciéndolo y
comentó: "Estoy segura de que ella es perfectamente capaz de abrir la puerta por sí misma."
Yo le dije: "No le abro la puerta a mi esposa porque sea incapaz de hacerlo. Lo hago para
honrarla."»

Jesús trataba a las mujeres con el mayor respeto y honor (Juan 4:1-38; 8:3-11; 19:25-27).
De la misma forma, en 1 Pedro 3:7, a los esposos se les instruye a vivir con sus esposas «de
manera comprensiva, como con un vaso más frágil». Tanto los hombres como las mujeres
tienen sus debilidades, pero en general, las mujeres son físicamente más débiles que los
hombres y tienen necesidades y sensibilidades que son singulares. Eso no quiere decir en
absoluto que sean inferiores. De hecho, Pedro dijo que como cristianos, los hombres y las
mujeres son «coherederos de la gracia de la vida» (v.7).
Abrir la puerta a una mujer podría parecer a algunos una cortesía anticuada. Pero también
puede ser un tributo maravilloso tanto al hombre como a la mujer si simboliza el honor y el
respeto que uno tiene por el otro. --Dennis De Haan

HONRAMOS A DIOS CUANDO NOS HONRAMOS LOS UNOS A LOS OTROS.

17 de octubre, 2003

La Iglesia indestructible
Lectura: Mateo 16:13-20 (NVI)
13
Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: --¿Quién
dice la gente que es el Hijo del hombre? Le respondieron:
14
--Unos dicen que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno de los
profetas.
15
--Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?
16
--Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente --afirmó Simón Pedro.
17
--Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás --le dijo Jesús--, porque eso no te lo reveló ningún
mortal,* sino mi Padre que está en el cielo.
18
Yo te digo que tú eres Pedro,* y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del
reino de la muerte* no prevalecerán contra ella.
19
Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el
cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
20
Luego les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo.

. . . tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella. --Mateo 16:18.

El ejecutivo principal de una grande y exitosa cadena de tiendas hizo una afirmación
impresionante acerca del futuro de su compañía. Dijo que dentro de 100 años, o bien habrá
cambiado grandemente o no va a existir.

Lo mismo se puede decir de toda organización humana. Los líderes vienen y van, los
deseos de los consumidores cambian, los métodos de fabricación evolucionan. Como
resultado de ello, las compañías o cambian o no sobreviven.

Según Jesús, eso nunca le sucederá a su Iglesia. Puede que algunas iglesias en particular
dejen de existir, pero «las puertas del Hades» nunca prevalecerán contra la Iglesia que Jesús
está edificando. Cuando se refirió a «mi Iglesia» (Mateo 16:18) estaba pensando en todos
los creyentes: pasados, presentes y futuros. Pablo llamó a este vasto grupo el «cuerpo de
Cristo» (1 Corintios 12:27).

En el momento en que confiamos en Cristo nos hacemos miembros de su cuerpo, la Iglesia.


Y cuando Jesús usó la frase «las puertas del Hades», se estaba refiriendo a la muerte, ya que
el Hades es la morada de los muertos. Uno por uno, los creyentes mueren y pasan por esas
«puertas», pero eso ni cambia ni disminuye la Iglesia. Simplemente se unen a los que ya
son victoriosos en la «Jerusalén celestial» (Hebreos 12:22-24).

¡Alabado sea Dios! La Iglesia es indestructible. --Herb Vander Lugt

LA IGLESIA, ARRAIGADA POR DIOS, NO PUEDE SER DESARRAIGADA POR


EL HOMBRE.

18 de octubre, 2003

El gozo de esperar
Lectura: 1 Samuel 1:19-28 (DHH)
19
Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá.
Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella. 20 Ana concibió y,
pasado un año, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel,[1] pues dijo: «Al Señor se lo
pedí.»

Ana dedica a Samuel


21
Cuando Elcaná salió con toda su familia para cumplir su promesa y ofrecer su sacrificio
anual al Señor, 22 Ana no lo acompañó.
No iré hasta que el niño sea destetado le explicó a su esposo. Entonces lo llevaré para
dedicarlo al Señor, y allí se quedará el resto de su vida.
23
Bien, haz lo que te parezca mejor respondió su esposo Elcaná. Quédate hasta que lo
destetes, con tal de que el Señor cumpla su palabra.
Así pues, Ana se quedó en su casa y crió a su hijo hasta que lo destetó.
24
Cuando dejó de amamantarlo, salió con el niño, a pesar de ser tan pequeño, y lo llevó a
la casa del Señor en Siló. También llevó un becerro de tres años,[2] una medida de harina y
un odre de vino. 25 Luego sacrificaron el becerro y presentaron el niño a Elí. 26 Dijo Ana:
«Mi señor, tan cierto como que usted vive, le juro que yo soy la mujer que estuvo aquí a su
lado orando al Señor. 27 Éste es el niño que yo le pedí al Señor, y él me lo concedió. 28
Ahora yo, por mi parte, se lo entrego al Señor. Mientras el niño viva, estará dedicado a él.»
Entonces Elí[3] se postró allí ante el Señor.
Por este niño oraba, y el Señor me ha concedido la petición que le hice. --1 Samuel
1:27.

A una futura mamá, nueve meses le pueden parecer una eternidad. En el primer trimestre,
los cambios hormonales a veces causan un malestar en las mañanas que dura bastante. Las
emociones salen a la superficie y prolongan la melancolía de la tarde. Luego, los cambios
en el apetito estiran las horas de la noche y la mujer se antoja de comer pizza, chocolate y
pepinillo a altas horas de la noche.

Durante los próximos tres meses, a mamá le deja de servir la ropa y pasa largas horas
haciéndose de un nuevo ajuar. El último trimestre convierte la actividad normal en una
faena, pues comienza la vigilia final.

Entonces, de repente termina la interminable espera. Nueve meses se convierten en algo


parecido al periódico de ayer. Se han ido. Se vuelven insignificantes, un recuerdo que se
desvanece, superado por el gozo. Pregúntale a la nueva mamá si lamenta haber soportado el
embarazo. ¡Nunca!

La espera de Ana empezó aun más lentamente. Durante años fue incapaz de tener un hijo.
Se sentía tan insatisfecha, tan deshonrada (1 Samuel 1). Pero el Señor se acordó de ella y
Ana concibió. Su gozo se completó.

Ana esperó pacientemente y vio al Señor convertir su tristeza en un gozo abundante. Su


cántico (2:1-10) es un recordatorio de que el desencanto y la angustia más amarga pueden
llevar a la realización y el deleite. Para los que esperan en el Señor, las largas horas de
aguante un día darán paso al regocijo. --Mart De Haan

VALE LA PENA ESPERAR EL DON DEL GOZO DE DIOS.

19 de octubre, 2003

¿Para qué es una iglesia?


Lectura: Efesios 4:1-16 (DHH)
1
Por esto yo, que estoy preso por la causa del Señor,[1] lesruego que se porten como deben
hacerlo los que han sido llamados porDios, como lo fueron ustedes. 2 Sean humildes y
amables; tengan paciencia y sopórtense unos aotros con amor; 3 procuren mantener la
unidad que proviene del Espíritu Santo,por medio de la paz que une a todos. 4 Hay un solo
cuerpo[2] y un solo Espíritu, así como Dios losha llamado a una sola esperanza. 5 Hay un
solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; 6 hay un solo Dios y Padre de todos, que está
sobre todos,actúa por medio de todos y está en todos.
7
Pero cada uno de nosotros ha recibido los dones que Cristo leha querido dar.[3] 8 Por eso, la
Escritura dice: "Subió al cielo llevando consigo a los cautivos, y dio dones a los
hombres."[4]
9
¿Y qué quiere decir eso de que "subió"? Pues quiere decirque primero bajó a esta tierra. 10
Y el que bajó es el mismo que también subió a lo más altodel cielo, para llenarlo todo. 11 Y
él mismo concedió a unos ser apóstoles y a otrosprofetas,[5] a otros anunciar el evangelio y a
otros ser pastores ymaestros. 12 Así preparó a los del pueblo santo para un trabajo
deservicio, para la edificación del cuerpo de Cristo 13 hasta que todos lleguemos a estar
unidos por la fe y elconocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta,
quecorresponde a la plena madurez de Cristo. 14 Ya no seremos como niños, que cambian
fácilmente de parecery que son arrastrados por el viento de cualquier nueva enseñanzahasta
dejarse engañar por gente astuta que anda por caminosequivocados. 15 Más bien, profesando
la verdad en el amor, debemos crecer entodo hacia Cristo, que es la cabeza del cuerpo. 16

La nueva vida en Cristo


Y por Cristo el cuerpo entero se ajusta y se liga bienmediante la unión entre sí de todas sus
partes; y cuando cadaparte funciona bien, todo va creciendo y edificándose en amor.

. . . Pues habiendo celos y contiendas entre vosotros, ¿no sois carnales y andáis como
hombres? --1 Corintios 3:3.

Cada vez que oigo hablar de una pelea de iglesia me estremezco. Cuando mi esposa y yo
salimos a comer con un pastor amigo nuestro, nos contó algunas de las cosas por las que la
gente había reñido en su iglesia. Los cristianos han peleado con otros cristianos por cosas
como el color de la alfombra, la temperatura del templo, y si el coro debe o no ponerse
túnicas.

Los pastores han tenido que salir corriendo de la ciudad durante estos pleitos. Los cristianos
han cortado amistades. Las iglesias se han dividido porque la gente ha discutido sobre cosas
como esas.

¿Por qué sucede esto? La gente que se involucra en pequeñas refriegas ha perdido la visión
del propósito de la iglesia. La iglesia es el lugar adonde vamos a adorar, a leer la Palabra, a
cantar para la gloria de Dios, a servir a los demás y a ayudarnos unos a otros a crecer. Se
supone que sea un lugar de amor, perdón y aliento.

En la Carta de Pablo a los Efesios, él describió la unidad de propósito (4:1-6) que debería
ayudarnos a subsanar nuestros desacuerdos sin crear divisiones. Él sabía demasiado bien
cómo los deseos egoístas, los planes personales y el favoritismo pueden hacer estragos (1
Corintios 3:1-9).

Cerciorémonos de que nuestras iglesias sean refugios seguros adonde no haya refriegas
recordando para qué es una iglesia. --Dave Branon
LOS CRISTIANOS QUE ESTÁN EN GUERRA ENTRE SÍ NO PUEDEN ESTAR EN
PAZ CON SU PADRE CELESTIAL.

20 de octubre, 2003

Nunca estás solo


Lectura: Juan 14:15-21 (NVI)
15
"Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
16
Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre:
17
el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce.
Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará* en ustedes.
18
No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.
19
Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo
vivo, también ustedes vivirán.
20
En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están
en mí, y yo en ustedes.
21
¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que
me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. --Juan 14:18.

Jesús es tan real hoy como lo era cuando caminó sobre esta tierra. A pesar de que no se
mueve entre nosotros físicamente, por medio del Espíritu Santo está aquí, allá, dondequiera
--una presencia continua y viva--, fuera y dentro de nosotros.

Ese puede ser un pensamiento aterrador para algunos. Tal vez no te estimes o estés
contemplando todas las cosas malas que has hecho. La inseguridad y el pecado pueden
crear una sensación de temor, incomodidad y torpeza en presencia de Jesús. Pero piensa en
lo que sabes de Él.

Independientemente de lo que seas o de lo que hayas hecho, Él te ama (Romanos 5:8; 1


Juan 4:7-11). Nunca te va a dejar ni a desamparar (Juan 14:18; Hebreos 13:5). Los demás
podrían no tener muy buena opinión de ti ni invitarte a pasar tiempo con ellos, pero Jesús sí
(Mateo 11:28). A los demás podría no gustarles tu apariencia, pero Él ve tu corazón (1
Samuel 16:7; Lucas 24:38). Los demás podrían pensar que eres una molestia porque eres
anciano y estorbas, pero Él te amará hasta el final (Romanos 8:35-39).
Jesús te ama a pesar de todas las condiciones que hacen que otros se alejen. Él te quiere
cambiar para que seas como Él, pero te ama como eres y nunca te va a abandonar. Eres
familia; nunca, nunca estarás solo. --David Roper

SI CONOCES A CRISTO NUNCA ANDARÁS SOLO.

21 de octubre, 2003

El fruto prohibido
Lectura: Romanos 7:7-13 (DHH)
7
¿Vamos a decir por esto que la ley es pecado? ¡Claro que no! Sin embargo, de no ser por
la ley, yo no hubiera sabido lo que es el pecado.[1] Jamás habría sabido lo que es codiciar, si
la ley no hubiera dicho: "No codicies."[2] 8 Pero el pecado se aprovechó de esto, y
valiéndose del propio mandamiento despertó en mí toda clase de malos deseos. Pues
mientras no hay ley, el pecado es cosa muerta. 9 Hubo un tiempo en que, sin la ley, yo tenía
vida; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado, 10 y yo morí. Así resultó que
aquel mandamiento que debía darme la vida, me llevó a la muerte, 11 porque el pecado se
aprovechó del mandamiento y me engañó,[3] y con el mismo mandamiento me dio muerte.
12
En resumen, la ley en sí misma es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. 13 Pero
entonces, ¿esto que es bueno me llevó a la muerte?¡Claro que no! Lo que pasa es que el
pecado, para demostrar que verdaderamente es pecado, me causó la muerte valiéndose de lo
bueno. Y así, por medio del mandamiento, quedó demostrado lo terriblemente malo que es
el pecado.

. . . las pasiones pecaminosas despertadas por la ley, actuaban en los miembros de


nuestro cuerpo a fin de llevar fruto para muerte. --Romanos 7:5.

En Galveston, Tejas, un hotel en la costa del golfo de México puso este letrero en todas las
habitaciones:

PROHIBIDO PESCAR DESDE EL BALCÓN

Sin embargo, los huéspedes del hotel tiraban sus hilos de pescar hacia las aguas de abajo.
Entonces la administración decidió quitar el letrero, ¡y la pesca cesó!

Agustín (354-430), un prominente teólogo de la iglesia primitiva, reflexionó en su propia


atracción a lo prohibido. En sus Confesiones escribió: «Había un peral cerca de nuestro
viñedo lleno de frutos. Una noche de tormenta, nosotros, los jóvenes bribones, nos
dispusimos a robarlo. . . . Tomamos una gran cantidad de peras, no para disfrutarlas
nosotros, sino para tirarlas a los cerdos, aunque comimos lo suficiente como para sentir el
placer del fruto prohibido. Eran buenas peras, pero no eran las peras lo que mi despreciable
alma codiciaba, pues tenía muchas mejores en casa. Las recogí sencillamente para
convertirme en ladrón. . . . El deseo de robar se despertó simplemente con la prohibición de
robar.»

Romanos 7:7-13 establece la verdad ilustrada por la experiencia de Agustín: la naturaleza


humana es inherentemente rebelde. Tan pronto conocemos una ley, consideramos un
desafío el violarla. Pero Jesús perdona nuestra violación y nos da el Espíritu Santo. Imparte
un deseo y una habilidad nuevos para que nuestro mayor placer sea agradar a Dios.
--Haddon Robinson

SI QUIERES DOMINAR LA TENTACIÓN, DEJA QUE CRISTO TE DOMINE A TI.

22 de octubre, 2003

La oración eficaz
Lectura: Mateo 7:7-11 (NVI)
7
"Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
8
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
9
"¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra?
10
¿O si le pide un pescado, le da una serpiente?
11
Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su
Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!

Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla. . . . --Mateo 7:8.

Un niño camboyano de 12 años de edad llamado Lem Cheong empezó a cuestionar las
creencias religiosas de su familia. Le habían enseñado que una persona que busque guía
debía ir a un templo y agitar un recipiente con capas de bambú numeradas hasta que saliera
una. Entonces el sacerdote interpretaba el significado del número. Pero esta práctica no
satisfizo el anhelo que tenía Cheong de tener claras respuestas, ni tampoco llenó el vacío
que había en su corazón y que sólo Dios podía llenar.

Según Harold Sala en su libro


Touching God [Toca a Dios], Cheong preguntó a su tío, que era sacerdote, si alguna vez
había recibido respuesta a una oración. El hombre se disgustó por la insolencia de la
pregunta de su sobrino, pero admitió que no recordaba ni una sola vez en que sus oraciones
hubieran sido contestadas.

Posteriormente, Cheong preguntó a un cristiano si Dios alguna vez había contestado sus
oraciones. El hombre relató varios ejemplos. Cheong se impresionó tanto que aceptó a
Jesús como Salvador aquel día. Desde entonces, la oración se ha convertido en algo vital en
su vida.

Jesús dijo: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá» (Mateo 7:7). La
oración cristiana es eficaz porque Dios es el Dios vivo y verdadero que escucha y contesta
conforme a su voluntad. Y su voluntad siempre es buena. --Vernon Grounds

POR MEDIO DE LA ORACIÓN, EL HOMBRE FINITO EXTRAE PODER DEL


DIOS INFINITO.

23 de octubre, 2003

Vida después de la tumba


Lectura: Juan 11:1-44 (DHH)
1
Había un hombre enfermo que se llamaba Lázaro, natural de Betania, el pueblo de María
y de su hermana Marta.[1] 2 Esta María, que era hermana de Lázaro, fue la que derramó
perfume sobre los pies del Señor y los secó con sus cabellos.[2] 3 Así pues, las dos hermanas
mandaron a decir a Jesús:
--Señor, tu amigo querido está enfermo.
4
Jesús, al oírlo, dijo:
--Esta enfermedad no va a terminar en muerte, sino que ha deservir para mostrar la gloria
de Dios, y también la gloria del Hijo de Dios.
5
Aunque Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro, 6 cuando le dijeron que
Lázaro estaba enfermo se quedó dos días más en el lugar donde se encontraba. 7 Después
dijo a sus discípulos:
--Vamos otra vez a Judea.
8
Los discípulos le dijeron:
--Maestro, hace poco los judíos de esa región trataron de matarte a pedradas,[3] ¿y otra vez
quieres ir allá?
9
Jesús les dijo:
--¿No es cierto que el día tiene doce horas? Pues si uno anda de día, no tropieza, porque ve
la luz que hay en este mundo; 10 pero si uno anda de noche, tropieza, porque le falta la luz.
11
Después añadió:
--Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarlo.
12
Los discípulos le dijeron:
--Señor, si se ha dormido, es señal de que va a sanar.
13
Pero lo que Jesús les decía es que Lázaro había muerto, mientras que los discípulos
pensaban que se había referido al sueño natural. 14 Entonces Jesús les dijo claramente:
--Lázaro ha muerto. 15 Y me alegro de no haber estado allí, porque así es mejor para ustedes,
para que crean. Pero vamos a verlo.
16
Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, dijo a los otros discípulos:

Jesús, la resurrección y la vida


--Vamos también nosotros, para morir con él.
17
Al llegar, Jesús se encontró con que ya hacía cuatro días que Lázaro había sido sepultado.
18
Betania se hallaba cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros; 19 y muchos de los judíos
habían ido a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. 20
Cuando Marta supo que Jesús estaba llegando, salió a recibirlo; pero María se quedó en la
casa. 21 Marta le dijo a Jesús:
--Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Pero yo sé que aun ahora
Dios te dará todo lo que le pidas.
23
Jesús le contestó:
--Tu hermano volverá a vivir.
24
Marta le dijo:
--Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último.[4]
25
Jesús le dijo entonces:
--Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; 26 y todo el que
todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?
27
Ella le dijo:

Jesús llora junto al sepulcro de Lázaro


--Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
28
Después de decir esto, Marta fue a llamar a su hermana María, y le dijo en secreto:
--El Maestro está aquí y te llama.
29
Tan pronto como lo oyó, María se levantó y fue a ver a Jesús. 30 Jesús no había entrado
todavía en el pueblo; estaba en el lugar donde Marta se había encontrado con él. 31 Al ver
que María se levantaba y salía rápidamente, los judíos que estaban con ella en la casa,
consolándola, la siguieron pensando que iba al sepulcro a llorar.
32
Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se puso derrodillas a sus pies, diciendo:
--Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
33
Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habíanllegado con ella, se conmovió
profundamente y se estremeció, 34 y les preguntó:
--¿Dónde lo sepultaron?
Le dijeron:
--Ven a verlo, Señor.
35
Y Jesús lloró. 36 Los judíos dijeron entonces:
--¡Miren cuánto lo quería!
37
Pero algunos de ellos decían:
Resurrección de Lázaro
--Este, que dio la vista al ciego, ¿no podría haber hecho algo para que Lázaro no muriera?
38
Jesús, otra vez muy conmovido, se acercó a la tumba. Era una cueva, cuya entrada estaba
tapada con una piedra. 39 Jesús dijo:
--Quiten la piedra.
Marta, la hermana del muerto, le dijo:
--Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió.
40
Jesús le contestó:
--¿No te dije que, si crees, verás la gloria de Dios?
41
Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo:
--Padre, te doy gracias porque me has escuchado. 42 Yo sé que siempre me escuchas, pero lo
digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado.
43
Después de decir esto, gritó:
--¡Lázaro, sal de ahí!
44
Y el que había estado muerto salió, con las manos y los piesatados con vendas y la cara
envuelta en un lienzo. Jesús les dijo:

Y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? --Juan 11:26.

Mi amado esposo Bill murió de cáncer a la edad de 48 años. Una mañana en que estaba
muy llorosa leí Juan 11, la historia de cuando Jesús levantó a Lázaro de entre los muertos.
Dos verdades que encontré en las palabras de Jesús a sus discípulos cuando iban hacia la
tumba de Lázaro me tranquilizaron.

La primera verdad fue revelada cuando Jesús dijo que Lázaro estaba muerto, y que Él iba a
despertarlo (vv.11-14). Sus discípulos respondieron: «Señor, si se ha dormido, se
recuperará.» Jesús contestó: «Lázaro ha muerto.» Decir que iba a despertar a Lázaro, creo,
fue su manera suave de enseñarles que ellos no tenían que temer a la muerte más que al
sueño. Gracias a su poder, resucitar a alguien de entre los muertos era como despertar a una
persona del sueño.

Vi otra verdad en la afirmación de Jesús a Marta: «El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
Y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás» (vv.25-26). Claro que los creyentes no
están exentos de morir físicamente, pero Jesús prometió que vivirán eternamente. Como
resurrección y vida que es, Él va «despertar» sus cuerpos algún día. Su poder para hacerlo
quedó demostrado cuando resucitó a Lázaro (vv.43-44).

Cuando alguien a quien amamos va a estar con Jesús, estas promesas nos dan consuelo y
tranquilidad. --Joanie Yoder

LA MUERTE NOS SEPARA POR UN TIEMPO; CRISTO NOS REUNIRÁ PARA


SIEMPRE.
24 de octubre, 2003

Control remoto
Lectura: Efesios 5:1-17 (NVI)
1
Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados,
2
y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como
ofrenda y sacrificio fragante para Dios.
3
Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de
impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.
4
Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo
lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias.
5
Porque pueden estar seguros de que nadie que sea avaro (es decir, idólatra), inmoral o
impuro tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.*
6
Que nadie los engañe con argumentaciones vanas, porque por esto viene el castigo de
Dios sobre los que viven en la desobediencia.
7
Así que no se hagan cómplices de ellos.
8
Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de
luz
9
(el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad)
10
y comprueben lo que agrada al Señor.
11
No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien
denúncienlas,
12
porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto.
13
Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible,
14
porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: "Despiértate, tú que
duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo."
15
Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios,
16
aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
17
Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor.

. . . andad como hijos de luz. Examinando qué es lo que agrada al Señor. --Efesios
5:8,10.

Flick. «Todo esta noche en su noticiero Univisión.» Flick. «Un sistema de alta presión se
está acercando a nosotros.» Flick. «Pateó el balón lejos de la portería.» Flick. «En las
noticias de hoy. . .» Flick.

¿Qué sucede? Es un televidente haciendo ejercicios con su dedo pulgar en el control


remoto, buscando algo qué ver y pasando por el laberinto de opciones.
Cada vez que nos detenemos en un canal hemos tomado una decisión. Hemos tomado la
decisión de permitir que ese programa influya en nosotros de alguna forma. Pero, ¿hemos
estado discerniendo? ¿Estamos usando nuestro tiempo sabia y beneficiosamente? ¿Nos va a
edificar lo que miramos, o nos va a derribar? Esas son preguntas vitales para el cristiano,
pues se nos ha dicho que hagamos todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31).

En Efesios 5 se bosqueja un conjunto de directrices. Hemos de mantenernos libres de


inmoralidad, suciedad, lenguaje imprudente, bromas vulgares (vv.3-4). Y no hemos de
participar «en las obras estériles de las tinieblas» ni «hablar de las cosas que ellos hacen en
secreto» (vv.11-12).

Tenemos que seguir aprendiendo «lo que agrada al Señor» (v.10). Y a veces eso significa
agarrar el control remoto y apagar la TV. --Dave Branon

LA MEJOR TV GUÍA ES LA BIBLIA.

25 de octubre, 2003

Busca lo bueno
Lectura: 1 Tesalonicenses 1 (NVI)
1
Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses que está en Dios el Padre y
en el Señor Jesucristo: Gracia y paz a ustedes.*
2
Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras
oraciones.
3
Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra
realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor, y la constancia sostenida por su
esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
4
Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido,
5
porque nuestro evangelio les llegó no sólo con palabras sino también con poder, es decir,
con el Espíritu Santo y con profunda convicción. Como bien saben, estuvimos entre ustedes
buscando su bien.
6
Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho
sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo.
7
De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de
Acaya.
8
Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en
Acaya sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario
que nosotros digamos nada.
9
Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a
Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero,
10
y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en
nuestras oraciones. --1 Tesalonicenses 1:2.

Leí acerca de un niño que se había portado mal. Durante las devociones familiares, el padre
oró por su hijo y mencionó una serie de cosas malas que el niño había hecho. Poco tiempo
después, la madre escuchó al niño sollozando. Cuando le preguntó qué le pasaba el niño
exclamó: «Papi siempre le dice a Dios cosas malas de mí. Nunca le dice las cosas buenas
que hago.»

Lo que le sucedió a ese niño recalca una falta que es común en muchos de nosotros. En vez
de reconocer lo bueno en la gente tendemos a notar sus faltas. Podríamos aprender del
ejemplo del apóstol Pablo. En su carta a sus hijos e hijas espirituales de Tesalónica escribió:
«Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros» (v.2). Él recordaba «[su] obra de fe,
[su] trabajo de amor y la firmeza de [su] esperanza (v.3). Les dijo que puesto que habían
recibido «la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo» eran
un ejemplo para los demás (vv.6-7). Dijo que saliendo de ellos, «la palabra del Señor ha
resonado . . . por todas partes» (v.8). Las palabras de Pablo deben haberlos alentado y
motivado a realizar un servicio aun mayor para el Señor.

Debemos estar más prestos para alabar que para condenar. Cuando veamos algo bueno en
los demás, digámoselos. Los alentaremos y eso es exactamente lo que ellos necesitan.
--Richard De Haan

LA CORRECCIÓN HACE MUCHO, PERO EL ALIENTO HACE MÁS.

26 de octubre, 2003

Una buena cuenta


Lectura: Filemón (NVI)
1
Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo, a ti, querido Filemón,
compañero de trabajo,
2
a la hermana Apia, a Arquipo nuestro compañero de lucha, y a la iglesia que se reúne en
tu casa:
3
Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.
4
Siempre doy gracias a mi Dios al recordarte en mis oraciones,
5
porque tengo noticias de tu amor y tu fidelidad hacia el Señor Jesús y hacia todos los
creyentes.
6
Pido a Dios que el compañerismo que brota de tu fe sea eficaz para la causa de Cristo
mediante el reconocimiento de todo lo bueno que compartimos.
7
Hermano, tu amor me ha alegrado y animado mucho porque has reconfortado el corazón
de los santos.
8
Por eso, aunque en Cristo tengo la franqueza suficiente para ordenarte lo que debes
hacer,
9
prefiero rogártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y ahora, además, prisionero
de Cristo Jesús,
10
te suplico por mi hijo Onésimo,* quien llegó a ser hijo mío mientras yo estaba preso.
11
En otro tiempo te era inútil, pero ahora nos es útil tanto a ti como a mí.
12
Te lo envío de vuelta, y con él va mi propio corazón.
13
Yo hubiera querido retenerlo para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por
causa del evangelio.
14
Sin embargo, no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que tu favor no sea
por obligación sino espontáneo.
15
Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para
siempre,
16
ya no como a esclavo, sino como algo mejor: como a un hermano querido, muy especial
para mí, pero mucho más para ti, como persona y como hermano en el Señor.
17
De modo que, si me tienes por compañero, recíbelo como a mí mismo.
18
Si te ha perjudicado o te debe algo, cárgalo a mi cuenta.
19
Yo, Pablo, lo escribo de mi puño y letra: te lo pagaré; por no decirte que tú mismo me
debes lo que eres.
20
Sí, hermano, ¡que reciba yo de ti algún beneficio en el Señor! Reconforta mi corazón en
Cristo.
21
Te escribo confiado en tu obediencia, seguro de que harás aún más de lo que te pido.
22
Además de eso, prepárame alojamiento, porque espero que Dios les conceda el tenerme
otra vez con ustedes en respuesta a sus oraciones.
23
Te mandan saludos Epafras, mi compañero de cárcel en Cristo Jesús,
24
y también Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis compañeros de trabajo.
25
Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su espíritu.

Y si te ha perjudicado en alguna forma, o te debe algo, cárgalo a mi cuenta. --Filemón


v.18.

Cuando yo era muchacho veía a mi papá haciendo cheques y deseaba poder hacer lo
mismo. Lo que no sabía es que tenía que haber dinero en una cuenta que los respaldara.

El apóstol Pablo nunca hizo un cheque, pero tenía una cuenta lo suficientemente buena
como para pagar una deuda insólita si hubiera sido necesario. Se refirió a esto en su Carta a
Filemón, un cristiano adinerado cuyo esclavo, Onésimo, había escapado y podía haber
robado algo de dinero a su amo.

En la providencia de Dios, Onésimo conoció a Pablo en Roma y se hizo seguidor de Cristo.


Acordaron que lo correcto era que él regresara a su amo. Pablo escribió una carta a Filemón
(la que lleva su nombre) pidiéndole que recibiera a Onésimo como a un hermano y
asegurándole que él mismo pagaría cualquier deuda que Onésimo tuviera.
Ese es un cuadro de lo que sucede en la salvación. Como pecadores tenemos una enorme
deuda, pero Jesús se ocupó de ella. Gracias a su vida sin pecado, tiene recursos de justicia
ilimitados. Y al morir por nosotros pagó la pena por nuestro pecado. Ahora podemos
beneficiarnos de ese pago por fe. Como dijo Martín Lutero: «Todos somos sus Onésimos.»
Si ponemos nuestra confianza en Cristo como Salvador, nuestros pecados van a su cuenta y
somos libres por toda la eternidad. ¡Alabado sea Dios! --Dennis De Haan

CRISTO PAGÓ UNA DEUDA QUE NO TENÍA PARA SALDAR UNA CUENTA
QUE NOSOTROS NO PODÍAMOS PAGAR.

27 de octubre, 2003

Los desvalidos
Lectura: Santiago 2:1-9 (NVI)
1
Hermanos míos, la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a
favoritismos.
2
Supongamos que en el lugar donde se reúnen entra un hombre con anillo de oro y ropa
elegante, y entra también un pobre desharrapado.
3
Si atienden bien al que lleva ropa elegante y le dicen: "Siéntese usted aquí, en este lugar
cómodo", pero al pobre le dicen: "Quédate ahí de pie" o "Siéntate en el suelo, a mis pies",
4
¿acaso no hacen discriminación entre ustedes, juzgando con malas intenciones?
5
Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el
mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?
6
¡Pero ustedes han menospreciado al pobre! ¿No son los ricos quienes los explotan a
ustedes y los arrastran ante los tribunales?
7
¿No son ellos los que blasfeman el buen nombre de aquel a quien ustedes pertenecen?
8
Hacen muy bien si de veras cumplen la ley suprema de la Escritura: "Ama a tu prójimo
como a ti mismo";*
9
pero si muestran algún favoritismo, pecan y son culpables, pues la misma ley los acusa
de ser transgresores.

. . . vosotros valéis más que muchos pajarillos. --Lucas 12:7.

Charlie Brown o Carlitos, el personaje de la tira cómica Peanuts, se identificaba con los
desvalidos, tal vez porque él siempre se sintió así. En una escena estaba construyendo una
jaula para pájaros cuando llegó la cínica Lucy. «La estoy construyendo para los gorriones»’
--le dijo Carlitos. Lucy dijo: «¿Para los gorriones? Nadie construye jaulas para gorriones.»
«Yo sí --contestó Carlitos--. Yo siempre estoy del lado de los pajarillos desvalidos.»
A veces los cristianos pueden pasar por alto a los «gorriones», las personas pequeñas de sus
mundos. Puede que ignoren a aquellos que consideran menos valiosos.

Santiago dijo que es malo que un cristiano practique la parcialidad (Santiago 2:1). Es
pecado demostrar favoritismo (v.9). Las razones pueden ser sociales, económicas,
educativas o étnicas, pero no hay excusa para faltar el respeto a las personas con nuestras
actitudes y palabras.

Jesús no hizo eso. Jesús cruzó toda clase de fronteras tradicionales para hablar con los
publicanos, los pecadores, los no judíos, las personas de razas mezcladas, los pobres y
también los ricos. Vino a identificarse con cada uno de nosotros y a pagar el precio en la
cruz por todos nuestros pecados.

Cuando cae un gorrión a tierra, el Padre lo nota. Pero le importan mucho más las personas,
incluyendo los desvalidos. Tal vez necesitemos un poquito más de Charlie Brown en
nosotros. --Dave Egner

SI MOSTRAMOS FAVORITISMO NADIE SE BENEFICIA.

28 de octubre, 2003

Cristianos simpáticos
Lectura: Lucas 2:41-52 (DHH)
41
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para lafiesta de la Pascua. 42 Y así,
cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todosellos, como era costumbre en esa fiesta.[1]
43
Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niñoJesús se quedó en Jerusalén, sin
que sus padres se dieran cuenta. 44 Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día
decamino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, 45 no lo encontraron. Así
que regresaron a Jerusalén parabuscarlo allí.
46
Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentadoentre los maestros de la ley,
escuchándolos y haciéndolespreguntas. 47 Y todos los que lo oían se admiraban de su
inteligencia y desus respuestas. 48 Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su
madre ledijo:
--Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo tehemos estado buscando llenos de
angustia.
49
Jesús les contestó:
--¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en lacasa de mi Padre?[2]
50
Pero ellos no entendieron lo que les decía.
51
Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivióobedeciéndolos en todo. Su madre
guardaba todo esto en su corazón. 52
Juan el Bautista en el desierto

(Mt 3.1-12; Mc 1.1-8; Jn 1.19-28)


Y Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozabadel favor de Dios y de los
hombres.

Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
--Lucas 2:52.

El periódico local informó la muerte de un lanzador de béisbol semi profesional a quien yo


había admirado durante mis años de adolescencia. Su nombre era Elmer «Lefty»
Nyenhouse. Era un cristiano muy simpático. El artículo decía que había sido activo en su
iglesia y un miembro respetado de su comunidad hasta que murió a los 88 años.

En varias ocasiones vi a «Lefty» lanzar a un equipo semi profesional de primera, los


Chickie Giants. Sabiendo que Elmer era un cristiano devoto, algunos de sus opositores
trataban de desconcertarlo en situaciones tensas (como cuando las bases estaban llenas y no
había outs). Se arrodillaban junto al cobertizo de espera y gritaban: «¡Más vale que te
arrodilles a orar, Elmer!» «Lefty» no se alteraba. Los que lo provocaban en realidad lo
respetaban.

Cuando Jesús era muchacho, «crecía en . . . gracia para con Dios y los hombres» (Lucas
2:52). La gente se sentía atraída hacia Él. Su cariño hacia Él, por supuesto, alarmó a los
líderes religiosos que lo aborrecían por su enseñanza, y «buscaban cómo dar muerte a
Jesús, pues temían al pueblo» (22:2).

Hoy, como siempre, algunos te aborrecerán por ser un abierto seguidor de Jesucristo. Pero
asegúrate de que no sea porque eres desagradable, crítico y difícil. Ser simpático es ser
como Jesús. --Herb Vander Lugt

LOS QUE SE PARECEN A CRISTO SON SIMPÁTICOS AUNQUE ALGUNOS LOS


ABORREZCAN.

29 de octubre, 2003

Venid a mí
Lectura: Juan 10:1-18 (NVI)
1
"Ciertamente les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas, sino que
trepa por otro lado, es un ladrón y un bandido.
2
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
3
El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y
las saca del redil.
4
Cuando ya ha sacado a todas las que son suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen
porque reconocen su voz.
5
Pero a un desconocido jamás lo siguen; más bien, huyen de él porque no reconocen
voces extrañas.
6
Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no captaron el sentido de sus palabras.
7
Por eso volvió a decirles: "Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
8
Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas
no les hicieron caso.
9
Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo.* Se moverá con
entera libertad,* y hallará pastos.
10
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida,
y la tengan en abundancia.
11
"Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
12
El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se
acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa.
13
Y ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas.
14
"Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,
15
así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas.
16
Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas
escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
17
Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla.
18
Nadie me la arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad
para entregarla, y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento
que recibí de mi Padre."

Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen
su voz. --Juan 10:4.

Cuando el avión secuestrado se estrelló contra el Pentágono el 11 de septiembre de 2001,


mucha gente quedó atrapada dentro del edificio por una nube de humo grueso y cegador. El
policía Isaac Hoopi corrió hacia la oscuridad buscando sobrevivientes, y escuchó a la gente
que pedía ayuda. Empezó a gritar una y otra vez: «¡Vengan en dirección a mi voz! ¡Vengan
en dirección a mi voz!»

Seis personas, que habían perdido todo sentido de dirección en un pasillo lleno de humo,
escucharon los gritos del policía y lo siguieron. La voz de Hoopi los condujo hasta sacarlos
del edificio a un lugar seguro.

«¡Vengan en dirección a mi voz!» Esa es también la invitación que Jesús nos hace a cada
uno de nosotros cuando estamos en peligro o cuando nos hemos perdido. Jesús describió al
verdadero pastor espiritual de las ovejas como uno que «llama a sus ovejas por nombre y
las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen
porque conocen su voz» (Juan 10:3-4).

¿Estamos escuchando la voz de Jesús durante nuestros tiempos de oración y lectura de la


Biblia? Cuando estamos en circunstancias difíciles, ¿caminamos hacia Él en vez de andar a
tientas en la oscuridad?

Jesús es «el buen pastor» (v.11). Cualquiera que sea nuestra necesidad de guía o protección,
Él nos llama a que escuchemos su voz y le sigamos. --David McCasland

SI ESTÁS SIGUIENDO AL PASTOR, NO NECESITAS SABER A DÓNDE VAS.

30 de octubre, 2003

Razones para regocijarse


Lectura: 1 Pedro 1:1-9
1
Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia,
Capadocia, Asia y Bitinia,
2
según la previsión* de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para
obedecer a Jesucristo y ser redimidos* por su sangre: Que abunden en ustedes la gracia y la
paz.
3
¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha
hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una
esperanza viva
4
y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia
está reservada en el cielo para ustedes,
5
a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha
de revelar en los últimos tiempos.
6
Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que
sufrir diversas pruebas por un tiempo.
7
El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale
mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de
aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.
8
Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se
alegran con un gozo indescriptible y glorioso,
9
pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.

. . . a quien ahora no veis . . . y os regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de


gloria. --1 Pedro 1:8.
El Nuevo Testamento nos da muchas razones para regocijarnos. Por ejemplo, Jesús dijo: «. .
. regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos» (Lucas 10:20). El apóstol
Pablo habló de las razones por las que los creyentes pueden regocijarse «con gozo inefable»
(1 Pedro 1:8). No se nos pide que finjamos que los problemas no existen, sino que nos
regocijemos incluso en medio de ellos.

La palabra regocijo me recuerda a mi amiga Carol. Ella optó por regocijarse a lo largo de su
lucha contra el cáncer. Su vida cristiana empezó a las pocas horas de haber sido operada
cuando oró y confió en el Señor para salvación. Durante su recuperación caminaba por los
corredores del hospital diciendo a todo el mundo: «¡Qué día tan hermoso! ¿verdad?»

Puesto que le habían sacado uno de los ojos, Carol tenía muchos parches decorativos que le
combinaban bien con sus vestidos. Todos los días se deleitaba al escoger un parche
atractivo para su ojo, sobre todo cuando compartía su testimonio. Cuando quedó confinada
a un lecho, colgó un cartel grande al pie de la cama que decía: «¡REGOCÍJATE!» La última
vez que la visité antes de morir me señaló el cartel y dijo susurrando: «¡REGOCÍJATE!»

La razón de Carol para regocijarse era su profunda gratitud a Jesús por amarla y salvarla.
Sea lo que fuere que estés enfrentando hoy, deja que la razón de Carol para regocijarse sea
también la tuya. --Joanie Yoder

SI CONOCES A CRISTO, SIEMPRE TIENES RAZONES PARA REGOCIJARTE.

31 de octubre, 2003

Una caminata en el bosque


Lectura: Romanos 6:11-14 (NVI)
11
De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para
Dios en Cristo Jesús.
12
Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan
a sus malos deseos.
13
No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al
contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida,
presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia.
14
Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo
la gracia.

. . . no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias.
--Romanos 6:12.
Un amigo me escribió acerca de ciertas «reservas» que había en su vida, áreas de pecado
secreto que él se reservaba para sí y a las que se retiraba con frecuencia.

Estas «reservas» son como los grandes trechos de desierto que hay en Idaho, mi estado
natal. Puede sonar emocionante vagar solo por esas regiones indómitas, pero es peligroso.

De la misma forma, cada incursión que uno hace en el pecado tiene su precio. Sacrificamos
nuestra cercanía a Dios y perdemos su bendición (Salmo 24:1-5), y perdemos nuestra
influencia sobre los demás que viene de la pureza de la mente y el cuerpo (1 Timoteo 4:12).

Las áreas salvajes que hay en nosotros puede que nunca sean totalmente domadas, pero
podemos establecer límites que nos impidan vagar por ellas. Uno de esos límites es
recordar que estamos muertos al poder del pecado (Romanos 6:1-14). No tenemos que
ceder a él.

El segundo límite es resistir la tentación cuando nos atraiga por primera vez. La tentación
inicial puede no ser fuerte, pero si la entretenemos, con el tiempo gana poder y nos abruma.

El tercer límite es la rendición de cuentas. Busque a alguien que se comprometa a


preguntarle todas las semanas: «¿Has dado una "caminata por el bosque"? ¿Has ido adonde
no debías ir?»

La impureza es destructiva, pero si anhelamos santidad y pedimos ayuda a Dios, Él nos


dará la victoria. ¡Sigue adelante! --David Roper

¡CUIDADO! MIENTRAS MÁS CONTEMPLAS LA TENTACIÓN MEJOR SE VE.

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