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DESARROLLO:
El estudio del desarrollo económico es una de las ramas más nuevas, más
excitantes y una de las que plantea más desafíos al investigador dentro
de la economía y la economía política. Se dice que Adam Smith fue el
primer economista del desarrollo con su obra “ La
Riqueza de las Naciones” escrita en 1776, pero lo cierto es que
únicamente en las tres últimas décadas de este siglo es que han
aparecido estudios sistemáticos sobre desarrollo
económico.
NATURALEZA DE LA TEORÍA DEL DESARROLLO PARA AMERICA
LATINA.
La teoría económica tradicional trata principalmente de la asignación
eficiente de los recursos productivos escasos de forma que minimice los
costes y del crecimiento óptimo de estos recursos a lo largo del tiempo
para conseguir una producción creciente de bienes y servicios.
La teoría del desarrollo tiene un alcance todavía mayor. No sólo trata de
la asignación eficiente de los recursos escasos y ociosos de que se
dispone. Debe ocuparse de los mecanismos que son necesarios para
producir unas mejoras rápidas y a gran escala en los niveles de vida de
los pueblos. Estos mecanismos pueden ser económicos, sociales e
institucionales tanto públicos como privados. En los primeros años de la
década del 70, en la región, se concretó un cambio sustancial acerca de
las concepciones de población, desarrollo, nivel y calidad de vida,
pobreza, etc.
Estos planteamientos abarcan la búsqueda de soluciones de una
estrategia de desarrollo social comprensivas de todas las esferas de la
vida económica y social, que de cómo resultado, una distribución más
equitativa de los beneficios del desarrollo, y todo ello, bajo la
consideración de que los verdaderos obstáculos que se le oponen
residen, no solamente, en las tasas de crecimiento de la población, sino
también en los efectos combinados de
factores como los desequilibrios en la distribución de recursos, las
desigualdades entre países capitalistas desarrollados y países
subdesarrollados y la mala distribución de los ingresos.
El desarrollo económico está llamado a garantizar la base material
necesaria para el progreso de la sociedad; entendido este como un
proceso dinámico de crecimiento balanceado y autosostenido de la
economía, que asegure la transformación de la estrategia
económica y social capaces de garantizar la satisfacción creciente y
estable de las necesidades materiales y espirituales de la colectividad
humana en cuestión. El desarrollo implica crecimiento económico,
generalmente expresado en el crecimiento del
P.I.B., pero esto no implica que todo crecimiento económico conduzca al
desarrollo. Para que esto suceda tendrá que darse en ramas y sectores
claves capaces de asegurar los niveles de actividad autosostenida a largo
plazo.
El desarrollo debe expresarse no sólo en el marco del incremento
cuantitativo de los niveles de actividad económica, que debe reflejarse
también en la forma de distribución de la
producción y en las formas de superación de las desigualdades del
desarrollo económico y social que la pobreza supone. Es así que se llega
al reconocimiento de un nuevo paradigma de desarrollo que genere un
proceso:
Centrado en la gente: es decir, capaz de cubrir verdaderamente las
necesidades humanas
básicas, entre estas, la garantía del ejercicio del papel primordial de la
gente en la formulación y ejecución de los programas de desarrollo.
Sustentable: lo que significa que sea socialmente justo y equitativo, así
como sostenible desde un punto de vista ecológico.
Autosuficiente: lo que significa que haga uso al máximo posible de las
capacidades propias de los países. Ver, Artículo “Desarrollo Humano; la
experiencia cubana , autor Dr. Osvaldo
Martínez, en Revista Cuba Económica año 1,# 1 abril- junio, 1991.
Por tanto, al hablarse de desarrollo económico de un país, debe tenerse
en cuenta la situación de pobreza, desempleo y la desigualdad,
independientemente que se haya producido un incremento del P.I.B.
percápita.
¿Qué papel juega la ciencia en la superación del
subdesarrollo?
El tema de las interrelaciones entre ciencia, tecnología y desarrollo social
es quizá el más importante y complejo que pueda plantearse ante los
estudios C.T.S. desde la perspectiva de los países subdesarrollados.
El nuevo paradigma tecnológico conectado con el proceso de
globalización que tiene lugar en el mundo plantea retos extraordinarios a
los países del Sur.
La brecha entre desarrollados y subdesarrollados tiende a profundizarse y
deviene en irreversible. Sin duda el poderío científico y tecnológico está
teniendo un activo papel en esos procesos de polarización de la riqueza y
el poder.
¿Como se explica el subdesarrollo científico y
tecnológico de América Latina?.
Una aclaración exhaustiva exigiría un análisis histórico que en esta
reflexión no es posible.
Sin embargo de modo breve pueden identificarse varios elementos:
• Lo primero a considerar son los proyectos económicos estratégicos
puestos en práctica y sus consecuencias para la actividad científica y
tecnológica. De especial importancia
son los procesos de inserción primario-exportadora en la economía
internacional y la industrialización por sustitución de importaciones.
• Lo segundo a tener en cuenta fue la tardía consideración por la teoría
del desarrollo,
de la importancia de las innovaciones tecnológicas en el proceso (lo que
cerró por largo tiempo la necesidad de crear una base científico
tecnológica propia) lo que trajo como consecuencia que al acentuarse el
oligopolio científico tecnológico de los países
centros en el sistema mundial se diera paso al tecno-nacionalismo.
• Lo tercero es que fue una industrialización trunca que avanzó poco en
la producción de bienes de capital, ofreció poco a la agricultura, apenas
generó innovación tecnológica, gravitó negativamente sobre la balanza
comercial y fue liderada por
empresas transnacionales cuyas perspectivas a largo plazo eran ajenas a
las condiciones locales, y la innovación se efectúo en los países de origen
y fue funcional a sus requerimientos. Industrialización que transcurrió
bajo el manto de un proteccionismo
frívolo distinto al proteccionismo para el aprendizaje propio de Japón y
otros países.
• Participación en el mercado internacional basada casi exclusivamente
en la exportación de recursos naturales, agricultura, energía y minería,
junto con un déficit comercial sistemático en el sector manufacturero.
• Estructura industrial fundamentalmente concebida e impulsada con
vistas a servir al
mercado interno Aspiración a reproducir el modo de vida de los países
industrializados
tanto en el grado como en el estilo de consumo.
• Limitada valoración social de la función empresarial y precario liderazgo
del empresariado cuyo dinamismo y contenido definen el perfil industrial
de cada uno de
los países.
• Escaso desarrollo de la base científico tecnológica endógena combinada
con una enseñanza superior centrada en carreras blandas de
heterogénea calidad y orientada a
funciones de integración cultural de las masas. Es decir dicho patrón de
desarrollo carece del dinamismo necesario para arrastrar tras de sí la
expansión de las capacidades
científico-tércnicas internas ni supone, o sólo lo hace débilmente, una
continua producción, aplicación y adaptación de nuevos conocimientos a
los procesos de producción y su difusión a lo largo de las organizaciones,
empresas e instituciones.
• Las clases y grupos cuyos intereses se vincularon estrechamente con la
suerte del desarrollo científico, en especial el destino de la burguesía
industrial, su posición y fuerza relativa en el interior de las relaciones
económicas internacionales; ello supone
tomar en cuenta la actitud del estado que, por un lado, ha formalizado
políticas científicas y tecnológicas y las ha promovido, pero a la vez no ha
podido, en general,
concretar un proyecto de ciencia orientado a intereses realmente
nacionales.
• Las clases gobernantes en su calidad de dominantes – dominadas han
sido incapaces de
impulsar hasta sus últimas consecuencias la ciencia y la tecnología.