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Universidad Católica del Maule

Facultad de Ciencias de la Educación


Escuela de Lengua Castellana y Comunicación
Seminario de Integración de Saberes I

Don Juan: el origen de un arquetipo

Marina Fierro Concha

Talca, 31 de octubre de 2018 Ángela Tapia González

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Índice

Contenidos Páginas

1. Introducción 2

2. Don Juan 3

Características principales. 3

Burlador de Sevilla, Tirso de Molina. 3

Don Juan, Molière. 3-4

Don Juan Tenorio, Zorrilla. 5

3. Arquetipo 7

El arquetipo de Jung. 7-8

Análisis de las obras de Don Juan y la actualidad. 8-11

4. Conclusión 12

5. Bibliografía 13

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Introducción

Don Juan, es un personaje de trascendencia universal, que ha logrado un gran


reconocimiento en la literatura y en otras áreas, tales como la música, el campo de la
psicología. Desde su primera publicación en el Burlador de Sevilla, de Tirso de Molina crea
acertadamente una comedia, donde se desarrollan las aventuras amorosas de Don Juan, un
personaje de espíritu libertino y burlador de mujeres, que funciona como un estereotipo
para los venideros donjuanes.
Don Juan representa el origen de un arquetipo, por mérito al personaje perfectamente
logrado que crea Tirso de Molina, moldeando un tipo humano característico de la literatura
española, reconocido como un burlador y seductor de mujeres.
El objetivo de esta monografía es demostrar que la figura de Don Juan, corresponde a un
arquetipo. Po medio del análisis de tres obras reconocidas: Burlador de Sevilla, Don Juan y
Don Juan Tenorio, se estudiará la evolución del personaje arquetípico según los diversos
contextos en los que fue gestado, cerrando con el concepto del arquetipo en sí y la relación
con dicho personajes, hasta llegar a un breve análisis de la situación actual del personaje .
Don Juan, el origen de un arquetipo, se encuentra divido en primera instancia por el
estudio del personaje en sí, seguido de un análisis que cuenta con una breve biografía del
autor, un resumen de la obra y su contexto, y observaciones con respaldo teórico acerca de
cada uno de los tres libros ya mencionados.
Finalmente, ya contando con una visión general del personaje Don Juan, se ilustra el
concepto de arquetipo, sus principales exponentes y se retoma el análisis de las obras,
contrastando la información que permite confirmar el origen del arquetipo de Don Juan,
hasta llegar a una percepción actual del seductor de mujeres.

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Don Juan

Características principales.
Se puede afirmar que muchos son los elementos que integran la personalidad de don
Juan, tales como un joven de noble estirpe, valiente y sobre todo, con una alta capacidad de
seducción. Pero ante todo es un burlador y según la Real Academia Española el término
burlador se define como: “Libertino habitual que hace gala de deshonrar a las mujeres,
seduciéndolas y engañándolas” DRAE (2017). Analizando la definición académica,
reconocemos características propias de un don Juan, como lo son el deshonrar a mujeres y
precisamente la rapidez con la que se desentiende y pierde interés de la figura femenina,
actuando como si las leyes humanas y divinas no existieran.
Algunos de los rasgos determinantes en la conquista de un don Juan es que “La mujer
debe ser virgen, pura, ya que estos conquistadores sienten una especial predilección por lo
inalcanzable” (Marti, 2012, p. 2). Se entiende que la virginidad representa para el
personaje, la pureza y propiedad.
El seductor, posee antivalores tales como egoísmo, la mentira y poca empatía, ya que no
se encuentra interesado en el sentir del otro y menos en su honra. Así lo explicita García en
su obra: “Don Juan goza al satisfacer su lujuria pero también al burlar sus presas. Le
complace tanto la sexualidad satisfecha como la burla llevada a cabo con éxito”. (García,
1997, p. 1)
Burlador de Sevilla, Tirso de Molina.
El burlador de Sevilla, corresponde a una comedia escrita durante el siglo XVII, periodo
conocido como barroco. El rasgo fundamental es la crisis generalizada en todos los órdenes
de la sociedad.
De una autoría discutida, esta comedia se atribuye tradicionalmente a Tirso de Molina.
Que resulta ser el seudónimo de Gabriel Téllez, nacido en Madrid, en 1579. Fue un monje
mercedario y cronista de su orden. Se declaró discípulo de Lope de Vega, del que sólo se
diferencia por el análisis más profundo de la psicología de sus protagonistas, en especial en
los tipos femeninos. Fue censurado por el Consejo de Castilla por no parecer bien que un
fraile escribiese para el teatro. Se le atribuyen dos obras de contenido filosófico de gran

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importancia: El burlador de Sevilla, que introdujo el tema del libertino don Juan Tenorio en
la literatura universal, y El condenado por desconfiado. Murió en Almazán, en 1648.
Tirso de Molina construye esta obra en dos partes fundamentales: el seductor y engañador
de mujeres, y la cena con el difunto, en una misma línea argumental.
Comienza con un diálogo entre el Tenorio, disfrazado, y la duquesa Isabela. Él la ha
burlado haciéndose pasar por su prometido, el duque Octavio. Protegido por su tío Pedro
Tenorio, don Juan logra huir en compañía de su criado, el gracioso Catalinón. Naufragan y
consiguen llegar a nado a una playa de Tarragona, donde la pescadora Tisbea, que se jacta
de no caer en las redes del amor, se enamora y entrega perdidamente al náufrago, quien
luego escapa con sus caballos.
Don Juan intenta engañar en Sevilla a Doña Ana de Ulluoa, haciéndose pasar por el
marqués de la Mota; pero al escapar lucha con el comendador Don Gonzalo, padre de Doña
Ana, y lo mata. Durante una nueva huida del burlador junto a su criado, en el camino se
encuentra con una mujer humilde, la bella Aminta, que celebra sus bodas con Batricio. Don
Juan la toma para sí y continúa su camino. Regresan a Sevilla y en la iglesia topan con el
sepulcro del comendador, cuya estatua exhibe una inscripción que alude a la venganza que
piensa tomarse sobre el burlador. Este se acerca y le desafía. Ante el asombro de todos, la
estatua de don Gonzalo se presenta en la posada de don Juan y le cita para las diez de la
noche siguiente en el cementerio. A lo que don Juan promete ir. Llegado el momento la
estatua retribuye la cena, al terminar, don Juan le da la mano al comendador e
inmediatamente se siente quemar y pide a gritos la confesión. La estatua le recuerda que ya
es tarde para salvarse y, tirando de él, le arrastra consigo al sepulcro.
Tirso ha querido para su drama simbolizar la transgresión de las normas preestablecidas,
tanto en el ámbito religioso como en la justicia de los hombres. Solo vive su libertad “Lo
cual representa la mayor pesadilla para la rígida mentalidad de la España de la
Contrarreforma”. (Marti, 2012, p. 2) Así también lo expone Flurschütz: “Es un personaje
que no se preocupa por las injusticias que comete, ni por las consecuencias que pueden
tener sus actos, ni en la tierra ni al otro lado”. (Flurschütz, 2010, p. 3)

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Don Juan, Moliere.
Dramaturgo y humorista francés, nacido en París en 1622, es considerado el padre de la
comedia francesa. Falleció en París en 1673. En sus obras se abordan temas como: la
condición de las mujeres, hipocresía religiosa y principalmente retrata recurriendo a la
sátira las convenciones sociales y la naturaleza humana de la sociedad francesa de la época.
En el año 1665 fue publicado el Don Juan de Molière, está escrito en prosa, organizado
a través de cinco actos. Durante el primero acto se presenta al Don Juan junto a su criado
Sganarelle y el abandono a su mujer Elvira. El segundo acto destaca por la utilización del
aparte, durante la conquista simultanea de las campesinas, Carlota y Maturina, con quienes
utiliza el recurso del matrimonio. Para el tercer acto, ocurre un altercado con los hermanos
de Elvira que estaban en búsqueda de este personaje, sin embargo deciden postergar el
castigo. Al igual que en el Burlador de Sevilla, llega a la tumba de un Comendador al que
había dado muerte, lo invita a cenar y la estatua acepta, su criado reacciona aterrorizado.
Luego en el cuarto acto recibe visitas, entre ellas la de su padre, el que reprocha a su hijo
sobre sus acciones, también aparece Elvira, quien viene a perdonarlo y su convidado de
piedra. Finalmente en el quinto acto, corre con la misma suerte que Tenorio, al tomar la
mano de la estatua siente el fuego en su cuerpo y muere.
Molière nos muestra en Don Juan un personaje complejo y seductor, pero incapaz de
encajar en un contexto social. Está claramente inspirado en la obra de Tirso de Molina, sin
embargo cuenta con diferencias importantes, tales como el contexto social de las obras, en
la de Molière el estatus y el trato hacia la figura femenina no se realiza de forma despectiva
y humillante como en la obra de Tirso. Halaga a las mujeres, adora la belleza de las
muchachas, empero, no solo la de una, sino la de todas.
Otro aspecto relevante en relación a las obras de Don Juan analizadas, es la similitud en
el actuar del personaje, se evidencia la burla, la seducción y el engaño, sin embargo,
Molière instala en su Don Juan un gusto por el discurso, una prosa casi poética y la
constante reflexión.
Don Juan Tenorio, Zorrilla.
Poeta y dramaturgo español, nacido en Valladolid, en 1817. Es enviado a Toledo a
estudiar leyes, sin embargo, se dedica a leer a Walter Scott y a Espronceda y a llevar una
vida bohemia. En 1837, lee una elegía en los funerales de Larra y se convierte en el poeta

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favorito de Madrid. Dominó la escena española entre 1839 y 1849. Un mal matrimonio lo
enemista con la familia y le obliga a abandonar el teatro. En 1866 vuelve a casarse. Murió
en la pobreza, tal como vivió. Falleció en Madrid, en 1893.
Don Juan Tenorio y Don Luis Mejías, un año después de hacer una apuesta para definir
quién es más vil y mujeriego, se reúnen en Sevilla. Tenorio resulta ser el ganador. Realizan
una nueva apuesta, en la que Don Juan asegura robar la prometida a Don Luis, se trata de
Doña Ana Pantoja.
El padre de Doña Inés (destinada a casarse con Tenorio) se entera del desafío y deshace
el compromiso. Ante esto, Tenorio le escribe una carta de amor a Doña Inés y luego la
rapta, ambos terminan enamorándose locamente. Después de un duelo contra Don Juan,
Don Luis y don Gonzalo terminan muertos.
Tras cinco años, Don Juan visita en cementerio en donde están los caídos en el duelo y
Doña Inés, quien murió de pena. Al llegar a su casa, se aparece el espíritu de don Gonzalo
para llevárselo al infierno, pero lo salva su enamorada y le pide que se arrepienta. Lo logra
y resulta perdonado, subiendo al cielo.
Don Juan Tenorio (1844), de José de Zorilla, es una de las obras de teatro más
representativas del Romanticismo. El romanticismo tradicional manifiesta el inconformismo
de los que quieren volver a los valores religiosos, patrióticos, aristocráticos y tradicionales del
Antiguo Régimen. García afirma que: “Las influencias Literarias que imperaban entonces
impregnaron la obra del poeta que se alejó de los modelos europeos para cultivar un
romanticismo que se podría llamar nacional, ya que sus fuentes de inspiración se hallaban
en el pasado de España”. (García, 1997, p. 6)
Zorrilla nos muestra el drama dividido en dos partes. La primera, evidencia todas las
aventuras, apuestas y seducción de Don Juan, mientras que en la segunda parte
presenciamos “La salvación romántica por amor de don Juan” (Marti, 2012, p. 4). Se
enamora definitivamente de ella, es salvado por el amor de Doña Inés, más allá de la
muerte.
La obra está escrita en versos sencillos, con cierta sonoridad parecida a las canciones
populares. Don Juan Tenorio regresa a aquel personaje rebelde, burlador e irreflexivo, muy
distinto de Molière, volviendo al origen del Burlador de Sevilla. Aquel que utiliza

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estrategias para la conquista de las muchachas, pero en este caso él utiliza la misma técnica
con todas.
Pero, lo que distingue a la obra de Zorrilla es que, las setenta y dos mujeres que Don
Juan dice haber conquistado solamente aparecen como una mención, ya que la
seducción en escena se reduce simplemente a dos (aunque, en el caso de doña Inés,
la burla no sólo no se consuma sino que, además, se torna a lo divino). (Marti, 2012,
p. 4)
El carácter romántico de Zorrilla, aporto en la popularidad que obtuvo esta obra durante
su época y hasta entonces. De tal manera que:
A principios del siglo XX, cada año a primero de noviembre en ocasión del día de
difuntos, se representaba el Don Juan Tenorio en incontables teatros a lo largo de la
geografía hispana por compañías tanto de actores profesionales como aficionados.
(García, 1997, p. 6)
Arquetipo

La palabra arquetipo proviene del latín archety̆pum, luego accedió a la lengua griega
como una estructura formada por las raíces ἀρχέ (arjé) y τυπον (typon), que hace alusión a
forma originaria, o primer modelo.
La Real Academia Española (2017), presenta cinco definiciones para el término
arquetipo, sin embargo, la más acertada para este análisis es la siguiente: “4. m. Psicol.
Imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forman parte del inconsciente
colectivo”. Sobre estas imágenes y esquemas, es que profundiza el psiquiatra Carl Gustav
Jung. Estableció una división de la psique humana en tres partes: el consciente, el
inconsciente y el inconsciente colectivo
El arquetipo de Jung.
Carl Jung postula que la psique de una persona no es solo producto su experiencia
personal o rasgos biológicos, sino que principalmente actúa a partir de elementos externos
al individuo. Dichos elementos que van más allá de la persona, se denomina inconsciente
colectivo.
El inconsciente colectivo que postula Jung, implica que no nos desarrollamos de manera
aislada al resto de la sociedad, sino que el contexto cultural (elementos históricos y

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colectivos) nos influye en lo más íntimo. Son elementos que articulan el modo en que la
persona piensa, siente y actúa. Transmitiéndonos esquemas de pensamiento y de
experimentación de la realidad que son heredados y construidos socialmente, llamadas
arquetipos.
Carl Jung afirma que: “Los contenidos de lo inconsciente personal son en lo
fundamental los llamados complejos de carga afectiva, que forman parte de la intimidad de
la vida anímica. En cambio, a los contenidos de lo inconsciente colectivo los denominamos
arquetipos” (Jung, 1981, p. 10)
Se pueden definir los arquetipos como patrones de comportamiento. Cabe destacar que
cualquier individuo, en algún momento, representa o vive, un arquetipo determinado, que le
ofrece características específicas, que en ese entonces necesita para desarrollarse y no
quedar estancado en un único arquetipo, lo que representa crecimiento personal.
Los arquetipos son universales y comunes para todos, determinados por símbolos
observables a través del el arte, la religión, la mitología, la literatura, entre otros.
Algunos de los arquetipos más comunes aparecen en las obras literarias.
Análisis de las obras de Don Juan y la actualidad.
Es correcto decir entonces, que Don Juan representa el origen de un arquetipo en la
literatura española. Castañeda (2014) afirma que a través del tiempo, la literatura ha ido
moldeando tipos humanos, fantásticos, entre otras categorías, que se han definido como
arquetipos universales. Diversos autores, dieron vida a personajes únicos y extravagantes
perfectamente logrados, de los que se determina un nombre común en relación a sus
características, integrando sus particularidades tanto únicas como diversas dentro este tipo
humano, para dar lugar a un arquetipo. Por ejemplo: Don Quijote, Don Juan, Celestina,
entre otros.
Más venimos hablando de arquetipos y conviene que precisemos lo siguiente: “Ante
estos modelos perfectos y asentados no existe posibilidad de superación, sólo cabe emular
la originalidad y el acierto del creador con variaciones o matizaciones nuevas e
inesperadas.” (Castañeda, 2014, p. 2). Don Juan es indudablemente uno de los personajes
literarios más conocidos en el mundo. Se ha convertido en el verdadero arquetipo de la
figura de burlador y seductor. Ha penetrado en la mentalidad humana como un símbolo

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ideal, clásico, del conquistador. Y todo esto, debido a su extensa lista de versiones y autores
que se han animado a revivir este arquetipo.
Todas las obras relacionadas con Don Juan, descienden de un arquetipo común,
originado en la comedia dramática del Burlador de Sevilla. Escrito por Tirso de Molina
durante el siglo XVII, en el año 1630. Por esta razón es la primera obra analizada en la
monografía y es la que solicita mayor énfasis en su estudio, debido a que se trata del
precursor de este arquetipo.
Tirso de Molina, es considerado hoy en día uno de los más importantes dramaturgos del
Siglo de Oro de la literatura española, al unir su vocación religiosa con el teatro. Su estilo
satírico y burlesco le proporcionó numerosos roces con las autoridades, pero lo llevó a crear
El burlador de Sevilla. Dicha obra fue escrita durante el movimiento Barroco, caracterizado
por la predominancia de la razón humana por sobre la religión. Respecto a esto, se puede
afirmar que la obra posee una vocación moralizante, para enseñarle a la sociedad de la
forma en que no debía comportarse. Miguel Zamorano llegó a afirmar que:
En El burlador encontramos la creación de un personaje que atesora un arsenal de
principios negativos, desde la óptica de un buen cristiano, rasgos que lo convierten
en un modelo invertido y en adalid de la conducta desviada. Su modo de vida
desencadena elementos perturbadores de crisis y, de imponerse, acarrearía el
colapso del sistema social”. (Zamorano, 2017, p. 19)
De igual forma se realiza una crítica a la corrupción a la división estamental, la nobleza
y como ya fue señalado a la religión católica. Se refuerzan bajo un personaje negativo las
ideas de la honra, decoro y la salvación mediante la religión.
Don Juan, es una obra escrita por Molière en 1665. El autor francés se encuentra
influido por los debates de la época y su obra resulta una reflexión de orden filosófico sobre
el papel y la misión del hombre en el mundo. Es partidario de la razón, pero demuestra
respeto por las ideas religiosas. El teatro francés de ese entonces, poseía reglas según las
cuales, las obras debían atenerse a las tradicionales tres unidades (acción, lugar y tiempo),
pero Molière consideraba que estas limitaciones empobrecían sus obras y así se propuso
corregir aquellos vicios de los hombre mediante la comedia.

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Este arquetipo renovado de Don Juan, no es del todo negativo, se trata de un hombre
inteligente, valiente y con gran dominio del discurso, no obstante, posee antivalores tales
como el cinismo e hipocresía.
Uno de los arquetipos más reconocido, después del original es el Don Juan Tenorio,
publicado en 1844 por José de Zorrilla. Fue uno de los pocos autores dela época que gozó
de fama en vida. Su obra se ve influenciada por el Romanticismo tradicional de la época,
frente a una sociedad que expresa la insatisfacción ante los que quieren volver a los valores
religiosos, patrióticos y tradicionales del Antiguo Régimen.
Este arquetipo de Don Juan, sufre considerables variaciones en relación con el original
seductor y burlador. La diferencia fundamental es que el de Zorrilla se enamora
completamente de Doña Inés, y es el amor lo que termina por salvar a Don Juan del
infierno, al arrepentirse de sus actos. Vuelve a imperar el carácter didáctico de la obra y con
mayor intensidad en este Don Juan, debido a que el amor influencia las ideas religiosas y
terminan por salvar concretamente al personaje.
La representación del Don Juan, ha logrado trascender durante la historia, así lo asegura
Castañeda refiriéndose a: “El mítico donjuán alcanzó reconocimiento universal. La
literatura y la música europeas desde un Molière a un Mozart, también lo recogen, y lo
modifican, diversificando y matizando sus perfiles psicológicos”. (Castañeda, 2014, p. 16)
Cabe destacar cómo el estereotipo de Don Juan se reproduce en la actualidad, muy
distinto de lo que se representó en los períodos de los movimientos del Barroco y
Romanticismo, atrás quedan algunas de las características que forjaron el arquetipo, como
el burlador de mujeres y convidados de piedra, el ámbito moralizante por medio de la
religión, la deshonra de la figura femenina y la de su familia.
Actualmente se configura a un tipo humano, que se le dan muy bien la conquista y las
relaciones con las mujeres, sin embargo, ya no busca burlar a sus contrincantes, ni
deshonrar a las muchachas y por consiguiente a sus familias, tan solo por tratarse de un
reto. Hoy se vive la libertad bajo la responsabilidad de cada persona, quizás este Don Juan
actual seduce mujeres, pero una relación se lleva a cabo bajo el consentimiento de ambos,
sin la necesidad de prometer matrimonio, ni mentir sobre sus bienes o rango social, no
resulta necesario. De igual importancia, es el cambio rotundo en la figura femenina. El
burlador, el Don Juan de Molière y Tenorio seducían y engañaban muchachas, cada cual

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con determinadas tácticas, y ellas cedían ante el deseo, tan solo bastaban palabras. En el
presente, la mujer no cede ante un lenguaje cargado y alegórico representado por un Don
Juan.

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Conclusión

A modo de síntesis, el arquetipo de Don Juan corresponde a aquel seductor de mujeres y


burlador, que obtiene su lugar en la literatura española, que nace en el período Barroco,
como un personaje ejemplificador, para enseñarle a las personas lo que no deben hacer y el
fin trágico que les espera según sus acciones. Durante el Romanticismo también existe el
arquetipo donjuanesco, a través de Molière se conoce a un personaje con gusto por el
discurso y la reflexión, mientras que Zorrilla, demuestra la salvación de Don Juan por
medio del amor.
En las obras analizadas, se pude inferir que a lo largo del tiempo el arquetipo
donjuanesco no se mantiene intacto, sino que sufre modificaciones, en algunos casos
mínimas y en otros cambian aquella personalidad del Don Juan, sin embargo se sigue
reconociendo el patrón sobre el que se construye este protagonista.
Gracias a los variados estudios realizados sobre la obra, tales como el de García, Martí,
Castañeda, Zamorano y Jung, quien desde la psicología nos permite entender el arquetipo,
que se ha construido a través del inconsciente colectivo, conformando esquemas cognitivos
que permiten conocer a Don Juan como tal. Dichos autores permitieron contrastar la
información y validar el objetivo de esta monografía.
Actualmente, la visión del burlador y deshonrador de mujeres va disminuyendo, aún se
encuentra en boga la terminología, sin embargo ya no se trata de aquel hombre que con un
discurso elaborado seducía mujeres constantemente, sino que hoy en día los donjuanes son
aquellos individuos que tienen suerte en la conquista de las féminas, ya sea por su
galantería, sus valores, su personalidad o simplemente porque se da algo mutuo, no es
necesario prometer matrimonio de por medio, ni jactarse de sus bienes para que nazca el
romance.

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Bibliografía

-Castañeda, M. (2014). Arquetipos universales forjados en lengua española. Recuperado de


http://albolafia.com/trab/Alb-Misc-002.CASTANEDA.pdf

- Flurschütz, A. (2010). El personaje del Don Juan y su desenvolvimiento desde Tirso de


Molina 1630 a José Zorrilla 1844. Recuperado de
https://webs.ucm.es/info/especulo/numero45/donjuan.html

-García, S. (1997). Don Juan. Tres perfiles de un mito. Recuperado de


https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/pdf/.../congreso_32_08.pdf

-Jung, C. (1981). Arquetipos e inconsciente colectivo. Recuperado de


http://www.formarse.com.ar/libros/librosJung/1_pdfsam_JungCarlGustavArquetiposEInco
nscienteColectivo.pdf

-Marti, A. (2012). Aproximaciones culturales al mito de Don Juan en las obras de Tirso de
Molina, Molière y Zorrilla. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3842177

-Molina, T. (2006). El burlador de Sevilla y convidado de piedra. Santiago de Chile: Zig-


Zag

-Real Academia Española. (2017). Diccionario de la lengua española (22.° ed.). Consultado
en http://www.rae.es/rae.html

-Zamorano, M. (2017). El Burlador de Sevilla, Don Juan antes del mito. Recuperado de
http://www.gragoata.uff.br/index.php/gragoata/article/viewFile/938/672

-Zorrilla, J. (2014). Don Juan Tenorio. Santiago de Chile: Edelvives

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