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Diego Abdon Limachi Corine

CI 8303528 lp

Ley safco

La corrupción ha dejado de ser un problema nacional para convertirse en una


amenaza global, que afecta a la legitimidad de las instituciones públicas,
atenta contra la sociedad, el orden y la justicia, así como contra el desarrollo
integral del país, como ser: a) los costos de la corrupción exceden ampliamente
los daños causados por cualquier otro tipo de delito; b) la gravedad de los
problemas y las amenazas que plantea la corrupción para la estabilidad y
seguridad de las sociedades al afectar las instituciones y los valores de la
democracia, la ética y la justicia y al comprometer el desarrollo sostenible y el
imperio de la ley; c) los vínculos entre la corrupción y otras formas de
delincuencia, en particular la delincuencia organizada y la delincuencia
económica, incluido el blanqueo de dinero, d) la corrupción entrañan vastas
cantidades de activos, los cuales pueden constituir una proporción importante
de los recursos de los Estados, y que amenazan la estabilidad política y el
desarrollo sostenible de esos Estados.

Bajo este panorama amerita explicar que en materia de control gubernamental,


Bolivia cuenta con la Ley de Administración y Control Gubernamentales, más
conocida como la Ley SAFCO, que regula los sistemas de administración y de
control de los recursos del Estado y su relación con los sistemas nacionales de
planificación e inversión pública.

Ésta norma legal es vigente desde el 20 de julio de 1990. Su influencia e


importancia es tal que, desde hace ya 25 años, rige el actuar de la
Administración Pública Estatal, en cuanto al manejo de recursos, sean éstos
humanos, financieros y no financieros y esa norma, sólo ha sufrido
modificaciones de forma y no de fondo.

Los sistemas de administración son en total siete y comprenden: los de


programación, organización, presupuesto, administración de personal,
administración de bienes y servicios, tesorería y crédito público, y contabilidad
integrada; los cuales tienen como órgano rector al Ministerio de Economía y
Finanzas.
El sistema de control gubernamental es uno solo y tiene como órgano rector a
la Contraloría General del Estado.
Todo servidor público responderá de los resultados emergentes del desempeño
de las funciones, deberes y atribuciones asignados a su cargo; y, por ende se
derivan cuatro tipos de responsabilidades: administrativa, ejecutiva, civil y
penal.
La responsabilidad se considera administrativa (art. 29 Ley SAFCO) cuando la
acción u omisión del servidor público contraviene el ordenamiento jurídico
administrativo y las normas que regulan la conducta funcionaria del servidor
público. Para lo cual, se iniciará un proceso interno en la entidad pública donde
el servidor público ejerce sus funciones y las sanciones oscilan en multas,
suspensión o destitución, dependiendo la gravedad del hecho.
La responsabilidad será ejecutiva (art. 30 Ley SAFCO) cuando la autoridad o
ejecutivo no rinda cuentas de su gestión de forma oportuna y eficiente,
habiéndose demostrado las deficiencias y las negligencias que éste ha
incurrido. La sanción podría ser de suspensión y destitución, sin que ello
implique descartar la posibilidad de que además se derive a responsabilidad
civil o penal, dependiendo la gravedad del hecho.

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