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Revolución industrial
La revolución industrial, se inicia en Gran Bretaña, país que tiene unas condiciones
idóneas para ello: ha realizado la revolución agrícola, es un sistema parlamentario,
tiene capitales, mano de obra, fuentes de energía, innovaciones mecánicas,
ingenieros y transportes desarrollados.
El origen se encuentra en la Inglaterra de mediados del siglo XVIII, donde por vez
primera se empiezan a utilizar nuevas fuentes de energía y nuevas máquinas, que
producen una gran mejora en la productividad industrial.
3- 1a revolución industrial
La llamada 1ª Revolución Industrial fue necesaria por la Revolución Agrícola, lo que implicó
- Transformaciones demográficas
- Innovaciones técnicas
- Expansión Comercial
Los principales campos en los que se produjeron las innovaciones técnicas fueron
el de la energía (máquina vapor de Watt), el textil (hilado y tejido del algodón), la
metalurgia (altos hornos. etc.) y, finalmente, los transportes (locomotora de
Stephenson).
Durante la fase inicial del proceso de industrialización dos fueron los principales
sectores afectados por los cambios: Textil y Siderúrgico.
a- El sector textil
La industria del algodón se erigió en la actividad líder de la Primera Revolución
Industrial tras incorporar importantes innovaciones a los procesos de tejido e
hilado. Desplazó en magnitud a la de la lana.
b- El sector siderúrgico
Jugó un papel menos relevante que el textil en los inicios de la industrialización. La
industria del hierro estuvo muy vinculada con la minería del carbón. Fue este
mineral (hulla, coque) el que sustituyó a la madera como combustible. Las
industrias siderúrgicas se asentaron allí donde había minas de carbón. Mención
especial merece el uso del ferrocarril como dinamizador del sector por la gran
necesidad de metal para la fabricación de raíles, máquinas y vagones. Esa
demanda se incrementará a lo largo del siglo XIX.
La sociedad de clases
La burguesía
La burguesía existía desde la Edad Media. Designaba al grupo de personas que
vivía en las ciudades dedicado fundamentalmente al comercio. Durante los siglos
XVII y XVIII el comercio trasatlántico le permitió acumular gran cantidad de capital.
Fue esa riqueza la que permitió a la burguesía inglesa invertir en negocios
industriales de una manera creciente, rompiendo con ello el poder de los gremios
artesanales que controlaban esa actividad.
Los burgueses eran los dueños de las fábricas, de la maquinaria, de las materias
primas y de de los productos manufacturados, del capital dinerario y de una
importante parte de tierras agrícolas e inmuebles urbanos. Gozaban de una
posición acomodada y su forma de vida contrastaba profundamente con la de los
obreros, especialmente, la de la alta burguesía que fue acaparando cada vez más
poder económico, político y social. La llamada pequeña burguesía (tenderos,
pequeños empresarios, funcionarios, etc.) subsistió muchas veces a duras penas y
en ocasiones (Revolución de 1848), se alió al proletariado en sus reivindicaciones.
El proletariado
Esto supuso:
Según él las tareas debían realizarse con el menor esfuerzo y en el menor tiempo
posible eliminando pasos y movimientos innecesarios con el objeto de reducir los
costes de fabricación. El obrero debe ser aislado convenientemente y tener todos
los elementos que manipula a su disposición y fácil alcance. El trabajo intelectual y
el manual deben estar separados. Corresponde al primero organizar, impartir
directrices y supervisar al segundo. Establece un riguroso cronometraje de cada
tarea a fin de evitar el descuido o pérdida de tiempo del operario.
Trabajo en Cadena ("Fordismo"): Aplicado con éxito en las fábricas de
automóviles de Henry Ford significa la máxima especialización del trabajo, la
optimización de los rendimientos y el abaratamiento de las mercancías,
permitiendo el acceso a las mismas a un creciente número de consumidores.
La Banca: los empresarios acudieron a ella en busca de créditos con los que
hacer frente a los crecientes desembolsos de inversión.
Las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX suponen la aparición
de formas de vida radicalmente nuevas que son el producto de las profundas
transformaciones económicas y sociales que sienta las bases de lo que sería
la Revolución Industrial. La primera comenzó en Inglaterra en la segunda mitad
del XVIII y se fue extendiendo al resto de los países europeos. La segunda
revolución industrial se inició hacia 1870 y se caracteriza por nuevos
descubrimientos científico técnicos. Los caracteres fundamentales de la vida
económica durante esta época vienen señalados por el despegue económico y
la transformación del modelo de producción.
Este proceso de evolución conduce a la sociedad desde una economía
agrícola tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción
mecanizados para fabricar bienes a gran escala. La economía basada en el
trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la
manufactura. Este progreso económico se realizó a costa de la miseria de los
trabajadores que no tardaron en expresar su descontento, aunque de una forma
muy primitiva. Muchos artesanos y trabajadores reaccionaron en contra de la
industria, a quien culpaban del desempleo y de sus malas condiciones de vida.