Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
II.- Segundo, pasada la expresión del duelo, viene la necesidad de sepultar a la muerta. Y
en aquella sociedad como en la nuestra, ésta es la parte más desagradable y pesada, dada la
comercialización excesiva que busca obtener ganancias ventajosas a costa de esta desgracia
y de la sensibilidad humana.
Abraham se reconoce como forastero y sin tierra y por ello pide a los pobladores
locales una parcela de tierra para sepulcro. Los hititas (hijos de Het, v. 3) habitaban
el lugar y eran propietarios de la tierra. Este pueblo era originario de Asia Menor
(actual Turquía) y se expandieron a Canaán donde se establecieron por mucho
tiempo.
Después de mucho diálogo y actos de negociación, Abraham solicita y compra el
campo de Efrón juntamente con la cueva de Macpela, lugar ideal para sepultura. Es
interesante notar la cortesía y sagacidad durante el desarrollo de la negociación.
Abraham originalmente sólo quería comprar la cueva y por su precio justo, pero el
dueño aprovecha y vende todo el campo por un precio bastante elevado. Abraham,
ante la oferta de sepultura gratis, insiste en adquirirla como su propiedad y así dar
una sepultura digna y segura a su esposa.
Nuevamente en el diálogo se nota la relación correcta y pacífica que Abraham
mantenía con los diferentes grupos étnicos entre los cuales vivía como forastero,
anclado siempre en la esperanza de la promesa de Dios.
Estas relaciones hacían posible que pudiera acudir a los habitantes locales en
situaciones de necesidad.